Ciencias Políticas y de la Administración


Relaciones del Magreb y el Cercano Oriente


EL MEDITERRANEO

Desde principios de los 90, quizá se produce un renacer sobre el mundo árabe, se ha convertido en un objeto de estudio por las especiales características socio-políticas y económicas de esta zona cercana a Europa pero muy desconocida.

El Mediterráneo, desde la posguerra fría (1989) ha adquirido un mayor protagonismo, en su vertiente más positiva por sus potencialidades pero también para llamar la atención en su vertiente más negativa y los problemas que asolan a este espacio, tanto internos como internacionales, que ofrecen una coyuntura un tanto desestabilizadora. Y, a su vez, porque la ribera sur del Mediterráneo es un pequeño "microcosmos" de los grandes temas que acaparan la agenda internacional (migraciones, terrorismo, otras culturas, subdesarrollo, temas religiosos…). Es la ecuación Norte-Sur, tan dependiente y zonas tan cercanas geográficamente.

También desde los 90, la UE y EEUU han empezado a crear una política activa para esta zona, y el Mediterráneo ha recuperado la importancia que tuvo en otras épocas en el sistema internacional, para la comunidad internacional. Es un interés que parecía un tanto aletargado. Como dice Balta, "nos encontramos con un proceso de reinvención del Mediterráneo en su dimensión transnacional, porque no siempre ha jugado su papel anterior…".

El Mediterráneo representa el origen y confluencia de los 3 legados culturales más importantes:


- desde el punto de vista religioso: es la cuna del nacimiento del cristianismo, judaísmo e Islam.

- es centro de tensiones, guerras, conflictos…

- es una frontera económica, política y religiosa entre un Norte rico y un Sur pobre.

El Mediterráneo es un microcosmos donde nos encontramos con dificultades para cualquier posibilidad de desarrollo asimétrico. A parte de la desigualdad económica, la riqueza del Mediterráneo, desde el ámbito político, se aprecia en la multitud de modos de organización de la vida política. También en esta época confluyen diversas estrategias, procesos, que intentan crear para esta zona la "estrategia mediterránea": política económica, social y cultural autóctona para la ribera del Mediterráneo sur. Una primera aproximación a ésta es que acoge múltiples aspectos para identificar lo propio de esta área. El Mediterráneo representa una forma de ser, es un estilo de vida, posee un interés geopolítico e interesa por sus características políticas, sociales y culturales

Pero el Mediterráneo también es el prototipo de la ecuación cooperación-conflicto. Desde la IIGM, según las NNUU, concretamente entre 1945 y 1982, en el Mediterráneo se han desarrollado 102 conflictos con proyección internacional, 65 entre países y 37 golpes de Estado con consecuencias internacionales. Y conflictos, por otro lado, de baja intensidad, donde la paz nunca reina pero tampoco es previsible una confrontación internacional. El Mediterráneo también es un modelo clásico donde pervive la confrontación Norte-Sur, e incluso, aunque ha desaparecido la Este-Oeste a nivel internacional, ésta sigue existiendo entre Estados vecinos. En la actualizada se utiliza un Mediterráneo ampliado, abarcando a situaciones adyacentes con repercusiones en los actores ribereños (ej. Sahara Occidental, conflicto árabe-israelí, Guerras del Golfo, Irán-Irak, etc.). Tras la IIGM, las potencias europeas, principalmente Francia y Reino Unido, no tienen una política propia en relación al Mediterráneo, salvo la que implique la alineación a EEUU o a la URSS.


Esta situación se mantiene durante la Guerra Fría, incluso es constante hasta mediados de los 90, cuando los países comunitarios empiezan a focalizar en esta área. La iniciativa es la Conferencia Euromediterránea (Barcelona, 1995), y se pretende instaurar en 2010 una zona de libre comercio entre la UE y los países de la ribera sur del Mediterráneo.

A los países de la ribera norte les interesa una ribera sur, al percibirlo como un riesgo para su seguridad nacional, por ello los países de la UE intentan crear un marco de seguridad en el Mediterráneo sur, a través de la cooperación al desarrollo, pero hay
diversas opiniones:


- Europeos: el foco de inestabilidad es cercano, por lo que hay que atajar el problema rápidamente, creando estabilidad en cada país mediante las políticas de cooperación al desarrollo de estos países, porque se supone que esto generará un proceso de democratización.


- EEUU: la Administración Bush ha creado el Plan de Creación del Gran Oriente Medio, que plantea la exportación de valores clásicos norteamericanos, principalmente para implantar la democracia, pero es una democracia asentada en el modelo liberal capitalista donde la cooperación no sea el vector rector.

Son dos proyectos que coinciden coetáneamente e intentan implantar la democracia a través de 2 vías:

- la cooperación al desarrollo (vía europea).

- Las normas del capitalismo o la democracia económica: intenta implantar un sistema económico que acabe estableciendo la democracia (vía norteamericana).

En la exportación de modelos de democracia, las élites críticas se quejan, porque son exportados y lo que resulta positivo en unos lugares, no tiene por qué serlo en otros, en parte por las características internas. También se quejan las élites críticas en el hecho de no tener en cuenta las características propias del mundo árabe (ej. Partidos fundamentalistas que abogan por la unión de Estado y religión). Y también del hecho de las democracias económicas como mercados para exportar, se priman aspectos económicos frente a políticos.

Existen 2 amplias concepciones sobre el Mediterráneo:

- EEUU: el Mediterráneo es un corredor logístico que conduce al Golfo Pérsico, el meollo de la cuestión (también para los europeos): el crudo. Esto condiciona el control del petróleo.

- Europa: de una forma discursiva prima que se trata de una política de vecindad, por la proximidad geográfica, relaciones muy antiguas…

Desde el punto de vista económico es una fuente de abastecimiento de
materias primas y venta de productos (el 60-70% de los productos comunitarios son exportados a la ribera sur mediterránea, y un 80% de los productos árabes son exportados a la UE). Además, la falta estabilidad en esta área puede afectar a la ribera norte. Otra cuestión importante son las relaciones migratorias. El Magreb abarca a Mauritania, Marruecos, Argelia, Túnez, Libia, y es probable que la RASD.

El Mediterráneo es el escenario que ilustra perfectamente la complejidad del nuevo orden internacional desde la caída de la URSS, en este sentido podemos otorgarle 3 rasgos característicos:

- Mediterráneo como zona de contradicciones.

- Mediterráneo como zona de tensiones.

- Mediterráneo como zona de desequilibrios.

Plantea una serie de desafíos decisivos (económicos, políticos, sociales, culturales, en seguridad, etc.) para el futuro de la sociedad internacional.

Por tanto, el Mediterráneo tiene 2 caras: es un área de contacto y de encuentro, y también una zona de fricciones, tensiones y conflictos. Dentro del Mediterráneo existen 4 amplias subrregiones:

- la Europa Comunitaria.

- la Europa Balcánica: Albania, Croacia, Bosnia, Turquía, Malta…

- Oriente Próximo: Egipto, Israel, Líbano, Siria, Jordania, la Autoridad Palestina, Irán, Irak, los Emiratos Árabes Unidos… hasta Afganistán.

- Magreb.

En la actualidad se considera que existen 22 países árabes.

CARACTERÍSTICAS POLÍTICAS, SOCIALES, ECONÓMICAS Y CULTURALES DE LOS PAÍSES ÁRABES

Estas zonas constituyen un espacio geopolítico que configura el mundo árabe. El Magreb constituye las tierras occidentales o Poniente, agrupando a los 5 países antes citados. Y el Mashrek son las tierras orientales o Levante. A pesar de configurarse como una entidad geográfica unitaria, existen diferencias entre los 2 conjuntos, tienen trayectorias parecidas, una población parecida, pero también poseen peculiaridades, incluso entre países que componen cada grupo.

La nomenclatura norteamericana, hacia la IIGM, empieza a englobar ambos conjuntos como una entidad común geográfica y a desarrollar una política exterior común para toda esta área. La región del Zagreb ha aparecido en diversos momentos históricos como una región de geometría variable, en este sentido se habla de un Magreb a 3 o Magreb Central (Marruecos, Argelia y Túnez), un Magreb a 4 (más Libia) y un Magreb a 5 (más Mauritania). Por tanto, se identifica un Magreb central y 2 periféricos

Este subsistema incluye 3 características básicas:

a) Unidad geográfica.

b) Serie de rasgos comunes: políticos, económicos, religiosos, étnicos y culturales.

c) Unas relaciones entre ellos muy intensas, excepto en el comercio, porque el comercio intramagrebí es aproximadamente un 2%.

También comparten diferencias importantes, las más significativas son:

1) Los procesos de construcción nacional: Argelia es una República y Marruecos posee una Monarquía.

2) Un reparto desigual de los recursos: existen países ricos y pobres, por el factor energético.

3) En cuanto a la política exterior, hasta el fin del mundo bipolar, se encontraban:

- Países próximos a la URSS: Argelia y Siria.

- Países próximos a EEUU: Marruecos y Jordania.

- Países peculiares: Libia.

El Magreb es un territorio menos árabe por 2 razones principales:

- una importante presencia de un sustrato étnico-lingüista fundamental, los beréberes, que, a su vez, configuran una identidad peculiar al espacio magrebí. La distribución de los beréberes entre los países del Magreb es:


a) Marruecos: 30%.

b) Argelia: 20%.

c) Mauritania: 20%.

d) Libia: 5%.

e) Túnez: 3%.


- existe una historia común de relaciones, influencias… de raíz europea, y viceversa.

En los 70's - 80's, el debate, más bien en términos discursivos, se produjo sobre el concepto de Magreb y Oriente Próximo. Hoy se han superado esas barreras y no hay problemas para distinguir el área. A partir de los 50's, el porcentaje de la mayoría de los Estados del Magreb y del Mashrek se independizan, terminado la descolonización en los 60's Ej. Argelia en 1962 y Marruecos en 1956), en Oriente Próximo, su incorporación a la sociedad internacional se produce en un contexto especial con 3 rasgos principales:

- La incorporación coincide con el carácter mundial, la expansión de la propia sociedad internacional. Es una época en la que se insertan nuevos actores procedentes de la descolonización.

- Se produce una plena división Este-Oeste, cuyo culmen data de la   Guerra Fría.

- La fractura Norte-Sur, que queda relegada a un aspecto secundario por las tensiones impuestas por la división Este-Oeste. Pero esta fractura es muy importante en el espacio mediterráneo, al ser la ribera Norte rica y el Sur pobre. Todos los países eran dependientes de la colonia, lo cual condicionará su entrada en el sistema internacional y pasan por una etapa intermedia de nacionalismo hasta su independencia.

Una de las características específicas del Magreb es que se extiende por una superficie de 6 millones de km2, (aproximadamente un 60% del territorio europeo) una población de unos 75 millones pero con una distribución muy desigual:


- Marruecos: 30-31 millones.

- Argelia: 29 millones.

- Libia: 5'5 millones.

- Túnez: 8 millones.

- Mauritania: 2'5 millones.


La mayoría de la población se concentra en una franja costera, manteniendo el interior prácticamente despoblado por razones orográficas y climatológicas, excepto en Marruecos. Una peculiaridad es que las ¾ partes del territorio del Magreb son desérticas, aunque Marruecos tiene una condición bisagra y ha podido consolidar núcleos urbanos en el interior.

