Política y Administración Pública
Populismo y la Tercera Posición
Populismo: El peronismo y la Tercera Posición
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Populismo:
-Concepto pag.1
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Características de Populismos en América Latina
-El contexto de la modernidad y circunstancias
de su surgimiento en América Latina. Pag 1
-Dos categorías de Populismo: pag 3
-Lo Nacional
-Lo Popular
-Hegemonía y papel del Estado. Pag 7
*Peronismo y la Tercera Posición:
-Marco teórico: Esquema de Crisis Nacionales de Aldmond y Pye.
-Concepto de Crisis. Pag 8
-Crisis de Penetración e integración pag 9
-Crisis de Identidad. pag 14
- Crisis de Legitimidad pag 15
-Crisis de distribución pag 16
-Crisis de Participación pag 17
-Crisis de dependencia. Pag 19
-Bases de Apoyo del movimiento peronista.
-Ascenso de Perón al poder pag 21
-Heterogeneidad obrera. Pag 23
-Sindicatos: viejos y nuevos. Pag 24
-Sector industrial interno y externo pag 28
-Las Fuerzas Armadas y el clero pag 31
-Condiciones para la alianza de clases. Pag 32
-Crisis que viene a solucionar el peronismo y
sus estrategias especificas. Pag 35
-política exterior peronista: La tercera posición. Pag 37
-Caída del peronismo. Pag 39
Concepto de Populísmo
Algunas Teorías populístas encuadran a estos tipos de fenómenos dentro del marco de la modernización de América Latina, como un fenómeno que surge por las asimetrías características de la modernización en este continente, en contraposición al proceso de modernización europeo.
Así, Gino Germani (1)y Torcuato Ditella (2)lo desarrollan en contraposición a las sociedades tradicionales. Entre el modelo europeo y el latinoamericano:
En Europa se fue dando una extensión progresiva y escalonada de, primero los derechos civiles, luego los políticos y por último los sociales. En América Latina se vio una inversión en el orden de los fenómenos. En el modelo clásico europeo, el despliegue económico precedió al de la movilización extensa de las clases populares.
En América Latina, a diferencia, esta movilización surgió en un grado diferente de relación entre una correspondencia entre la movilización gradual de una proporción creciente de la población y la aparición de múltiples mecanismos de integración: sindicatos, escuelas, legislación social, partidos políticos, consumo de masa, sufragio; que son capaces de absorber estos grupos sucesivos y de proporcionarles medios de expresión adecuados al nivel económico, político o cultural (movilidad ascensorial de participación creciente).
El contexto de la modernidad y circunstancias de su surgimiento en América Latina.
En los piases centrales, según el proceso de crecimiento de participación, surgieron, en el estadio de “participación limitada” (Germani) (3) mecanismos formales y reales apropiados para el funcionamiento de la vida política basada en el consenso fundamental de los grupos participantes.
La difusión de una conciencia nacional entre las clases populares fue el factor- efecto de la integración.
En América Latina, según estos autores, faltó ésta sincronización. Le faltó incorporar población que todavía se encontraba al margen de la comunidad nacional. Hay retraso en la formación de los mecanismos de integración.
La posición y las actividades de la clase popular recién movilizada serán muy distintas, por la rapidez del proceso de movilización y por el tipo de estructura social en que se produce ésta.
El fenómeno del populísmo es consecuencia de un proceso de modernización en circunstancias diferentes a las de Europa, y hasta con una ideología totalmente modificada por el contexto histórico en el que se desarrollan. Por eso el fenómeno e POPULISMO es típico de una región determinada, y un tiempo histórico enmarcado. Lo mismo que el fascismo u otras expresiones políticas de masas.
En Europa, durante el proceso de modernización, luchaban los trabajadores contra la burguesía, pero compartían algunos de sus ideales, como la democracia liberal: cambios en la estructura social, partidos políticos, que favorecían la integración al sistema representativo.
En América Latina, en cambio, la movilización surge después de las crisis de las democracias liberales, después del desarrollo industrial del régimen comunista, y dentro de una situación de dependencia.
Este reagrupamiento de fuerzas sociales intentan dar respuesta a ese hecho nuevo que es el acelerado crecimiento industrial y sus consecuencias sociales. Todo proceso de industrialización por sustitución de importaciones o “industrialización sin revolución industrial” como paso en América Latina plantea características diferentes a las de los modelos clásicos en la estructura económica. Promueve alternativas particulares en la dimensión sociopolitica, según el tipo de estratificación, alianzas de clases políticas, papel del Estado y de los grupos políticos. (Portantiero).
En su dimensión sociopolitica, surgen en estos países los “Movimientos nacionales-populares”. Sus principales características principales son:
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Ideologías anti status quo
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Autoritarios.
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Nacionalistas
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Algunas formas de socialismo, colectivismo o capitalismo de Estado.
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Movimientos que han convinado contenidos ideológicos opuestos.
Parece ser la forma apropiada de intervención en la vida política nacional de las capas sociales no tradicionales, en el transcurso de la movilización acelerada. Aparecen en América Latina en cuanto el grado de movilización rebasa la capacidad de los mecanismos de integración.
Dos categorías del Populismo: Nacional y Popular
El Populismo contiene dos aspectos fundamentales, los cuales tratan de integrar a la sociedad en un todo superior a las diferencias económicas, políticas, sociales o culturales que puedan existur, reemplazando a los mecanismos clásicos de integración (como los partidos políticos, todo tipo de asociaciones secundarias, etc.). Estos elementos son ideológicamente integrantes, en una sociedad que ha sufrido muchos cambios, como en Argentina (inmigración masiva, cambios en medios de producción de rural a industrial, etc.). En circunstancias sociales y políticas determinadas (dependencia, deterioro de los términos de intercambio, cierre del comercio internacional, etc.).
Estos dos aspectos pueden ser llamados:
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NACIONAL
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POPULAR
Aspecto Nacional
En América Latina, la movilización se produce junto con la transferencia de adhesiones de la comunidad local a la nacional (Germani: 1977).
La movilización es un proceso que se dio con mas facilidad que en Europa, por la intervención de la variable ”dependencia”, la cual ayuda a introducir el elemento nacional:
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Se acusa a la oligarquía (grupo gobernante) de “colonialista”.
Las elites revolucionarias aprovechan esta situación y traducen las aspiraciones de clases populares a una fórmula: “el interés nacional”.
En Europa la “Nación” era la patria de los burgueses (ubíquese en contextos históricos diferentes), propugnada por los movimientos de izquierda del siglo XIX, los cuales poseían tendencias universalistas.
En América Latina, a diferencia, “Nación” es la expresión autentica y única del interés nacional, el pueblo. Y la oligarquía y burguesía son defensoras de los intereses extranjeros. Asimismo, estas ultimas facciones no aceptan ser llamadas colonialistas y se produce allí en desarrollo general de la ideología nacionalista.
Por otra parte, el sentimiento e pertenencia nacional cumple con una función de integración sumamente importante, ya que asegura la cohesión entre grupos muy diversos que se desprenden de pequeñas comunidades locales, como ser el abandono de la chacra para ir a trabajar a la ciudad.
El aspecto Popular
Algunos creen que este puede ser es aspecto fundamental del Populismo. Esta articulación en torno a la categoría de “Pueblo”, independientemente de las bases sociales a las que se refiere o por las que este constituido el régimen. “Ha habido muchos movimientos populístas, cada uno con bases sociales diferentes (rurales, obreros) pero todos articulados en torno a la categoría de pueblo.”
Esta articulación es una practica ideológica de clase, la cual se nutre de interpelaciones y contradicciones no clasistas, formando una visión coherente del mundo con la inserción de esta clase en el proceso de producción.
Este aspecto popular, además de la importancia ideológica, se relaciona con un aspecto físico, como es la movilización efectiva. Puede ser por desplazamiento físico (migración campo a ciudad, manifestaciones masivas) o un proceso psicológico en las mismas zonas rurales (efecto asincronismo, donde conviven en todos los aspectos de la cultura, elementos tradicionales con los más modernos).
En todo caso, esta capacidad de movilización depende de la naturaleza de las elites; si estas son capaces de organizar o controlar las movilizaciones de esas masas en las que se apoyan.
En AMÉRICA LATINA la movilización tiene características peculiares. La naturaleza de la participación no fue por mecanismos de democracia representativa como ser: derechos individuales de expresión, de voto, derechos de organizarse, etc.; o por partidos políticos. Esto produce una verdadera situación anómica para estos nuevos grupos, cuya “disponibilidad" puede dar origen a nuevos movimientos dirigidos por elites dotadas de la flexibilidad necesarias para utilizarla.
