Ideas fundamentales sobre El desarrollo del apego durante la infancia
El apego esta unido a las necesidades humanas primarias, como es la necesidad de establecer vínculos afectivos duraderos, lo que denominamos como apego. También la necesidad de tener un conjunto de amigos o conocidos y por último la necesidad de tener un contacto físico y placentero.
Según la teoría psicoanalítica de Freud el niño crea el vínculo afectivo con la madre debido a que el niño descubre que esta reduce la tensión y satisface sus necesidades. Por otro lado, la teoría del aprendizaje afirma que el niño establece el vínculo afectivo debido a la asociación por parte del niño del bienestar con su madre, tanto como la alimentación, el calor, la estimulación… Y por último, la teoría cognitivo-evolutiva explica que el vínculo que haya entre la madre y el niño depende de las capacidades cognitivas de este, siendo capaz de discriminar la figura materna de otros seres.
La teoría etológica ofrece la afirmación más acertada “el apego es una tendencia conductual innata, que se ha instaurado en el bagaje hereditario de nuestra especie por su valor supervivencial a lo largo de la evolución”. Después de esta afirmación y basándose en ella se llego a la creación de nuevas ideas más perfeccionadas: El vínculo que crea el niño con la madre es primario, preprogramado y no aprendido. La mayoría de las crías reconocen a su madre de forma innata, de igual manera la madre está preprogramada para reconocer a la cría.
El bebé es un promotor del apego, posee un cara que llama la atención del adulto y hace imposible no mostrar un leve sonrisa al mirarle. El bebé tiene preferencia por los sonidos humanos y por los estímulos que los seres humanos somos capaces de provocar.
De igual forma, el cuidador también es un promotor del apego, Los cuidadores generalmente se comportan de manera determinada para satisfacer las necesidades del bebé, un tipo de lenguaje, la sonrisa, expresiones faciales exageradas… El apego entre los padres y el niño es fruto de una interacción social en la que ambos son elementos activos. Tanto el padre como el niño irán formando el apego.
Funciones del apego: Desde un punto de vista objetivo es favorecer la supervivencia manteniendo cerca a los progenitores y a la cría. Desde un punto de vista subjetivo es buscar seguridad en las figuras de apego. Y por último, encontramos la funciones complementarias que son: Dar y regular la cantidad y calidad de estimulación que necesita un niño para su desarrollo, fomentar la salud física y psíquica mediante las relaciones de apego, el apego influye en el desarrollo social, el apego puede llegar a convertirse en ocasiones en un juego placentero
El desarrollo del apego durante la infancia se da en tres fases: 1)Entre 0-3 meses tiene lugar la orientación hacia personas sin reconocimiento de sus cuidadores. 2)Entre 2-7 meses se da la interacción con sus familiares sin rechazar figuras que le resultan extrañas. 3)Entre 8-12 meses sufren temor a los extraños.
Encontramos en este texto explicados tres tipos de apego diferentes, en primer lugar, Apego seguro que tiene como consecuencia que el niño sea fácilmente consolado y reconfortado debido a la que la exploración del entorno siempre se ha realizado en presencia de su madre. En segundo lugar, Apego ansioso ambivalente, los niños que están en presencia de su madre no exploran el entorno y sin embargo cuando esta se va su ansiedad aumenta pero permanece el deseo de volver a estar con su madre. En tercer y último lugar, Apego evitativo que tiene como consecuencia la creación de inseguridad y miedo en los niños para expresar sus sentimientos.
Los niños que poseen un modelo positivo como figura de apego son seres abiertos y confiados, por lo tanto dependiendo del apego que un niño tenga dentro de su vínculo familiar agectará de una manera u otra a la hora de tratarle como educador.
El niño a partir del primer año de edad va adquiriendo una cierta independencia de las figuras de apego, este proceso es difícil y siempre va acompañado del deseo ambiguo de avanzar y retroceder. A partir del segundo año de vida tienen un deseo de estar presente en las relaciones de sus padres. Durante todo el periodo escolar tienen como figuras de apego en primer lugar a los padres y después a los hermanos y otros familiares.