Literatura
Requiem por un campesino español; Ramón J Sender
REQUIEM POR UN CAMPESINO ESPAÑOL
1.- Expectativas que te sugiere el libro y como se han cubierto esas expectativas tras la lectura.
Primeramente el libro sugiere que va a haber un funeral por alguien, y yo esperaba que a ese funeral asistieran por lo menos la familia, pero no es así.
Por el poco grosor del libro no esperaba que fuera un libro tan intenso como lo es.
Una vez leído el libro, esperaba un final más alegre, pero no lo ha sido, sino todo lo contrario. No pensaba que al funeral por Paco el del Molino no asistieran sus familiares, y lo que menos creía es que por el contrario asistieran las tres personas con las que Paco no trataba: Don Cástulo, Don Valeriano y Don Gumersindo.
Este libro me recuerda a otro libro que también trata la Guerra Civil. Este libro es “Soldados de Salamina” de Javier Cercas. La razón de esta similitud es que aunque ambos tratan esa época de la historia de España lo hacen desde el punto de vista de la amistad en ambos y la traición de Mosén Millán en “Réquiem por un campesino español”. La verdad es que cuando comienzas a leer libros que hablan de la guerra crees que van a hablar de batallas o de la mala situación que existía. Por el contrario estos libros tienen algo especial, ya que aunque todos sabemos esa situación de miseria, se centran en la amistad.
2.- Breve resumen del argumento.
En un pueblo aragonés, cerca de Lérida, mientras espera Monsén Millán en la sacristía a que la gente llegue para el funeral de Paco, éste va recordando la vida del difunto, a la vez que reza. Para ello recuerda los momentos relacionados con la iglesia y los enlaza con los no relacionados, empieza por el bautizo, sigue por la confirmación, después la comunión, el matrimonio, y por último la extremaunción.
El relato se desarrolla a través de recuerdos del cura, esperando a la gente para empezar el funeral del cabo del año de la muerte de Paco el del Molino, que fue ejecutado por jóvenes incontrolados a las afueras del pueblo, al empezar la Guerra Civil. Entretanto el monaguillo, encargado de avisar al cura la llegada de la gente a la iglesia, canta entredientes el romance que los vecinos del pueblo le habían hecho al campesino. A lo largo del relato, el monaguillo constata que nadie entra en la iglesia, salvo los tres ricos del pueblo (don Gumeresindo, don Valeriano y don Cástulo), que se acercan al cura, en la sacristía, para ofrecer pagarle la misa. Todos ellos, con el Mosén, tuvieron mucho que ver con los hechos que produjeron la muerte violenta, y el pueblo no entra en la iglesia para hacerles ver su participación y culpa. Mientras esperan en vano, entra en el templo la mula de Paco, a la que tienen que echar entre todos.
Los hechos, en la mente del sacerdote, van saliendo poco a poco, ensartados a los distintos sacramentos o actos en los que coincidió con Paco.
3.- Cómo se caracterizan los personajes con algún fragmento tanto como realidades psicológicas como desde su punto de vista.
Paco: De pequeño tenía gran volumen en sus atributos masculinos, y sonreía dormido. Su nuca era muy tierna, y formaba dos arruguitas contra la espalda. Después de tomar la comunión el chico se puso a crecer, y en tres o cuatro años se hizo casi tan grande como su padre. Adquirió gravedad y solidez. Los domingos en la tarde, con el pantalón nuevo de pana, la camisa blanca y el chaleco rameado y florido, iba a jugar a los bolos. La huida a las Pardinas le hizo abandonar el cuidado de su cuerpo, al salir, tras quince días, tenía barba y cojeaba.
