Literatura


Romanticismo. Realismo


ROMANTICISMO Y REALISMO EN LA NARRATIVA ESPAÑOLA DEL XIX.

DOS EJEMPLOS: BÉCQUER Y GALDÓS

A lo largo de la primera mitad del siglo XIX se produce en España el triunfo de un movimiento cultural que se estaba desarrollando en Europa desde finales del siglo XVIII: el Romanticismo. El Romanticismo supone una actitud ante la vida. El ser humano, insatisfecho con todo lo que le rodea, se refugia en su propio “yo”, explora su intimidad, sus sentimientos, emociones y sueños. Se rebela contra todo aquello que amenace su libertad, y su curiosidad e imaginación no tienen límites. Cree que la razón no es suficiente para explicar la complejidad de la vida y de la naturaleza, ya que la realidad está compuesta de cosas corrientes y de sucesos excepcionales o extraordinarios. Esto implica la crisis del Racionalismo del siglo anterior, que propugnaba el imperio de la “razón”, ya que con ésta se pretendía explicar y ordenar el mundo, dirigir la política, la moral etc. Ahora los románticos reclaman los derechos de la imaginación, del sentimiento y de la pasión.

En el origen del sentir romántico está el descontento con el presente (insatisfacción ante los valores impuestos por la burguesía) y la creencia de que en el pasado es donde se encuentran los auténticos valores de los pueblos; por eso se vuelve la mirada a hacia dos épocas que habían sido olvidadas y rechazadas en la Ilustración: la Edad Media y el Barroco.

La concepción romántica del mundo se puede sintetizar en estos puntos:

  • La conciencia desgraciada. La vida parece un problema que no tiene solución: la fugacidad y la inconsistencia son sus rasgos constitutivos (igual que en el Barroco), por eso el tema de “las ruinas” es frecuentemente utilizado como símbolo de la caducidad de la existencia. De ahí también la obsesión por la muerte, como final de la angustia vital del romántico (muchos de ellos acabarán suicidándose).

  • El desacuerdo con el mundo. El romántico es un hombre eternamente descontento, sus ansias de libertad, de felicidad, de infinito, no se ven satisfechas en la vida cotidiana, en los sucesos del día a día. De este desacuerdo con el mundo surgen varios temas: la rebeldía, el desengaño, la evasión (ya sea en el tiempo o en el espacio) etc.

  • La exaltación del YO. El individualismo y el subjetivismo son las dos consecuencias de esta actitud. El romántico se siente superior al mundo que le rodea, se siente un genio y se aísla de los demás. De ahí el sentimiento de soledad y el desbordamiento de los sentimientos y pasiones.

  • La libertad. Defensa de la libertad en todos los ámbitos de la vida y del arte, lo que implica una actitud rebelde ante cualquier norma o limitación. Como reverso de estas ansias de libertad encontramos en el romántico la obsesión por el destino, que refleja el sentimiento de frustración de aquel anhelo.

  • La naturaleza. La naturaleza adquiere un importante papel en las obras románticas, ya sean éstas literarias o pictóricas, ya que se adapta a los estados de ánimo de la persona, mostrándose melancólica, tétrica o turbulenta según los casos. A la angustia y obsesión por la muerte responden el gusto por la noche y los ambientes sepulcrales. También la naturaleza aparece en las obras románticas “en libertad”, bosques intrincados, paisajes silvestres etc.

  • Lo popular. El romántico siente interés por todas aquellas peculiaridades nacionales que hay que defender para poder construir un futuro sobre los antiguos ideales: costumbres, tradiciones, canciones, lengua y todos aquellos rasgos culturales en que pueda cimentarse su concepción de la “nacionalidad”. Esto responde también a la búsqueda de la singularidad y originalidad, aquello que tengo yo y que no tiene otro.

  • A la luz de estas características procederemos ahora al análisis de dos leyendas de Gustavo Adolfo Bécquer, que aunque cronológicamente está situado en la etapa realista, estéticamente es romántico, por eso algunos críticos no han dudado en calificarlo como “romántico rezagado”. (Tenemos que recordar que la obra de Bécquer coincide en el tiempo con la extinción del Romanticismo y el auge del Realismo en España ya Bécquer nace en 1836).

