Sociología y Trabajo Social


Políticas Públicas en Chile


Universidad Académica

Humanismo Cristiano

Escuela Trabajo Social

“El Estado tiene el deber de promover las culturas indígenas, las que forman parte del patrimonio de la nación chilena.

En las áreas de alta densidad indígena y, en coordinación con servicios u organismos del Estado que correspondan, se desarrollará un sistema de educación intercultural bilbigüe a fin de preparar a los educandos indígenas para resolverse en forma adecuada tanto en su sociedad de origen como en la sociedad global”

Ley de Fomento, Protección y Desarrollo de los Pueblos Indígenas de Chile. 1993

INTRODUCCION

La atención integral y educacional a los párvulos indígenas de América Latina a través de programas complementarios a la familia, es una línea que se ha estado desarrollando en América Latina en forma creciente y vincular, a la expansión que están teniendo los programas para la infancia, que se han creado en especial para los sectores económicamente pobre, y para el ámbito rural. De esta manera, en los últimos 30 años, en todos los paises, junto con la universalización de la escuela, paulatinamente se han estado insertando programas preescolares, adscritos muchas veces a estos mismos establecimientos, y en otros casos, a programas de desarrollo comunitario u otros. Por tanto, la atención a párvulos de comunidades indígenas es una realidad existente en todos los paises latinoamericanos, que se ha realizado la mayoría de las veces, sin una orientación muy definida, y por tanto, con escaso apoyo interno (de las propias comunidades indígenas) y externo (debido al rol secundario que equívocamente se le asigna a este nivel dentro de las muchas problemáticas de la educación latinoamericana), produciendo situaciones muy poco analizadas y menos aún evaluadas, que permitan un desarrollo más adecuado de estos programas.

Dentro de esta situación generalizable a América Latina, Chile se inserta como un país que desde hace décadas está atendiendo a párvulos de comunidades indígenas, especialmente a través de instituciones religiosas y escuelas públicas, y últimamente a través de ONGs, Corporaciones privadas como es el caso de Integra (ex Funaco), e instituciones especializadas en el nivel, como es el caso de la Junta Nacional de Jardines Infantiles. Sin embargo, por la problemática socio-cultural que el país históricamente ha tenido hacia la población indígena, y por tanto, a la falta de reconocimiento de sus culturas, lo que se refleja entre otros, en una ausencia de políticas hacia el sector, salvo lo sucedido recientemente a través de la llamada “Ley Indígena”, la atención a los párvulos de los diferentes pueblos indígenas, ha estado supeditada a toda la situación nacional. Esto significa una escasa consideración a desarrollar programas específicos y válidos, traduciéndose la mayoría de las veces las acciones en una fuerte aculturación. En tal sentido, son muy recientes los intentos de encuentro y de trabajo conjunto entre los organismos estatales y estas comunidades en función a una atención y educación más pertinente para los niños, sus familias y comunidades.

Desde 1991, dentro del contexto de redemocratización del país, y de implementar las nacientes políticas para el sector, JUNJI ha estado desarrollando el “Programa de atención a párvulos de comunidades indígenas”, que por sus características, experiencia y resultados alcanzados, pensamos que es interesante de discutir y difundir, ya que aporta al conocimiento de un área que no sólo presenta escaso desarrollo en Chile, sino en toda América Latina en general. Esta situación, se detectó en él hasta ahora primero y único “Seminario de análisis de Programas de atención Integral a párvulos indígenas” organizado por O.E.A., en Quito en 1992, evento en el que se trató de establecer un panorama general en esta materia, tanto en sus aspectos cuantitativos y como cualitativos, llegándose a la conclusión ya señalada.

Por ello, a través de este trabajo, deseamos relevar el tema de la atención educacional de los párvulos indígenas, y enfatizar la importancia de abordarlo en las diferentes instancias que analizan el desarrollo de programas educativos en los pueblos indígenas, como es el que ha organizado la Universidad Católica de Temuco. No está de más señalar, toda la importancia que tienen los primeros seis años de vida en la formación humana, desde todo punto de vista: afectivo, intelectual, sicomotor y cultural en este caso, lo que amerita una revisión más acuciosa de lo que se realiza en este ámbito.

Destacamos por último, que todo este planteamiento se hace a partir de lo que son las ideas fundantes de la educación parvularia, que se postula como complementaria a la labor de la familia y la comunidad, y con un profundo respeto a los niños, sus características y necesidades. Por ellos, que pensamos que deben guíar el supremo interés de todos los programas supuestamente orientados hacia su desarrollo, es que postulamos la importancia de preocuparse seriamente de las múltiples complejidades que el tema tiene. Dentro de ello, lo realizado por JUNJI hasta el momento aporta en varias líneas, existiendo otras necesarias de profundizar y mejorar. Sin embargo, sólo con una labor compartida con todos los que puedan aportar en este campo, partiendo por las propias comunidades indígenas que ya han sido actores principales en ello, podrá optimizarse lo que como país, podemos hacer en tal sentido. A ello convoca el presente trabajo que ofrecemos a consideración.

