Sociología y Trabajo Social
Mujeres de Afganistán
Desde hace más de una década, la población afgana subsiste en las condiciones más duras. Además de soportar la guerra que ha provocado el desplazamiento de la población, obligada a vivir en campamentos de refugiados -en estos momentos hay más de un millón de personas en Pakistán- se suma ahora el afrontar la peor sequía vivida en los últimos 30 años. |
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FICHA TECNICA:
Superficie: 652 090 km²
Población: 18 410 000 hab.
Religión: Mayoría musulmana
Lengua: Pushtu y persa
Alfabetización: 32%
Esperanza de vida: 44 años
Industria: gas natural, tejidos, alfombras, fertilizantes, cuero y plásticos.
Principales exportaciones: Algodón, frutos secos, lana.
Base alimenticia: Trigo, arroz, frutas y hortalizas.
Renta per cápita: $ 220
PCI: $220.
DATOS GENERALES
Afganistán limita al norte con las repúblicas de Turkmenistan, Uzbekistan y Tadjikistan ex soviéticas; al sur y al este con Pakistán, con un pequeño corredor de acceso a China y al Oeste con Irán.
Ocupa el lugar 169 de los 174 países para los que la ONU ha estudiado el Indice de Desarrollo Humano. Sólo están peor 5 países africanos: Burkina Faso, Malí, Somalia, Sierra Leona y Níger. La esperanza de vida es de 44 años, el PIB 800 dólares/año, el 12% de la media mundial.
Sólo el 12% de la población dispone de agua potable y el 29% tiene acceso a servicios de salud. Ocupa el lugar 135 de Indice de Desarrollo Relativo al Género, la Tasa de Alfabetización en 1993 era del 13,5% para las mujeres y 45,2% para los hombres. En cuanto a la participación en el ingreso proveniente del bajo es del 27,4% para las mujeres y 72,6% para los hombres.
Entre el Este y el Oeste durante la Guerra Fría.
El país fue creado en 1747 por acuerdo de Rusia e Inglaterra, colonizadora entonces de la India, basado en la etnia pastun que constituía entonces el 45% de su población (hoy el 22%).
Siglo y medio después, en 1893 Gran Bretaña, para atraerse a los pastunes de Afganistán, les reconoció un estatus de autonomía en el territorio de la India. En 1949, cuando Inglaterra reconoció la independencia de la India y se segregó de ella Pakistán como estado musulmán, éste mantuvo la autonomía pastun e inició la reivindicación de hegemonía sobre Afganistán que aun subsiste, para oponerse a la gran India.
El vecino del norte, la URSS, en defensa de India y de su propio territorio, presionaba también sobre Afganistán. Tras la deposición del rey Zaher en 1973, Moscú rompió en 1978 el equilibrio regional secular imponiendo un régimen de su confianza. Ante su escaso apoyo interno, a finales de 1979 tropas soviéticas entraron en Afganistán, ocupándolo hasta 1989. El régimen prosoviético se mantuvo hasta Mayo de 1992. En esta década se abrieron escuelas, universidades y puestos de trabajo a una minoría de mujeres.
introducción
Sería largo remontarse a los orígenes de Afganistán, uno de los países más pobres del mundo con estructuras feudales que todavía subyacen en la sociedad y se entrelazan con los conflictos en la actualidad.
El país adquiere protagonismo durante la guerra fría: había terminado la guerra del Vietnam (1975), Irán era el aliado histórico de EE.UU. -las empresas petrolíferas norteamericanas tenían prácticamente el control económico del país- y la Unión Soviética contestó a la hegemonía americana en la zona ocupando el territorio más próximo: Afganistán. En diciembre de 1979 el ejercito rojo entra en Kabul e instaura un gobierno comunista en la capital afgana.
Ronald Reagan, entonces presidente de EE.UU. utiliza el caso de Afganistán para lanzar su programa de armamento y establecer un dispositivo sin precedentes denominado "guerra de las galaxias" además de invertir importantes cantidades económicas para la formación y el apoyo de "la resistencia afgana". Una resistencia formada por un mosaico de grupos con diferentes líderes pero con una sola bandera, el Islam y una causa común, combatir el comunismo y sus tesis de "ateísmo" en nombre de la religión para instaurar un nuevo orden legítimo basado en las enseñanzas del Corán.
Establecido como espacio prioritario de acción por Estados Unidos, en la década de los 80 los grupos de "moudjahidin" -combatientes del Islam- son financiados y adiestrados por las petromonarquías de la Península Arábica y la CIA a través de Pakistán para combatir al régimen soviético afgano.
La lucha de los grupos religiosos en Afganistán se convertirá en un referente para el movimiento islamista internacional y así, a los "moudjahidin" afganos se sumarán en esa época numerosos combatientes llegados de diferentes países musulmanes -Argelia, Egipto, Palestina, Sudan, Arabia Saudí, Pakistán - constituyendo las "brigadas internacionales" con el apoyo americano.
El proceso tendrá una importancia fundamental en la evolución del movimiento islamista en el mundo. Este núcleo internacionalista islámico será más tarde el germen de los grupos armados islamistas que a principios de los años 90 se crean en diferentes países musulmanes y se alían con los islamistas políticos locales planteando el asalto al poder a través de la lucha armada y la instauración de una nueva moral basada en un rigorísmo religioso extremo. Este discurso "revolucionario" frente a la decadencia de las tesis nacionalistas árabes y panarabistas cuaja especialmente en miles de jóvenes que en la década de los 90 han engrosado las filas del islamismo radical. Los primeros objetivos serán Bosnia, Argelia y Egipto.
El inicio de la expansión internacional de los guerrilleros islamistas se sitúa en abril del 92, cuando Kabul, la capital afgana, cae en manos de los moujahidines y el presidente pro-soviético Najibullah se ve obligado a refugiarse en la sede de Naciones Unidas. Por cierto, que esta sede será asaltada meses después por los moujahidines con total impunidad internacional con el objetivo cumplido de detener a Najibullah y ahorcarlo en la plaza principal de Kabul.
Hasta 1989 los servicios especiales saudís, pakistaníes y americanos están convencidos de tener a los moujahidines bajo control, pero la guerra del golfo hace aflorar la realidad: las bases de los partidos y grupos islamistas en todo el mundo contestan a quienes durante años les han financiado y apoyado -principalmente el régimen saudí- por consentir la presencia de las tropas de EEUU en los lugares santos del Islam. El distanciamiento de EE.UU., Arabia Saudí y Pakistán con los grupos islamistas tiene también su traducción en las relaciones con los diferentes clanes que forman el gobierno de Afganistán.
1992 - Grupos islamistas toman Kabul
No son como los taliban pero imponen ya en la sociedad el rigorísmo religioso que posteriormente será planteado "in extremis" por sus sucesores.
Kabul, 1992: tras meses de negociaciones se forma el primer gobierno presidido por Rabbani que entrega los principales ministerios a los líderes de los diferentes grupos islamistas que participaron en la caída del régimen pro-soviético. Derrotado "el enemigo comunista", lejos de la normalización del país los diferentes clanes se enzarzan en luchas intestinas por la repartición del poder y por diferentes causas escapan al control de sus mentores internacionales.
La situación de inseguridad y caos hace que desde el exterior se pierda la confianza en esta fórmula…. La solución vendrá de Pakistán con los "taliban"-palabra que significa "estudiantes" en lengua árabe, jóvenes adiestrados en las escuelas islámicas de los campamentos de refugiados de Peshawar para tomar el poder y "reconducir" la situación en Afganistán.
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1994 - Surgen los "taliban".
La ofensiva comienza en 1994. Los taliban garantizarán la unidad del territorio frente al caos y la fragmentación y, sobre todo, asegurarán la ruta para el paso de los hidrocarburos entre Asia y Europa. Están bien armados y tienen una buena formación.
El inicio de la conquista de Afganistán a partir de las zonas rurales ocupadas por los pashtunes no es difícil por su afinidad tribal -los taliban son también pashtunes- las dificultades llegarán en la toma de la capital.
