Literatura
Romanticismo europeo
INTRODUCCIÓN.
A medida que el mundo ha ido progresando, también ha evolucionado la forma específica que tiene el hombre de interpretarse a sí mismo y al mundo que lo rodea, buscando una respuesta que de sentido a su existencia. El ser humano va concibiendo la literatura de manera diferente según sea el concepto que tenga de la realidad. Esto nos explica el hecho de que a principios del siglo XIX empiece a manifestarse una nueva forma de sensibilidad que se opone al pensamiento racionalista y normativo del neoclasicismo. La razón será destituida por la imaginación, se dará paso a la libertad creativa.
EL ROMANTICISMO.
Para los neoclásicos lo primordial fue la razón. Se admitía que la vida y la sociedad eran imperfectas, pero dentro de ellas el hombre debía alcanzar su perfección moral guiado por la razón. En cambio, la actitud moral y sentimental de los románticos es de insatisfacción ante la vida y el mundo. Se rebelan contra todo y aspiran a algo superior, sin saber siempre qué es. A esta situación e desencanto contribuye la pérdida de la fe en el papel rector de la razón. Adquieren gran importancia la imaginación y la sensibilidad personales. La imaginación permite al romántico evadirse de la realidad y tender hacia un mundo de ensueños, ideal e indeterminado. Un hermoso ideal, generalmente irrealizable. De ahí proviene la disociación entre lo ideal y lo real.
El Romanticismo es un especial estado de alma de hombres jóvenes. Incluso el destino del romanticismo fue no superar la juventud de los románticos. Muchos de ello dejaron de existir tempranamente: Novalis, Shelley, Keats, murieron antes de cumplir los 30 años; Larra y Nerval se suicidaron; Hölderlin se enajenó en el mundo de la locura. Fueron hombres sensibles, capaces de conmoverse ante la naturaleza y el arte. Poseedores de un ardiente y apasionado corazón que vibró con el amor. Guiados por la imaginación y la sensibilidad el lugar de la equilibrada razon, se sintieron impulsados hacia las más nobles causas humanas, por ejemplo el patriotismo, la independencia, la libertad, la justicia.
Los románticos se diferenciaron de los neoclásicos hasta en el aspecto físico: de contextura delgada, barba, flotante cabellera, rostro pálido y ojos lánguidos. Las mujeres se pintaban el rostro para acentuar la palidez de éste y bebían vinagre con el fin de verse demacradas, lívidas y ojerosas. Algunas innovaron en las vestimentas y se vistieron de hombres y fumaron puros, como George Sand. Para ella, padres y maridos representaron una tiranía contra la cual era necesario rebelarse.
El deseo de evasión de la realidad, llevó a los románticos a un excesivo individualismo. Cada sujeto se sintió centro del mundo y consideró sus derechos más importantes que los del grupo social.. De este deseo de evasión provino el sentimiento de soledad y la búsqueda de la naturaleza, pues lejos de las ciudades y del contacto con los demás hombres, el yo individual puede manifestarse libremente. Bosque, montaña y mar fueron los escenarios adecuados para el alma del romántico.
ORIGEN DE LA PALABRA “ROMANTICISMO”.
Según algunos, el origen de la palabra Romanticismo proviene del término francés roman, que significa novela. De acuerdo con esto, el término romántico aludiría a lo novelesco, a la ficción. Para otros, el término romanticismo deriva del vocablo romance, refiriéndose al período medieval en que se constituyeron las lenguas populares derivadas del latín vulgar, el romance castellano, por ejemplo.