ANTECEDENTES Y FUNDAMENTACION GENERAL

Dentro de las prioridades señaladas por el gobierno de Don Patricio Aylwin Azócar, esta la atención a los preescolares, en especial aquellos más necesitados. Junto con ello, también se ha señalado la preocupación por las comunidades indígenas chilenas, las que historicamente han sido descriminadas negativamente, lo que ha producido una marginación en todos los aspectos, estas comunidades portadoras de un patrimonio singular y especifico han hido paulatinamente siendo por todas estas situaciones, lo que ha hido ocasionando no solo la perdida de estos bienes culturales, y por lo tanto, de factores básicos para su identidad y su autoestima, sino, lo que es más grave la extinción de sus miembros.

El gobierno actual, atendiendo al principio de la equidad esta generando distintas iniciativas, tendientes a revertir en la medida en que sea aún posible, las diferentes situaciones existentes marginalidad en el país, como es en el caso de las comunidades indígneas. Esta situación unida a la preocupación a los niños y sus familias constituyen la base político-social y educacional, que da origen a este proyecto.

Por otra parte, desde una perspectiva antropológica-cultural-educacional, cabe destacar tambien la importancia que tiene para este programa, en potencial cultural que implica los niños, ya que ellos, a través de un proceso de enculturación temprana, se convierten en portadores y continuadores de las culturas que pertenecen. En tal sentido, debido a su plasticidad y apertura, en la medida en que haya un entorno cultural, claro y coherente, pueden internalizar y preservar y recrear en medio en que esta inserto. Sin embargo, este programa no pretende solo recoger y preservar los valores más representativos de esta cultura, mediante el desarrollo de curriculos y otras acciones culturalmente pertinentes que se lleven a cabo en jardines, sino a aspirar a favores el encuentro e integración por las demás culturas (regional, nacional, latinoamericano y occidental) de las cuales los niños y sus familias, tambien son participes. Sin embargo, esta integración se visualiza a partir de un respecto por la identidad cultural propia, asentada en una postura de un relativismo cultural propia, que les permita a su vez, participar adecuadamente a los demás ambitos culturales como que les toca interactuar.

Fundamentando también en los principios de unos gobiernos democratico que propicia la participación individual y comunitario, a través de este programa se pretende igualmente una participación, activa de las comunidades involucradas, de manera que los recursos esta tales que se destinen, respondan efectivamente a las necesidades educativas más sentidas de las familias y sus representantes sociales y culturales. En tal sentido aparecen como fundamental, el aporte que posibilitan la etnoeducación en cada una de estas culturas para el enriquecimiento del programa en general.

El programa que se presenta a continuación, pretende inicialmente, dotar a jardines existentes en estas comunidades, o aquellos que se creen actualmente por parte de la JUNJI, de un PROGRAMA EDUCATIVO especifico en una primera etapa, y de una atención integral culturalmente pertinente en las siguientes, para cada una de las comunidades que se atiendan. Este programa deberá ser resultado de estudios sociales y antropológicos realizados con motivo de este proyecto y con el parte permanente de las familias y de los lideres reconocidos en la comunidad indígena. En la implementacion de cada uno de los jardines se espera contar con la participación de diferentes agentes educativos de esas comunidades, quienes aportaran sobre su cultura en el trabajo directo por los niños, por lo que deberá ser propuestos en las propias comunidades involucradas, dentro de un perfil básico de un adulto que debe actuar como facilitador del aprendizaje de los niños.

El programa de aplicará con párvulos, estimulándose su continuidad con los preescolares de transición, y en lo posible, con los escolares del primer ciclo. El programa pretende atender la totalidad de los pueblos indígenas chilenos, es decir, AYMARAS, ATACAMEÑOS, RAPA NUI, PEHUENCHES, HUILLICHES, KAHUASHKAR y YAMANAS y junto con otros párvulos de las comunidades donde están asentados, en la medida en que respondan a los requisitos de ingreso que tiene definidos la JUNJI. El propósito de esta acción, es favorecer el conocimiento, la integración y el respeto por parte de todos los niños, y por tanto, de las familias de la localidad de los diferentes grupos étnicos y las culturas que coexisten en un mismo sector.