Kabul cae en septiembre del 96. Los taliban tienen entonces capacidad de formar gobierno y plantear sus propias normas y leyes. La población es sometida al rigorísmo religioso. Las mujeres y las niñas son las más perjudicadas en la nueva situación.
Seis años después del inicio de la ofensiva taliban el único líder de la oposición que ha logrado resistir, el Comandante Massoud -Ministro del Interior en el gobierno del 92, islamista también aunque con conceptos más tradicionales, hombre que ha gozado del apoyo de Irán y actualmente de Francia -está confinado hoy en el poco más del 5% de territorio afgano que todavía controla y desde el que planteará ahora el diálogo con los taliban.
Un estado multiétnico sin una cultura política común.
Los pastunes son actualmente el 22 % de la población de Afganistán. Son la etnia que ha detentado el poder casi ininterrumpidamente en los dos siglos y medio de historia del país. De la etnia pastún han salido el asesinado ex presidente comunista Najibulá, el primer ministro integrista Hekmatyar y el aun mas integrista líder taliban Mohammed Omar. Hay tantos pastunes en Afganistán como en Pakistán.
Los tadjikos constituyen hoy la minoría mas numerosa, con el 34%. A ellos pertenece el legendario comandante Massoud que luchó contra los soviéticos en 1992 y contra los talibanes en 1996.
Los turkófonos uzbekos y turkmenos, constituyen el 15% de la población, con alianzas en las repúblicas exsovieticas de igual etnia. A ellos pertenece el general Dostom, antes aliado soviético y ahora a caballo entre tadjikos y talibanes.
afganistan... un país estratégico
A pesar de ser un pequeño país con pocos recursos de riqueza, Afganistán tiene una posición estratégica clave entre Asia y Europa. El control y la estabilidad de Afganistán resultan esenciales por situarse en el cruce de caminos para el transporte de hidrocarburos entre Asia y Europa. El trazado y control de los nuevos oleoductos que, según está previsto, se construirán en la zona subyace en la pugna de intereses internacionales ocultos tras la lucha de clanes, tribus y grupos que han marcado las guerras en este país.
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EL PARAISO DEL OPIO
El Congreso de EE.UU. acaba de aprobar una resolución en la que se señala a Afganistán como un paraíso para terroristas -el atentado de las Torres Gemelas de Nueva York marca un antes y un después en las relaciones de EE.UU. con los grupos islamistas armados- y el mayor centro de producción de opio del mundo. Según numerosos informes, el cultivo de adormidera y el tráfico de opio no sólo no ha disminuido con los taliban sino todo lo contrario, ha aumentado. Con el control del territorio, el nuevo régimen afgano ha logrado también el control de las plantaciones de adormidera y su comercio. Con las ganancias, han logrado ser autosuficientes económicamente y ya no necesitan ayuda exterior para mantener su cruzada.
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¿QUIÉNES SON LOS ALIADOS DE LOS TALIBAN?
Hasta el momento sólo Pakistán, Arabia Saudí y los Emiratos Arabes Unidos reconocen el gobierno taliban pero no debemos olvidar que estos tres países son los principales aliados de EE.UU. en la zona. Por otro lado el representante de Afganistán en la ONU es todavía un miembro designado por el presidente Rabbani depuesto en el 96. Presiones internacionales a través de organizaciones de Derechos Humanos y sociedad civil han logrado frenar el reconocimiento en la ONU del régimen taliban pero… ¿hasta cuando se mantendrá la reserva?
El Islam como ideología política.
Desmoronado el panarabismo y el bloque socialista, la única ideología capaz de unir a las enfrentadas tribus es el Islam. El 80% de la población es musulmana suní y un 15% aislada en las montañas del centro del país es chiíta, con conexión con Irán. El Islam es un arma contra la ocidentalización, aunque, paradójicamente el integrismo musulman ha sido alimentado por EEUU a través de sus aliados Pakistán y Arabia Saudí con diez millones de dólares en los últimos 13 años (Le point).
Las mujeres
En Febrero de 1993 cerca de 60 mujeres fueron sacadas por hombres armados del Instituto de Ciencias Sociales de Kabul y asesinadas. El ascenso de los mujaidines empezó a recortar los precarios logros de la década comunista.
Sólo se permitía el trabajo de las mujeres en escuelas y hospitales. El hasta hace poco primer ministro Hekmatyar echó vitriolo a una estudiante sin velo y mató de un puñetazo a otra en sus tiempos de estudiante de ingeniería en Kabul.
Los talibanes, surgidos en octubre de 1994 con 800 milicianos, han crecido vertiginosamente y hoy controlan el 75% del territorio, tomando en Septiembre de 1996 Kabul.
En la primera semana tras la toma de Kabul, los talibanes prohibieron a las niñas ir a la escuela, a las mujeres ir a trabajar, con el consiguiente caos en hospitales y servicios de ayuda humanitaria (uno de cada tres de los 1.200.000 kabulís viven de la ayuda humanitaria). No vestir el burka es castigado con 40 latigazos.
La peor parte es para las viudas, mas de 25.000 en Kabul, sin ningún tipo de subsidio y con hijos y heridos a su cargo. 200 viudas del Centro Artesanal de Lungi desafiaron la prohibición y se manifestaron en defensa de su trabajo que es su subsistencia.
Los talibanes han reportado a Afganistan el record de desescolarización: sólo el 4% de las niñas de los territorios dominados por ellos reciben educación. Centenares de chicas estudian clandestinamente o cruzando la frontera con Irán. Una estudiante se quemó viva como protesta.
En Herat, tomada por los talibanes en Septiembre de 1995, mas de la mitad de los maestros eran mujeres. Al comienzo de 1996 la UNICEF suspendió sus programas de educación hasta que las niñas dejaran de ser excluídas. ONGs abandonan proyectos por las dificultades para sus cooperantes mujeres.
La mortalidad infantil afecta a uno de cada 8 nacidos, lo que crea a las autoridades el dilema de la asistencia sanitaria: o dejan que las mujeres la estudien y ejerzan, o dejan que los médicos atiendan a mujeres.
Algunos jefes talibanes dicen que cuando se garanticen espacios separados por sexos, las mujeres podrán volver a las escuelas y los hospitales, pero no a las oficinas.
Ver el Informe de 16 pags elaborado por Amnistía Internacional en Mayo de 1995: "Mujeres en Afganistán, una catástrofe para los derechos humanos".
Mujeres, derechos humanos y ayuda internacional.
Catherine Bertini, directora del Programa Mundial de Alimentos (WFP) de Naciones Unidas anunciaba que tras el triunfo de los talibanes todos los accesos a Kabul habían sido abiertos por primera vez y WFP había repartido 550 toneladas de harina en la ciudad en 5 días.
La Presidenta del Comité de la ONU para la eliminación de la Discriminación contra la Mujer pidió una respuesta clara.
El 7 de Octubre el Secretario de la ONU Boutros Ghali (Anexo 1) advertía que la violación de los derechos humanos y en particular del de las mujeres y las niñas a la educación y el trabajo "podría tener serias consecuencias sobre la capacidad de Naciones Unidas para realizar programas de asistencia y de reconstrucción del país".
La Resolución del Consejo de Seguridad de 22 de Octubre de 1996 (Anexo 2) en su apartado 11 "Denuncia la discriminación contra las jóvenes y las mujeres y otras violaciones de los derechos humanos y del derecho internacional humanitario en Afganistán y observa con profunda inquietud las posibles repercusiones sobre los programas internacionales de socorro y reconstrucción en el Afganistán".
El Proyecto de Resolución no aprobado por la Asamblea General en 22 de Noviembre no vincula la continuidad de la ayuda al respeto de los derechos humanos, aunque "deplora el grave empeoramiento de los derechos humanos de la mujer (punto 6) e insta a las autoridades afganas a proporcionar a las víctimas de violaciones graves de derechos humanos una reparación suficiente y efectiva y que enjuicien de conformidad con las normas internacionalmente aceptadas a quienes cometan esas violaciones".