    Las dos leyendas que vamos a analizar son Los ojos verdes y El monte de las Ánimas. La leyenda es el género más adecuado para introducir rasgos de la literatura fantástica. En las leyendas es habitual que aparezcan elementos sobrenaturales, pero ahora Bécquer las cuenta de manera distinta, porque lo sobrenatural y misterioso forman parte de la realidad cotidiana. Se pone de relieve el escritor romántico que vuelve los ojos a la Edad Media y habla de hechos que derivan de la tradición popular.

    Estas dos leyendas pertenecen a las llamadas “leyendas de Soria”, según la clasificación geográfica hecha por el propio autor, por tener lugar la acción en tierras de Soria, en Castilla. No solo tienen en común el escenario físico, sino también parte del tema: en ambas, la muerte o la locura se adueñan de unos personajes que no se conforman con su vida habitual y buscan lo fantástico por alguna razón.

    Estructuralmente, en las Leyendas de Bécquer pueden establecerse, por lo general, tres momentos en el desarrollo de la narración:

    • Una presentación o prólogo en primera persona donde el autor ofrece noticias al lector sobre algunos aspectos de la leyenda

    • Un núcleo central, en el que se desarrolla el relato fantástico, la leyenda propiamente dicha.

    • Un cierre a modo de conclusión, que suele suponer la vuelta a la realidad.

    Esta alternancia de realidad y fantasía como sistema estructurador de la narración, queda intensificada a través del estilo mediante la alternancia de un lenguaje coloquial en los momentos realistas y de un lenguaje intensamente lírico en la parte fantástica.

    LOS OJOS VERDES

    El autor escribe una leyenda que se basa en motivos folclóricos europeos: la creencia en la ondina (ser fantástico que habita en las aguas de los ríos y fuentes) que provoca la muerte de quien se acerca a ella. Los protagonistas son el noble Fernando de Argensola, hijo de los marqueses de Almenar y unos misteriosos ojos verdes.

    Resumen: En una cacería un ciervo herido se dirige hacia la fuente de los Álamos. Iñigo, el montero mayor, da aviso de que en esa zona no pueden adentrarse, por lo que hay que dar al ciervo por perdido. El joven Fernando de Argensola, orgulloso y altivo decide no hacer caso a su montero, a pesar de que aquél le explica que en las aguas de la fuente habita un espíritu del mal, y que quien enturbie sus aguas pagará con la vida su atrevimiento. Efectivamente, Fernando, enamorado del espíritu acuático, acabará muriendo ahogado en las aguas de la fuente.

    Tema: La búsqueda de la mujer ideal, del amor imposible que sólo existe en la imaginación de la persona.

    Estructura: Siguiendo el modelo anterior, nos encontramos con una presentación o prólogo del autor en el que justifica en primera persona el por qué de este relato:

    “ Hace mucho tiempo que tenía ganas de escribir cualquier cosa con este título (...) Yo creo que he visto unos ojos como los que he pintado en esta leyenda ... “

    y también hace un llamamiento a la imaginación del lector para que complete la narración:

    “De todos modos, cuento con la imaginación de mis lectores para hacerme comprender en éste que pudiéramos llamar boceto de un cuadro que pintaré algún día”

    Después de esa presentación aparece dividido el relato en tres partes, la I en la que se presenta el ambiente de una cacería en el monte, la huida del ciervo, la precaución de Iñigo y la desobediencia de Fernando. El lenguaje abunda en sustantivos y verbos, términos de acción:

    “Herido va el ciervo ... Se ve el rastro de la sangre entre las zarzas del monte (...) el bramido de las trompas, el latir de la jauría ...

    “ ...La fuente de los Álamos, en cuyas aguas habita un espíritu del mal. El que osa enturbiar su corriente paga caro su atrevimiento...”

    “ ...Primero perderé yo el señorío de mis padres, y primero perderé el ánima en manos de Satanás, que permitir que se me escape ese ciervo...”

    Hasta ahora la situación de la escena es real, así que el registro lingüístico utilizado es el coloquial:

    “ ¡Por San Saturio, Patrón de Soria!, cortadle el paso por esas carrascas...” (pág. 116)

    “...¿Qué haces imbécil? ¡Ves que la pieza...”