OBJETIVOS

1. - GENERALES

  • Implementar jardines que atiendan, con programas convencionales o no formales, a párvulos de comunidades indígenas, con programas especificos a sus culturas, y que favorezcan la integración con otros ambitos culturales.

  • Reforzar la identidad cultural y el sentido de pertinencia de los grupos infantiles de las comunidades indígenas chilenas.

  • Potenciar el rol educativo de las familias y comunidades involucradas, en los programas que se desarrollen.

  • Favorecer un conocimiento y valoración de las culturas indígenas, en los niños y familias no-indigenas, de las localidades donde se desarrollen programas.

2. -ESPECIFICOS

  • Desarrollar estudios sociales y antropológicos en las comunidades donde se llevaran a efecto los programas.

  • Ofrecer posibilidades de capacitación de capacitación, trabajo y participación a jóvenes y adultos de las comunidades donde se implementaran los jardines.

  • Identificar bienes materiales e inmateriales de la cultura infatilde ada na e las comunidades seleccionadas.

  • Identificar las características procedimientos y contenidos de etno-educación de las culturas involucradas, e incorporarlas a los programas que se desarrollen.

  • Estimular la lengua nativa en los programas que se desarrollen, junto con el castellano.

  • Elaborar un programa educativo especifico para las comunidades involucradas, que posibiliten el desarrollo de otras acciones como la alimentación, que lleve a una mayor integralidad de la atención.

DESCRIPCION GENERAL

La Junta Nacional de Jardines Infantiles pretende a través de programas convencionales y no-convencionales atender a los párvulos de comunidades indígenas dell país, por ser un derecho al que debe tener acceso todo niño chileno.

Estas alternativas están basadas en la formulación de proyectos específicos para cada pueblo indígena, lo cual implica generar un sistema de atención a partir de la detección de sus reales necesidades, en una labor compartida con las comunidades involucradas. Por ello, estas alternativas se desarrollarán con la participación de miembros de la propia comunidad que sean reconocidos y aceptados por éstas, como tales.

Detectadas las necesidades, los programas se crean a partir de las estructuras fundamentales de las culturas, extrayendo todo lo que sea válido para un programa para párvulos.

Si bien existen una serie de investigaciones que aporten información sobre estas culturas, se hace necesario en todo caso desarrollar otros estudios que permiten profundizar el conocimiento de estas culturas en los familiar y en lo propiamente infantil, entendiéndose por tal la necesidad de contar con información de:

  • Roles de la familia y comunidad en relación a los hijos menores.

  • Procesos de socialización y de endoculturación de los niños pequeños

  • Normas de crianza

  • Formas de aprendizaje de los niños.

  • Detección de los valores que asigne la comunidad a los procesos educativos de sus hijos y procedimientos de etno-educación

  • Cultura infantil: juegos, juguetes, canciones, vestuarios, etc.

  • Tradiciones orales generales de la comunidad, en relación a su existencia, entorno natural, etc.

  • Recursos naturales que pueden ser aprovechados en el proyecto y que tienen su origen en la propia comunidad

  • Enfermedades más frecuentes, medicina y alimentación tradicional

  • Artesanías generales y específicas de los párvulos

Con todos estos elementos, se estructurará un programa específico para cada

Pueblo indígenas, flexible, abierto a permanentes aportes, el que será materia de evaluaciones constantes.

PLAN DE ACCION GENERAL

Primera Etapa: Toma de contacto inicial con comunidad y estudio general de factibilidad de proyecto.

a.- Esta etapa puede iniciarse a partir de dos situaciones:

Requerimiento - Del tipo interno, por solicitud de comunidad

- Del tipo externo, por la detección de necesidad por parte de la JUNJI

Acciones a Realizar - Definición líneas generales del proyecto con representantes de la comunidad y de las familias

- Sensibilización de la importancia de una estimulación pertinente y oportuna a los párvulos

- Acuerdo de realización de proyecto

b.- Análisis de la factibilidad operacional proyecto: esto implica, terrenos, local, cocina, recursos locales, participación comunitaria.

Segunda Etapa: Diseño de Programas

  • Conocimiento acabado de las comunidades a través de recopilación de estudios anteriores, o investigaciones en terreno y consultas con sus principales representantes utilizando diversos métodos para la recolección de información. Esta fase implica contar con un documento final realizado por un antropólogo u otro profesional del área especializado en el tema.

  • En la línea formal, establecer los contactos institucionales de delegación regional organismos gubernamentales y no gubernamentales que faciliten el desarrollo de estos proyectos.

  • Formulación de los programas formales o no-convencionales en base a los intereses y necesidades detectados en las áreas pedagógicas, social, de alimentación y salud, junto con el diseño de los materiales necesarios.