El Magreb central abarca más de la mitad del conjunto magrebí, y concentra un 90% de la población general. Entre las características comunes del Magreb central se encuentran, a pesar de las especificidades, restos homogéneos. Esta región, geográficamente diferente al Mashrek, está atravesada de Este a Oeste por 2 cadenas montañosas en declive, tiene un desierto rico en hidrocarburos y minerales preciosos (Sahara) que ocupa el 80-95% de la superficie, según los países, con un fondo común, los beréberes, que fueron los primeros pobladores de esta zona, a los cuales se fueron sumando en oleadas sucesivas los árabes. Otro rasgo común de esta zona es una población juvenil muy desarrollada, puesto que el 50% de la población tiene menos de 20 años. Además, poseen una religión común, el Islam, a partir del s. VII y, mayoritariamente son sunníes de rito malequí. La lengua también es común, es el árabe, aunque existen diversas regiones bereberéfonas. Excepto Líbia, los 4 restantes tienen como lengua el francés, que sigue siendo un factor de dominación entre las élites y en la tecnología. Se puede añadir una evolución histórica paralela en muchos momentos, unas estructuras sociales similares, a veces económicas, pero con matices.

Estas similitudes provocan lazos políticos, culturales, sociales… que dan identidad a esta zona, el Magreb. Hay intentos, a partir de 1979, de crear una UMA, la unidad magrebí, una especie de UE sólo en el plano económico. Y a partir de los 80's y por rivalidades, principalmente entre Marruecos y Argelia, no ha salido adelante.

La estructura productiva de esta zona está muy ligada a la
explotación de los recursos existentes, estos Estados articulan su actividad económica en torno a la agricultura, productos manufacturados básicos, turismo y recursos energéticos. Todos poseen una incipiente industrialización. Además, Marruecos tiene fosfatos, Argelia y Libia son muy ricos en petróleo y gas natural e hidrocarburos, y Mauritania en cobre, hierro y pesca.

Estas características significan las pautas clásicas entre el Norte y el Sur, con un Magreb que exporta materias primas e importa productos manufacturados. Las 2 riberas mediterráneas poseen un suelo y climas similares, lo cual da lugar a producciones agrícolas semejantes. Los países compiten por introducirse en los mercados más próximos, principalmente la UE y, a su vez, sus productos entran en directa competencia con algunos países comunitarios, principalmente respecto de los productos marroquíes con los españoles e italianos. En los países de la ribera sur del mediterráneo se están produciendo algunas alteraciones, están empezando a desarrollar una agricultura relacionada con productos demandados desde el Norte Casi el 60% de las exportaciones van a la UE.

En cuanto a la producción de cereales, el panorama es más pesimista, para ellos son productos básicos y su producción ha sido desanimada, por lo que se han convertido en importadores de estos alimentos, con las insuficiencias alimentarías que esto conlleva, puesto que son más caras al importarlas. Salvo Marruecos con un 28%, los demás países dependen casi en un 60% de las importaciones de cereales para cubrir sus necesidades.

Otra característica de estos países son sus déficit en las balanzas comerciales, lo cual acarrea problemas como:

- Escasez permanente de agua.

- Utilización de técnicas rudimentarias de cultivo, por lo que se producen bajos rendimientos, a veces hasta 10 veces menores que en los países europeos.

El Magreb contiene países con escaso peso en el sector industrial, excepto a Libia y Argelia, que registran niveles alrededor del 40% en la aportación del PIB. Se producen déficits crónicos en las balanzas por cuenta corriente, aunque Libia y Argelia son los únicos con superávit en la balanza comercial, debido a las exportaciones de hidrocarburos y gas.

Otra característica es la insuficiente aportación de capitales nacionales, lo cual les hace depender e los mercados financieros exteriores (pocas industrias poseen un 100% de capital nacional). Además, adquieren cuantiosas deudas relacionadas con la compra de armamentos, a pesar de que en los 80's se produjo una tendencia a la baja, que volvió a incrementarse en los 90's y en la actualidad es una cuantía importante. La necesidad de comprar continuamente armamento se debe al alto nivel de rivalidad intrarregional. Lo que destinan a armamento, podría ayudar a dotar otras partidas que redundarían en mejorar las condiciones de vida de las
poblaciones.

El conflicto más latente es, desde 1976, el del Sahara Occidental, que involucra a 4 países de la región magrebí, a excepción de Libia; y en Oriente Próximo es el conflicto palestino-israelí.

Una característica positiva de estos países es la existencia de una
fuerte oferta turística, en el Magreb llevada a cabo principalmente por Marruecos y Túnez, y en Oriente Próximo por Egipto y, en menor medida, por Siria. Esta oferta, en condiciones adecuadas, se podría dar en la mayoría de países de la región, excepto en Libia, donde el régimen es muy cerrado. Hay que añadir que el problema del fundamentalismo ha reducido el turismo. Los problemas en el sector turismo se pueden concretar en:

- En cuanto a la competencia entre los países.

- El rechazo al turismo occidental por determinados grupos sociales, como los islamistas radicales.

Estos países necesitarían mejorar el nivel de infraestructuras,
puesto que frena el turismo, al igual que reducir la inseguridad.

Otra característica común, principalmente del Magreb, es la emigración (más económica que política). Es un tema clave, y la región magrebí ha pasado a ser un emisor de emigrantes, cuyo destino principal es la Europa Comunitaria. Las causas que motivan esta emigración a la ribera Norte son:

- la UE representa otro modelo económico.

- la imposibilidad de responsables políticos de garantizar puestos de trabajo: crea emigración económica.

- falta de libertades: esta razón tuvo lugar en los 70-80's, y a partir de los 80's la emigración es más bien económica.

A principios de los 70's, aparece la mujer como emigrante,
primeramente del campo a la ciudad. A mediados de esta misma década empieza a emigra, principalmente debido a la reagrupación familiar, no por voluntad propia. Pero desde fines de los 80's y principios de los 90's comienza a hacerlo por propia voluntad. Las remesas es un tema importante, puesto que las divisas que envían los emigrantes es un vector muy importante para las economías nacionales y ayuda a equilibrar las balanzas de pago. Para algunos países es una fuente de financiación interna importantísima. Según las NNUU en 1997/98, las remesas supusieron:

- un 20% para Marruecos: su segunda fuente de financiación interna tras el turismo.

- un 10% para Túnez.

- un 8% para Argelia.

La emigración clandestina es también un tema importante. A partir de 1992, con el cierre de las fronteras comunitarias, se convierte en un método principal. Desde los 90's se está produciendo un asentamiento definitivo de la población magrebí en Europa, asentamiento que anteriormente era provisional puesto que los inmigrantes tenían la intención de regresar a su país de origen.

Los gobiernos utilizan la emigración en función de la relación que desean tener con los demás países: una mayor o menor permisión de la emigración clandestina. En la relación entre España y Marruecos, se ha convertido en un elemento de presión por parte de las autoridades marroquíes. Un factor clave de la emigración clandestina es la emigración subsahariana, que primeramente se produjo a través del estrecho, luego por Canarias y últimamente a través de Mauritania.

CARACTERÍSTICAS POLÍTICAS

1. FACTORES

La inestabilidad política y social se presenta como un rasgo común al Magreb y al Mashrek, y proporciona un panorama incierto por la conjunción de ciertos factores:

- falta de legitimidad democrática de los dirigentes políticos y los poderes establecidos.

- inobservancia del juego democrático: ej. Argelia en 1991 (elecciones donde el Frente Islámico de Salvación se presentó y ganó la primera vuelta, pero se produjo una imposibilidad para llevar a cabo la segunda vuelta).

- no respeto y vulneración de las libertades y los Derechos Fundamentales.

- falta de canalización de las demandas sociales y políticas por los ciudadanos

.

- lentitud en las reformas emprendidas: ej. Marruecos que, junto a Siria, se encuentra en un proceso de democratización. Hassan II, desde 1992 decide modificar la Constitución por presiones internas y para la continuidad dinástica, pero Mohamed II no ha llevado a cabo muchas reformas, la principal ha sido la mudawana (las mujeres poseen un estatuto personal que, muchas veces, se contradice con las normas del Estado), que intenta no ser perjudicial para las mujeres. Otra reforma principal ha sido respecto de los DDHH.

- auge del fundamentalismo de los movimientos islamistas como catalizador. Estos movimientos están llevando a cabo los proyectos que el Estado de Derecho no ha sido capaz de asumir, de aquí la base social que están adquiriendo. Se han convertido en un movimiento político para transformar la sociedad, y algunos autores consideran el islamismo como la última ideología del s. XX, mientras que otros creen que utilizan la base democrática para, con su llegada al poder, arrasar las estructuras del Estado.

Otros factores que tampoco ayudan a mejorar la situación son:

- unas políticas nacionales inadecuadas con los comportamientos, por sus altibajos, que distorsionan los ajustes estructurales.

- una atmósfera administrativa y burocrática poco acogedora tanto para el inversor nacional como para el extranjero. Esta atmósfera se caracteriza por la lentitud y por la corrupción.

- un bajo nivel de calificación de la mano de obra, que da lugar a un fuerte desequilibrio entre la oferta y la demanda, y a bajos niveles de productividad.

- unos mercados nacionales pequeños que no permiten aprovechar fácilmente las economías de escala que propiciarían un mercado más amplio, a veces, por la inexistencia de clases medias.

- percepción de un clima de hostilidad hacia lo occidental, acrecentado con el auge de los movimientos islamistas.

- un bajo nivel en cuanto a infraestructuras básicas, con graves carencias en sectores fundamentales como el transporte, la sanidad, las comunicaciones, etc. Esto disuade al posible inversor, a pesar de tener otras ventajas, como unos costes salariales más bajos.

2. CLASIFICACIÓN

Una clasificación del Magreb en cuanto a variables internacionales, sería respecto de los lazos con las antiguas colonias, principalmente con Francia, que siempre han permanecido. Los 5 países del Magreb se han dotado de modelos muy diferentes en cuanto a su sistema de construcción nacional. Según las directrices o líneas básicas de sus políticas exteriores, utilizando la terminología de Holsti, en cuyo libro de 1989 elabora una tipología compleja sobre el papel de estos actores en el escenario internacional, y en función de unos parámetros o roles, se puede clasificar el Magreb de diversa forma:

a) Marruecos: el "aliado fiable" de Occidente, porque declara sus compromisos con los intereses de Occidente e intenta sacarle partido convirtiéndose en un aliado privilegiado.

b) Argelia: ha simbolizado el socialismo revolucionario, pero con 2 características:


un discurso encendido y unas acciones prudentes.