La Presidencia de la Unión Europea, en su declaración (Anexo 3) de 28 de Octubre "en su calidad de uno de los principales donantes de ayuda humanitaria a Afganistán expresa su inquietud por las posibles repercusiones de las violaciones de Derechos Humanos sobre los beneficiarios de los programas de ayuda...al tiempo que mantiene la calidad de la asistencia ya suministrada al pueblo afgano, sin tener en cuenta el sexo o los antecedentes étnicos."
Cerca de 400.000 de los 1.200.000 habitantes de Kabul dependen totalmente de la ayuda internacional para comer y calentarse en el invierno, pero muchos de los cooperantes internacionales son mujeres y su segregación los hace inviables.
En las tres semanas tras el triunfo taliban en Kabul 150.000 personas abandonaron la ciudad.
Otra paradoja es que Pakistán, teniendo como Primera Ministra a una mujer, Benazir Butho, haya instigado la segregación total de lo público de las mujeres del país que pretende anexionar.
El opio financia las armas
Afganistán es uno de los principales productores mundiales de opio, con 180.000 Has cultivadas que produjeron en 1996 2.400 toneladas que esperan asciendan en 1997 (la cosecha es en abril) a 3.000 Tm.
Al principio los talibanes se propusieron eliminar este cultivo, pero han acabado financiandose con él, como los demás grupos en guerra.
La mayor parte del opio es transformado en heroína a lo largo de la frontera oeste de Afganistán o en Pakistán o Turquía. A través de ellos y de Irán, Tajikistan o Turkmenistán llega a Europa y Estados Unidos. El Programa de Naciones Unidas para el Control de las Drogas (UNDCP) estima que 240 toneladas de la heroína consumida en Occidente en 1995, con un valor de 75 billones de dólares, procedía de Afganistán. (Newsweek, 30.09.96)
Frente a ello, EEUU dedicó en ese año 715.000 dólares para programas de control, el 2% de lo gastado con igual fin en Colombia.
Mas de millón y medio de muertos y cinco millones de refugiados en un país de 20 millones de habitantes.
Las viviendas, carreteras y el sistema productivo destruído harán de Afganistán un país sin recursos humanos ni materiales para afrontar su supervivencia futura. Un país dependiente de la ayuda internacional ¿basada en la reimplantación de los derechos humanos o supeditando estos al equilibrio diseñado por EEUU entre Pakistan, India, Irán, las repúblicas del Turkestan y China?
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MOVILIZACIÓN CONTRA LA DISCRIMINACIÓN
Prohibido que las niñas vayan a la escuela y que las mujeres ejerzan cualquier trabajo retribuído o que anden por la calle "sin causa justificada", imponen los poderes emergentes de la guerra civil de Afganistán a las mujeres a las puertas del siglo XXI.
No hay derecho a diversidad cultural o religiosa, ni deber de no injerencia extranjera en los asuntos del pais que justifiquen nuestra indiferencia o pasividad ante esta situación.
La Declaración Universal de Derechos Humanos aprobada tras las atrocidades de la 2ª Guerra Mundial conlleva la intervención de un poder internacional que defienda esos derechos -la educación básica, el trabajo, la no discriminación, entre ellos- para que de verdad sean universales, igual para el norte que el sur, el este que el oeste, los hombres ó las mujeres.
¿Que están haciendo los organismos internacionales para defender los derechos humanos en general y los doblemente violados derechos humanos de las mujeres en Afganistán?
La Presidencia de la Unión Europea hizo pública, el 28 de octubre del 96, una declaración exhortando a los estados miembros a no interferir en los asuntos internos de Afganistán, en particular a no vender armas ni municiones, destacando las minas terrestres que se dirigen a la mutilación o muerte de la población civil.
A la vez recordaba la Resolución 1076/1996 del Consejo de Seguridad de la ONU que ha denunciado la discriminación de las mujeres de todas las edades en el marco de la violación de los Derechos Humanos.
El 22 de Noviembre de 1996 la Asamblea General de Naciones Unidas debatió un proyecto de Resolución que denuncia la práctica de torturas, tratos crueles y degradantes; insta a todas las partes afganas a tomar medidas para velar por la participación efectiva de la mujer en la vida social, política y cultural de todo el país; deplora el grave empeoramiento de los derechos humanos de la mujer, insta a las autoridades de Afganistán a que se restablezca inmediatamente el respeto de todos los derechos humanos de la mujer, incluído el de trabajar y el derecho de las niñas a la educación sin discriminación, y exhorta a Afganistán a que ratifique la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer de que es signatario.Pero la Asamblea sólo decidió "seguir examinando" esta propuesta, así como "tomar nota" de las conclusiones y recomendaciones del Informe de la Relatora Especial de la Comisión de Derechos Humanos.
SITUACIÓN DE LAS MUJERES DE AFGANISTAN
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El gobierno de Afganistan esta emprendiendo una guerra contra las mujeres.
La situacion esta tan mal que un editorial del Times comparo el trato delas mujeres de Afganistan al dado a los judios durante el pre-holocausto en
Polonia. El regimen fundamentalista de Taliban llego al poder en 1995.
Desde entonces las mujeres empezaron a usar una buruca, un vestido largo
con una capucha que esconde la cabeza y que tiene una tela por donde mirar.
Son apedreadas en publico si no usan el traje formal, o solamente porque no
tienen la malla que cubre el frente de los ojos.
Una mujer murio porque un grupo de fundamentalistas la ataco por exponer un brazo accidentalmente mientras caminaba. Otra fue apedreada hasta la muerte por haber tratado de dejar el pais con un hombre que no era su pariente. Las mujeres estan prohibidas de trabajar y hasta de estar en publico sin un pariente masculino.
Las profesionales como profesoras, traductoras, doctoras,abogadas, artistas y escritoras fueron despedidas de sus trabajos y consignadas a sus casas. La casa donde vive una mujer tiene que tener las ventanas pintadas para impedir que ellas sean vistas por extranos. Tienen que usar zapatos silenciosos para nunca ser oidas. Las mujeres viven con miedo de perder la vida por causa de un leve desliz en el comportamiento que les han impuesto. Como ellas no pueden trabajar, sus parientes masculinos o maridos, o estan pasando hambre hasta la muerte o estan mendigando en la calle.
No hay ninguna instalacion medica disponible para las mujeres, y muchos profesionales del area de salud, en protesta, dejaron el pais llevando medicamentos y otras cosas necesarias para tratar el creciente indice de depresion entre las mujeres. No hay como saber en esta sociedad fundamentalista islamica la tasa de suicidio con certeza, pero se calcula que la tasa de suicidio entre las mujeres aumento significativamente, ya que no pueden hallar un tratamiento para la depresion severa, y no soportan el cambio radical en sus vidas.
En uno de los raros hospitales para mujeres, un reportero encontro cuerpos casi inanimados, inmoviles encima de las camas, envueltos en burcuas, sin voluntad de hablar, comer, hacer cualquier cosa. Otras enloquecieron y son
encontradas en las esquinas, balanceando sus cuerpos o llorando, la mayoria
con miedo. Un medico esta considerando, que cuando se termine el poco
medicamento que queda, dejar a estas mujeres frente a la residencia del
Presidente como una forma de protesta.
Llego el punto en que el termino violacion de los derechos humanos es desconocido. Los hombres tienen poder de vida o muerte sobre las mujeres, especialmente sus esposas.
Pero cualquier hombre tiene el mismo derecho de apedrear o golpear a una mujer,aun cuando sea desconocida, si ella simplemente expone una pulgada de su cuerpo, aunque sea accidentalmente. Dicen que occidente no deberia juzgar el regimen Fundamentalista de Afganistan porque es una cuestion cultural, pero ni siquiera eso es verdadero.
Las mujeres disfrutaban de una libertad relativa para trabajar, generalmente vestian como quisieran, caminaban y aparecian solas en publico hasta 1996. La rapidez de esa transicion es el principal argumento, para depresion y el suicidio: las mujeres que eran pedagogas o doctoras o simplemente disfrutaban de la libertad basica para cualquier ser humano ahora son severamente reprimidas y maltratadas en nombre del ala fundamentalista del Islam.