De pequeño sentía indignidad contra los búhos que mataban por la noche a los gatos extraviados. A los siete años era bastante revoltoso. Se preocupaba para que el revolver no lo tuvieran otros chicos peores que él. La iglesia en Semana Santa le daba a Paco una impresión de misterio, y tenía sensaciones contradictorias muy fuertes. Le intrigaban las estatuas que se veían a los dos lados del monumento, porque antes las había visto en el templo donde se amontonaban las estatuas viejas. Tanto le afectaba la Semana Santa a Paco que salía de ella como si estuviera convaleciente de una enfermedad. Cuando el cura llevó a Paco a dar la extremaunción a un enfermo que vivía en las cuevas, Paco quedó muy impresionado debido a la pobreza que allí había, y tenía deseo era obligar a todo el pueblo a visitar a los pobres y ayudarlos. Al hacerse mayor se fue alejando de Mosén Millán. No veía justo que cinco pueblos tuvieran que pagar al Duque por los arrendamientos de los pastos. Un día se atrevió a quitarles los rifles a una pareja de la guardia civil que le detuvo. No le gustó que el día de su boda le recordara el cura sus travesuras de pequeño. Se sintió feliz al saber que los que habían salido en las elecciones eran contrarios al Duque y al sistema de arrendamientos de pastos, y por primera vez creyó que la política servía para algo. Cuando lo eligieron en el ayuntamiento se tomó muy en serio el problema de la pobreza que había en las cuevas. Se tomó algunas libertades en la casa de don Valeriano. Confiaba en Mosén Millán, por eso se entregó a los señoritos. Cuando lo llevaron a las tapias del cementerio pidió que lo mataran a él, pero que dejaran a los otros que habían llevado para asesinarlos, porque no habían hecho nada.
Perteneciente a una familia con tierras aunque trabajaban de sol a sol. Siempre fue muy querido en el pueblo. A los siete años fue una especie de monaguillo suplente. De mayor tuvo fama de mozo atrevido. Decían que era el mozo mejor plantao del pueblo. Fue elegido en las segundas elecciones. La gente atribuía a Paco todas las arrogancias y desplantes a los que no se atrevían los demás. Le bendecían, y su elogio más frecuente era decir que los tenía bien puestos. No era ni rico ni pobre, pero lo que tenía se lo debía a su esfuerzo. Quiso hacer justicia y resultó que, por enemistarse con los ricos, fue uno de los escarmentados.
Mosén Millán: Sentado en un sillón de la sacristía, con la cabeza apoyada en el muro, con los codos en los brazos del sillón y las manos cruzadas sobre la casulla negra bordada de oro, rezaba, a la vez que recordaba la vida de Paco el del Molino. No habría los ojos para evitar tener que hablar con don Valeriano, don Gumersindo y don Cástulo. Parecía fatigado cuando llegó don Gumersindo.
Quería a Paco como si fuese su hijo, pero no lo demostró, pues revelo a los señoritos el escondite de Paco, aunque había prometido no decírselo, y lo mataron. Sintió que se liberaba cuando dijo lo del escondite al centurión. Le molestaba la risa de Paco, ya de mayor. No le gustaban los amuletos que solía poner la Jerónima en la cuna de los bebés. Se codeaba con gente rica y cuando iba a las cuevas siempre tenía prisa por salir de las casas de la gente pobre. No se fiaba del zapatero. Al sentirse culpable de la muerte de Paco, no quiso que nadie le pagara la misa por él. Le afectó mucho la noticia de que el rey había huido de España. Cuando vió a Paco en las tapias del cementerio, tras delatar su escondite y decirle que tendría juicio, sintió un gran desaliento. Tras las grandes ocasiones, por ejemplo tras las elecciones republicanas y tras la muerte de Paco, se refugiaba en su casa y no salía sino para decir misa. Aunque se sentía culpable de la muerte de Paco, se consolaba pensando que había vivido dentro de los ámbitos de la Iglesia, porque él mismo le había administrado todos los sacramentos.
Era cura de este pueblo. Se llevaba mejor con la gente de clase media y alta, que con la gente pobre, pero también los más pudientes le aceptaban y respetaban más, porque los pobres como el zapatero o la Jerónima discutían con él, y Paco de vez en cuando también. Era una pieza esencial del orden de siempre, que pudo haber sido trastocado por la llegada de la democracia, con la que no estaba de acuerdo. Tras la restauración del viejo régimen, adquirió de nuevo todo su poder, arropado por los ricos del pueblo.
Águeda: A primera hora de la mañana de la boda, estaba pálida, por el insomnio de la noche anterior, pero a medida que transcurrió la mañana recobró sus colores. Cuando mataron a su marido, estaba embarazada.
Era diligente y laboriosa. Le gustaba Paco, pero le daba una cierta inseguridad temerosa. Cuando se dieron palabra de matrimonio tenía más nervios que la suegra, y aunque se mostró humilde y respetuosa, no se entendían bien.
Era la esposa de Paco. La gente la veía trabajadora y buena.
El zapatero: Era pequeño y tenía anchas caderas. Para la boda de Paco se puso el mismo traje que para la suya, por eso olía a alcanfor.