  • Establecer una corriente permanente de retro-alimentación entre la Junta Nacional de Jardines Infantiles y las Comunidades. Esto implica definir supervisores, frecuencia de visitas y formas de interacción de los representantes de la comunidad y el jardín.

  • Búsqueda y asignación de los recursos humanos, físicos y financieros que requiera el proyecto.

Tercera Etapa: Implementación y Desarrollo del Proyecto

  • Selección, contratación y capacitación inicial del personal a cargo de los niños (cada vez que se contrate jóvenes de la propia comunidad)

  • Habilitación e implementación del local: implementación, de cocina, implementación de sala de actividades, habilitación del local en general

  • Inicio de actividades: adaptación niños y personal contratado, inicio programa de alimentación, inicio programa educativo-cultural, supervisión y capacitación en acción de educación parvularia, programa cultural y otros si hubiere, registro del desarrollo del proyecto (Gráfico y visual)

  • Evaluación inicial programa

Cuarta Etapa: Elaboración versión más definitiva del programa y de los procedimientos para su continuidad y seguimiento.

En la fase a la evaluación inicial del programa, se hará una segunda revisión de la “Guía Curricular” y de los documentos anexos, como igualmente del plan de trabajo para continuar y evaluar el programa en su segunda etapa.

APLICACIÓN DE LAS POLITICAS EN COMUNIDADES INDIGENAS

YAMANAS O YAGANES

Región de Magallanes y Antártica Chilena

Ukika es el primer Jardín para comunidades indígenas que creó la JUNJI. El 12 de agosto de 1991, el Jardín Familiar Ukika inició sus actividades con niños de los cuales algunos son descendientes de yagán, siendo los demás hijos de pescadores y de la población civil y naval de Puerto Williams. El local fue facilitado por la Junta de Vecinos y la Compañía de Bomberos, y fue habilitado con participación de la comunidad yámana y de la comunidad de Puerto Williams, además de lo que aporta la JUNJI.

Se desarrollan actividades con los niños, incorporándose además en el trabajo diario contando historias, hablando su lengua y enseñando su artesanía, entre otras actividades.

LOS KAWASHKAR

Región de Magallanes hasta el Golfo de Penas

En Puerto Edén el jardín se instaló en la sala de una escuela. Las actividades con los niños se iniciaron en septiembre de 1991, de los cuales uno era descendiente de kawaskar y los restantes, hijos de pescadores.

El mar es el paisaje circundante de los niños y la mayoría son hijos de pescadores artesanales. Desde pequeños juegan dentro de los botes, sobre el muelle, pescan con tarros y lienzas, observan a los peces por entre los tablones del muelle. .

Durante la jornada diaria se desarrollan dos mini-períodos que tienen por objetivo favorecer el encuentro de los niños con costumbres de la etnia kawashkar, rescatando de este modo elementos de etnoeducación signi­ficativos para los párvulos de Puerto Edén. Es decir al practicar en estos mini-períodos algunas formas de educación propias de esta comunidad, se transmiten valores y habilidades que favorecen en general el desarrollo integral del párvulo.

Función de los Equipos Técnicos Regionales, ETR

  • Realizan diagnóstico de las localidades y estudian las caracte­rísticas de cada comunidad indígena; asesorados por antropólogos de la Región.

  • Elaboran propuestas curriculares culturalmente pertinentes para cada comunidad, favoreciendo el desarrollo integral del niño.

  • Elaboran Anexos Curriculares

  • Coordinan los organismos locales interesados en el Programa e integran a los líderes naturales de la comunidad.

  • Recopilan canciones, cuentos y leyendas propias de cada cultura. Seleccionan y capacitan a las encargadas del Programa.

  • Supervisan, capacitan y asesoran permanentemente al personal encargado del desarrollo de cada Programa.

  • Investigan acerca de los alimentos típicos de la comunidad indígena y coordinan con las empresas concesionarias para incluirlos en la minuta diaria de los párvulos.

  • Participan en actividades de capacitación.

Considerando que la evaluación es un proceso en el cual se emiten juicios de valor, lo que permite tomar decisiones destinadas a mejorar y corregir las acciones de las propuestas en los diferentes proyectos étnicos, cada Dirección Regional realiza permanentemente evaluacio­nes cuantitativas y cualitativas.

En relación a la evaluación cuantitativa se consideran las variables de matrícula, asistencia, deserción, asistencia de familiares y estado nutricional.

En relación a la evaluación cualitativa se evalúa a los niños con pautas de observación diarias, donde el agente educativo registra lo que sucede en la realidad permitiendo retroalimentar el proceso educativo.

