Geografía
Población mundial
LA POBLACIÓN
LA DISTRIBUCIÓN ESPACIAL DE LA POBLACIÓN
Los temas del reparto espacial de la población y las formas del doblamiento tienen una gran importancia, no sólo desde el punta de vista estrictamente demográfico, sino como elemento fundamental de la ordenación del territorio y la planificación regional.
1.1 CONCEPTOS BÁSICOS:
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Distribución espacial de la población y del doblamiento: la de la población alude a la forma en que los habitantes se localizan sobre un territorio; en la del doblamiento, se analizan los asentamientos de la población, teniendo en cuenta su número, tamaño y distribución en un determinado ámbito territorial.
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Densidad de población: relación entre habitantes de un territorio y la superficie. Hay que considerarlo como un simple elemento descriptivo y bastante impreciso de la ocupación del espacio por la población. Deben tenerse en cuenta que ni los espacios son homogéneos y están uniformemente ocupados, ni por las necesidades o niveles de vida de las personas son semejantes. Se han intentado corregir los inconvenientes con un nuevo concepto, “densidad corregida”, donde la fórmula no es general. La población es sólo una categoría y la superficie es sólo una parte.
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Dispersión/concentración: una población es tanto más dispersa, cuanto más homogéneamente se distribuye por un territorio, y un doblamiento será tanto más disperso cuanto más elevado sea el número de asentamientos por unidad de superficie. Pueden darse diferentes modelos: población concentrada y doblamiento disperso; población concentrada y doblamiento concertado; población disperso y doblamiento concentrado y población disperso y doblamiento disperso.
1.2 LAS GRANDES DESIGUALDADES DEL REPARTO
El contrate entre ambos hemisferios es uno de los más llamativos, debido a las diferencias de disponibilidad de tierras emergidas de cada una; casi el 90% de la población vive en el hemisferio norte.
Por continentes las diferencias son también inmensas. Asia localiza más del 58% de la población mundial, frente a casi el 14% de las dos Américas, el 10,15% de Europa, el 11,37 de África, el 5,73% de URSS y 0,50 de Oceanía. Ello opone el fuerte peso demográfico del viejo mundo con el 86% de población, a las reducidas efectivas del nuevo. En conjunto, la gran masa continental Europa-asiática concentra las tres cuartas partes de la humanidad.
Un análisis más atento del mapa de la distribución absoluta permite comprobar la existencia de cuatro focos principales de concentración y tres grandes vacíos demográficos.
Los cuatro focos de concentración son:
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Asia oriental, que sobre menos del 3% de las tierras emergidas, concentra más de la cuarta parte de la población del mundo. Los países más poblados son: China popular y Japón.
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Asia meridional, con el 1,7% de la superficie y algo más del 21% de las efectivas. Aquí se localizan entre otros, la India, Indonesia, Bangla Desh y Pakistán.
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Europa, incluyendo la parte europea de la URSS, que sobre el 4,1% de las tierras, reúne alrededor del 12% de la población mundial. Ningún país alcanza el tamaño de la grandes gigantes asiáticas, ninguno llega a los 100 millones de habitantes y sólo cuatro rebasan los 50 millones, Alemania federal (61), Italia (57,4), el Reino Unido (56,4) y Francia (55).
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El sector nororiental de América del norte, con el 1% de la superficie y algo más del 5% de la población, corresponde a la fachada atlántica estadounidenses y a la zona de los grandes lagos, y localiza la gran metrópolis americana, ese rosario continuo que se extiende desde Boston a Washington.
Los tres grandes vacíos corresponden:
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A las zonas frías de ambos hemisferios (20% de las tierras emergidas; 0,02 de la población).
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A los desiertos (un octavo de la superficie; una setenta ava parte de los habitantes).
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A las zonas cálidas y húmedas situadas en torno al ecuador (cuenca del Amazonas, cubeta del Congo, islas de Borneo o Nueva Guinea…).
Representan más de la cuarta parte de las tierras emergidas, pero sólo permiten vivir a un 2% de la humanidad.
Los hechos físicos ejercen gran influencia sobre la distribución. El clima y particularmente las bajas temperaturas asociadas a la existencia de prolongados periodos de oscuridad, la fuerte aridez y calor húmedo y constante, explican los tres grandes desiertos humanos del planeta: el de las altas latitudes en cada hemisferio, el de los desiertos cálidos y el de la zona ecuatorial.
Los hechos humanos, explican también grandes focos de concentración y diferencias en la densidad de las áreas habitadas (mayor o menor antigüedad de la ocupación inicial de cada territorio, nivel de crecimiento interno, movimientos migratorios…)
1.3 POLÍTICAS Y PROGRAMAS DE REDISTRIBUCIÓN DE LA POBLACIÓN
La combinación de los factores físicos, sociales, económicos y políticas en su acción a lo largo del tiempo, ha conducido a la irregular distribución que hoy presenta la población mundial,
Muchos gobiernos intentan corregir los desequilibrios mediante programas y políticas con diferentes objetivos: reducir la presión demográfica sobre territorios de gran fragilidad ecológica, asentar a la población nómada o de ciertas comunidades rurales papa facilitar la prestación de servicios sanitarios, educativos..,repoblar áreas fronterizas por motivos de seguridad, favorecer la integración nacional mediante la redistribución de grupos étnicos, reducir los desequilibrios económicos entre las regiones y el acceso de los individuos al trabajo y a los servicios en general, evitar la inestabilidad política, social..
Las medidas específicas y explícitas para llevar a la práctica tales objetivos pueden clasificarse en seis grupos principales:
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Programas para reducir el crecimiento metropolitano mediante el freno o la reducción de la inmigración a través de disposiciones que regulan la concesión de permisos de residencia, o la creación de nuevas empresas.
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Programas para trasladar a partes de la población urbana a las zonas rurales mediante medidas coercitivas, como la asignación obligatoria de lugar de trabajo y residencia o la entrega de cupones de racionamiento que solo son válidas si son canjeadas en los lugares de residencia autorizados.
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Programas para corregir los efectos de un crecimiento urbano fuerte mediante acciones de mejora del hábitat, y las condiciones de vida de los habitantes de ciertas zonas deterioradas. Tales acciones incluyen entre otras, medidas descentralizadoras de crecimiento que se canaliza hacia las áreas metropolitanas donde se crean ciudades dormitorio o satélites de otro tipo.
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Programas de dispersión regional del crecimiento urbano mediante la promoción de ciudades de tipo medio o de las capitales regionales a través de la creación de las infraestructuras necesarias, a la concesión de incentivos a los empresarios.
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Programas de retención de la población rural por medio de la promoción integral de las zonas agrarias.
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Programas de traslado de la población rural hacia ciertas áreas infrapobladas y con grandes disponibilidades de tierras que permanecen desaprovechadas.
Expertos como Demko y Fruchs hacen una serie de recomendaciones generales entre las que se incluyen: una mayor integración entre las políticas de planificación espacial de la población y de la economía; una valoración más meditada de los efectos espaciales de las políticas macroeconómicas y sectoriales; y un mejor conocimiento de las actitudes y del comportamiento de los emigrantes para poder valorar de manera adecuada sus deseos y aspiraciones.
LOS MOVIMIENTOS NATURALES DE LA POBLACIÓN
La población de un territorio aumenta o disminuye a lo largo del tiempo debido a la acción combinada de dos tipos de movimientos: el balance entre nacimientos y defunciones y el saldo entre emigrantes e inmigrantes.
El análisis geográfico de la natalidad y la mortalidad, se interesa especialmente por conocer los contrastes espaciales de sus niveles e interpretarlos a la luz de las influencias de una multiplicidad de factores físicos, económicos y sociales, ellos mismos variables en el tiempo y en el espacio.
2.1 LAS VARIACIONES INTERNACIONALES DE LA MORTALIDAD
Vamos a presentarlas mediante la tasa de mortalidad infantil y la esperanza de vida al nacer.
En los países desarrollados las tasas son bajas, en el tercer mundo son mucho más fuertes, por lo que la esperanza de vida al nacer en los países desarrollados es de unos 70 años, incluso más. En cambio, en las naciones tercermundistas no llegan a los 50-60 años.
Además de las diferencias numéricas existen otras desigualdades significativas en la estructura de la mortalidad de los países subdesarrollados. Tres vamos a considerar aquí:
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Las causas: enfermedades infecciosas, parasitarias y respiratorias (casi la mitad de defunciones), neumonía, gripe…. El cáncer y las enfermedades del aparato circulatorio son la mayor causa en los países desarrollados. Las muertes debidas a circunstancias violentas mantienen una participación relativa y moderada, transmisión epidemiológica…
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Diferencia por sexos: mujeres, esperanza de vida mayor que los hombres. La mortalidad masculina está en torno a los 20-30 años por accidentes en carretera, a partir de los 50 años, por cáncer (pulmón), y enfermedades del aparato respiratorio. Todo es debida a alto consumo de alcohol y tabaco, al cual se están sumando también las mujeres, por lo que en futuro la esperanza de vida de ellas también aumentará.
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Variaciones estacionales: en el tercer mundo la mortalidad aumenta en verano, debido a la intensa actividad bactericida, en cambio en los países desarrollados es mayor la mortalidad en invierno.
2.2 LAS DESIGUALDADES REGIONALES Y LOCALES: LOS FACTORES EXPLICATIVOS DE LA MORTALIDAD.
A niveles de higiene en los países industrializados, las tasas de mortalidad urbana son ligeramente inferiores a las urbanas.
En los países del tercer mundo, las áreas rurales están mucho más desfavorecidas que en las grandes ciudades donde hay mejores equipos sanitarios.
Tradicionalmente los factores explicativos de las diferencias de mortalidad que se producen a las diferentes escalas espaciales se pueden clasificar en dos categorías: biológicas y sociales.
Existen dos aspectos biológicos en la mortalidad. EL primero hace referencia a la duración de vida y el segundo a la longevidad. La duración de la vida es el tiempo máximo que un individuo puede vivir. Esa duración puede establecerse en torno a los 115 años, si bien en al futuro es posible que la supervivencia humana pueda alcanzar edades más avanzadas. La longevidad es la capacidad de una persona de resistir a la muerte, la cual está influenciada por las características genéticas con las que se nace.
Las debilidades biológicas más intensas se producen poco después del nacimiento; por ello la tasa de mortalidad de primer año es superior a las del resto del periodo de infancia y juventud, durante el cual el riesgo de fallecimiento es pequeño. Después la mortalidad experimenta un crecimiento progresivo con la edad y ello en situaciones tanto de altas como de bajas tasas.
Desde un punto de vista estrictamente biológica, puede decirse que el índice de fallecimientos está influenciada por la edad y el sexo, ya que como se ha visto más atrás, las mujeres tienen en general, esperanzas de vida al nacer superiores a los hombres. También cabe destacar la alimentación, cuyo exceso, desequilibrio o insuficiencia repercuten negativamente sobre la tasa de mortalidad.
Otros tres factores sociales de la mortalidad, que mantienen entre si estrechas relaciones son: los ingresos (el nivel permite adquirir protección contra las enfermedades), al nivel cultural (higiene, instrucción de los padres…), y la ocupación (riesgos laborales, desgaste físico...).
Por último se observa una diferencia en la mortalidad según el estado civil; las personas casadas, espacialmente los varones, tienen niveles de mortalidad más bajos que los solteros. Ello parece deberse a que su grado de ajuste psicológico y social es mayor.
2.3 LAS VARIACIONES ESPACIALES DE LA FECUNDIDAD Y SUS CAUSAS.
Para el estudio a escala planetaria de la fecundidad, usamos la tasa bruta de natalidad y del número medio de hijos por mujer, que nos aportan una aproximación sencilla, pero suficiente.
Los países desarrollados presentas tasas bajas y relativamente uniformes, tienen un número medio de hijos por mujer inferior a 2,5. Entre los países del tercer mundo cabe diferenciar países con una media de 3-6 hijos por mujer (Argentina, América Latina...), 5-6 hijos por mujer (India, Pakistán...) y 6-7 hijos por mujer (continente africano).
Los factores explicativos de las variaciones territoriales son numerosos y están estrechamente relacionadas. Las causas puramente biológicas no permiten explicar las diferencias, puesto que resulta imposible saber si las diferentes poblaciones del mundo son más o menos fecundas, dado que en ningún lugar existe una fecundidad verdaderamente natural; en todas partes está influenciada por una gran variedad de factores soco-culturales.
2.4 LA TRANSICIÓN DEMOGRÁFICA
Se define como el proceso mediante el cual una población pasa de una situación de elevados índices de mortalidad y natalidad a otros caracterizada por tasas bajas. Se consideraron tres etapas:
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La preindustrial o antigua se caracteriza por altos niveles de natalidad y mortalidad también alta y fluctuante. El crecimiento natural derivado era muy pequeño y resultaba a veces negativo, cuando la población se veía afectada por una crisis de súper mortalidad (hambre, epidemia, guerra).
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La transición, es la etapa en la que se producen las transformaciones más importantes. En ella se diferencian tres subetapas: la inicial, con tasas de mortalidad que empiezan a descender y tasas de natalidad que se mantienen firmes; la intermedia, en la que la mortalidad continúa descendiendo y la natalidad empieza también a disminuir; y la final, con una mortalidad ya baja que sigue disminuyendo aunque muy despacio, y una natalidad que retrocede con gran intensidad (el crecimiento natural se desacelera enormemente).
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L evolucionada o moderna, señala el final de la transición y se caracteriza por un crecimiento moderado o estancado producto de tasas de natalidad y mortalidad muy reducidas.
Las primeras versiones del modelo se efectuaron en los años 30 y 40 del siglo actual, en un momento en el que existían grandes incertidumbres acerca de cual había sido la marcha de los acontecimientos demográficos, incluso en los países más adelantados. A partir de 1950 se va a desarrollar con notable éxito la demografía histórica cuyos trabajos fueron evidenciados hechos que se acomodan mal con algunos de los presupuestos en que se apoyaban las formulaciones iniciales.
No cabe duda de que la transición ha tenido efecto en un elevado número de naciones.
Con todo, la cuestión más importante hoy en relación a la transición demográfica es saber si la teoría es aplicable o no a los países del tercer mundo. En lo que respecta a la mortalidad hay disparidades en los niveles iniciales, en la velocidad del retroceso…Además se constata que los países subdesarrollados tienen al final del procesos tasas más bajas que los desarrollados, debido a su estructura por edades más joven fruto del mantenimiento de niveles de fecundidad elevados en los primeros momentos de la transición. Por otro lado, el retroceso de la mortalidad en el tercer mundo es más rápido al principio y más lento al final, mientras que en los desarrollados sucede lo contrario.
Las causas de estas diferencias hay que buscarlas en los factores que han condicionado el descenso. En los países desarrollados al inicio del declive se debió no tanto a los avances de la medicina, cuanto a la acción de factores como la mejora de loa alimentación o las medidas de higiene que se produjeron desde el siglo XVIII y a lo largo del XIX. Estos progresos ligados al desarrollo general de la economía son de aplicación lenta. Luego la utilización de la quimioterapia a partir de 1930 intensificará el descenso de las tasas y la caída y la caída de la curva de mortalidad en su parte final. En cambio, la aplicación de las modernas técnicas médicas en los países del tercer mundo se realiza en un periodo de tiempo más breve provocando un retroceso de la mortalidad bastante independiente del nivel de desarrollo económico. Tras esta fase de descenso rápido, la incidencia de los otros factores ligados al proceso económico se realiza de forma más lenta, ralentizando de esta forma la caída de las tasas y la curva de mortalidad.
En cuanto a la natalidad también se dan importantes divergencias. En los países subdesarrollados el nivel de natalidad antes de empezar la transición era más alto que el que tenía los países desarrollados en la etapa preindustrial. En contraposición, la velocidad del descenso es en ellos más rápida, lo cual implica que el paso desde altos a moderados o bajos índices se realiza en un periodo de tiempo más corto.
El fuerte crecimiento demográfico que acompaña a la transición contó en los países desarrollados con la válvula de escape que supuso la emigración transoceánica, en especial la norteamericana. Una salida de este tipo es hoy mucho más difícil en los países del tercer mundo que, en su mayoría tienen que resolver sus problemas demográficos a escala nacional.
Así pues, existen una serie de condicionantes que hacen que el proceso de la transición demográfica de los países subdesarrollados resulto distinto que el mundo industrializado. Todo parece indicar que la mayor rapidez en la disminución de la mortalidad en los países subdesarrollados, se puede compensar con una mayor celeridad en el retroceso de la natalidad. Si ello es así, el crecimiento poblacional que caracteriza la fase de la transición propiamente dicha habrá resultado muy intenso, pero durará también menos tiempo.
3. LA MOVILIDAD ESPACIAL
La población se desplaza en el espacio por motivos muy diferentes. La mayoría de los activos se mueven a diario para ir de su casa al trabajo. En los países industrializados cada vez más personas realizan desplazamientos los fines de semana y durante las vacaciones. Por motivos laborales, muchos trabajadores tienen que emigrar a otras regiones o países diferentes al suyo y permanecer allí un tiempo variable. Para algunos el nuevo destino se convierte en definitivo: otros regresan al cabo de un tiempo. Todas estas clases de desplazamientos forman parte del estudio geográfico sobre la movilidad espacial de la población, pero no todas las formas de movilidad espacial son consideradas por todos los autores como auténticas migraciones.
Estas discrepancias ponen de manifiesto que el concepto de migración es el más difícil de conceptuar y por lo tanto de medir. Para facilitar en análisis distinguiremos las migraciones internas de las internacionales. Se expondrán las formas y problemáticas que hoy tales migraciones suscitan en los países desarrollados y en el tercer mundo.
3.1 MOVIMIENTOS INTERIORES EN LOS PAÍSES DESARROLLADOS
Los desplazamientos estacionales o temporales, característicos de las sociedades agrarias, han desaparecido prácticamente en el mundo industrializado. Sin embargo, tuvieron una relativa importancia a lo largo del siglo XIX, sobre todo el continente europeo, al igual que el éxodo rural. Esta proceso de abandono masivo del campo está estrechamente relacionado con la revolución industrial y se inicia por tanto en Europa. En la actualidad el éxodo rural solo se mantiene en países con población agraria relativamente abundante y un nivel de urbanización moderado. En los que poseen una tasa de urbanización elevada, el campo dispone ya de muy pocos excedentes para enviar a las ciudades.
En contraposición de otros tipos de movimientos no recurrentes (desplazamientos interurbanos y los relacionados con el proceso de suburbanización) adquieren una notable intensidad. En la aceleración de estos últimos han desempeñado un papel importante ciertos factores no económicos ligados al deterioro de la calidad de vida en las áreas centrales de las grandes metrópolis (delincuencia, congestión, ruido, contaminación...). Sin embargo, tras una primera etapa de centralización con fuertes crecimientos por los espacios interiores y un posterior proceso de suburbanización mediante el cual la población se asienta en la periferia, asistimos hoy, en algunas metrópolis, a una situación de decrecimiento que suele estar acompañada por una nueva valoración de las zonas centrales, que puede dar lugar, en situaciones excepcionales, a una reurbanización. En cualquier caso el fuerte crecimiento metropolitano ha dado lugar a una considerable intensificación de los movimientos habituales ligados al trabajo y al ocio.
Los movimientos habituales ligados al trabajo (locales so recurrentes) pueden tener un carácter centrípeto. Sus causas son de tipo laboral (mayor concentración de empleos en el interior que en la periferia urbana), económicos (en particular los mayores facilidades para encontrar viviendas adecuadas en las áreas suburbanas), o ecológicas, vinculadas al deseo de vivir en zonas no afectadas por los inconvenientes de los sectores centrales de la ciudad, que constituyen el fundamento mismo del proceso de suburbanización.
La medición de estos movimientos no resultan fácil, pero la información disponible permite comprobar que han ido creciendo a partir de la II Guerra Mundial, a medida que aumentaron los porcentajes de población urbana y el tamaño de los núcleos. Al mismo tiempo que aumenta el volumen, crece también la distancia que los trabajadores están dispuestos a recorrer diariamente. Estas distancias son variables y se incrementan con el tamaño del núcleo urbano. El incremento de las distancias y el volumen repercute en los tiempos utilizados en los desplazamientos. A los trastornos fisiológicos y psicológicos que esto origina (fatiga física y mental), se añaden los inconvenientes derivados del aumento de costo de los transportes que repercuten tanto en el trabajador, como en las empresas o el Estado. Sin embargo, estos inconvenientes no han frenado la intensificación de tales corrientes.
Lo cierto es que todo país que se moderniza experimenta un proceso paralelo de reacomodación interna de sus habitantes, que a veces ha conducido a situaciones de acentuado desequilibrio en el reparto. Para corregirlo determinados países han adoptado medidas que intentan contrarrestar la tendencia tradicional del movimiento de trabajadores hacia los puestos de trabajo, localizados preferentemente en las regiones más dinámicas y particularmente en las áreas metropolitanas, mediante un movimiento en sentido opuesto consistente en fomentar el empleo en las regiones emisoras más desfavorecidas.
3.2 LAS MIGRACIONES INTERNACIONALES
1. LOS MOVIMIENTOS TRANSOCEÁNICOS E INTERCONTINENTALES: se estima que de 1820 a 1930 salieron de Europa de cincuenta y cinco a sesenta millones de emigrantes que se dirigieron fundamentalmente hacia el continente americano, África del Sur, Australia y Nueva Zelanda. En el origen y posterior desarrollo de la corriente intervinieron motivaciones de tipo demográfico, económico y técnico que actuaron como factores de atracción/rechazo de los emigrantes.
La abundancia de tierras vírgenes en el Nuevo Mundo actuó como factor de atracción que fue cada vez más intenso a medida que las oportunidades existentes eran conocidas y que los obstáculos físicos y financieros inherentes a un desplazamiento de tan larga distancia, fueron superándose. La revolución de los transportes facilitó el traslado de los emigrantes hacia los puertos de embarque, la travesía marítima y más tarde la colonización interior en los países de destino.
Los Estados Unidos fueron el destino principal de la expansión europea ultramarina.
Entre el comienzo de la I Guerra Mundial y el final de la II, se produce una etapa de decadencia. Los europeos nuevos procedentes del sur y este de Europa empezaron a ser mal vistos ya que no hablaban la misma lengua, no practicaban la misma religión y no tenían las mismas costumbres y formas de vida. Si a esto se añade el temor de que la llegada masiva de nuevos emigrantes podría provocar desajustes en el empleo y la acusación hecha contra los trabajadores mediterráneos y eslavos de aceptar salarios bajos y contribuir con ello a deteriorar el mercado de trabajo y ralentizar el proceso social, obtendremos una panorámica bastante completa de las situaciones bajo las que se adoptaron las medidas selectivas. La ley de 1921 reducía la inmigración anual al 3% de los extranjeros de cada nacionalidad residentes en los Estados Unidos, en 1924 se redujo al 2%, y en 1927 se estableció una cuota fija de ciento cincuenta mil inmigrantes al año de los cuáles el 43% debían ser ingleses, el 14% alemanes y el 11% irlandeses, dejando una proporción pequeña para el resto de los países.
A partir de los años cincuenta, la emigración transoceánica volverá a crecer, pero nunca ya con la intensidad y características que tuvo en su etapa de apogeo.
2. LAS MIGRACIONES FORZADAS: Pueden ser movimientos de desplazados o de refugiados.
Los desplazados son expulsados de su lugar de origen como consecuencia de ciertos acuerdos o sucesos de carácter político. El acuerdo de intercambio se toma por los gobiernos respectivos sin consultar a la población afectada que no tienen más remedio que aceptar la emigración. La repatriación de minorías consiste en forzar el regreso a su país de origen de grupos de personas que, por diferentes causas, tienen fijada su residencia fuera de él.
El movimiento de refugiados que buscan asilo en un territorio distinto al de su nacionalidad o residencia. La Declaración Universal de Derechos Humanos de la ONU manifiesta que cualquier persona que sea perseguida tiene derecho a solicitar y disfrutar de asilo en otras naciones. Las causas habituales de persecución son la pertenencia a una determinada raza, religión, nacionalidad, grupo político... Las personas que se ven obligadas a desplazarse a otros países por motivos económicos no son consideradas como refugiados, sino como emigrantes económicos.