Según Holsti, sería el Estado "independiente activo", aunque en la práctica se mostró menos rígido. Hasta los 90's se podría decir que su política exterior se circunscribe a la defensa de la independencia nacional, la restauración de la identidad nacional, no intervención extranjera, eliminación de bases militares, rechazo a la política de bloques y a las alianzas militares, solidaridad con los movimientos de liberación nacional de todo el mundo, y a la lucha contra el subdesarrollo y la explotación económica.

c) Libia: es una mezclar de radicalismo e idealismo, según Holsti sería el prototipo de Estado "bastión de la revolución" o "liberador". Los ideales revolucionarios de Gadaffi se resumen en el lema nasserista de "libertad, socialismo y unidad", Gadaffi hace suyo este planteamiento. En el "Libro Verde", que contiene la doctrina, se pretende crear un nuevo modelo político, económico y cultural que rija las RRII y alcance unos objetivos "mediante una política agresiva basada en la desestabilización y la fuerza". Se dice que Gadaffi piensa que toda acción debe ser valorada antes de ponerse en práctica, y que la renuncia a determinada acción en un momento concreto no significa prescindir del objetivo que la inspira, es tan sólo una espera para llevarla a cabo. La flexibilidad de su política exterior contribuye a que su imagen sea calificada de caprichosa y variable, cuando en realidad se caracteriza por la tenacidad de sus objetivos en un contexto adverso.

d) Túnez: se puede considerar "el país que debe ser respetado por su buena imagen", o la "dictadura que cuida su apariencia democrática". Es el exponente que busca la modernización y el término medio. Holsti lo califica de Estado de "compromiso razonable en busca de la estabilidad de su entorno pero con una preocupación constante sobre la propia seguridad".

e) Mauritania: para Holsti es la imagen del Estado "frágil", que sólo de forma esporádica intenta tener un papel activo en las relaciones árabe-africanas, con poco éxito. Ha intentado jugar la carta de puente de unión entre dos entornos, y uno de sus principales rasgos es su débil presencia en el sistema internacional y regional. Esta debilidad comporta una preocupación constante por su propia supervivencia como Estado

3. LA DEMOCRACIA EN EL MUNDO ÁRABE

La promoción de la democracia y la primacía de los DDHH en la ribera sur se ha convertido en un objetivo a desarrollar, este objetivo adquiere cuerpo a principios de los 90. Según muchos analistas, el fin del sistema bipolar se presenta como la circunstancia idónea para la construcción del nuevo orden internacional, asentado en mayores dosis de planificación y de acción. Pero, dicho objetivo ha ido perdiendo dinamismo en su realización, aunque no ha dejado de estar presente en la agenda internacional, convirtiéndose en un elemento activo del discurso internacional.

En el escenario árabe-musulmán, la presión a favor de la democracia y los DDHH se ha convertido en un tema recurrente pero sin la efectividad deseada. Existe un consenso general, al menos desde planteamientos teóricos, y un consenso aceptado por los países árabe-musulmanes y la comunidad internacional, que se nutre de la
idea de que la democracia beneficia a las sociedades receptoras y a las impulsoras.

La pregunta clave es determinar cuál es el método adecuado para establecer la democracia en la ribera sur. Desde el punto de vista teórico existen 2 opciones que pueden permitir muchas subdivisiones:

a) partidarios de instaurar la "democracia impuesta" con independencia de la situación político-económica del país. Ej. Irak.

b) partidarios de un proceso gradual con una amplia base económica, la "democracia de mercado". Esta hipótesis se basa en la creación de un mercado capitalista, que propiciaría el desarrollo, estando el concepto "desarrollo" íntimamente ligado al favorecimiento de las libertades públicas, los DDHH y el pluralismo político. Esta premisa se formula en la coyuntura internacional, donde el capitalismo es dominante, por falta de alternativas. Es la opción más vigente porque el capitalismo se presenta como la última ideología, o la única ideología existente.

La simplificación de los análisis respecto de este "vasto" y
heterogéneo conjunto del mundo árabe-musulmán, puede propiciar interpretaciones inadecuadas. Algunos autores defienden que el Magreb y el Mashrek poseen un problema específico que le impide acceder a la modernidad democrática, lo cual comporta elevadas dosis de mitología, puesto que se basan en la antropología religiosa, es decir, la religión se ha convertido en un elemento explicativo fundamental, y adoptar la posición de que la simbiosis Islam-democracia no puede arraigar supone negar al Islam toda posibilidad de democratización y vincular la democracia a una forma de sociedad, la occidental.

La ecuación Islam-construcción política se caracteriza precisamente por la variedad, diversidad y heterogeneidad. En este sentido, Abd Al Acid Amor establece una tipología actual estatal islámica en 3 bloques diferenciados:

- Estados subordinados a la sharía: Irán.

- Estados inspirados en la sharía.

- Estados liberados de la sharía: Argelia en determinadas épocas.

Pero conviene tener presente que algunos Estados árabe-musulmanes
han tenido experiencias de carácter laico (ej. Argelia tras la descolonización hasta los años 80), a estos países se les ha denominado "sociedades exentas de autenticidad" por la desafección impuesta a las poblaciones que siempre han estado unidas a la religión musulmana y sus instituciones.

En el plano de la economía, el verdadero telón de fondo de los
procesos políticos, el resultado en el mundo árabe-musulmán, ofrece un panorama modesto porque las diversas estrategias económicas llevadas a cabo por estos países no se han convertido en un auténtico desarrollo. Un rasgo común en ellos es el "fracaso económico", por los resultados, porque no han cristalizado en un
desarrollo y porque los modelos económicos que han adoptado, han estado al servicio de los intereses políticos, es decir, que los modelos económicos son el resultado de una estrategia defensiva de legitimación de las élites gobernantes más que una auténtica dinámica económica interna o más que una ideología. Es una economía al servicio del régimen político, no un verdadero vector de cambio estructural.

A nivel externo y en términos de participación en la economía mundial, los países árabe-musulmanes en los últimos 30 años se han convertido en los grandes perdedores del proceso de globalización, según cifras:

- 1980? su participación en el comercio mundial fue un 13'5%.

- 2000? ésta fue de un 3'4%.

Las cifras parecen justificar el calificativo de "huérfanos de la globalización", porque los resultados socioeconómicos han sido flojos, sin entrar en el círculo vicioso de una economía productiva asentada en las nuevas tecnologías, la industria y los servicios como fuente de creación de empleo continuo.

La UE y EEUU han optado por una política de promoción de la democracia en esta área. En su discurso, la UE valora la democracia y el buen gobierno como prioridades incuestionables y parte de la hipótesis de que al igual que se ha logrado para 25 países, es posible exportar el modelo a través de diversas medidas en un contexto de seguridad regional, solidaridad y pluralismo. Pero la plasmación de esta filosofía política tampoco ha tenido resultados previstos en tiempo y forma.

Washington, durante los últimos 50 años, ha primado la estabilidad frente a la democratización, pero la actual Administración republicana, ha diseñado un plan de actuación para el área (en realidad son 2 planes): el "Gran Oriente Medio", que incluye a países árabes mediterráneos y a 5 países no árabes. Este proyecto es la antítesis de la realpolitik republicana y también se basa en la exportación de los valores norteamericanos, donde uno de los principales es el fomento de la democracia. Aunque puede resultar prematuro, el proyecto propicia grandes interrogantes.

LA DEMOCRACIA EN EL MUNDO ÁRABE: MITO O REALIDAD

Democracia e Islam son 2 términos avocados a tener un lugar prioritario en la evolución del Magreb en el s. XXI. Nos encontramos ante un proceso incipiente, cuyos resultados finales son aún una incógnita. Todas las valoraciones comparten respecto de la democratización de esta zona, la idea de la lentitud del ritmo, en este sentido,
tampoco conviene obviar cuál ha sido la experiencia occidental hacia la implantación de la democracia plena.

El triunfo de los movimientos independentistas de estos países para acabar con el colonialismo europeo y la posterior creación, a partir de la IGM y los años 60, de Estado aún modernos, ha agrupado a poblaciones con un sustrato común, pero tan diversas como para configurar procesos políticos diferentes. La legitimidad histórica de los líderes políticos por haber logrado la independencia, junto a un exacerbado orgullo nacionalista, y las promesas hechas respecto al desarrollo económico, fomentaron un clima de elevadas expectativas respecto de la construcción de un futuro prometedor.

Pero el proceso de creación de distintos países árabes fue problemático y arduo, con crisis. La democratización en éste área no es exclusiva, porque la comparten la mayoría de los Estados en vías de desarrollo, pero esta situación de creación de fronteras artificiales uniendo a poblaciones no idénticas, más los compromisos rotos en el plano de la democratización y el desarrollo, ha arrastrado consecuencias hasta hoy, configurando esta región como volátil.

Sin intentar justificar los problemas de unidad, los regímenes autoritarios y corruptos, las fronteras ficticias, la inestabilidad (interna y regional), la falta de democracia y respeto de los DDHH; la herencia recibida por las antiguas potencias colonizadoras también ha tenido su peso específico. Las metrópolis propiciaron una política que no conducía a la senda de una futura democratización, a este legado recibido se suma el establecimiento de gobiernos autoritarios, amparados en las élites
políticas y económicas influyentes de cada país, pero también el grado de legitimidad política de estos dirigentes ha contado con el plácet de las potencias occidentales e internacionales. A esto se le añade que el proyecto económico ha resultado fallido y ha jugado un papel marginal al servicio de la coyuntura política.

En este escenario, la democracia estaba excluida, las autocracias imperantes se han mantenido por apoyo de Occidente (ej. Sadam Hussein). Los jóvenes Estados árabe-musulmanes, asumieron modelos mayoritariamente de corte occidental, excluyendo el desarrollo político y económico. Y su fracaso se ha traducido en un resurgimiento del Islam en las sociedades árabe-musulmanas como una alternativa política.

Pese a las diversidades entre el Magreb y el Mashrek, se pensó, siguiendo a Hunttintong, que el impacto de la tercera ola democratizadora de los años 80, afectaría a los países árabe-musulmanes.

Entre 1974 y 1990, ha tenido lugar el desarrollo político más importante del XX, la transición de más de 30 países no democráticos a la democracia, donde no había ningún país árabe-musulmán. Se excluyen de este proceso, porque hasta los años 90, en algunos, no se empiezan a propiciar tímidas políticas de liberalización.

Gema Martín Muñoz enumera factores concurrentes que han posibilitado
que la democracia tenga un escaso peso en esta área: factores externos, ejército… Los análisis culturalistas tienden a focalizarlo en una serie de factores propios, inmutables y determinantes de la cultura árabe-musulmana, y no en causas históricas, factores sociopolíticos modificables…

Para algunos autores existe una peligrosa ecuación entre el Islam y la no democracia, argumentando que la cultura árabe-musulmana y algunos postulados de la democracia son opuestos. Es conveniente revisar otro mito extendido, en el sentido de que algo falle en los países árabe-musulmanes: su fértil cultura autoritaria. En este sentido, la ausencia de democracia no es exclusiva de esta región.

Si se hace un análisis comparativo, en una mayor o menor medida, la
falta de democracia se observa en muchos países en desarrollo. La crítica al Estado colonial no impide considerar como responsables a los dirigentes árabes, verdaderos artífices de la quiebra democrática y del descontento de sus poblaciones. El consenso acerca de la necesidad en esta región de promover la democracia, plantea ¿qué tipo de democracia? Para muchos árabes y musulmanes, la democracia liberal se ha convertido en una estrategia de hegemonía y dominio político por parte de Occidente.

La Occidentalización, término de E. Said, es decir, una democracia al estilo occidental (EEUU o UE), ha calado en amplios sectores poblacionales, que lo consideran como un método impuesto y un instrumento de manipulación de las potencias internacionales para seguir manteniendo el control sobre los asuntos internos de estos países.

En las sociedades que estiman altamente su independencia y soberanía, el temor a que la democracia esconda otros intereses subyace. Esta población valoraría más que la comunidad internacional lo garantice, en contraposición a que lo haga la única potencia hegemónica, EEUU, porque:

- piensan que la promoción de la democracia colisiona con los intereses y la hegemonía de EEUU en la zona.