CARACTERÍSTICAS DEL ROMANTICISMO.
a.- La idea de libertad: El Romanticismo es una reacción en contra del Neoclasicismo. El dominio de la razón sobre la fantasía, es reemplazado por la libertad creativa.
b.- La exaltación del yo individual: En el siglo XVIII neoclásico la voluntad del rey se imponía sobre la opinión de sus súbditos. En cambio, los postulados de la revolución francesa hicieron variar la situación.. Ellos fueron las ideas inspiradoras del Romanticismo, que propugnó una exagerada valoración de la propia personalidad. Para el hombre romántico, el ideal de vida es el que permite la expresión de la personalidad de cada individuo, característica que se une al espíritu de rebeldía.
c.- El espíritu de rebeldía: Las ansias de libertad se traducen en un espíritu de rebeldía, que se observa en numerosos personajes literarios, todos ellos aventureros y rebeldes. Señalaremos como ejemplo a Don Juan Tenorio, protagonista del drama escrito por el español José Zorrilla. Don Juan se rebela contra las normal morales y prejuicios sociales de la época:
“ Por donde quiera que fui,
la razón atropellé,
la vida escarnecí,
a la justicia burlé
y a las mujeres vendí”
Aquí se sintetiza el espíritu de rebeldía y de exaltación del yo.
d.- Subjetivismo y melancolía: El romántico es libre y desde esa perspectiva personal debe enfrentar al mundo. La obra literaria también depende de esa visión y se manifiesta a través del lenguaje. Los románticos no siguen las normas de ordenación lógica y racional de las neoclásicos.
e.- Sentimiento de soledad: El choque entre realidad exterior y realidad soñada lleva al hombre romántico a una lucha constante dentro de sí mismo. De la oposición entre la fantasía y la realidad surge el sentimiento de soledad.
d.- Proyección del sentimiento en el paisaje: Para el artista romántico, el paisaje es una proyección de su estado anímico, es decir un reflejo de su espíritu. Para los románticos, la naturaleza es amiga y confidente de sus desventuras, amores desengaños y alegrías. Concordando con los sentimientos del artista, está radiante, triste, serena o misteriosa.
g.- Lo sentimental: El romántico relega a un segundo plano la sujeción a normas y permite la manifestación de una interioridad, en forma libre, atendiendo a su propia voz interior.
h.- Valoración de nacional y popular: Tal como el hombre romántico necesita afirmar su yo, las naciones precisan destacar los valores propios que las diferencien de otras comunidades humanas y las identifiquen. Esto explica en España, Inglaterra, Alemania y Francia el retorno a la tradición de cada país, en la que se espera encontrar los rasgos peculiares de la idiosincrasia.
i.- Exaltación de la imaginación: El artista romántico pretende lograr que también el receptor se refugie en otro mundo. Para ello hará que la imaginación del lector vague por los rincones de la fantasía y sea capaz de componer en su mente espacios y tiempos diferentes a los de la realidad.
EL ROMANTICISMO EN EUROPA.
Fue un movimiento espiritual y artístico que prevaleció en la cultura entre fines del siglo XVIII y finales del XIX. Fue una reacción frente al racionalismo y al clasicismo, filosóficamente supone una nueva valoración de la conciencia, en la que el sentimiento tiene un lugar preponderante: éste inspira una visión trágica de una realidad inalcanzable, una aguda percepción individual de la naturaleza y sobre todo una fuerte pasión por la libertad. La conciencia individual se prolonga en la colectiva por medio del nacionalismo o populismo.
Muchos son los factores necesarios de investigar para configurar el verdadero origen del romanticismo en Europa: reacción europea contra la invasión napoleónica; conciencia patriótica ante la posibilidad de tal invasión: Italia contra Austria, etc. Más que tendencia literaria o artística, el Romanticismo es un concepto de vida distinto que se gestó en Europa dentro de los márgenes del siglo XVIII, más o menos en el año 1835, y que no tuvo más de veinte años de duración.
Inglaterra y Alemania.
En Inglaterra y en Alemania se manifestó simultáneamente, contando la última con tres escuelas: la primera a fines del siglo XVIII es mejor representada por los hermanos Federico y Guillermo Schlegel. La segunda, Brentano y Jones, y la tercera, por Wilhelm, Lessing, Herder, Goethe y Schiller, entre otros. En Inglaterra no hubo escuelas, pero sí diferencias entre el grupo de Wordsworth, Claridge y Southey, y el de Walter Scott, Lord Byron y Shelley.
Francia.