Los movimientos de refugiados tuvieron una época de especial intensidad durante la II Guerra Mundial y la posguerra.
El conocimiento estadístico de los refugiados resulta difícil debido a las diferentes definiciones del término. En el mundo desarrollado destaca el papel de asilo de Europa Occidental y los Estados Unidos. La inmensa mayoría de los movimientos de refugiados tienen lugar dentro o entre países en desarrollo.
3. LAS MIGRACIONES DE TRABAJADORES: Aunque estas migraciones tienen varios escenarios, se desarrollan con notable intensidad en Europa Occidental desde finales de los 50 a 1973. En los años posteriores a la II Guerra Mundial, la situación laboral en Europa era bastante crítica y los niveles de paro y subempleo elevados. A partir de los años 50 el panorama comienza a mejorar.
Se inicia un proceso de fuerte expansión económica que multiplica los empleos. Sin embargo las posibilidades de cubrirlos en cada país con trabajadores nacionales eran escasas debido a dos circunstancias: el débil crecimiento que la población europea había experimentado durante las décadas de los 30 y los 40 y las pérdidas de vidas humanas que la II Guerra Mundial había ocasionado. El desequilibrio entre oferta y demanda de empleo hizo necesario recurrir a una mano de obra extranjera para desempeñar los puestos de trabajo que por su mayor dureza, peligrosidad o peor remuneración, no eran cubiertos por los trabajadores nacionales.
Los emigrantes acudieron de países en los que el desarrollo económico era menor y el crecimiento de la población más fuerte; donde las actividades agrarias seguían teniendo un gran peso y el paro permanente o estacional era más intenso, es decir de las áreas mediterráneas, tanto europeas, como norafricanas o asiáticas, con las que los países receptores establecieron acuerdos bilaterales para el reclutamiento de trabajadores.
Los países de acogida concibieron la emigración como una solución temporal a sus problemas de mano de obra. Los propios trabajadores, al menos al principio, emprendieron la emigración con un decidido espíritu de retornar pronto; pero con el paso de los años, muchos de ellos prolongaron su estancia y llamaron a su familia, de tal forma que a comienzos de los 70, trabajadores y dependientes se igualaron en el conjunto de los países de acogida.
Desde 1973 las restricciones a la entrada de trabajadores extranjeros permanentes se hicieron más severas. La causa inmediata fue la crisis producida por el aumento de los precios del petróleo, pero en la adopción de las medidas restrictivas influyen también la fuerte hostilidad que en algunos países se suscitó frente a la mano de obra extranjera y la incorporación a la edad laboral de las generaciones más numerosas que habían nacido durante la etapa de recuperación de la natalidad en los años de la posguerra.
El sistema de las migraciones de trabajadores en Europa ha tenido importantes consecuencias para las sociedades de origen y destino, así como para los propios emigrantes. Como dicho sistema ha sido controlado y organizado por los países desarrollados, es a ellos y no a sus periferias, más atrasadas a los que han correspondido mayores beneficios, al disponer de una mano de obra joven, con un buen nivel de salud y barata, sin haber tenida que soportar los gastos inherentes a su mantenimiento y educación. No obstante, la salida de trabajadores alivió el paro a los países emisores que se beneficiaron de las remesas enviadas por los emigrantes.
Sin embargo, no hay que olvidar que los efectos positivos que las migraciones hayan podido tener sobre la economía de las áreas de partida, se obtenido merced al sacrificio personal que la dolorosa aventura de la emigración supuso a sus protagonistas, separados de sus familias y frecuentemente discriminados por las sociedades que los acogieron. Y no debe olvidarse tampoco que la capacidad productiva de las áreas afectadas por una emigración intensa quedó seriamente comprometida al verse privadas de su población más joven y más emprendedora. A estos inconvenientes hay que añadir los provocados por el retorno de emigrantes, en espacial cuando en los años de crisis, éste alcanzó fuertes proporciones, originando un incremento de los índices de paro, ya de por di fuertes proporciones, en algunas áreas emisoras. El papel de los retornados como agentes de difusión de innovaciones o de promoción del desarrollo, resulta también modesta. La mayoría no adquiere ninguna especialización durante su estancia en el exterior y a su vuelta encauza su dinero hacia inversiones poco rentables, o bienes superfluos. Aquellos emigrantes potencialmente más valiosos para estimular el desarrollo en sus zonas de origen, son los que debido al éxito alcanzado en el extranjero tienen menos deseos de regresar.
Desde el punto de vista teórico, las migraciones internacionales de trabajadores son interpretadas desde perspectivas muy distintas. Las teorías clásicas consideran la emigración como un intento de reequilibrar las desigualdades territoriales. La decisión de emigrar es tomada libre y voluntariamente por unas personas que aspiran a mejorar su situación socio-económica. Su entrada en las sociedades que les acogen se realiza normalmente por los niveles más bajos y su deseo de inserción y de promoción social choca, en ocasiones, con las hostilidades de la población autóctona. Pero las oportunidades existentes permiten a la postre, a veces en la segunda o tercera generación, conseguir una progresiva igualación del grupo inmigrante con el de la población en la que se inserta. Incluso cuando el pluralismo cultural y la hostilidad se mantienen el balance entre los inconvenientes y las ventajas ocasionadas por la emigración se inclina abiertamente a favor de estas últimas.
La interpretación neo-marxista, al contrario, considera los trasvases internacionales de trabajadores como el resultado de una situación de dependencia que agudiza los desequilibrios territoriales: el centro intensifica su desarrollo y la periferia se degrada y deprime cada vez más. Las migraciones no son otra cosa que manifestación especialmente grave de la explotación de los trabajadores característica del sistema capitalista.
En la aventura emigratoria, en principio indeseable y casi siempre traumática para sus protagonistas, todos ganan pierden algo; los países emisores, los receptores y los propios emigrantes. El balance entre beneficios y desventajas tiene necesariamente que establecerse para cada caso concreto.
LA ESTRUCTURA DE LA POBLACIÓN
El volumen y la distribución de los efectivos sobre un territorio dependen del balance que él se dé entre los nacimientos y las defunciones y del saldo resultante de los movimientos migratorios. En el tema de las estructuras se analizan las características de la población que influencian y a la vez son influidas por aquellas variables demográficas básicas. Analizaremos las estructuras demográficas o análisis de la composición por sexos y edades, las económicas, o estudio de la población activa y las culturales.
4.1 MEDICIÓN Y FACTORES GENERALES
El estudio de la composición por sexos constituye un tema de interés porque a distintas escalas espaciales, nacionales, regionales o locales, su reparto es, con frecuencia, desigual y esa desigualdad tiene importantes consecuencias biológicas, sociales, económicas y culturales. La relativa dependencia que los índices de nupcialidad y fecundidad tienen respecto de una mayor o menos igualdad numérica entre hombres y mujeres, y los bajos índices de población activa que se dan en territorios donde existe un predominio del sexo femenino y la mujer no se ha incorporado plenamente al mercado laboral, son algunos efectos de tales repercusiones.
Para medir el reparto de los sexos pueden utilizarse dos aproximaciones sencillas: a) la tasa de masculinidad(o de feminidad) que expresa la participación relativa de los varones o mujeres en el conjunto de la población
b) la relación de masculinidad que se obtiene dividiendo él numera de varones x 100 entre él numero de mujeres (invirtiendo los términos se calcula el femenino).
La inicial superioridad numérica de los varones se intensificara en determinados momentos y para cierto tipo de nacimientos.
En los años siguientes a los nacimientos la relación cambia debido a la mortalidad diferencial entre los sexos y a la desigual participación de varones y mujeres en el proceso migratorio. Hay dos factores que históricamente han determinado la reducción del número de mujeres. El primero fue el infanticidio que como método de eliminar a los huérfanos, hijos ilegítimos, seres con alguna deformación etc. fue en algunas sociedades aplicado solo sobre las mujeres. El segundo ha tenido como escenario principal los países del tercer mundo, como edades características las comprendidas entre los 15 y 49 años y como factor esencial los riesgos de una generalizada y frecuente maternidad. La mejora de las condiciones sanitarias ha reducido en la actualidad, la incidencia de esta causa de sobremortalidad femenina.
Existen otros factores que han actuado negativamente sobre los efectos masculinos. La mortalidad infantil afecta mas a los varones que a las mujeres (él autentico sexo fuerte) y con la excepción señalada la mortalidad de los adultos sigue teniendo el mismo carácter. La regla, es la sobremotarlidad masculina. Factores: el ejercicio de ciertos empleos mas duros o de mayor riesgo, las perdidas más cuantiosas de varones causadas por las guerras y revoluciones, constituyen alguna de alas razones que explican la desigualdad.
El hecho de que prácticamente en todas las sociedades humanas nazcan más varones que mujeres quizá constituya en opinión de Weeks (1981) un mecanismo de adaptación biológica, para compensar la mayor mortalidad masculina.
La estructura por sexos puede verse alterada por las migraciones que actúan equilibrando o desequilibrándola en función de cual sea su carácter dominante (emigración o inmigración) y la participación de hombres y mujeres en cada movimiento.
La estructura por edades constituye otro importante factor que guarda relación con al composición por sexos. Las poblaciones jóvenes presentan una preponderancia de varones debido al nacimiento de una mayor cantidad de niños, superioridad que mantiene hasta la edad adulta, en cambio las poblaciones envejecidas acusan el fenómeno opuesto como resultado de la sobremortalidad masculina.
LOS DESEQUILIBRIOS EN LA DISTRIBUCIÓN
Durante mucho tiempo se creyó que la distribución por sexos de la población mundial estaba equilibrada. La certeza de que nacen más niños que niñas la obtuvo por primera vez el inglés J. Graunt. Pero hubo que esperar hasta el siglo XIX o XX, para llegar a un cierto conocimiento del reparto por sexos de los habitantes del planeta. Hoy día, incluso ese conocimiento es bastante imperfecto debido a las incertidumbres que plantean las estadísticas de los países del Tercer Mundo. El fenómeno esta especialmente acentuado en las naciones islámicas, se ha visto también en otras zonas como el sudeste asiático. Esta circunstancia hace muy poco fiable el mapa que intentase reflejar a escala mundial la distribución de hombres y mujeres.
Existen ciertas disparidades básicas a tres niveles espaciales: a escasa internacional, entre países desarrollados y en desarrollo; en cualquiera de ellos entre las zonas urbanas y rurales; y en el interior de estas ultimas, entre uno y otros sectores.
En general, Los países del Tercer mundo tienen una ligera supremacía de varones; mientras que en los desarrollados las mujeres son más numerosas.
Las grandes diferencias por países se deben en buena parte a sus distintas estructuras por edades. Las naciones del Tercer Mundo son más jóvenes y, tienen un mayor número de nacimientos masculinos. En ellos los riesgos de maternidad, mantienen todavía una significativa sobremortalidad femenina a determinadas edades.
Estas cifras en conjunto enmascaran sensibles diferencias regionales y locales observables en cada unidad nacional. De especial relevancia son las que existen entre las ciudades y el mundo rural. En la mayoría de las ciudades del Tercer Mundo desarrollado predominan generalmente las mujeres que merced al progresivo envejecimiento demográfico se van haciendo cada vez más abundantes.
La causa fundamental de estas desigualdades son en este caso, las migraciones. El éxodo rural en los países subdesarrollados se nutre principalmente de varones, Los países Árabes vuelven a ser un ejemplo paradigmático de esta situación. No sucede lo mismo en los países desarrollados donde los movimientos de la mujer hacia las ciudades han sido más numerosos, debido a las mayores oportunidades de empleo que para ellas ofrecen las urbes.
En el interior de las ciudades de los países desarrollados se aprecian, nuevas diferencias que constituyen el reflejo, no solo de la distribución por edades, sino de la propia estructura social. Los distritos centrales, suelen estar envejecidos y por consiguiente presentan más población femenina; las zonas periféricas son, más jóvenes y tiene mayor abundancia de varones. Noin (1979) señala una disposición concéntrica de la repartición por sexos con una relación de masculinidad creciente hacia el exterior de la aglomeración. En el caso de la ciudad de Madrid se aprecian contrastes de este tipo.
La configuración social del espacio urbano introduce nuevos matices. Los barrios mas acomodados acusan una mayor presencia de sexo femenino. Los barrios medios acomodados son forzosamente elegidos por los trabajadores, inmigrantes, muchas veces solteras, que necesitan alojamiento mas barato. Sean centrales o periféricos, esto determina un aumento del numero de residentes varones.
4.3 LA ESTRUCTURA POR EDADES
La información disponible sobre la estructura por edades es abundante, pero la calidad de los datos es muy variable. Las causas de errores en las cifras sobre la edad son diversas: la ignorancia de la edad exacta, la declaración de edades correspondientes a un calendario diferente de los años solares transcurridos desde el nacimiento, la negligencia en las declaraciones y en la forma de consignarlas, la tendencia de dar edades acabadas en ciertos dígitos
(0, 2, 5,8), la costumbre por parte de las personas más viejas de exagerar su edad.
Estas causas de error dificultan sensiblemente las comparaciones. Al método occidental (inglés) se opone el sistema oriental (chino) según el cual un niño cuando nace tiene ya un año chino. Este procedimiento determina que las cifras de los menores de un año resulten netamente inferiores a la realidad.
El reparto por edades de la población de un país, comporta una serie de importantes insuficiencias:
Errores por defecto en los grupos correspondientes a las primeras edades
Especial polarización de las declaraciones en los años acabados en 0 y5.
Preferencia de las edades pares.
Desajustes considerables entre los efectivos masculinos y femeninos a determinadas edades.
Diferencias acusadas y difíciles de explicar entre las cifras relativas a edades próximas.
Cuando los datos aparecen desagregados edad por edad, existen distintos procedimientos para medir la atracción/rechazo de los distintos dígitos de las terminaciones.
Los Anuarios demográficos de las ONU emplean el índice de Whipple o de concentración.
Otro índice simple es el de Myers (1940)
LOS METODOS DE ANALISIS Y REPRESENTACION GRAFICA
Uno de los objetivos básicos del análisis geográfico de la estructura por edades es facilitar las comparaciones.
Los índices utilizados son analíticos o sintéticos; también se pueden emplear análisis multivariados.
Índices analíticos: se obtiene a partir de un reparto de las edades de una población en tres grupos: jóvenes, adultos y viejos. Se considera población joven a veces la de 0 a 15 y otras la de 0 a 19; y la población vieja la de mas de 60 y en otros caos la de mas de 65.
Entre los índices analíticos más utilizados está el índice de juventud:
Población joven x 100
Población vieja
El índice de vejez:
Población vieja x 100
Población joven
La tasa de dependencia:
Población vieja + población adulta x 100
Población adulta
Entre los índices sintéticos, mas empleados están la edad media y la edad mediana. La primera se halla multiplicando los efectivos de cada grupo de edad por la edad media de cada grupo; Luego se suman los resultados y se divide la cifra obtenida por él numero total de personas. Se obtiene de esta manera el promedio de edad de todos los miembros de una población.
La edad mediana divide a una población en dos partes iguales. Para hallarla se divide por dos él número total de habitantes: después se acumulan los efectivos hasta la cifra obtenida. Si se trabajo con grupos quinquenales, la edad exacta se obtiene por interpolación dentro del grupo correspondiente.
Además de estos métodos sencillos, es posible emplear análisis multivariados para explorar las series estadísticas relativas de las edades.
Entre los procedimientos de representación gráfica mas empleados están los perfiles comparativos y sobre todo las pirámides por edades.
Las pirámides son una representación de la estructura por edades y sexos de una población en un momento determinado y al mismo tiempo una imagen de la historia demográfica reciente de esta población.
La importancia de los efectivos de cada edad o grupo de edades depende de tres factores: él numero de nacidos de una determinada generación, la reducción experimentada por la mortalidad y el aumento o disminución originados por las migraciones.
Las proporciones de las pirámides son variables, si bien es aconsejable que sean algo más anchas que altas.
Cuando se desean comparar las distintas estructuras de distintas poblaciones, a través de sus pirámides, deben reducirse aun efectivo total común. Para ello cada uno de los grupos de edades se multiplica por el cociente de dividir el efectivo total común por la población respectiva:
De esta manera se constituyen las dos pirámides con escalas horizontales y verticales idénticas, y aunque representan efectivos distintos, ocupan, unas mismas superficies totales, lo cual permite apreciar las diferencias en la distribución de tales superficies según la edad.
4.4 LAS VARIACIONES POR EDADES
Las diferencias son acusadas entre países desarrollados y del tercer mundo. Dentro de un mismo país existen contrastes también notables entre las arreas urbanas y las rurales y en el interior de las propias ciudades, entre unas zonas y otras.
A escala planetaria la distinción entre países jóvenes y viejos es relativamente fácil. Las naciones del tercer mundo tienen valores de población joven superiores al 40 o 45 por 100, mientras que los países desarrollados están por debajo del 25 por 100 o incluso del 20 por 100 y el mismo contraste se observa en cuanto a la población vieja. Puede decirse que las naciones tercermundistas son uniformemente viejas. Aquí los contrastes son más acusados.
El factor más influyente de estas variaciones es la fecundidad. Los índices de fecundidad mas altos de los países en desarrollo son los responsables directos de la acumulación de efectivos en la población joven, y son las bajas tasas de los países desarrollados las que deparan esa situación de envejecimiento por la base de la pirámide de edades de estos países.
De estructuras por edad tan distintas entre países desarrollados y en desarrollo se derivan consecuencias de distinto signo, pero de gran importancia en uno y otro caso.
El envejecimiento es una consecuencia, pero, a su vez, una causa del retroceso de la fecundidad: por otro lado, aumenta la tasa de dependencia al crecer él número de inactivos que debe soportar la población en edad de trabajar y finalmente agrava los peligros de la gerontocracia. Él termino alude al predominio de las personas de edad avanzada en las esferas dirigentes de un país.
Los problemas de los países en desarrollo son distintos. La gran proporción de jóvenes hace problemática de reducción de la natalidad en el futuro.
Desde un punto de vista socioeconómico, se plantea un problema más grave que en las sociedades avanzadas, ya que la juventud no solo debe ser convenientemente alimentada, sino educada y empleada. Estos jóvenes no se conformaran lógicamente con el incierto porvenir que les espera. El grado de conflictividad social y de tensión puede llegar a límites de consecuencias incalculables.
El declive de la fecundidad es también el factor explicativo dominante de las diferencias internas de la estructura por edades de un país.
En los países industrializados las regiones de menor nivel de desarrollo presenta por lo común tasas de fecundidad mas altas y estructuras demográficas mas jóvenes.
El envejecimiento demográfico puede deberse unas veces al descenso de la fecundidad y oras a la emigración; pero existe un tercer tipo, que resulta de la acción de ambas causas: la emigración de las personas de 20 a 40 años que al hacer disminuir la natalidad, reduce los efectivos del grupo de 0 a20 años. La llegada de emigrantes procedentes del medio rural a los núcleos urbanos en los que al menos inicialmente mantienen niveles de fecundidad relativamente altos, tiende a rejuvenecer las estructuras por edades de las ciudades. Las desigualdades más acusadas se dan a veces entre unas ciudades y otras. Las de tipo industrial y minero suelen presentar estructuras más jóvenes: en cambio las de tipo terciario aparecen más envejecidas.
En el tercer mundo las diferencias actuales entre regiones o entre campo y ciudad tampoco son muy fuertes al existir una alta fecundidad general.
En el interior de las ciudades se aprecian nuevos contrastes y diferencias entre unos sectores y otros. En las ciudades se aprecian nuevos contrastes y diferencias entre unos sectores y otros. EN las ciudades de Europa occidental, los barrios centrales suelen estar más envejecidos de los periféricos y lo mismo ocurre con las urbes norteamericanas. Las explicaciones son distintas. Las zonas centrales de muchas ciudades europeas son caras, lo cual impide a las familias numerosas y de reducido poder adquisitivo, encontrar los alojamientos adecuados a sus necesidades. El centro es habitado sobre todo por personas solas, viejos y parejas sin hijos.
En las ciudades del Tercer Mundo los contrastes interurbanos son menores.
LA ESTRUCTURA POR ACTIVIDADES
Dos cuestiones básicas contienen este apartado:
Definición de conceptos.
Análisis de los sistemas de clasificación y una exposición breve de la evolución experimentada.
Definiciones y medida
Población activa: conjunto de personas que constituyen la mano de obra disponible para la producción de bienes y servicios. La población activa la forman todas las personas que tienen un empleo y las que no teniéndolo lo busca. Las primeras son los ocupados y las segundas los desocupados, parados o sin trabajo.
La población no activa: abarca las personas que se integran en estas categorías: menores no escolarizados, estudiantes y escolares, personas dedicadas a las labores del hogar, incapacitados permanentes para el trabajo, rentistas, y retirados, jubilados o pensionistas.
La Población activa ocupada: se considera una situación especial que es el subempleo. Existe subempleo cuando personas provistas de empleo no trabajan por tiempo normal y podrían y desearían hacerlo, o cuando sus ingresos o su rendimiento se verían aumentados si trabajasen en mejores condiciones de producción. El visible que se da cuando los trabajadores son ocupados por debajo del horario normal. El potencial que se produce cuando el rendimiento del trabajador es bajo en comparación con el que podría tener si se usasen de forma mas adecuada su capacidad y aptitud; el encubierto que se origina cuando los ingresos por un trabajo en jornada completa, son inferiores a los normales como consecuencia del ejercicio de una actividad inadecuada a una determinada capacidad profesional.
El paro, fenómeno también extremadamente complejo se diferencia según sus causas o duración, distintos tipos: paro coyuntural, estructural, estacional, cíclico, etc.
Los índices empleados para medir el grado de participación de una población en la vida activa son:
La tasa de actividad: relaciona él numero de activos con al población total;
La tasa de paro: es la relación entre él numero de parados y él numero de activos.
La tasa de actividad varia bastante de unos países a otros. Los países desarrollados tienen valores más altos y los del Tercer Mundo porcentajes más reducidos.
Estas diferencias obedecen a factores variados. Primero la estructura por edades. El elevado porcentaje de población joven, explica en la mayoría de los países tercermundistas su reducida tasa de actividad general. A esta causa se le añaden las disparidades socioeconómicas y culturales.
Otro factor decisivo es la participación de la mujer en el trabajo. En general, la participación es mayor en los países desarrollados que en el Tercer Mundo debido a los niveles mas reducidos de fecundidad y a que los obstáculos sociales son más limitativos.
En los países desarrollados la actividad femenina depende sobre todo de la clase social, según esta sea mayor las mujeres no trabajan mientras que si es menor sí, por necesidad económica.
4.6 CLASIFICACIÓN Y EVOLUCIÓN DE LA POBLACIÓN ACTIVA
El sistema más simple es el que esta basado en la rama o sector de actividad económica. Existen muchas clasificaciones de este tipo. La más elemental es la que diferencia tres grandes sectores: el primario que abarca la agricultura, ganadería, actividades forestales caza y pesca; el secundario que incluye la explotación de minas y canteras y la industria en general; y el terciario que considera fundamentalmente el comercio, los transportes y los servicios.
Esta clasificación es cómoda; pero resulta muy poco precisa ya que dentro de un mismo sector se agrupan ocupaciones muy dispares.
Con el fin de precisar y clarificar más la actividad se emplean otras divisiones que incluyen un número superior de ramas. La Comisión de estadísticas de la ONU viene recomendando el uso de una clasificación en 9 grupos que puede sintetizar la información normalmente más detallada que utilizan los censos nacionales. Estos grupos son:
Agricultura, ganadería, selvicultura y pesca.
Minas y canteras
Industrias manufacturéras.
Edificación y obras públicas.
Agua, gas y electricidad.
Comercio, banca y seguros.
Transportes y comunicaciones.
Servicios.
Otras actividades.
El sector primario, presenta niveles relativamente bajos n los países desarrollados, por el contrario; a la mitad o más de la población en la mayor parte de las naciones tercermundista.
La población rural del conjunto del Planeta es de unos 2500 millones de personas.