Respecto a los familiares y otros componentes del Proyecto, también se han elaborado registros de observación directa y entrevis­tas a los líderes de la comunidad.

En las comunidades de la XII

En base a los sistemas de evaluación que aplica la JUNJI se ha constatado que los niños adscritos al Programa de Atención a Párvulos en Comunidades Indígenas de las comunidades yámanas y kawashkar, han alcanzado los objetivos esperados para su etapa, - avances en su desarrollo evolutivo acorde a sus características personales, en forma similar a lo que sucede en cualquier establecimiento del país.

Asimismo ha habido avances referidos a aspectos específicos vinculados a valores y ejes significativos de ambas culturas: formación de autoestima e identidad cultural, mane­jo elemental de vocablos de la lengua respectiva, respeto por los mayores, conocimiento de la flora y fauna local, conocer parte de la tradición oral de las respectivas comunidades.

En lo que se relaciona a las necesidades y demandas de las comunidades indígenas, el desarrollo del Programa ha implicado, en sus aspectos asistenciales para las familias de estas comunidades, un apoyo a la sustentación de los niños.

Finalmente, otro de los objetivos logrado ha sido la sensibilización de las comunidades locales, regionales y nacionales hacia las necesi­dades de las comunidades indígenas australes.

LOS MAPUCHES

Región de la Araucanía.

En 1991 comenzó a funcionar el Jardín Familiar Aywin Rayen. Un grupo de mujeres del Taller Laboral de Champulli fue quien inició los contactos con organizaciones no gubernamentales del sector y con la JUNJI para dar a conocer la necesidad de contar con recursos y apoyo en la atención educativa a sus pequeños hijos.

La comunidad Juan Paillao facili­tó el local de la sede social para el funcionamiento del Jardín Familiar. Las tías juegan diariamente el importante rol de transmitir su lengua y sus costum­bres, como tocar el kultrun, participar en sus bailes ceremoniales, etc.

También es importante señalar que las empresas concesionarias de alimentación fueron motivadas para incluir alimentos y formas de prepa­ ración que son propias de la cultura mapuche, logrando de esta manera programar minutas acordes con los hábitos alimentarios de la comuni­dad, como una forma de fortalecer en los niños el amor a la tierra y su cultura.

LOS ATACAMEÑOS

Región de Antofagasta.

Jardines Infantiles:

Chiu-Chiu ( 33 kms. de Calama): Creado en noviembre de 1991, el Jardín Familiar funciona en la sede social de la comunidad, ocupando tres salas: actividades, servicio de alimentación y de hábitos higiénicos.

Caspana (70 Km de Calama): Inició sus actividades el 15 de junio de 1992 con una matrícula de 15 párvulos y funciona en el Albergue de la zona.

Lasana ( 45 Km de Calama): El Jardín fue creado el 15 de junio de 1992, y comenzó sus actividades con una matrícula de seis niños. Funciona en la ex-Casa del Profesor.

Camar ( 171 Km de Calama): En la Sede Social de la Junta de Vecinos y con 12 párvulos abrió el Jardín de Camar el 31 de agosto de 1992.

Para poner en funcionamiento los Jardines Familiares se suscribieron convenios entre las Municipalida­des de Calama y San Pedro de Atacama y la JUNJI.

Desde sus inicios se trabajó con elementos pertinentes y orientados al reforzamiento de la cultura

Atacameña: los cuentos tradicionales, las canciones infantiles están en peligro de extinción en la Cuenca del Río Salado.

Una de las metas imposibles de cumplir ha sido la recuperación del kunza, idioma atacameño, por no existir información de personas que lo hablen o escriban, a menos que se organice con alguna institución especializada una labor de revitalización de la lengua.

LOS RAPA NUI

En la Región de Valparaíso, a 3.500 Km mar adentro

A partir de contactos de la JUNJI con líderes de la comunidad de la Isla se concretó un programa que contempla un currículo basado en la cultura pascuense, para los menores entre dos y cinco años. Al respecto, fue decisiva la participación y aportes de los líderes pascuenses, a través del Consejo de Ancianos, de diferentes representantes y de las familias de los niños, en relación a la selección de los contenidos educativos y su compromiso de incorporarse a las actividades con los párvulos, a través de la entrega de antecedentes de su cultura destinados a ser incorporados en el diseño del currículo a aplicar.

El Programa, con estas características, se lleva a cabo en el Jardín infantil Hare Gna Poki, establecimiento que funciona desde 1989.

Cabe destacar el apoyo entregado por el Instituto de Desarrollo Agropecuario de Quillota, INDAP, quien entregó semillas y asesoría técnica para la implementación de un proyecto de Huertos Familiares.

