Matemáticas
Signos matemáticos
Trabajo de Matematicas
Signos matemáticos.-
Figuras, señales y abreviaturas
utilizados en matemáticas para denotar entidades, relaciones y
operaciones.
Historia.-
El origen y la evolución de los símbolos matemáticos
no se conocen bien. Para más información sobre el probable
origen de los números del 1 al 9 véase Numeracion. El origen
del cero es desconocido, aunque hay confirmación de su
existencia antes del año 400 d.C. La extensión del sistema de
lugares decimales a los que representan valores inferiores a la
unidad se atribuye al matemático holandés Simon Stevin
(conocido también como Simon de Brujas), que llamó a las
décimas, centésimas y milésimas primas, secundas y tercias.
Para indicar los órdenes, utilizaba números en un círculo; por
ejemplo, 4,628 se escribía 4 0 6 1 2 2 8 3. Antes de 1492 ya se
empezó a utilizar un punto para separar la parte decimal de un
número. Más tarde se usó también una raya vertical. En su
Exempelbüchlein de 1530, el matemático alemán Christoff
Rudolf resolvía un problema de interés compuesto haciendo uso
de fracciones decimales. El astrónomo alemán Johannes Kepler
empezó a utilizar la coma para separar los espacios decimales,
y el matemático suizo Justus Byrgius utilizaba fracciones
decimales de la forma 3,2.
A pesar de que los antiguos egipcios tenían símbolos para la
adición y la igualdad, y los griegos, hindúes y árabes tenían
símbolos para la igualdad y las incógnitas, en esos primeros
tiempos las operaciones matemáticas solían ser bastante
engorrosas debido a la falta de signos apropiados. Las
expresiones de dichas operaciones tenían que ser escritas por
completo o expresadas mediante abreviaturas de las palabras.
Más tarde, los griegos, los hindúes y el matemático alemán
Jordanus Nemorarius empezaron a indicar la suma mediante
yuxtaposición, mientras que los italianos la denotaban con las
letras P o p atravesadas con una raya, pero estos símbolos no
eran uniformes. Ciertos matemáticos utilizaban la p, otros la e,
y el italiano Niccolò Tartaglia solía expresar esta operación
como Æ. Los algebristas alemanes e ingleses introdujeron el
signo +, al que denominaron signum additorum, aunque al
principio sólo se utilizaba para indicar excedentes. El
matemático griego Diofante utilizaba el signo ´ para indicar la
sustracción. Los hindúes usaban un punto y los algebristas
italianos la representaban con una M o m y con una raya
atravesando la letra. Los algebristas alemanes e ingleses fueron
los primeros en utilizar el signo actual, al que denominaron
signum subtractorum. Los signos + y - fueron usados por
primera vez en 1489 por el alemán Johann Widman.
El matemático inglés William Oughtred fue el primero en usar
el signo × en vez de la palabra "veces". El matemático alemán Gottfried Wihelm Leidniz utilizaba un punto para indicar la
multiplicación y, en 1637, el francés Rene Descartes empezó a
usar la yuxtaposición de los factores. En 1688 Leibniz utilizó el
símbolo Ç para denotar la multiplicación y È para la división.
Los hindúes colocaban el divisor debajo del dividendo. Leibniz
usó la forma más conocida a:b. Descartes popularizó la
notación an para la potenciación y el matemático inglés John
Wallis definió los exponentes negativos y utilizó el símbolo (¥)
para representar Infinito.
El signo de igualdad, =, lo creó el matemático inglés Robert
Recorde. Otro matemático inglés, Thomas Harriot, fue el
primero en utilizar los símbolos > y <, "mayor que" y "menor
que". El matemático francés François Viète introdujo varios
signos de agrupación. Los símbolos de diferenciación, dx, y de
integración, ò, empleados en el cálculo, son originales de
Leibniz, lo mismo que el símbolo ~ de semejanza, utilizado en
geometría. El matemático suizo Leonhard Euler es el principal
responsable de los símbolos Æ, f, F, usados en la teoría de
funciones.
Jerarquía numérica.-
En el sistema decimal la base es el 10,
es decir, que 10 unidades de un orden constituyen una unidad
del orden inmediato superior, así como cada unidad se compone
de diez unidades del orden inmediato inferior. El número 1 es la
unidad de primer orden a la que se añaden una por una otras
unidades hasta formar una decena o unidad de segundo orden.
Diez decenas o cien unidades forman una centena o unidad de
tercer orden. La unidad de cuarto orden es el millar; la de
quinto orden la decena de millar; la de sexto orden la centena
de millar; la de séptimo orden el millón; la de decimotercer
orden es el billón; la de decimonoveno orden es el trillón y así
sucesivamente. La jerarquía de las órdenes subsecuentes es la
siguiente:
millón, billón, trillón, cuatrillón, quintillón, sextillón,
septillón, octillón, nonillón, decillón, undecillón, duodecillón,
tridecillón, cuatridecillón, quidecillón, sexdecillón,
septidecillón, octodecillón, nonidecillón y vigillón.