El sector secundario tiene una situación inversa a la del sector primario. Los países subdesarrollados superan cifras modestas, mientras que los países desarrollados superan por lo general el 30 por 100. Los porcentajes mas elevados de población industrial no identifican necesariamente mayores niveles de desarrollo económico. El sector secundario cree hasta un determinado nivel en que el se estabiliza para después comenzar a decrecer y este proceso esta acompañado de una transformación de su estructura interna.
El sector terciario es un sector heterogéneo por el elevado número de actividades que engloban, su carácter y el desigual grado de canalización profesional que su cumplimiento exige. El denominador común de todas ellas es que están orientadas al suministro de servicios y no al de bienes materiales.
En los países desarrollados su relación es claramente inversa a la del sector primario: a medida que este desciende aquel progresa sin cesar. Este aumento se relaciona con las necesidades de las sociedades avanzadas.
La variedad es mayor en las naciones del Tercer Mundo, dentro de cifras generalmente bajas. Los valores más altos se relacionan con el crecimiento de las actividades comerciales y de exportación; el desarrollo de la administración pública y de las fuerzas militares; la amplitud de los servicios personales; y la importancia creciente de un sector de empleo urbano ineficiente y poco productivo. Se trata de un sector laboral poco estructurado e hipertrofiado, que acusa fuertes índices de paro y subempleo.
La amplitud y heterogeneidad del sector terciario ha proporcionado intentos para subdividirlo. Es el que se trata de diferenciar el terciario corriente de un terciario superior o cuaternario que abarca las actividades relacionadas con la dirección, organización y decisión.
Las desigualdades en las estructuras que se aprecian hoy entre las naciones, pueden interpretarse como desfases en la evolución histórica.
EL NIVEL DE INSTRUCCIÓN
El subdesarrollo no es solo carencia de saber sino también de la posibilidad de saber. No debe medirse únicamente por los que no saben leer y escribir, sino por los que no pueden aprender a leer y escribir, por que no haya maestros que los enseñen o escuelas que les alberguen. El problema de la educación esta ampliamente imbricado en el desarrollo. La crítica situación económica de los países en desarrollo influye en sus bajos niveles educativos.
Reducir la ignorancia supone un paso decisivo para limitar la pobreza. La tarea por realizar es; desgraciadamente, ingente. En casi todo el mundo desarrollado es superior al 98 por 100.
5. EL CRECIMIENTO DE LA POBLACION: PASDO, PRESENTE Y FUTURO.
Antes del neolítico el poblamiento del planeta eres muy débil. La primera etapa de gran extensión demográfica corresponde al periodo de revolución económica y social, cuyas manifestaciones más significativas fueron la agricultura sedentaria y la domesticación de animales que permitieron un incremento de los recursos alimenticios.
A comienzos de la era cristiana, las naciones unidas calculan que la población del mundo oscilaba entre 250 y 300 millones. En los siglos V vi. Se produjo un retroceso, durante la edad media, hubo un incremento. Tras una etapa de reducción a mediados de este siglo causada por la epidemia de la peste negra que elimino a un 25 por 100 de los habitantes de Europa. Las cifras volvieron a aumentar lenta pero regularmente, durante la época moderna. A mediados del siglo XVII poblaban la tierra 545 millones de seres.
Un segundo gran periodo de crecimiento se inicia en el siglo XVIII. La revolución demográfica que da comienzo entonces es coetánea y esta imbricada con las otras dos revoluciones: la agrícola e industrial, la revolución industrial se debió a las transformaciones agrícolas que proporcionaron a la población mas y mejores alimentos, al liberar la mano de obra del campo, permitieron el desarrollo de las actividades secundarias y terciarias.
La tercera fase de crecimiento, corresponde a nuestro siglo y de manera muy especial a los años posteriores a la II guerra mundial.
El crecimiento de los últimos 200 años ha sido realmente fuerte ya que los efectivos demográficos se han multiplicado por 6.
5.1 EL CRECIMIENTO DE LA POBLACIÓN POR CONTINENTES
Inicialmente, el mayor crecimiento correspondió al continente europeo. Incapaz de absorber todo su aumento, Europa envió emigrantes al resto del Mundo.
El fuerte incremento de la población europea y de los continentes poblados por europeos ha conducido a calificar este periodo como el de la gran explosión blanca.
Los aumentos relativos de los demás continentes resultaban modestos. Las migraciones ultramarinas hacia América Central y del Sur, solo doblaron los efectivos, la situación africana era aun más débil. Consecuencia de las guerras, sobfremortalidad, hambre y la trata de esclavos que eran enviados a América. Además de las enfermedades infecciosas. Desaparecida la tarta de esclavos la población africana crecerá.
La tasa de crecimiento anual para el conjunto de naciones desarrolladas se mantuvo a lo lago del siglo XX moderadamente creciente hasta los 60. Desde entonces no ha cesado de disminuir.
El panorama es completamente diferente en el tercer mundo. La tasa aumento desde los años 50.
En la mayoría de los casos, las fuertes tasa de aumento obedecen al juego exclusivo de los movimientos naturales. La inmigración apenas ejerce influencia como factor de crecimiento.
5.2 EL FUTURO DE LA POBLACIÓN MUNDIAL
LOS MÉTODOS DE ESTIMACIÓN DEMOGRÁFICA
Para calcular cual será en un plazo determinado la población sobre el territorio es preciso realizar una proyección demográfica.
Dos criterios: Uno relativo a la dimensión espacial y otro a la desagregación interna de la población.
Dentro del primero hay 4 tipos:
Sistema no espacial.
Sistema espacial(no se tiene en cuenta los movimientos migratorios)
Sistema espacial abierto(los movimientos migratorios entre los distintos territorios se incorporan como balance neto, sin diferenciar su procedencia espacial)
Sistema multirregional, que tiene presente el origen espacial de las migraciones.
Según el segundo criterio, hay dos clases.
las que emplean datos globales
Las que utilizan cifras desagregadas por edades y sexos. ,
Las proyecciones más sencillas son las que combina sistemas no espacial y datos globales.
Un segundo tipo de proyecciones, también elementales, son las que combinan un sistema espacial con datos globales. Ello supone no tener en cuenta cuestiones tan básicas en demografía como son las variaciones por sexos y edades que se producen en la mortalidad, fecundidad y migraciones.
Las proyecciones más útiles son las que se apoyan en un sistema espacial de datos desagregados.
A proyección cerrada de este tipo requiere disponer de tres elementos para su realización. El primero de ellos es la población de partida que constituye la base de la proyección. El segundo son las probabilidades perspectivas de su pervivencia por sexos derivadas de una tabla de mortalidad. El tercero son las tasas perspectivas de fecundidad por edad de las mujeres en edad de procrear que posibiliten la estimación de los nacimientos.
La proyección abierta requiere además disponer de información sobre las migraciones y predecir los flujos futuros. La proyección abierta multirregional añade la posibilidad de distinguir el origen y destino de los emigrantes.
LAS PREVISIONES SOBRE EL CRECIMIENTO
LA inmensa mayoría de las previsiones demográficas realizadas por los organismos internacionales coinciden en señalar que el crecimiento de la población va a mantener la desaceleración iniciada a mediados de los 70.
Sin embargo la evolución inmediata plantea una serie de interrogantes concretos sobre el ritmo y calendario con los que se modifican las variables demográficas fundamentales.
Cualquier proyección parte de unos supuestos sobre los movimientos demográficos. La mortalidad es incluida en las proyecciones de la ONU a través del indicador de esperanza de vida al nacer. Sus perspectivas son fáciles de establecer. Salvo que se produzcan grandes catástrofes que son excluidas de las hipótesis, su evolución reflejara una tendencia favorable, mas acentuada en los países donde todavía tiene valores altos y más pequeños donde ya es débil.
6. POBLACION-RECURSOS
El interés por los recursos hay que ponerlo en relación con los dos grandes descubrimientos de las ciencias sociales y económicas en nuestros días: el fuerte crecimiento demográfico que se origina en el Tercer Mundo y el hecho de que una parte sustancial de sus habitantes atraviese por una situación de hambre o subalimentación.
Con la palabra recurso se alude, en sentido amplio, a cualquier cosa que pueda utilizarse para satisfacer una necesidad humana. Cabe distinguir entre recurso humana y recurso naturales que a su vez se dividen en renovables o no. Conviene recordar que para que una sustancia o propiedad constituya un recurso como tal es necesario que quien lo vaya a utilizar lo juzgue como tal.
No es posible hacer una relación completa de recursos y de necesidades humanas que permita obtener una adecuación precisa entre unas y otras. Existen numerosas causas que lo impiden; el carácter subjetivo de las necesidades; la desigual información de unos países u otros; las posibilidades de obtener recursos difíciles mediante nuevas tecnologías; el reciclaje y la sustitución de unos productos por otros; las diferencias de criterio entre los científicos sobre las necesidades humanas; las dificultades para calcular la degradación medioambiental, derivada de la puesta en explotación de recursos adicionales.
LOS RECURSOS ALIMENTICIOS
Los países desarrollados crecieron mas rápidamente que los del Tercer Mundo, en donde destaca la situación especialmente desfavorable de las naciones.
Limitando el análisis de a los países del tercer mundo mas poblados y utilizando ala producción de alimentos per capita, se observa: un primer grupo de naciones con promedios muy superiores a la media mundial como Tailandia, corea del sur y argentina; un segundo bloque con un crecimiento mas reducido como china, brasil o Colombia, un tercer grupo con un crecimiento similar al promedio mundial como Irán, Turquía, Indonesia o Vietnam, una cuarta categoría con una producción baja y estabilizada a lo largo de los años 60.y un ultima bloque donde la producción ha disminuido.
La causa principal del incremento de la producción alimenticia ha sido la obtención de mayores rendimientos con ciertos cultivos. La mejora genética de las plantas, el uso de variedades de alto rendimiento, la lucha contra las plagas y enfermedades, la utilización creciente de fertilizantes y maquinarias, favorecieron el progreso agrícola en los países ricos. En las naciones en desarrollo las nuevas tecnologías se introdujeron de forma más lenta e irregular.
Lo cierto es que las diferencias en cuanto a los factores de producción entre los países desarrollados y en desarrollo continuaron siendo apreciables.
Igualmente, el nivel de mecanización es una clara prueba de debilidad tecnológica de la agricultura tercermundista.
La modernización de la agricultura en el tercer mundo exige una gran demanda de capital al que solo tiene acceso, por el momento, los agricultores más ricos o las empresas multinacionales que trabajan en estos países.
La ayuda a la agricultura de los países en desarrollo es cada vez más necesaria; sin embargo, la suma realmente disponible para dicha ayuda representa solo la mitad de la juzgada como imprescindible.
6.2 LOS RECURSOS ENERGÉTICOS
Actualmente; el mundo produce y consume una cantidad de energía más de tres veces superior a las de 1950. El crecimiento demográfico, la expansión económica general, el desarrollo de la industria, el crecimiento del consumo individual debido a la mejora de los niveles de vida, las necesidades crecientes de la agricultura en agua potable, fertilizantes, determinaron el aumento de la tasa de utilización.
La producción y el consumo energético crecieron a un fuerte ritmo desde los años cincuenta hasta mediados de los setenta.
La distribución espacial de la producción y el consumo de energía en el mundo esta, coprofundamente desequilibrada, una clasificación de países, sobre la base de un indicador simple como el consumo de energía por habitante.
Países desarrollados
Países de gran dimensión: Son Canadá, estados unidos, la unión soviética y Australia. Tienen recursos enormes.
Países europeos de Economía liberal: En conjunto son el tercer gran foco de consumo y tiene índices per capita elevados. De ellos. Solo tres son autosuficientes (noruega, Holanda y gran bretaña)
Países europeos de economía socialista: Salvo Yugoslavia, tienen índices de consumo per capita relativamente elevados y similares a los de sus vecinos de economía liberal.
Los demás países industrializados: son Japón y nueva Zelanda tiene en común altos índices de consumo per capita, débil producción energética y tasa de independencia negativa, muy baja en Japón y bastante alta en nueva Zelanda.
Piases del Tercer Mundo
Tienen un consumo por habitante bajo, pero en contraposición produce mas energía de la que necesita.
Los países que producen más energía de la que consumen: Tienen una serie de características comunes, bajos niveles de consumo y la posibilidad de satisfacer su propia demanda energética actual y la que pueda producirse en el futuro.
Países que producen menos energía de la que consumen: características de base que los individualizan como grupo; sus bajos consumos por habitantes y su fuerte dependencia energética al exterior.
6.3 LAS MATERIAS PRIMAS MINERALES
Para analizar la producción minera mundial es preciso recurrir a los precios de cada producto. De la consideración de los datos recientes se desprenden tres hechos generales. EL primero es el reducido pero económico que los minerales metálicos y los no metálicos suponen en el conjunto de la producción minera. Un segundo es la acaparación por un número restringido de sustancias de la parte fundamental del valor total de los productos energéticos. Un tercer aspecto es el crecimiento exponencial que la producción y el consumo de sustancias han tenido desde los comienzos de la Revolución Industrial, ya que estos productos, con las fuentes de energía, están en la base de cualquier proceso industrializador.
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Países industrializados de economía de mercado
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Países de economía planificada
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Países en vías de desarrollo
Estos grupos se agrupan en dos mundos:
Norte: países industrializados de economía de mercado + Unión Soviética +Europa del Este.
Sur: naciones asiáticas de economía planificada + países en vías de desarrollo.
El análisis del consumo de sustancias minerales no resulta fácil de realizar debido a diferentes hechos, entre ellos a que el consumo mundial de metales refinados es superior a la cantidad de metales suministrados por la producción minera a causa de la incorporación metales recuperados; ya que las estadísticas de consumo de metales refinados no reflejan exactamente el valor del consumo final de estas sustancias.
En base de cualquier reflexión sobre el futuro de las materias primas están los datos de reservas y recursos. Se ha señalado que en la evolución y definición de recursos y reservas deben tenerse en cuenta dos factores principales: el grado de certeza geológica de su existencia y volumen y las posibilidades de recuperación en las condiciones económicas y técnicas existentes en la actualidad. Ambos están influidos por los progresos tecnológicos y los cambios, económicos en función de los cuales los recursos se trasforman en reservas.
Amplias regiones del Norte y del Sur tienen reservas escasas y una elevada tasa de dependencia. ES el caso de Japón, de la mayoría de los países de Europa occidental y oriental y de gran parte de los del tercer mundo.
La fuerte concentración regional de las reservas supone un riesgo político de desabastecimiento para ciertos productos y algunos países, más grave que el que se deriva a corto plazo de las propias limitaciones físicas.
Cuando se ojean las estadísticas de distribución de las reservas por sustancias se comprueba la sustracción de autentico privilegio que tienen algunas naciones de uno y otro mundo.
Estados Unidos, Canadá, Unión Soviética, y Australia entre las naciones más industrializadas; Brasil, Zaire, Chile, Nigeria entre los países del Tercer Mundo y África del sur a medio camino entre ambos bloques.
El riesgo de desabastecimiento puede provenir también de la propia estructura del mercado.
7. DOCTRINAS Y POLITICAS DEMOGRÁFICAS
7.1 LA EVOLUCIÓN DE LAS IDEAS
Desde sus inicios, el estudio de la población ha generado varias escuelas de pensamiento fundamentadas en razones muy variadas que se pueden agrupar en dos grandes categorías: las optimistas en las que subyace la idea de que el crecimiento es bueno y deseable porque estimula la economía o es beneficio para la sociedad por alguna de las motivaciones apuntadas; y las pesimistas que se apoyan en la creencia de que un crecimiento sin limites conduce al agotamiento de los recursos, o compromete el bienestar económico y la calidad de vida.
Dentro de la categoría de las actitudes pesimistas destaca T.R Malthus representa la reacción contra teorías mercantilistas operantes desde el siglo XVI, representa también la reacción contra el utopismo revolucionario.
Surgieron también numerosos autores optimistas que constituyen el reflejo de los progresos económicos que tuvieron lugar en esa etapa histórica como el movimiento romántico sostenía que la economía cumpliría mejor sus objetivos si prestase mayor atención a los valores morales y espirituales.
- El socialismo
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Las reacciones nacionalistas
7.2 LAS POLÍTICAS DEMOGRÁFICAS
En términos estrictos, una política de población constituye el conjunto de medidas adoptadas por un gobierno con el fin de obtener unos determinados resultados demográficos, sin bien en última instancia puedan derivarse de ella otras consecuencias de tipo político, económico o social.
Para facilitar el análisis, hemos agrupado las políticas en pronatalistas y antinatalistas. Las primeras han sido adoptadas sobre todo por países desarrollados. Las segundas son seguidas, especialmente, por las naciones del Tercer Mundo.
Políticas pronatalistas
Las más significativas han sido emprendidas por algunos países europeos como respuesta al declive de la fecundidad que tuvo lugar en la década de los 30 y a mediados de los 60.
La política demográfica del nazismo estuvo fundamentada en preocupaciones de tipo natalista y racial. No solo se trataba de hacer crecer la población, sino de contribuir a la afirmación de la raza aria cuya superioridad constituía la esencia misma de la doctrina nazi expuesta en el Mein Kampf de Hittler.
En la Italia fascista las medidas populacionistas se adoptaron a partir de 1926. La emigración fue severamente limitada y la natalidad promovida a través de disposiciones semejantes a las alemanas,
Las preocupaciones raciales aparecieron mas tarde y de forma más tímida que en Alemania. Su principal manifestación fue la ley de 1938 en la que se prohibía el matrimonio de los italianos supuestamente arios con los no arios.
Políticas antinatalistas
Hoy ida los ejemplos más significativos de políticas antinatalistas corresponden a países del Tercer Mundo. Algunas naciones desarrolladas adoptan también, en algún momento de su historia reciente políticas de este tipo. El caso más llamativo es, Japón que experimento a partir de 1930 una evolución política de tendencia nacionalista e imperialista fuertemente populacionistas. Entre 1931 y 1936 la venta de productos anticonceptivos fue severamente controlada; en 1940 se limitaron las posibilidades para recurrir al aborto; y en 1941 se dictaron otras medidas claramente natalistas. El cambio hacia una política de signos completamente distinto se produjo después de acabada la segunda guerra mundial. La derrota, la depresión económica y la vuelta al país de más de seis millones de repratiados fueron sus factores inmediatos.
LA situación descrita se mantuvo hasta los años 60 solo entonces se inicio una política más moderada.
Entre los países del Tercer Mundo, el primero en establecer un programa de planificación familiar fue la india en 1952.
El fracaso de muchas políticas de planificación familiar se debió al olvido de que determinadas parejas no limitaran el número de sus hijos si no encuentran razones convenientes para hacerlo.
EN los países del Tercer Mundo resulta necesario distinguir entre las macro y las micro consecuencias de una elevada fecundidad.
Por otro lado, mucho países del Tercer mundo pronto consideraron que las ayuda de las naciones desarrolladas para llevar a cabo los programas de planificación familia no era la única ni la más eficaz que tales países podían prestarles.
En Bucarest los países del Tercer Mundo acusaron a los desarrollados en insistir mas en las soluciones demográficas que en las económicas para resolver el problema del desajuste entre la población y los recursos.
El Plan de Acción Mundial que surgió de la Conferencia fue bastante diferente de su reacción provisional inspirada en las propuestas de los países occidentales. Se explicaban objetivos demográficos concretos a corto plazo, se admitía la soberanía de cada estado para determinar su propia política de población y se recomendaba a los gobiernos que facilitasen a las parejas la información y los medios necesarios para lograr el tamaño familiar que libre y responsablemente deseasen.
La mayoría de los actuales programas de planificación familiar presentan una serie de cambios significativos:
La mayor insistencia en la necesidad de reformar las estructuras sociales y económicas como medio indirecto, pero fundamentalmente para reducir la fecundidad.
Los esfuerzos desplegados por promover el interés publico por las políticas de planificación ya que muchos gobiernos están convencidos del que el éxito de tales políticas pasa por convencer a la población de que el comportamiento individual tiene un impacto general decisivo.
El diseño de estrategias para lograr la aceptación de las políticas por los habitantes de los medios rurales.
ESPACIO URBANO
CONCEPTO DE CIUDAD
Todos los temas que constituyen el objeto de estudio de la Geografía Urbana se inscriben y corresponden a la ciudad. Sin embargo, esta realidad resulta bastante difícil de definir debido a su complejidad, la naturaleza cambiante de la misma y heterogeneidad de los fenómenos que alberga. Las definiciones formuladas se apoyan en criterios cuantitativos y cualitativos.
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Criterios cualitativos: definen la ciudad basándose en:
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El criterio morfológico incide en el aspecto formal de la ciudad. Este viene dado por la lata densidad de edificación y de población y por el tipo de edificaciones, generalmente colectivas y en altura.
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El criterio funcional se basa en las actividades económicas urbanas (industria y servicio).
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El criterio sociológico define la ciudad por poseer una cultura urbana (estructuras familiares menos tradicionales, relaciones sociales diversificadas, etc.). pero esta cultura se ha difundido al campo a través de los medios de comunicación y de la expansión de la ciudad por el área rural.
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El criterio espacial se asa en la capacidad de la ciudad de organizar el espacio que la rodea, es decir, de ejercer su influencia sobre otros núcleos de población y de interrelacionarse con otras ciudades. La amplitud de influencia viene dada por el tamaño de la ciudad y por la variedad de funciones que ejerce.
De la síntesis de todas ellas podemos decir que la ciudad es una organización socioeconómica resultado de la especialización del trabajo de sus habitantes, una localización o foco de actividades y flujos que se producen en el espacio; nudo de redes de transporte y comunicaciones que facilitan la accesibilidad e interacción entre ella y los fenómenos situados en el espacio circundante.
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Criterios cuantitativos: se basan en la adopción de unas cifras para la consideración de ciudades. La cifra correspondiente al número de habitantes que residen en una aglomeración o núcleo suele ser criterio fundamental. Para evitar diferencias, se han ofrecido alternativas, como el grado de aglomeración -proximidad de las casas entre sí- o el porcentaje máximo de actividades agrarias de sus habitantes. Para eludir tales inconvenientes, algunas estadísticas de organismos internacionales se refieren a las ciudades con población superior a los 100.000 habitantes. Este criterio es incompleto porque contabiliza la población del término municipal. Así, pueden darse casos de municipios con población dispersas (Galicia) o concentrada en un gran núcleo cuyo aspecto y funciones son claramente rurales, pero que por su número de habitantes se contabilizarían como urbanos. Por el contrario, hay pequeñas ciudades que no alcanzan los 10.000 habitantes, que de acuerdo con este criterio serían consideradas como núcleos rurales.
EL PROCESO DE URBANIZACIÓN
Llamamos proceso de urbanización a la progresiva concentración en la ciudad de la población, las actividades económicas y las innovaciones más destacadas, así como la difusión de estos procesos hacia el entorno. En este proceso pueden diferenciarse varias etapas:
Preindustrial: Más o menos dilatada según la historia de la región y cultura en que se enmarca, se desarrolla desde los orígenes hasta la Revolución Industrial. Para la mayoría de las ciudades, singularmente las europeas y mediterráneas, es la etapa mas larga.
Industrial: Corresponde al impacto producido por las transformaciones desencadenadas a causa de la Revolución Industrial. El periodo abarcado varía mucho según los lugares, pero el siglo XIX y principios del XX es el marco temporal.
Postindustrial: Corresponde a las últimas décadas y en ella trataremos de exponer aquellas procesos que afectan a la ciudad, que la van configurando, con énfasis en la solución de las nuevas necesidades generadas en la actualidad.
2.1 LA URBANIZACIÓN PREINDUSTRIAL
La sociedad se halla estructurada en clases. La mayoría de sus miembros se dedican a la obtención de alimentos y pocos fabrican instrumentos para los demás. La cúspide corresponde a una minoría rectora, a nivel político y religioso. Existían otros grupos, como los comerciantes. La existencia de estos grupos explica la presencia dentro de la ciudad de elementos y lugares de habilitación diversos. La ejercitación del poder por parte de una minoría rectora condujo a la aparición y crecimiento de diversos espacios, como el templo y el palacio con sus diversas dependencias, para el clero, la administración y altos cargos del ejército. Las demandas de alimentos por los grupos improductivos generarían el descubrimiento y perfeccionamiento de instrumentos útiles para su producción, lo cual iba a desencadenada una cada vez más compleja organización social.
