Historia del Arte
Románico
Tema 7: El Románico
El románico es un estilo propio de la edad media, que se inicia en el siglo X y tiene poca duración, ya que a comienzos del s. XI está apareciendo ya el gótico. Se ha denominado como un estilo internacional, propio de la Europa Occidental, aunque hay que reconocer que existen peculiaridades nacionales, aunque se ven características muy homogéneas. Esto es debido quizá a tres factores:
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El terror del milenio, porque en el siglo X se están produciendo una serie de invasiones (normandos, musulmanes, eslavos...) que atemorizan a la Europa Occidental y crea un estado de miedo e incertidumbre que la iglesia traduce como el anticipo del fin del mundo. Para la iglesia el año 1000 será el fin del mundo y hay que estar preparado.
Pasa el tiempo y no se acaba, y se espera al 1033. Viendo que el fin del mundo no viene, el sentir de los fieles es de agradecimiento y aparece un espíritu de piedad y agradecimiento. La iglesia explica que este fin del mundo no era tal, sino simplemente épocas de grandes calamidades (epidemias, enfermedades, guerras, invasiones...); pero todo este temor se refleja en el arte.
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Otro elemento que influye en el arte son las peregrinaciones: los 3 focos principales son Roma, Jerusalén y Santiago de Compostela. Estas peregrinaciones mueven a la población y en su largo recorrido van dejando sus influencias. Por eso, no es de extrañar que a través del Camino de Santiago nos encontremos influencias de todo tipo: Alemanas, francesas, italianas... Y a éstas se les va a unir también el resurgir de las ciudades, con el desarrollo del comercio, que empieza a llegar a todas partes, movilizando cuadrillas de artistas que van de un lado a otro.
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El feudalismo, que destacan dos estamentos privilegiados: El clero y la nobleza. Son ellos los que imponen sus preferencias y, además, son ellos los que contratan a los artistas: La iglesia para construir catedrales y monasterios, también llamados castillos de Dios, que son construcciones en medio del campo, dedicados a la economía agropecuaria, situados siempre en zonas altas, con muros gruesos. En torno a un patio llamado Claustro, se encuentran todas las dependencias (celdas de los monjes, biblioteca, comedor, sala de reunión, escritorio... A parte, almacenes de todo tipo y, por supuesto, una gran iglesia que no era para acoger a grandes multitudes, pero con esta construcción de enormes proporciones, la iglesia quiere demostrar su grandeza y poder)
Cuando las ciudades empiecen a resurgir y el comercio se active, comienzan a construirse las catedrales en las ciudades. La nobleza, con sus castillos, también pretendía mostrar su grandeza y poder.
La arquitectura
En la arquitectura, no son aprovechados restos de otros edificios. Se pierden las proporciones clásicas y esto se ve perfectamente en la columna: una columna del mismo grosor, sirve a lo mejor para adornar una ventana o una pared. Predomina el macizo sobre el vano. Por este motivo, los interiores son oscuros y las ventanas a veces eran como saeteras. Hay 2 explicaciones para esto: para unos es que al construir muros muy gruesos, era para darle solidez al edificio y, por eso, se abrían esas ventanas tan chicas; y para otros, era crear un ambiente de oscuridad o recogimiento, y así los fieles no se distraían.
El elemento del que consta este estilo románico es la columna, que olvida el capitel clásico y ahora es sustituido por una mezcla de vegetación y animales (muchas veces fantásticos) concebido de una manera muy farragosa, sin claridad. Otras veces en los capiteles se representan escenas del antiguo o nuevo testamento, incluso pueden ser representados de manera alegórica los pecados, vicios y virtudes.
El arco que descansa sobre estos capiteles es de medio punto, que lleva varias molduras. Las cubiertas en los comienzos son de madera, pero reviste el peligro de incendio y son sustituidas por la piedra.
Para la nave central, se usa la bóveda de cañón, que va reforzada por los arcos fajones; y paralelo a las naves, los arcos formeros. Las naves laterales llevan bóvedas de arista o de medio cañón. La misión de éstas es contrarrestar el peso: el de la nave central por las laterales, que llevan el peso a los muros (muy gruesos) que tienen estribos o contrafuertes. La multiplicación de arcos obliga a usar gruesos pilares, que pueden ser redondos o cruciformes, que luego se irán enriqueciendo, adosándose columnas.
Los arcos, los capiteles, los muros, los claustros... llevan adornos, que son geométricos. Los más frecuentes son el ajedrezado (taqueado francés), los besantes, los clavos, el baquetón en zig-zag, la punta de sierra...
En los comienzos, las plantas son de tipo basilical, que muy pronto se le añade una nave de crucero, que apenas sobresale y poco a poco esa nave se va alargando, dando lugar a la planta de cruz latina. Las naves centrales (al igual que las laterales) terminan en ábsides, que se van enriqueciendo con capillas. En el crucero se levantan bóvedas o cimborrios, que pueden ir sobre trompas o pechinas.
