Entendemos como revolución el intento por cambiar las estructuras profundas de una sociedad. Cuando la sociedad de un país evoluciona más rápido que la estructura política, se produce un desfase. Como es lógico, los dirigentes no querrán reformar nada, ya que quieren mantener su poder. Así, la revolución se convertirá en violenta cuando estos dirigentes se nieguen a cambiar la estructura, mientras la sociedad sí que lo quiere.
Al igual que la guerra de independencia, que es un proceso de liberación, la revolución política tampoco la podemos considerar como un hecho aislado y marcadamente español: hay que enmarcarla dentro de la revolución burguesa.
En España, al igual que en Europa, surgirá el depsotismo ilustrado (todo para el pueblo, pero sin el pueblo), y el poder del monarca nunca será cuestionado. Poco después aparecerá el despotismo ministerial.
Como consecuencia de las abdicaciones de Bayona, aparecen muchas actitudes políticas:
-Afrancesados: Los afrancesados aceptarán las abdicaciones. Se trata de gente ilustrada, a la que interesa que el país funcione, y que ve cómo con la constitución de Bayona ganan derechos y libertades. Así, piensan que el gobierno de José I Bonaparte no tiene por qué ser una mala cosa.
Sin embargo, quedan descalificados desde el punto de vista ético, ya que todo el país está luchando contra los franceses.
-Jovellanistas: No aceptan las abdicaciones. Son los grupos intelectuales ilustrados, influídos por el liberalismo británico. Al no aceptar las renuncias, para ellos el pueblo debe tomar la iniciativa y buscar la soberanía.
Los jovellanistas creen en las viejas leyes y costumbres de los reinos de Castilla y Aragón como norma a seguir, ya que estas normas conseguían mantener más o menos a raya al monarca. Además, para ellos ninguna generación tiene derecho a romper con lo antiguo, lo anterior, ya que si todas las generaciones lo hicieran, se crearía un gran malestar.
Por lo tanto, la soberanía residirá en el conjunto del rey y las Cortes.
-Liberales o doceañistas: Inspirados en la revolución francesa, aceptan la constitución histórica, pero crren más util una nueva, más moderna, cogiendo lo que se pueda de la constitución histórica. Defienden la soberanía nacional (Rousseau), aunque ésta fracasara en Francia. Piensan que España es más prudente e inteligente, y que aquí funcionará.
Lo 1º para ellos será convocar Cortes, pero como esta función correspondía al rey, y éste estaba "cautivo", la Junta Central delegará su poder en un Consejo de Regencia, presidido por el obispo de Orense, que si que tendrá el poder para convocarlas.
Así, las Cortes se reúnen en 1810 en Cádiz. Su labor será:
-Acabar con el Antiguo Régimen: Se promulgan una serie de leyes y decretos:
17-6-1812; Desamortización eclesiástica: Las tierras propiedad de la Iglesia, y que no eran trabajadas porque no les hacía falta, son dadas al pueblo.
4-1-1813; Reducción a propiedad individual de las tierras de propio y de realengo.
8-6-1813; Libertad de trabajo.
-Hacer una constitución: El 19-3-1812, se crea la primera constitución hecha para España por los españoles. Las características principales de ésta serán:
Su carácter ético y religioso.
La soberanía nacional.
La división de poderes, léase Montesquieu (poder legislativo, judicial y ejecutivo).
Sufragio censitario; sólo vota la burguesía.
-Absolutistas: Entre el 94 y el 95 % de la población era analfabeta, y no entendía las nuevas ideas de liberales y jovellanistas. Para ellos, el rey encarna el bien, y todos los demás el mal, sobre todo porque a éstos les había tocado gobernar el país durante la guerra y lo habían tenido difícil.
Los absolutistas no aceptarán las abdicaciones de Bayona y esperarán impacientes la vuelta de Fernando VII "El Deseado".