- no quieren que sus países se perpetúen como accesorios de la política exterior de EEUU.

La posibilidad de que la democracia cuaje en este espacio no significa que, por su propia virtud, se solventen los problemas estructurales de carácter social y político-económico que asolan la región.

En la actualidad, un proceso democrático que cristalice en un auténtico Estado de Derecho sigue siendo la verdadera aspiración, más que realidad, por varias razones:

a) el carácter excesivamente economicista de los proyectos propiciados por los actores externos.

b) la falta de condiciones objetivas y materiales.

c) la ausencia de voluntad firme en el ámbito interno e internacional.

E. Said, en su libro, desarrolla las posibilidades de occidentalización del mundo árabe, sobretodo de Palestina. Al huir de los enfoques culturalistas centrados en el choque de civilizaciones, se aprecian antinomias entre el mundo occidental y el árabe, pero no hay que caer en percepciones falsas.

Las relaciones entre Occidente y el mundo árabe están plagadas de desconfianza y miedo irracional, muchas veces asentado en la ignorancia. Junto a las falsas apreciaciones sobre el Islam, también existe una imagen pervertida de Occidente por los sectores musulmanes. La imagen más pervertida de Occidente respecto del mundo
musulmán, es entender que los procesos políticos y sociales son manifestaciones del vector religioso que, en su vertiente extrema, se transforma en fanatismo; esto tan sólo deforma la verdadera religión islámica.

Según los académicos no existe una respuesta unívoca acerca de la
compatibilidad del Islam y la democracia. Para el sector más posibilista, el Islam no es antitético respecto de la democracia, aunque conceptualmente resulta difícil, porque el
Islam abarca todo. Según esta falta de división, la mayor barrera para la democratización no es la religión, sino la inexistencia de una cultura política propiciada por las élites dirigentes, puesto que la mayoría de la población carece de instrucción, que cuente con el respaldo de las potencias internacionales, y sean partidarias de mantener el status quo.

Tesis deterministas interpretan el Islam como un obstáculo a la democratización, algo incorrecto, porque son los gobiernos y élites modernas, muchas veces laicas, las que frenan el desarrollo de las sociedades musulmanas.

El término Islam predica sumisión a Dios, con un sentido globalizador quiere suscitar y cultivar en el hombre la cualidad y la actitud del Islam. Además, se refiere a la civilización que creció y se desarrolló con posterioridad a la muerte de Mahoma, cuya identidad se ha ido reforzando con el tiempo. Y bajo una diversa culturalidad, por el ámbito geográfico y la canalización de las prácticas, habría que hablar de la pluralidad del Islam, o del Islam mundializado.

Para el Ayatolah Jomeini, el Islam o es política o no es nada. Esta afirmación no se corresponde con el origen, puesto que Mahoma no dice nada sobre el régimen a instaurar, y las referencias en el Corán y otros textos acerca del Islam como Estado son limitadas. Pero desde su origen, el Islam se encuentra unido a la política, por
ello, no pueden ser disociados en la práctica y, en un principio, excluye el establecimiento de un régimen no religioso.

En la práctica, los Estados árabes modernos, concretamente las élites, han llevado a cabo una institucionalización del Islam, para oficializarlo y garantizarse el monopolio de su uso político. Esto resulta una anomalía respecto a la concepción islámica original.

Esta ligazón régimen político-Islam ayuda a consolidar a cada actor mediante un pacto, de manera que el régimen político permite a la religión controlar y vigilar el mantenimiento del orden social islámico, a cambio de no cuestionar políticamente el poder.

La referencia al Islam por las élites políticas se convierte en un elemento activo y constante, en el Magreb y en el Mashrek. Esto es constante y se manifiesta en un amplio abanico de posibilidades:

- Construcción de mezquitas.

- Cobertura en cuanto a predicación.

- Respaldo al Islam por los medios de comunicación.

- Campañas de moralización.

- Creación de universidades islámicas.

- Utilización del derecho musulmán para el Estatuto de los ciudadanos.

Muchas veces se utilizan como sinónimos fundamentalismo, islamismo e integrismo. Su utilización indiscriminada ayuda a una mayor confusión en el panorama.

El Islamismo, tras los años 80, es una realidad que preocupa en el ámbito interno y a nivel internacional por varias razones:

a) su creciente pujanza.

b) su capacidad movilizadota.

c) su proyecto político.

Uno de los problemas con que se topa Occidente respecto del islamismo, es la tendencia a mezclar todos los movimientos reformistas islamistas, a los cuales se les denomina indiscriminadamente y se les atribuye un carácter violento.


EL ISLAMISMO

Es un movimiento político y social que aspira, a pesar de su discurso e inspiración religiosa, a transformar un sistema político y/o social y no a propagar una nueva religión. Partiendo de esta definición, el Islamismo aglutina varios aspectos:

- Es un movimiento político y social.

- El lenguaje utilizado tiene un sustrato religioso que justifica las estrategias políticas.

- Su objetivo es mejorar las condiciones sociopolíticas de las poblaciones y, por tanto, no pretende una renovación religiosa propiamente dicha.

- Representa un movimiento de autoafirmación cultural frente a modelos exógenos.

- Su filosofía abarca 3 grandes cuestiones que afectan a los países donde se inscribe:

1) problema de la identidad.

2) problema de desarrollo y crecimiento económico.

3) problema de la contextualización de valores.

Los movimientos islamistas aparecen en los años 80, muchas veces fomentados por gobiernos nacionales para contrarrestar el peso de movimientos izquierdistas. Su origen es la reacción contra el anómalo proceso de modernización y occidentalización, por ello han de ser entendidos en paralelo a estos 2 procesos, y su desarrollo
está directamente relacionado con las lagunas existentes "en el Estado respecto a su vertiente cultural y de identidad nacional, a la vez que se beneficia el malestar acumulado por el incumplimiento de las promesas nacionalistas".

La dependencia del exterior, en la construcción interna de muchos países árabe-musulmanes, ha producido en amplios sectores sociales un rechazo a la occidentalización impuesta y ha provocado un deseo de modernización desde su propia idiosincrasia, es decir, su lema es "modernización sí, pero asentada en el propio patrimonio cultural y la experiencia histórica". Este alejamiento no significa estar en contra del progreso científico o social.

Los movimientos islamistas tuvieron una gran expansión en los años 80 por 3 motivos principales:

1) el respaldo moral que supuso la Revolución de Irán de 1979.

2) el declive progresivo de los modelos socialistas y panarabistas.

3) por las facilidades otorgadas por ciertos gobiernos como estrategia política para frenar a la oposición izquierdista.

Su credibilidad política ha crecido al realizar funciones que el Estado no es capaz de asumir, se les percibe como una nueva élite capaz de ofrecer una alternativa frente al cúmulo de déficit que los gobiernos poscoloniales prometieron y no han cumplido.

La realidad actual muestra cómo los diferentes movimientos islamistas representan la principal fuente oculta que ha de tenerse en cuenta para acometer cualquier cambio político en esta zona.

El Corán no alude a ningún tipo de Estado islámico, por lo que se abre un debate sobre el significado y la actuación en el terreno político, por ello, cada movimiento islamista posee una idea propia sobre ello, pero partiendo de un principio común: los valores islámicos han de tener una traducción en la organización de las
sociedades, aunque la plasmación de este modelo islámico posibilita un amplio abanico de concreciones.

Es innegable que los islamistas constituyen la principal fuerza activa que presiona a favor de cambios políticos en el Magreb y Oriente Medio, por 2 razones principales:

a) son las principales víctimas de la represión, de la falta de democracia y de DDHH en sus países.

b) en cualquier convocatoria electoral libre, ganarían las elecciones.

Fuller dice que, a lo largo del s. XXI, estos movimientos que cumplen funciones sociales pueden convertirse en ONG's por el protagonismo tan importante que están consiguiendo. Los movimientos sin posibilidades de acceder al gobierno se canalizarán como ONG's.

Otros autores son más escépticos, y firman que la promoción de la democracia y los valores que comporta, por parte de los islamistas son una mera estrategia, son "caballos de Troya" dispuestos a aprovechar las oportunidades que el sistema les brinda hasta que alcancen el poder y destruyan el aparato estatal para crear su propio modelo.

En este debate sobre la desembocadura de los movimientos islamistas, algunos autores han propuesto una hipótesis según la cual la religión va a dejar de ser el eje de las referencias políticas en las sociedades musulmanas, consideran que los problemas planteados en ellas no responden a la cuestión islámica, sino a la
lumpernmodernidad (problema económico), lo cual se podría decir que es el hecho de vivir la modernidad en la pobreza.

1. LA POSTURA DE LA UE Y EEUU REPECTO AL ISLAMISMO

Las potencias exteriores (EEUU y UE) mantienen una postura
unánime: detener el islamismo radical. Otra característica  común hasta hoy, al menos oficialmente, es negarse a tener contacto con los islamistas, incluso con estas pseudoONG's aun a costa de seguir apoyando sistemas autocráticos, la modernización del autoritarismo. En este sentido, los gobiernos no democráticos permanecen en el poder sostenidos por potencias occidentales, justificados ante el
temor del islamismo, el cual no tiene por qué ser terrorismo. Esto conduce a un círculo vicioso.

En estos países existe poca conciencia sobre la sociedad civil, por lo que ésta no puede ser un interlocutor apropiado. Los islamistas moderados componen el sector más perjudicado por la actual coyuntura. La falta de diálogo de éstos con los actores
internacionales no conduce a mejoras.

Desde los años 90, con una voluntad más firme, avalada por proyectos, los actores internacionales han fijado su atención sobre esta zona y su universo sociopolítico, se ha ampliado el mapa (antes centrado en el conflicto palestino-israelí). Por tanto, desde esta época se ha incluido toda el área en su agenda internacional.

A partir de 1995, la UE lanza el proceso euromediterráneo a través de la Conferencia Euro-Mediterránea de Barcelona. La consolidación del espacio euromediterráneo forma parte del nuevo escenario regional diseñado por la UE. Y a finales de la primera presidencia de George W. Bush ha sido cuando se ha diseñado un plan de actuación para el Norte de África y Oriente Próximo.

El vector principal para los 2 actores es la promoción de la democracia, pero diferente entre el modelo europeo y el norteamericano. El modelo europeo se asienta en la defensa de la democracia, el respeto a los DDHH, la consecución del Estado de Derecho, la prosperidad socioeconómica y la cohesión y justicia social.
Mientas el modelo americano sólo se centra en la promoción de la democracia, se supone que la creación de un mercado repercutirá en un mayor desarrollo.

A. PROYECTO EUROPEO

El motor del proyecto europeo es el espíritu de solidaridad, que debe existir entre pueblos y naciones, y ha de cristalizar en el futuro en la construcción de una comunidad euro-mediterránea de Estados democráticos. Se ha puesto una fecha para la construcción de libre cambio, para unos, o libre comercio, para otros, en 2010. Es la extrapolación del modelo comunitario, que pasará de un modelo
económico común a un modelo político común. Solidaridad y desarrollo son dimensiones en las que se asienta el proyecto europeo. En la mentalidad comunitaria se cree posible, por la experiencia de la UE-25, pero es un poco utópico porque no hay
tantos nexos con los países árabes. Por tanto, creen que la exportación de los valores europeos, que en Europa han funcionado, se pueden aplicar a todas las regiones del
planeta.