    En la II parte se nos presenta una conversación entre Iñigo y Fernando, en la que éste cuenta su experiencia en la fuente de los Álamos, y su encuentro con una mujer de increíbles ojos verdes, de la que se ha enamorado perdidamente, Iñigo intenta convencerle de que no vuelva a la fuente, pues corre peligro, pero Fernando persiste en su locura que ha cambiado su forma de ser, sus síntomas son:

    “ Tenéis la color quebrada, andáis mustio y sombrío...”

    Fernando describe la naturaleza de acuerdo con sus sentimientos amorosos:

    “ Aquellas gotas que al desprenderse brillan como puntos de oro y suenan como las notas de un instrumento, se reúnen entre los céspedes...susurrando como un ruido semejante al de las abejas que zumban en torno a las flores....hasta caer en un lago”

    La percepción de la belleza de la mujer es totalmente ilusoria:

    “...una mujer hermosa sobre toda ponderación. Sus cabellos eran como el oro, sus pestañas brillaban como hilos de luz, y entre las pestañas volteaban, inquietas, unas pupilas...”

    Iñigo se da cuenta que está bajo el poder del hechizo de un espíritu peligroso, ya que una leyenda pasada de padres a hijos así lo transmitió, y así se lo hace saber a Fernando:

    “...mis padres, al prohibirme llegar hasta esos lugares, me dijeron mil veces que el espíritu , trasgo, demonio o mujer que habita en sus aguas (...) Yo os conjuro a no volver a la fuente de los Álamos. Un día u otro os alcanzará su venganza...

    Pero Fernando está embrujado y sólo piensa en ella, a costa de lo que sea, vemos aquí esa amplificación de los sentimientos y pasiones de las que hablábamos antes:

    “¿sabes tú por qué daría yo el amor de mi padre....y todo el cariño que pueden atesorar todas las mujeres de la tierra? Por una mirada, por una sola mirada de esos ojos...”

    En la parte III el escenario es la Fuente de los Álamos, vamos a asistir a un encuentro y conversación entre Fernando y la misteriosa mujer de los ojos verdes, la naturaleza se torna fantástica, asistimos a una coreografía romántica:

    “ ...la brisa gemía entre los álamos de la fuente, y la niebla, elevándose poco a poco de la superficie del lago, comenzaba a envolver las rocas de su margen...”

    Ella confiesa su origen y le invita a reunirse con ella prometiéndole el ideal romántico por excelencia: la felicidad sin fin.

    “Yo vivo en el fondo de esta agua; incorpórea como ellas, fugaz y transparente...Yo te daré una felicidad sin nombre, esa felicidad que has soñado en tus horas de delirio y que no puede ofrecerte nadie”

    La consecuencia es la muerte del ciego enamorado en pos de su mujer ideal, que no es tal mujer, lo que él siente como brazos son las algas del pantano, la sensación fría es el contacto con el agua helada:

    “ Fernando dio un paso hacia ella... y sintió unos brazos delgados y flexibles que se liaban a su cuello, y una sensación fría en sus labios ardorosos, un beso de nieve... y vaciló, ... y perdió pie, y cayó al agua con un rumor sordo y lúgubre”

    Vemos en la leyenda la presencia de dos espacios a los que corresponden dos personajes:

    Naturaleza normal -----------------

    El joven noble Fernando

    Naturaleza prohibida - extraña ---

    Los ojos verdes de una mujer misteriosa

    También percibimos la oposición entre las creencias del pueblo y las del noble:

    Fernando de Argensola (noble)

    Desprecio de las creencias---muerte

    Pueblo

    Respeto a la tradición--- precaución

    Vemos pues que toda la leyenda está salpicada de elementos románticos, desde la presencia de un protagonista extraordinario y fantástico (los ojos verdes) hasta la descripción de los paisajes naturales de acuerdo con el estado de ánimo del personaje, la vehemencia sentimental, o el uso del lenguaje (inseguro para la expresión de lo fantástico y lírico para la expresión de la belleza), o la búsqueda individual del ideal de belleza y el amor.