También en Francia se desarrolló en dos períodos: en 1827 representado por Chateaubriand, Lamartine, Vigny y M. Stael, y en 1830, representado por Víctor Hugo, Balzac, Baudelaire, Flaubert, Leconte de Lisle, Alejandro Dumas, etc.
GENEROS LITERARIOS DURANTE EL ROMANTICISMO.
En otro sentido, el Romanticismo es la claudicación de las ideas neoclásicas, fenómeno que se dio en las tres unidades del teatro, como también en la imitación de la antigüedad clásica que cambiará por la admiración hacia la Europa medieval y cristiana. Y este fenómeno es relevante, porque si en algo esta nueva corriente es coincidente es en su nacimiento cristiano, aunque luego evolucionó hacia el liberalismo.
Durante el Romanticismo los géneros más cultivados fueron la lírica, el drama, la novela sentimental e histórica, los relatos de viajes y la leyenda, siendo el más predominante la lírica, y esto debido a que frente a la literatura clásica fundada en la razón, el romántico antepone su actitud egocéntrica, basada en su yo único desde el cual parte y hacia el cual llega: le gusta su propia concepción de vida y arte, que le sitúan como amante de una naturaleza en toda la voluptuosidad que ésta conlleva. Del mismo modo, aprecia de los pueblos sus leyendas, folclore y rasgos más característicos; propende al culto de lo histórico y lo arqueológico, tratando de ver en ello un sentido patriótico y tradicionalista. Las ruinas del pasado interesan al poeta como una evocación o como una leyenda. Se buscan lenguas antiguas y renacen las literaturas nativas, como la flamenca, la provenzal y la catalana.
ROMANTICISMO ESPAÑOL Y PRINCIPALES REPRESENTANTES.
El término romántico proviene desde 1659 cuando lo empleó como adjetivo (romantik) el inglés Enrique More, para señalar libertad en algo. Años más tarde se empieza a aplicar en España, constituyéndose definitivamente entre 1814 a 1818.
En España, el romanticismo alcanza su apogeo con el estreno de Don Álvaro (1835) del Duque de Rivas, fecha en la cual se señala su comienzo. España no opuso resistencia al movimiento romántico, aun cuando el neoclasicismo estaba muy arraigado. Pero las características libertarias, individualistas y de evasión de la relación hacia un mundo de sueños y esas cosas, tenían mucho que ver con la sicología del español, que incluso desde antes ya las venía aplicando: la polimetría dentro de una misma trama, la mezcla de lo cómico y lo trágico y el repudio al rigor clásico (las tres unidades del drama) era un episodio que los españoles ya habían superado.
Contribuyen enormemente a que se introduzca el romanticismo en la península, la famosa polémica de Böhl de Faber (que lo defiende) y la vuelta de los emigrados que habían escapado de Fernando VII y que cuando volvieron traían las nuevas ideas románticas de Londres y París, las que se encargaron de divulgar en su país. Los principales representantes del romanticismo en España son Ángel de Saavedra, Duque de Rivas (1791-1865), Manuel Bretón de los Herreros (1796-1873), José Zorrilla y Moral (1817-1893), José de Espronceda (1808-1842).
EL ROMANTICISMO EN AMERICA Y SUS CAUSAS.
Al finalizar el primer tercio del siglo XIX, en hispanoamérica comienza a perfilarse la presencia de la corriente romántica, proveniente de Europa, especialmente de Francia. Apreciada desde la perspectiva histórica de hoy, esta influencia se ve decisiva, pues ella modeló las generaciones de hispanoamericanas que estructuraron intelectual y socialmente las naciones recién independizadas.
La independencia de los pueblos hispanoamericanos significó el rompimiento con toda una estructura político-social vigente hasta ese momento y la búsqueda del camino para cada nación. Precisamente en el instante en que los pueblos se diferenciaban, nacían las literaturas nacionales. Estas, por tanto, tuvieron una misión específica que cumplir dentro de la sociedad. La literatura pasó a ser, entonces, el vehículo de expresión de cada una de las naciones: comentaba errores, propagaba los nuevos ideales, estimulaba la perfección moral y aconsejaba el mejoramiento de la vida republicana. A través de la literatura se pretendía modificar o estimular una conducta social. Por ello la literatura hispanoamericana de ese momento es eminentemente costumbrista: describe personajes y ambientes característicos, expresa necesidades y anuncia un futuro en que las esperanzas se harán realidad.