Dentro de la teorización de Di Tella el Populismo es un movimiento con fuerte apoyo popular, con participación de sectores de clase no obreras (elites) con importante influencia en el partido, sustentados por una ideología status quo. Estos grupos ajenos a la clase obreras pueden ser:
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Sectores de la burguesía.
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Ejercito
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Clero
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Individuos de clase media inferior
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Intelectuales
Este pueblo participa con el ejercicio de cierta libertad efectiva antes desconocida, con consecuencias en la conciencia que producen también cambios efectivos.
Para Gino Germani hay dos concepto claves:
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La movilización: proceso por el cual grupos anteriormente pasivos adquieren un comportamiento deliberativo (de intervención en la vida nacional).
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La integración: movilización que se lleva a cabo a través de los canales políticos institucionales vigentes y es así legalizada por el régimen imperante.
Así, dentro de esta teorizaron, podemos inferir que América Latina no tuvo integración, sino pura movilización.
“Esa referencia la pueblo como masa homogénea en la que no se distinguen clases sociales, definido en forma difusa, denota una clara intención de lograr un movilizacionismo policlasista y duradero, que se constituya en el sostén de políticas nacionalistas industriales, con las que la burguesía nacional es estimulada para conducir el proceso de industrialización con el apoyo del Estado, Todo con aglutinamiento en torno a un líder carismático.”
Hegemonía y papel del Estado
En este sentido, la hegemonía se define como “la capacidad de una clase para la contracción de una voluntad colectiva nacional popular sostenida sobre una gran reforma intelectual y moral.”
El populismo procesa las demandas nacional-popular como:
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Movimiento de nacionalizacion y ciudadanizacion de masas.
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Forma particular de compromiso estatal.
Papel del Estado y tipo de legitimidad.
El Estado como “orden” que estructura a la vez la nacionalidad y la ciudadania. Actua para las masas como el espacio en el que los conflictos particulares pueden resolverse en nombre de una totalidad (ideologias totalizantes caracteristicas de la modernidad).
Los confllictos no son anulados, pero si fragmentados por una lógica corporativa, siendo el Estado quien opera la reconciliacion entre los diversos intereses particulares.
Surge el Estado benefactor para conciliar legitimacioon con acumulacion, como garante del derecho social. Legitimidad basada en las respuestas del Estado a las demandas de la sociedad, el distribucionismo y el liderazgo carismatico.
El Estado adquiere un rol central, interviene en el mercado, papel activo en produccion de insumos basicon, en creditos industriales. Es un Estado garante donde se da la Matriz Estatocéntroca, con la interpenetracion Estado-sociedad.
Un Estado asignador de recursos, con politicas intervencionistas (administracion de precios, aceleracion de la industrializacion, etc.), como motor del desarrollo.
PERONISMO Y LA TERCERA POSICION
En este claro ejemplo populista, analizaremos, según cierto marco teórico, los diferentes movimientos sociales y políticos que se fueron suscitando en el traspaso de una sociedad tradicional a una sociedad moderna en Argentina, en un contexto externo de dependencia.
El esquema que utilizaremos para analizar este movimiento será el modelo de “Crisis Nacionales” de Aldmond y Pye. Teniendo en cuenta que el peronismo fue superando las diferentes crisis que se suscitaron por medio de ciertas estrategias especificas.
Concepto de crisis: Las crisis podrían definirse como procesos donde se ponen en cuestión las estructuras de un sistema establecido, la identidad del mismo.
En el esquema de “Crisis Nacionales”, los autores afirman que la formación del Estado moderno nacional va siempre ligada a seis crisis de desarrollo, que deben ser superadas por las elites políticas empeñadas en estabilizar su demonio. Tales crisis son:
Las primeras dos crisis fueron resueltas por los gobiernos oligárquicos que se consolidan en 1880, con la presidencia de Julio A. Roca, con la penetración del territorio, desplazando al indio y la integración de las economías regionales, por medio del ferrocarril, los créditos, la inversión, coptando las diferentes provincias al esquema económico liderado por Buenos Aires, distinguiendo las jurisdicciones de la Capital y la Provincia y estableciendo las atribuciones de cada nivel de gobierno.
Aldmond y Pye entienden por crisis de identidad: el problema que debe resolver la elite nacional para crear en la población un sentimiento de comunidad nacional, de pertenencia a una nación. También es posible, como en el caso de Argentina, aplicarlo a un país donde se hayan impuesto ya ideas definidas sobre la idiosincrasia nacional y sobre los valores nacionales fundamentales y que luego son puestas en tela de juicio como resultado de inmigraciones masivas y otros procesos de movilidad social (es el ejemplo de nuevos tipos de trabajadores urbanos, con valores de ascensión social, provenientes de inmigración interna).
Por otra parte, tenemos una crisis de legitimidad cuando los diferentes factores de Poder que intervienen en la elite política no pueden llegar a un acuerdo sobre el orden político y la forma de gobernar. La falta de acuerdo puede referirse tanto al lugar que ocupa el sistema político dentro de la escala de valores del contexto social general, como también, sobretodo, a la distribución de Poder y responsabilidad entre las diferentes instituciones estatales y organismos políticos. Un ejemplo seria la fragmentación de la oligarquía, con respecto al modelo económico a seguir en un contexto de modernidad y dependencia. Los que propugnaban una modernización e industrialización y, por otro lado, los que querían conservador el rígido modelo agroexportador de materias primas.
Así, una crisis de participación se produce cuando clases y grupos hasta ese momento excluidos de las decisiones políticas, exigen la participación que les corresponde en el proceso político. Con frecuencia, esta crisis va unida a la formación de nuevos partidos y grupos de interés, cuya incorporación al sistema político choca contra la resistencia de los factores de Poder establecidos y perturba en forma considerable a las instituciones políticas como tales. Es el caso de la creciente industrialización desde la década del ´30, que trae consigue demanda de mejoras por parte de las clases obreras. La oligarquía se niega a brindarle beneficios esenciales, y esta presión, junto a otras circunstancias hace caer ese régimen.
Así se llega a una crisis de distribución, que surge de la insatisfacción de las capas sociales más bajas ante la desigualdad distributiva de bienes materiales, de prestaciones y de símbolos de status. Las tensiones que resultan de esta diferencia suelen agudizarse de manera considerable y tornarse explosivas en el curso del proceso de modernización e industrialización de un país.
También se agregará otra crisis que Aldmond y Pye no tratan y que adquiere gran importancia para este análisis. Esta es la crisis de dependencia. Esta crisis existe cuando un país depende de la ayuda financiera, de los créditos y de la adquisición de sus bienes de exportación por parte de uno o varios países, que no necesitan de él en la misma medida.
Crisis Nacional: Esquema de cómo fueron sucediéndose las crisis que desembocaron en el surgimiento del régimen populista.
Las anteriores crisis, como hemos visto, se solucionan al consolidarse la oligarquía en el poder, para 1880. Estas son las crisis de Penetración e integración.
Pero los Populismos en América Latina surgen precisamente ante una época de crisis en esas oligarquías ante un cambio en las condiciones externas. Se comienzan a producir los primeros movimientos de clase media, como primeras reacciones ante el Estado Oligárquico. Este Estado tenia una política interna paternal-autoritaaria. El gobierno reproduce la imagen de los hacendados, con sus implicaciones sociales y económicas de la actividad de producción predominante. La estructura interna no estaba dividida en clases sociales, sino era una sociedad organizada para producir mercaderías para el mercado del capital extranjero. Por ello hay alto índice de explotación y existen formas no capitalistas de utilización de las fuerzas de trabajo (formas paternalistas).
Era un liberalismo formal, con respecto al exterior por compromisos con las naciones dominantes. Internamente, muchas transformaciones institucionales se dieron en nombre de esas ideas y principios liberales (transformaciones de las relaciones políticas, económicas, sociales y culturales, se crearon partidos políticos, asambleas, congresos, elecciones regulares, prensa política, escuelas, etc.).
En 1916 las clases medias reemplazan este Estado oligárquico por uno liberal democrático, asumiendo protagonismo político. Para ese entonces nada realizan las clases obreras nacientes. Existe asimismo, una burguesía naciente.
El compromiso entre la sociedad nacional y la economía dependiente era cada vez más insostenible. Hay nuevas relaciones de clase (mas urbanización, inmigración masiva, desarrollo industrial, crecimiento del sector servicios, etc.) que socavan los valores de la sociedad tradicional y ponen en tela de juicio las instituciones establecidas. Ya hay una estructura de clases más desarrollada:
Con una economía dependiente, se sufrían continuas presiones del exterior. Las crisis del capitalismo o las fluctuaciones del comercio nacional afectaban a la producción y las relaciones internas del país. Estos acontecimientos son la primera Guerra Mundial, la crisis del ´30 y la segunda Guerra Mundial. Cambian las condiciones de desarrollo:
-Crisis del ´30: trajo rechazo mundial de los principios del libre comercio y el reflorecimiento general de tendencias proteccionistas. “Esto demostró las dificultades del modelo de desarrollo hacia fuera.”:
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Dificultad de la argentina para colocar sus productos en Europa, con el fin del crecimiento hacia fuera.