En la boda le mandaba mensajes vejatorios a la Jerónima. Le gustaba hacer reír a la gente. Se encontraba taciturno y reservado después de la noticia del rey. Estaba nervioso y desorientado en los días en que se estaba negociando lo del Duque.
No era ni amigo ni enemigo de nadie, aunque con todos hablaba. Primero estaba contra el Rey, porque mandaba, luego en contra de los republicanos, cuando llegaron al ayuntamiento. Le atribuyeron ser espía de Rusia, aunque no sabían que país era ese. Posiblemente fuera por creerle comunista.
La Jerónima: En la boda era ya vieja, y arrastraba su pierna reumática.
Era muy cotilla, y de todo lo que se enteraba exageraba al contarlo en el carasol. Confiaba en los amuletos. Veía con malos ojos al nuevo médico que había en el pueblo cuando nació Paco y tampoco le caía muy bien el cura. Cuando murió el zapatero se sintió culpable. Luego, tras el episodio del carasol, volvía allí a gritar y a contar los agujeros de las balas.
Era partera, saludadora y ensalmadora. Estaba soltera pero decía que tuvo a todos los que se le antojaron.
Don Valeriano: Tenía la frente estrecha y los ojos huidizos. El bigote le caía por los lados. Vestía como los señores de la ciudad, pero en el chaleco llevaba más botones que de ordinario, y una gruesa cadena de oro con varios dijes colgando, que sonaban al andar.
Se propuso ser conciliador y razonable cuando Paco fue a su casa a hablar de lo del Duque. Le molestó las confianzas que se tomó Paco cuando fue a negociar lo del Duque. Se irritó porque Paco dudo de que el Duque tuviera los papeles de los montes. Le atribuyó a Paco insultos y amenazas que no había hecho. La fe religiosa de don Valeriano se fue debilitando poco a poco, y culpaba a Dios de lo que pasaba y del desorden que había traído la república. Cuando quiso pagar el funeral por Paco, adujo ante el Mosén que deseaba echar fuera las malquerencias tras el episodio de su muerte.
Era uno de los más ricos del pueblo. Creyó que la elección en la aldea era ilegal y consiguió que la repitieran. Era el administrador del Duque y fue uno de los que más influyó en el desdichado fin de Paco. Los señoritos, tras quitar al alcalde elegido, le dieron el puesto.
Don Gumersindo: Un poco más alto que los otros ricos del lugar. Iba vestido de negro. Y fumaba. Tenía unas botas que, por las pisadas, las conocía todo el pueblo.
Hablaba continuamente de su propia bondad, y de lo desagradecidos que eran los demás. Debido a su sentimiento de culpabilidad, quiso pagar la misa.
Rico y creído. Pensaba que hacía el bien y que los demás no se lo hacían a él, ni siquiera se lo agradecían.
Don Cástulo: Apariencias simples. Ojos fríos y escrutadores.
También quiso pagar la misa, para reconciliarse con su sentimiento de culpa. Estaba a dos bandas, según le parecía mejor, aunque quiso llevarse bien con Paco desde que era joven. Se rió cuando supo que habían ametrallado a las mujeres del carasol. Salió fiador del padre de Paco ante los señoritos asesinos.
Tenía coche porque era uno de los ricos. El coche lo puso al servicio de Paco en su boda y en su último paseo a las tapias del cementerio. Los otros ricos no se fiaban de él, la Jerónima afirmaba que por la mujer del don Cástulo habían matado al zapatero.
4.- Cuál crees que es la estructura en el desarrollo de la trama.
La historia se sitúa desde principios del siglo XX hasta la Guerra Civil Española. El tiempo de la historia es desde que las campanas empiezan a tocar para la misa por el difunto Paco, y dura hasta que ésta da comienzo. Y el tiempo de la narración son veinticinco años, la vida de Paco desde su nacimiento hasta su cruel muerte.
El orden del tiempo de la historia no es lineal, hay retrospección, porque mientras Mosén Millán está esperando a la gente para que de comienzo el funeral, recuerda la vida de Paco, y la suya alrededor de la de éste. Con esto, el autor consigue narrar dos historias, la primera es un poco de la vida y los sentimientos del cura mientras espera para empezar los funerales de Paco y, la segunda es la historia de Paco.