La literatura romántica en hispanoamérica tiene un carácter progresista. Por cuanto a través de ella se intenta hacer más perfecto al hombre y se pretende explicar dónde escriba la más auténtica originalidad de cada nación: en sus sentimientos, ideas, costumbres, paisajes, etc.
Era ése un momento de aprendizaje y de formación y, por tanto, la etapa en que se busca una identidad personal y social. Por eso mismo, se puede afirmar que en hispanoamérica no existió un período netamente romántico como el europeo, sino que se dio mezclado con el Realismo; es lo que se conoce con el nombre de Romántico-Realismo.
Entre las características del romanticismo europeo y el romanticismo americano hay algunos puntos de encuentro como también grandes diferencias. En Europa, el romanticismo nació fundamentalmente como respuesta al neoclasicismo (entre otras razones puntuales); sin embargo, en América sus motivaciones son prioritariamente políticas.
La respuesta al criterio estricto que regía al neoclásico hizo al europeo volver la vista a su pasado histórico para encontrarse con la raigambre propia de cada país y de este modo revestir de identidad su literatura. El americano, en cambio, no tenía este punto de referencia, puesto que su pasado literario era corto, además de desconocido se sabía muy poco de literatura indígena y no había con ella una ligazón de raza ni de cultura. No eran los americanos los continuadores de ninguna corriente, sino más bien un mundo nuevo que recién nacía como independiente de las amarras políticas de sus colonizadores y, esto sí que los motivaba para generar una suerte de literatura diferente, propia que los identificase con su ambiente, su paisaje y su realidad. En este sentido, cuando pregonaban un nuevo estilo (antagónico al neoclásico) era porque mentalmente “ se sumaban a ejércitos lejanos”.
Pero aunque el origen de esta tendencia es disímil, existe semejanza en el objetivo de sus quehaceres: románticos europeos y románticos americanos estaban interesados en proporcionar identidad nacional a su literatura. Los europeos, porque estaban cansados de la constantes imitación del neoclásico al clásico y los americanos cansados de imitar a los europeos, pero como es imposible que la raza humana pueda crecer desvinculada, es obvio concluir que América no podía coincidir con el otro continente en un mismo movimiento casi en la misma época. Por esto es fácil deducir una realidad de hechos, como que el romanticismo, si bien por otras circunstancias nació en Europa y se adoptó y “adaptó” en América”. En Europa, desde los años 1830 en adelante, y en América, pocos años más tarde.
El subjetivismo Romántico.
En una primera instancia, los hispanoamericanos se dividieron entre los que seguían fieles al neoclasicismo, discutiendo que la nueva moda era un atentado al orden existente y que promovía al desorden y al caos en un exceso de libertinaje, y que los que reclamaban libertad absoluta. Y también había aquellos que comenzaron resistiéndose, pero que finalmente fueron cautivados por la novedosa tendencia, como por ejemplo Andrés Bello de Venezuela.
La novedad de esta tendencia tenía la atracción de proponer al artista la expresión de su subjetividad; de sacar de su interior una reflexión acerca de sí mismo: el hombre vuelve los ojos hacia sí para volcar todo lo que él encierra, aun con lo complejo que esto fuera, dejando de lado cualquier norma o precepto por lograr este objetivo. Con respecto a esto, los neoclásicos no concebían que se tomara por inspiración el desorden, por gracia la incorrección gramatical y por muy profundas las cosas a medio decir, y esto porque la fuente inspiradora del romanticismo era el YO y su entorno. Todo lo que importaba eran los dictados de su vida individual mas que los de alguna razón universal. Se siente el centro del mundo pero al mismo tiempo inmerso en él, sentimiento que reproduce como que una armonía indefinida y vaga.