Como muchas de estas iglesias son de peregrinación, se va a añadir un elemento que es la Girola, la prolongación de las naves laterales por detrás del altar mayor. Y también sobre las naves laterales se van a levantar tribunas para el descanso de los peregrinos: es lo que se llama triforio, haciendo que la iglesia pierda luminosidad.
En el exterior del templo, la fachada presenta una puerta abocinada que corresponde a las 3 naves. El abocinamiento se produce por la disminución progresiva del arco. El espacio que hay entre el dintel de la puerta y el último arco es lo que se llama tímpano, un recuerdo del tímpano de los templos griegos y romanos. Cada uno de los arcos que se van reduciendo, se llama Archivolta y también es posible que la puerta esté dividida en dos partes iguales por una columna llamada parteluz. Estos templos llevan torres, que vienen a significar la representación, el símbolo de la grandeza de la iglesia, el poder de Cristo. Normalmente flanquean la fachada principal, pero estas torres también pueden ir en el crucero e incluso en los ábsides.
Románico español
El románico español presenta unas peculiaridades respecto al resto de Europa. Una de ellas es que en el siglo XI se estaba gestando en la España cristiana un arte propio, que se ha elaborado con el arte asturiano y elementos árabes, y lo que hace el románico es abortar este arte propio.
Otra peculiaridad es que los musulmanes dominan parte de la península y por lo tanto no se puede hablar de románico español.
Otra peculiaridad es que el arte románico es un arte de importación, por ejemplo, románico francés, ya que a través del camino de Santiago van entrando las influencias europeas y, además, la repoblación de la cuarta parte de los reinos cristianos, se hace con franceses. Otro arte importado es el Carolingio, el italiano (especialmente el lombardo) y, por supuesto, las influencias árabes. De todas estas influencias, podría haber salido un arte desastroso, pero la personalidad española sabe darle originalidad.
Otra peculiaridad es que el románico va entrando en España de Este a Oeste, lo que no nos puede extrañar que cuando en Cataluña se construyan iglesias con ábsides semicirculares, todavía en Castilla y León se construyan iglesias con ábsides cuadrados, de clara influencia visigoda. En Cataluña nos encontramos con edificios a los que se les da una gran importancia a la torre, que suele ser cuadrada y que va adornada con arquillos lombardos. Estas torres suelen ser para iglesias pequeñas como, por ejemplo, San Clemente de Tahull y Santa María de Tahull.
Siguiendo hacia el oeste, en Aragón destaca la catedral de Jaca, con una cabecera de técnica perfecta. Presenta alternancia de pilares y columnas y la decoración es el taqueado Jaqué, que es de clara influencia francesa. Más asombroso quizá sea San Martín de Frómista (Palencia), una iglesia románica perfecta y, sin embargo, su construcción es bastante antigua.
Ahora llegamos a León, donde está San Isidoro, que presenta peculiaridades importantes: los arcos son muy peraltados y en el arco del crucero aparecen lóbulos, con lo cual está clara la influencia musulmana.
En la zona de la meseta del Duero, cercana a Portugal, las influencias son francesas, sobre todo en la zona de Poitou, ya que las torres de la catedral de Zamora presentan en los remates y en el cimborio decoración de escamas y cupulitas con forma de bulbo y es que en esta región francesa estuvieron artistas bizantinos o gente que estuvieron en ese imperio.
Y en la zona más baja de Castilla (Segovia y Ávila) es característica que a los lados de la iglesia, se encuentre un pórtico adosado, que servía para resguardarse de las inclemencias del tiempo como, por ejemplo, San Vicente de Ávila.
Santiago de Compostela
La podemos considerar como el resumen de lo que es el románico español. Se empieza a construir en 1075 y en el 1105, el obispo Diego Gelmírez bendice la catedral. Los planos son obra de Bernardo el viejo, el maestro Esteban y Bernardo el joven. Sorprende la uniformidad de la obra, destacando especialmente la armonía de la cabecera. Parece ser que también intervinieron maestros normandos, sobre todo en las torres, de una gran austeridad.
Se la puede considerar como creadora de espacio (para el movimiento de masas), compendio del prerrománico y el románico y también sus innovaciones. Como creadora de espacio se ve claramente en su planta (de cruz latina) la girola, con sus capillas, por su triforio y por la prolongación de la nave de crucero. Todas estas características son propias de una iglesia de peregrinación y la funcionalidad para el movimiento de masas.