En la duración del tiempo de la historia hay ralentización porque en lo que tardan en repicar las campanas para dar comienzo a la misa, a Mosén Millán le da tiempo a recordar toda la vida de Paco el del Molino. Y en ésta hay aceleración en varios momentos, en los cuales también hay elipsis narrativa: pasa rápido del bautizo a cuando tenía seis años, también lo hace desde que tenía siete años a cuando se hace maduro, al igual pasa durante los dos años que dura el cortejo de la novia, y los seis años que estuvo Paco casado.
El esquema imaginativo del cura sigue a sus intervenciones en la vida de Paco: el bautizo, la confirmación y cuando fue monaguillo, la comunión, el matrimonio, la confesión final y la extremaunción. Son los sacramentos que recibían las gentes de los pueblos, y que marcaban los hitos de sus vidas.
Estaba Mosén Millán en la sacristía esperando a que empezaran los funerales de Paco, y empezó a recordar su bautizo, volvió de nuevo a la realidad y oyó al monaguillo cantar el romance de Paco. Volvió a recordar el cura la terminación del bautizo, y cuando regresó mentalmente a la sacristía y monaguillo le dijo que todavía no había llegado nadie, y siguió cantando. Entonces cerró Mosén Millán los ojos y empezó a recordar algunas de las travesuras que había hecho Paco de pequeño, luego siguió recordando su confirmación y su época de monaguillo, también recordó como vivía Paco la Semana Santa. Más tarde recordó cuando fueron juntos a dar la extremaunción a un señor que vivía en las cuevas, y como esa experiencia le afectó tanto a Paco. Salió por un momento de ese recuerdo que le envolvía y el monaguillo le repitió que todavía no había llegado nadie, mientras no cesaba de cantar. Metiéndose de nuevo en el recuerdo de Paco, le vino a la mente su comunión y como poco a poco fue haciéndose mayor y a la vez alejándose de Mosén Millán. De pronto, la voz del monaguillo le sacó del recuerdo, y le dijo que don Valeriano había entrado en la iglesia. Después de saludarse, el cura siguió recordando, primero recordó lo que penó Paco hasta librarse del servicio militar, después el cortejo de la novia y por último el día de la boda de Paco el del molino. Volvió a la realidad, cuando oyó el ruido de las botas de don Gumersindo entrar en la iglesia, habló Mosén Millán lo preciso y volvió a sumergirse en su recuerdo terminando el día de la boda y recordando cuando Paco se metió en política. Entretanto oía al monaguillo seguir cantando el romance, al igual que oía murmurar a don Valeriano y don Gumersindo. También se acordó de la llegada de los señoritos al pueblo y los crímenes que cometieron. Y como Paco huyó del pueblo para que no le cogieran y como el cura se enteró de su escondite y se lo reveló al centurión, después se enteró de la masacre del carasol. Entró entonces don Cástulo que un año antes se había reído de esa masacre. Pero sin hacerle caso cerró los ojos pero entró en la iglesia la mula de Paco y la tuvieron que sacar. Le vino entonces el momento en que convenció a Paco para que saliera de su escondite, y como aquella misma noche le fusilaron, no sin antes confesarlo. Por último, abrió los ojos, pregunto por el potro, y comenzó la misa.
5.- Haz una valoración crítica global y menciona otras lecturas tuyas con las que relaciones esta obra.
Este libro esta situado a principios del siglo XX en plena Guerra Civil Española. Como ya he mencionado antes es un libro muy breve pero muy intenso y quizás ese sea su encanto, ya que al finalizar el libro sigues pensando la crueldad de la época, y la injusticia que vivieron muchos de nuestros familiares.
El vocabulario es complicado y muchas palabras las he tenido que buscar en el diccionario porque no las había oído nunca, como por ejemplo cotovías que aparece en el libro varias veces.
El autor juega con el presente y el pasado, y eso a veces me ha hecho liarme un poco, pero una vez que te acostumbras se hace muy llevadero.
El autor cuenta todo genérico, creo que para que nosotros imaginemos algunos momentos de la obra.
El personaje más peculiar del libro me ha parecido la Jerónima porque es de las típicas ancianas, que cotillean todo y ponen la silla en sus ventanas para ver todo lo que ocurre.
Por el contrario el personaje que menos me ha gustado, o quizás más me ha sorprendido ha sido Mosén Millán porque nunca podría haber imaginado que el fuera el que revelara el lugar donde se escondía Paco, pero por otro lado también veo en este personaje un arrepentimiento enorme que no le sirve de nada.