En países, como Francia y Estados Unidos, cuyo sistema de
numeración se basa en grupos de tres en lugar de grupos de
seis, cada orden después del millón es mil veces el que lo
precede. En el sistema que impera en Europa y América Latina,
cada número es un millón de veces el anterior. Por ejemplo, un
vigillón es un 1 seguido de 120 ceros en el sistema europeo y
americano, pero es un 1 seguido de 63 ceros en el sistema
estadounidense y francés. No obstante, en los últimos años se ha
extendido poco a poco el uso del término billón, según el
criterio estadounidense y francés, de modo que países como el
Reino Unido, Italia y Portugal lo utilizan con frecuencia. En
España se ha acuñado recientemente el término millardo para
designar la cantidad mil millones.
En cuanto a los decimales, en Europa continental se escriben de
la forma 1,23, en las islas Británicas 1·23 y en el continente
americano 1.23. Utilizando la notación científica estándar, un
número como 0,000000123 se puede escribir 1,23×10-7.
Poliedro.-
En geometria, cuerpo sólido limitado por
superficies planas que a su vez están limitadas por lados rectos.
En otras palabras, un poliedro es un sólido limitado por poligonos. Cada una de las superficies planas se denomina cara.
Un lado recto que limita una cara se llama arista. Un punto en
el extremo de una arista se llama vértice. La figura 1 muestra
una pirámide de base cuadrada con cuatro caras triangulares
como ejemplo de un poliedro.
En un poliedro regular todas las caras son polígonos regulares y
congruentes (iguales en tamaño y forma) entre sí. Los únicos
poliedros regulares son los cinco que aparecen en la figura 2: el
tetraedro, con cuatro caras triangulares; el cubo, con seis caras
cuadradas; el octaedro, con ocho caras triangulares; el
dodecaedro, cuyas doce caras son pentágonos regulares y el
icosaedro, con veinte caras triangulares. A veces se les
denomina cuerpos geométricos platónicos, pues aparecen en los
escritos del filósofo griego Platon, representando al fuego, aire,
tierra, agua y al universo completo.
Un poliedro convexo es aquel en el que un segmento rectilíneo
que une dos vértices cualesquiera del poliedro contiene sólo
puntos que pertenecen a una cara o al interior del poliedro. En
los poliedros convexos existe una relación entre el número de
vértices v, caras c y aristas a dada por v + c - a = 2. Por
ejemplo, el cubo tiene 8 vértices, 6 caras y 12 aristas, lo que da
8 + 6 - 12 = 2. El valor de v + c - a para un poliedro cualquiera
se denomina número de Euler de la superficie del poliedro, que
toma el nombre del matemático suizo Leonhard Euler . Se puede
calcular para un poliedro genérico utilizando los métodos de la
topologia, una rama de las matemáticas.
Matemáticas.-
Estudio de las relaciones entre cantidades,
magnitudes y propiedades, y de las operaciones lógicas
utilizadas para deducir cantidades, magnitudes y propiedades
desconocidas. En el pasado las matemáticas eran consideradas
como la ciencia de la cantidad, referida a las magnitudes (como
en la geometria), a los números (como en la aritmetica), o a la
generalización de ambos (como en el algebra). Hacia mediados
del siglo XIX las matemáticas se empezaron a considerar, como
la ciencia de las relaciones, o como la ciencia que produce
condiciones necesarias. Esta última noción abarca la lógica
matemática o simbólica —ciencia que consiste en utilizar
símbolos para generar una teoría exacta de deducción e
inferencia lógica basada en definiciones, axiomas, postulados y
reglas que transforman elementos primitivos en relaciones y
teoremas más complejos.
Trataremos la evolución de los conceptos e ideas matemáticas
siguiendo su desarrollo histórico. En realidad, las matemáticas
son tan antiguas como la propia humanidad: en los diseños
prehistóricos de cerámica, tejidos y en las pinturas rupestres se
pueden encontrar evidencias del sentido geométrico y del
interés en figuras geométricas. Los sistemas de cálculo
primitivos estaban basados, seguramente, en el uso de los dedos
de una o dos manos, lo que resulta evidente por la gran
abundancia de sistemas numericos en los que las bases son los números 5 y 10.
Las matemáticas en la antigüedad.-
Las primeras referencias a matemáticas avanzadas y organizadas datan del
tercer milenio a.C., en Babilonia y Egipto. Estas matemáticas
estaban dominadas por la aritmética, con cierto interés en
medidas y cálculos geométricos y sin mención de conceptos
matemáticos como los axiomas o las demostraciones.