    EL MONTE DE LAS ÁNIMAS

    Se presenta como leyenda soriana, relata una tradición española, según la cual los templarios (caballeros que son militares y religiosos) y los nobles de Soria se enfrentaron a muerte y cada noche del día de Difuntos (1 y 2 de noviembre) se levantan de sus tumbas para repetir la lucha. Sobre este marco legendario construye Bécquer su narración novelesca.

    Resumen: Beatriz y Alonso, primos, están de cacería en el Monte de las Ánimas. Cuando se acerca la noche Alonso propone regresar, y le cuenta a su prima la leyenda sobre ese lugar. Ella lo escucha escéptica. Beatriz está pasando unos días en España, para recuperar su salud, y dentro de poco deberá regresar a su país, así que Alonso le propone intercambiar un recuerdo: él le ofrece un broche, que fue de su madre, y ella le quiere dejar una banda de tela azul que llevó en la cacería, pero se da cuenta de que la ha perdido en el Monte. Fernando en un primer momento no quiere ir a buscarla, pero ella se burla, y él, picado en su honor propio sale a recuperarla. Al día siguiente Beatriz encuentra en su cama la banda rota y llena de sangre. El cuerpo de Alonso es encontrado destrozado por los lobos y Beatriz muere de terror. Su figura es incorporada a la leyenda posteriormente.

    Tema: La mujer desencadena la muerte de su amante al tiempo que ella misma es castigada por su voluntad caprichosa.

    Estructura: Igual que en la anterior hay una especie de presentación o justificación de la narración: el autor no podía dormir, era el día de difuntos y se le vino a la cabeza una leyenda que hacía poco había oído en Soria, vemos ya aquí presente un elemento típico de la estética romántica: el mundo de ultratumba, el reino de los espíritus, los difuntos, con otros elementos vinculados a él: el tañido de las campanas.

    “La noche de difuntos me despertó no sé a qué hora el doble de las campanas. Su tañido monótono y eterno me trajo a las mientes esta tradición que oí hace poco en Soria”

    El relato aparece articulado en cuatro partes. En la parte I se nos presentan los protagonistas en un ambiente festivo, de vuelta al palacio de los condes de Alcudiel, padres de Alonso y tíos de Beatriz:

    “ Atad los perros; haced la señal con las trompas para que se reúnan los cazadores y demos la vuelta a la ciudad. (...) Los pajes se reunieron en alegres y bulliciosos grupos...montaron en sus magníficos caballos...”

    El motivo de la vuelta a una hora tan temprana es la creencia de Alonso en que durante esa noche se van a producir hechos extraordinarios en ese monte. Contrasta esta actitud con la del protagonista de la leyenda anterior, que despreciaba las tradiciones.

    “A ser otro el día, no dejara yo de concluir con ese rebaño de lobos...; pero hoy es imposible. Dentro de poco sonará la oración de los Templarios, y las ánimas de los difuntos comenzarán a tañer su campana en la capilla del monte...”

    Alonso le relata a su prima la leyenda en la cual él basa su precaución, la leyenda está llena de elementos románticos: el exotismo del lugar, la vuelta a la Edad Media, el mundo de ultratumba, las ruinas:

    “Conquistada Soria a los árabes...La capilla de los religiosos ... comenzó a arruinarse... Las ánimas de los muertos, envueltas en los jirones de sus sudarios...se oye doblar sola la campana de la capilla...”

    La naturaleza también es hostil, en concordancia con los sucesos acaecidos en ella:

    “Los ciervos braman espantados, los lobos aúllan, las culebras dan horrorosos silbidos...”