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Cambio de relación Argentina-paises desarrollados: disminuyen las divisas, menor posibilidad de importar manufacturas.
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Se da el crecimiento hacia adentro (gradual organización de una identidad nacional que comenzó a desplazar los productos extranjeros del mercado nacional).
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Disminuyo la inmigración y la tasa de natalidad. Se da una gran migración internacional (rural-urbana) encontrando ocupación en la industria y servicios públicos, aumentando el desequilibrio demográfico regional.
Estos acontecimientos mundiales funcionan como ruptura de las estructuras internas en economías dependientes. Estas rupturas liberaron fuerzas políticas y económicas, las cuales estaban en segundo plano en el Estado Oligárquico conservador:
Se expandieron los núcleos urbanos y crearon pequeñas fabricas de productos alimenticios, ropa, calzado, etc.
La demanda se orienta hacia los productos locales estimulando empresas existentes y creación de nuevas.
Los ahorros obtenidos en el sector comercial y economizo exportados comienzan a ser invertidos en el sector fabril
Se crean grupos de empresarios y obreros.
Se acrecienta el proceso de urbanización: las corrientes migratorias aceleran la expansión urbana.
Hay mayor participación de los trabajadores en el PBI, mayor valorización social del proletariado, mas importancia de los sindicatos, redefinicion de la cultura agrícola, etc.
Se configura una nueva estructura de clase, se rompe con la regida durante el régimen conservador.
Se constituye una clase obrera de baja categoría que al principio carecía de conciencia, organización e intereses, pero luego tomarían consciencia de su poder y exigirían una mayor participación en el producto social y en las decisiones políticas y sociales. Esto sucederá cuando la posición de la clase alta hegemónica deja de ser indiscutible.
Antes la clase social alta había podido disipar las tensiones sociales por el desarrollo económico, pero al perder esto, en un contexto internacional adverso a su modelo, perdieron su tradicional credibilidad, junto a los principios económicos, sociales y políticos vigentes. Se da una crisis de desarrollo. Se exige una reorientacion total que solo podía surgir del ambiente político.
El Poder oligárquico no resistió las presiones de la clase asalariada y de la burguesía industrial (las cuales habían constituido una alianza populista). La burguesía industrial sume el liderazgo de las luchas reivindicativas y reformistas de las masas obreras y sectores de estratos medios. Se dan las nuevas clases sociales:
Ante esto se arraiga una situación de inseguridad politico-institucional constante, a la cual el golpe de estado de 1943 viene a poner fin.
1-Crisis de identidad
Estas transformaciones económicas, sociales y políticas después de 1930 se definen como una situación general de cuestionamiento de la identidad nacional, como un cambio de consciencia.
Esta crisis es atribuible a dos procesos principales:
La perdida de prestigio de la clase alta tradicional. Esto se debió a la falta de capacidad y voluntad de estas para solucionar los problemas del país, no se flexibilizaron, no reconocieron los cambios sociales que estaban ocurriendo, aferrándose al modo de vida tradicional que llevaban. Se defienden de esos cambios sociales.
Esto hizo que su conduccion fuera cuestionada, así como la legitimidad de su dominio. Recordemos que esta clase alta influía sobre el estilo de vida argentino, sobre la autoconcepción nacional, representaba los valores y orientaciones de la conducción nacional. Y, al ser cuestionada, se cuestiona la identidad nacional, lo que había mantenido unida e esa población ciertamente heterogénea. Estos valores no pudieron ser reemplazados por los de la clase media porque ella dependía de aquellos valores para definirse.
Ninguna de las dos clases daba ideas rectoras para aspirase al cambio social, si bien hubo algunos intentos de algunos sectores, como ciertos movimientos nacionalistas, intelectuales y la burguesía culta, pero ellos son simples reacciones a la crisis, no una respuesta. También se orientaban según modelos europeos, con mayoría de ideas de corte fascista, con contraste entre teorías de independencia y nacionalismo.
Su falla fue no expandir una renovación de conciencia nacional, sino solo difundir sus ideas dentro de un limitado grupo. Así también, solo se ocuparon de la renovación de la elite, descuidando los sectores inferiores. Primaban los aspectos culturales y morales, olvidando lo social y económico.
2. Exigencias de integración. De incorporación a la comunidad, planteada por los estratos más bajos en rápido desarrollo. Si bien es cierto que esta clase era aun demasiado débil y políticamente inexperta, solo reclamaba una mejora del estatus social, integración a la comunidad nacional, pero el reclamo fue hecho cuando nadie estaba capacitado para llevar a cabo la integración.
2.Crisis de Legitimidad
Fue la más importante de las posteriores a 1930 pues afectó al sistema político en su sustancia. Se agudizó porque el sistema político no desarrolló reacciones adecuadas a los desafíos de la esfera política dados por los sectores de la sociedad. Los órganos políticos, por no haber podido solucionar las otras crisis, se vieron amenazados en su existencia.
El poder político podría haber resuelto el problema, pero no quiso. Primó ante todo la defensa de su status económico y social. En este periodo el poder del control social del Estado aumentó. Las dudas de legitimidad no fueron inspiradas por debilidad de este, sino por la aplicación unilateral y errónea de los recursos, utilizándolos para defender una clase privilegiada y no a solucionar los problemas nacionales. Se cuestiono cual era la clase social más autorizada para ejercer el gobierno y el orden más eficaz, esto revivió tensiones tradicionales del país reprimidas durante medio siglo. La contradicción entre una constitución liberal y republicana, que repartía el poder estatal entre el congreso, el gobierno y la justicia; y la vida real, donde se asentaba una practica política demanda por el poder ejecutivo concentrando la soberanía del estado.
Evidenciando la desconfianza por la caída de Yrigoyen, fracasado el liberalismo como sistema económico. Se le suma un movimiento nacionalista inspirado por ideologías europeas (fascismo). El escepticismo crece, pues los partidos políticos ya no cumplen la función de moderadores de la opinión publica y control del gobierno, al desvanecerse la influencia de las ideas liberales constitucionalistas. Se produjo un vacío político e ideológico.
Se forma un polo opuesto a los circuitos de orientación nacionalista, un movimiento: solidarismo democrático. Sus características son:
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Elementos corporativos y de economía planificada.
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Reminiscencias del Estado previsional
La conducción política se equivocó en sus acciones frente a esta crisis. Provocó mantenerse en el poder recurriendo a métodos represivos en contra de los opositores y explotación económica. También con el endurecimiento de la estructura política respecto a las exigencias de partidos de minorías excluidas (década infame, rodeada de escándalos públicos).
Debemos recordar que en esta misma década se produce el ingreso al escenario político de las Fuerzas Armadas. Anteriormente estos movimientos no habían culminado con éxito, pero el golpe de 1930 puso en evidencia las ambiciones políticas y el poder de las FF.AA. Además, su función de mantenimiento del orden político, fue expresada por el supremo tribunal de la nación durante el gobierno militar que sigue. Su influencia fue aumentando en forma paulatina a partir de ese momento hasta convertirse en uno de los principales factores de poder del sistema político argentino.
3.Crisis de distribución
La relación entre crisis de dependencia y crisis de distribución fue estrecha. Antes del ´30 con el gran crecimiento económico, a las diferencias de ingresos no se les daba importancia. Tanta era la masa de beneficios que ingresaba que, a pesar de la desigual distribución, no llevaban a las clases bajas a un extremado descontento. Pero cuando se hizo más grande la diferencia de desarrollo con Inglaterra, los ricos fueron trasladando las pérdidas a los sectores bajos. Con esto comenzó a agudizarse el problema social.
Hay dos momentos en la crisis de distribución:
Quedo limitada a las clases dirigentes. Apareció la confrontación entre las diversas clases. La lucha por mantener las cuotas de ingreso fue primero entre los estratos dirigentes. Esto fue por la ausencia de órganos de interés fuertes y homogéneos dentro de la clase trabajadora; también por la agresiva política salarial de los gobiernos. Ante esto, los sindicatos tropezaron con una gran desocupación, lo que socavaba sus fuerzas de movilización.
Una característica de los enfrentamientos dentro de los estratos elevados fue el pragmatismo de su estrategia, que evito toda consolidación de frentes, no permanecían rígidos, sino que probaban alianzas que dieron como resultado una gran inestabilidad social característica de esa fase.