La forma de las ciudades, con sus elementos característicos, está directamente relacionada con las funciones que dentro de ella se desempeñan: la función residencial de una sociedad estructurada en clases explica la diferencia en los tipos de vivienda.
Dentro del proceso d urbanización hay dos hechos significativos. El primero de ellos afecta al crecimiento de las ciudades y el segundo, al establecimiento de una red jerarquizada de ciudades. El proceso consiste en abandono del campo con incremento demográfico de la ciudad. El dinamismo de la ciudad fue lento según criterios posteriores aparecidos con la Revolución Industrial. Estaba íntimamente ligad al incremento demográfico, esto es el resultado de la eficacia de todo el sistema productivo, consistente en el perfeccionamiento de todos y cada uno de los elementos integrantes. El aumento en la producción de alimento liberaría mano de obra que pasaría a ocupar actividades transformadoras o productoras de otra naturaleza, diversificando la sociedad y consumiendo los excedentes alimentarios.
El otro gran reto planteado por todas estas civilizaciones consistía en la instalación de una red jerarquizada de establecimientos urbanos. Ello se lleva a cabo mediante el comercio y los impuestos o tributos. A su vez, el estado, para incrementar sus beneficios realiza una serie de actividades de diversa naturaleza para la consecución de tal final. Esto es el caso de la conquista de nuevos territorios. Los núcleos que canalizan ese comercio se benefician de tal intercambio o tráfico de productos, aumentando el número de habitantes y ocasionando modificaciones en su morfología y funciones.
La red urbana estaba estructurada o articulada según el grado de organización de los diferentes estados o imperios. Dentro de estos ámbitos debe diferenciarse la red del estado, propiamente dicha, y la de una periferia, cuya red dependía de su grado de colonización.
LAS POLIS GRIEGAS
Tras la aparición de los primeros núcleos urbanos en los focos de Mesopotamia y Egipto, se desarrolla su difusión hacia el NO, a lo largo de las costas del Mediterráneo y bajo la aparición de varias culturas.
La civilización griega, como también la romana, es una civilización urbana que descansa en ciudades como Atenas y Esparta. La vida es fundamentalmente rural. En ella presiden los más ricos e influyentes miembros de la comunidad, disponiendo de edificios y elementos de carácter singular, como el ágora y la acrópolis. Junto a estas construcciones se disponen, de forma aglomerada y desordenada, las viviendas de los habitantes menos influyentes de la ciudad.
En los siglos VII y VI a.C. aparece una organización política nueva; la sociedad se va diversificando con la aparición de nuevos grupos políticos y económicos, con profesiones y actividades que caracterizamos urbanas. Se multiplican los intercambios. El crecimiento se producía de forma desordenada. Hippodamos de Mileto fue el que concibió la distribución regular del espacio interior, con calles rectas, que se cortaran perpendicularmente.
La ciudad, además de contar con elementos ya señalados, se hallaba rodeada de murallas, encerrando el espacio interior de áreas de cultivo.
Los procesos cambiantes que actúan sobre las sociedades cristalizan en la creación de un demos urbano constituido principalmente por artesanos y comerciantes, un demos rural, enfrentado en luchas interurbanas, así como contra otros pueblos.
LAS CIVITAS ROMANAS
El otro gran legado de la antigüedad clásica corresponde a las aportaciones realizadas por la civilización romana, cuya cultura urbana experimentó un gran auge. Se lleva a cabo una política de creación de nuevas ciudades en áreas colonizadas, con la fijación de población de origen militar y el reparto de tierras para la explotación. Son ciudades levantadas en lugares estratégicos para el comercio, la defensa, la explotación de recursos, etc.
La ciudad contaba con numerosísimos edificios públicos, como foros, basílicas, anfiteatros, teatros, circos, termas, y estaba adornada por múltiples estatuas, columnas y arcos. El carácter práctico de sus obras se proyecta en la construcción de acueductos para el abastecimiento de agua, puentes, calzadas, redes para la evacuación de residuos (alcantarillado).
Dentro del Imperio Romano encontramos dos tipos muy diversos de ciudades. Las de Oriente, herencia de toda la cultura anterior, con ciudades plenamente desarrolladas que atravesaban momentos de mayor o menor esplendor, y que disponían de todos los elementos característicos. Es el caso de Atenas, Alejandría, Antioquia y Bizancio. Las otras ciudades menos desarrolladas y dotadas de menor número de elementos característicos, son las de Occidente, antiguas colonias fenicias o griegas de la costa mediterránea o centros indígenas del interior. La estructura social y económica era embrionaria en la consecución de un nivel urbano.
La construcción de estas ciudades se hacia atendiendo al modelo romano de plano octagonal, con calles cortadas perpendicularmente, siguiendo las orientaciones del cardo y el decumanus. En el lugar de cruce de éstas se establecía generalmente el forum, los templos, anfiteatros y otros edificios públicos y sociales.
La red urbana estaba jerarquizada, regida por la tutela directa de Roma. Se contaba con ciudades en cada una de las provincias, con una capital que desempeñaba funciones políticas, jurídicas y religiosas.
LAS CIUDADES MEDIEVALES
El ritmo ascendente que había llevado el proceso urbano se paraliza durante la etapa medieval. La organización social de tipo capitalista que había sustentando desarrollos anteriores, pasa a ser ocupada por el feudalismo, generando otro tipo e relaciones y estructura social poco propensa al crecimiento urbano. En el contexto predominantemente rural que caracteriza la etapa histórica, dos culturas constituyen excepción. La primera es la bizantina, con asentamientos, morfología y funciones semejantes. La otra es de nueva cuña y aparece en Arabia y en el norte de África y se propaga por territorios utilizando la red urbana anterior.
El mundo cristiano
En el ámbito bizantino las ciudades no acusan demasiadas transformaciones. El papel rector desempeñado por Roma se transfiere a Constantinopla con la creación de nuevos eslabones administrativos y socioeconómicos. Hay varios hechos diferenciados de la etapa anterior. Uno es el papel que adquieren ciertos núcleos localizados en la proximidad de la frontera del Imperio, por la función defensiva y estacionamiento de tropas en otros lugares. El otro es la nueva organización eclesiástica, resultado de la religión católica, cuya estructura se adapta a la red urbana existente, afianzándola. La capital del Imperio es la sede central del patriarca, las capitales de provincia albergan los obispos, de quienes a su vez dependían las otras jerarquías de menor importancia en ciudades y pueblos.
En el siglo VIII, en el momento de expansión del Islam, algunas ciudades sufren su amenaza, por lo que sólo aquellos de la periferia mejor defendidos por sus murallas o situados en lugares estratégicos resisten su impulso de conquista.
Durante toda esta etapa, Constantinopla es la mayor y más rica ciudad del mundo medieval. Es el período que va desde el siglo IX a fines del XI. Con posterioridad a estas fechas, el proceso descentralizador del imperio motiva el crecimiento de la función política y militar de las capitales de provincia, adquiriendo una cierta autonomía. Este proceso se ve interrumpido y roto por la desaparición del Imperio.
El mundo islámico
La ciudad islámica es más pobre en ornamentación con espacios funcionales diversificados y con un trazado de sus calles totalmente tortuoso, en algunos casos sin salida. Las viviendas forman un compact y denso asentamiento, apreciándose la ausencia de plan preestablecido. Se le ha clasificado de secreta, por el trazado laberíntico de sus calles. El centro es la medina, en la que existe el zoco, destinado a la actividad comercial. Junto a la medina se apiñan otros barrios o arrabales.
LA CIUDAD RENACENTISTA Y BARROCA
A mediados del siglo XV existe un cambio de actitud en las personas, liberándose el pensamiento de viejos vínculos, confiado en la capacidad de raciocinio del hombre. Paralelamente se consiguen descubrimientos significativos que van a dar un nuevo giro a la cultura y a la sociedad, como es el caso de la imprenta o la cultura grecolatina.
El establecimiento de monarquías absolutistas, junto a las necesidades de dotar de ciudades a las áreas recientemente descubiertas, hace que la ciudad renacentista aparezca con mayo proliferación en los nuevos espacios.
Las redes urbanas, heredadas a lo largo de la Edad Media, son alteradas por los nuevos descubrimientos y el traslado de la actividad comercial y política de las ciudades de los países del Atlántico de Europa Occidental. La ciudad sigue transformándose, adoptando nuevas ideas, como la perspectiva visual, y adaptándose a las nuevas circunstancias. Jardines de formas geométricas, rectas y amplias avenidas, nuevas perspectivas que obligan a adornar las fachadas de los edificios.
2.2 LA CIUDAD INDUSTRIAL
INTRODUCCIÓN
El pasado siglo, en los países de Europa Occidental, se produjeron los cambios más notables de la historia de la humanidad, ocasionando unas consecuencias que alteraron extraordinariamente el paisaje urbano.
El cambio es el modo de producción que opera en la sociedad. Es el modo de producción capitalista basado en la fábrica, que sustituye al pequeño taller del artesano de toda la etapa anterior. Aparecen do grupos diferenciados notablemente: una élite, con medios materiales y llena de fervor emprendedor, y un proletariado, constituido por las masas de población ocupadas en la industria.
Aunque al principio el impacto sobre la ciudad es débil, la industria va rompiendo paulatinamente los lazos de dependencia con la fuente de energía y las materias primas. El éxito económico de la Revolución industrial, acompañado por el impulso del comercio y el incremento demográfico, hace que la morfología y funciones de la ciudad se vayan alterando. Se añade la localización diferenciada de las viviendas de las clases sociales, gracias a las innovaciones tecnológicas de los transportes.
CONTEXTO EN EL QUE SE ENMARCA
El nuevo orden social se apoya fundamentalmente en una serie de descubrimientos aislados, que forman los eslabones de una cadena a la que se denomina Revolución Industrial. Algunos de los descubrimientos fueron aplicados a los medios de comunicación. Las mejoras sanitarias y alimentarías de la población hacen decaer de forma notable la mortalidad, lo que la no disminuir la natalidad ocasiona un extraordinario incremento de la población, unido esto a la emigración hace que éstas aumenten sus efectivos en niveles hasta entonces desconocidos. Estos tres factores -innovaciones tecnológicas, impulso de los intercambios gracias a los nuevos medios de transportes y crecimiento demográfico- son las principales fuerzas que modelan la ciudad industrial.
La innovación tecnológica
El eslabón de la cadena puede decirse que empieza por el descubrimiento del motor para extraer agua de las minas. La cadena continuó con otros múltiples eslabones, que fueron alterando el panorama industrial de forma más o menos acentuada. Todas estas innovaciones técnicas confluyeron en el triunfo de la industria. El desequilibrio económico suscitado entre la ciudad y el campo es uno de los factores desencadenantes del éxodo rural hacia las ciudades industriales.
La producción industrial y la demanda de productos agrícolas impulsaron la necesidad de mejorar los medios de transporte y las vías de comunicación. La llegada del ferrocarril permitió ir superando dificultades para alcanzar lugares menos accesibles. Asimismo, la mejora de las carreteras facilitó paulatinamente las comunicaciones.
El aumento demográfico
Se inicia con la primera fase, en lo que se denomina la transición demográfica, consiste en un descenso constante de las tasas de mortalidad que iban diezmando a la población. Las causas son de diversa naturaleza, principalmente resultado de los progresos en la lucha contra las enfermedades, la mejora de las medidas higiénicas, así como en la alimentación de las personas. La inercia en el mantenimiento de las tasas de natalidad ocasiona un creciente incremento de la población. Este incremento afectaba de igual manera a las ciudades y al campo. Sin embargo, el esplendor económico que la Revolución Industrial iba produciendo en determinadas ciudades, atrajo a gran cantidad de personas que huían de situaciones económicas miserables existentes en los campos circundantes. La segura ocupación, en ocasiones en condiciones infrahumanas, y la recepción del salario correspondiente constituían el mejor reclamo para la emigración. El esplendor económico se fue extendiendo a las clases trabajadoras, gracias a la Revolución de los Transportes. El resultado de ello fue el crecimiento demográfico de las ciudades.
El impacto sobre la morfología y funciones de la ciudad
Al inicio de tales transformaciones culturales y demográficas la ciudad se vio afectada, ya que los establecimientos industriales, al requerir energía hidráulica para su funcionamiento, se dispusieron a lo largo de los cursos del agua. Pronto se llevaron a cabo mejoras con el propósito de acercar los establecimientos a los lugares de abundante mano de obra y consumo.
La incorporación a la ciudad del establecimiento industrial
La mejora y expansión del sistema reside en los beneficios adquiridos en las ventas y su inversión en la mejora de cada uno de los elementos que intervienen en el proceso de producción.
El impacto del taller o establecimiento y de sus necesidades, sobre el espacio general y el urbano en particular, es considerable. Agua, energía, transporte, mercado son aspectos que se ven profundamente alterados, sin contar con otras facetas de la vida que también cambian. La localización del establecimiento industrial se lleva a acabo en la ciudad, donde existe más mano de obra y más clientes. La proliferación de establecimientos de esta naturaleza desemboca en la ciudad calificada de industrial.
Este sistema de producción se apoya en la red urbana establecida, en las ciudades ya existentes, sirviendo a los núcleos dependientes de la jerarquía urbana. Pero a medida que fue evolucionando el sistema de producción se modifico la red urbana.
La industria incrementa el crecimiento y su concentración en las grandes ciudades. La localización e instalación de industrias es atraída por aquellos lugares que ofrecen ciertas garantías para su éxito.
La ciudad deja de estar construida a escala humana al no permitir el desplazamiento a pie a todos los lugares, esto condujo a la necesidad de crear transportes públicos. La construcción de nuevos barrios destinados a viviendas estaba orientada por la existencia de medios de transportes.
Los barrios residenciales
El factor dominante de transformación de la ciudad fue el incremento extraordinario de población, que obligó a construir casas y barrios para satisfacer la creciente demanda de viviendas.
Al comienzo del desequilibrio producido por la creciente demanda y en el contexto liberal de la época, fueron los particulares, los que comienzan a levantar extensos barrios de viviendas, bastantes simples y sin las mínimas garantías. No obstante, esta situación va mejorando, lentamente, a lo largo de la segunda mitad del siglo XIX y principios del XX.
Esta degradada situación comenzó a ser percibida por las clases sociales más altas, las cuales, al disponer de medios mecánicos de transporte, comenzaron a trasladarse hacia la periferia. El ferrocarril permitió la construcción de barrios destinados a una clase social media.
Las nuevas ideas sobre el urbanismo y la mejora de la calidad de vida
En el siglo XIX, gracias a las nuevas necesidades surgidas, aparecen ideas de muy diversa naturaleza acerca de las distintas características que deben reunir las ciudades o los nuevos barrios. Ante la degradación sufrida por el rápido y desordenado crecimiento de algunas ciudades, se reivindica la capacidad para intervenir en la acción urbana. Aparece, pues, el urbanismo moderno y una serie de personas, a los que se les denomina reformistas idealistas, socialistas utópicos, etc.,que con gran ingenio e imaginación, expusieron sus ideas sobre las nuevas construcciones.
Los reformadores utópicos
Uno de los primeros fue Robert Owen (1771-1858). Los beneficios conseguidos los invirtió en la provisión de servicios sociales para sus obreros, construyendo escuelas a las que obligaba a asistir a los niños hasta la edad de diez años y por la noche a sus empleados. Sus ideas no fueron bien acogidas debido a su moral y a sus ataques a la religión. Pero a pesar de todo, el eco fue extraordinario gracias a su lema: “Cambia el entrono, y el hombre cambiará con él”.
Aunque no tan ambiciosos, sí que tuvieron más éxito los barrios coloniales fabriles, levantados para los empleados de una industria. Son creaciones próximas a la ciudad-jardín.
Las ciudades jardín
Intenta sintetizar las ideas expresadas por los reformistas utópicos anteriores, tratando de integrar lo que entonces constituía lo mejor de la vida rural con las ventajas de la ciudad.
La disposición de espacios verdes delante y detrás de las viviendas, el tráfico rodado separado totalmente de los peatones, la necesidad de implantar cinturones o anillos verdes en la ciudad, que frenaran s crecimiento y permitieran disponer de zonas verdes y la construcción de ciudades satélites, fueron algunas de las aportaciones más significativas de Howard.
Una aportación española: la Ciudad Lineal
Otra aportación de finales del siglo XIX, en la planificación urbana, es la del español Arturo Soria y Mata con su Ciudad Lineal, denominada Lineal por su forma casi recta, para facilitar los transportes, con viviendas situadas a ambos lados de una calle de gran anchura, dotada de espacios verdes.
Consistía en la unió de antiguos núcleos de población, mediante una línea de transporte rápido.
2.3 LA CIUDAD POSTINDUSTRIAL
INTRODUCCIÓN
Nuestra civilización es una civilización urbana. A nivel mundial es un hecho que cada vez más gente vive en menor proporción de la superficie terrestre, concentrándose, precisamente, en las ciudades.
Como en tiempos pasados, también en la actualidad existen unos mecanismos y procesos que actúan y transforman la morfología y funciones de la ciudad. El orden social es un capitalismo avanzado que persigue un provecho económico, basándose en la industria y el comercio.
PROCESOS ACTUALES QUE CONFIGURAN LA CIUDAD
Dentro del orden social imperante en la actualidad, el factor dominante que actúa en la fisonomía urbana es el económico. Los medios de transporte actuales son los verdaderos protagonistas.
Persisten los mecanismos de diferenciación social que llegan a plantearse en los barrios, reflejando las condiciones sociales de sus habitantes. En algunos de los barrios coinciden características singulares, que reflejan el bajo nivel de vida de sus habitantes, son los ghettos. Alejados en el espacio urbano también la ciudad alberga las viviendas de las clases sociales elevadas de la actual pirámide.
El incremento de los transportes, singularmente los privados, ha permitido descongestionar el interior de las ciudades y la extensión de éstas en áreas suburbanas. En los países, como el Reino Unido, Estados Unidos y otros de Europa Occidental, estas áreas suburbanas registran una baja densidad de población; lo contrario sucede en países que se han visto afectados recientemente por el desarrollo, albergando en su periferia ciudades dormitorios.
La industria, los establecimientos, se van alejando de las ciudades, fundamentalmente aquellos que requieren más espacios o son enojosos para sus habitantes, llegando, incluso, a traspasar las fronteras nacionales los que requieren una gran proporción de mano de obra, trasladándose a países en vías de desarrollo.
En el tema demográfico se registran la confrontación de las fuerzas centrípetas, que son las fuerzas que han prevalecido hasta la fecha, y las centrífugas, que comienzan a manifestarse. El resultado de la polarización del éxodo rural es la aparición, en los países desarrollados, de grandes extensiones urbanizadas, denominadas megalópolis, que concentran a una creciente población.
Los habitantes de la ciudad registran cambios notables en su modo de vida diario, que afectan al consumo y provocan problemas sociales de muy diversa naturaleza. El poder público, aumentado gracias a la democracia, plantea políticas para la solución de los múltiples problemas urbanos de contaminación, provisión de viviendas, transporte, zonas verdes, educación, sanitarios y otros múltiples servicios que mejoren la calidad de vida de sus habitantes.
El reto planteado a la sociedad actual es tratar de disminuir al máximo las diferencias internas que se producen entre los habitantes urbanos y tratar de facilitar el acceso a todos los servicios que la sociedad actual ha conquistado. Los problemas son frutos del desequilibrio interno, la insolidaridad entre sus habitantes y las relaciones de intercambio desigual que se establecen con los espacios circundantes a todas las escalas.
ÁREAS METROPOLITANAS Y MEGAPOLIS
Las áreas metropolitanas son extensiones continuas de edificios que abarcan administrativamente varias ciudades. En el seno de este conjunto edificado, existe una ciudad importante que, gracias a su actividad económica en íntima relación con los núcleos próximos, ha ocasionado el área o región metropolitana. En los países más desarrollados, todas las capitales y ciudades más importantes han creado su área metropolitana, acogiendo a asentamientos que en el pasado tenían una función rural. La extensión de estas áreas metropolitanas varía mucho, ya que el estilo de vida de algunos países conduce a la construcción de viviendas individuales o unifamiliares con su correspondiente jardín, extendiendo durante muchos kilómetros la ciudad.
Los criterios para definir un área metropolitana son: la existencia de un núcleo urbano generador de la actividad económica, la existencia de una población dedicada, un alto porcentaje a actividades no agrarias, fuertes densidades de población y la existencia de lazos económicos y sociales entre todos los núcleos que integran su unidad administrativa.
La conurbación corresponde al crecimiento independiente experimentado por dos o más núcleos y cuyo resultado es la existencia de uno solo. Ciudades costeras próximas, o con múltiples lazos, motivan el que su crecimiento tienda a extenderse por el espacio vacío situado entre ambas, hasta llegar a unirse.
La megalópolis son extensiones de varias decenas de kilómetros, formadas por la coalescencia de núcleos urbanos y áreas metropolitanas. La creciente concentración de actividades y población en determinadas ciudades, o áreas metropolitanas, origina las grandes extensiones continuas de ciudades
La población que vive y trabaja en estas regiones es de varias decenas de millones. A su vez, el paisaje predominante en toda la extensión es urbano, monótono, sin apreciarse límites, aunque sí se percibe la personalidad de cada uno de los grandes núcleos que la integran.
Ante las proporciones de este fenómeno se plantean múltiples interrogantes suscitado por los grandes problemas de las ciudades.
PLANIFICACIÓN Y BUSQUEDA DE LOS PROBLEMAS URBANOS
Para señalar sólo algunos de los problemas de la construcción de nuevas ciudades, citemos la ausencia de viviendas y precios adecuados para todos los ciudadanos, principalmente para los menos favorecidos; en segundo lugar, las congestiones surgidas en el tráfico urbano; le siguen la especulación producida en el centro, en torno al distrito comercial, con el crecimiento desorbitado de los precios del suelo; la desigualdad accesibilidad a los servicios públicos disponibles en la comunidad, como escuelas, hospitales, parques, etc., el deterioro ambiental y las cada vez mayores dificultades para continuar abasteciendo dichas ciudades…
La acumulación creciente de población, asociada al incremento constante de la actividad económica.
Ante esta situación vamos a señalar a continuación algunas propuestas, que deberá seleccionar y elegir la sociedad en el futuro de su propia supervivencia.
El tamaño óptimo de las ciudades
Se trata de introducir unos límites a las mayores ciudades, con el ánimo de establecer un equilibrio entre los núcleos de la red. Esta tarea ha suscitado diversos trabajos en el seno del mundo socialista y capitalista.
Se produce un aumento creciente del coste de los servicios y actividades urbanas, a medida que se aumenta la densidad de la población, aunque ciertos servicios disminuyen su coste.
Resulta muy difícil ponderar y establecer los beneficios y perjuicios de los servicios, lo cual debilita la argumentación en general. Igualmente, hay que considerar que una ciudad se halla integrada en una red urbana y que afecta al territorio o país. Por ello, el tamaño de las ciudades puede variar enormemente según los diversos estados.
La construcción de nuevas ciudades
Ante el crecimiento desorbitado que en algunos países han experimentado las ciudades, han elegido la construcción de ciudades completamente nuevas. Esto se ha hecho como consecuencia del desarrollo económico o la instalación de industrias como medio de descongestionar los núcleos urbanos.
En otras ocasiones, la construcción de nuevas ciudades se ha asociado a la instalación de nuevos complejos industriales, como consecuencia del descubrimiento de yacimientos de materias primas o fuentes energéticas.
Finalmente, conviene señalar la creación de nuevas ciudades con funciones principalmente políticas.
Ciudades y polos de desarrollo
Los desequilibrios llevaron a la consideración de establecer lugares seleccionados para la instalación de industrias y otras actividades generadoras de puestos de trabajo y riqueza. Los resultados que se persiguen son, por un lado, frenar la emigración hacia unos lugares determinados para descongestionarlos y, por otro, producir riqueza para equilibrar los diversos componentes socioeconómicos por todo el territorio.