Los primeros libros egipcios, escritos hacia el año 1800 a.C.,
muestran un sistema de numeración decimal con distintos
símbolos para las sucesivas potencias de 10 (1, 10, 100, …),
similar al sistema utilizado por los romanos. Los números se
representaban escribiendo el símbolo del 1 tantas veces como
unidades tenía el número dado, el símbolo del 10 tantas veces
como decenas había en el número, y así sucesivamente. Para
sumar números, se sumaban por separado las unidades, las
decenas, las centenas, … de cada número. La multiplicación
estaba basada en duplicaciones sucesivas y la división era el
proceso inverso.
Los egipcios utilizaban sumas de fracciones unidad (a), junto
con la fracción B, para expresar todas las fracciones. Por
ejemplo, E era la suma de las fracciones 3 y <. Utilizando este
sistema, los egipcios fueron capaces de resolver problemas
aritméticos con fracciones, así como problemas algebraicos
elementales. En geometría encontraron las reglas correctas
para calcular el área de triángulos, rectángulos y trapecios, y el
volumen de figuras como ortoedros, cilindros y, por supuesto,
pirámides. Para calcular el área de un círculo, los egipcios
utilizaban un cuadrado de lado U del diámetro del círculo,
valor muy cercano al que se obtiene utilizando la constante pi
(3,14), aunque su valor (3,16) es un poco mayor que la
antedicha constante.
El sistema babilónico de numeración era bastante diferente del
egipcio. En el babilónico se utilizaban tablillas con varias
muescas o marcas en forma de cuña (cuneiforme); una cuña
sencilla representaba al 1 y una marca en forma de flecha
representaba al 10 (véase tabla adjunta). Los números menores
que 59 estaban formados por estos símbolos utilizando un
proceso aditivo, como en las matemáticas egipcias. El número
60, sin embargo, se representaba con el mismo símbolo que el 1,
y a partir de ahí, el valor de un símbolo venía dado por su
posición en el número completo. Por ejemplo, un número
compuesto por el símbolo del 2, seguido por el del 27 y
terminado con el del 10, representaba 2 × 602 + 27 × 60 + 10.
Este mismo principio fue ampliado a la representación de
fracciones, de manera que el ejemplo anterior podía también
representar:
2 × 60 + 27 + 10 × (†), o 2 + 27 × (†) + 10 × (†)-2
Este sistema, denominado sexagesimal (base 60), resultaba tan
útil como el sistema decimal (base 10).
Con el tiempo, los babilonios desarrollaron unas matemáticas
más sofisticadas que les permitieron encontrar las raíces
positivas de cualquier ecuación de segundo grado. Fueron
incluso capaces de encontrar las raíces de algunas ecuaciones
de tercer grado, y resolvieron problemas más complicados
utilizando el teorema de Pitágoras. Los babilonios compilaron
una gran cantidad de tablas, incluyendo tablas de multiplicar y
de dividir, tablas de cuadrados y tablas de interés compuesto.
Además, calcularon no sólo la suma de progresiones aritméticas
y de algunas geométricas, sino también de sucesiones de
cuadrados. También obtuvieron una buena aproximación de ¸.
Las matemáticas en Grecia.-
Los griegos tomaron elementos
de las matemáticas de los babilonios y de los egipcios. La
innovación más importante fue la invención de las matemáticas
abstractas basadas en una estructura lógica de definiciones,
axiomas y demostraciones. Según los cronistas griegos, este
avance comenzó en el siglo VI a.C. con Tales de milenio y
Pitagoras de Samos. Este último enseñó la importancia del
estudio de los números para poder entender el mundo. Algunos
de sus discípulos hicieron importantes descubrimientos sobre la
teoría numérica y la geometría, que se atribuyen al propio
Pitágoras.
En el siglo V a.C., algunos de los más importantes geómetras
fueron el filósofo atomista Democrito de Abdera, que encontró
la fórmula correcta para calcular el volumen de una pirámide, e
Hipocrates de Cos, que descubrió que el área de figuras
geométricas en forma de media luna limitadas por arcos
circulares son iguales a las de ciertos triángulos. Este
descubrimiento está relacionado con el famoso problema de la
cuadratura del círculo (construir un cuadrado de área igual a
un círculo dado). Otros dos problemas bastante conocidos que
tuvieron su origen en el mismo periodo son la trisección de un
ángulo y la duplicación del cubo (construir un cubo cuyo
volumen es dos veces el de un cubo dado). Todos estos
problemas fueron resueltos, mediante diversos métodos,
utilizando instrumentos más complicados que la regla y el
compás. Sin embargo, hubo que esperar hasta el siglo XIX para
demostrar finalmente que estos tres problemas no se pueden
resolver utilizando solamente estos dos instrumentos básicos.
A finales del siglo V a.C., un matemático anónimo descubrió
que no existe una unidad de longitud capaz de medir el lado y la
diagonal de un cuadrado, es decir, una de las dos cantidades es
inconmensurable. Esto significa que no existen dos números
naturales m y n cuyo cociente sea igual a la proporción entre el
lado y la diagonal. Dado que los griegos sólo utilizaban los
números naturales (1, 2, 3, …), no pudieron expresar
numéricamente este cociente entre la diagonal y el lado de un
cuadrado (este número, ¸, es lo que hoy se denomina número
irracional). Debido a este descubrimiento se abandonó la teoría
pitagórica de la proporción, basada en números, y se tuvo que
crear una nueva teoría no numérica. Ésta fue introducida en el
siglo IV a.C. por el matemático Eudoxo de Cnido, cuya solución
se puede encontrar en los Elementos de geometría de Euclites.