El discurso oficial de la UE parte de la filosofía de que la seguridad y la democracia serán el resultado del bienestar material de las poblaciones. Y este planteamiento es cuestionable, porque a pesar del vínculo entre democracia y desarrollo económico, la
democracia no es una consecuencia inevitable del desarrollo económico.

Pensadores más críticos afirman que esta situación que provoca la UE
no es altruista, porque también le interesa la creación de un mercado más amplio y que, a medida que los bloques se consolidan, crecerá el poder de la UE como escenario principal, como bloque regional.

Otro vector del proyecto de la UE es el tema de las sociedades civiles, del cual no habla el proyecto estadounidense, como interlocutores. Consagra así el papel activo en la construcción del espacio euromediterráneo partiendo de la premisa de que la sociedad civil está adquiriendo un importante protagonismo en la sociedad internacional, porque la era de la globalización ha permitido el florecimiento de redes transnacionales de la sociedad civil.

El actual modelo de relación Europa-ribera sur del Mediterráneo se fundamenta en el diálogo, lanzado en la Conferencia Euro-Mediterránea de Barcelona, a la cual se vinculan iniciativas posteriores. Los resultados prácticos son escasos, aunque se han conseguido acuerdos de asociaciones económicas.

B. PROYECTO AMERICANO

La iniciativa norteamericana se canaliza a través de 2 propuestas:

a) la iniciativa de paz para Oriente Medio.

b) el partenariado para el progreso y para la creación de una futura región del Gran Oriente Medio y el Norte de África.

Según sus postulados, se pretende promover cambios sustanciales en el plano político, económico, social e ideológico en esta región. La UE es más modesta, se concreta en promover la democracia.

La nomenclatura norteamericana en Geopolítica denomina, tras la IGM, Oriente Medio al espacio que abarca el Magreb y el Mashrek, aquí se une la zona del Golfo Pérsico e incluye Irán, Afganistán, Pakistán, Turquía y el Estado de Israel.

Hasta un año antes del primer mandato de la Administración Bush, Washington había primado la estabilidad frente a la democracia. El miedo a la democratización podría dar lugar al caos. Esto lo pensaron antes del conflicto de Irán, pero la Administración Bush, con un planteamiento contrario a la realpolitik republicana,
considera ahora preferible la democratización frente a la estabilidad.

EEUU lo que ha pretendido es asegurarse el suministro de crudos procedentes de la Península Arábiga, optando por patrocinar determinados movimientos políticos bajo la ecuación país amigo-país enemigo, y, hasta ahora, EEUU ha primado el apoyo estratégico a Israel, mientras Europa buscaba estabilidad en el Mediterráneo por razones de vecindad.

La premisa europea se asienta en reducir los riesgos de conflictividad, frente al imperialismo democrático propugnado por EEUU. A pesar de los continuos y variados problemas en Irak, acerca del detonante para que la Administración norteamericana dé un giro radical a su política exterior en la zona hay diferentes argumentos, como la necesidad de promover gobiernos democráticos que, aunque pueden oponerse a la política norteamericana, repercutirán en un beneficio mayor que si se respalda a gobiernos dictatoriales.

Según las tesis de EEUU, hay 3 tipos de obstáculos que impiden el desarrollo de estos países e influyen negativamente en los intereses norteamericanos:

- Falta de libertad.

- Inexistencia de la sociedad del conocimiento: principalmente la tecnología.

- Deficiencia en cuanto a estructuras económicas junto a la escasez de producción.

Para los autores más críticos, EEUU lleva a cabo una operación de limpieza muy influenciada por el tema de Irak, consciente de ser la potencia hegemónica. Es su nueva estrategia para mantener la hegemonía en una zona de vital importancia, todo ello recubierto por la cruzada internacional frente al terrorismo islamista, que le ha proporcionado una cobertura muy ambiciosa.

El proyecto de EEUU pretende refundar la cultura política en la región, remodelarla según los esquemas de la democracia liberal y la economía de mercado. A este planteamiento se suma la inmunización contra los fundamentalistas islamistas. El nuevo orden americano choca con 2 obstáculos decisivos:

a) el conflicto palestino-israelí que hipoteca toda su política exterior en el mundo árabe.

b) el sentimiento antiamericano calado en amplios sectores sociales y agudizado por el conflicto de Irak.

Siguen existiendo dudas acerca de que el principio vector sea satisfacer la necesidad de desarrollo y progreso de la zona. Andrè Malraux dijo: "el s. XXI será religioso o no será".

El mundo musulmán se encuentra en un regreso hacia Dios, por ejemplo Irán en 1979, cuando triunfa un movimiento religioso. El uso político del Islam se ha convertido en un factor de crecimiento e inestabilidad en algunos países árabe-musulmanes, y
también en una nueva amenaza para el mundo occidental tras la Guerra Fría.

Este resurgir islámico a través de un despertar mediante una lectura política de los textos sagrados, tiene un componente más político que una renovación religiosa propiamente dicha. Algunos autores consideran que el islamismo se ha convertido en la última gran ideología del s. XX. Ante todo, se trata de una reacción contra el anómalo proceso de modernización y occidentalización de las sociedades musulmanas contemporáneas, a lo cual se le atribuye, por parte de los más radicales, todos los males: desigualdades sociales, corrupción, despotismo…

Los movimientos islamistas han de ser entendidos como un proceso paralelo a la creación del Estado moderno, para algunos autores son hijos de una modernidad fallida. Su gestación también se encuentra directamente relacionada con el fracaso de las expectativas de bienestar prometidas, y con la búsqueda de más señas de identidad propias. Estos rasgos han llevado a los movimientos islamistas
a volver la vista al Islam ortodoxo como una posible solución a los problemas, apareciendo así como un fenómeno de recuperación de la identidad perdida, como un instrumento de rechazo a la omnipresencia cultural occidental.

La amenaza que el Islamismo supone no procede del retorno a las raíces, sino de los grupos más radicales, que buscan la justificación de la violencia en la religión y recurren a la Yihad o Guerra Santa para luchar contra el ocupante (Occidente) y para combatir sistemas a los que tildan de corruptos o "vendidos" a Occidente. Propugnan la creación de un sistema propio, asentando en valores del Islam, después de que diferentes doctrinas hayan fracasado en países árabe-musulmanes (como el marxismo, el nacionalismo o el liberalismo). En esta alternativa reside el verdadero atractivo para unas poblaciones depauperadas que cifran en el islamismo toda su esperanza.

Este resurgimiento de la identidad islámica se contempla desde Occidente con temor, sin saber las pautas para afrontarlo, se está convirtiendo, debido al fanatismo de los activistas radicales, en un sinónimo de terrorismo que oculta  todo sentido de justicia, dignidad, etc. A esto han contribuido grupos violentos (talibanes, hamás, FIS…).

Los atentados a embajadas en Kenia, etc. han contribuido a focalizar una visión negativa respecto a todo el islamismo. En muchos países árabe-musulmanes nos encontramos con una brecha entre los grupos islamistas armados (terroristas) y los adeptos a un Islam tolerante. En estos países se vive una auténtica represión por parte de los gobiernos afectados, pero no sirve para erradicarlos. Es evidente que el renacimiento islámico está reclamando una posición en el ámbito interno y en la agenda internacional.

Occidente debe esforzarse por mantener vías de contacto con los no radicales y no incluir a todos los que propugnan un renacimiento del Islam en el mismo saco. El Islam debe buscar un camino de reconciliación consigo mismo y apostar por la integración de los más radicales.

2. CAUSAS DEL RESURGIR ISLÁMICO

En cada país existen causas propias, pero se puede hablar, de una forma general, de:

- el Islam se ha convertido en una religión privilegiada para expresar su identidad, la lealtad a la UMMA y un método de oposición al actual orden establecido.

-la constitución de la UMMA como estructura político-religiosa entre los profesadores del Islam, en este sentido, la pertenencia a la UMMA inspira los fundamentos históricos de identidad y da al individuo sentido por sí mismo.

- el carácter triunfante, dominador y de progreso que tuvo el Islam en épocas pasadas. El auge del pasado islámico triunfalista ha pervivido en la memoria histórica, favoreciendo sentimientos de nostalgia respecto de un pasado glorioso. Los islamistas han tenido el acierto de transmitir a la población desanimada este pasado glorioso.

- la herencia colonial de los Estados musulmanes.

- las frustraciones producidas por la modernización y la occidentalización, que sólo han calado en las élites, frente a la realidad cotidiana, que consiste en paro, analfabetismo, ausencia de valores (como la democracia) y de cualquier proyecto fiable que signifique desarrollo.

- la mentalidad de crisis y fracaso alimentada por hechos concretos como:

1) conflicto palestino-israelí: en casi 60 años no han conseguido un Estado.

2) invasiones y guerras: Irak en 1991 e Irak actual.

- el incremento del resentimiento y rechazo a Occidente.

-los conflictos de los Balcanes, principalmente Bosnia en 1994 y Chechenia, y la falta de ayuda de Occidente a las poblaciones musulmanas, porque Europa se resistía a que existiese, en su territorio, un Estado musulmán.

- el boom del petróleo en los años 70, que incrementó enormemente la riqueza, pero sólo de las élites, y ayudó notablemente a Occidente. Esta riqueza otorgó a los árabes un nuevo peso en la escena internacional, que ha contribuido a afirmar su
identidad nacional. Los árabes piensan que son los poseedores de la riqueza, de la cual Occidente se lucra de forma desmesurada. Algunos gobiernos del mundo árabe-musulmán con las riquezas del petróleo se dedicaron a financiar movimientos islamistas, como Argelia y Arabia Saudí.

- el agotamiento de las grandes utopías que presidieron el s. XX, principalmente el comunismo, que no ha cuajado en estas sociedades.

- las desigualdades en las relaciones económicas internacionales, que han llevado a estos países a la periferia del sistema capitalista, en medio de excesivas desigualdades sociales e injusticias institucionalizadas.

- las transformaciones sociales de las que se deriva una nueva población nacida tras los procesos de independencia que, en la actualidad, se cifra en un 60% de las poblaciones árabe-musulmanas y que desconfían de los proyectos de democratización y relanzamiento económico. Su escepticismo hacia las élites políticas está concediendo un voto de confianza a los islamistas como alternativa

3. DEFINICIONES: FUNDAMENTALISMO, ISLAMISMO E INTEGRISMO

No existe un consenso sobre estos términos, por lo que ha predominado la diversidad, siendo utilizados como sinónimos y produciendo, con ello, confusión, a la vez que dan pie a un concepto erróneo para explicar situaciones diferentes.

El Fundamentalismo es un término de origen anglosajón que catalogaba a las Iglesias, comunidades y organizaciones protestantes que insistían en el origen divino y la infalibilidad de la Biblia. Por la extensión del término, alude, en general, a todos aquellos que postulan un retorno a las creencias fundacionales y a los fundamentos de  una religión cualquiera. En la adaptación de este concepto al Islam, se entiende como una religión petrificada en el Corán, convertida en ideología y, desde un punto de vista ideológico, se quiere llevar a sus seguidores al establecimiento de
un sistemas sociopolítico semejante al que instauró Mahoma en la época de la Medina (comunidad pequeña asentada en sus seguidores y basada en unas normas políticas).