En la actualidad, se intenta descubrir aquellos núcleos urbanos y tipos de actividades que ofrezcan unas posibilidades para el éxito de dicha política. Su objetivo es planificar un desarrollo armónico de las regiones y ciudades de todo un estado con objeto de paliar los resultados producidos por la economía liberal. Ello, lógicamente, en los países que existe una política de planificación.
La planificación armónica de la red urbana
En esta estructura jerarquizada, cada uno de los núcleos alberga y desempeña una serie de servicios, atendiendo a su posición en dicho orden o escala. Así pues, de forma ideal, para un uso eficaz del espacio y el desempeño de unas funciones, los núcleos urbanos han de distribuirse de manera regular por todo el territorio.
El tema más difícil en esta situación es el modelo al que debe tenderse, ya que cada estado, por sus peculiaridades socioeconómicas, debe elaborar aquél que se ciña mejor a sus características, lo cual cuestiona la adaptación de modelos que pueden haber sido útiles en otros estados. Otro punto, que dificulta la elaboración y aplicación de modelos de planificación, es la naturaleza cambiante de la red urbana.
Debe tenerse en cuenta que cualquier decisión estatal sobre la localización de los servicios públicos, como universidades u hospitales, repercute en la distribución equilibrada de la población en los núcleos urbanos.
3. EL SISTEMA INTRAURBANO
3.1 MORFOLOGÍA
INTRODUCCIÓN
Durante mucho tiempo se hizo especial hincapié en los estudios del emplazamiento y de la situación por considerar que estos aspectos del marco natural explicaban significativamente el desarrollo de la ciudad. Posteriormente, se intentó completar el estudio con la morfología del espacio urbano edificado. Más tarde se estudiaron las características del espacio social. Por último, en la década de los años 60 se hicieron estudios de la percepción del paisaje urbanos de los habitantes. Finalmente, en la década de los años 70, se aborda la morfología y estructura urbanas desde un enfoque prospectivo que intenta combinar el escenario físico de la ciudad, las actividades económicas de sus habitantes, y una serie de características sociológicas representativas.
Toda ciudad es concreta pero posee también elementos del modelo de ciudad que intenta imponer la mundialización de la economía, arrasando las formas heredadas o englobándolas en una nueva lógica y asignándole unos contenidos y funciones acordes con los intereses del nuevo orden económico.
En la ciudad concreta se aprecia el escenario en donde se va a representar la obra de la ciudad del futuro. Asimismo, la ciudad construida muestra la desigualdad de oportunidades de unas zonas con respecto a otras.
Puede decirse que la <<ciudad se construye con el tiempo, queda fijada un tiempo en el espacio y va a la búsqueda de otra ciudad en el tiempo, después de transformar su propio espacio>>.
COMPONENTES BÁSICOS DE LA MORFOLOGÍA URBANA
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Las condicionantes del medio natural
Un componente básico de la morfología urbana lo constituye el marco natural, pues enmarca la ciudad y es la razón fundamental de su origen y un factor importante de su posterior desarrollo. Representa las complejas actividades y valores de los diferentes pueblos. La cuidad al desarrollarse y parcelar terrenos para la edificación tuvo que tener en cuenta los elementos del territorio y convertir estos componentes en elementos esenciales del espacio urbano.
Los elementos del territorio que más atención han suscitado en geografía urbana son el emplazamiento y la situación.
Emplazamiento. Es el espacio concreto y material sobre el que reasienta la ciudad, es la topografía, el soporte físico que, desde el momento de la fundación y a lo largo de su evolución, va a condicionar en parte el paisaje urbano y su desarrollo espacial. La elección del emplazamiento depende de la función dominante de la ciudad en el momento de su fundación: defensiva, comercial, religiosa, política, y de las características del medio físico: relieve, disponibilidad de agua, combustible, etc. De acuerdo con su emplazamiento cabe distinguir emplazamiento de colina, típico de las ciudades de las edades antiguas y medievales. Emplazamiento a lo largo de los cursos de los ríos, por el papel que estos accidentes han tenido en las comunidades. Un emplazamiento frecuente lo constituyen las diferentes formas de relieve litoral: tómbolas, penínsulas, llanura costera protegida por un murallón montañoso, islotes costeros, etc. También este emplazamiento se asocia a la función comercial y militar. El emplazamiento originario de una ciudad resulta casi siempre inadecuado a las nuevas funciones urbanas y experimenta un proceso de renovación, al mismo tiempo que conoce la yuxtaposición de desarrollos urbanos que buscan emplazamientos más de acuerdo con las nuevas funciones y mejor adaptados al tráfico motorizado.
Situación. Es el entorno geográfico en el que la ciudad se encuadra y con relación al que se organiza. La situación se refiere a las grandes vías de comunicación, a los grandes espacios económicos. Hasta finales del siglo XIX obedecía a la voluntad de dominar las rutas más importantes que facilitaban el tráfico de bienes y de personas o buscando el lugar de contacto entre dos regiones de economía diferenciadas o complementarias. Ciudades con situación de encrucijada, ciudades en la confluencia de grandes vías de comunicación, son ciudades que intentan aprovecharse de los flujos que circulan a través de estos ejes; ciudades situadas en rutas caravaneras, rutas de peregrinación, etc. Otras veces, las ciudades se sitúan en una línea de contacto de regiones diferentes y las ciudades resultan lugares de intercambio de las producciones. Las ciudades situadas en fachadas marítimas se benefician de las rupturas de carga y de la accesibilidad. En el momento presente la situación tiene menor influencia debido a los avances tecnológicos.
Además de estos conceptos, en geografía urbana se tiene cada vez más en cuenta la organización del territorio en su fase preurbana.
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El plano y sus componentes.
El plano puede definirse como la plasmación de la disposición y combinación de los espacios no edificados o públicos y los solares edificados o edificables o espacio privados.
La clasificación de los planos de la ciudad se realiza según diversos criterios. El geógrafo Dickinson distingue plano en cuadrícula o damero plano ortogonal, donde las calles se cortan en ángulo recto, presente en la antigüedad. Otro plano de ciudad es el radioconcéntrico, formado por las calles que parten del centro a modo de radios y otras que forman círculos concéntricos que cortan perpendicularmente las calles radiales. Por último, Dickinson habla de un tipo de plano irregular que no obedece a un plano proyecto previo, sino que es el resultado de un crecimiento espontáneo. Por último, el geógrafo francés J.Tricart (1954) hace una clasificación de las ciudades tomando como criterio la forma de los planos y el carácter planificado o no de la ciudad. Este autor distingue un primer tipo de ciudades homogéneas con una estructura unificada. Dentro de esta categoría diferenciada las ciudades planificadas con planos rectangulares (lineal, diagonal, paralelo, damero); la ciudad planificada con planos radioconcéntricos (estrella y circular); y las ciudades no planificadas con <<crecimiento natural>>, en las que diferencia las ciudades fortaleza, ciudades con planos en forma de estrella, y con planos irregulares. Por último, Tricart distingue las ciudades homogéneas, de estructura compleja, en las que diferencia las ciudades replanificadas, polinucleares, ciudades con un diseño en forma de red, ciudades esféricas, subdivididas en concéntricas y radiales.
Otro tipo de clasificación es el que se apoya en la historia y diferencia en cada periodo un plano típico: el plano en damero sería del legado por Roma, el irregular procedería de la Edad Media, el Renacimiento y el Barroco configurarían un plano específico, lo mismo que la revolución industrial. Por último, Sjoberg considera que la morfología urbana es el resultado de la tecnología y así habla de la ciudad preindustrial y de la ciudad industrial. Carter considera que los planos regulares suponen un principio de planificación. Las ciudades que presentan planos regulares traducen una forma de control centralizado de carácter político, religioso o cultural. Carter (1981) concluye que la falta de poder centralizado permite el desarrollo urbano espontáneo y que el plano presenta una forma irregular.
Conzen (1960) en su estudio sobre la morfología de la ciudad Alnwick llegó a las siguientes generalizaciones:
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Los componentes del paisaje urbano no tiene todos la misma estabilidad, el plano y los edificios son más duraderos que la función.
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En el plano de una ciudad existen dos elementos muy significativos: el cinturón de expansión y las líneas de fijación.
Las líneas de fijación son los elementos estructurales del plano que actúan como obstáculos y barreras a la expansión de la ciudad. Pueden ser elementos físicos, humanos o incluso aspectos no visibles en el territorio.
Las líneas de fijación pueden ceder en un momento determinado ante la presión constructora, creando un cinturón de expansión que a veces se mantiene en el plano durante un largo periodo de tiempo con un predominio de solares edificables sobre el espacio edificado.
En los planos de la ciudad se pueden individualizar diferentes tramas. La tramas o el tejido urbano es la forma de agruparse y ordenarse los espacios públicos y los espacios parcelados o edificados. La unidad básica es la manzana: conjunto de edificios o solares urbanos limitados por calles, puede ser cerrada o abierta. Según se dispongan los edificios y según sea la proporción del espacio edificado con respecto al espacio abierto se diferencia la trama cerrada, cuando los edificios se sitúan uno al lado del otro dando lugar a una edificación compacta. Este tipo de trama es propio de la ciudad preindustrial.
Cuando los edificios que forman las manzanas se disponen de manera aislada o adosa dejando grandes espacios libres forman una trama en orden abierto.
También se suele hablar de tramas regulares o irregulares, espontáneas o planificadas, conservadas o deterioradas, homogéneas o heterogéneas, e incluso a veces se utilizan términos descriptivos para referirse a las diferentes tramas en el plano de la ciudad con el fin de comparar los espacios urbanos entre sí. Y así se habla del grano o de la textura de una trama urbana, de la focalización, etc.
En lo que se refiere a la tipología de los edificios se siguen diferentes criterios como el histórico: casa gótica, renacentista, racionalista, etc., o bien en los que se edifican actualmente se puede hablar de vivienda unifamiliar aislada, edificio entre medianeras, bloque aislado, etc.
Asimismo en el espacio urbano existe una red de espacios públicos que es el que permite la parcelación (transformación de suelo rústico en urbano).
Entre los elementos que compone esta red se diferencia la calle: espacio público entre dos órdenes de edificios, las avenidas y arterias urbanas cuyo objeto principal es la circulación de vehículos. Suelen tener diversas calzadas. El boulevard, que en su origen es el de la ronda, hoy se da este nombre cuando posee vías con calzada central y amplias aceras colaterales; paseos: vía pública con un espacio más o menos cerrado con balaustradas y bancos, especialmente pavimentado para uso de peatones; plaza: lugar ancho y espacioso; parques, calles peatonales, etc.
Las tramas urbanas se relacionan muy estrechamente con los mecanismos materiales de construcción de la ciudad, y con el orden y la importancia de cada una de estas operaciones: parcelación, urbanización material y edificación.
3.2 LA CALIDAD DEL MEDIO URBANO
La calidad ambiental no se centra únicamente en los componentes del plano, sino que incluye otros aspectos como los servicios y equipamientos, y también efectos externos negativos o positivos tales como la intensidad de los ruidos, la contaminación atmosférica, etc.
Las unidades de análisis son los edificios, manzanas o calles y se trata de asignar una puntuación a estas unidades, según la presencia o ausencia de defectos ambientales. Esta puntación de un índice que permite elaborar un mapa de coropletas o isopletas de la calidad ambiental de una ciudad.
Asimismo el Comité de Medio Ambiente de la OCD (1978) ha realizado un programa de estudio sobre los indicadores del medio urbano como instrumento de evaluación de la calidad del mismo con objeto de mejorar el conocimiento del medio, su evolución de la eficacia de las acciones y políticas relativas al medio urbano sí como la información a los ciudadanos.
El citado Comité propuso una serie de indicadores que se refieren al ámbito de la vivienda, los servicios y el empleo, medio ambiente y molestias y medio ambiente social y cultural.
4. ESTRUCTURA URBANA
4.1 EL SECTOR CENTRAL
CARACTERES GENERALES
El centro de las ciudades de mediano y gran tamaño presenta unos rasgos de usos del suelo y funciones que le hacen ser el espacio más destacado, el mejor conocido y el que atrae a un mayor número de estudios. El centro de la ciudad evoca un área con gran actividad comercial, numerosos establecimientos recreativos y una gran gama de entidades financieras y de servicios. Este sector recibe el nombre de Central Bussiness District (C.B.D) y ha sido definido como el sector de una ciudad donde el comercio al por menor de bienes y servicios, y la presencia de actividades administrativas y financieras con fines lucrativos, dominan la escena y dan carácter a los usos del suelo.
Murphy subraya que el C.B.D. no tiene límites y que tradicionalmente se considera como un área de la ciudad indefinida, caracterizada por:
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Ser central, aunque el crecimiento desmesurado de las áreas residenciales suburbiales ha hecho perder esta condición a numerosas ciudades americanas y europeas.
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Tiene la mayor concentración de edificios altos, este rasgo es válido para la ciudad sajona y no tanto para la mediterránea.
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Tiene una gran concentración comercial y un comercio especializado que atrae a la población de la ciudad y del área de influencia.
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Es el área de mayor tráfico de vehículos y peatones de la ciudad.
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Es el área en donde el precio del suelo, los alquileres y los impuestos son más elevados.
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Es el área que obtiene negocio de toda la ciudad y de todos sus grupos sociales y étnicos, así como de la población que reside en el área de influencia.
El C.B.D. sufre una constante transformación. Hasta hace cincuenta años, el centro de la ciudad era un área de actividades y usos del suelo heterogéneos, con el transcurso del tiempo, la congestión produjo el deterioro del uso del suelo residencial y asimismo la industria y el comercio mayorista fueron desplazadas por el comercio minorista. En el momento presente, los usos del suelo del comercio minorista monopolizan el C.B.D., aunque determinados comercios sufren la competencia de otros centros comerciales satélites que sustraen clientela al C.B.D.
El C.B.D. no es uniforme, y pueden establecerse las siguientes características generales:
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Un gradiente a partir de un punto de máxima actividad y valor del suelo, la frontera del C.B.D. es más una zona de transición que una línea. A este gradiente se superpone un mosaico de usos del suelo que dan lugar a la individualización y especialización de funciones en el centro y así en las grandes ciudades aparecen el barrio financiero, hotelero, cines, teatros y salas de fiesta, etc. A ese mosaico de actividades en sentido horizontal hay que añadir un gradiente y una zonificación en vertical. En general, los edificios tienen una ocupación más intensiva en la planta baja que en las latas.
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En relación con la teoría de <<los lugares centrales>>, el C.B.D. es el área de comercio y servicios de rango superior de la que dependen otras áreas de rango inferior. Es también el área abastecedora en determinados bienes y servicios especializados de toda la población residente en la ciudad y en área de influencia de la misma.
En líneas generales, se cumple en el C.B.D. el supuesto de Burgess de disminución de intensidad de usos del suelo al separarnos del centro. Sin embargo, en función de las comunicaciones, de la morfología urbana, pueden aparecer en la ciudad cuñas del uso del suelo muy intensivo que parten del centro y se extienden a la periferia. Por último, el C.B.D. puede considerarse como uno de los núcleos de la ciudad, e incluso cuando el C.B.D. tiene grandes dimensiones, se cristalizan y forman otros núcleos de actividad funcional: áreas que vienen a representar y a producir los efectos de otros núcleos a escala del C.B.D.
En lo que atañe a la teoría de los lugares centrales, cabe señalar que la igual que se establece una jerarquía de centros comerciales y servicios a nivel de asentamientos, también es posible establecer una jerarquía de áreas comerciales dentro de la ciudad, y así Hans Carol habla de cuatro órdenes de que van desde el comercio de la esquina C.B.D. (B.D. local), el que abarca un barrio C.B.D. (B.D. vecinal), y el que abastece un distrito (B.D. regional) y el C.B.D. que abastece de bienes y servicios a toda la ciudad.
DELIMITACIÓN DEL C.B.D.
El C.B.D. no está limitado en la ciudad por vallas, y cuando no se encuentra en el corazón del C.B.D. no resulta difícil identificar, pero conforme nos alejamos del núcleo de máxima intensidad, las características se van desdibujando de un modo paulatino y gradual. Por lo tanto, si se quiere precisar y delimitar C.B.D., es preciso seguir unos criterios que determinen previamente qué usos del suelo o actividades se han de considerar pertenecientes al C.B.D. y qué otros usos del suelo no pertenecen al mismo. Son muchos los métodos que se han empleado en la delimitación del C.B.D. Nosotros vamos a seguir el método de Murphy y Vance expuesto por R.E. Murphy (1972) por considerarlo el más factible, puesto que se apoya en datos de observación.
Parten del punto de máximo valor del precio del suelo y examinan el uso del suelo circundante para luego, con esta información, calcular el índice del C.B.D.
El método comporta las siguientes etapas:
Determinación de los usos del suelo propios del C.B.D. Las actividades no pertenecientes al C.B.D. son :
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Edificios de viviendas permanentes
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Edificios de propiedad del gobierno y de la administración local.
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Establecimientos y edificios pertenecientes a entidades sin fines lucrativos.
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Establecimientos industriales, salvo empresas periodísticas.
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Venta al por mayor con almacenaje de mercancías.
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Solares sin edificar.
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Instalaciones ferroviarias de carga y descarga.
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Cartografía de los usos del suelo. Se comienza a partir del punto en el que el precio del suelo es más elevado y se incluyen los usos del suelo que ocupan las plantas bajas de los edificios y las superiores.
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Calculo de los índices. Estos autores calculan dos índices el Icba, índice de C.B.D., en altura, que es el número de plantas de usos del C.B.D., si éstas estuviesen repartidas uniformemente en la manzana.
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Para incluir una manzana en el C.B.D. ha de tener un valor de Icba de 1 o más un valor de Icbi de más del 50% y ha de estar contigua a un grupo de manzanas en torno al área de máximo valor del suelo y que reúna los valores de índice señalados.
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Una manzana que no cumple los valores requeridos en los índices de altura e intensidad del C.B.D. se considera perteneciente el mismo cuando está rodeada de manzanas que cumplen los valores de este índice.
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Una manzana ocupada completamente por edificios o dependencias municipales, policía, bomberos, servicios de correos, se incluye dentro del C.B.D. si está adyacente o contiguo a manzanas que cumplen los requisitos.
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Si los edificios que se indican en la condición 3 sólo ocupan una parte de una manzana que es contigua a un sector del C.B.D., si la inclusión de esos establecimientos como actividad del C.B.D., y diesen un valor a la manzana en los dos índices igual o superior al requerido, entonces la manzana entera se considera perteneciente al C.B.D.
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Las manzanas situadas al otro lado de las vías del ferrocarril o vía rápida no se consideran contiguas al C.B.D., a no se que estas vías sean subterráneas y permitan el libre acceso al espacio principal del C.B.D.
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Cuando una de las siguientes categorías: venta de automóviles, comercio al por menor y almacenamiento ocupa el 5% del espacio de la manzana.
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Las manzanas no adscrita a la zona de transición se consideran pertenecientes a la zona residencial interior cuando el 20% de su espacio se utiliza como vivienda o usos tales como escuelas, tiendas de ultramarinos, etc.
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Algunas manzanas con menos del 20% del suelo dedicado a viviendas y menos del 5% ocupado por las categorías que se incluyen en la regla 1 son manzanas que tienen usos del suelo con actividades públicas. En este caso se incluyen también en la zona de transición.
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Aunque la gran fábrica con cadena de montaje es más independiente y autónoma que las pequeñas fábricas del centro de la ciudad, sin embargo requieren muchos lazos que faciliten los flujos de productos.
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Casi todas las industrias requieren infraestructuras, incluyendo carreteras, agua, energía y eliminación de vertidos. Estos son suministrados por organismos externos.
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Las industrias dependen de la infraestructura del transporte y prefieren emplazamientos que garanticen el acceso al mismo.
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Las fábricas se consideran como fuentes de externalidades negativas para las áreas residenciales. Por ello se concentran en áreas alejadas o en sectores que afectan al menor número de personas.
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Aunque la industria en el capitalismo avanzado está dominada por grandes empresas y gigantescas fábricas, hay aún muchos pequeños establecimientos pero dependientes de las grandes, por lo que estás se benefician de su proximidad.
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Mercados periódicos.
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Sistema de lugares centrales con una jerarquía de centros comerciales.
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Aparición de un sistema de grandes y planeados centros comerciales compitiendo con los centros establecidos en el C.B.D. en los suburbios interiores.
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Índices de Segregación: miden el grado de separación residencial de subgrupos dentro de una población.
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Coeficiente de Asociación Geográfica: es una medida muy relacionada con la anterior.
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Coeficiente de Localización.
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Tamaño: la superficie del barrio depende de la densidad de población,
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Limites: el barrio debería estar limitado por calles de tráfico o arterias de tráfico amplias.
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Espacios libres: parques y espacios de recreo para hacer frente a las necesidades de la vecindad.
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Emplazamientos institucionales: lugares reservados para la escuela y otras instituciones de servicios deberían ubicarse en el centro.
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Comercios: deberían situarse en los bordes del barrio.
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Sistema interno de calles: el barrio debería estar dotado de un sistema espacial de calles cuyo objetivo fuese facilitar la circulación interior en el barrio.
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El Sector geográfico: conjunto de edificios delimitado por obstáculos materiales que interrumpen las relaciones sociales cotidianas, con una población de 13.000 a 30.000 persona. Cada sector tiene una serie de núcleos en los que se concentra el comercio y los centros escolares.
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El barrio: sistema de calles con limites más o menos precisos que cuenta con un centro económico y diversos puntos de atracción. Tiene una población entre 1.000 y 2.000 personas.
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A nivel más elemental, el barrio es simplemente un territorio mal definido.
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La segunda fase es el barrio físico que se individualiza por características físicas bien definidas y limites claros e identificables.
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El barrio homogéneo. Posee también los atributos del anterior, pero ha adquirido ciertas características sociales y está ocupado por un grupo social y cultural semejante.
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El barrio funcional añade a las características de las dos anteriores actividades tales como el comercio, escuela, iglesia...
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El nivel superior, la comunidad. En ésta las personas desarrollan un sentido de colectividad y tienden a asociarse con sus vecinos más que con las personas que viven fuera del barrio.
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Corazón: en el se ubica el grupo social más característicos y los edificios y actividades de mayor significación simbólica.
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Dominio: el grupo social característico está en mayoría y depende del estatus de este grupo la importancia social de la zona. Las conexiones son menos intensas que en el corazón del barrio.
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Esfera: el grupo social está presente, pero en minoría.
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Los barrios defieren marcadamente en tamaño según las técnicas utilizadas en la elaboración del mapa mental.
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La mayoría de los encuestados encuentran cierta dificultad de compresión del concepto de barrio, por lo que debería ser sustituido por otra palabra o por u circunloquio aclaratorio.
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La representación gráfica del barrio produce un alto porcentaje de rechazo.
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A pesar de os problemas que suscita la comunicación de impresiones espaciales subjetivas, el tamaño, la forma y los atributos del barrio reflejan algunos comportamientos espaciales de los entrevistados.
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Los mapas mentales manifiestan visiones diferentes según el sexo, puesto que existe una tendencia educativa de reservar y considerar los espacios abiertos al hombre y de adscribir los espacios íntimos e interiores a la mujer.
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Deben emplearse otras técnicas estadísticas de valoración del paisaje complementarias a las técnicas usuales de elaboración de mapas mentales.
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Las formas de producción empiezan a ser alteradas.
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La curva de crecimiento de la población se eleva.
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Se multiplican los puntos de concentración urbana y aumenta el crecimiento de cada uno de estos puntos individualmente.
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Acompañando a la urbanización se producen cambios demográficos y se pasa de una economía familiar a una urbana industrial.
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Cambia la naturaleza de la empresa.
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Se forma un colectivo importante de trabajadores asalariados.
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también se desarrolla un grupo de profesionales que se dedica a la supervisión central y dirección de empresas.
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El representativo, cabeza urbana, sede de la dirección de la inteligencia.
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El central, cuerpo que encierra los servicios propiamente urbanos.
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Los extremos o satélites, miembros elásticos, sede de la industria y de todas las funciones que requieran una independencia.
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Competencia personal.
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Principio de dominación.