    En la II parte, que transcurre en el palacio después de la cacería, vemos dos grupos de personas: por un lado las damas y caballeros que conversan acerca de brujas y trasgos, historias de miedo propias de la noche de difuntos, y por otro lado Beatriz y Alonso. Alonso se muestra sumiso y galante con Beatriz, pero ella da muestras constantemente de su soberbia y frialdad. Cuando Beatriz no encuentra su banda le propone a Alonso el reto de recuperarla. Alonso duda y explica por qué no quiere ir, no es cobardía, es mero sentido común:

    “...nadie dirá que me ha visto huir del peligro en ninguna ocasión. Otra noche volaría por esa banda...y sin embargo esta noche..., esta noche ¿a qué ocultártelo?, tengo miedo”

    Parece que el conflicto está resuelto, que finalmente ella le dará otra prenda, que el se quedará en casa con el honor a salvo, pero la coquetería y el capricho de ella hacen cambiar el rumbo de la acción, a la vez que hace presagiar en el lector un cúmulo de desgracias. Y no solamente somos nosotros los que presentimos un desenlace desgraciado, sino que también:

    “...el aire zumbaba en los vidrios del balcón y las campanas de la ciudad doblaban a lo lejos.”

    En la parte III Beatriz está sola en el escenario de su cuarto, un poco inquieta por la tardanza de Alonso, también ella presiente algo, pero se niega a aceptarlo, sin embargo percibe

    “...las vibraciones de la campana, lentas, sordas, tristísimas”

    y el terror comienza a apoderarse de ella mientras recuerda la leyenda del Monte de las Ánimas que le había contado su primo. En un momento dado, su soberbia la hace compararse con la gente rústica e ignorante que hace caso de supersticiones entre los que incluye a su primo Alonso

    “¿soy yo tan miedosa como esas pobres gentes, cuyo corazón palpita de terror bajo una armadura, al oír una conseja de aparecidos?

    Después de estas reflexiones aumenta la tensión narrativa, no sabemos nada de Alonso, Beatriz siente cada vez más clara la presencia de algo extraño, ya no hay duda, estamos en presencia de algo sobrenatural:

    “...unas pisadas lentas sonaban sobre la alfombra; el rumor de aquellas pisadas era sordo, casi imperceptible...y a su compás se oía crujir una cosa como madera o hueso.”

    Cuando por fin ella decide abrir los ojos con la llegada de la luz del día, intenta convencerse de que todo ha sido una pesadilla, pero la presencia de la banda azul en la habitación la hacen ver las cosas tal como sucedieron, y muere de terror. El estado en el que la encontraron sus servidores es narrado con gran profusión:

    “...la encontraron inmóvil, crispada, asida con ambas manos a una de las columnas de ébano del lecho, desencajados los ojos, entrabierta la boca, blancos los labios, rígidos los miembros, muerta, ¡muerta de horror!”

    La parte IV es una especie de continuación, pero no en el mundo real, sino en el mundo de los espíritus; el castigo al orgullo de Beatriz, orgullo que ha costado la vida a Alonso: ella misma quedará incorporada a ese mundo de terror, habitante del Monte de las Ánimas por toda la eternidad. Así lo relatará un cazador extraviado en el monte, que pudo presenciar la siguiente escena:

    “...vio a los esqueletos...levantarse al punto de la oración y perseguir como a una fiera a una mujer hermosa , pálida y desmelenada, que con los pies desnudos y sangrientos, y arrojando gritos de horror, daba vueltas alrededor de la tumba de Alonso.”

    El autor ha estructurado sabiamente la acción, creando momentos de máximo suspense, alternados con otros de relajación.

    Al igual que en Los ojos verdes, la narración está llena de elementos románticos: la presencia en el mundo externo de hechos invisibles que no pueden explicarse mediante la razón natural; el fuerte sentimiento amoroso que puede llevar a despreciar las propias convicciones, la perturbación de los personajes ante lo sobrenatural; la evasión en el tiempo (posiblemente el siglo XIII, ya que en 1312 la orden Templaria fue disuelta) a la vez que el léxico utilizado, cuidadosamente seleccionado para estar al servicio del tema y escenario, son significativos los sustantivos y adjetivos con sus asociaciones: “tañido monótono, batalla espantosa, sangriento festín, estrechas y oscuras calles, cuentos temerosos, pensamiento diabólico, amarillentos cráneos, voz ahogada y doliente, lejanos ladridos de perros, confusas voces, pisadas lentas” etc.

    Una vez analizado el movimiento romántico en dos leyendas de Gustavo Adolfo Bécquer, pasaremos al estudio del realismo en una de las obras de Benito Pérez Galdós: Doña Perfecta.