Ahora, ante la crisis producida por el quiebre mundial del ´29, el gobierno toma medidas para mantener la clase alta, en alianza con las clases medias (Junta Nacional de Carnes), pero toma escasas medidas para proteger las clases bajas y mejorar su situación. Esta era la verdadera víctima en la cual se descargaron las pérdidas del sector agropecuario y los costos de inversión industrial. En el campo se dio sobre los pequeños colonos.
Téngase en cuenta que no existían los tribunales de trabajo para los conflictos laborales, faltaba una ley de contrato tarifario, una buena ley de sindicatos, etc. Por todo esto aumentaron la intensidad y frecuencia de las huelgas, con influencia de los sindicalistas comunistas. El conflicto solo puede salvarse con la rápida acción estatal.
4.Crisis de participación.
Gino Germani, clasifica el lapso comprendido entre 1930-1943 como un retroceso artificial a un sistema de participación limitada. Esto es, porque ya desde 1912 están dadas las condiciones legales para la participación amplia:
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Sufragio universal, secreto y libre.
Y se habían elegido entre 1916-1930 gobernantes con la mayoría del pueblo. El retroceso a un gobierno conservador fue falseando la voluntad popular en las elecciones en aparente democracia por medio de la reducción de las posibilidades del elector de influir sobre el acontecer político.
La crisis de participación alcanzó a todos los niveles de la interacción social. Había entre las fuerzas conductoras, sociales y políticas, una tendencia a anteponer los intereses propios y descuidar el bienestar y las ambiciones de los grupos representados. A este le podríamos llamar, crisis de representación. Mediante métodos de selección de candidatos por parte del gobernante, el control de los preparativos de la elección y la falsificación de los resultados (la elección de 1937 fue la más fraudulenta que se recuerda). A partir de ese momento el gobierno asumió la función de mantener en el poder político a una minoría (aliada con otros partidos en la “concordancia” ), con tendencia a emanciparse de las bases de votantes y de afiliados a las agrupaciones y convertirse en instituciones de intereses de grupos, en contra de la protesta de la mayoría.
Al desprenderse los grupos dirigentes de sus votantes, la mayoría de la población comenzó a observar las decisiones y enfrentamientos políticos con desconfianza creciente y con un poco de indiferencia (política se asimiló como explotación de la mayoría). El escepticismo no se limitó al ámbito político, sino también en los sindicatos y organizaciones empresariales (la fuerza de los sindicatos y disposición a la lucha era escasa entre 19301943, debido a la desocupación y la tendencia de los dirigentes a aceptar arreglos). Lo mismo ocurre con la SRA. Esta tendía a beneficiar a los estancieros de Buenos Aires, invernadores. También la UIA, que beneficiaba a los empresarios de Buenos Aires. Los dirigentes también se distancian de las bases.
Dada la reestratificación y renovación de la estructura demográfica argentina producida por el movimiento inmigratorio desde 1880, se suponía que las asociaciones habían adquirido gran flexibilidad y permeabilidad, pero no se da en esta fase aún. Durante los primeros años hubo, al surgir nuevas formas de asociaciones e instituciones sociales, pero entre los sectores móviles de la población. Los sectores ya establecidos no se interesaban en la asimilación de los inmigrantes, excluyendo su participación social o obstaculizando sus derechos.
5. Crisis de dependencia
La dependencia de Argentina respecto de piases europeos industrializados fue el fundamento de la rápida colonización hasta 1930. Nuestro país extrajo provecho económico y demográfico y limitó sus propias fuerzas. Después de 1930 cambio el entorno internacional (recordemos la crisis y tendencia al proteccionismo), y con ello las relaciones de poder. Tendencia al abuso del poder por parte de las naciones dominantes y la de argentina a inclinarse ante su exigencia.
Esta crisis también se dio en el ámbito intelectual. Los nativos no lograban desprenderse de las corrientes ideológicas europeas y desarrollar ideas propias con las que el país se identificara.
Volviendo al tema de la dependencia económica, con ella, la política económica interna no se adaptó a las conveniencias del país, y siguió ese modelo de orientación europea de agroexportación. Solo se adoptaron medidas en política interna que cubrieran su política frente a la oposición y externas que se adecuaran a las dificultades de la nueva situación comercial.
Un ejemplo de ello es el pacto Roca-Runciman (1933), donde un representante de la clase alta acepta condiciones perjudiciales para los intereses del país, a fin de que Inglaterra se comprometiera a seguir importando nuestras carnes. Este pacto provocó severos ataques al gobierno, pues la contrapartida del pacto llevaba al gobierno a dictar leyes que protegieran los intereses británicos, por ejemplo, defender trenes ante el avance inminente de la industria de colectivos. Con esto las condiciones de exportación eran cada vez mas duras, pero quisieron seguir sacando estos beneficios en vez de modernizarce.
La dependencia se acentuaba mediante creaciones de comisiones mixtas agropecuarias. Por ejemplo, ciertas medidas en el gobierno de Justo tenían como finalidad la de adaptar la política interna a la modificación de las condiciones de dependencia: mayor disciplina económica, control de divisas, un Banco Central, etc.
En este sentido, el peronismo representa un intento por liberar al país de la dependencia económica. La ausencia de esfuerzos para liberarse de la dependencia por parte de la oligarquía se evidencia que las industrias que florecieron fueron producto del desplazamiento de capital del sector agropecuario, esfuerzo social, sin ayuda alguna por parte del Estado para ese entonces.
Cuando por fin la política de unilateral orientación del país hacia las exportaciones, fue suplantada por una política de industrias livianas autárquica. Se produce un hecho externo (segunda Guerra Mundial) que corto toda afluencia de la producción industrial europea y ofreció a la industria nacional una posibilidad de desarrollo.
El golpe de Estado y el ascenso de Perón al poder.
Vista la situación descripta, en las FF.AA aparecían grupos golpistas d diversa índole y tendencia, entre los cuales se destacó una logia, el Grupo de Oficiales Unidos (GOU), que reunía a algunos coroneles y otros oficiales de menor graduación.
El golpe se desencadena con la revolución del 4 de junio de 1943, deponiendo al presidente Castillo, antes aún de haber definido el programa del golpe y ni siquiera la figura misma que lo encabezaría. Este gobierno de facto fue encabezado sucesivamente por los generales Pedro Pablo Ramírez y Edelmiro J. Ferrel.
El golpe se da a raíz de un nacionalismo intenso que se propagaba en este sector de las FF.AA, ligado a simpatías con el eje y con postura decididamente neutralista. Así, el hecho desencadenante fue la decisión de R. Castillo, Vicepresidente en ejercicio del ejecutivo que el próximo designado presidente (por el estilo fraudulento, era designado por el presidente saliente) sería el conservador y conocido aliadófilo, Patrón Costas, con una clara tendencia rupturista. Entones se decide apurar el golpe.
Por supuesto, se le suma la convicción de que, ante la precaria situación política y externa de la nación se requería una conducción política más eficiente, Desde 1930, las FF.AA contemplaban con disgusto el escenario político, degenerado en su esencia, ya sin disimulo. Habían llegado a la convicción de que los partidos ya no podían ni siquiera evitar dichas anomalías, por eso decidieron intervenir. Deseaban devolver al Estado su autoridad y el respeto de la población y utilizar los medios estatales para las necesarias reformas. Superar las crisis en las que estaba sumido el Estado.
En este contexto surge Juan Domingo Perón, pues el aporte de este a la solución de los problemas a los cuales se vio enfrentado el gobierno militar fue decisivo. Obtener un programa, y como se obtendría el apoyo de las fuerzas civiles para el logro de los objetivos políticos. Por último, a quien delegarían las FF.AA su representación política.
Por su iniciativa se comienzan a hacer amplios informes sobre las ramas de la economía y se aplican una política de estímulo y protección a la industria nacional. Reforma a la legislación social, creando una serie de instituciones en el ámbito de trabajo y salud pública y se dictaron numerosas leyes de protección a los estratos más bajos de la población.
También por influencia suya se abandonó la actitud estrictamente neutral y se procuró un mayor acercamiento a los aliados, cuya victoria ya se insinuaba.
Perón y su ascenso al poder.
Hay dos fases definidas.
En la primera, la influencia de Perón no bastaba como para compensar su grado militar no muy alto (Coronel). Esto lo obligó a conformarse con una posición de segundo orden dentro del gobierno militar y a esforzarce por ganar más poder a través de una liga de oficiales, GOU. Cuando toma influencia en ese grupo, comienza la segunda fase, entre las cabezas del GOU. Gracias a su habilidad táctica y apoyo de la oficialidad, Perón gana.