Si la OTAN uso su fuerza militar en Kosovo en nombre de los derechos humanos, por causa de la segregacion racial contra los Albaneses, entonces Occidente tambien puede expresarse contra la opresion, asesinato e injusticia cometida contra las mujeres por el Taliban.
tres españolas se mezclan entre la POBLACIÓN afgana para conocer la SITUACIÓN de las mujeres en ese país
Ana Tortajada y Mónica Bernabé (bajo la burka)
Testigos del "terror" talibán
El País. 20/10/2000 TATIANA ESCÁRRAGA , Madrid
"Son como fantasmas que pasean por calles desoladas. Bajo las burkas(*) la vida de las mujeres se paraliza. Es el terror". Embutidas en esos velos(las burkas) como celdas, que cubren el cuerpo de pies a cabeza, la escritora Anna Tortajada, la periodista Mónica Bernabé y la puericultora Mercé Guilera, todas catalanas, recorrieron durante varios días Kabul, y escucharon, de viva voz, las historias de "crueldad" que el régimen talibán -un movimiento fundamentalista islámico-, ha impuesto en Afganistán desde mediados de los noventa, especialmente entre las mujeres. Actualmente controlan más del 90% del país.
Anna, Mónica y Mercé decidieron visitar ese país después de conocer en Sabadell (Cataluña) a la presidenta de una ONG que lucha por la asistencia humanitaria de las mujeres afganas. Decidieron, a título personal, recorrer la zona y contar su experiencia después. Ayer Anna y Mónica estuvieron en Madrid para relatar su vivencia y aportar sus conocimientos a la recientemente creada Plataforma de Ayuda a Afganistán, de la que forman parte El Consejo de la Mujer de la Comunidad de Madrid, la Liga por los Derechos de los Pueblos de Sabadell así como Ayuntamientos y diversas organizaciones y entidades.
En sólo cuatro días, estas mujeres vieron la cara del terror oculta tras un velo azul. Ellas mismas sufrieron en carne propia la angustia de vivir con una rejilla de tela que cubre el rostro. "La burka es talla única; te hace una presión terrible en la cabeza, no ves el suelo que pisas y pierdes el sentido de la orientación. Para andar tienes que seguir a alguien", contaron. En ese valle de terror y represión que es Afganistán, lo (*) Burka: túnica de una pieza, que cubre de la cabeza a los pies, con tan sólo una rejilla para los ojos, que los talibanes han impuesto a las mujeres. peor, según Anna y Mónica no son las burkas, sino "la crueldad". "Las mujeres no pueden salir solas, no pueden ir al médico, no pueden trabajar y no pueden estudiar", cuentan.
En las calles de Kabul la desesperación se ha adueñado ya de muchas mujeres que, en el peor de los casos, optan por suicidarse. "Supimos que el nivel de suicidios ha crecido de forma alarmante. Hay personas que se dejan arrastrar por la depresión y no pueden soportarlo". Esta situación, cuentan, se ha agudizado sobre todo en las viudas que, al no tener compañía masculina no pueden salir y mucho menos trabajar. Y para las que enferman, no hay remedio posible. "Como no puedes ser atendida por un médico hombre, no puedes ir al hospital y te tienes que quedar en casa. Muchas están muriendo en el parto o por enfermedades banales".
"Por favor, cuando vayas a tu país, cuéntalo", le dijeron una y otra vez un puñado de afganas a estas tres catalanas que se mezclaron entre su gente para conocer de cerca su desgracia. "Cuando se quitan el velo lo que ves son mujeres normales con ganas de hablar y llenas de rabia por la situación que padecen", explica Mónica.
Gracias a la ONG Hawca, una de las pocas que trabaja en Afganistán, las dos españolas pudieron recorrer también las organizaciones clandestinas que se vienen gestando allí y que, sobre todo, procuran que las mujeres puedan aprender a leer y escribir. "Aprender a leer y escribir es un delito. Las adultas y las niñas se organizan en escuelas clandestinas y entran en turnos de cinco minutos para no ser descubiertas. Eso sí, siempre acompañadas de un hombre".
En los pocos días que estuvieron en Kabul, las españolas confiesan no haber sentido miedo por su situación, sino por el riesgo que corrían quienes se empeñaban en mostrarles la realidad. Al fin y al cabo, el régimen, empecinado en mostrar otra imagen del país les concedió el visado de turista y hasta puso un coche oficial a su disposición. Para los recorridos clandestinos Anna y Mónica tuvieron que mentir y decir que abandonaban el país. Así burlaron el cerco oficial.
El peor momento fue cuando un día, de madrugada, el conserje del hotel les anunció que a la mañana siguiente una cuadrilla talibán, hombres siempre armados y en enormes vehículos llegaría para detener a la joven que les servía de intérprete. "No pudimos dormir. No sabíamos lo que le iba a pasar: era mujer, se relacionaba con extranjeros y estaba trabajando", cuenta Anna. Los talibán no llegaron, pero otro día, detuvieron un autobús, requisaron a los pasajeros y se llevaron a una mujer que llevaba entre sus pertenencias un libro de texto. "No supimos qué fue de ella".
AFGANISTÁN, cuatro años de terror
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La violación de derechos humanos por parte de los integristas continúa hoy con toda su crudeza
Entrevista a OREZALA ASHRAF, COOPERANTE AFGHANA (HAWCA)
por María José G. Pulido
La toma de Kabul, capital de Afganistán, en 1996 marcó el inicio de una campaña internacional de protesta hacia el régimen integrista islámico de los Talibán y sus graves abusos contra los derechos humanos. Hoy, la situación de los refugiados sigue siendo crítica, pero las voces que se alzan contra esos abusos han disminuido.
Madrid. D16. 16 de Abril del 2000
Una de las historias que circulan entre los refugiados afganos en Pakistán sobre la brutalidad y la sinrazón de los Talibán es la de un adolescente que muere en uno de estos campamentos. Su familia decide enterrarlo al otro lado de la frontera, en su país.
En su viaje son interceptados por una milicia integrista que quiere comprobar si el joven verdaderamente ha fallecido. Cuando no quedan dudas, preguntan a la familia por qué está afeitado -prohibido por este grupo que se autodenomina “estudiantes de religión”- ante lo que responden que no tiene barba porque era demasiado joven. Aún así, los estrictos Talibán apalean el cadáver por todas partes. Es el castigo que recibe todo hombre que afeite su rostro.
El 90% del territorio de Afganistán está sometido al régimen de terror impuesto por el grupo fundamentalista islámico de los Talibán, pero hay un sector de población que sufre especialmente las normas impuestas por los extremistas: las mujeres. La situación se ha calificado de “apartheid sexual”, porque relega a las mujeres a vivir ocultas, sin ningún derecho, encerradas en sus casas.
Afganistán lleva más de veinte años en guerra. Desde la invasión de las tropas rusas en 1979, más de un millón de personas han muerto y muchas más han resultado heridas. Los refugiados en Irán y Pakistán ascienden a dos millones, lo que les convierte en el grupo de refugiados más grande del mundo, según datos de Naciones Unidas. Además, los combates entre las facciones han dejado más de 700.000 viudas, quienes apenas tienen recursos para subsistir debido a los edictos de los Talibán.
La prohibición de trabajar de las mujeres y la obligación de ir acompañadas por un varón de la familia las condenan a la mendicidad o a la muerte lenta en sus casas.
Después de la retirada de las tropas rusas del país, en 1989, la guerra continuó entre la oposición y el Gobierno comunista. Los comunistas cayeron, pero la lucha seguía entre las diferentes facciones. Los Talibán entraron en escena en 1994, con la declarada pretensión de acabar con los muyahidín corruptos. En estos momentos controlan el 90% del territorio de Afganistán.