    En la base del Romanticismo hemos visto una protesta contra el mundo y los valores burgueses. Las cosas no cambian sustancialmente en la segunda mitad del siglo, aunque se matizan. Por ejemplo, ahora la crítica se asume desde dentro de la propia burguesía, ya no se trata de huir de la realidad, de evadirse, sino de describirla, “fotografiarla” con intención crítica, por eso Realismo no se opone a Romanticismo, por lo menos en un primer momento, sino que más bien surge a partir de él. Los cambios sociales y de mentalidad explican el paso de uno al otro. Los sueños y la angustia vital del romántico van cediendo el paso a un examen crítico del mundo circundante y a programas concretos de acción social y política. El Realismo sucede al Romanticismo en dos vertientes:

  • Por un lado desarrolla ciertos elementos románticos como el interés por lo regional y local (el costumbrismo).

  • Por otro elimina o corrige otros elementos: se frena la imaginación, se rechaza lo fantástico o maravilloso, se controlan las explosiones del sentimiento, se dice no a la evocación del pasado legendario... y todo esto porque el público es ahora un público burgués que pide que se le hable de lo inmediato , de lo cotidiano, de lo real.

  • La novela será el género preferido por los escritores para plasmar la realidad, ya que tiene una mayor extensión , y permite describir ambientes, relacionar acontecimientos, estudiar la psicología de los personajes, plantear posturas ideológicas etc. Los rasgos generales de la novela realista son estos:

  • Se desea representar la realidad de la forma más objetiva y exacta. En palabras de Galdós debe ser “una copia artística de la realidad”.

  • El método seguido por el autor es la observación directa, la toma de datos, la documentación.

  • Se presta atención a lo cotidiano, lo concreto e inmediato.

  • Abundan las descripciones minuciosas, la atención a los detalles (la ropa, los muebles, los rasgos físicos y psicológicos de los personajes...)

  • Se relaciona la vida privada de los personajes con la vida pública, histórica y social en que se desenvuelven.

  • El escritor lo sabe todo de sus personajes, es un narrador omnisciente.

  • Se suelen plantear posturas ideológicas y reflexiones sobre los valores morales de la sociedad.

  • El escritor busca reflejar la manera de hablar de los personajes.

  • Benito Pérez Galdós es el novelista que mejor cultivó el realismo integral, describe tanto ambientes y costumbres como analiza psicológicamente a los personajes. El mismo Galdós dividió su producción en: Episodios nacionales, Novelas españolas de la primera época y Novelas española contemporáneas. Doña Perfecta pertenece a las Novelas de la primera época, y en ellas se plasman los enfrentamientos ideológicos entre los españoles.

    Tema: El enfrentamiento entre las dos Españas, la bipolaridad política y la intransigencia religiosa.

    Galdós está observando unas realidades españolas bien concretas: opone la España integrista, representada por el penitenciario (sacerdote que tiene la misión en una diócesis de perdonar aquellos pecados que sólo pueden ser perdonados por el Papa) y doña Perfecta, a una España renovadora y progresista.

    Orbajosa es un nombre literario, resulta difícil su identificación con una determinada ciudad, aunque el dato que se nos da en la novela es de que está situada en el corazón de España , en el kilómetro 172 de una línea férrea radial de las que parten de Madrid:

    “ La desolada tierra sin árboles, pajiza a trechos, a trechos de color gredoso, dividida toda en triángulos y cuadriláteros amarillos o negruzcos, pardos y ligeramente verdegueados, semejaba en cierto modo a la capa del harapiento que se pone al sol...”

    La intención de una ciudad prototípica está declarada por el propio novelista:

    “Orbajosa no está muy lejos ni tampoco muy cerca de Madrid (...) ni al norte ni al sur, ni al este ni al oeste, sino que es posible que esté en todas partes, y por doquiera que los españoles revuelvan sus ojos...”