Su ascensión política se refleja en un cúmulo de cargos importantes que asume en 1944: es designado ministro de guerra, Vicepresidente de la Nación y Presidente del importantísimo consejo de postguerra. Si a eso se le suma las posiciones que ya había ocupado, como de secretario de trabajo y Previsión, desde donde, mediante leyes y promociones de todo tipo, comenzó a gestar el movimiento en su apoyo, que posteriormente seria el peronista. Desde aquí arbitra los conflictos del trabajo y el capital, más que creando leyes, haciendo cumplir las existentes y penetrar en las estructuras del sindicalismo, donde el mismo estado reivindicara las pretensiones de la clase trabajadora.
El presidente de la Nación, Ferrel, le cedía todo su apoyo. Asi podemos tener idea del poder que concentró en sus manos.
Bases de apoyo del peronismo. Las condiciones de alianza de clases.
Las bases del peronismo a grandes rasgos fueron:
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El sindicalismo y la nueva clase obrera.
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La pequeña burguesía nacional.
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Ciertos sectores de las FF.AA.
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Sectores de la Iglesia.
a)Los sindicatos:
1-heterogeneidad obrera.
2-Sindicatos viejos y nuevos.
1-Heterogeneidad obrera.
El peronismo es un movimiento que surge como respuesta a los problemas de una época, que aparece en una estructura económico-social, en la que ya existe un significativo peso de la industria.
Este movimiento cuasifascista obtiene el apoyo de vastos sectores de obreros industriales, adhesión no compatible con el modelo clásico de orientaciones de la clase obrera movilizada.
Según el modelo clásico, la orientación propia de los trabajadores industriales apoya un movimiento de clase de tipo reformista o revolucionario nutridos por ideologías de izquierda, reaccionarios en relación con las elites políticas de otro origen social.
El apoyo obrero al populísmo, en los países dependientes y periféricos, aparece como una desviación a este modelo. Esto puede producirse en los países que se industrializaron tardíamente, donde la clase obrera esta dividida internamente, originado por los diferentes momentos de integración de los trabajadores a la industria.
Por eso se dice que había ”obreros viejos”, ajustados al modelo clásico, y los “nuevos”. Los primeros serian trabajadores principalmente de origen europeo con larga experiencia, formados en el trabajo industrial y los segundos, obreros mas recientes, son nuevos en el ámbito industrial y la vida urbana, migrantes provenientes de zonas campesinas con el incipiente proceso industrial por sustitución que comienza en el ´30.
Estos formarían una masa “desplazada” y por lo tanto “disponible” para su manipulación por la elite. Populísmo desde arriba o de gobernantes.
Los nuevos obreros son masas populares atraídas mas por la vida urbana que por el trabajo industrial, con valores de movilidad ascendente, en su desplazamiento del campo a la ciudad y no por la “consciencia de condición obrera”. Sus características fueron:
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Orientado a la búsqueda de ventajas económicas.
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Sentimiento de pertenencia a un grupo primario en lugar de solidaridad de clase. Sin principios ideológicos, alienados en una orientación reformista. Mentalidad “virgen”.
Los diferencia su falta de autonomía y proyecto de clase, oscilando en una doble necesidad, la participación efectiva en un orden social, por un lado; y por otro, la urgencia de resolver problemas inmediatos de vivienda, pobreza, etc., en época de desarrollo de consumo de masa.
Los restos de tradicionalidad aún vigentes en ellos harán a estos obreros inclinados a aceptar aquellas normas emanadas de un tipo de autoridad paternalista como la que habrán de ejercer los caudillos populistas. Adquiere consciencia de movilización con ayuda del Estado, aunque con esto obstaculiza su consciencia de clase.
Esto surge de la dificultad que encuentran los sindicatos y los dirigentes tradicionales para organizar a los nuevos trabajadores. Por eso se llega a la organización de estos a través del aparato estatal.
La presencia de un periodo previo de asincronía entre desarrollo económico y participación (´30-´40), resulta decisiva para las características de los movimientos populistas. Etapa de anomia, pobreza y carencia de organización.
2-La clase obrera y los sindicatos.
El sindicalismo tiene una gran importancia como factor constituyente del movimiento nacional-popular peronista, sobretodo en las organizaciones gremiales en la Argentina a comienzos de la década del ´40.
En el proceso de génesis del peronismo tuvieron una intensa participación dirigentes y organizaciones gremiales viejas, participación ésta que llegó a ser fundamental en el ámbito de los sindicatos y de la Confederación General del Trabajo, luego con el partido Laborista.
Previo al populismo se desarrollo en la sociedad argentina un proceso de crecimiento de capital sin intervencionismo social y esta situación determinó la configuración de un monte crecido de reivindicaciones típicamente obreras que abarcaban al conjunto de la clase trabajadora. Demandas que le sindicato trató de satisfacer, sin éxito, hasta que entre 1944-46 por acción de definidas % estatales, esa serie reivindicativa va encontrando soluciones, como inversión de las tendencias de distribución del ingreso nacional. Sobre esta base, la mayoría de los sindicatos (viejos y nuevos) articulan una política de alianzas con un sector del aparato del Estado.
La fuerza sindical antes del peronismo.
Para 1939, alrededor del 30% de los obreros industriales esta afiliado a organizaciones gremiales. Durante 1943-45 la estructura interna del sindica no se modificó sustancialmente. Pero el año 1943 se toma como un año de ruptura en el cual finaliza la etapa del sindicalismo tradicional minoritario, orientado hacia la posición de izquierda y más basado en el oficio que en la industria y nace el sindicalismo de masas, ligado al aparato del Estado, generado a través de un proceso de disolución de toda la experiencia pasada. Aunque casi hasta 1946-47 las orientaciones del movimiento obrero se hallaran ligadas a la secuencia anterior.
La ruptura se da en la diligencia tradicional, con dos conceptos a cerca de las alianzas del movimiento obrero con otras clases y grupos sociales, frente a los nuevos sindicatos. Aunque ya había una corriente dispuesta para una alianza con sectores estatales y con un grupo de propiedad industrial.
Hacia comienzos del ´40 la situación del sindicalismo desde el punto de vista de las tendencias predominantes, era la siguiente:
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La CGT, que abarcaba a la mayoría de los trabajadores sindicalizados, en cuya dirección participaban socialistas, comunistas y sindicalistas.
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La USA, liderada por dirigentes sindicalistas.
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Sindicatos autónomos, también de orientación sindicalista.
En el periodo inmediatamente anterior al cambio de gobierno en 1943, la explotación del trabajo estaba acompañada por un aumento constante del nivel de ocupación. La coincidencia del el crecido monto de reivindicaciones gremiales (disminución de los salarios reales) y la alta ocupación, reforzó las posibilidades de acción sindical, lo que se manifestó en el crecimiento sostenido de las organizaciones gremiales y en su capacidad de movilización.
Esta creciente movilización obrera no encuentra los resultados buscados, sobretodo a partir de 1939 que la por la guerra el proceso de sustitución adquiere un nuevo impulso.
Con el golpe de 1943 los sindicatos, que estaban divididos: CGT1 que pregonaba la autonomía partidaria, y CGT2, que tenia relación a una estructura partidaria, tenían una posición expectante, no-opositora. Sin embargo son intervenidos.
El 27 de octubre de 1943 el Coronel Juan Perón es designado Director del departamento Nacional de Trabajo. En 1943 la CGT1 y otros sindicatos se reconstituyen. Ese mismo año se crea la secretaria de trabajo y previsión, con Perón como titular. A partir de ese momento habría de iniciarse una nueva etapa en las relaciones entre sindicatos y Estado. Se abre un proceso de orígenes donde en el plano gremial el peronismo se basara en las CGT1, la USA y la mayoría de los sindicatos autónomos.
A fines de 1943 el grupo que rodea a Perón comienza a estructurar una estrategia tendiente a lograr un pacto con el sindicalismo. El reclamo sobre el que converge la actividad sindical es el de participación obrera n las decisiones políticas (menos CGT2). En octubre de 1945, a través de la ley 23.852, cuyo art.33, inciso 6º que establecía “el derecho de las organizaciones gremiales de participar e la actividad política, ajustados a decretos y reglamentos que rigen para los partidos políticos”, se satisfacen las reivindicaciones políticas de los sindicatos.
El 17 de ese mes forman el partido laborista, cuya influencia en la victoria electoral de Perón en febrero de 1946 fue decisiva. El PL estaba formado por:
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Sindicatos.
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Agrupaciones gremiales.
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Centros políticos
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Afiliados individuales.
El programa del partido era de tipo nacional-democraticos en organización política y orientación económica, claramente distributiva en materia social. Pero la CGT explica su vinculación con el peronismo a partir de la obtención a través de la secretaria de Trabajo y Previsión, de reivindicaciones obreras no escuchadas.
El vuelco final de las corrientes mayoritarias del sindicato hacia el peronismo, que tiene lugar en octubre de 1945, se precipita como reacción obrera frente a una ofensiva contra sus conquistas reivindicativas por parte de los grupos de grandes propietarios industriales, agrícolas y comerciantes.
