Sociología


Políticas de la enemistad: Aproximación a Carl Schmitt


POLÍTICAS DE LA “ENEMISTAD: APROXIMACIÓN A CARL SCHMITT.

Para entender la forma en que Carl Schmitt desarrolla el concepto de lo Político a partir del Estado como Totalidad, es decir, como ente totalizador que se arroga para sí la posibilidad de distinguir entre “amigos” y “enemigos” tanto al interior como al exterior de sus alcances sociales, culturales y territoriales, es necesario remontarse a los orígenes históricos del denominado “Capitalismo Liberal” y a la forma en que, a través del Estado, la vida social (por ende, Política, económica y cultural) se regulaba de acuerdo con unas disposiciones de poder centralizadas. El Soberano, en tanto representante de los intereses de su Nación, tenía la libertad de “decidir” sobre las conveniencias adecuadas y los enemigos reales, además, dichas decisiones eran asumidas y respetadas por los ciudadanos de acuerdo con la legitimidad históricamente establecida del Poder soberano. Con el advenimiento y consolidación del laissez-faire, el Estado rompe con mucho de su poder sobre las relaciones políticas que, para esta época empiezan a ser consideradas como formas emergentes del liberalismo individual (de cuyos fundamentos doctrinarios, los desarrollos filosóficos de la modernidad empezaran a derivar el concepto político de la individualidad). Fue por tanto, solo hasta las crisis económicas del siglo veinte, cuando se reconsideró la necesidad del Estado como un organismo de Poder con mayores alcances en todas las esferas sociales; con base en estos nuevos pensamientos se establecieron en el viejo mundo las doctrinas políticas totalitarias como el Fascismo, y fue sobre este contexto histórico sobre el que escribió Schmitt. Como vemos, Schmitt parte su análisis de considerar el concepto de lo “político” como necesariamente vinculado con el Estado, “el concepto de Estado supone el de lo político” (Schmitt, 1928); y éste, como ente aglutinador de las consideraciones políticas de los individuos, es decir, como la materialización de la política a través de la distinción realizada entre los conceptos de amigo-enemigo. “pues bien -dice Schmitt- la distinción específica, aquella a la que pueden conducirse todas las acciones y motivos políticos, es la distinción de amigo y enemigo” (Ibíd.) En estos términos, vemos que, para Schmitt, el concepto de lo político y de su fundamento lógico (amigo-enemigo), se mueve por la posibilidad real de la guerra contra el Otro, contra aquél que está en contra de las decisiones tomadas por el Estado. Con esto, la democracia en Schmitt no puede considerarse como un “pluralismo”, en los términos en que conocemos actualmente la naturaleza del concepto, sino por el contrario, como la voluntad unitaria del pueblo (de sus individuos): debe considerarse aquí las posibilidades políticas que tiene el Estado para unificar los criterios y controlar la oposición a través del “uso legítimo de la violencia”.

El enemigo aparece pues, en esta teoría, como aquel conjunto de discrepancias políticas que puedan atentar contra la estabilidad del Estado y de sus individuos. Por tal motivo no puede considerarse al enemigo en términos morales, ideológicos o, en general, privados; por el contrario, cualquier consideración que caiga por fuera de los límites de la confrontación Estatal puede, como ya lo anotábamos, separarse de lo estrictamente político. Aun así, considera el autor, que pueden darse al interior del Estado discrepancias en cuanto a los criterios y decisiones del Estado. Tales fuerzas políticas pueden generar problemas de orden inestable que, de no ser contrarrestados por el uso de la violencia, pueden llevar a “guerras” internas o civiles que podrían establecer nuevos poderes estatales. Con todo, para Schmitt, el concepto de lo político, y con él el del Estado, están asociados siempre con el de la Guerra como su forma fáctica de realizarse. Es por esta misma unidad que el Estado tiene la posibilidad de determinar quien es el enemigo interno (público) y el enemigo externo (enemigo contra la soberanía); así como de disponer de la vida de sus individuos para acabar con las de sus enemigos. La guerra y la muerte del “otro” es la única forma de garantizar la fortaleza política del Estado y sus integrantes. Para Schmitt esto queda claro en los siguientes términos: “El Estado prohíbe al individuo el recurso a la injusticia, no para suprimir el recurso de ésta sino para asegurarse su monopolio”.

Según Schmitt, la validez de toda norma jurídica se apoya en la soberanía del Estado, el cual a su vez está legitimado para actuar ante la posibilidad de “situaciones” susceptibles de generar un conflicto crítico que no puede resolverse a partir de un sistema de normas preexistente, sino gracias a una decisión nueva y específica. La política, por tanto, se funda en la excepción, en el riesgo permanente de la guerra y en la distinción original entre “amigo” y “enemigo” ya mencionada, que paradójicamente crea las condiciones de “normalidad” en las que el Derecho adquiere eficacia.

POLÍTICAS DE LA ENEMISTAD: APROXIMACIÓN A CARL SCHMITT.

SOCIOLOGIA POLITICA I

UNIVERSIDAD DE CALDAS

DEPARTAMENTO DE ANTROPOLOGÍA Y SOCIOLOGÍA

PROGRAMA SOCIOLOGIA

MANIZALES, JULIO DE 2008

Aquí es preciso anotar que, si bien Schmitt no usa el concepto de Totalidad para definir el Estado -como si lo haría, por ejemplo Lévinas desde una perspectiva ética del análisis político-, en El Concepto De Lo Político el Estado aparece como una fuerte maquinaria que define y decide sobre la naturaleza de sus enemigos, así como dispone de sus elementos de Poder para eliminarlos.




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Enviado por:Víctor Alfonso Agudelo
Idioma: castellano
País: Colombia

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