La otra característica es que el compendio prerrománico, por ejemplo, está representado por los contrafuertes, inspirado en San Martín de Frómista, que a su vez se había inspirado en los del arte asturiano. Es un compendio de románico español y francés, por ejemplo: la cabecera se inspira en la de Jaca; en San Isidoro de León, ya que tiene la nave central con bóveda de cañón, las naves laterales con bóvedas de arista y los arcos muy peraltados (más altos de lo normal); del arte árabe coge la tendencia de los arcos de herradura y arcos lobulados en la capilla mayor y en la puerta de platería.
Del románico francés adopta el triforio, la girola y la prolongación de las naves de crucero y también presenta innovaciones como, por ejemplo, la proporción de las naves: la nave central mide 10 metros de anchura y las laterales 5. La altura de Santiago de Compostela se debe más por sensación que porque realmente sea tan alta, y es debido al peraltaje de los arcos. Y, por último, la inmensidad, sobre todo en la parte alta de la catedral, que ya empieza a anunciar el gótico.
Escultura románica
Con el románico vuelve de nuevo la monumentalidad del imperio romano. Es una escultura de espaldas a la naturaleza. Intenta transmitir la espiritualidad, por eso en los ropajes cubren por completo el cuerpo, no dejando entrever la anatomía ni bellezas corporales, aunque poco a poco vaya evolucionando hacia el naturalismo y anunciando lo que será el gótico.
Es una escultura que está en función de la arquitectura, subordinada a ella y por eso podemos ver figuras alargadísimas o recortadas. Sirve para adornar capiteles, ya sea de claustro o de iglesia, y las portadas.
Los temas son: en el tímpano se representa al Pantocrátor, envuelto en la mandorla o almendra mística, acompañado por el tetramorfo (algunas veces va acompañado por los 24 ancianos del Apocalipsis), que son los cuatro evangelistas con su símbolo (Marcos es un León, Mateo un Ángel, Juan el Águila y Lucas un Toro) A veces sólo van los símbolos.
Otro tema muy frecuente es el día del juicio final. Otro tema que se puede representar (pero que no es muy frecuente) es la Teotokos. Tanto en un tema como en otro, el artista románico no nos presenta a un dios bondadoso, lleno de amor... sino todo lo contrario: justiciero, implacable...
En los capiteles se representan vegetales, animales, hombres... muchas veces todo revuelto. Es frecuente la aparición de monstruos: arpías, bicéfalos, seres con una cabeza y dos cuerpos... Todas estas representaciones tienen carácter simbólico: el pecado y las virtudes. La lujuria, por ejemplo, está representada por una mujer rodeada de monstruos. También aparecen en estos capiteles escenas del antiguo y el nuevo testamento, vidas de santos... Y al demonio se le representa como un animal grotesco, ya que estas portadas sirven de enseñanza a un pueblo analfabeto (catecismo de piedra se le llaman a estas esculturas, porque a través de ellas la iglesia enseña a este pueblo).
En las portadas, también se adornan las columnas de las jambas, con esculturas de apóstoles, santos... que se adaptan a esta columna y, además, no establecen comunicación entre ellas.
En las figuras exentas se representa a Cristo crucificado, pero es un cristo que no sufre, impasible al dolor. En los primeros tiempos se representa con una larga túnica, con corona de rey (representación de estirpe siria), los brazos horizontales y con 4 clavos. Más tarde se acorta la túnica, que cubrirá desde la cintura hasta las rodillas, pero seguirá siendo impasible al dolor.
El relieve en los primeros tiempos es muy plano, no hay volumen. Los pliegues de las vestiduras son rectilíneos, con las piernas cruzadas (influencia francesa). Con el tiempo, el relieve aumentará de volumen y los ropajes serán más voluminosos.
Escultura románica en España
Recibe influencia exteriores, especialmente francesas, pero también de Bizancio e Italia, y unido todo esto al dramatismo y la expresividad española, surge una escultura que supera a los modelos. Aparte de modelar perfectamente la piedra, trabajan también el marfil y la madera, que suele ser policromada y que es de clara trayectoria española. De este trabajo de marfil tenemos el crucifijo de Doña Sancha y Don Fernando, que presenta al cristo crucificado en majestad.
Y el trabajo en madera, para representar el descendimiento, el calvario, la Teotokos, el crucificado... En el trabajo en piedra, en el siglo XI encontramos obras realmente magnificas como es, por ejemplo, la puerta de Platería en Santiago de Compostela: Parece ser que es obra del maestro Esteban. Presenta figuras alargadas que pueden tener cierta influencia bizantina pero, sobre todo, francesas: por el cruce de piernas, la posición de los pies... La puerta más importante es la de la izquierda, que representa las tentaciones de Jesús. El artista muestra fantasía y el poder narrativo de saber como ir desarrollando.