Ese es el sentido que la CGT le otorga a los acontecimientos político-militares que comienzan el 9 de octubre con la renuncia de Perón a sus cargos en el gobierno, y que culminan con el paro general y la movilización del 17 de ese mes. Pues los cambios en el gobierno parecían tomar esa decisión. El discurso del nuevo secretario de trabajo y precisión, Juan Fentanes, anunciaba una brusca modificación en las orientaciones del Estado frente a los sindicatos. Estos cambios fueron percibidos por la CGT.
El salario real iba subiendo, respaldado por una mejora en la condición del trabajo. El saldo de reformas avalaba la posición de la CGT a favor de la alianza populista y en contra de la alianza opositora de la que participó la minoría del sindicalismo.
Burguesía Nacional
El Plan Pinedo o Plan de reactivación económica de 1040 constituyo un hito importante en la relación entre el conservadurismo y los principales sectores empresariales. El plan se fundaba en la idea de que la economía del país debía preservarse ante los riesgos emergentes del nuevo conflicto internacional. La Unión Industrial Argentina acogió la iniciativa con satisfacción, pero los sectores agrarios se oponían. Con Castillo las relaciones empeoraron con el gobierno, sobretodo a partir de la disconformidad empresarial con la modificación de la ley de impuesto a los Réditos, estableciendo obligaciones tributarias que juzgaban abusivas.
Las condiciones mundiales decían, no justificaban nuevos impuestos, dado que lo urgente era consolidar las empresas locales y no quitarles recursos, para así prepararse mejor para la defensa económica. El sector empresarial mas fuerte se concentra en la UIA (unión industrial argentina), ligada a la industrialización temprana dirigida por hacendados ligados al capital extranjero y que concentraban la mayoría de la producción industrial del país.
Un sector minoritario se concentraba en la CGE (Confederación General Económica). La primera, llamada burguesía internacional, la cual por su estrecha vinculación ideológica y económica con el exterior, siempre había mantenido una actitud hostil al gobierno de Perón. Pero a parte de ese grupo dominante, existía la burguesía nacional, que recibió con buenos ojos la política económica de Perón y la apoyó sin reservas. Este grupo de industriales, con motivo del conflicto de la UIA con el gobierno, a comienzos de 1945, se había separado de la organización central y había intentado establecer contactos con Perón. Su más importante exponente era M.Miranda, ministro de economía de Perón entre 1946-49.
Esto se dio por el nuevo rumbo del gobierno, orientado hacia la apertura y consolidación del mercado interno, lo que favorecía a este sector industrial, la empresa pequeña y mediana de las provincias argentinas que sólo producían para el mercado nacional. Son empresas que experimentaron un rápido desarrollo mientras se prolongó el cierre de las importaciones entre 1940-45. Las medidas de estímulo y protección adoptadas por Perón no favorecieron a todos los industriales en la misma medida; beneficiaron, sobre todo, a un determinado grupo, la pequeña burguesía. “Esos industriales no disponían por entonces de un órgano propio que representara sus intereses, est revela la falta de canales institucionalizados a través de los cuales pudieran llegar al gobierno con sus ideas y aspiraciones. Luego se conformarían en la CGE, con ayuda del Estado.”
Perón apostó al mercado interno y a una posible tercera guerra mundial (error estratégico), por ello tomó la decisión de apoyar a este sector económico. Con el bloque a Argentina por parte de EE.UU, al no haber habido colaboración del país con los aliados, otro plan económico hubiera sido muy difícil.
Con el Plan Marshall, USA inundó el mercado con cereales subsidiados y la participación Argentina disminuyó drásticamente. Vender cereales fue cada vez más difícil y vender carne, menos interesante. La consecuencia fue una reducción de la producción agropecuaria que se acompaño de un crecimiento sustantivo de la parte destinada al consumo interno.
El fin de la guerra, que había permitido el crecimiento de sectores industriales marginales como el argentino, planteaba distintas opciones. El sector industrial tradicional, adoptó las ideas del plan Pinedo, estimular las industrias naturales, capaces de producir eficientemente y de competir en los mercados externos, asociarse con USA para sustentar su crecimiento y a la vez mantener el equilibrio entre el sector industrial y el agropecuario.
Esta opción era difícil, no sólo por recomponer las relaciones con USA o recuperar los mercados agropecuarios, sino también porque suponía una fuerte depuración del sector industrial, eliminar el segmento menos eficiente crecido durante la guerra al amparo de la protección natural que ésta generaba y afrontar los costos de absorción de la mano de obra que quedaría desocupada. Una segunda alternativa había sido planteada por grupos de militares durante la guerra, y recogía tanto motivos estratégicos de las FF.AA como ideas que arraigaban en el nacionalismo: profundizar la sustitución, exterderla a la producción de insumos básicos, como el acero o el petróleo, mediante una decidida intervención del estado y asegurar la autarquía.
Perón optó por el mercado interno y la defensa del pleno empleo, con el Primer Plan Quinquenal y el proyecto de la empresa siderúrgica SOMISA. Se trataba de una “cadena de felicidad” que pudo financiarse por la existencia de abundante reserva de divisas, acumulada durante los prósperos años de guerra y que permitió en la posguerra un acelerado, desenfrenado y poco eficiente equipamiento industrial. Con la creación del IAPI (Instituto argentino de promoción del intercambio), se monopolizó el comercio exterior y se transfirió al sector industrial y urbano ingresos provenientes del campo. El sector industria llegó a convertirse en el elemento dinámico de la economía, hacia 1945, la contribución de la industria al PBI era superior al del sector agrícola.
Las Fuerzas Armadas.
Para las elecciones de febrero de 1946 Perón se baso en dos fuerzas no tradicionales y ahora poderosas: los militares y el movimiento obrero. El movimiento obrero era una fuerza cuya capacidad para ofrecer apoyo político a un gobierno electo era comparable a la capacidad de los militares para derrocarlo.
Por lo menos la mitad de los generales en servicio activo en enero de 1946 eran hijos de inmigrantes, nacidos en el área metropolitana de Buenos Aires en su mayoría. Fue la actitud de estos oficiales de combate la que determinó el papel del ejército como fuerza política. Pero había una división interna con respecto a los objetivos de Perón. La división se puso de manifiesto en el infructuoso intento de terminar con la carrera política de Perón en octubre de 1945. A pesar de que los opositores más activos habían sido declarados en disponibilidad, los altos mandos del ejército no poseían una visión claramente positiva hacia Perón, sino que eran en su mayoría neutrales, que abogaban por mantener el equilibro interno y ser una institución independiente. Aunque muchos generales estaban comprometidos en la política de uno u otro lado.
El general Ferrel quería, por un lado terminar con el gobierno militar y ofrecer una elecciones con garantías constitucionales de legalidad y por otro, crear las condiciones más favorables para el triunfo de Perón. Ferrel estaba preparado para convertir a sus cargos en parte de la maquinaria electoral de Perón. El principal instrumento era la secretaría de trabajo y previsión, desde donde se proporcionaba financiamiento para el partido laborista y la organización básica para la campaña. También los adictos de Perón se encontraban en las administraciones provinciales, quienes utilizaban su autoridad administrativa para desalentar la campaña opositora. También intervino en esto las leyes de radiodifusión, que daban espacios a los partidos para que expresaran sus propuestas. A pesar de todo esto, el triunfo fue muy legal, la gente se volcó a los padrones a votar por la persona que les dio participación y trabajo.
Luego del triunfo Perón trató de neutralizar las FF.AA como fuerzas políticas, satisfaciendo sus exigencias profesionales (armas, mejoramiento en las condiciones de vida en los cuadros, etc.). Además, las FF.AA ampliaron su competencia, con la Dirección General de Fábricas Militares, donde por la ley 12987 de 1947 se les confiaba la ejecución del primer plan argentino de producción de hierro y acero. Asi, también rápido aumento de sueldo y de tropa, reglamento más favorable para los ascensos. Las penetró ideológicamente, con el concepto de Nación en Armas, las FF.AA debían mantener la lealtad a la nación y prescindir de la política cotidiana. También lo hizo con la Iglesia, donde predominaba la tonalidad nacionalista e integrista de la acción eclesiástica, cuyos objetivos coincidían con el nuevo régimen.
A partir del 50 las cosas empiezan a cambiar, en el ´51 se evidencia con el golpe del general Menéndez. La causa principal del descontento era el estilo cada vez más represivo de la pareja gobernante (Eva Perón era un punto de conflicto) y el intento de dividir a la nación en dos, peronistas y no peronistas.