LOS AYMARAS

Región de Tarapacá, al norte de Chile.

Las comunidades aymaras precordilleranas de Tarapacá son heredadas de la milenaria cultura andina. Entre la precordillera o prepuna y el altiplano -entre los 2.900 y 6.000 metros de altura sobre el nivel del mar- procuran mantener sus formas de vida, costumbres y lengua.

En dos de estos pueblos llenos de tradición y de pasado -Camiña y Moquella- la Junta Nacional de Jardines Infantiles desarrolla desde 1992 una experiencia enmarcada en el Programa de Atención a Párvulos de Comunidades Indígenas.

Los Jardines Familiares, han sido ambientados con elementos propios de su cultura: hondas tejidas, yidias, frazadas tejidas a telar, cintillos. Así mismo materiales con cañas de cola de zorro, desechos de maravillas, mazorcas de maíz y chalas de choclo.

La vida de los niños sé desen­vuelve en el ambiente de la casa, la chacra, el corral de animales, y también en la cancha de fútbol.

Un apoyo importante en la formación de los niños ha sido la participación de miembros de la comunidad enseñando técnicas de limpieza de suelos y siembra del maíz, en espacios de la chacra y corral. También los abuelos participan contando vivencias o leyendas de las localidades de Moquella y Camiña.

LOS HUILLICHES

En la Reguión de Los Lagos, hacia San Juan de la Costa.

El pueblo huilliche habita la Décima Región con una población estimada en setenta y cinco mil habitantes, diseminados en áreas rurales y periféricas de las provincias de Valdivia, Osorno, Llanquihue y Chiloé. Su organización sociopolítica es encabezada por la Junta General de Caciques de Butahuillimapu (Grandes Tierras del Sur), la cual aglutina a catorce cacicados desde Valdivia a Chiloé.

La mayoría son agricultores minifundistas. La producción de sus peque­ñas propiedades agropecuarias apenas satisfacen las necesidades míni­mas de subsistencia de una familia.

San Juan de la Costa

El caballo y la carreta de bueyes son el principal medio de transporte y de trabajo de las comunidades huilliche de San Juan de la Costa. En todas las casas se encuentra una radio a pilas, la que constituye el medio de comunicación, información y entretención de la familia costeña.

Los niños huilliche se transforman desde pequeños en colaboradores de las tareas domésticas.

Las actividades comenzaron en mayo de 1992. En Panguimapu se habilitó una dependencia del Centro Cultural Pualhue para que funcione la Sala de Actividades. Además, los niños tienen acceso al salón del local, el que hace las veces de patio cubierto.

En Anchiqueumo, el Jardín funciona en la Sede Comunitaria, ubicada en el mismo terreno que ocupa la escuela del sector.

La llegada a ambos Jardines no es fácil debido al mal estado de los caminos en la época invernal y de lluvias que caen en toda época del año.

La participación de la comunidad ha estado siempre presente -han confeccionado perchas y estantes con materiales naturales de la zona; han decorado rincones; han difundido el programa.

Así es como en diferentes instancias del Programa - Centro de Padres, integración a las actividades pedagógicas en la sala, actividades solidarias, recreativas se han incorporado expresiones propias de la cultura huilliche: ­mingas, comidas, encuentros de bandas huilliche, etc.

El Jardín está inserto en un programa nacional de atención de párvulos de comunidades indígenas, y tiene como propósito principal conservar su cultura y favorecer el desarrollo de los niños dentro de la comunidad nacional, pero partiendo de un respeto a su identidad y valores culturales.

Así se está dejando de lado la vieja e inútil práctica de una política paternalista del Estado que se expresaba por una acción meramente asistencialista, sin propender a un desarrollo integral de estas empobrecidas comunidades, que debe partir por los más pequeños de sus habitantes que son ciertamente su futuro. (Editorial Diario 'LA TRIBUNA". Los Angeles, 23 de diciembre de 1993.)

LOS PEHUENCHES

En la Región del Bío Bío, hacia la cordillera.

En el Alto Bío Bío es parte del territorio ancestral de los pehuenches, ubicado en el sector cordillerano al oriente de Santa Bárbara en la VIII Región.

En la comunidad de Callaqui existe una escuela que atiende a niños de 1º a 6º básico. La construcción de nuevas dependencias para la escuela, efectuadas por la Municipalidad de Santa Bárbara, contempló una sala para un Jardín Familiar, el cual funciona desde 1993.

FORMACION DE LOS EQUIPOS DE TRABAJO

Los equipos de investigación social y antropológica, esencialmente estarán constituidos por personas que hayan estado en contacto con estas comunidades y que sean aceptadas por ellos, entre las cuales se contará con profesionales del área antropológica, expertos en desarrollo rural y otros afines.