Donde los fundamentalistas islámicos difieren del resto de los musulmanes es en su legalismo, se basan en el Corán, en las tradiciones del Profeta y en el Cuerpo de Enseñanzas Teleológicas y legales transmitidas. Su intención es suprimir cualquier otro código o norma social importada o modernizada, para imponer en su lugar la sharía o ley islámica.

A partir de los años 80, esta concepción ha pasado a ser una categoría política para muchos teóricos de las ciencias sociales, y se utiliza prioritariamente para referirse al caso iraní.

El Integrismo es un vocablo de origen francés que aparece hacia 1910 con motivo de una querella entre católicos intransigentes y modernistas. Aplicado al Islam, los integristas son aquellos que realizan una lectura literal y rígida de los textos sagrados y se declaran contrarios a cualquier interpretación o modificación de los mismos, es decir, sería una especie de "fascismo religioso", en cuyo nombre, los grupos extremistas justifican la violencia de forma indiscriminada contra todos los que se muestren contrarios a sus postulados y a su modelo ideal de sociedad, basado en principios de la fe islámica.

El Islamismo es el único término que hace referencia explícita al Islam, sin derivarse de definiciones anteriores, por tanto, es el más correcto y se atribuye sobretodo a los musulmanes que no se limitan a pedir únicamente la vuelta a las prácticas religiosas, sino que insisten en el carácter político y social de su credo. Por tanto, el principal rasgo definidor del islamismo está en su activismo político y se concibe como un movimiento de politización ideológica de la religión, que ofrece un proyecto global en todos los órdenes.

Desde su emergencia, los movimientos islamistas han venido desarrollando estrategias de reislamización en 2 direcciones:

- reislamización desde arriba: se produce desde mediados de los años 70 hasta casi mitad de los años 80, y su mayor exponente fue la Revolución Iraní de 1979, que buscaba tomar el poder a través de diversas estrategias que iban desde la acción violenta hasta la participación en el juego político.

- reislamización desde abajo: es más bien un fenómeno sociocultural que político, y hace hincapié en las formas de romper con la sociedad circundante. Es una forma de ruptura en los aspectos políticos, de educación, o religiosos. Su campo de acción es la vida cotidiana y sus principales actores son los partidos, asociaciones y grupos islamistas, y los grupos y asociaciones religiosas. En este sentido, ante la incapacidad de los gobernantes o la inexistencia de servicios estatales, los islamistas se han estructurado para controlar la parte social en su cotidianeidad, desarrollando auténticas redes de asistencia para remediar las carencias de los más desfavorecidos. Este es el modelo imperante y más peligroso por su cotidianeidad.

4. PRINCIPALES FUENTES DOCTRINALES DE LOS MOVIMIENTOS

ISLAMISTAS

Estos movimientos no son un fenómeno nuevo, sino que se inspiran en doctrinas de carácter puritano, principalmente en el wahabismo y el salafismo y, en menor medida, en el mahdismo.

Estas corrientes doctrinales surgen el los siglos XVIII y XIX, partiendo de un Islam políticamente comprometido. Sus principales teóricos son:

a) Hassan al Banna

b) Sayyid Qutb fundaron los "Hermanos Musulmanes" en Egipto

c) Abu Ala Mawdudi

WAHABISMO

El Wahabismo data del s. XVIII y consigue implantarse en la mayoría de la Península Arábiga. Se basa en ideas tradicionalistas de la unidad del Islam y pretende preservar los valores morales islámicos.

El wahabismo dio lugar en 1932 al reino de Arabia Saudí, donde es imperante.

También es una doctrina de purificación del Islam mediante la eliminación de prácticas paganas y la adopción de rigidez en el plano moral. Se trata de un movimiento político caracterizado por la vuelta al Islam mahometano de los primeros tiempos, es decir, consiste en la aplicación estricta de la ley coránica y el rechazo a toda innovación.

Basándose en esta corriente, convertida en doctrina oficial por Arabia Saudí, sus dirigentes y su élite, han estado financiando la implantación de movimientos islamistas en los demás países musulmanes para contrarrestar la expansión de ideas socializantes, secularizantes y panarabistas y, más tarde, la República de Arabia Saudí intenta frenar los efectos de la expansión iraní a partir de 1979. Pero Arabia Saudí, al adoptar el modelo capitalista y aliarse con Occidente, ha perdido mucha de su influencia en estos movimientos islamistas, volviendo éstos su vista a los gobiernos islámicos de Irán y Sudán.

SALAFISMO

El Salafismo se inicia a fines del s. XIX, y se va afianzando en el primer cuarto del s. XX. Es un movimiento reformista que recomienda el retorno a la pureza de los ancianos mediante un Islam renovado. Esta corriente busca restaurar la Edad de Oro del Islam, pero adaptándose a las exigencias de la modernidad, por tanto, propugna
una vuelta al pasado sin renunciar a las técnicas y ciencias modernas. Para esta corriente, en función de las enseñanzas del Corán, se debe de asegurar los
bienes materiales a todos los hombres de la tierra.

MAHADISMO

El Mahadismo se funda en 1881 en Sudán, por Abu Ala Mawdudi. Esta doctrina tiene como objetivos principales restaurar el Islam original y liberar a Sudán que, en esa época, se encontraba bajo dominación anglo egipcia.

El nombre procede de la costumbre de atribuir la calidad de Mahdi a cualquier musulmán que, sin tener atributos divinos, se distingue por sus cualidades morales y por su dominio de la ciencia religiosa, que le hacen digno de convertirse en guía espiritual para cualquier fiel.

Va a inspirar a muchos imanes siguiendo el ejemplo del Ayatolah Jomeini, muchos de los cuales encabezarán los movimientos islamistas pidiendo un cambio de
la situación política, económica y social de sus respectivos países.

ORGANIZACIONES

Estas corrientes de pensamiento han dado origen principalmente a 2 tipos de organizaciones:

a) Los Hermanos Musulmanes: nacidos en Egipto, eclipsados y vueltos a nacer en los años 70.

b) La Jamaat.

Ambas han tenido mucha influencia en la creación de diversos grupos islamistas, incluso grupos actuales, y, desde los años 70, se mantienen perennes en la mayoría de los países musulmanes.

Preconizan el resurgimiento islámico moderno, con una visión sobre el Islam como ideología alternativa para el Estado y la sociedad y, con sus actividades (principalmente educación y sanidad), han proporcionado un ejemplo para futuras generaciones de musulmanes.

El verdadero auge de ambas organizaciones se desarrolla durante los años 30 y 40, en periodos en los cuales sus países (Egipto, Sudán e India) se encontraban en crisis de valores, de identidad, algo parecido a la etapa actual. Otra característica que comparte es que sus países se ven ocupados por el colonialismo europeo y ambas
organizaciones culpan al imperialismo europeo y a los dirigentes occidentales de la mayoría de los problemas que sus países viven, otro rasgo común con la actualidad.

Los intelectuales que crean ambas organizaciones son individuos cultos, devotos, con conocimientos del pensamiento occidental, que en sus primeros años fueron anticolonialistas y se volvieron al Islam para restaurar la comunidad musulmana en cada uno de sus países, aunque eran conscientes de la dependencia de Occidente.

Las dos organizaciones consideran al imperialismo occidental como una amenaza para la independencia, para la propia identidad y para el modo de vida de las sociedades musulmanas. Concebían el Islam como una forma de vida autosuficiente que lo comprende todo, como una alternativa ideológica frente al capitalismo dominante y al marxismo, y se piensan capaces de restaurar el orgullo, el dominio musulmán perdido, de volver a un renacimiento del Islam.

Al Banna y Mawdudi produjeron e ideario que ha inspirado e inspira a muchos movimientos islamistas modernos, cuya acción se asienta en 5 principios:

1. Aláh es nuestra meta.

2. El Profeta Mahoma es nuestro ejemplo.

3. El Corán es nuestra ley.

4. La Yihad es nuestro camino.

5. Morir en nombre de Alah es lo que queremos.

Aunque ambas organizaciones comenzaron como organizaciones de carácter social y moral, con el tiempo se han comprometido en el plano político y creen en la
posibilidad de crear un Estado de carácter islámico en el cual se pueda aplicar la sharía o ley islámica.

Estos movimientos fueron fuertemente reprimidos en sus países, para los Hermanos Musulmanes el periodo más fuerte fue de los años 50 hasta mediados de los años 60, pero a fines de esta década reaparecen en Egipto y, más o menos en la clandestinidad, se han mantenido, convirtiéndose en un ejemplo para la creación de organizaciones análogas expandidas actualmente por el mundo árabe-occidental. Jamaad también fue reprimida, sirviendo de base para los movimientos asentados en la India, Bangladesh, Cachemira, etc.


5. PRINCIPALES TENDENCIAS DEL ISLAMISMO

El Islamismo no es homogéneo y, en su seno, hay varias tendencias, pero dos de ellas son principales: chiísmo y sunnismo.

El origen de estas 2 ramas del Islam se remonta a luchas internas desencadenadas por la sucesión de Mahoma.

El Islam sunnita es mayoritario (aproximadamente un 90% de los musulmanes) y reconoce como legítimo a los cuatro primeros Califas que sucedieron al Profeta y que habían sido sus compañeros. Es considerada la corriente ortodoxa del Islam, porque el sunnismo recomienda la obediencia a Alah y a quienes ostentan la autoridad, así como respeto y fidelidad a la sunna o tradiciones.

Defienden una sociedad comunitaria, unánime, justa, donde el pragmatismo es un valor importante. En el Islam sunnita no existe un clero jerarquizado, aunque los ulemas o doctores en leyes, se encargan de la interpretación de los textos sagrados, evitando así la confrontación entre la instancia religiosa y la política.

El chiísmo, en la historia del Islam ha sido la rama de los vencidos. Esta corriente se alimenta de las sucesivas derrotas tras la no sucesión de Alí (yerno de Mahoma), al cual reconocen como el único de los 4 Califas, el único con poder legítimo. El chiísmo se instala en Irán desde el s. XVI como la religión de Estado y de las
masas. Se puede calificar de Islam contestatario, caracterizado por mayores dosis de intransigencia, radicalismo, militarismo e intolerancia respecto de las demás ramas del Islam. Estos calificativos, en menor medida, pueden atribuirse también al resto de las ramas.

El sunnismo se muestra más partidario de ampliar al máximo la tolerancia con otros credos, dentro y fuera del Islam, mientras el chiísmo no. Los chiítas ponen gran énfasis en el papel central que ocupa el Islam en la vida pública y el papel que puede desempeñar esta religión para cambiar las relaciones de poder de carácter societario.

Su actitud, en este sentido, es un "antipoder actual", con cierto carácter mesiánico al tener la esperanza de que surgirá un líder o Mesías capaz de dar la vuelta a la historia y colocar a los oprimidos en el devenir histórico.

Para la mayoría de los chiítas, esa esperanza en el líder, se personificó en el Ayatoláh Jomeini, líder de la primera Revolución Islámica en el mundo contemporáneo y del mayor movimiento popular conocido por Oriente Medio en el s. XX. Al ser siempre una rama minoritaria, pensaron que, mediante la Revolución de 1979, empezaba a tener un lugar en la historia. En la actualidad se observa que el chiísmo y el sunnismo siguen caminos diferentes.