El paisaje cobró marcada importancia y dentro de él, se trató de restituir un pasado histórico desconocido: por esto su mirada se centró en la Colonia y por ello nació un nuevo género, el indianismo, con una proyección literaria basada en la leyenda. Lo importante para el romántico era hablar de su naturaleza y no de la naturaleza como lo hacían lo europeos.
EL LENGUAGE ROMÁNTICO
El romanticismo británico, a la sombra de la novela gótica y de las narraciones sentimentales, fue el primero en aparecer, con algunas peculiaridades que lo diferencian del continental. Los primeros poetas románticos británicos fueron los llamados lakistas. En Francia también surgió el movimiento, pero donde alcanzó su máxima expresión fue en Alemania. El romanticismo literario evidenció dos corrientes: una tradicionalista y conservadora, y otra rebelde e individualista.
EL ARTE ROMÁNTICO
Durante el Romanticismo el arte se convirtió en la exaltación de los sentimientos y de la individualidad de cada país, convirtiéndose en una ideología nacionalista. Los artistas rompen con los moldes tradicionales y crean la libertad de pensamientos e ideas. Los principales representantes del arte romántico fueron: Goya, Turner, Constable y otros.
LA MÚSICA ROMÁNTICA
Aparece la música de Cámara que traduce los estados de ánimo del creador y el Concierto Sinfónico, cuya energía pone al artista o su idea como el héroe de su drama. El piano adquiere gran relevancia. Las orquestas interpretan con todos sus instrumentos los sentimientos del músico. La voz juega un rol preponderante y existe aceptación por la variedad de tonalidades y armonías.
Bethoveen, Weber y Schubert dan impulso al romanticismo alemán en el siglo XIX, ellos fueron seguidos por los integrantes de la "generación de 1810".
El romanticismo musical se extiende a otros países con compositores como Chopin, Liszt, Berlioz, en quienes este movimiento adquiere formas distintas e incluso individuales.
En su creación el artista romántico intenta afirmar su personalidad y dejar de lado la tradición o ciertos elementos de ella. De esta manera, el creador permanece unido a su obra, explicándose de este modo algunas composiciones que surgieron a raíz de presiones literarias, o a causa de algún acontecimiento o una visión de generación de 1810.
Esta expresión agrupó a los músicos nacidos hacia esa fecha, como Schumann, Mendelssonn, Liszt y Chopín, pero sus personalidades son diferentes. Chopin, pianista célebre, compone casi con exclusividad para su instrumento. Liszt, fue un virtuoso del teclado, escribe música sinfónica y religiosa, Schumann, cuya carrera se vio quebrantada por una parálisis parcial, compone ciclos de "piezas para piano" y muchos "lieder".
Mendelsson logra conciliar su variada creatividad actuando como animador musical en Alemania. Después de la generación de 1810 aparece Brahms que permanece apegado a los procedimientos de los románticos, sin embargo hace innovaciones en el lenguaje ,que será más denso y complejo, entre sus creaciones destacan la "música de cámara" y gran cantidad de "lieder".
Más allá de sus convicciones puramente estéticas, el músico romántico considera que es un guía de una sociedad con la que vive en conflicto. Como los creadores de otras artes, militan para obtener un mundo nuevo. Berlioz y Schumann combaten el "mal gusto" y las costumbres que éste engendra. Muchos se interesan por los movimientos revolucionarios y toman partido con las corrientes nacionalistas que están naciendo, en ellas se inspiran y de ellas sacan los temas folclóricos de sus naciones de origen: es el caso de exiliados como Chopin, oriundo de Polonia ,o de Liszt, nacido en Hungría . En otros casos llevan a cabo una lucha tesonera en su propio país, como lo hicieron Wagner en Alemania, ver terminada. Además, son muchos los compositores que deciden dar un título a su composición o incluso un recitado dramático. Aparece pues, el poema sinfónico como una de las innovaciones más importantes de este movimiento. El gusto por el individualismo produjo creatividad y brillantez.
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