En la parte formulación y supervisión de programas, se trabajará preferentemente con especialistas de cada área de la JUNJI, que se interesen en desarrollar experiencias en trabajos con estas comunidades: educadoras de párvulos, nutricionistas, asistentes sociales, etc. En casos especiales, se contratarán profesionales externos a la institución.

La coordinación de las actividades del proyecto estará a cargo de las directoras regionales y nivel nacional, por un equipo interdisciplinario presidio por la vicepresidente ejecutivo, administrativamente el proyecto funcionará en base a un modelo de administración por proyecto específico.

A MODO DE CONCLUSION GENERAL

En base a lo expuesto y a las experiencias que se están desarrollando en el ámbito de la atención de los párvulos de comunidades indígenas, nos parece que se cuenta con suficientes antecedentes que evidencian que ésta es un área de especial aporte e interes desde un punto de vista social, cultural y educacional, no sólo para los directamente involucrados como son las familias y los pueblos indígenas en general, sino para los especialistas y las instituciones que se vinculan con el sector, como en definitiva para la sociedad nacional entera.

Como producto de los estudios realizados y las evaluaciones desarrolladas, se detectan una serie de logros significativos, a pesar que es evidente que aún son muchas las situaciones no resueltas del todo, y que cabe, por tanto, continuar estudiando y profundizado en esta área. Para efectos de una mayor identificación de los aspectos pendientes, deseamos agruparlos según las temáticas que abarcan. Dichas situaciones dicen relación con:

A.- La situación de las diferentes comunidades indígenas

El problema general que se observa, es la situación de aquellas comunidades más debiles, y que no tienen la presencia ni los niveles de representación de las más fuertes. Por su misma situación, se hace necesario una mayor destinación e integración de recursos que generen proyectos que se traduzcan en hechos efectivos y significativos para el desarrollo de esas comunidades. Sin embargo, como no pueden estar siempre presente en los niveles de decisión, e incluso, no siempre sus líderes, se encuentra en condiciones de hacerlo, se corre el riesgo de caer en actitudes paternalistas de parte de los que tienen acceso a estas realidades, incluyendo a otras comunidades indígenas, situación que amerita un mayor estudio, pero que debe resolver a la brevedad, por la situación delicada en que se encuentran varias de ellas.

B.- En relación al proyecto que está desarrollando JUNJI

En relación a la gran interrogante sobre las posibilidades que una institución pública pueda desarrollar un programa de gran flexibilidad como es éste, las acciones realizadas demuestran que ello es factible, y deseable por lo demás, si se piensa en ele principio de equidad, y en los niños que son el principal objetivo de este programa. Los niños avanzan en función a los objetivos planteados, tanto en función a su cultura, como es su conocimiento de otras, y mejoran sus condiciones de salud y nutrición, en especial en los sectores de extrema pobreza.

Por ello es que pensamos que el programa ha cumplido con su propósito en una primera etapa, considerando además la evaluación de las propias comunidades; sin embargo, para su optimización se hacen necesario medidas que:

    • Preserven la continuidad y mejoramiento del Programa en el tiempo, independientemente de los cambios de Gobierno y de Jefaturas que sucedan.

    • Favorezcan una continuidad con el resto del sistema educacional, en especial en los niveles de transición y en el primer ciclo de Educación Básica.

    • Desarrollen una línea de etnodesarrollo, que pueda atender otras necesidades muy sentidas de las comunidades indígenas, que aparecen incluso como esenciales para su sobrevivencia, como es toda la problemática de tenencia de tierras, vivienda, salud y otros. Un programa integral de atención a los párvulos, tiene limitaciones sobre su radio de acción, y no puede hacer suyas todas las necesidades comunitarias. Para ello, se evidencia como esencial, todo el aporte que puede hacer la Ley Indígena, más CONADI y la labor de las propias organizaciones indígenas.

    • Vaya aumentando en las localidades involucradas y en la comunidad nacional, una mayor sensibilidad, hacia los derechos y deberes de los chilenos-indígenas, y consecuentemente con ello, una valoración del aporte de sus culturas tanto en el propio desarrollo como del país entero.

    • Se profundice el trabajo conjunto con los líderes y comunidades involucradas, a fin de asegurar la permanencia de los objetivos deseados.