Eudoxo, además, descubrió un método para demostrar
rigurosamente supuestos sobre áreas y volúmenes mediante
aproximaciones sucesivas.
Euclides, matemático y profesor que trabajaba en el famoso Museo de Alejandria, también escribió tratados sobre óptica,
astronomía y música. Los trece libros que componen sus
Elementos contienen la mayor parte del conocimiento
matemático existente a finales del siglo IV a.C., en áreas tan
diversas como la geometría de polígonos y del círculo, la teoría
numérica, la teoría de los inconmensurables, la geometría del
espacio y la teoría elemental de áreas y volúmenes.
El siglo posterior a Euclides estuvo marcado por un gran auge
de las matemáticas, como se puede comprobar en los trabajos
de Arquimides de Siracusa y de un joven contemporáneo,
Apolonio de Perga. Arquímedes utilizó un nuevo método
teórico, basado en la ponderación de secciones infinitamente
pequeñas de figuras geométricas, para calcular las áreas y
volúmenes de figuras obtenidas a partir de las cónicas. Éstas
habían sido descubiertas por un alumno de Eudoxo llamado
Menaechmo, y aparecían como tema de estudio en un tratado de
Euclides; sin embargo, la primera referencia escrita conocida
aparece en los trabajos de Arquímedes. También investigó los
centros de gravedad y el equilibrio de ciertos cuerpos sólidos
flotando en agua. Casi todo su trabajo es parte de la tradición
que llevó, en el siglo XVII, al desarrollo del cálculo. Su
contemporáneo, Apolonio, escribió un tratado en ocho tomos
sobre las cónicas, y estableció sus nombres: elipse, parábola e
hipérbola. Sirvió de base para el estudio de la geometría de
estas curvas hasta los tiempos del filósofo y científico francés Rene descartes en el siglo XVII.
Después de Euclides, Arquímedes y Apolonio, Grecia no tuvo
ningún geómetra de la misma talla. Los escritos de Herón de
Alejandría en el siglo I d.C. muestran cómo elementos de la
tradición aritmética y de medidas de los babilonios y egipcios
convivieron con las construcciones lógicas de los grandes
geómetras. Los libros de Diofante de Alejandría en el siglo III
d.C. continuaron con esta misma tradición, aunque ocupándose
de problemas más complicados. En ellos Diofante encuentra las
soluciones enteras para aquellos problemas que generan
ecuaciones con varias incógnitas. Actualmente, estas
ecuaciones se denominan diofánticas y se estudian en el Analisis diofantico.
Las matemáticas aplicadas en Grecia.-
En paralelo con los
estudios sobre matemáticas puras hasta ahora mencionados, se
llevaron a cabo estudios de óptica, mecánica y astronomía.
Muchos de los grandes matemáticos, como Euclides y
Arquímedes, también escribieron sobre temas astronómicos.
Unos años después de Apolonio, los astrónomos griegos
adoptaron el sistema babilónico de almacenamiento de
fracciones y, casi al mismo tiempo, compilaron tablas de las
cuerdas de un círculo. Para un círculo de radio determinado,
estas tablas daban la longitud de las cuerdas en función del
ángulo central correspondiente, que crecía con un determinado
incremento. Eran similares a las modernas tablas del seno y
coseno, y marcaron el comienzo de la trigonometría. En la
primera versión de estas tablas —las de Hiparco, hacia el 150
a.C.— los arcos crecían con un incremento de 71°, de 0° a 180°.
En tiempos del astrónomo Tolomeo, en el siglo II d.C., la
maestría griega en el manejo de los números había avanzado
hasta tal punto que Tolomeo fue capaz de incluir en su
Almagesto una tabla de las cuerdas de un círculo con
incrementos de 1°, que, aunque expresadas en forma
sexagesimal, eran correctas hasta la quinta cifra decimal.
Mientras tanto, se desarrollaron otros métodos para resolver
problemas con triángulos planos y se introdujo un teorema —
que recibe el nombre del astrónomo Menelao de Alejandría—
para calcular las longitudes de arcos de esfera en función de
otros arcos. Estos avances dieron a los astrónomos las
herramientas necesarias para resolver problemas de
astronomía esférica, y para desarrollar el sistema astronómico
que sería usado hasta la época del astrónomo alemán Johannes
Kepler.
Las matemáticas en la edad media.-
En Grecia, después de
Tolomeo, se estableció la tradición de estudiar las obras de
estos matemáticos de siglos anteriores en los centros de
enseñanza. El que dichos trabajos se hayan conservado hasta
nuestros días se debe principalmente a esta tradición. Sin
embargo, los primeros avances matemáticos consecuencia del
estudio de estas obras aparecieron en el mundo árabe.
