Cuando hablamos de comunicación nos detenemos a pensar cual es el verdadero fin de comunicarnos, todo se reduce a la intención básica de influir en nuestro medio ambiente y en nosotros mismos. Se puede ver la comunicación como el simple hecho de transmisión o recepción de mensajes, más esto es un complejo proceso en el cual participan diversas variables.

Existen diversas teorías acerca del origen del lenguaje, una de las que creo más importantes es la de los “orígenes arbitrarios” la cual dice que no existió en el desarrollo del lenguaje una razón específica para que se formaran las palabras, sencillamente esto ocurrió.

Hablar de las variables que participan en el desarrollo de la comunicación humana nos lleva a una parte muy importante que es el significado, utilizamos el lenguaje para expresar y producir significados. Cuando comunicamos, lo más importante es preguntarnos ¿Qué significado le está dando el receptor? Se han dado diversas explicaciones sobre lo que significa “significado” es difícil preguntárselo sin incluir en la pregunta la misma palabra.

Generalmente se da por hecho de que las palabras que a diario utilizamos tienen un significado propio, pero realmente ¿Puede una palabra tener significado? Si una palabra es tan solo un conjunto de signos sobre papel o un conjunto de sonidos articulados, si la palabra tuviera el significado, si este le perteneciera podríamos llegar a la conclusión de que el significado es algo indiferente al ser humano, que existe por sí solo, sin necesidad del hombre.

Berlo nos dice que los significados no están en el mensaje, que las palabras no significan nada por si solas, el significado es un proceso de aprendizaje del ser humano, que este los aprende, los establece para sí mismo, los desfigura, los crea y los recrea nuevamente basándose en la praxis. De esto podemos derivar que el significado es ambiguo y diferente para cada persona, que cada cual según su experiencia y también su conveniencia crea sus propios significados y los aplica, es por ello que podemos ver que generalmente la gente se da cuenta de que no se entiende por estar utilizando palabras distintas para decir la misma cosa o viceversa.

Ya sabiendo que el significado es un proceso de aprendizaje, es imperante saber como funciona, el autor hace una analogía con el proceso del “Condicionamiento clásico” desarrollado por Pavlov (1849-1936)

La teoría del “Condicionamiento clásico” fue desarrollada a través de un experimento realizado con un perro que consistía en lo siguiente:

Pavlov notó que cada vez que se le aproximaba al animal se le acercaba un trozo de carne con el cual se le iba a alimentar (estímulo no condicionado), este comenzaba a salivar (respuesta), al proceso le añadió el sonido de una campanilla cada vez que se repetía la operación (estímulo condicionado) El conjunto de estos estímulos al repetir la operación varias veces, llevaron a concluir que de este proceso se deriva un sistema de aprendizaje que bautizó como “condicionado”, cada vez que el perro oía sonar la campanilla comenzaba a salivar, ya sin presentar el pedazo de carne. Entonces:

Esta teoría tuvo un impacto bastante fuerte en el estudio de la Psicología, tanto así que en muchos sistemas penitenciarios utilizaban esta técnica en los años 70 para reformar asesinos y violadores (sistema que no funcionó)

En el avance de los estudios sobre el aprendizaje, basándose en esta teoría y aplicándola en situaciones humanas se desarrollaron otras como la que explicaré a continuación:

Un recién nacido carece de significados, los va adquiriendo por medio de la praxis. Uno de los primeros estímulos que recibe es el alimento. Se le acerca el seno de la madre a la boca o un biberón, a esto se le llama “estímulo proximal”, ya que el bebé tiene contacto directo con éste. Del estímulo proximal se derivan diversas respuestas, que podrían enumerarse como R1, R2, R3, R4... Los cuales podrían ser el eructo, la satisfacción, el salivar, etcétera. Después comienza a notar otra clase de estímulo que es el “distal” este estímulo no tiene la capacidad de producir una respuesta canalizada, en el ejemplo es el ver cómo le van acercando algo a la boca, primero interpreta al objeto (mamila o seno) y después aprende a diferenciar quién se lo acerca, si es su madre o alguien más. Realizando una analogía con la teoría del “Condicionamiento Clásico” el estímulo proximal es parecido al estímulo no condicionado y el estímulo distal se parece al destino condicionado. Así el niño con el tiempo responde al estímulo distal de la misma manera en que reacciona al estímulo proximal.

Existe una hipótesis desarrollada por Osgood llamada “Hipótesis de la mediación” que explica de manera más amplia este fenómeno de aprendizaje.

Osgood sugiere que el bebé reacciona interiormente al estímulo distal, estas reacciones interiores se fijan con el tiempo y lo estimulan a proporcionar respuestas abiertas que están separadas del resto por tres principios:

Existen casos en que los individuos proporcionan la misma respuesta al estímulo distal que al proximal, como el ejemplo que se nos maneja de la señora que ve una rata corriendo lejos de ella (distal) y se espanta y de la misma manera sucede cuando ésta pasa entre sus piernas (proximal)

De esto se puede concluir que: El estímulo proximal despierta una respuesta canalizada o reflejo, todo estímulo distal está relacionado con uno proximal. El individuo responde interiormente al estímulo distal, separando e internalizando las respuestas originales que tiene de la experiencia con el estímulo proximal. Las respuestas internalizadas van fijándose con el tiempo. De las respuestas internas se derivan las abiertas.

De esta teoría se puede entonces decir que en el proceso de la comunicación la respuesta interna se puede establecer para el individuo como el “significado” del estímulo externo.

Los significados que le damos a las cosas están basados en la forma que reaccionamos internamente hacia ellas y nuestra predisposición externa. Al basarnos en esto podemos observar que los significados están en las personas y no en las cosas, son el resultado de factores internos del individuo y de cómo interactúa con su medio, la experiencia dictamina y va cambiando al significado.

Este mismo proceso se repite al momento que el ser humano experimenta el aprendizaje de palabras y lenguajes, que podríamos establecer como estímulos lingüísticos. Cuando se le enseña a hablar a un niño se le presenta el objeto junto con la palabra, de esta forma el infante comienza a aprender por relación, al grado de que con la experiencia y el tiempo ya no necesita la presencia del objeto, sino la misma palabra para relacionarla con él (que se encuentra abstraído en la mente)

Pero a pesar de lo interesante y avanzado que parezca este proceso, tiene sus fallas, las cuales son muy importantes de mencionar, ya que representan serios problemas de comunicación en nuestra sociedad.

• Se llega a entender que la palabra unida al símbolo es la cosa en sí y no solo la representación de la misma.

• En ocasiones creemos universales nuestros propios significados, lo cual nos lleva a pensar que toda persona con la que nos comunicamos entiende lo que deseamos comunicar.

• Este proceso de aprendizaje de los significados es meramente personal, cada cual aprende de acuerdo a su experiencia.

Universidad de la Comunicación

Comunicación I

Ensayo: “Significado y comunicación”

Fisiólogo ruso, ganador del premio Nóbel de Medicina y Fisiología, sus aportes se aprecian tanto en el campo de la fisiología como en lo se conocería después de sus experimentos como Psicología conductista, acuñó el termino "reflejo condicionado"