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El C.B.D no siempre es el único centro comercial y cultural de la gran ciudad, y sus limites no siempre están claramente definidos.
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El área de comercio no siempre rodea al núcleo comercial y financiero del C.B.D.
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La industria tiende a situarse en la periferia de la ciudad.
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Al tener emplazamientos industriales periféricos, las áreas residenciales de obreros manuales no siempre rodean al C.B.D. ni tampoco las clases sociales de alto estatus están siempre alejadas del C.B.D.
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La quinta zona no es una zona homogénea ya que en esta zona existe una marcada degradación.
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Las áreas de renta más elevada se sitúan en una o más sectores en la parte más exterior de la ciudad.
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Las áreas de alquiler elevado tienen forma de abanico que se extiende en ciertos sectores según formas radiales desde el centro a la periferia.
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Las zonas de renta media tienden a situarse en zonas colindantes con las áreas de renta más elevada.
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Las áreas de renta baja que se extienden desde el centro a la periferia se encuentran prácticamente en todas las ciudades.
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Algunas actividades necesitan determinados servicios.
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Las actividades similares se agrupan para favorecer las economías de aglomeración.
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Ciertas actividades son antagónicas.
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Ciertas actividades no pueden pagar elevados precios por instalarse en los lugares más accesibles y ello les impulsa a agruparse.
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La ciudad se sitúa en un espacio isotrópico, es decir, con unas características uniformes desde un punto de vista topográfico.
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El C.B.D. se sitúa en el centro de ese espacio isotropico y es el lugar más accesible con respecto a los demás puntos del territorio urbano.
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La ciudad está habitada por hombres que responden al modelo del ser racional cuyo comportamiento se dirige a lograr el máximo beneficio, utilidad y satisfacción.
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Los diversos agentes valoran los precios a que se ofrece una cantidad unitaria de espacio que tenga determinadas cualidades, los costos monetarios derivados de transporte y los efectos originados por la toma de decisiones de otros agentes.
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Las empresas localizadas en la ciudad son perfectamente competitivas.
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Los precios de los factores productivos no experimentan variaciones en la ciudad.
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La distribución espacial de bienes y servicios públicos es uniforme.
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El sistema de transporte es uniforme en toda la ciudad y el costo del mismo es directamente proporcional a la distancia recorrida.
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TRANSFORMACIONES SOCIALES
Todas estas actividades en encuentran en el C.B.D., pero se consideran como antagónicas con los usos típicos del C.B.D., o neutrales, como en el caso de los edificios públicos.
Se obtiene dividiendo la superficie total ocupada por usos del C.B.D. en todas las plantas de la manzana (el uso C9 entre la superficie de la planta baja.
El segundo índice es el de intensidad del C.B.D. índice de intensidad de los negocios (Icbi).
Es la proporción del espacio del tipo C.B.D., expresada en porcentaje, con respecto a la superficie total de la manzana.
Así, pues, el método propuesto implica el cálculo de los índices de altura e intensidad del C.B.D., la determinación área de precios más elevada y la ap0licación de las siguientes reglas:
Delimitado el C.B.D. a través de los criterios expuestos, se intentó a través de un modelo sencillo explicar el dinamismo del C.B.D. dentro de la ciudad. Para ello se distinguió dentro del C.B.D. dos unidades: el núcleo y la zona de transición. El núcleo sería la parte del C.B.D. que tiene la mayor intensidad de usos del suelo y actividades económicas y sociales, gran ocupación diurna y casi nula nocturna. La invasión de usos del suelo diferentes a los residenciales se inició en el siglo XIX y no concluyo aún.
La zona de transición es un área de penetración y expansión del núcleo del C.B.D., pero su estructura no es tan clara como la de este sector, ya que se desarrollan modos de actividades funcionales, industria ligera, comercio al por menor, almacenamiento y transporte. Es, por lo tanto, una zona de carácter mixto.
Algunos autores han ideado unos criterios para adscribir una manzana a esta zona de transición. Estas son:
4.2 USOS DEL SUELO NO RESIDENCIAL
Pocas ciudades tienen un carácter predominantemente residencial y casi siempre son los usos del suelo consagrados al comercio, servicios e industria la razón de ser de la mayoría de las ciudades.
Los diferentes tipos de usos del suelo en la ciudad son interdependientes y crean externalidades a los restantes usos. En general, la accesibilidad es una externalidad positiva, pues reduce los costos de transporte. Por consiguiente, la accesibilidad de un lugar de trabajo es valorada por la familia. Pero la proximidad al lugar del trabajo puede suponer también un componente de externalidad negativa. Otros usos del suelo no residenciales ofrecen semejantes beneficios de formas espaciales.
USOS DEL SUELO INDUSTRIAL Y SU EVOLUCIÓN
Durante un largo período de tiempo las funciones urbanas no creaban usos del suelo diferenciado especialmente. Esta falta de separación de usos era el reflejo de las características de la ciudad mercantil y de la primera revolución industrial en donde la falta de movilidad y la pequeña escala con la que operaban los establecimientos industriales y comerciales determinaba el espacio urbano no tuviera una limitaciones de crecimiento horizontal, es decir, su expansión se producía más por implosión que por explosión sobre el entorno rural circundante.
Al desarrollarse el capitalismo industrial, los usos del suelo mixto fueron sustituidos por una separación de usos, comenzando con la separación de diferentes tipos de talleres que ocupaban partes diferenciadas del tejido urbano.
Conforme crecen las ciudades, sus centros se hacen más congestionados y menos atractivos como áreas residenciales. De esta forma la clase adinerada procuró huir de la vida entre el ruido y la miseria y surge, así, una separación nítida entre el lugar del trabajo y la residencia.
El desarrollo de la fábrica tuvo un gran impacto en la organización espacial de los usos del suelo urbano. En principio las fábricas fueron pequeños talleres coincidiendo en gran medida con los talleres artesanales de la ciudad mercantil.
De este modo, el área ocupada por estas primeras fábricas constituía un amasijo caótico de talleres y viviendas, dando un ambiente lúgubre y siniestro con deficiencia sanitarias muy graves. El centro de la ciudad fue, durante la primera revolución industrial, semillero de fábricas florecientes y el cementerio de aquellas que fracasaban en su actividad. Esta función del centro con respecto a la industria se fue debilitando con el capitalismo avanzado, con una industria dominada por la gran empresa y la gran fábrica y fue esta nueva organización la que consiguió una nueva organización del espacio urbano.
La explotación de las economías de escala que esta concentración implica significa que los pequeños talleres son sustituidos por grandes fábricas con obreros semicualificados sustituyendo a los oficios que requerían un largo aprendizaje. Las fábricas son grandes por su gran volumen y exigencias tecnológicas, ello exige también grandes espacios con los que no se cuenta en los centros de las ciudades, por lo que fue necesario instalarse en al franja urbana, lo que contribuyó a la gran expansión de la superficie edificada de las ciudades. Esta expansión se concentró en determinados sectores de la franja urbana por las siguientes razones:
El modelo de uso industrial en la mayoría de las ciudades comprende dos elementos: a) una corona interior de pequeñas fábricas y almacenes, b) un conjunto de centros industriales suburbanos con grandes fábricas y almacenes, con una pequeña aureola de pequeñas fábricas subsidiarias.
Las áreas industriales son los focos de flujos diarios de mercancías y gentes. Conforme se desarrolló la corona industrial interior se separó el lugar de trabajo y el de residencia, se produjeron dos tipos d movimiento. El primero afectaba a los trabajadores de alto estatus que huían de las externalidades negativas del centro, hacia los suburbios. El segundo afectaba a los obreros desplazados por la expansión industrial hacia viviendas alquiladas en la proximidad.
EL SECTOR DE OFICINAS
En buena parte de las ciudades el sector terciario y cuaternario es esencial. Las oficinas se desarrollaron de igual modo que las industrias en la ciudad mercantil. Algunas proporcionan servicios a toda la población; otras son el resultado de la división del trabajo en las grandes fábricas. El desarrollo del empleo en los servicios creó tres tipos de empleados: decidores y directivos; funciones rutinarias y operaciones de oficina. El grado de dependencia de las oficinas es variable. Hay uso del suelo terciario y segregación funcional dentro de estos espacios. El área de oficinas es central, próxima al comercio al por menor y dentro del cinturón industrial. La mayoría deben se accesible a los empleados.
Por último, algunas oficinas ocupan edificios de prestigio, y estas localizaciones sólo pueden abandonarse con grandes pérdidas. Aunque este último tipo de empresas es minoritario, muchas empresas dependen de ellas.
Las formas de desplazamiento ligadas a las oficinas son semejantes a las de la industria.
Los trabajadores rutinarios de los servicios viven cerca del centro, aunque recientemente y debido a la gentrificación, también lo hacen los de alto estatus.
USO DEL SUELO COMERCIAL
El comercio es una actividad fundamental en las ciudades, y un foco significativo en la organización de la ciudad.
Durante mucho tiempo se aplicó la teoría del lugar central y se suponía que en toda ciudad aparecían tres niveles jerárquicos de funciones comerciales. Las familias abastecían sus necesidades diarias del comercio más próximo situado en la vecindad y las necesidades semanales, del centro situado en el distrito. Una investigación más profunda contradice estos comportamientos. Existen muchas desviaciones. Unas se refieren a las densidades, que varían con la distancia al centro. Muchos compradores no son tan remisos a la distancia y al tiempo con en el medio rural. Además, mientas el área ocupada por el sistema de lugares centrales es fijo y los cambios suponen un crecimiento o descenso de la población de los asentamientos, el área ocupada por una ciudad dinámica está en expansión y se crean nuevos centros comerciales dentro de la matriz de nodos de preexistentes.
El principal centro d comercio comenzó como el foco de la vida urbana comercial y el nudo hacia el que se orientaban las rutas de transporte.
La estrategia monopolista conduce a la dispersión del comercio, o intenta buscar la mayor proporción de clientela, lo que implica competir con los establecimientos existentes. La mejor forma de competir es instalarse cerca para que la clientela compare precios y calidades. La primera estrategia lleva a la dispersión del comercio, la segunda a la concentración en el C.B.D. y en los centros suburbanos. Es el equilibrio entre las dos estrategias lo que explica la distribución comercial en cualquier tiempo: cuanto más predomine la primera estrategia, mayor dispersión de tiendas y más importan el papel de pequeños centros comerciales como foco de vida urbana.
Conforme los procesos de multiplicación y sustitución se realizan paralelamente al crecimiento de la ciudad y a los cambios en los gustos del consumidor, así puede variar la importancia relativa de las dos estrategias.
La teoría del lugar centra, que supone que todos los comercios funcionen como negocios independientes, que cada uno es la réplica exacta de los restantes que venden la misma mercancía, y que los objetivos de los comerciantes son los mismos. Esto no es real. Muchos comerciantes se conforman con cierto nivel de vida, otros están administrados como empresas capitalistas y su objetivo es aumentar el beneficio a través del incremento de ganancias y estableciendo cadenas de tiendas.
Los grandes almacenes son los principales imanes de los clientes: las pequeñas tiendas no, pero dependen de los grandes almacenes, de los que son parasitarias. Los grandes almacenes y supermercados se concentras en el consumo de mercancías masivo y con rápido beneficio, en tanto que las pequeñas tiendas pueden sobrevivir concentrándose en productos y servicios especializados.
En suma, el desarrollo secuencial del comercio sigue un ciclo cuyas etapas son:
Muchas ciudades tienen un sistema doble de provisión del comercio al por menor. Este sistema aparece en el Tercer Mundo reflejando la economía dual. En las grandes ciudades ex coloniales de Asia y América latina, por ejemplo, existe el C.B.D. típico para servir a la élite adinerada y un bazar o sector informal de puestos callejeros, funcionando a veces sin licencias, ni instalaciones fijas.
5. EL ESPACIO RESIDENCIAL
5.1 CARACTERES GENERALES
El espacio construido en la ciudad, así como su estructura urbana, proporcionan las bases de la diferenciación del espacio residencial. Estos mundos sociales originan una diferenciación residencial creando marcos a veces muy contrastados que influyen de forma desigual en los comportamientos de las personas que los ocupan. No influyan demasiado en grupos sociales móviles con gran poder económico y gran capacidad de organizar, pero los grupos de personas que carecen estas capacidades se ven frecuentemente aplastados por el espacio.
Por otra parte, determinados segmentos en cada grupo social: niños, ancianos y amas de casa tiene una relación continua con el entorno inmediato y en él se producen la mayoría de los contactos sociales y se gestan las principales pautas de su comportamiento.
Además, en el espacio edificado y en la estructura urbana se asienta el espacio social que es donde se estabilizan, reproducen y, a veces se amplían las desigualdades sociales.
5.2 DIFERENCIACIÓN RESIDENCIAL URBANA
Es un proceso universal en el tiempo y en el espacio. Una de las primeras cuestiones que se plantea es elaborar sistemas de medida que permitan cuantificar las diferencias residenciales en el espacio urbano.
Entre las medidas más usuales cabe destacar:
5.3 EL BARRIO, NOCIÓN BÁSICA DE DIFERENCIACIÓN URBANA:
Son las diferentes concepciones del barrio.
Parece ser que las agrupaciones humanas requieren una territorialidad, según la cual el hombre tiene necesidad de definir un territorio, sentirlo suyo y defenderlo.
Es decir, estructura global de la sociedad y la toma de decisiones individuales o familiares son las que diferencian el paisaje urbano en unidades menores ocupadas por grupos que comparten semejanzas.
Así, pues, los aspectos individuales influyen en la localización y en la diferenciación de un mosaico de comunidades social y espacialmente diferenciado.
Por otra parte, los barrios en la ciudad no existen aisladamente, sino que se insertan en la sociedad y por ello los cambios que se producen en la estructura social se traducen en el mosaico urbano.
Son muchas las concepciones y los criterios de la delimitación de comunidades urbanas barrios. Examinaremos aquellas que han tenido una mayor trascendencia.
A) Área natural.
El concepto deriva de la escuela de Ecología Humana de Chicago, que considera la ciudad como un organismo constituido por unidades básicas llamadas áreas naturales.
Sociólogo Burguess definió el área social como una unidad territorial cuyas características distintivas, físicas, económicas y culturales, son el resultado de la acción espontánea de procesos ecológicos y sociales.
Zorbaugh definió el área natural como un área geográfica caracterizada tanto por una individualidad física como por las características de sus habitantes.
Considera que las áreas naturales se producen espontáneamente sobre un esqueleto constituido por la infraestructura de los sistemas de transporte, parques, calles, industria y por los accidentes geográficos. Este esqueleto actúa como un conjunto de barreras que obstaculiza el movimiento de la población, lo que origina un proceso de segregación siguiendo las leyes de la competencia por el suelo.
En realidad el concepto de área natural es muy poco preciso y difícil de llevarlo a la práctica.
B) El barrio como unidad de planteamiento.
En el primer tercio del siglo XX, los planificadores intentan introducir la noción de barrio como unidad de planteamiento.
El máximo propulsor es el arquitecto norteamericano Clarence Perry.
Este autor anunció en 1929 que toda ciudad deberá estar constituida por una serie de áreas residenciales con servicios accesibles a los desplazamientos a pie realizados por las familias. Estos servicios incluían la escuela primaria, parques y núcleo comercial. La distancia desde el lugar de residencia a la escuela, parque o distrito comercial debería estar comprendida entre 400 y 800 m. La población del barrio no debería exceder a los 5.000 habitantes.
El proyecto de Perry se incluyó en el Plan Regional de Nueva York (1927-1931) y las ideas esenciales fueron:
El Instituto d'Amenagement et d'Urbanisme de la Región de Paris diferencia tres niveles de barrio. El barrio de nivel 1, el hábitat, posee menos de 450 viviendas.
El nivel 2, la manzana residencial, posee 450 viviendas. El nivel 3, la vecindad, posee 1.200 viviendas. El nivel 4, barrio, posee 5.00 viviendas y 17.500 habitantes. El nivel 5, el distrito, posee 15.000 viviendas.
Por ultimo M. Chombart de Lauwe diferencia:
C) El barrio considerado como un continuo.
Si definimos el barrio como una unidad territorial observamos que no es uniforme ni tiene la misma intensidad sino que aparece formando un continuo:
Las características sociales que se incluyen en la mayoría de las definiciones de la comunidad son: área geográfica, autosuficiencia, vida en común, amistad, conciencia de clase, posesión de normas y fines comunes.
D) La percepción del barrio.
De los estudios que se han realizado sobre la percepción del barrio basados en descripciones verbales o en el dibujo de mapas esquemáticos se puede generalizar diciendo que el barrio percibido siempre resulta una unidad de escala peatonal.
Sin embargo, cabe diferenciar los siguientes componentes del barrio, descritos por A. Rapoport (1978):
Para Rapoport el agrupamiento de la gente en barrios está presente en toda suerte de ciudades. Este hecho tal vez sea atribuible a las necesidades psicológicas básicas que tienen los hombres de identidad, seguridad y estímulo.
Amos Rapoport considera que para que un barrio funcione como una comunidad necesita tres elementos básicos: limites definidos, un nombre, una imagen para identificarlo y una cierta homogeneidad definida subjetivamente.
La valoración de los atributos del barrio depende de la clase social.
Aunque los estudios de la percepción son esenciales y muy útiles en la planificación, sin embargo sus resultados no son definitivos. En primer lugar, debería sustituirse la noción de barrio por la de área que resulta más familiar. El segundo problema deriva de la técnica empleada y en particular la elaboración gráfica de esquemas sobre el barrio, que en muchos casos comprueba más la capacidad de expresión grafica que tiene el entrevistado de la percepción de su barrio.
En definitiva, de los estudios empíricos realizados hasta el momento puede concluirse:
5.4 ANÁLISIS DE LAS ÁREAS SOCIALES
La teoría fue formulada en 1955 por Eshref Shevky y Wendell Bell en un trabajo titulado “Social Área Análisis. Theory, Illustrative Application and Computational Procedures”. El objetivo de la teoría de las áreas sociales era en primer lugar establecer la orientación básica y especificar los pasos en la formación y elaboración de índices del método de análisis y buscar un modelo analítico para el estudio de ciertos aspectos de la estructura social de las ciudades americanas.
El punto de partida fue el esquema clasificatorio ideado por Shevky y Williams.
La topología permitía clasificar las secciones censales en función de lo que se suponía eran los tres factores básicos responsables de la diferenciación del espacio urbano: rango social, urbanización y segregación. Cada sección censal estaba definida por tres valores. Las secciones censales con valores semejantes en los tres factores se agrupaban formando unidades mayores que denominaron áreas sociales.
Shevky y Bell interpretaron estas dimensiones dentro de una teoría general y así afirman.” concebimos la cuidad como un producto del conjunto global de la sociedad moderna, de aquí que las formas sociales de vida urbana deben entenderse dentro del contexto del cambio a que están sometidos los más amplios contenidos de la sociedad”.
El incremento de escala produce un aumento en la heterogeneidad de la población de tal forma que toda sociedad caracterizada por una escala grande presenta profundas alteraciones económicas, regionales y demográficas.
La naturaleza de estas transformaciones se expresó en los siguientes pasos:
Shevky y Bell asociaron a estos cambios tres amplias tendencias interrelacionadas y consideran que los países menos industrializados son los de menor escala, los que están en vías de industrialización se corresponde con el segundo escalón y los más industrializados se encuentran en el escalón de mayor escala.
Señalados los postulados teóricos se aborda el problema de la elaboración de los ejes.
El primer eje fue el del rango social o situación económica, el segundo eje, la urbanización o situación familiar y el tercer eje, la segregación que fue la tercera dimensión básica de diferenciación derivada.
El método de análisis de áreas sociales puede aplicarse a diferentes unidades espaciales y es posible efectuarlos en diversos momentos en el tiempo.
6. MODELOS Y ENFOQUES EXPLICATIVOS DE LA MORFOLOGÍA Y ESTRUCTURA URBANA.
6.2 LA ECOLOGÍA HUMANA
NOCIONES GENERALES
Son las relaciones espaciales que mantienen los seres humanos respondiendo a la actuación de un complejo de fuerzas físicas y culturales. Se destacan tres núcleos fundamentales:
Park separo los conceptos de comunidad y sociedad. Esta distinción se basaba en los dos niveles a los que podía reducirse la actividad humana: niveles bióticos y cultural.
La actividad biótica originaba la comunidad y se basaba en las fuerzas subsociales de competencia.
El nivel cultural origina la sociedad que se basa en procesos estrictamente sociales de comunicación y consenso, mediante los cuales los individuos se convierten en personas.
Los conceptos esenciales del enfoque ecológico con comunes a plantas, animales y hombre y son estos:
EL MODELO CENTRICO
Burguess presenta el diagrama ilustrativo de las cinco coronas concéntricas resultantes del crecimiento urbano.
La zona primera es el centro de negocios de la ciudad, el C.B.D.
La zona segunda es la zona en transición.
La zona tercera es la zona de residencia de los trabajadores independientes.
La zona cuarta está ocupada por la clase media.
La zona quinta es la “commuter zone”, zona de movimientos pendulares de trabajadores.
A estas zonas Burguess añade una zona sexta, que es agrícola, y la séptima, que es el área de influencia de la ciudad.
MODELO SECTORIAL
Este modelo fue formulado por H.Hoyt en 1939, Hoyt critica el modelo de Burguess por considerar:
Una vez criticado el modelo de Burguess, exponía la siguiente teoría:
EL MODELO DE NÚCLEOS MÚLTIPLES
Ch. Harris y E. Ullman (1945) critican los modelos concéntricos y sectoriales por apoyarse en el supuesto de un solo centro de ciudad, en torna la cual se disponen simétricamente los usos del suelo.
Estos geógrafos consideran que esta ciudad de un solo centro responde a la primera fase de la formación, e incluso observan que muchas ciudades se desarrollaron no a partir de un único centro, sino a través de la integración en centros neurálgicos de distritos especializados, y se desarrollan por la influencia que desempeña un numero de factores:
Cuanto mayor sea la ciudad, más numeroso y especializados son los núcleos.
6.2 ENFOQUE ECONOMICISTA
CARACTERES GENERALES
La mayoría de los enfoques se apoyan en el modelo de localización de la actividad agraria de Von Thünen. En todos los modelos economicistas se intenta explicar el consumo de suelo urbano a través del mecanismo de los precios, la renta económica del mismo y los costos de transporte. En función de estos factores se pretende comprender el proceso a través del cual las familias, las empresas industriales y las actividades comerciales y de servicios compiten por el espacio de una forma dentro de las limitaciones económicas de los presupuestos de cada una de los competidores.
El resultado final de la actuación de todos los factores que regulan el precio del suelo es lograr un equilibrio estático.
SUPUESTOS EN LOS QUE SE APOYAN LOS MODELOS ECONÓMICOS
También en los modelos económicos de estructura urbana se parte de unos supuestos que son:
7 .HACIA UN MODELO GLOBLAL
7.1 MECANISMOS DE DIFERENCIACIÓN SOCIAL
EL ESTATUS SOCIOECONÓMICO
La división del trabajo que promueve la industrialización y la consiguiente urbanización crea grupos sociales, muchos sociólogos, consideran que la urbanización y la industrialización determinan una división compleja de la sociedad urbana, aunque los factores básicos de la diferenciación social se resumen en el estatus socioeconómico, estatus familiar, ciclo y modo de vida y movilidad geográfica.
El estatus socioeconómico es la dimensión esencial en la diferenciación residencial urbana.
EL ESTATUS FAMILIAR, EL ESTILO Y EL CICLO DE VIDA
La industrialización crea modelos familiares diferentes adaptados al nuevo sistema productivo y a la incorporación creciente de la mujer al trabajo remunerado. Ello determina que el individuo a la pareja pueda optar por tres modos de vida: a) familicista: centrado en el hogar y en el cuidado de los niños. b) profesionalismo: se supedita casi todo a la promoción vertical y se consagran los esfuerzos y el tiempo a lograr este fin. c) consumismo: Los miembros optan por la buena vida; come, beber y pasárselo bien.