    Pero lo importante es que la ciudad de Orbajosa representa una comunidad urbana de la Meseta . Galdós la analiza desde dos perspectivas: la de los propios habitantes, para los que la ciudad es una reserva de la tradición, de las buenas costumbres, un ejemplo para los forasteros que la visitan, y hacia los que muestran hostilidad. Pero sobre todo Orbajosa se opone a Madrid, para doña Perfecta la corte es un centro de corrupción, y así ve ella la oposición:

    ORBAJOSA

    MADRID

    Sencillez

    Lujos

    Rusticidad

    Buen tono

    Pobreza

    Riqueza

    Moralidad

    Corrupción

    Religiosidad

    Ateísmo

    Incorruptibilidad

    Falsedad

    Honorabilidad

    Latrocinio

    Santas tradiciones

    Menosprecio

    También don Inocencio se queja de la degeneración de las costumbres, de la manipulación del ateísmo y el protestantismo en la capital:

    “centro de corrupción, de escándalo, (donde) unos cuantos hombres malignos comprados por el oro extranjero , se emplean en destruir en nuestra España las semillas de la fe...”

    La perspectiva externa nos ofrece una visión muy diferente de Orbajosa, así para Pepe Rey, aquélla es una ciudad cerrada, sepulcral, reducto de la mojigatería, estancada, inmovilizada, de mentes cerradas. Para el ingeniero, la ciudad necesita un estímulo y un impulso poderoso, pero sus ideas sólo merecerán las iras del penitenciario, las críticas de doña Perfecta y las murmuraciones de los asiduos del casino. Para Pepe rey Orbajosa es:

    ORBAJOSA

    Aislamiento

    Ignorancia

    Intransigencia

    Atraso

    Hipocresía

    Fanatismo

    Incomunicación

    Inmovilismo

    Dentro de este espacio ciudadano, visto de forma diferente por los distintos espectadores, Galdós establece una serie de enfrentamientos ideológicos entre los personajes. Pepe Rey, sobrino de doña Perfecta, ingeniero formado en Inglaterra y Alemania, es el hombre de ciencia, que quiere cooperar a la cultura y al bienestar físico del hombre. Aparece como modelo ante el lector, pero no es valorado así por su tía y don Inocencio. Otro punto de divergencia es “la ciencia”, para don Inocencio es la muerte del sentimiento y las ilusiones, con ella decae la vida del espíritu. En las discusiones siempre utiliza la misma táctica, primero elogiar exageradamente al contrario y después atacar furiosamente sus principios, es un hipócrita; sin embargo Pepe Rey dice siempre lo que piensa y su sinceridad escandaliza al canónigo. El tercer tema en discordia es “la fe”. El penitenciario incluye todos los conceptos científicos en la categoría del error religioso:

    “No mediré yo mis fuerzas con adalid tan valiente...El señor don José lo sabe todo...bien sé que la doctrina que sustenta es falsa; pero yo no tengo talento ni elocuencia para combatirla. Emplearía yo las armas del sentimiento, emplearía argumentos teológicos, ...pero ¡ay! El señor don José se reiría de la Teología, de la fe, de la revelación...”

    Doña Perfecta en todas estas discusiones actúa como eco de don Inocencio, en contra de su sobrino. El enfrentamiento pues se produce entre Pepe Rey por un lado y su tía y el penitenciario por el otro.

    Pepe Rey llega a Orbajosa para casarse con su prima Rosario (el matrimonio entre ambos fue concertado por sus padres y los dos han aceptado el contrato), trae la misión (encomendada por el Ministerio de Fomento) de explorar las posibilidades mineras del valle. Pero se encuentra con obstáculos. Por un lado don Inocencio y doña perfecta, como ya vimos, pero también Jacintito, el abogado de los vecinos que quieren expropiarle unas tierras, y que a la vez es rival amoroso. Se forma pues una especie de campaña para desprestigiar al ingeniero. Finalmente es destituido por el Ministerio en sus investigaciones.

    A lo largo de la novela nos encontramos con pormenorizadas descripciones, hemos visto hasta ahora la de Orbajosa, algo inanimado, pero también Galdós es un maestro en el retrato del personaje, veamos el que hace de Rosario, la prometida de Pepe Rey:

    Rasgos físicos: Rostro fino, piel nacarada

    Rasgos de carácter: tímida, crédula, dulce, sentimental, delicada, noble

    Pero no solo es Galdós como narrador el que hace descripciones, también tenemos los diferentes puntos de vista que expresan unos personajes acerca de los otros, por ejemplo, cómo califica doña Perfecta a Pepe Rey:

    Pepe Rey (según D.P.)

