Prokofiev,fue un compositor, director de orquesta y pianista soviético ruso. Pero Prokofiev fue tan solo un artista de ida y vuelta, que sólo se instaló en los moldes de la vida soviética a mitad de su vida, no como consecuencia de un cambio ideológico, sino más bien de su compleja, múltiple y a veces contradictoria personalidad.
Prokofiev fue un niño prodigio, a los nueve años compuso su primera sinfonía. Su fama, sin embargo, le vino de su dominio del piano, cuya condición de virtuoso le permitió viajar por todo el mundo y ganar mucho más dinero que como compositor. La primera obra que trascendió fue un concierto para piano (1911), causa al mismo tiempo de fama y escándalo. Su manejo del instrumento era asombroso, pero su falta de respeto al oído de los oyentes, con golpes agresivos, ritmos descompuestos y ese sentido sarcástico que casi siempre le acompañó, le granjearon la animadversión de muchos.
En 1927 hizo una gira por su patria, donde se le tributaron tales honores, que Prokofiev se decidió a jugarse su porvenir. En 1933 se establecía definitivamente en Moscú. Para las autoridades soviéticas fue esta repesca un auténtico triunfo.
Romeo y Julieta (1935) fue la obra que congració a la Unión Soviética con la gloriosa tradición del ballet ruso, hasta entonces poco menos que prohibido. Romeo y Julieta es una obra extensa -más de tres horas en representación-, que gustó en Rusia por su colorido y su aparente aire popular, y en Occidente por sus rasgos originales y sus audacias expresivas.
La desgracia de Prokofiev llegó una vez terminada la guerra mundial, cuando coincidieron el deseo del compositor de buscar caminos nuevos y la «dictadura musical» de Zdanov. La quinta y Sexta sinfonías, más avanzadas y tendentes a la vanguardia tonal, no gustaron, y le valieron el dicterio de «desviacionista antidemocrático».
Falleció en Moscú el día 5 de marzo de 1953 (el mismo día que Stalin), durante los ensayos de su ballet La flor de piedra.
ESTILO MUSICAL
Sus obras demuestran una extraordinaria integridad si se tiene en cuenta la presión impuesta por el dogma soviético del realismo socialista En sus obras procedía a registros tan diferentes como el maquinismo, el expresionismo, el clasicismo y el lirismo. En sus últimas composiciones se acercó a la tradición rusa de finales del siglo XIX.
En su autobiografía definió hasta cinco «líneas estilísticas» en su música: la clásica, la modernista (caracterizada por la tendencia a la atonalidad y aún a la cacofonía intencionada), la «motorista» (con ritmos ostinato), la lírica y la grotesca o burlona. Pero no se trata, como el mismo Prokofiev se cuidó de advertir, de etapas o periodos, sino de tendencias superpuestas, que se alteran o confluyen según los casos. Si hubiera que señalar periodos, sería preferible enumerar uno modernista, otro neoclásico (con muchas sinuosidades), y un tercero adaptado a la música soviética (también con cambios y hasta tendencias «desviacionistas»).
ESTILO Y PREMIOS
Su vasta producción se caracteriza por un estilo neoclásico, su colorido ruso y una gran fuerza lírica. El reconocimiento del músico se vio plasmado en los galardones recibidos: Premio del Estado (1943, dos veces en 1946, 1947 y 1951), Artista del Pueblo de la Federación de Rusia (1947) y el Premio Lenin (en 1957, a título póstumo).