Esto hace reflexionar sobre la situación de la Iglesia en ese tiempo donde estaba unida a los nacionalistas para conseguir más poder. Esa ansia de poder era tan grande que no importaba la amistad nada.
Otro de los personajes dignos de admirar es Paco, el protagonista, ya que quedan muy pocas personas con ese corazón y valentía hasta el final, y creo que aunque no se merecía ese final, el pueblo lo hace para honrarle y a modo de protesta contra Mosén por haberlo retractado.
La conclusión final que saco del libro es la mala situación de la época, ya que por mucho que te lo cuenten nunca podremos imaginar lo mal que lo pasaron simplemente por las ansias de poder de las personas. Y que por este poder traicionas a un amigo si es necesario como lo hizo Mosén Millán.
Como he dicho antes cuando he acabado el libro me ha venido el recuerdo de “Soldados de Salamina”, ya que en este libro también se trata el tema de la Guerra Civil desde otro punto de vista distinto al bélico. El argumento de Soldados de Salamina es el siguiente: La anécdota desencadenante se la cuenta Rafael y atañe a su padre, Rafael Sánchez Mazas, quien, al final de la guerra, tras múltiples avatares, es fusilado en Collell, un pueblecito del pirineo catalán. Milagrosamente escapado del pelotón, Sánchez Mazas se oculta en un bosquecillo donde, finalmente, le encuentra un miliciano que le encañona. Mirándose de hito en hito quedan perseguido y perseguidor durante unos instantes interminables. El comandante del piquete le pregunta si hay alguien allí. Finalmente el miliciano, con una última mirada, responde que no y da la vuelta. Sánchez Mazas emprende una huida que termina en una masía donde los payeses le alimentan y protegen. Finalmente descubierto por tres republicanos desertores firma con ellos un pacto de apoyo mutuo y ellos, a los que llamará después "los compañeros del bosque" le protegerán hasta la llegada de las tropas franquistas. Al despedirse, en la masía, promete escribir algún día un libro que explique las angustias de esos días y que se titulará "Soldados de Salamina". Nunca lo hará, lo mismo que nunca volverá a ver a "los compañeros del bosque", pese a que responderá durante años a las peticiones que le hagan de interceder por amigos y compañeros represaliados al final de la contienda.
La verdad es que no hay similitud en cuanto al argumento pero si tratan los mismos valores. Por un lado en “Réquiem por un campesino español” el cura que conocía a Paco de toda la vida y al cuál le unía una gran amistad ya que le bautizó, le dio la primera comunión, le confirmó, etc... confiesa el lugar donde Paco se esconde para que no le maten, dejando esa “amistad” a un lado. Mientras en “Soldados de Salamina” el republicano que no conocía de nada al nacionalista, pero eran contrarios en todo, no lo mata.
6.- Razones por las que te fue recomendada la lectura de este libro.
La razón por la que he elegido este libro ha sido porque me lo habían recomendado dos personas, ya que ambos coincidían en que era una de las obras imprescindibles de la literatura española contemporánea. Según ellos este libro era muy corto pero trataba de manera intensa el tema de la Guerra Civil.
Además el primer libro ya le había leído y de ahí mi elección.
7.- Selecciona el fragmento que mas te haya gustado.
- ¿Por qué me matan? ¿Qué he hecho yo? Nosotros no hemos matado a nadie. Diga usted que yo no he hecho nada. Usted sabe que soy inocente, que somos inocentes los tres.
- Si hijo. Todos sois inocentes; pero ¿qué puedo hacer yo?
- Si me matan por haberme defendido en las Pardinas, bien. Pero los otros dos no han hecho nada.
Paco se agarraba a la sotana de mosén Millán y repetía: “No han hecho nada, y van a matarlos. No han hecho nada”. Mosén Millán, conmovido hasta las lágrimas, decía:
A veces hijo mío, Dios permite que muera un inocente.
Este fragmento ha sido el que más me ha impresionado, ya que se demuestra que Paco el del Molino fue bueno hasta su muerte. Él pide clemencia para los otros hombres que van a asesinar junto a él y el cura no sabe que decir porque aunque sabe que sabe que es una injusticia no puede hacer nada para evitarlo.
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Enviado por: | Charly |
Idioma: | castellano |
País: | España |