Cuando los Talibán tomaron Kabul en 1996, la comunidad internacional se hizo eco de los crímenes y violaciones de los derechos humanos cometidos en la capital afgana, pero con el paso del tiempo las voces se han ido apagando. Hoy en día, la situación para mujeres, niños y hombres no combatientes es tan dramática como entonces, tal como denuncian organizaciones internacionales como Amnistía Internacional (AI) o afganas como HAWCA (Asistencia Humanitaria para Mujeres y Niños de Afganistán) o RAWA (Asociación Revolucionaria de las Mujeres de Afganistán), que trabaja en ese país.
Pese a que el respeto a los derechos humanos y las condiciones de vida no han mejorado, las medidas de presión por parte de Naciones Unidas y la comunidad internacional en general son simbólicas. La sanción impuesta recientemente de cancelar los vuelos internacionales a Afganistán “no ayuda a la población, al contrario, así ésta se ve privada de la posible recepción de ayuda internacional”, señala la directora de HAWCA, Orezala Ashraf.
La situación en los campos de refugiados tampoco ofrece una perspectiva esperanzadora. Según el informe de AI del pasado noviembre sobre los refugiados afganos, éstos siguen sufriendo la violencia de los grupos armados de su país que actúan en las zonas fronterizas y que, en la práctica, controlan los campos de refugiados.
Orezala Asharaf, al igual que AI, denuncia cómo los responsables de las organizaciones de ayuda en los campamentos también reciben amenazas.
Aunque la mayoría de los que huyeron fueron acogidos por Irán y Pakistán, estos dos países piden con insistencia su repatriación.
La ayuda internacional ha disminuido en los últimos años, aunque apenas lo ha hecho el número de desplazados. La ayuda directa de alimentos quedó interrumpida en 1995, cuando el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) y el Programa Mundial de Alimentos (PAM) decidieron que estaban en condiciones de lograr la autosuficiencia.
La responsabilidad que tienen los países occidentales en la precaria situación de los refugiados aumenta si consideramos que se ha aceptado a un número muy bajo de
los solicitantes de asilo.
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Un brutal “apartheid” contra las mujeres
Entre las normas impuestas por los Talibán respecto a las mujeres destacan, por su irracionalidad y dureza:
Obligación de vestir el burqa, que las cubre de pies a cabeza, siempre que salgan de sus casas.
Prohibido salir sin ir acompañadas de un hombre de su familia.
Prohibido trabajar.
Prohibido estudiar.
Prohibido recibir asistencia médica por parte de un hombre. Como no pueden trabajar, no hay doctoras y, por tanto, no reciben ningún tipo de atención.
Obligación de usar zapatos silenciosos para no hacer ruido al andar.
Obligación de pintar las ventanas de las casas de color oscuro para no ser vistas desde el exterior.
Apaleamiento si exhiben alguna parte de su cuerpo, aunque sea porque el viento levante el burqa.
Clausura de los baños públicos.
Prohibición de salir a la calle durante ciertos periodos del mes de ayuno de Ramadán.
Lapidación por adulterio.
Amputaciones por robo.
Ejecuciones públicas.
Muchas afganas tienen pánico a morir si contradicen, por descuido, cualquiera de las normas. Pero el riesgo de morir violentamente no deriva únicamente de incumplir estas reglas dictadas por la sinrazón, ya que muchas mujeres son raptadas, violadas, mutiladas y asesinadas.
El observador de la ONU Kamal Hossein denunció, en un informe del pasado marzo, los secuestros de mujeres en las regiones de Mazar Sharif, Pol Khomri y Shamali. Muchas fueron obligadas a prostituirse, otras que intentaron escapar fueron asesinadas o mutiladas. También se refería a las que son obligadas a contraer matrimonio con miembros de los Talibán.
Pero hay otras formas de morir en Afganistán. Muchas mujeres, desesperadas por esta situación, se dejan morir en las esquinas, abandonadas en sus casas o se suicidan. De hecho, el número de suicidios ha aumentado de forma preocupante.
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OREZALA ASHRAF/ Cooperante afgana
Huyó con su familia de Kabul en 1989 debido a la guerra y después de una semana de viaje por las montañas llegaron a un campo de refugiados en Pakistán. Al poco tiempo, empezó a dar clases a mujeres y el año pasado creó la organización HAWCA para ayudar a las afganas. Hace poco viajó a Madrid para contar sus experiencias:
Menuda, contundente y expresiva, Orezala Ashraf repite incansable que su labor es denunciar la situación de las afganas y para eso ha visitado España.
-Cuando llegasteis a Pakistán, ¿cómo fuisteis acogidos?
-En los campos de refugiados, entre 1989 y 1992, lo único que teníamos, comida o tiendas, había sido enviado por la ONU y el Gobierno paquistaní.
-¿Esperabais regresar pronto?
-Sí. Desde que llegamos y durante dos años creíamos que íbamos a volver en cualquier momento. Cuando los fundamentalistas tomaron el poder, primero la mayoría de la gente se alegró porque pensaba: “Ahora Afganistán está libre y podemos volver”, pero empezamos a enterarnos de los crímenes de los integristas. Mucha gente tenía que seguir huyendo del país. Después de 1992, casi todos los refugiados se quedan sin esperanza, porque saben que van a tener que pasar un largo tiempo en Pakistán.
-¿Los ataques a mujeres empezaron en ese momento?
-Los fundamentalistas se han dedicado a secuestrar y violar mujeres, desde niñas a ancianas. Secuestraron a una mujer. Ella había salido de casa para buscar comida para sus tres hijos pequeños. Era invierno, hacía mucho frío. La tuvieron retenida durante tres días, con un trato inhumano. Cuando pudo volver a casa, sus hijos habían
muerto de hambre y frío. Este tipo de cosas son las que pasan desde que los fundamentalistas accedieron al poder.
-¿Qué cree que persiguen con este tipo de acciones?
-En general, están en contra de las mujeres y están sedientos de poder. La razón por la que son... salvajes puede ser que han estado años en la montaña y nunca se han relacionado con mujeres, ni siquiera con las de su familia. No tienen relaciones normales, son antisociales, están locos. Por ejemplo, si coges a un perro y lo encierras durante años y luego lo liberas, encontrarás a un animal salvaje que querrá morderte. Creo que ocurre lo mismo con estos grupos fundamentalistas.
-¿Qué puede hacer la comunidad internacional?
-Desgraciadamente, sentimos que Occidente sólo guarda silencio. Estamos desesperanzados porque en Afganistán la gente piensa que nadie se ocupa de ellos. Pero existimos en este planeta y allí también somos humanos. Esto nos hace pensar que la “aldea global” no tiene el mismo significado para todos, porque no se está haciendo nada.
-¿Se traduce en menos ayuda?
-Quiero decir una cosa sobre la comunidad internacional, la ONU y todos en general: guardar silencio tiene dos significados -es mi opinión, pero creo que es lógica-. Por una parte significa que estás de acuerdo con la guerra y por otra, muy grave, es que estás implicado en la guerra. Debes estar apoyando a una de las partes.
-¿Hay problemas con los Talibán en los campamentos?
-Hay 15 campos de refugiados en Pakistán y es diferente según el campamento. En algunos la vida no es fácil para las mujeres, porque tienen que llevar el burqa o ir acompañadas. No es igual que en Afganistán porque no son golpeadas, pero no son bien aceptadas porque hay influencia de los Talibán o de sus seguidores.
-¿Has sido amenazada?
-Sé que puedo estar en peligro porque denuncio la situación de mi país y ellos van contra la gente que habla sobre la realidad, pero no me preocupa. Ésa es mi responsabilidad como mujer afgana, hacer que no se nos olvide. Desde mi punto de vista, como trabajadora social, son criminales y haré todo lo que pueda para hablar de
su naturaleza.
-¿Cómo fundaste HAWCA?
-Estaba en un campo de refugiados cuando empecé a trabajar con mujeres. Les daba cursos de alfabetización y ellas estaban muy contentas. Tenía 8 ó 9 alumnas y después de un año leían y escribían. Pensé que en un futuro podía ampliar las clases. Finalmente intenté encontrar a gente que pensara como yo y formar un grupo. En enero de 1999, establecimos nuestra organización y después fijamos nuestro objetivo de trabajar en la educación, la sanidad y la ayuda psicológica.