    Irreligioso

    Irreverente

    Iconoclasta

    Darwinista

    Monstruo

    Ateo infame

    En el capítulo VII se desarrolla la acción amorosa, la correspondencia de Rosario hacia Pepe Rey, todo hace presentir un final feliz. Pero desde el capítulo X don Inocencio intensifica la campaña de desprestigio del ingeniero, Jacintito se presenta como claro rival, y doña Perfecta encierra a Rosario para que no se pueda ver con su primo, para que no se case con un incrédulo, con un liberal. Así manifiesta su oposición al proyecto de boda:

    “En nombre de Dios, a quien puedo invocar, porque creo en Él, te digo que mi hija no será jamás tu mujer. Mi hija se salvará, Pepe; mi hija no puede ser condenada en vida al infierno, porque Infierno es la unión contigo.”

    En el capítulo XVII tiene lugar un encuentro nocturno a pesar de su encierro, pero está claro que tal como es Rosario, no será capaz de afrontar el autoritarismo de su madre, y las presiones del penitenciario... tiene que luchar entre el amor y la obediencia a su madre. Una madre que no admite más puntos de vista que el suyo propio, que al principo de la novela va un poco a remolque de don Inocencio, pero que pronto será protagonista de sus propios enredos.

    Todavía nos faltan por analizar algunos personajes que parecen secundarios en la trama, pero que desde su posición ayudan al desenlace final. Entre ellos destaca María Remedios, sobrina de don Inocencio y madre de Jacintito. Su máxima ambición es lograr la boda de su hijo con Rosario, y por una conversación que mantiene con su tío, sabemos que es la principal instigadora del complot para conseguir el fracaso amoroso de Pepe Rey, incluso consigue la colaboración de Caballuco para utilizar la violencia si es preciso.

    En el capítulo XXIX Pepe manda una nota a Rosario para concertar una cita con ella esa noche para contarle los planes que tiene, pero esa cita tendrá un desenlace fatal debido a tres acciones:

    • Caballuco sigue los pasos al ingeniero hasta la huerta de Rosario

    • Rosario, presionada por su madre, confiesa la cita concertada

    • La sobrina del penitenciario avisa de la entrada de Pepe Rey

    Ahora llega la novela a su máxima tensión dramática, estamos asistiendo a la caza del hombre:

    “- Allí veo un bulto -dijo- Va hacia las adelfas.

    • Es él -gritó Remedios- Pero allá aparece Ramos....¡Ramos!

    Distinguieron perfectamente la colosal figura del centauro.

    • ¡Hacia las adelfas! ¡Ramos, hacia las adelfas!

    Doña Perfecta adelantó algunos pasos. Su voz ronca que vibraba con acento terrible, disparó estas palabras:

    • Cristóbal, Cristóbal.....¡mátale!

    Oyóse un tiro. Después otro.”

    Pepe Rey ha sido asesinado, pero los asesinos hacen circular por la ciudad rumores de que se ha suicidado. En un epílogo de estilo epistolar conocemos algunos datos más. A través de las cartas de don Cayetano a un amigo sabemos de otro final de la novela: la locura incurable de Rosario y el arrepentimiento de doña Perfecta (que padece una grave enfermedad sumada a su dolor) y la renuncia de don Inocencio que desde ahora llevará una vida retirada.

    En el último capítulo, el XXXIII, tan sólo aparece una conclusión:

    “Esto se acabó. Es cuanto por ahora podemos decir de las que parecen buenas y no lo son”

    Queda finalmente hacer referencia al simbolismo de los nombres en la novela, sobre todo el de los protagonistas: Don Inocencio y doña Perfecta, que parecen responder a la visión que ellos mismos tienen de sí, y que para el lector resultan más bien irónicos después de observar su comportamiento, ya que como dice el refrán: Obras son amores y no buenas razones.

    He utilizado para el comentario: Bécquer, G.A. , Leyendas y narraciones, Ed. Libra, Madrid 1970

    MONTESINOS, J.F., Galdós, 3 vol. Madrid, Castalia, 1972

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    Idioma: castellano
    País: España

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