Asi como al comienzo habían apoyado las reformas sociales de Perón, pues esperaban que éstas contribuyeran aliviar las tensiones sociales y a producir la unidad nacional, ahora contemplaban con creciente disgusto el tono polémico, de lucha de clases, que se incorporaba a la política, especialmente a través de los discursos de Eva Perón.
Alianza de clases: condiciones.
La forma en que se produjo el crecimiento industrial en la Argentina, dadas las condiciones de dependencia frente a los centros imperialistas y al control que ejercieron las capas sociales y grupos políticos ligados a la tierra, trajo como consecuencia el desarrollo de fuerzas internas no obreras, cuya presencia obligó a cambiar en el nivel político y social, el plano de las coaliciones clásicas y a pasar de un enfrentamiento de propietarios y trabajadores a un realineamiento de fuerzas que cortó verticalmente a la sociedad y se cristalizó en nuevas formas de alianzas de clase elaboradas a partir de la coincidencia en un proyecto mas amplio de política nacional.
El proceso de crecimiento del capital dependiente crea condiciones para convocar la participación de sectores populares provocando cambios y rupturas en los propios sectores populares y obligándolos a sucesivos replanteos en el sistema hegemónico. Su movilización es canalizada por un movimiento tipo nacional popular en lugar de ser integrados a través de canales de tipo “democráticos representativos” al estilo europeo.
En el peronismo, si bien el movimiento obrero es integrado en el estado, los sindicatos, en la medida en que como aparato institucional son preexistentes al gobierno populista, cumplen con una función de mediación entre el trabajo y el poder político que les es abiertamente reconocida.
En el comportamiento obrero hay 3 etapas:
Etapa de estructuración.
Etapa de control del poder
Etapa de perdida del control del poder.
La nueva elite que propone un proyecto populista se encuentra con una clase obrera ya organizada, a la que le propone una alianza
El populismo se consolida en el poder, gracias a esa coincidencia de proyectos. La clase obrera irá perdiendo autonomía en pos de la estructura política.
Cuando el peronismo es despojado del poder, el movimiento nacional popular queda anclado en las organizaciones gremiales.
Entonces para Portantiero, el peronismo es una experiencia de nacionalismo popular que llega al poder cuando lo substancial del proceso de sustitución de importaciones esta ya realizado. Se trató de un proceso de industrialización no dirigida desde el Estado por sectores medios industriales, sino por una elite representativa de los grupos más poderosos de hacendados ligados a la exportación. Por ello el bloque de poder preperonista no era el oligárquico tradicional, sino resultaba de una alianza de la oligarquía ganadera más privilegiada con el propietario industrial internacional. Ello surge de la fragmentación en el sector propietario agrario. Los ganaderos desplazados -antiindustriales- se inclinan hacia los principales partidos opositores, como la UCR y el partido demócrata progresista.
Los nuevos industriales subsidiados que proliferan a partir de las circunstancias excepcionales de la guerra, pero que requieren que el Estado siga protegiéndolo una vez finalizada esta y el grado de organización de esos industriales para la defensa de sus intereses inmediatos eran mínima, así como el eco que pudieron encontrar en los partidos tradicionales, los lleva a unirse en alianza al movimiento obrero. Se forma así esta constelación de fuerzas sociales a los que hay que sumar, por el papel desencadenante que jugarían en el proceso, a las FF.AA. En un momento de estructura social particularmente compleja del que despegará el nacionalismo popular consideradamente más plural y, ala vez, más articulado en alianza entre clases y sectores de clases, en cuyo fondo operan los datos de un crecimiento considerable.
La participación obrera era condición necesaria para llevar a cabo el proyecto hegemónico de las clases propietarias, para la visión de Murmis y Portantiero. Principalmente a la que agrupaba a los industriales menos poderosos y la burocracia militar y política que representaba:
obreros como consumidores que harían sobrevivir la industria de mercado interno y
obreros identificados con el régimen político, ante las necesidades de legitimación política que tenia la elite estructurada alrededor del movimiento militar de junio del ´43 que tras un intento fracasado por lograr el apoyo de agrupaciones tradicionales (especialmente de los radicales) solo pudo encontrar como base de su legitimidad la movilización de las clases populares.
Esta situación es la que hace viable una alianza interclases como la expresada en el peronismo.
El papel del Estado en la alianza de clases y su hegemonía.
El estado aumenta sus roles respecto a la estructura social. Pasará a ser la expresión de la creciente complejidad de las relaciones económicas, reflejando así la diferente articulación de la estructura de estas, a partir del crecimiento industrial.
La complejidad desplegada en esta dimensión refuerza las tendencias del estado hacia la autonomía, pues su rol principal ya no es traducir los intereses de una clase dominante de origen agrario, sino la relación de esos intereses con los de las otras clases propietarias estructuradas alrededor de la acumulación de capital industrial.
El estado se realiza así como equilibrador dentro de un bloque de poder complejo, como moderador de una alianza objetivamente estructurada alrededor de los intereses comunes de diferentes clases. Es estado es el factor de mediación que armoniza las orientaciones particularistas, constitutivo de una orientación universalista.
Surge el Estado benefactor para conciliar legitimación con acumulación, garante del derecho social. Una legitimidad basada en las respuestas del Estado a las demandas de la sociedad, el distribucionismo y el liderazgo carismático. El Estado adquiere un rol central, interviene en el mercado con un papel activo en producción de insumo básicos, en créditos industriales, etc. Es un Estado garante, asignador de recursos con políticas intervencionistas, motor del desarrollo.
Crisis que viene a solucionar el peronismo y sus estrategias definidas.
Como ya vimos, para el 4 de junio de 1943 el país se encontraba en medio de distintas crisis, de tipo legitimista, de identidad, de distribución y de participación de la ciudadanía en las decisiones políticas. El régimen peronista vino a solucionar estas crisis mediante ciertas estrategias definidas.
Ante la crisis de legitimidad, dio al sistema político una nueva función y dimensión social, al desligarlo de los grupos privilegiados y colocarlo al servicio de sectores más amplios de la población y favorecer el desarrollo integral de la sociedad.
Difunde una conciencia nacional generalizada. Dar a todos los argentinos una orientación común de pensamiento. Mediante un discurso lleno de pragmatismo, con declaraciones imprecisas y generales para abarcar una mayor cantidad de clases sociales. Argentina, con una posición definida en el mundo (tercera posición, no-alineamiento). Esto proporciona a las masas un sentimiento de pertenencia a la nación y orgullo nacional. A esto se le suma una campaña de adoctrinamiento, cerrando a su paso el lugar para ideologías marxistas en el sector obrero.
Devuelve al sistema político su posición y función central en la sociedad.
Ante la crisis de distribución y participación, el aporte de Perón fue a la movilización política de las clases bajas. Había un abismo entre ricos y pobres. Perón comienza con las reformas sociales del ´49, con medidas y leyes, estatutos (referentes a las condiciones de trabajo, a la protección contra accidentes y enfermedades, vacaciones pagas, jubilación, etc.). También se introduce la capacitación obrera.
Se le suman los decretos de defe3nsa al consumidor (precios máximos a productos alimenticios de primera necesidad, congelamiento de alquileres, asistencia al menor, etc.). Con la fundación Eva Perón se dignifican las condiciones de vida obreras, con hospitales y escuelas públicas, plan de viviendas, etc.; es decir, el mejoramiento de la situación material de los estratos más bajos. Cambia el sentido de la política, que antes era la encarnación del sector dominante.
Al ver escuchadas sus demandas y que ejercen fuerza sobre el gobierno, en las clases populares se despertó el deseo de participar en las decisiones políticas (movilización) por su creciente participación en elecciones, en organizaciones laborales, el voto femenino, el voto directo de presidente y senador, frenando así los intentos de emancipación política. La idea de Perón era mejorar la distribución, pero una consecuencia de esto fue la expansión de la consciencia política, la participación.
Por último, ante la crisis de dependencia, reaccionó contra ella, con medidas de gobierno que contribuyeron a disminuir la dependencia económica y desarrollar la industria nacional. Aunque fueron tentativas superficiales y poco sistemáticas. Podría haberse hecho más con la excelente situación en la que estaba el país en la posguerra. No impulsa tanto la industria, pues creía en la iniciativa propia, solo procuró corregir las desviaciones producidas pro el rápido desarrollo.
Si se intensificó el control estatal sobre la transacción económica y financiera (IAPI) y financiera. Canceló la deuda externa, compró a compañías extranjeras las empresas de servicios (teléfonos, ferrocarriles, electricidad) y nacionalizó las riquezas del subsuelo (YPF). Procuró leyes de producción y estímulo industrial. Estatizó el Banco Central, y estuvo a cargo de la exportación de cereales.
Política exterior peronista: la tercera posición.