También del sigo XI es el claustro de Santo Domingo de Silos: Los capiteles ya son por sí mismo unas joyas, y en especial destacan los cuatro relieves que hay en las esquinas del patio, siendo el más interesante de todos el que representa la incredulidad de Santo Tomás. Las figuras son muy planas, los pliegues muy finos, las piernas cruzadas al estilo francés, las figuras van yuxtapuestas... La figura de Cristo es de mayor tamaño que la de los apóstoles, notándose aún la influencia oriental, hay cierta individualización.
Otra portada muy importante es Santa María de Ripoll: Aparte de la puerta, la figura se derrama también por la fachada. Están colocadas en frisos: en el superior están el Pantocrátor con los ancianos del Apocalipsis y en los otros 3, escenas del antiguo testamento. Aquí el relieve no es tan plano, tiene más volumen y predomina la línea curva, lo que le da un carácter muy barroco y tiene representación de animales que recuerda a la zona de La Provenza y, por lo tanto, no es extraño que las influencias vengan bien por La Provenza o bien por Italia.
Ya en el siglo XII nos encontramos con tres grupos escultóricos que muchos denominan como transición al gótico, ya que presentan unas características que parecen anunciarnos lo que será el futuro, y estos grupos son:
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La Cámara Santa de Oviedo: podemos ver a los apóstoles emparejados, se miran, parece que se hablan, gesticulan con las manos, mueven el cuerpo (algo que no se había dado hasta entonces)...
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San Vicente de Ávila: El autor parece que recibe influencia de la catedral de Chartres por el modelado suave, delicado... Los apóstoles vuelven a comunicarse y hay que destacar una anunciación que se adapta al espacio arquitectónico (que lo hace muy sabiamente, con una gran delicadeza); y el Ángel es una figura muy gentil, muy elegante.
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El Pórtico de la Gloria de Santiago de Compostela: Obra del maestro Mateo, que tuvo que tener muchos colaboradores, pero toda la obra es de una gran uniformidad de criterio, son más de 200 figuras que invaden las tres puertas: arquivoltas, tímpanos, jambas, parteluz... En la puerta central, se representa a Cristo Majestad, que enseña las llagas de sus manos y va rodeado por el tetramorfo; en las arquivoltas, los ancianos del Apocalipsis, que están afinando los instrumentos para el día del juicio final; en las jambas hay apóstoles y profetas; en la puerta izquierda está la casa de los judíos y en la derecha está el día del juicio final. Esta puerta es curiosa porque son las cabezas de Cristo y San Miguel, separando lo bueno de lo malo (y alrededor ángeles trompeteros).
En esta puerta, en todo el pórtico, vemos que las figuras no se adaptan al marco, tienen volumen, varias expresiones (amabilidad, seriedad, energía...), individualidad en el trato del cabello... Los pliegues son elegantes, se relacionan entre sí y nos están indicando la llegada del gótico: Por ejemplo, en la posición de los pies, por no adaptarse al marco arquitectónico, por el volumen, por la individualidad y también porque en la puerta central vemos ya a un Dios más humanizado (porque nos muestra las llagas de sus manos).
Pintura:
Es propia de España y, además, es curioso que la conocemos a través de iglesias pequeñas. Es una pintura hecha al fresco y que sirve para decorar las bóvedas, los ábsides, los muros... Normalmente en el ábside es donde se sitúa al Pantocrátor o a la Teotokos y escenas de la vida de Cristo, de los santos. Es una pintura que recibe influencias: de Bizancio coge la línea gruesa, el hieratismo; de las miniaturas mozárabes adopta el dibujo estilizado, los pliegues menudos, los rasgos desorbitados... que le dan mucha expresividad a la pintura.
Esta pintura tiene una serie de características:
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Un dibujo muy seguro, con un trazo grueso normalmente negro con el que se limitan los contornos y, además, también las distintas superficies de color.
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Los colores son puros, no hay mezcla (todo lo máximo, dos matices de color).
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No existe la profundidad: Los fondos son neutros y tampoco hay contrastes lumínicos.
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Las figuras van yuxtapuestas, colocadas en filas y aisladas.
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No hay referencias a la naturaleza y, si las hubiese, serían muy esquemáticas.
En España hay dos escuelas de pintura:
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La Catalana: Tiene una pintura muy simbólica, las figuras aparecen de manera frontal, con un carácter muy importante. Como prototipo tiene el Pantocrátor de San Clemente de Tahull, con unos ojos enormes que atemorizan y la Teotokos de Santa María de Tahull, rodeada por los reyes magos.
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La Castellana: La pintura pierde monumentalidad, pero gana en espontaneidad y fuerza narrativa e incluso los temas no son solamente religiosos, sino también profanos. Aparece el paisaje esquemático y también temas anecdóticos. Es muy importante San Isidoro de León, destacando la anunciación a los pastores, donde vemos paisajes y temas anecdóticos. Además, también sabe adaptarse a la perfección al techo curvo.
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Enviado por: | Antonio De La Mano |
Idioma: | castellano |
País: | España |