Las matemáticas en el mundo islámico.-
Después de un
siglo de expansión, en la que la religión musulmana se difundió
desde sus orígenes en la península Arábiga hasta dominar un
territorio que se extendía desde la península Ibérica hasta los
límites de la actual China, los árabes empezaron a incorporar a
su propia ciencia los resultados de "ciencias extranjeras". Los
traductores instituciones como la Casa de la Sabiduría de
Bagdad, mantenida por los califas gobernantes y por
donaciones de particulares, escribieron versiones árabes de los
trabajos de matemáticos griegos e indios.
Hacia el año 900 el periodo de incorporación se había
completado y los estudiosos musulmanes comenzaron a
construir sobre los conocimientos adquiridos. Entre otros
avances, los matemáticos árabes ampliaron el sistema indio de
posiciones decimales en aritmética de números enteros,
extendiéndolo a las fracciones decimales. En el siglo XII, el
matemático persa Omar Jayyam generalizó los métodos indios
de extracción de raíces cuadradas y cúbicas para calcular
raíces cuartas, quintas y de grado superior. El matemático
árabe, Al- jwarizmi (de su nombre procede la palabra
algoritsmo, y el título de uno de sus libros es el origen de la
palabra álgebra) desarrolló el algebra de los polinomios; al-
Karayi la completó para polinomios incluso con infinito número
de términos. Los geómetras, como Ibrahim ibn Sinan,
continuaron las investigaciones de Arquímedes sobre áreas y
volúmenes. Kamal al-Din y otros aplicaron la teoría de las
cónicas a la resolución de problemas de óptica. Los
matemáticos Habas al-Hasib y Nasir ad-Din at-Tusi crearon
trigonometrías plana y esférica utilizando la función seno de los
indios y el teorema de Menelao. Estas trigonometrías no se
convirtieron en disciplinas matemáticas en Occidente hasta la
publicación del De triangulis omnimodis del astrónomo alemán
Regiomontano.
Finalmente, algunos matemáticos árabes lograron importantes
avances en la teoría numérica, mientras otros crearon una gran
variedad de métodos numéricos para la resolución de
ecuaciones. Los países europeos con lenguas latinas
adquirieron la mayor parte de estos conocimientos durante el
siglo XII, el gran siglo de las traducciones. Los trabajos de los
árabes, junto con las traducciones de los griegos clásicos fueron
los principales responsables del crecimiento de las matemáticas
durante la edad media. Los matemáticos italianos, como
Leonardo Fibonacci y Luca Pacioli (uno de los grandes
tratadistas del siglo XV en álgebra y aritmética, que
desarrollaba para aplicar en el comercio), se basaron
principalmente en fuentes árabes para sus estudios.
Las matemáticas durante el renacimiento.-
Aunque el
final del periodo medieval fue testigo de importantes estudios
matemáticos sobre problemas del infinito por autores como
Nicole Oresme, no fue hasta principios del siglo XVI cuando se
hizo un descubrimiento matemático de trascendencia en
Occidente. Era una fórmula algebraica para la resolución de
las ecuaciones de tercer y cuarto grado, y fue publicado en
1545 por el matemático italiano Gerolamo Cardano en su Ars
magna. Este hallazgo llevó a los matemáticos a interesarse por
los números complejos y estimuló la búsqueda de soluciones
similares para ecuaciones de quinto grado y superior. Fue esta
búsqueda la que a su vez generó los primeros trabajos sobre la
teoría de los grupos a finales del siglo XVIII y la teoría de
ecuaciones del matemático francés Evariste Galoiste a
principios del XIX.
También durante el siglo XVI se empezaron a utilizar los
modernos signos matematicos y algebraicos. El matemático
francés François Viète llevó a cabo importantes estudios sobre
la resolución de ecuaciones. Sus escritos ejercieron gran
influencia en muchos matemáticos del siglo posterior,
incluyendo a Pierre de Fermat en Francia e Isaac Neuton en
Inglaterra.
Avances en el siglo XVII.-
Los europeos dominaron el desarrollo de las matemáticas después del renacimiento.
Durante el siglo XVII tuvieron lugar los más importantes
avances en las matemáticas desde la era de Arquímedes y
Apolonio. El siglo comenzó con el descubrimiento de los
logaritmos por el matemático escocés John Napier (Neper),
cuya gran utilidad llevó al astrónomo francés Pierre Simon
Laplase a decir, dos siglos más tarde, que Neper, al reducir el
trabajo de los astrónomos a la mitad, les había duplicado la
vida.