Por otra parte también influye el ciclo familiar en el que se inserta el individuo o pareja: a) sin niños a su cargo. b) cuidado de los niños. c) formación de los hijos. d) lanzamiento de los hijos. e) emancipación de los hijos y f) tercera edad.
El modo o estilo de vida también influye.
Por lo tanto, en la zona interna de la ciudad, de alta densidad de edificación, predominan los profesionales y consumistas, así como parejas jóvenes en el inicio del ciclo familiar. En la periferia, en donde predominan las casas nuevas de baja densidad de edificación, están ocupadas por familias jóvenes con niños pequeños. Entre ambas zonas se encuentran las familias jóvenes que aspiran a una vivienda en la periferia, pero carecen de ahorros u otros incentivos.
EL ESTATUS MIGRATORIO
Los movimientos migratorios hacia la ciudad reflejan la división del trabajo a escala nacional e internacional.
En general, la gran mayoría de emigrantes que llegan a las ciudades desde el siglo XIX son persona de escasa cualificación y poder económico, por lo que ocupan los estratos inferiores y, aunque intentan una movilidad vertical, ésta es lenta, lo que provoca conflictos más o menos acusados entre grupos migratorios y la sociedad receptora En algunos casos surgen mecanismos de protección de la sociedad receptora en contra de los inmigrantes, como puede ser los prejuicios sociales en contra de algunas etnias o la promulgación de leyes discriminatorias que obstaculizan su integración.
Sin embargo, no puede perderse de vista que la mayoría de los inmigrantes, al menos en la etapa del inicio de la industrialización, son personas pobres, obreros manuales de escasa cualificacion y bajo nivel de instrucción. A estas personas aunque teóricamente no se les discrimine, el mercado de la vivienda se encarga de hacerlo y les obliga a agruparse en los “urban villages” del centro o de la periferia de las ciudades.
El agrupamiento de inmigrantes o de grupos étnicos cumple una serie de funciones, como son la defensa, pues al estar insertos en un grupo homogéneo se sienten más seguros y confiados, ejerce la función de conservar las costumbres, lo que aumenta la cohesión, y les proporciona una identidad.
La inmigración juega el gran papel en la urbanización y expansión de las ciudades capitalistas. Pero según el tipo de inmigrantes así será el mayor o menor grado de conflicto social y de segregación espacial en la ciudad.
EL PAPEL DEL ESPACIO URBANO EN LA DIFERENCIACIÓN RESIDENCIAL
El espacio es una dimensión social básica, puesto que los procesos de diferenciación social se materializan en el espacio, en el espacio se reflejan estos mecanismos y el espacio favorece la diferenciación social.
Toda ciudad se asienta sobre un marco natural que tiene una consideración perceptual determinada según unos valores culturales.
La ciudad es producto de una evolución en el tiempo.
Las ciudades desarrollan unas actividades y para ello deben disponer de espacios lo más acorde con las exigencias tecnológicas del momento para llevar a cabo estas funciones.
Por consiguiente, el marco natural, el espacio edificado, las actividades económicas y los servicios que se desarrollan en la ciudad originan un campo espacial de efectos que se valoran más o menos positivamente. El geógrafo Smith denomina externalidades a las características o elementos del medio urbano que proporcionan bienestar o calidad de vida a la persona, familia o grupo allí residente, pero que no se compran directamente. Por lo tanto, elementos generan efectos externos que no se reflejan directamente en los costos, ni en los precios.
Cuando estos efectos producen bienestar individual o colectivo se habla de externalidad positiva; por el contrario externalidades negativas.
En toda ciudad existe una variación de la externalidades.
En la ciudad no solo existen componentes materiales, ciudad acoge a grupos económica, demográfica y culturalmente diferenciados. Estos grupos tienen diferente poder para evitar las externalidades y favorecerse con las positivas.
En suma, a los efectos originados por la distribución de males y bienes derivados del marco natural y de las actividades y servicios de la ciudad se suma la imagen social que inspiran los grupos que residen en los diferentes barrios y ambos efectos componen el mapa mental que tiene cada individuo de la ciudad.
7.2 MECANISMOS DE DIFERENCIACIÓN RESIDENCIAL
El gran mecanismo que se utiliza para conseguir una diferenciación espacial y social es mediante el distanciamiento.
El papel del planeamiento urbano acentúa muchas veces el distanciamiento de los grupos sociales, puesto que los grupos más poderosos tienen mejor nivel de información y mayor influencia a la hora de distribuir los males y los bienes en el espacio urbano.
Como conclusión podemos afirmar que son los procesos de diferenciación social los que explican la diferenciación del espacio residencial.
Por otra parte, el distanciamiento entre los grupos en la ciudad evita el encuentro con otros grupos sociales considerados poco recomendables y permite elaborar imágenes mentales de la ciudad inconsciente con la realidad de la ciudad pero conformes con su marco de vida.
Así, pues, entender la diferenciación residencial de la ciudad exige comprender los procesos de diferenciación social y no pensar que los comportamientos sociales son el reflejo del espacio.
EL ESPACIO RURAL
1. CONCEPTO:
Uno de los problemas con los que se encuentra la geografía rural es la dificultad de definir el espacio rural. Varios geógrafos ponen en duda la posibilidad de una definición de validez universal y la mayoría de las definiciones se encuadran en dos tipos:
- Definiciones por negación: el espacio rural es el que no pertenece a la aglomeración urbana, es pues un espacio interurbano. Este tipo de definición figura en al Plan General Municipal de ordenación que clasifica el suelo en urbano, urbanizable programado, urbanizable no programado y suelo no urbanizable.
- Las restantes definiciones intentan definir el espacio rural por sus funciones interiores, especialmente identificando las funciones rurales con modos de utilización del suelo y en algunos casos por la composición de la población
La definición mayoritaria puede sintetizarse en: “el espacio rural está caracterizado por la utilización del suelo extensiva (agrícola, forestal, ocio, tasa de espacio edificio baja) y por la densidad de la población más baja que la de las ciudades.”
La definición genérica del espacio rural, Gilg propone como espacio rural el territorio que cumple los criterios siguientes:
- estar dominado (actual o recientemente) por usos del suelo extensivos, tales como agrícolas, forestales o grandes espacios sin edificar.
- contener núcleos rurales de escaso nivel jerárquico y presentar fuertes relaciones entre los edificios y el paisaje y poseer conciencia de rural por la mayoría de sus habitantes.
- originar un modo de vida caracterizado por una identidad cohesionada basada en el respeto y cualidades comportamentales de vida como parte de un paisaje extensivo.
2. MODELO INTERPRETATIVO DEL CAMBIO URAL:
Los geógrafos Lewis y Maund conciben el cambio social como un proceso de difusión de nuevas ideas y actitudes que afecta a toda la sociedad sin tener en cuenta la naturalezas del lugar en el que se encuentra (rural o urbano). El proceso de difusión es social y espacialmente selectivo, produce códigos de comportamiento que se basan en las diferencias de clase y ciclo de vida en la que se adscribe una persona o grupo. Las comunidades experimentan cambios en su estructura y en el sistema de valores, lo que produce un cambio también, en las formas de comportamiento de la población, en sus relaciones dentro de la propia comunidad rural y con miembros de otras comunidades rurales.
Los cambios sociales que mayor efecto tuvieron sobre el medio rural son aquellos derivados del proceso de industrialización como el conjunto de mecanismos mediante los que una economía de subsistema cede el paso a una economía de mercado y produce el avance sistemático y científico de la tecnología y de los medios de intercambio basados en el sistema monetario. Como la localización de estas oportunidades tiende a localizarse en determinados lugares, se producen los movimientos migratorios. Todos estos cambios tecnológicos y económicos repercuten en la estructura social y económica de las comunidades rurales.
En el medio rural se desencadena una serie de movimientos migratorios. En primer lugar, un despoblamiento como consecuencia del saldo migratorio negativo. En una segunda fase, poblamiento, la comunidad puede aumentar su población como consecuencia de un saldo migratorio positivo y le llegada al núcleo de personas en la primera fase del ciclo vital. Por último, la repoblación se refiere a la llegada de personas en la última fase del ciclo vital (jubilados).
El mecanismo de poblamiento-despoblamiento y repoblación es socialmente selectivo. El poblamiento no sólo altera el volumen de población, sino también la estructura social, demográfica y económica de la comunidad rural que se ve afectada, puesto que los inmigrantes que llegan a estos núcleos rurales tienen una clara orientación urbana (trabajo, clase social, etc.) , lo que puede alterar el poder local en la población establecida y el grupo foráneo. Asimismo, la repoblación, al afectar a personas de la tercera edad, produce un envejecimiento de la población y una diversificación social de la comunidad rural vinculada a la actividad agraria.
Estos cambios estructurales están acompañados con cambios en el sistema de valores, es decir, se produce una sustitución de valores tradicionales, de alcance local, por valores más uniformes y de alcance nacional, especialmente por la creencia de que el prestigio lo confiere el éxito material y por consiguiente las características socioeconómicas son las que determinan el nivel de reconocimiento en la comunidad. La tasa de cambio en el sistema de valores está ligada al papel que desempeña en la comunidad los movimientos de poblamiento, repoblación y despoblamiento.
Los cambios estructurales en el sistema de valores tienen una influencia en el comportamiento de la población dentro y fuera de la comunidad rural.
En una comunidad rural la segregación de los habitantes se basaba en los valores; la introducción de nuevos valores crea dos formas de sociedad, la clase media y la clase trabajadora (industrial o agraria) con un sistema de valores diferenciados. Estos grupos están muy diferenciados, incluso por comunidades pequeñas. Por otra parte, este sistema de valores influye en el comportamiento espacial. Los localistas tienen el ámbito comportamental mucho más restringido que el de los cosmopolitas. En general, el poblamiento y repoblación crea unas comunidades más segregadas, en tanto que el despoblamiento lleva al derrumbamiento de la sociedad local. Como geógrafos, les interesa de un modo claro las repercusiones espaciales del cambio social que se produce en el medio rural.
2.2TRANSFORMACIONES ESPACIALES
Los agentes principales del cambio rural, movimientos diferenciales y selectivos de personas e innovaciones se inician en las ciudades que funcionan como focos de difusión del cambio. La irradiación de las influencias urbanas en el medio rural implica dos principios generales de cambio espacial:
· El principio de gradiente, que subraya el efecto de decrecimiento con la distancia de la influencia de las ciudades en su entorno rural que puede enunciarse del modo siguiente: el grado de influencia urbana en el entorno rural varía inversamente con las distancia a la ciudad más próxima y directamente con el tamaño de las ciudad.
La pendiente de la curva que define el gradiente se hace menos acusada al aumentar el desarrollo tecnológico.
· El segundo principio es el de diferenciación que señala que la urbanización transforma áreas rurales que anteriormente eran relativamente homogéneas, al introducir una especialización funcional y una creciente interdependencias en sus partes diferenciadas. Por lo tanto, el grado de especialización y diferenciación de subáreas e un territorio rural varía inversamente con la distancia a la ciudad más cercana y directamente con el tamaño de la ciudad.
La aparición de estas variaciones espaciales puede interpretarse dentro del contexto de interacción y de las teorías de localización residencial. El cambio de actitudes y valores de los habitantes del medio rural se debe no sólo a una expansión masiva de los medios de comunicación, sino también de una mayor interacción entre individuos a distancias cada vez mayores.
El cambio de la población rural es también el resultado de una mayor libertad individual de movilidad. Al extenderse el campo de empleo de la ciudad se amplía también las opciones a la hora de ubicar la residencia en el medio rural de tres formas:
- moviéndose al lugar del trabajo, lo que implica emigración;
- permanecer en el mismo pueblo, lo que implica un desplazamiento diario al
trabajo, o
- desplazarse más allá del lugar del trabajo, lo que supone emigración y
desplazamiento diario al lugar del trabajo.
A las personas que viven en el medio rural los desplazamientos largos incitó a la emigración por el costo y tiempo que implica el trabajo diario al lugar del trabajo; por el contrario, cuando las distancias son cortas existe menor justificación económica y psicológica para emigrar.
3. PROCESO DE DIFUSIÓN EN EL ESPACIO
El proceso geográfico de difusión puede analizarse siguiendo diferentes escalas y planos, como señalan Abler, Adams y Gould. A micro escala, en el plano inferior, las ideas y las innovaciones se difunden a través de las redes de comunicación social que relacionan los individuos entre sí. A nivel regional, la red de comunicaciones se asemeja a la de jerarquía de lugares centrales, tal y como señaló Wolpert en su trabajo pionero. Por último, en el plano nacional o internacional, los flujos de la información son modelados en las grandes metrópolis mundiales y éstas a través de las relaciones económicas y políticas, guían el curso y la intensidad de la difusión. En general no existen muchos estudios a nivel nacional, internacional o regional, en su mayoría se refieren al ámbito personal y local, dada la dificultad de lograr información adecuadas a otras escalas y por el volumen de trabajo que supone una investigación a escalas medias y grandes.
Desde un punto de vista descriptivo, cabe diferenciar las distintas formas espaciales que puede adoptar el proceso de difusión.
- Difusión por expansión, que aparece cuando una innovación se difunde por una superficie cada vez mayor a partir de un foco original. Dentro de este proceso cabe diferenciar difusión lineal, en ondas concéntricas con formas irregulares.
- Difusión por relocalización, donde el elemento innovador parte de un lugar y se dirige a otro, como ocurre, por ejemplo, con los movimientos migratorios.
Las dos formas anteriores pueden combinarse.
- La difusión puede darse de un modo jerárquico. Aparece cuando las innovaciones son adoptadas primero por un tipo de asentamiento o una clase social y luego se difunde a escalones inferiores de la jerarquía urbana o social.
Este fenómeno es importante en la agricultura, de tal modo que muchas innovaciones pueden explicarse en relación a la localización de las explotaciones agrarias de acuerdo con el tamaño de las mismas.
Cuando se aborda un estudio a escala regional cabe encontrar comportamientos diferenciales en diferentes comarcas de la región o en diferentes subsistemas de agricultores que dejan sentir su influencia en la difusión de la innovación.
ESPACIOS INDUSTRIALES
1. ANÁISIS GEOGRÁFICO DE LA INSUTRIA
1.2 RELACIONES ENTRE LA INDUSTRIA Y EL ESPACIO
En sociedades como la nuestra, la actividad industrial ocupa desde hace tiempo una posición destacado, tanto por su importancia relativa dentro de la estructura económica nacional, como por las transformaciones profundas que ha desencadenado en sus formas de organizaciones políticas o sociales, sus pautas culturales, etc. Asimismo, la industria se ha constituido en principal elemento impulsor de buena parte de los cambios territoriales que han tenido lugar en el último siglo y que hoy cimientan sus estructuras espaciales.
Considerar la influencia que el proceso industrializador ha tenido sobre la potenciación de los movimientos migratorios internos y exteriores, la concentración urbana, los desequilibrios interterritoriales, la segregación socio funcional del espacio urbano, el deterioro del medio ambiente, etc., o el desigual comportamiento regional que hoy presentan los procesos de reconversión sectorial y reestructuración productiva, basta para evidenciar su notable importancia geográfica. Junto a ello, la existencia de unos espacios concretos (los industriales) con una morfología y una lógica de organización, distribución y evolución que les es propia, justifican sobradamente su necesaria inclusión dentro de una obra de geografía humana como la presente.
Puede afirmarse que el estudio de las interrelaciones que vinculan la industria con el territorio que la sustenta se ha convertido en uno de los ámbitos de investigación geográfica más pujante y desarrollado en las tres últimas décadas dentro del panorama internacional de la disciplina, si bien en nuestro país ha resultado largamente postergado, e incluso totalmente ignorado, hasta época reciente, poniendo con ello de manifiesto las inercias y la escasa atención prestada a las demandas del entorno social, que han atenazado con frecuencia a nuestra disciplina.
La industria puede considerarse como variable dependiente respecto de las condiciones territoriales, no debe tampoco ignorarse que, desde el momento mismo de su implantación en un lugar concreto, las instalaciones fabriles generan una serie de efectos directos e indirectos sobre los restantes elementos del sistema territorial, alterando la distribución, características, e incluso, volumen de los efectivos demográficos, su estructura de clases o el conjunto de las actividades económicas preexistentes, reforzando las relaciones de dominación-dependencia interterritoriales, etc. Esta serie de impactos derivados para un área concreta del desarrollo fabril, capaces de modificar algunas de sus características geográficas, introducen una temática complementaria de la anterior en donde las vinculaciones entre industria y territorio presentan una relación de casualidad inversa.
En consecuencia, las cuestiones específicas en las que la geografía ha aportado y puede seguir aportando ideas y experiencias de interés en el estudio de la realidad industrial, puede concretarse en las siguientes:
- Búsqueda de lógica subyacente a las distribuciones espaciales observadas de la actividad industrial, es decir, de los factores económicos y extraeconómicos que influyen sobre la localización y las estrategias de actuación de los distintos agentes con capacidad para organizar el espacio industrial (empresarios privados; promotores de suelo y polígonos, poderes públicos).
- Determinación de los modelos de localización resultantes en cada momento histórico, tanto en una perspectiva global, como desagregados sectorial y territorialmente, así como de las interrelaciones que se establecen entre las factorías, empresas y núcleos industriales, con la red de flujos materiales e inmateriales resultante.
- Influencia ejercida por la actividad industrial como factor de organización territorial, generadora de importantes externalidades en su entorno y vehículo esencial en la consolidación de los procesos de desarrollo desigual.
El análisis geográfico de la industria cuenta, pues, con unos objetivos amplios y bien definidos, así como con unas realizaciones ya notables que le otorgan un destacado lugar entre las disciplinas geoeconómicas. No obstante, una presentación general de los estudios sobre geografía industrial debe incorporar también, aunque sea de forma abreviada, algunas referencias a las diversas maneras en que se ha ido abordando esta temática a lo largo del tiempo e, incluso, al propio concepto de industria que, utilizado con acepciones muy diversas según los casos, introduce una cierta confusión respecto a sus propios límites.
1.3. ETAPAS ESENCIALES DEL ANÁLISIS GEOGRÁFICO DE LA NDUSTRIA
Al igual que ocurre en otros ámbitos de la geografía humana, las rápidas y profundas transformaciones que han afectado los estudios geoindustriales en el último cuarto de siglo, junto a su incorporación limitada y fragmentaria en la bibliografía publicada en castellano, conducen a una patente heterogeneidad entre los escasos textos disponibles y a una cierta confusión sobre el significado, las posibilidades y las principales líneas de investigación abiertas hoy en este terreno. Un breve repaso de las aportaciones más significativas que se han venido haciendo en las últimas décadas puede contribuir, por ello, a conseguir una mayor clarificación como base de partida para afrontar después el estudio de problemas concretos.
Con fines esencialmente didácticos, y pese a la inevitable simplificación que introduce, puede proponerse que la constante evolución registrada en el tratamiento dado por la geografía de las relaciones industria-espacio ha venido condicionada por la interacción de tres variables esenciales. En primer lugar, hay que tener presentes los importantes cambios que han afectado a la propia actividad industrial, tanto en sus aspectos de organización económica, como tecnológica y empresarial, generando con ello una alteración de sus comportamientos y de su impronta espacial que han modificado la propia realidad investigada. Al mismo tiempo, la geografía ha conocido toda una serie de transformaciones en los planos teórico y metodológico ya apuntadas al comienzo de esta obra, que han venido a cambiar tanto las preguntas que en cada momento se han considerado relevantes, como las respuestas ofrecidas y el modo de alcanzarlas, todo lo cual no podía por menos que afectar el tratamiento otorgado a los distintos elementos objetos de su interés, entre los que se encuentra la industria. Finalmente, las cuestiones que en cada momento han sido consideradas prioritarias entre los investigadores también han ido cambiando en relación con las preocupaciones y los intereses dominantes en su entorno, junto con las personales bases ideológicas. De este modo, si en un determinado periodo fueron los problemas relacionados con la industrialización y el crecimiento económico o los procesos de descongestión los que aglutinaron el mayor número de estudios, en momentos como el actual parecen ser los efectos derivados de la crisis económica o de la revolución tecnológica sobre los espacios industriales las cuestiones hacia las que se dirige una parte sustentativa de las investigaciones en curso.
La afirmación hecha por Smith de que `a mediados de la década de 1950 la geografía humana continuaba ignorando en gran parte los métodos científicos utilizados normalmente en otros campos, como la economía y la sociología', es perfectamente válida para describir la situación de los estudios geoindustriales.
A partir de entonces, e inmersos en la denominada `revolución teorético-cuantitativa', los análisis sobre el espacio industrial conocieron una mutación en apenas una década que puede calificarse de espectacular. El acercamiento de los geógrafos a los métodos y los conceptos utilizados ya por otras ciencias sociales, en particular la economía, materializó el deseo de homologar nuestra disciplina como ciencia de carácter nomotético. Esta aproximación inicial, apoyada también en el paralelo desarrollo de la llamada `ciencia regional' propuesta por Isard, vino a facilitar la progresiva integración en el estudio de los efectos espaciales de la actividad económica. En el ámbito geográfico, se tradujo en una masiva incorporación del cuerpo teórico elaborado por los economistas al estudio de la distribución espacial de la industria.
El fuerte desarrollo registrado en esos años por el análisis locacio9nal, hasta llegar a convertirse en la base de la moderna geografía económica, con obras tan significativas como las de Chisholm (1996) o Lloyd-Dicken (1972), encontró en los estudios industriales su mejor expresión, y las teorías y modelos sobre los condicionamientos y procesos de localización industrial llegaron a situarse durante algún tiempo en la vanguardia de las innovaciones registradas por la geografía humana en su conjunto. Un alto grado de abstracción en los razonamientos, matematización en el lenguaje, economicismo en el planteamiento de las cuestiones, junto a una marcada prioridad a los problemas locacionales en cuanto a los contenidos, se convirtieron ahora en los rasgos más llamativos de la nueva geografía industrial, resumidos en obras como las de Hamilton (1967) o Smith (1971). La reducción de la descripción regional a un mero instrumento para verificar o refutar las hipótesis interpretativas establecidas por la teoría locacional, trastocó la importancia otorgada con anterioridad a ambos aspectos en los textos geográficos.
No obstante, esta ruptura con el periodo anterior sólo alcanzó de hacho, al mundo anglosajón y a otras áreas estrechamente vinculadas a él como pueda ser el norte de Europa. Por el contrario, tanto en Francia como en otros países de la Europa meridional se mantuvo casi intacta la anterior disociación entre geografía y economía, siendo lentas y escasas las modificaciones introducidas en los textos publicados sobre geografía industrial, tales como los de Chardonnet (1965), Sanz García (1960), e, incluso, Gachelin (1977), Dézert-Verlaque (1978) o Frutos (1983). El desequilibrio entre la atención prestada a los aspectos descriptivos y a las teorías descriptivas no conoció grandes variaciones, y la afirmación explícita de que `una de las mayores dificultades para la elaboración de una teoría general de la localización industrial reside en la complejidad del hecho industrial', no hace sino evidenciar la renuncia a la formulación de principios generales.
Pero si importantes fueron las novedades introducidas en los años sesenta, no le han ido a la zaga las que han tenido lugar desde comienzos del siguiente decenio y hasta la actualidad, aunque ahora las direcciones en que se han producido resulten mucho más dispares.
De un lado, y con referencia a las teorías sobre localización, tuvo lugar la incorporación de las denominadas `perspectivas críticas' que en esencia, vinieron a cuestionar el excesivo mecanicismo y economicismo de los planteamientos anteriores, así como su aparente objetividad, rechazando los supuestos de comportamiento racional implícitos, e interesándose, en cambio, por destacarlos factores psicosociales y de índole política que influyen sobre las decisiones de localización tomadas por los empresarios. La progresiva sustitución de los postulados neoclásicos por los enfoques conductistas y estructuralistas de base marxista, vino acompañada por la irrupción de nuevas cuestiones de evidente interés como puedan ser las estrategias locacionales de las empresas multinacionales, la influencia creciente del poder público a través de las política territorial, una mayor atención a los fenómenos de industrialización en el Tercer Mundo, etc.