-¿Trabajáis en Afganistán?
-Sí, ahora tenemos cursos de alfabetización para más de 400 mujeres, aunque no es fácil.
-¿Has vuelto a ese país?
-Sí. Regreso una vez o dos al año a ver a mi familia y a comprobar los proyectos de ayuda
-¿Has sido testigo de abusos?
-Sí, y me es muy difícil hablar sobre ello, porque cuando hablo, por ejemplo, de mujeres golpeadas, sus caras están en mi mente en ese momento.
TALIBANES EJECUTAN A UNA MUJER EN PÚBLICO
Kabul, 24 de noviembre de 1999. Miles de personas fueron testigos ayer de cómo una mujer, oculta debajo de una túnica celeste, fue asesinada a tiros. Ésta fue la primera ejecución pública de una mujer en Kabul desde que los talibanes tomaron el poder hace tres años.
La mujer, identificada sólo como Zareena, una madre de siete niñas y niños, fue encontrada culpable de haber matado a su esposo con un martillo mientras éste dormía. El motivo de esta muerte, que ocurrió hace dos años, fue una "disputa familiar", de acuerdo a un soldado talibán quien prefirió guardar el anonimato.
Zareena fue llevada a un estadio deportivo en la parte trasera de un pickup. Dos mujeres policías le sostuvieron los brazos cuando fue sacada del vehículo. Según testigos, la mujer caminaba lentamente, haciendo una pausa después de cada paso. En el centro del campo, una de las policías le ordenó sentarse. Detrás de la agente, un joven soldado talibán, con la cabeza cubierta por el turbante tradicional, apuntó con su rifle Kalashnikov. Repentinamente, Zareena se puso de pie e intentó escapar. Una policía la detuvo y la obligó a sentarse, dijeron los testigos. El soldado se acercó y le disparó tres veces.
Tras la ejecución, varias personas entre la multitud gritaron "Dios es bueno". El estadio estaba repleto de hombres y mujeres, y muchos habían llevado a sus hijas e hijos.
Una mujer, al correr hacia las gradas del estadio y empujando a sus pequeños hijos frente a ella, dijo: "Ésta es la primera mujer que ha sido ejecutada. Yo quería ver".
Los talibanes han impuesto su rígido estilo de la ley islámica aproximadamente en el 90 por ciento del territorio afgano bajo su control. Dicen que su versión del Islam es una versión pura que sigue una interpretación literal del Corán.
Según las leyes talibanas, las personas asesinas son ejecutadas públicamente por familiares de sus víctimas. Las personas adúlteras son linchadas y a los ladrones se les amputan las extremidades. Crímenes menores son castigados con palizas públicas.
EL INFIERNO DE AFGANISTAN
por BOB HERBERT. El Mundo 31 Octubre 1999
La larga y tenebrosa noche de las mujeres
El régimen de los talibanes que gobierna en Kabul ha privado a las mujeres afganas de todos sus derechos. Fruto de esta situación, numerosas mujeres de este país sufren de profundas depresiones y han perdido las ganas de vivir.
Resultaba raro. Aquellas mujeres no dejaban de señalarse la cabeza con el dedo.«Les pregunté si se encontraban bien de salud», manifestó Zohra Rasej, una experimentada investigadora de temas sanitarios que trabaja para Médicos pro Derechos Humanos. «No mencionaron nada en particular. Sin embargo, se señalaban la cabeza con el dedo. Algunas dijeron: "Sí, justo aquí"».
«Entonces les pregunté qué es lo que querían decir. Y después de un par de entrevistas, me quedé francamente impresionada al ver que todas repetían lo mismo una y otra vez. Decían: "Pues sí, me estoy volviendo loca, tengo pesadillas, ya no quiero vivir más"».
«Era muy fácil percibir los síntomas de la depresión, incluso para los que no estuvieran acostumbrados a reconocerlos. Aquellas mujeres se encontraban hundidas. Algunas se echaban a llorar. Tenían la sensación de que ya no les quedaba ninguna esperanza. Algunas afirmaban que querían matar a sus hijos y suicidarse después».
La señora Rasej, que ha entrevistado a más de 160 afganas, manifestó que, en su opinión, la mayoría de las mujeres que viven bajo la férula cruelmente tiránica de los talibanes había quedado atrapada en la larga y tenebrosa noche de la depresión más aguda.
No se les permite trabajar ni asistir a centros de enseñanza. En su mayor parte, son obligadas a quedarse en sus casas, sin salir, como en prisión, con las ventanas tapadas o pintadas de negro. Si tienen que salir, deben hacerlo acompañadas por un pariente cercano del género masculino y dentro de los límites claustrofóbicos de la burka (*) que las envuelve por completo.
Deben permanecer en silencio. Ni tan siquiera debe oirse el ruido de sus pasos. Tan sólo de mala gana se les tolera el sonido de la respiración. Se trata de mujeres que a duras penas manifiestan los más elementales indicios de su existencia. No están vivas en el auténtico significado de la palabra. Están allí, pero no están allí. Como si no estuvieran. ¿Cómo no van a estar deprimidas?
Entre los directivos de Médicos pro Derechos Humanos y de otros colectivos existe un temor cada vez mayor de que los recientes acercamientos de representantes talibanes a las Naciones Unidas, en los que incluso se ofrecen a negociar la situación del terrorista Osama bin Laden, vayan a arruinar los esfuerzos encaminados a proporcionar alguna forma de auténtica ayuda a las mujeres que sufren en Afganistán.
Los talibanes controlan la mayor parte de Afganistán pero, gracias a la oposición de Estados Unidos y de otros países, no ocupan el puesto de Afganistán en las Naciones Unidas. Y, de hecho, la ONU ha amenazado con imponer sanciones económicas a los talibanes, a partir del próximo mes de noviembre, si sus dirigentes se empeñan en proteger al millonario saudí bin Laden, al que Washington atribuye los atentados contra sus embajadas en Tanzania y Kenia.
Eleanor Smeal, la presidenta de la Fundación por la Mayoría Feminista, que se ha esforzado en atraer la atención internacional sobre las condiciones a las que deben hacer frente las mujeres de Afganistán, declaró que se temía «que vaya a haber unas negociaciones de paz», que podrían culminar en un acuerdo en virtud del cual «se termine dando por bueno» el horrible trato que las mujeres reciben de los talibanes.
Añadió: «Si eso llega a aceptarse, y da igual que se disfrace de cultura o de religión, entonces es que no existen para las mujeres unos derechos humanos susceptibles de ser plenamente garantizados. Las Naciones Unidas han declarado que los derechos de la mujer forman parte de los derechos humanos. Si se suprimen el derecho al empleo, el derecho a la educación en cualquiera de sus formas, el derecho a circular libremente, ¿qué derechos quedan entonces? ¿Cuáles son los derechos inalienables que tienen las mujeres?
La señora Rasej reconoció que todos los afganos se han visto afectados de alguna manera por la devastación provocada por tantos años de guerra y de fanatismo religioso. Sin embargo, las condiciones que en la actualidad han de soportar las mujeres de este país son «tan terribles, tan espantosas» que claman por que se les preste una especial atención.
«Incluso antes de [la llegada al poder de] los talibanes el sistema sanitario no era el mejor del mundo», manifestó, «pero había médicos de ambos sexos con una buena formación y las mujeres podían acudir a la consulta de doctores, de especialistas masculinos».
En la actualidad, añadió, los médicos con experiencia han huido prácticamente en su totalidad. A la mayoría de las doctoras se les ha prohibido la práctica de la medicina. Y las pacientes femeninas, con escasísimas excepciones, no pueden ser tratadas por doctores masculinos.
Declaró que se habían reservado algunas instalaciones decrépitas, de manera ostensible, para el tratamiento de pacientes femeninas, pero que no reunían las condiciones mínimas exigibles.