La ciencia de la teoria numerica, que había permanecido
aletargada desde la época medieval, es un buen ejemplo de los
avances conseguidos en el siglo XVII basándose en los estudios
de la antigüedad clásica. La obra La aritmética de Diofante
ayudó a Fermat a realizar importantes descubrimientos en la
teoría numérica. Su conjetura más destacada en este campo, fue
que no existen soluciones de la ecuación an + bn = cn con a, b y
c enteros positivos si n es mayor que 2. Esta conjetura, conocida
como Ultimo teorema de Fermat, ha generado gran cantidad de
trabajos en el álgebra y la teoría numérica.
En la geometría pura, dos importantes acontecimientos
ocurrieron en este siglo. El primero fue la publicación, en el
Discurso del método (1637) de Descartes, de su descubrimiento
de la geometria analitica, que mostraba cómo utilizar el álgebra
(desarrollada desde el renacimiento), para investigar la
geometría de las curvas (Fermat había hecho el mismo
descubrimiento pero no lo publicó). El Discurso del método,
junto con una serie de pequeños tratados con los que fue
publicado, ayudó y fundamentó los trabajos matemáticos de
Isaac Newton hacia 1660. El segundo acontecimiento que afectó
a la geometría fue la publicación, por el ingeniero francés
Gérard Desargues, de su descubrimiento de la geometría
proyectiva en 1639. Aunque este trabajo fue alabado por
Descartes y por el científico y filósofo francés Blaise Pascal, su
terminología excéntrica y el gran entusiasmo que había causado
la aparición de la geometría analítica retrasó el desarrollo de
sus ideas hasta principios del siglo XIX, con los trabajos del
matemático francés Jean Victor Poncelet.
Otro avance importante en las matemáticas del siglo XVII fue la
aparición de la teoría de la probabilidad a partir de la
correspondencia entre Pascal y Fermat sobre un problema
presente en los juegos de azar, el llamado problema de puntos.
Esta trabajo no fue publicado, pero llevó al científico holandés
Christiaan Huygens a escribir un pequeño folleto sobre
robabilidad en juegos con dados, que fue publicado en el Ars
coniectandi del matemático suizo Jakob Bernoulli. Tanto
Bernoulli como el francés Abraham De Moivre, en su Doctrina
del azar de 1718, utilizaron el recién descubierto cálculo para
avanzar rápidamente en su teoría, que para entonces tenía
grandes aplicaciones para pujantes compañías de seguros.
Sin embargo, el acontecimiento matemático más importante del
siglo XVII fue, sin lugar a dudas, el descubrimiento, por parte
de Newton, de los calculos diferencial e integral, entre 1664 y
Newton se basó en los trabajos anteriores de dos
compatriotas, John Wallis e Isaac Barrow, así como en
los estudios de otros matemáticos europeos como Descartes,
Francesco Bonaventura Cavalieri, Johann van Waveren Hudde
y Gilles Personne de Roberval. Unos ocho años más tarde, el
alemán Gottfried Wilhelm Leibniz descubrió también el cálculo
y fue el primero en publicarlo, en 1684 y 1686. El sistema de
notación de Leibniz es el que se usa hoy en día en el cálculo.
Situación en el siglo XVIII.-
Durante el resto del siglo XVII
y buena parte del XVIII, los discípulos de Newton y Leibniz se
basaron en sus trabajos para resolver diversos problemas de
física, astronomía e ingeniería, lo que les permitió, al mismo
tiempo, crear campos nuevos dentro de las matemáticas. Así, los
hermanos Johann y Jakob Bernoulli inventaron el cálculo de
variaciones y el matemático francés Gaspart Monge la
geometría diferencial. Joseph Luis Lagrange, también francés,
dio un tratamiento completamente analítico de la mecánica en
su gran obra Mecánica analítica (1788), en donde se pueden
encontrar las famosas ecuaciones de Lagrange para sistemas
dinámicos. Además, Lagrange hizo contribuciones al estudio de
las ecuaciones diferenciales y la teoría numérica, y desarrolló
la teoría de grupos. Su contemporáneo Laplace escribió Teoría
analítica de las probabilidades (1812) y el clásico Mecánica
celeste (1799-1825), que le valió el sobrenombre de 'el Newton
francés'.
El gran matemático del siglo XVIII fue el suizo Leonhard Euler,
quien aportó ideas fundamentales sobre el cálculo y otras ramas
de las matemáticas y sus aplicaciones. Euler escribió textos
sobre cálculo, mecánica y álgebra que se convirtieron en
modelos a seguir para otros autores interesados en estas
disciplinas. Sin embargo, el éxito de Euler y de otros
matemáticos para resolver problemas tanto matemáticos como
físicos utilizando el cálculo sólo sirvió para acentuar la falta de
un desarrollo adecuado y justificado de las ideas básicas del
cálculo. La teoría de Newton estaba basada en la cinética y las
velocidades, la de Leibniz en los infinitésimos, y el tratamiento
de Lagrange era completamente algebraico y basado en el
concepto de las secuencias infinitas. Todos estos sistemas eran
inadecuados en comparación con el modelo lógico de la
geometría griega, y este problema no fue resuelto hasta el siglo
posterior.