6. PRINCIPALES ESCENARIOS MUNDIALES DEL ISLAMISMO

Desde principios de los años 70, aparece una gran variedad de grupos islamistas en el escenario internacional. La combinación de protesta religiosa ha ido calando en la sociedad musulmana, y todos los países coinciden en:

- un cambio de sociedad.

- un activismo religioso y político.

- una pretensión de reforma social.

Pero hay 3 grandes grupos donde se plasman estos movimientos islamistas:

a) países donde los islamistas controlan el poder o participan en el juego político. También son países con un importante referente para otros grupos islamistas. Aquí se incluyen Irán, Sudán, Afganistán, Arabia Saudí y Turquía y, en una medida muy pequeña, también Marruecos (por la existencia del Partido Justicia y Caridad).

b) países en los que los grupos islamistas constituyen los principales grupos de oposición, como Egipto, Marruecos y Túnez.

c) países donde los islamistas recurren a la insurrección armada, como en Argelia, Pakistán, Líbano, los Territorios Palestinos, Filipinas y algunas Repúblicas exsoviéticas.

IRAN

En Irán, en febrero de 1979 triunfa la Revolución Jomeinista, uno de los movimientos sociales de masas que más marcaron el final del s. XX. La Revolución iraní supone un triunfo, por vez primero, de la instauración de un régimen teocrático contemporáneo y, a su vez, el comienzo del resurgir islámico o islamista, que es un inicio generalizado en el mundo árabe-musulmán.

Para algunos autores, es la primera Revolución no dirigida contra un régimen político, contra la estructura económica y social, sino que la consideran la primera Revolución que va contra una civilización, la occidental. Tras 2 décadas de su triunfo, se puede definir como una pura contradicción, en este sentido se ven los intentos de apertura, sobretodo en algunos aspectos económicos, que se conjugan con un sistema de prohibiciones en el cual se asienta la teocracia chiíta, es así que, en función de su credo, esta apertura podría contaminar la pureza islámica del país.

La Revolución de 1979 puso fin a casi 40 años de dictadura de la monarquía, encabezada por el Sha Reza Palevi, dando paso a un régimen religioso que ha ido demostrando amplias dosis de fanatismo. También supuso un aliento, una ayuda al sistema de reislamización que viven el mundo árabe-musulmán, desde el plano moral, y una ayuda económica.

El Sha accedió al trono el 16 de septiembre de 1941, auspiciado por EEUU, que ya ayudó a su padre a restaurar la dinastía Palevi. En documentos de la CIA, califican al Sha como un "brillante pero peligroso megalómano con un enorme complejo de inferioridad". El Sha impuso su tiranía mediante:

- la posesión del ejército mejor preparado de Oriente Medio, sostenido y financiado por EEUU.

- la creación de la SAVAK, una policía de carácter político, instruida en los peores métodos de represión y tortura.

Uno de los fallos más determinantes de la dinastía fue su no respeto a las tradiciones musulmanas de su pueblo, por lo que la población, con el tiempo, fue viendo el rechazo a todo lo que suponía su glorioso pasado islámico. Para crear un sentimiento de orgullo en la población, los dirigentes iraníes, con las rentas del petróleo, crearon un amplio programa de modernización, la denominada "Revolución Blanca", cuyo principal objetivo era la transformación de Irán para ocupar un lugar estratégico en el s. XXI. Para llevarlo a cabo contaba con 2 actores externos: EEUU y GB.

Las reformas tecnológicas y económicas, aparte de sojuzgar las técnicas de identidad del mundo árabe-musulmán, sólo aumentaban la brecha entre la suntuosa monarquía y las élites dirigentes vinculadas con los intereses de las grandes empresas occidentales, con la mayoría de los ciudadanos, que seguían en situaciones bastante precarias.

La oposición a la dinastía sólo podía expresarse en las mezquitas, donde los Ayatolahs denunciaban la corrupción, el enriquecimiento del sistema, el sometimiento a EEUU y las barbaries de la represión. A través de estas prédicas se van formándolos nuevos dirigentes del movimiento revolucionario que triunfa a partir de 1979 con el Ayatolah Jomeini.

Los torturados y encarcelados por el régimen se transformaron en mártires del Islam militante, a los que se fueron sumando masas de desheredados para dar el golpe definitivo a través de la Revolución de 1979.

El Ayatolah Jomeini era prácticamente desconocido hasta principios de los 70, pasó grandes épocas de exilio en París y había sido uno de los pocos dirigentes religiosos que criticaba abiertamente la Revolución Blanca. Se presentaba como una persona del pueblo, asentándose en un discurso en el que condenaba las injusticias en nombre de Alah y de las masas oprimidas, y fue capaz de transformar al Islam chiíta (aproximadamente un 90% de la población iraní) en
una ideología atractiva para muchos grupos, en este sentido conectó con lo que era la rama perdedora del Islam, cuyo pasado floreciente pervivía en la memoria colectiva.

Jomeini consiguió aunar altas dosis de ideología revolucionaria con cuestiones de revitalización mesiánica, en este sentido se creó la percepción de que el propio Jomeini abriría el camino dando paso al auténtico Mesías, luchar contra el Sha (la tiranía) era luchar contra la encarnación de Satán y, en un principio Satán se personificó a través de la dinastía Palevi, pero luego fue sustituida por EEUU. A este enemigo, Satán, también se le unieron 2 regímenes hostiles para Irán: Arabia Saudí y Sadam Hussein.

En este sentido, muchos analistas consideran que la enorme masa de desheredados de Irán vio, a través de Jomeini, la venganza del mundo subdesarrollado contra el colonialismo y los países ricos, a los que atribuían todos los males del mundo islámico. Así, algunos consideraron la Revolución Iraní como el comienzo de un cambio progresista para el Tercer Mundo.

El Irán de los Ayatolahs se erigió en una revancha histórica, a la cual la exaltación del martirio se sumaba un sentimiento colectivo antioccidental en todos los países árabe-musulmanes.

Desde 1978 y el exilio, Jomeini se encarga de dar la consigna de derribar al Sha de Persia, a partir de entonces, la oposición en Irán, alimentada por
el odio religioso y la presencia occidental, se lanza a las calles provocando manifestaciones, enfrentamientos, incluso sangrientos, con la SAVAK. La dinastía, en vez de aflojar, lleva a cabo una mayor represión y, el 16 de enero de 1979, Reza Palevi abandona el país rumbo a EEUU. El 1 de febrero de 1979 aterriza en Teherán Jomeini quien, lo primero que hace, es formar un Consejo Revolucionario, el cual se hace con el poder sin necesidad de lucha armada y constituye la República Islámica de Irán, donde se erige como Guía Supremo.

El despotismo ilustrado de la dinastía se sustituye por un régimen con amplias dosis de tiranía fanática, en la que cualquier influencia de Occidente se convierte en un posible enemigo. Jomeini y las élites dirigentes desencadenaron también un sistema de represión tan brutal como el del Sha, en este sentido se persiguió, ejecutó… a colaboradores del régimen anterior, a la oposición de izquierdas y a cualquiera que se mostrara contrario al nuevo proyecto islámico.

Uno de los vectores más utilizados fue la fatwa contra el autor Salma Rusdik, lo cual permitió a Jomeini reafirmarse dentro del liderazgo islámico, convirtiéndose en uno de los principales defensores de los principios más clásicos y ortodoxos del Islam.

Su última tentativa fue relanzar la Yihad frente a todos los impíos, a escala mundial. Se ha considerado que fue un elemento disuasorio que pretendía distraer la atención ante el creciente descontento social y económico del país.

Otro signo de internacionalización fue el asalto a la Embajada norteamericana en Teherán en noviembre de 1979, con rehenes. Este suceso, que no se consiguió desactivar hasta enero de 1981, condenó a Irán al aislamiento político internacional, porque se vio sometido continuamente a embargos y sanciones económicas por EEUU y por las NNUU.

A esta situación interna convulsa, en septiembre de 1980 se une la invasión de Irak, por el deseo de Sadam Hussein de frenar el proyecto jomeinista de extender su influencia a toda la región. La guerra Irán - Irak pervivió 8 años, y dio lugar a la muerte de más de 1 millón de jóvenes, a 2 millones de desplazados, una economía muy deficitaria… para ambos países.

Al poco tiempo de finalizar la guerra, el 3 de junio de 1989, murió
Jomeini y el país comenzó una nueva fase. Jomeini dejó un legado de 29 páginas, desde donde lanza su última diatriba contra los poderes occidentales, pidiendo a todos los musulmanes la defensa del Islam islámico como un regalo divino hecho por Alah.

El mensaje de Jomeini sigue presente en la mayoría de los países musulmanes, incluso los de mayoría sunní. A Jomeini le sucedió su discípulo Alí Jamenei, que se convirtió en el nuevo líder y Guía Supremo de la Revolución.

A partir de aquí, el país se sumerge en una fase donde cada vez se hace más patente la división entre gobernantes y gobernados.

ARABIA SAUDÍ

Arabia Saudí es considerado el "régimen coránico" por excelencia, donde se aplica rigurosamente la sharía. El Rey Fahd es denominado el "Servido de los Santos Lugares del Islam", encabezando un movimiento feudal, ultraconservador, sin partidos políticos, una oposición clandestina y normalmente fuera del territorio, leyes emitidas mediante el libre arbitrio del monarca y sus ministros (todos pertenecientes a la familia real).

El fundamento teológico de este Estado y la monarquía que lo rige se basa en las enseñanzas de un Islam puritano y de los principales teóricos.

El wahabismo (secta sunní ultraconservadora) fue adoptado a partir de 1744 por la familia Al Saud, reinante en Arabia Saudí y, desde la fundación del país en 1932, es la doctrina oficial. Postula una interpretación literal del Corán, como una auténtica Constitución de Estado, y condena toda innovación en relación con las enseñanzas originarias del Islam.

Las asfixiantes leyes islámicas saudíes incluyen multitud de prohibiciones y vulneran los derechos de la mujer. La sociedad saudí se rige por el doble rasero, porque perviven muchas costumbres occidentales en la esfera privada de las élites, mientras la población se ve obligada a seguir la ley islámica a rajatabla. Las élites, concentradas en la familia gobernante, gozan de lujos pagados con las rentas del petróleo.

Arabia Saudí es un país decisivo en el resurgir del Islamismo, su política durante los años 80 estuvo marcada por el intento de frenar la expansión de los fundamentalistas chiítas iraníes, y con el petróleo financiaban otros movimientos islamistas, principalmente a su rival regional, Irán. Arabia Saudí se convierte en el principal financiador de los movimientos islamistas en todo el mundo musulmán, con ello, pretende sustituir el modelo iraní por una estrategia de reislamización desde abajo, desde el conjunto de la sociedad, y potenciar el papel que tuvo en los años 70 con la crisis del petróleo.

En este sentido, Arabia Saudí apoyó al FIS en Argelia hasta poco antes de su victoria en diciembre de 1992. También financió a los Hermanos Musulmanes egipcios, a la OLP hasta la segunda Guerra del Golfo, porque la OLP pasa a decantarse por Irak, a los muyahidines en la lucha contra la URSS y a los talibanes. Esta financiación ha contado con la aceptación de las potencias occidentales y le ha permitido seguir rindiendo pleitesía a Occidente, primero a través de GB (que controlaba los pozos y las grandes empresas petroleras) y, desde 1991 (primera Guerra del Golfo), a EEUU.