Entre los casos que citó figuraban el de una enferma de diabetes que murió porque no se le facilitaron inyecciones de insulina y el de una mujer que resultó herida en un accidente de automóvil y que falleció porque un hospital se negó a admitirla.
La señora Rasej habló de la tristeza que ella misma sentía y de su sentimiento de impotencia, por más que siga empeñada en hacer todo lo posible por ayudar. «No pasa un día sin que oigas estas cosas tan tristes», afirmó. «Ves que ocurren y te sientes impotente. No soy la misma persona que era antes».
AFGANISTAN: Mujeres en manos de la entidad más misogina del mundo
por Thalif Deen
NACIONES UNIDAS, 19 sep (IPS)
Las mujeres de Afganistán, sometidas al gobierno del movimiento fundamentalista islámico Taliban, sufren más que las de cualquier otro país, aseguró una alta funcionaria de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
''Las sistemáticas y generalizadas violaciones a los derechos humanos de las mujeres siguen siendo parte de la política oficial'' del movimiento Taliban, declaró Radhika Coomaraswamy, relatora especial de Sri Lanka para la ONU sobre violencia contra la mujer.
El Departamento para la Promoción de la Virtud y Prevención del Vicio del movimiento Taliban es ''la entidad más misógina del mundo'', afirmó Coomaraswamy luego de visitar Afganistán, los campamentos de refugiados de Pakistán y otros puntos de la región.
Coomaraswamy, abogada y activista por los derechos humanos, visitó, entre otras ciudades, Faizabad, Kabul, Islamabad, Lahore y Peshawar, y exigió la disolución inmediata del Departamento que establece los lineamientos morales para las mujeres afganas.
''Sus edictos sobre las mujeres son totalmente inaceptables y violan por completo todas las normas internacionales sobre derechos humanos'', indicó la abogada.
''Nunca vi tanto sufrimiento como en Afganistán'', agregó, y atribuyó la situación a las consecuencias de 20 años de guerra y pobreza.
''Las autoridades (del movimiento Talaban) parecen empezar a responder a la enorme presión internacional y a la de sus propias mujeres'', luego de seis años de alegatos, señaló la relatora especial de la ONU.
Coomaraswamy destacó varias reas de discriminación contra las mujeres, entre las cuales figuran la violación a su integridad física y la ''lamentable práctica'' de castigarlas en público ''con algo que se parece a un bate de cricket pero de cuero''.
La ONU continúa ''muy preocupada'' por la prohibición de trabajar y de educarse para las mujeres afganas. El derecho a la atención de la salud tampoco es respetado, ''a pesar de que se abrió un segundo hospital femenino en Kabul''.
La violación del derecho al trabajo de las mujeres tuvo como consecuencia el aumento de las mendigas y las prostitutas.
Carol Bellamy, directora ejecutiva de Unicef (Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia), fue la primera mujer de alto rango que se reunió con las autoridades del movimiento Taliban, el año pasado, y protestó por las restricciones impuestas a las mujeres del país e incluso a las funcionarias de la ONU.
En su visita, Bellamy explicitó la posición de la ONU acerca de las condiciones mínimas de trabajo, es decir que el movimiento Taliban debería respetar los privilegios y la inmunidad del personal del foro mundial y levantar todas las restricciones que pesan sobre el movimiento de mujeres que est activo en el país.
Bellamy, quien se reunió con Mullah Mohammed Rabbani, presidente del Consejo Supremo de los talibanes, comentó que las autoridades le pidieron que Occidente comprenda sus costumbres y no intente imponerles su cultura.
''Les dije que yo representaba a las Naciones Unidas, y que no intentaba defender ni obligarlos a adoptar el modelo occidental, ni ningún otro. El mensaje de la ONU no es el de Occidente'', relató Bellamy.
Ningún país aparte de Afganistán, ni siquiera los islámicos, niega oficialmente el derecho de las niñas a la educación, indicó Bellamy a las autoridades del país.
Los cambios radicales que restringen el movimiento de las mujeres anunciados por Kabul fueron atribuidos al Corán, pero otros países islámicos no comparten esta posición.
La ONU también expresó su preocupación por un edicto según el cual las mujeres musulmanas no afganas sólo pueden trabajar si van acompañadas por sus maridos o por cualquier otro pariente hombre.
La libertad de movimiento y de asociación también están restringidas, pero los principales abusos que se cometen contra las mujeres afganas son la poligamia y los matrimonios forzados, según Coomaraswamy.
Sin embargo, la situación de esas mujeres mejoró un poco en los dos últimos años, admitió Coomaraswamy, refiriéndose en particular a la implementación del sistema de educación en el hogar y de algunas escuelas primarias para niñas, a cargo del Ministerio de Religión.
''Las afganas se mostraron muy adaptables, dadas las circunstancias'', agregó.
Por ahora, sólo Arabia Saudita, Emiratos Arabes Unidos y Pakistán reconocen al movimiento Taliban como gobierno legítimo del país. Los restantes 182 países miembros de la ONU se negaron a reconocerlo.
Refugiadas huyen de apartheid de género de los Taliba
por Danielle Knight
WASHINGTON, 19 sep
Nazira Karimi, desafiando amenazas de muerte contra ella y su familia, quiere que el mundo exterior se entere de los abusos cotidianos que padecen las mujeres en Afganistán bajo el gobierno del movimiento fundamentalista islámico Taliban.
''Los Taliban tratan de que mi familia sufra porque contó la verdad acerca del brutal tratamiento que dan a las mujeres'', dijo Karimi, una periodista afgana exiliada en Estados Unidos.
Karimi se refugió en Estados Unidos hace un año, cuando el Taliban secuestró y torturó a su familia y amigos, y lanzó amenazas de muerte contra ellos.
Como consecuencia, organizaciones humanitarias de mujeres lograron que el Departamento de Estado (cancillería) admitiera a 16 miembros de su familia que llegaron a Washington la semana pasada.
Durante una reunión en Washington, Karimi dijo que el Taliban controla actualmente 90 por ciento de Afganistán donde instituyó un sistema de ''apartheid de género''.
Desde que tomó el poder en 1996, el movimiento prohibió la participación de las mujeres en la fuerza de trabajo, cerró escuelas de niñas, expulsó a las alumnas de las universidades y negó el ingreso femenino a la mayoría de los hospitales.
Las mujeres no pueden salir de sus casas a menos que est n acompañadas por un pariente cercano varón, y deben usar el burka, que les cubre totalmente el cuerpo dejando solo pequeñas cavidades a la altura de los ojos para que puedan ver.
Las mujeres que violan esas imposiciones son brutalmente golpeadas, públicamente flageladas y luego ejecutadas, dijo Karimi, quien aún tiene familiares y amigos en su país que corren el riesgo de ser perseguidos por el régimen.
Otra refugiada, Maryam Shams, de 21 años, habló con la prensa después de su llegada a Estados Unidos desde la ciudad afgana de Herat la semana pasada. Se le concedió asilo junto con su tía, Zieba Shorish Shamley, presidenta de la Alianza de Mujeres para la Paz y los Derechos Humanos en Afganistán.
''Los Taliban clausuraron las casas de baños para mujeres, cuando estas protestaron en Herat, 10 de las manifestantes fueron asesinadas'', contó Shams, quien junto con otras 40 mujeres fue brutalmente golpeada durante esa misma manifestación.
Temiendo que Shams fuera apresada por los Taliban, su madre logró que se casara con un afgano que vive en Alemania. En lugar de darle refugio, su esposo la violó. Con la ayuda de su tía y de la organización Mayoría Feminista, la mujer pudo viajar a Estados Unidos.
''Encomiamos al gobierno (de Bill) Clinton y la reciente labor del Servicio de Inmigración y Naturalización (INS) que ayudaron a rescatar a esos refugiados afganos en desesperada necesidad de ayuda'', dijo Eleanor Smeal, presidenta de Mayoría Femenina, con sede en Washington.