Las matemáticas en el siglo XIX.-
En 1821, un matemático francés,Augustin Louis Cauchy, consiguió un enfoque lógico y
apropiado del cálculo. Cauchy basó su visión del cálculo sólo
en cantidades finitas y el concepto de límite. Sin embargo, esta
solución planteó un nuevo problema, el de la definición lógica
de número real. Aunque la definición de cálculo de Cauchy
estaba basada en este concepto, no fue él sino el matemático
alemán Julius W. R. Dedekind quien encontró una definición
adecuada para los números reales basada en los números
racionales, que todavía se enseña hoy en día; los matemáticos
alemanes GeorgCantor y Karl T. W. Weierstrass también dieron
otras definiciones casi al mismo tiempo. Un problema más
importante que surgió al intentar describir el movimiento de
vibración de un muelle —estudiado por primera vez en el siglo
XVIII— fue el de definir el significado de la palabra funcion.
Euler, Lagrange y el matemático francés BaronJoseph Forier
aportaron soluciones, pero fue el matemático alemán Peter G.
Dirichlet quien propuso su definición en los términos
actuales.
Además de fortalecer los fundamentos del análisis, nombre dado
a partir de entonces a las técnicas del cálculo, los matemáticos
del siglo XIX llevaron a cabo importantes avances en esta
materia. A principios del siglo, Carl Friedereich Gauss dio una
explicación adecuada del concepto de numero complejo; estos
números formaron un nuevo y completo campo del análisis,
desarrollado en los trabajos de Cauchy, Weierstrass y el
matemático alemánBernhard Rieman. Otro importante avance
del análisis fue el estudio, por parte de Fourier, de las sumas
infinitas de expresiones con funciones trigonométricas. Éstas se
conocen hoy como series de Fourier, y son herramientas muy
útiles tanto en las matemáticas puras como en las aplicadas.
Además, la investigación de funciones que pudieran ser iguales
a series de Fourier llevó a Cantor al estudio de los conjuntos
infinitos y a una aritmética de números infinitos. La teoría de
Cantor, que fue considerada como demasiado abstracta y
criticada como "enfermedad de la que las matemáticas se
curarán pronto", forma hoy parte de los fundamentos de las
matemáticas y recientemente ha encontrado una nueva
aplicación en el estudio de corrientes turbulentas en fluidos.
Otro descubrimiento del siglo XIX que se consideró abstracto e
inútil en su tiempo fue la geometria no euclidea. En esta
geometría se pueden trazar al menos dos rectas paralelas a una
recta dada que pasen por un punto que no pertenece a ésta.
Aunque descubierta primero por Gauss, éste tuvo miedo de la
controversia que su publicación pudiera causar. Los mismos
resultados fueron descubiertos y publicados por separado por el
matemático rusoNikolaiIvanovichLobachevsky y por el húngaro
Janos bolyai. Las geometrías no euclídeas fueron estudiadas en
su forma más general por Riemann, con su descubrimiento de
las múltiples paralelas. En el siglo XX, a partir de los trabajos
de Einstein, se le han encontrado también aplicaciones en física.
Gauss es uno de los más importantes matemáticos de la historia.
Los diarios de su juventud muestran que ya en sus primeros
años había realizado grandes descubrimientos en teoría
numérica, un área en la que su libro Disquisitiones arithmeticae
marca el comienzo de la era moderna. Cuando tenía sólo
18 años, Gauss demostró que un polígono regular de m
lados se puede dibujar utilizando sólo la regla y el compás si m es una potencia de dos veces primos distintos de la forma 2n +
En su tesis doctoral presentó la primera demostración
apropiada del teorema fundamental del álgebra. A menudo
combinó investigaciones científicas y matemáticas. Por ejemplo,
desarrolló métodos estadísticos al mismo tiempo que
investigaba la órbita de un planetoide recién descubierto,
realizaba trabajos en teoría de potencias junto a estudios del
magnetismo, o estudiaba de la geometría de superficies curvas a
la vez que desarrollaba sus investigaciones topográficas.
De mayor importancia para el álgebra que la demostración del
teorema fundamental por Gauss fue la transformación que ésta
sufrió durante el siglo XIX para pasar del mero estudio de los
polinomios al estudio de la estructura de sistemas algebraicos.
Un paso importante en esa dirección fue la invención del
álgebra simbólica por el inglés George Peacock. Otro avance
destacado fue el descubrimiento de sistemas algebraicos que
tienen muchas propiedades de los números reales. Entre estos
sistemas se encuentran las cuaternas del matemático
irlandésWilliam Rowan Hamilton, el análisis vectorial
delmatemático y físico estadounidense Josiah Willard Gibbs y
los espacios ordenados de n dimensiones del matemático
alemán Hermann Günther Grassmann. Otro paso importante
fue el desarrollo de la teoría de grupos, a partir de los trabajos
de Lagrange. Galois utilizó estos trabajos muy a menudo para
generar una teoría sobre qué polinomios pueden ser resueltos
con una fórmula algebraica.