La primera enunciación de la Tercera Posición se encuentra, tal vez, en el discurso que pronunciara el presidente Perón el día 28 de noviembre de 2946 en el Teatro Colón de Buenos Aires, donde manifestó lo siguiente:
“El capitalismo, señores, en el mundo es muy retaceado... Los demás comienza a evolucionar hacia nuevas formas. El sistema estatal absoluto marcha con la bandera del comunismo en todas las latitudes y parecería que una tercera concepción pudiera conformar una solución más aceptable, en que no llegaría al absolutismo estatal ni podría volver al individualismo absoluto del régimen anterior.”(Discurso del presidente Perón, pronunciado en el teatro Colón, el 28 de noviembre de 1946).
En el pensamiento de Perón, la primera guerra mundial había reducido a unas pocas el número de potencias, pero, como resultado de la segunda gran conflagración, sólo emergían en el escenario internacional dos poderes hegemónicos alrededor de los cuales se organizaría la división del mundo en dos bloques opuestos por sus preferencias de orden ideológico, sus sistemas económicos e intereses de poder.
Desde los primeros momentos de su gestión de gobierno, fue perceptible una política exterior que, a diferencia de lo que ocurría en la mayoría de los países latinoamericanos, resistía a aceptar la legitimidad de la pretendida alineación del continente americano al lado de los intereses políticos, económicos e ideológicos de los Estados Unidos. Desde su participación en la Conferencia Interamericana de Río de Janeiro en 1947, donde se discutió y sancionó el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca, hasta las reuniones que en 1954 trataron el caso de Guatemala, la política argentina se formuló en función de la Doctrina de la Tercera Posición. El presidente Perón, en sucesivas oportunidades reiteró su rechazo a aceptar la división del mundo en dos zonas o esferas de influencia que consagrarían una visión maniquea del mundo.
La Tercera Posición va mas allá de una mera enunciación de política exterior, pues de acuerdo con sus numerosas formulaciones tiene por objeto ofrecer una doctrina superada de los dos principales sistemas políticos y económicos que se presentan como opciones desde la finalización de la Segunda Guerra Mundial.
La Tercera Posición pretendió superar las divisiones y oposiciones que separan a las naciones en grupos de confrontación y competencia. Tanto es así, que Perón nunca dejó de tener en cuenta que los intereses espirituales y materiales de nuestro país se hallaban junto a occidente. Puso énfasis en los esfuerzos tendientes a la unidad política y económica de América latina; mantuvo un vínculo muy particular con España y una posición equilibrada frente a la Unión Soviética; siempre evitó las actitudes frontales contra los Estados Unidos y las demás superpotencias de occidente.
Esta doctrina no se concibió como algo estático, sino dinámico y superador. Dijo Perón, “somos anticomunistas porque los comunistas son sectarios, y anticapitalistas porque los capitalistas también lo son. Nuestra tercera posición no es una posición centrista”. (Discurso del presidente Perón ante la Conferencia de Intelectuales, 2 de mayo de 1950).
Este tercerimo constituyó un movimiento antiimperialista que se manifestó fundamentalmente en América latina y no debe ser identificado exclusivamente con ningún sector político en especial, ya que est concepto puede aplicarse a variadas expresiones políticas. Sus rasgos distintivos son un marcado antiimperialismo especialmente con referencia a EE.UU en razón de la hegemonía que este país ejerció, y ejerce en Latinoamérica, un definido neutralismo y una adhesión a los regímenes democráticos.
Tercerismo no es sinónimo de no-alineación. Este últino movimiento involucra excluivamente a los gobiernos de los países del Tercer Mundo, en tanto que el primero fue, principalmente, la expresión de agrupaciones o de intelectuales, y su acción se desarrolla fundamentalmente durante la guerra fría, la que una vez concluida determino el dacaimiento de los grupos terceristas.
La caída del peronismo
Todo comenzó con una crisis entre Perón y la Iglesia. La fundación del Partido Demócrata Cristiano marcó el desarrollo del conflicto, que rápidamente llevó a la caída del gobierno. No era un conflicto inevitable, fue un error político que evidencia la pérdida progresiva de capacidad política del líder. La comunidad organizada, como él la organizó, mejor dicho, cobró dinámica propia, ejecutada por sus funcionarios, que ya marchaba independientemente de la voluntad de Perón.
El ejército, al principio resguardado en su independencia y profesionalidad, se había salido de su camino y las voces disconformes eran cada vez más fuertes. Pero la Iglesia, con la que inicialmente se había establecido un acuerdo mutuamente conveniente, era fuerte, y potencialmente enemiga, unida a los representantes del viejo régimen y nuevos disidentes, quejosos de distintos aspectos de la nueva política, como el abandono de las consignas nacionalistas (mayor acercamiento a USA), era muy peligrosa.
La Iglesia era sensible a los avances del estado en el terreno de la beneficencia, a través de la Fundación, y en el de la educación. Al desagrado por el creciente culto laico al presidente de la Nación y su esposa se agregaba la preocupación por los avances del Estado en la organización de los estudiantes secundarios, en un contexto de sospechas de corrupción. Al gobierno le molestaba la intromisión de la Iglesia en la política con la Democracia Cristiana y en el campo gremial.
Perón ataca a la iglesia, demostrando la verticalidad alcanzada por el aparato político oficial: se prohibieron las procesiones, se suprimió la enseñanza religiosa en las escuelas, cláusula que permitía el divorcio vincular, se autorizó la reapertura de prostíbulos y se envió un proyecto de reforma constitucional para separar el estado de la iglesia. Muchos sacerdotes fueron detenidos y Perón comenzó así a socavar las bases de su propio poder.
La iglesia contesto con panfletos, por medio de la acción católica y alianza con la oposición que encontrara al fin una brecha en el régimen. Asi mismo, la iglesia y los militares, conservaban fuertes lazos. Asi es que la marina se levanta contra Perón, en ocasión de desmanes al conmemorarse Corpus Cristi. Este levantamiento fracasó, pero comienza a evidenciarse el quiebre.
El 16 de septiembre, estalló en Córdoba una sublevación militar que encabezó en general Eduardo Lonardi. Los apoyos civiles fueron muchos, especialmente entre grupos católicos, las unidades del ejercito fueron escasas, la marina fue en pleno. Entre las fuerzas leales había poca voluntad y Perón había perdido la iniciativa y no manifestó la voluntad de defenderse con los recursos que disponía. El 20 de septiembre de 1955 Perón se refugió en la embajada de Paraguay y el 23 de septiembre el general Lonardi se presentó en Buenos Aires como presidente provisional de la Nación.
Conclusión.
Así culmina la segunda presidencia de Perón, socavada por sus propios vicios, el autoritarismo y la incapacidad para sostener la alianza entre clases.
Si los años de dominación peronista constituyeron una experiencia traumática para muchos grupos importantes, la sangrienta caída del régimen en 1955 así como la represión que siguió inmediatamente a la caída, exacerbaron entre los peronistas el resentimiento ya existente. En las FF. AA, el gobierno y las universidades se llevó a cabo una rigurosa depuración de todo elemento teñido por cualquier clase de asociación con el régimen anterior. “Las FF.AA intervinieron los sindicatos, y muchos dirigentes gremiales, así como del Partido Justicialista, fueron encarcelados, mientras una campaña pública llevada a cabo mediante la prensa, la radio y la televisión, procuró desacreditar al gobierno anterior. En muchos sentidos, lo que ocurrió fue la inversión, exacerbada, del o sucedido durante el período previo. El gobierno no consideró que repetía los excesos del pasado, sino que más bien los corregía”.
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Aunque Torre, Juan Carlos (en “Interpretando una vez más los orígenes del peronismo”, en Desarrollo Economica Nº112, enero, marzo, 1989), discute el argumento de Portantiero. El autor propone una versión alternativa que parte de la caracterizacion del movimiento de masas peronista como uno que articula una conciencia & heterónoma y una acción de clase. No es tal la heterogeneidad obrera y los apoyos.
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Argentina: Populismo y la Tercera Posición
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Formación del Estado
De penetración
De integración
3. De identidad
4. De legitimidad
Formación de la Nación
De participación
De distribución
Formación ciudadana
Sectores medios
Empresarios industriales
obreros
La dominación oligárquica colapsa
Se imponen en el poder en
Ese orden
Burguesía industrial
Proletarias
Nuevos sectores medios
Se unen en una política de masas, se crean nuevas organizaciones y estilos de liderazgo político, unidos en una ideología universal: “paz social y armonía de clases”.
Para acelerar la ruptura con el régimen anterior las clases populares (grupos de intelectuales, sectores militares y burguesía industrial, se unen bajo el nacionalismo de las formas institucionales y el desarrollismo).
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Enviado por: | Elizabeth Aguilar |
Idioma: | castellano |
País: | Argentina |