Arabia Saudí necesita esta sumisión para sostener un régimen que no cuenta con raíces populares y no tiene un soporte político. Un ejemplo fue  la permisión por parte del rey Fahd del despliegue de tropas norteamericanas en su territorio, lo cual fue una forma de convertirse en el aliado regional preferente de EEUU.

La ocupación de Kuwait por Irak tuvo consecuencias para Arabia Saudí, al comenzar a agudizarse la crisis con la búsqueda de Osama Ben Laden, que representa el Islamismo más radical y dogmático. Osama es apodado desde los años 90 como el "banquero del terrorismo islámico" por su financiación a diversos movimientos terroristas, su patrimonio personal se calcula en unos 60.000 millones de pesetas, a través de una red compleja de sociedades internacionales cuyos beneficios son para la ayuda de organizaciones integristas musulmanas que lo soliciten.

Cuando EEUU asienta las tropas en Arabia Saudí, se compromete a que, en un breve plazo, las retirará del Golfo Pérsico. Osama ha considerado este hecho como una afrenta religiosa al mundo árabe-musulmán y, a partir de 1991, por no haber retirado las tropas norteamericanas, declaró su Yihad a la presencia occidental y comenzó una especial animadversión a los intereses norteamericanos en la zona del Golfo.

La raíz de todo ello, para Osama está directamente relacionada con la invasión en 1979 de Afganistán, momento en el que llamó a todos los hermanos musulmanes para ayudar a los afganos, organizando así un reclutamiento multitudinario, financiando su entrenamiento, principalmente en Sudán, y la construcción de pasos clandestinos en la frontera de Pakistán para la entrada a Afganistán. Esta fue su primera incursión en el escenario internacional, la segunda fue con la primera Guerra del Golfo. Osama no perdona a la monarquía saudí el permitir establecer en su territorio a tropas norteamericanas, por lo que rompió con el monarca, que había sido su principal donante.

Tras la primera Guerra del Golfo se marcha a Sudán, aproximadamente unos 5 años, donde es protegido por su régimen. En 1995 escribió una carta abierta al
monarca Fahd comunicándole su intención de comenzar un periodo de guerrillas para echar de Arabia Saudí a las tropas norteamericanas. En ese año comenzaron los atentados y, desde entonces, el gobierno norteamericano y el de Arabia Saudí, empezaron una campaña de presión económica contra Sudán para que expulsara a Osama de su territorio. Sudán acabó cediendo y Osama fue forzado a marcharse, refugiándose en Afganistán, junto a sus guerrilleros ("Los combatientes del pueblo").

En la primavera de 1996 promulgó una fatwa declarando la guerra a los americanos argumentándose en que "EEUU ha encabezado una cruzada contra el Islam". En mayo de 1998 promulga una nueva fatwa, más radical, instando a matar norteamericanos en cualquier parte porque "están oprimiendo a los musulmanes y saqueando su petróleo". En agosto de 1998 tienen lugar los atentados de Kenia y Tanzania.

En la actualidad sigue escondido, se dice que en Afganistán, y el gobierno de Arabia Saudí, al igual que el estadounidense, han intentado negociar su expulsión, pero parece poco probable que lo entreguen porque se podría considerar una traición para el mundo árabe-musulmán.

EGIPTO

En Egipto, la intención de imponer un gobierno de carácter islamista es antigua, puesto que cobró cuerpo en los años 50. Para cualquier grupo islamista, Egipto siempre ha sido un referente por los Hermanos Musulmanes.

El presidente Nasser reprimió salvajemente a los principales líderes islamistas, condenándolos a muerte en los años 50, pero al principio de su mandato (tomó el poder el 23 de junio de 1953) contó con ellos sirviéndose del arraigo popular que tenían los Hermanos Musulmanes, los cuales, en un principio, hicieron suya la Revolución nasserista de 1953. Para tener contentos a los islamistas, Nasser propagó un programa de reformas económicas y sociales inspirado en planteamientos islamistas pero, a mediados de los años 50, Egipto comenzó una aproximación a Occidente y se olvidó de las medidas económicas y sociales que, en nombre del Islam, había adaptado Nasser.

Tras el atentado al presidente el 23 de octubre de 1954 en Alejandría, Nasser
desencadenó una represión brutal contra las organizaciones islamistas, que se tradujo en cárceles, torturas, campos de concentración, ejecuciones en masa, etc.

Anuar el Sadat, el sucesor de Nasser, murió en un atentado de los islamistas, pero jugó una carta diferente a la de Nasser, con cierta liberalización a favor de los islamistas y del elemento religioso. Su primer objetivo fue acercarse a las masas, para lo cual intentó convertirse en un líder carismático, esto necesitaba cierta legitimidad política y religiosa, por ello volvió al Islam. A parte de utilizar la religión para conseguir esto, también recurrió al estímulo del Islamismo para combatir las ideas marxistas y socialistas del país.

Anuar revitaliza y permite la actuación de las organizaciones reprimidas por Nasser
(principalmente las Hermandades Suffíes y los Hermanos Musulmanes), y creó grupos islamistas asentados en las universidades egipcias, para frenar el poder estas 2 organizaciones principales.

A mediados de los años 70, los movimientos islamistas, clásicos y nuevos, estaban sólidamente asentados, pero se habían manifestado muy críticos respecto de la política seguida por Anuar, al cual empezaban a ver como un ejemplo de "élite occidentalizada", debido a que realizó 3 ó 4 movimientos de aproximación a las tesis de Occidente, como:

- el apoyo al Sha de Irán y la condena a la Revolución iraní, calificada por Anuar de "crimen contra el Islam".

- la firma de los acuerdos de Camp David: fue la primera vez que un Estado árabe firmó la paz con Israel, convirtiéndose para la UMMA en un "Estado traidor".

- reforzó los vínculos políticos y económicos con Occidente, tras los acuerdos de Camp David, al convertirse en un aliado importante de los intereses occidentales en esta zona. Comenzó a recibir ayuda militar y económica por parte de los EEUU.

- se había comprometido a aplicar la ley islámica, formalmente esta imperaba, pero no en la práctica. Esto ayudó a generalizar el descontento.

En abril de 1980, Anuar da un paso para calmar la situación al proclamar una enmienda a la Constitución en la que declara al Islam como la religión del Estado y a la sharía como la principal fuente de legislación. Pero estas medidas, para los islamistas radicales, tan sólo representaban operaciones de fachada, y el 6 de octubre de 1981, Anuar fue asesinado por los miembros de una organización islamista, la Jamaat al Yihad.

El siguiente presidente es Mubarak, que sigue presidiendo Egipto en la actualidad, siguiendo una política de fragmentación. Desde 1992 Mubarak trata de combatir el extremismo musulmán que azota Egipto fuertemente, año en el cual el FIS ganó las elecciones en Argelia. Desde entonces los islamistas egipcios enarbolan mundialmente las tesis del islamismo. 1992 radicalizó las posturas de Mubarak contra los islamistas, por temor al contagio desde Argelia, hasta entonces los islamistas
moderados eran tolerados, pero Mubarak inició un proceso de combatir la radicalización islámica. Este giro marcó el declive de la integración de los Hermanos Musulmanes con el poder, donde participaban escasamente y eran tolerados.

El discurso oficial se invirtió, alterando la tesis de partida, porque Mubarak había considerado la utilidad de los islamistas moderados para frenar a los islamistas radicales, y pasó a no apoyar a ningún islamista. Desde entonces, la política interna de Egipto viene girando en torno a diversas fórmulas dirigidas para defenderse del terrorismo y los grupos islamistas, se puede afirmar que el régimen basa su lucha contra los islamistas en una doble estrategia:

1) se apoya en el Islam institucional y funcionarizado, porque el Islam es el que dota de legitimidad al poder frente a una población con un profundo sentimiento religioso.

2) consiente la libertad de expresión de buena parte de la izquierda laica, principalmente en la prensa. Estos sectores son rentables aliados antiislamistas porque, por un lado, frenan y combaten a los islamistas y, por otro, ayudan a presentar una imagen más moderada con rasgos democráticos de cara al exterior.

Egipto, un país superpoblado y con un crecimiento de la pobreza casi paralelo al crecimiento de su población, es un ejemplo donde el Estado no cumple sus funciones, por lo que las organizaciones islamistas están reemplazando a las instituciones estatales incapaces de satisfacer las necesidades básicas, principalmente en educación y Seguridad Social.

A partir de 1992 el lema de los islamistas era "el Islam es la solución", con eco en casi todos los ámbitos de la vida. Es la denuncia de los islamistas, que consideran que el poder egipcio actual es corrupto, represivo, impío…

Los islamistas se consideran ahora en un Estado de guerra permanente, que les autoriza a desvalijar cualquier Estado infiel.

En Egipto hay 2 organizaciones principales:

a) Al Gamáa al Islamiya, con su gemela terrorista la Yihad Islámica: son 2 organizaciones extremistas en Egipto que, desde los años 90, llevan declarando la guerra abierta contra el gobierno de Mubarak. Son responsables de la campaña de terror que sacude esporádicamente el país desde principios de los años 90, y comenten especialmente atentados contra los extranjeros, concretamente lo hacen con periodicidad desde 1994. Con ello, pretenden dar al régimen donde
más le duele, en el turismo, que mueve en Egipto mucho dinero, puesto que es la principal industria nacional.

El líder de Al Gamá al Islamiya, Omar Abdel Rahman firmó "supuestamente" una fatwa que ordenaba el asesinato del presidente Anuar, por lo cual primeramente fue procesado y luego absuelto, por falta de pruebas. Es un intelectual islamista de los más importantes, siendo profesor universitario creó una escuela, pero luego fue obligado a abandonar sus labores docentes. También fue uno de los primeros integrantes de células clandestinas creadas en las universidades egipcias en los años 70, momento desde el cual cejó en su empeño de islamizar el país. Para él, la salvación de Egipto se encuentra en el establecimiento de un régimen islámico. En los años 90 huyó de Egipto a EEUU, donde en 1995 se le declaró culpable de organizar campañas con atentados terroristas y allí cumple condena.

b) los Hermanos Musulmanes: sigue siendo la corriente más moderada y mayoritaria del Islamismo egipcio. Condenan los atentados de los extremistas, son los que mayor arraigo político y social tienen, cumplen funciones de sanidad y educación, y ejercen una amplia influencia sobre la opinión pública. Tienen un gran poder de atracción sobre la juventud y sus miembros se encuentran muy bien implantados en las clases medias, sobretodo en las urbanas.

Una característica muy especial que poseen es su ocupación de cargos estratégicos en la administración, el ejército, los medios de comunicación, etc. pero rara vez aparecen en un primer plano. La falta de expectativas sociales y económicas les ayuda a ganar cada vez más adeptos. Su discurso imperante consiste en un llamamiento a Occidente para que apoye una verdadera democracia en su país, la cual tiene que contar con los grupos islamistas moderados, para ello, su discurso se articula en el hecho de que el gobierno actual no da oportunidades para el florecimiento de los ideales democráticos que se propagan en el mundo musulmán actual. Dicen que es una buena oportunidad para Occidente el aliarse con ellos, en este sentido, se percibe que han abandonado la violencia.

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Idioma: castellano
País: España

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