Del mismo modo que Descartes había utilizado en su momento
el álgebra para estudiar la geometría, el matemático alemán
Felix Klein y el noruego Marius Sophus Lie lo hicieron con el
álgebra del siglo XIX. Klein la utilizó para clasificar las
geometrías según sus grupos de transformaciones (el llamado
Programa Erlanger), y Lie la aplicó a una teoría geométrica de
ecuaciones diferenciales mediante grupos continuos de
transformaciones conocidas como grupos de Lie. En el siglo XX,
el álgebra se ha aplicado a una forma general de la geometría
conocida como Topologia.
También los fundamentos de las matemáticas fueron
completamente transformados durante el siglo XIX,
principalmente por el matemático inglés George Boole en su
libro Investigaciones sobre las leyes del pensamiento (1854) y
por Cantor en su teoria de conjuntos. Sin embargo, hacia finales
del siglo, se descubrieron una serie de paradojas en la teoría de
Cantor. El matemático inglés Bertrand Russell encontró una de
estas paradojas, que afectaba al propio concepto de conjunto.
Los matemáticos resolvieron este problema construyendo
teorías de conjuntos lo suficientemente restrictivas como para
eliminar todas las paradojas conocidas, aunque sin determinar
si podrían aparecer otras paradojas —es decir, sin demostrar si
estas teorías son consistentes. Hasta nuestros días, sólo se han
encontrado demostraciones relativas de consistencia (si la
teoría B es consistente entonces la teoría A también lo es).
Especialmente preocupante es la conclusión, demostrada en
1931 por el lógico estadounidense Kurt Godel, según la cual en
cualquier sistema de axiomas lo suficientemente complicado
como para ser útil a las matemáticas es posible encontrar
proposiciones cuya certeza no se puede demostrar dentro del
sistema.
Las matemáticas actuales.-
En la Conferencia Internacional
de Matemáticos que tuvo lugar en París en 1900, el matemático
alemánDavid Hilbert expuso sus teorías. Hilbert era
catedrático en Göttingen, el hogar académico de Gauss y
Riemann, y había contribuido sustancialmente en casi todas las
ramas de las matemáticas, desde su clásico Fundamentos de la
geometría (1899) a su Fundamentos de la matemática en
colaboración con otros autores. La conferencia de Hilbert en
París consistió en un repaso a 23 problemas matemáticos que él
creía podrían ser las metas de la investigación matemática del
siglo que empezaba. Estos problemas, de hecho, han estimulado
gran parte de los trabajos matemáticos del siglo XX, y cada vez
que aparecen noticias de que otro de los "problemas de Hilbert"
ha sido resuelto, la comunidad matemática internacional espera
los detalles con impaciencia.
A pesar de la importancia que han tenido estos problemas, un
hecho que Hilbert no pudo imaginar fue la invención del
ordenador o computadora digital programable, primordial en
las matemáticas del futuro. Aunque los orígenes de las
computadoras fueron las calculadoras de relojería de Pascal y
Leibniz en el siglo XVII, fue Charles Babbage quien, en la
Inglaterra del siglo XIX, diseñó una máquina capaz de realizar
operaciones matemáticas automáticamente siguiendo una lista
de instrucciones (programa) escritas en tarjetas o cintas. La
imaginación de Babbage sobrepasó la tecnología de su tiempo,
y no fue hasta la invención del relé, la válvula de vacío y
después la del transistor cuando la computación programable a
gran escala se hizo realidad. Este avance ha dado un gran
impulso a ciertas ramas de las matemáticas, como el análisis
numérico y las matemáticas finitas, y ha generado nuevas áreas
de investigación matemática como el estudio de los algoritmos.
Se ha convertido en una poderosa herramienta en campos tan
diversos como la teoría numérica, las ecuaciones diferenciales y
el álgebra abstracta. Además, el ordenador ha permitido
encontrar la solución a varios problemas matemáticos que no se
habían podido resolver anteriormente, como el problema
topológico de los cuatro colores propuesto a mediados del siglo
El teorema dice que cuatro colores son suficientes para
dibujar cualquier mapa, con la condición de que dos países
limítrofes deben tener distintos colores. Este teorema fue
finalmente demostrado en 1976 utilizando una computadora de
gran capacidad de cálculo en la universidad de Illinois (Estados
Unidos).El conocimiento matemático del mundo moderno está
avanzando más rápido que nunca. Teorías que eran
completamente distintas se han reunido para formar teorías más
completas y abstractas. Aunque la mayoría de los problemas
más importantes han sido resueltos, otros como las hipótesis de
Riemann siguen sin serlo. Al mismo tiempo siguen apareciendo
nuevos y estimulantes problemas. Parece que incluso las
matemáticas más abstractas están encontrando aplicación.
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Enviado por: | Andreé Nieto Rauter-santo |
Idioma: | castellano |
País: | Perú |