C.- En relación al desarrollo de otras iniciativas en el campo de la educación

Se detecta la necesidad de un área de dedicación especial que dice relación con la formación tanto de técnicos como profesionales capacitados, sensibles y comprometidos con las culturas indígenas, independientemente de que sean miembros de estas comunidades o no. Esta decisión implica un cambio radical a la formación de los educadores, que vaya más allá de introducir algunas asignaturas vinculadas con la Antropología-Cultural, y con las Culturas Indígenas. Implica el desarrollo de investigaciones acuciosas sobre la etnoeducación de los pueblos, sus cosmovisiones, lengua y valores más significativos, sacándose el marcado etnocentrismo pedagógico que se posee y que lleva a analizar todo el quehacer con la óptica tradicional en que se ha desarrollado la educación en el mundo occidental. Si bien algunas iniciativas se están iniciando en el país, como es por ejemplo las experiencias de la Universidad Católica en Temuco, de la Pontificia Universidad Católica en Villarrica y de la Universidad de Magallanes, es cierto que es aún un camino muy extenso por recorrer, y que afecta a los profesionales que actualmente están a cargo de Programas para los sectores indígenas.

Si la situación es inicial a nivel de Educadores profesionales, mayor lo es a nivel de técnicos. El Programa desarrollado por la Junta Nacional de Jardines Infantiles, ha ido capacitando a jóvenes indígenas de la comunidad para que atiendan a los párvulos, y sean ellos los agentes transmisores más directos de sus valores. Sin embargo, esta iniciativa que consideramos valiosa por sí, tiene algunas limitantes, como es la necesidad de una capacitación más profunda en aspectos de manejo de grupo y conocimiento del desarrollo infantil, estando por otra parte, el problema de la habilitación técnica. No existen programas que posibiliten que los jóvenes vayan obteniendo una calificación en servicio, junto con mayores niveles de estudio, que permitan mejorar sus condiciones tanto económicas, como igualmente su rol como agente educativo, pero sin perder lo propio de su comunidad y de su cultura.

Estos y otros desafíos, son los que nos planteamos institucionalmente, y a los diversos organismos vinculados con los pueblos indígenas, que esperamos poder ir resolviendo en los años venideros en un trabajo conjunto, que beneficie a estas comunidades y al país entero. Chile, tiene mucho que hacer aún, por sus comunidades indígenas y estamos conscientes que estamos recién iniciando un camino de verdadero compromiso.

A MODO DE CONCLUSION GRUPAL

A nuestro parecer, es importante la labor que ha desarrollado el Gobierno, a través de la Junta Nacional de Jardines Infantiles, especialmente en el período de Don Patricio Aylwin Azócar (1990-1994), en el ámbito de desarrollar y aplicar políticas educacionales en el ámbito de las comunidades indígenas.

Cabe destacar la participación de los líderes culturales y de la comunidad, en lo que se refiere a mantener y avanzar en el desarrollo de la identidad cultural, mantener sus costumbres y tradiciones, como así también su lenguaje, el conocer y disfrutar de la naturaleza, entre otros aspectos.

Destaca además el progreso de un programa de gran importancia del punto de vista social, cultural y educacional, tanto para los párvulos, sus familias, el pueblo y la sociedad chilena en general.

Es importante aplicar políticas de gobierno tal como lo ha hecho la JUNJI, no sólo en el ámbito de la educación, sino también aplicarlo en otras áreas, con el fin de mantener además de la cultura, el derecho a la representación y acción que deberían tener tanto en Chile como en toda América Latina, las diferentes etnias habitantes de las diversas zonas continentales.

El gobierno debe impulsar políticas de resguardo de bienestar de todas y cada una de las comunidades indígenas, y valorar lo que dichas comunidades representan para nuestro país.

El gobierno debe expresar su voluntad de mejorar y continuar el trabajo en la atención de las comunidades indígenas, especialmente en los párvulos, entregando a través de una atención integral a ellos y sus familias, calidad y por ende aumentando cobertura de esta atención.

Pero la tarea es de todos, debemos valorar y apoyar la representación y legitimación de nuestros antepasados, velar porque se cumplan sus derechos, a nivel educacional, de salud, de vivienda, y de historia, sin olvidar que somos descendientes de una raza que ha sido sometida durante más de 500 años, y que la civilización y el progreso actual debe ser aprovechado para terminar con la dominación, y no favorecer su continua sumisión.

BIBLIOGRAFIA

  • MEMORIA ETNICA 1990-1994 de la JUNJI.

  • MEMORIA INSTITUCIONAL 1994-1998 de la JUNJI.

  • MEMORIAS, La Atención Integral al Niño Menor de Seis Años en el Contexto de las Comunidades Indígenas. Seminario Taller Regional Quito, Ecuador 1992

Políticas Sociales




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Enviado por:Cristian Rivera, Veronica Ortiz Y Otros
Idioma: castellano
País: Argentina

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