Casi al mismo tiempo, se realizaron los primeros intentos por incorporar los conceptos y la metodología analítica desarrollados por la Teoría General de Sistemas al estudio de los espacios industriales. La redefinición del objeto de la disciplina como búsqueda de los principios que rigen la estructura y el dinamismo de los sistemas industriales, junto a la incidencia ejercida por la industria sobre el sistema territorial, ha venido a poner de manifiesto la necesidad de dar un tratamiento integrado a los fenómenos industriales en su consideración espacial, facilitando asimismo la integración coherente de las diversas escalas de análisis y de los procesos evolutivos. A partir de esta nueva visión, `explicar el espacio industrial es hacer inteligibles su estructura y su dinámica diversas escalas'.
Desde hace poco más de un lustro, asistimos a la emergencia de una nueva `fase crítica' (en términos kuhnianos) dentro de la evolución que estamos describiendo. La formalización y consolidación de la crisis estructural que hoy vivimos, interpretada como crisis esencialmente industrial dentro del mundo desarrollado capitalista, no sólo ha generado la aparición de realidades desconocidas hasta hace poco, sino que también ha traído consigo el cuestionamiento de una parte de las teorías en que se cimentaba nuestra interpretación del mundo que hoy parece derrumbarse. Por este motivo, aspectos como el presente y el futuro de las aglomeraciones urbano-industriales, los procesos de descentralización productiva y la `fábrica difusa', los efectos de las nuevas tecnologías sobre la reorganización de los modelos espaciales, o las nuevas políticas territoriales que se ensayan, son objeto hoy de una atención inusitada, tanto por parte de científicos, como de empresarios y miembros de las administraciones públicas, que intentan vislumbrar las tendencias que se apuntan al final de este periodo de reorganización del sistema productivo. Es significativo señalar que la actual Comisión de `Cambio Industrial', existente desde 1984 en el seno de la Unión Geográfica Internacional (sustituyendo a la de `Sistemas industriales' creada en 1976), ha dedicado sus dos últimas reuniones anuales estudiar monográficamente las cuestiones relacionadas con `Tecnología y cambio industrial' (Nimega, 1985) y `Periferialización y cambio industrial' (Madrid, 1986).
Resulta, por tanto, innegable que `desde 1970 la investigación en geografía industrial se ha ampliado significativamente y su ámbito de estudio presenta ahora una notable diversidad'. Dentro de este marco general, el estudio de las fuerzas o factores que guían la localización de la industria en el territorio y su dinamismo, la organización interna y las relaciones que articulan esos espacios, así como los efectos generados sobre su entorno, pueden resumir las cuestiones más relevantes hoy para la geografía en su consideración del hecho industrial.
2. ESTUDIO DE LA INDUSTRAI EN EL ESPACIO
2.1 CONCEPTO DE SISTEMA INDUSTRIAL
Una vez analizadas las fuerzas que determinan la localización de la industria en el territorio, su evolución en el tiempo y los cambiantes modelos de distribución que resultan, se hace necesario considerar la organización y el dinamismo internos de esos espacios industriales. Desde el punto de vista metodológico, la incorporación de conceptos y técnicas operativas procedentes de la Teoría General de Sistemas desde hace apenas una década ha venido a resolver satisfactoriamente buena parte de las deficiencias mostradas tradicionalmente por la geografía industrial ante la falta de una estructura analítica precisa en la investigación de estos espacios y el frecuente recurso a la mera enumeración de empresas, clasificación de sus actividades, cuantificación de sus cifras de empleo, etc., en un planteamiento excesivamente descriptivo y superficial.
De modo más concreto, la adopción del enfoque sistemático en la interpretación de los espacios industriales viene a aportar:
1. Un objeto de estudio específico (los sistemas industriales) integrado y coherente
con el de otras disciplinas, además de una metodología analítica ya
experimentada que atiende sobre todo a definir las estructuras organizativas y
las relaciones internas y externas entre sus elementos componentes, así como
los procesos de cambio en el interior del sistema, marginando en cambio otros
aspectos de importancia secundaria.
2. Una comprensión de las decisiones individuales de localización dentro de un
contexto o estructura general que condiciona decisivamente las posibilidades de
actuación. En el interior de todo sistema industrial se superponen una
multiplicidad de procesos y fuerzas que se influyen entre sí y actúan a diferentes
escalas, presentando una cierta jerarquización:
- A nivel `macro', su organización y dinamismo están definidos por la
evolución del sistema económico, que establece los parámetros estructurales
clave.
- En su interior, aquellos agentes que desempeñan funciones de control
estratégico y cuyas decisiones influyen sobre los demás, operan a escala
`meso' (organismos de la Administración, entidades financieras, grandes
empresas, etc.). Su desigual importancia, características y vinculaciones en
cada sistema industrial condicionan una gran diversidad de comportamientos
que distingue unos sistemas de otros.
- Finalmente, el empresario individual actúa a escala `micro', utilizando para
ello una evaluación perceptiva de las ventajas comparativas (costes-ingresos)
que ofrecen distintas localizaciones, siempre dentro de los condicionamientos
que le vienen impuestos.
Si se tiene en cuenta que las diversas teorías de localización existentes difieren
en la atención prestada a cada una de estas escalas, cabe pensar que la adopción
de un enfoque sistemático, de carácter holístico, puede permitir una integración
parcial de los paradigmas neoclásico, conductista y estructuralista, que han
marcado hasta el presente los estudios geoindustriales.
3. Una mayor facilidad para integrar coherentemente las diferentes escalas de
análisis de la realidad industrial: en el interior de un sistema industrial mundial
actualmente en formación, pueden definirse una serie de subsistemas de
diferente ámbito territorial (estatal, regional, metropolitano), así como de
actividad, jerarquizados y crecientemente interrelacionados entre sí.
4. Por último, y desde una óptica más globalizadora, este enfoque también facilita
la incorporación de la actividad industrial como elemento de importancia
decisiva en la configuración de los sistemas territoriales, formando parte del
subsistema productivo. Del mismo modo que la industria recibe de su entorno
toda una serie de impulsos y/o frenos que afectan la naturaleza, escala y
evolución de su actividad, así como sus pautas de localización, también genera
una serie de efectos, tanto positivos (creación de empleo y renta, producción de
bienes materiales, mejora tecnológica, etc.) como negativos (contaminación,
consumo de recursos no renovables, incremento de las desigualdades
territoriales, etc.), que son un agente transformador de primer orden en una
parte importante de las regiones del globo.
Todo este conjunto de posibilidades, así como sus limitaciones, gravita en torno a la noción de `sistema industrial'. El sistema industrial puede concebirse en sentido genérico como un conjunto de unidades operativas con características diversas, que se relacionan funcionalmente entre sí y con su entorno mediante flujos materiales (mercancías, capitales, etc.) e inmateriales (informaciones, decisiones, vínculos técnico-económicos, etc.), sometido a constantes cambios en su estructura interna (pautas de localización densidad y carácter de los flujos, etc.) y que puede descomponerse en subsistemas interdependientes. No obstante, una definición más precisa exige la previa adaptación del concepto a cada una de las escalas de análisis en que puede aplicarse.
LA EMPRESA INDUSTRIAL COMO SISTEMA
En las economías capitalistas, la unidad organizativa básica es la empresa, cuyas características y grado de complejidad interna pueden ser muy diversos. En un extremo se encuentra la pequeña empresa, vinculada generalmente a un individuo o a un grupo reducido (familiar, cooperativo, etc.), que realiza una sólo actividad en un establecimiento también único y que, debido ala creciente especialización de tareas que caracteriza al sistema productivo, parece cada vez más vinculada a otras empresas, como simple pieza de un engranaje más complejo. En el extremo opuesto se encuentran las empresas multifuncionales, que cuentan con varios establecimientos de índole distinta y en localizaciones múltiples, que disfrutan de una mayor autonomía en sus decisiones, y cuyo número ha ido creciendo a lo largo del tiempo.
Interpretadas como un sistema abierto, estas empresas pueden conceptualizarse como conjuntos de unidades operativas de distinto rango y funciones, que contribuyen con su funcionamiento integrado al mayor crecimiento global, y entre las que pueden diferenciarse tres tipos básicos:
- Las unidades de decisión, donde se elaboran las estrategias de actuación
fundamentales, se lleva a cabo la gestión y el control de la compañía y se realizan
las actividades de I+D (investigación y desarrollo).
- Las unidades de producción, en donde los inputs materiales adquiridos son
transformados en otros bienes de mayor valor, con destino a su posterior
incorporación en fases más avanzadas de las cadenas productivas, o a los
mercados de consumo finales.
- Las unidades complementarias, que acompañan y facilitan la realización de las
tareas anteriores, incluyendo desde el almacenamiento o el transporte de los
productos, hasta su comercialización, los servicios postventa, etc.
LOS SISTEMAS INDUSTRIALES DE ÁMBITO METROPOLITANO Y REGIONAL
Es probablemente ésta la escala en que el análisis del sistema ofrece más posibilidades para renovar fructíferamente la metodología aplicada hasta época reciente.
El sistema industrial de un área urbana o de un espacio regional estará constituido igualmente por un conjunto de unidades operativas que, en este caso, corresponderán a las empresas industriales existentes, con los diferentes tipos de establecimientos que éstas pueden presentar (de decisión/organización, productivos y complementarios).
Estos elementos vienen caracterizados por toda una serie de atributos, que otorgan una personalidad inicial a la industria de esa área, y que pueden hacer referencia a tres aspectos básicos. Una primera característica es su tamaño mensurable en términos de empleo, superficie ocupada, valor de la producción obtenida, nivel de inversión u otros indicadores subsidiarios, aceptando que la elección de cualquiera de ellos introduce un sesgo en la valoración, por lo que en cada ocasión deberá adaptarse a los objetivos de la investigación. Un segundo rasgo de importancia en la identificación del sistema es el tipo de actividad que realizan sus empresas, aspecto que puede vincularse con su posición respecto al ciclo de vida del producto, con su carácter pesado o ligero, con la fabricación de bienes intermedios o finales, etc. condiciona aspectos tan importantes como su nivel de empleo y productividad, la capacidad de respuesta ante los ciclos económicos y, por tanto, sus posibilidades de expansión.
Una vez determinados y caracterizados los componentes del sistema industrial, los objetivos de la investigación pueden orientarse a detectar:
- Los factores explicativos de la implantación industrial en el área, así como de la
tipología empresarial y de la especialización sectorial observados.
- Sus pautas de distribución espacial y las razones subyacentes.
- Sus ámbitos territoriales de actuación y las interrelaciones empresariales, que
permitan definir complejos integrados.
- Los cambios producidos en el sistema industrial durante un periodo de tiempo
determinado y que pueden haber afectado tanto al volumen global de empresas,
como a sus características, o a los modelos de localización.
- La delimitación de subsistemas espaciales o de actividad con personalidad
diferenciada dentro del conjunto.
INDUSTRIAS Y SISTEMAS URBANOS NACIONALES
Para aquellos estudios que abarcan ámbitos espaciales más amplios como pueda ser el territorio estatal en su conjunto, la utilización del análisis sistemático se enfrenta a la dificultad inicial de definir los elementos o unidades operativas del sistema, dado que la empresa no resulta ya adecuada para esta escala. En estas circunstancias, y considerando la estrecha vinculación que liga la localización industrial con las áreas urbanas, puede realizarse una transposición analógica de la noción de sistema urbano, aplicada ahora a la realidad industrial.
De este modo, un sistema industrial como el español podrá concebirse como:
- Un conjunto de elementos, identificados con los núcleos industriales que lo
integran, como asociación de centros productivos agrupados espacialmente y
dotados de una cierta unidad en estrecha relación con el sistema urbano.
- Distribuidos en el territorio según unas pautas históricamente cambiantes y
caracterizados por una serie de atributos formales y funcionales.
- Interrelacionados crecientemente entre sí y con su entorno exterior mediante una
red de flujos que incluye desde materias primas, energía, o productos acabados, a
capitales, informaciones, etc., que definen su estructura dinámica y grado de
entropía u organización, vinculando a su nivel de desarrollo.
- Especializados en ciertas actividades, que determinan desde los rasgos de su
paisaje fabril característico, a su dinamismo y capacidad de resistencia ante
periodos de crisis; así pueden contraponerse los núcleos en declive, donde se
concentran los sectores `maduros', a aquellos otros dedicados a actividades
dinámicas y en expansión.
- Jerarquizados en función de su importancia cuantitativa y del tipo de funciones
que realizan dentro de los procesos productivos, ocupando en consecuencia una
posición dominante o dependiente, que puede interpretarse en relación con el
modelo centro-periferia.
- En constante dinamismo, ante el juego de fuerzas internas y externas que actúan
en él, tanto por lo que se refiere a las cambiantes pautas de localización
empresarial, como a las modificaciones en su estructura sectorial.
En el interior de cada sistema industrial nacional podrán también identificarse subsistemas regionales, diferenciados entre sí por su importancia fabril, su grado de diversificación y el tipo de actividades dominantes o el grado de difusión que presenta la actividad en el territorio. En resumen, junto a los rasgos diferenciadores y peculiares que presenta la industria en cada región o ciudad, ligados a unos específicos recursos productivos, tradición manufacturera, infraestructuras técnicas y sociales, etc., el análisis de su posición dentro del sistema industrial nacional puede permitir profundizar en la explicación de su evolución pasada, situación actual y perspectivas de futuro.
2.2 ACTIVIDAD INDUSTRIAL Y ORGANIZACIÓN TERRITORIAL
La progresiva expansión de los espacios industrializados en el globo ha aumentado de forma constante el número de regiones afectadas por una serie de fenómenos con evidente valor geográfico, fruto directo de la implantación manufacturera. Entre ellos pueden destacarse los siguientes:
- Los movimientos migratorios de la población desde las áreas rurales a las
urbano-industriales, entre regiones e, incluso, entre países, de carácter
permanente, temporal o diario.
- La reorganización de los sistemas urbanos nacionales y regionales, así como la
segregación socio-funcional en el interior de cada ciudad.
- Los desequilibrios territoriales, tanto económicos como en los niveles de
bienestar de sus habitantes, visibles a cualquier escala geográfica.
- La estructuración y polarización del sistema de transportes en torno a unos nodos
y rutas principales, en estrecha relación con los centros productivos, a los que
dotan de una desigual accesibilidad.
- La degradación del medio ambiente, concebido tanto en sentido físico, como
social. Con aparición de conflictos característicos de las sociedades
industrializadas.
- La modernización de las actividades agrarias y, en general, de todas las
preexistentes, que tienden a incorporar ritmos y formas de producción
industriales con el fin de incrementar su productividad.
Ante la imposibilidad de considerar detenidamente cada uno de estos aspectos, nuestra atención va a centrarse en dos de ellos que, a su evidente relevancia social en el momento presente, unen la existencia de un importante debate teórico relacionado con los efectos de la actual crisis y las tendencias de cambio que parece introducir. Tanto la creciente sensibilización ante la problemática del medio ambiente en los países desarrollados, como la intervención pública en materia de localización industrial en el marco de la política territorial y de desarrollo regional, son cuestiones con implicaciones geográficas evidentes, hacia las que conviene prestar mayor atención que en el pasado.
2.3 INDUSTRIA Y MEDIO AMBIENTE
Una de las manifestaciones más relevantes del impacto que la actividad industrial ejerce sobre su entorno corresponde a los estrechos vínculos que se establecen entre ésta y el medio ambiente. No obstante, puede afirmarse que la preocupación por estas cuestiones es aún reciente.
En efecto, hasta hace apenas una década el tradicional enfoque productivista que presidió los estudios geoindustriales, con su atención casi exclusiva a los problemas de localización de las factorías o a sus efectos sobre el crecimiento económico, de las población, etc., apenas consideró otros efectos `perversos' del proceso industrializador relacionados prioritariamente con variables cualitativas como la disminución del nivel de bienestar disfrutado por una parte de los habitantes o el deterioro del medio natural.
Sólo en los últimos años, la creciente importancia de los movimientos ecologistas y el surgimiento de diversos análisis críticos sobre el actual modelo de crecimiento cuantitativo y los riesgos que implica a medio y largo plazo, han trascendido el campo estrictamente científico hasta convertir las cuestiones relacionadas con el medio ambiente en problemas de indudable relevancia social.
Como suele ser habitual en todo comienzo, los estudios realizados muestran aún una cierta inseguridad en lo que se refiere a la definición de unos contenidos geográficos específicos, siendo dos las observaciones que pueden hacerse al respecto. En unos casos, suele caerse en una mera descripción simplificada de informes técnicos sobre niveles y tipos de contaminación de origen industrial elaborados por otros científicos, limitándose la aportación geográfica a simples referencias sobre el medio físico y humano en que ésta se produce, o a la especial preocupación por los aspectos distributivos. En otros, el discurso se mantiene en el plano de las consideraciones globales sobre el desarrollo de la sociedad industrial y su impacto negativo en el medio ambiente, la crisis actual, su futuro y alternativas, sin descender a un análisis de sus implicaciones territoriales que permitan derivar líneas de investigación concreta. A todo ello hay que unir las particulares deficiencias que muestran en este caso las fuentes estadísticas disponibles: su inexistencia en algunas ocasiones, o la falta de criterios espaciales explícitos para la recogida de muestras en otros, obligan con frecuencia a su elaboración directa por el investigador, con las consiguientes limitaciones impuestas por los medios materiales disponibles y el frecuente recurso a meras valoraciones cualitativas.
En tal sentido, las implicaciones geográficas que se derivan de esa interrelación pueden concretarse en dos fundamentales:
- De una parte, la industria es hoy un agente de primera magnitud en los procesos
de deterioro del medio ambiente a partir de las externalidades que genera en su
entorno inmediato, variables según los casos.
- De otra, el medio ambiente, a través de una legislación crecientemente restrictiva
derivada del reciente aumento de las preocupaciones ecológicas en las sociedades
desarrolladas, se constituye en factor de localización especialmente importante
para aquellos sectores cuya actividad resulta más nociva o peligrosa,
favoreciendo el establecimiento de pautas de distribución específicas.
Respecto al primero de estos dos aspectos, es indudable la capacidad de generar efectos contaminantes, tanto de modo directo como inducido, que presentan buena parte de los procesos de fabricación.
Un primer tipo es la polución del aire, definida como la adición a la atmósfera de toda sustancia con efectos nocivos sobre los seres vivos, a la que las fábricas contribuyen aproximadamente con una cuarta parte de las emisiones totales generadas anualmente en el planeta, alcanzando una especial importancia en la emisión de aerosoles o partículas sólidas en suspensión. No obstante, las concentraciones alcanzadas y su nocividad son muy variables según la densidad y el tipo de instalaciones industriales existentes en cada área, resultando máxima en el caso de ciertas actividades básicas como las vinculadas a refinerías, hornos altos y fundiciones, fábricas de cemento, etc. La existencia de ciertas condiciones topográficas y meteorológicas específicas pueden acentuar localmente sus efectos, llegando a posibilitar la aparición de microclimas ante la concentración de CO2, generadora del conocido `efecto invernadero', y de partículas que actúan como núcleos de condensación, favoreciendo las nieblas y las precipitaciones. Caso extremo lo supone la emisión de gases letales o de radiactividad debida a accidentes en plantas químicas o centrales termonucleares, que incrementan notablemente los índices de riesgo para las poblaciones que habitan en sus proximidades.
De mayor gravedad aún puede considerarse la contaminación de las aguas continentales y marinas, a la que la industria contribuye con un cincuenta por ciento. El vertido de sustancias químicas desechadas en los procesos de fabricación o de lavado, bien de origen orgánico o inorgánico, la acumulación de detergentes y el fuerte calentamiento que acompaña su uso como elemento refrigerante son los mecanismos principales capaces de producir la modificación de las propiedades físico-químicas del agua, e, incluso, de su apariencia externa. Su efecto directo sobre la reducción de los volúmenes de agua potable, la destrucción de la vida acuática y los consiguientes recursos alimentarios presentes y futuros, el riesgo de infecciones para la población, o el deterioro paisajístico no sólo constituyen un atentado ecológico de costes difícilmente evaluables, sino que también inciden negativamente sobre otras actividades económicas como el turismo o la pesca.
Finalmente, la acumulación de residuos sólidos en forma de vertederos y parques de almacenamiento de desechos, que al inicial deterioro paisajístico unen su capacidad de contaminar el medio hídrico o aéreo , así como la generación de ruido parcialmente elevado en ciertas actividades, constituyen otros dos vehículos eficaces en la degradación del medio ambiente por la industria.
Junto a esta condiciones directas, no puede ignorarse tampoco que el crecimiento de la actividad manufacturera impulsa decisivamente la elevación de los efectos contaminantes ejercidos por otros sectores estrechamente relacionados con ella como la minería, el transporte o la producción de energía. En lógica consecuencia, los niveles de degradación del medio ambiente físico suelen alcanzar sus máximas cotas en aquellas áreas o núcleos minero-.industriales en donde a los depósitos situados a bocamina y las escombreras se une lea existencia de centrales térmicas y de grandes factorías químicas o metalúrgicas de base. La situación de comarcas tan características como la ría de Nervión o la cuenca central asturiana, junto a enclaves como Huelva o Ponferrada, puede ser un buen exponente de estas condiciones.
Pero más allá de la simple enumeración de consecuencias, existen ciertos componentes específicamente territoriales en el fenómeno de la contaminación industrial en los que el estudio geográfico encuentra su vertiente más operativa. Una primera aportación se vincula al análisis de los factores espaciales que influyen sobre la difusión de la contaminación, así como de la delimitación de las áreas afectadas, aspectos para los que resulta de utilidad la noción de `externalidad'.
Toda fábrica genera en sus proximidades una serie de efectos positivos y/o negativos, por cuanto repercuten en un aumento o disminución del bienestar o beneficio de la población y las actividades circundantes, que ni siquiera la propia empresa puede llegar a evaluar plenamente, aunque no por ello pueden ser calificados de involuntarios. Es evidente que la mayoría de ellas no están planificadas, porque su extensión y su repercusión precisas no se determinan del mismo modo que el output y la distribución física de los bienes producidos intencionalmente. Sin embargo, sería ingenuo considerar la contaminación atmosférica y la evacuación en los ríos de las aguas residuales de las fábricas como hechos no intencionales, porque normalmente se trata de una transferencia deliberada de una parte del coste real de la producción de la empresa al conjunto de la sociedad. La dificultad de poner precio a tales cosas se debe a que sus efectos generales sobre el medio ambiente y sobre el bienestar humano son casi imposibles de medir.
Un último tipo de análisis geográfico que cuenta ya con estudios empíricos de notable interés corresponde a la búsqueda de asociaciones espaciales entre los niveles de contaminación industrial de un territorio y otras variables socioeconómicas, con el fin de medir el impacto producido sobre los grupos humanos afectados y delimitar al tiempo áreas con diferente calidad ambiental, de interés como punto de partida para cualquier intervención pública reequilibradora.
El medio ambiente puede ejercer cierta influencia sobre la industria a través de su creciente importancia como factor de localización. El establecimiento de restricciones a la instalación de ciertas fábricas en la proximidad de áreas habitadas fue práctica común desde hace siglos. En los últimos decenios, el fuerte crecimiento experimentado por las sociedades industrializadas y la tendencia a la aglomeración derivada de la lógica del beneficio ha agravado las externalidades negativas derivadas. Presionado por una creciente sensibilidad social, el poder político ha comenzado a promover una legislación anticontaminante que, si bien no atenta contra las bases del sistema productivo, intenta paliar alguno de sus efectos menos deseables. Tanto en el ámbito del planteamiento urbano, como en ámbitos territoriales más amplios, esa intervención pública ha propiciado, directa o indirectamente, un creciente trasvase de actividades molestas, insalubres y peligrosas hacia las áreas periféricas, bien sean los espacios rurales o las regiones atrasadas de esos países, bien, incluso, los países subdesarrollados, donde el deseo de industrialización reduce al mínimo cualquier tipo de medidas restrictivas. De este modo, el surgimiento de la conciencia medioambiental en las áreas prósperas impulsa paralelamente el afianzamiento de las relaciones de desigualdad entre espacios/sociedades dominantes y dependientes, que ahora adquieren una dimensión más.
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Enviado por: | Saira |
Idioma: | castellano |
País: | España |