Si bien Smeal reconoció que la solución a largo plazo es que cese la opresión de las mujeres en Afganistán, hizo un llamamiento a Estados Unidos para que haga mas y brinde refugio a las mujeres afganas.
Los afganos integran la mayor población de refugiados en el mundo, pero Estados Unidos admitió a muy pocos desde que el Taliban se apoderó de Kabul en 1996, señaló Smeal.
Entre 1996 y 1997, cuando dos millones de los 26 millones de afganos se convirtieron en refugiados, ni uno solo fue admitido en Estados Unidos, según Layli Miller Bashir, fundadora del Centro de Justicia Tahirih. En 1998 fueron admitidos sólo 98 refugiados afganos.
De todos maneras, a raíz de la presión de organizaciones como Thahirih, las autoridades estadounidenses aumentaron a 1.500 el número de refugiados admitido este año.
Bashir afirmó que el lento proceso de admisión de refugiados pone en peligro las vidas de muchas mujeres y niñas que buscan asilo en Estados Unidos.
''Por lo general lleva entre nueve meses y dos años admitir a los refugiados y, en casos como la familia de Karimi, eso es demasiado. Muchos no sobreviven antes de que se les conceda el asilo'', advirtió.
Primero los solicitantes son interrogados por el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para Refugiados (ACNUR). En el caso de la familia de Karimi, el comisionado rechazó su pedido de asilo, lo cual fue apelado.
''Todo esto lleva un tiempo que esa gente no tiene'', dijo Bashir. Sólo después que las organizaciones lanzaron una campaña de emergencia, la familia de Karimi fue otorgada el asilo en Estados Unidos. ''Las acciones inmediatas de Mayoría Femenina, del Centro de Justicia Thahirih y del gobierno, sin lugar a dudas salvaron la vida de mi familia'', dijo Karimi.
Smeal dijo que ACNUR debe crear una categoría de refugiados que abarque las peculiares circunstancias de la represión de g negro que padecieron mujeres y niñas que escaparon del Taliban.
''Esa categoría es muy necesaria y ayudar a aliviar el escollo insuperable que afrontan esos refugiados cuando deben dar pruebas a ACNUR de que fueron objeto de persecuciones'', explicó.
También instó al INS a crear un centro procesador permanente en Islamabad hacia donde huyen muchos refugiados, y en campos establecidos por ACNUR.
Bashir dijo que si el apartheid de género de Afganistán hubiera ocurrido con cualquier otra religión y en otro país, el mundo se hubiera escandalizado. ''Eso ocurre con más de la mitad de la población de un país y el mundo todavía no le ha prestado la debida atención'', se lamentó.
MUJERES AFGANAS SUPLICAN AYUDA
Islamabad, Paquistán, 28 de abril de 1999.
Portando pancartas que denunciaban a los dictadores talibanes en Afganistán, mujeres afganas marcharon hoy frente a la oficina de las Naciones Unidas (ONU) en Paquistán para exigir la atención del mundo a su causa.
"Solamente recibimos silencio de la comunidad internacional. Necesitamos ayuda", dijo Huma Saeed, portavoz de las manifestantes, lideradas por la Asociación Revolucionaria de Mujeres de Afganistán. En una declaración de una página, el grupo criticó a la comunidad internacional y a los medios de comunicación, denunciando que su país ha recibido solamente atención esporádica, mientras la causa de las personas refugiadas de Kosovo obtiene una extensa cobertura.
"¿Será que la sangre europea es (más importante) que la sangre de la gente afgana?'' pregunta la carta, que fue entregada en la oficina de la ONU.
En el 90 por ciento del territorio afgano dominado por los talibanes, a las mujeres se les prohibe trabajar fuera del hogar y a las niñas no se les permite asistir a la escuela. Los cuidados de salud han sido segregados y los médicos, las camas y medicinas para mujeres son insuficientes.
La Asociación afirma que tampoco es una esperanza la alianza contra los talibanes, conformada por grupos islámicos que gobernaron en Kabul desde 1992 hasta que los talibanes tomaron el poder en 1996.
Miembras de la asociación han recibido numerosas amenazas de afganos que se identifican como talibanes. En diciembre, en el noroeste de Paquistán, hombres que dijeron ser talibanes amenazaron con quebrarles las piernas a las mujeres que participaran en una marcha contra el régimen. La marcha fue cancelada.
Las mujeres también criticaron hoy los esfuerzos de paz de la ONU que ofrecen a los grupos islámicos radicales una tajada del poder.
"Demandamos saber por qué las Naciones Unidas y otros organismos mundiales insisten en entregar el destino de nuestra gente en manos de asesinos fundamentalistas", dice la declaración.
MINISTRO PIDE PRESION A PAKISTAN PARA QUE CESE AYUDA A TALIBAN
Ginebra, 27 mar (EFE).- El ministro de Asuntos Exteriores de Afganistán, Abdulá Abdulá, pidió hoy una mayor presión internacional sobre Pakistán para que cese su apoyo al régimen impuesto por la guerrilla Talibán, que controla la mayor parte del país, y estos se vean forzados a aceptar una solución política.
En su intervención ante la Comisión de Derechos Humanos de la ONU, Abdulá consideró que el aumento de la presión sobre Pakistán podría inducir a los Talibán a abandonar las acciones militares y a aceptar una solución política bajo la égida de la ONU para acabar con esta guerra "que ya ha durado demasiado".
El ministro afirmó que hasta que Pakistán no cese de interferir en los asuntos internos de Afganistán, "el objetivo de paz parece difícil de lograr" y solicitó a la comunidad internacional "que nos dé su ayuda y apoyo en esta tarea".
Abdulá explicó que la dramática situación en la que se encuentra la población afgana es el resultado de una política deliberada y pidió ayuda internacional urgente para los cientos de miles de mujeres y niños cuyas vidas están amenazadas.
Igualmente denunció la política de "apartheid sexual" practicada por los Talibán, que han secuestrado y violado a cientos de mujeres pertenecientes a las minorías nacionales.
Las numerosas y sistemáticas violaciones de los derechos humanos por parte de los Talibán les hacen merecedores de las sanciones impuestas por el Consejo de Seguridad de la ONU, pero Abdulá lamentó que estas medidas no tengan en cuenta algunos de estos abusos, especialmente los cometidos contra las mujeres.
El ministro afgano también se refirió a la destrucción de las estatuas preislámicas de los Budas de Bamiyán, únicas en el mundo, y aseguró que este vandalismo salvaje ha impactado a toda la comunidad internacional, ofendiendo a los budistas y agraviando al pueblo afgano.
"Este acto bárbaro no es sólo un signo de fanatismo y oscurantismo, además refleja la visión y conceptos de este grupo ignorante", dijo Abdulá, que agregó que la palabra tolerancia no existe en el vocabulario de los Talibán.
Además recordó que las caras y los cuerpos de los buda representaban el este y los pliegues de sus túnicas el oeste, por lo que "los bárbaros han matado este diálogo de culturas y civilizaciones". EFE agf/rml
Una organización afgana critica a la comunidad internacional por silenciar una matanza en Afganistán
PAMPLONA, 26 (EUROPA PRESS)
La representante de la Asociación Revolucionaria de Mujeres de Afganistán (RAWA), Behiat Hamra, criticó hoy en Pamplona la actitud de la comunidad internacional al denunciar la destrucción de las estatuas de los budas en el país y silenciar "una masacre con 300 muertos en la misma región", aseguró.
Hamra se encuentra en Pamplona invitada por el Consejo Municipal de la Mujer para la conmemoración del Día Internacional de la Mujer Trabajadora celebrado el pasado 8 de marzo y dentro de una gira mundial para explicar la situación de Afganistán. Según Maite Mur, concejal especial de mujer en el Ayuntamiento de Pamplona, "Behiat se encuentra aquí incumpliendo las normas del departamento de Promoción de la Virtud y Prevención del Vicio, sin nadie de su familia y con la cara descubierta".
Alrededor del 90 por ciento de las mujeres en Afganistán tiene problemas psicológicos y la tasa de suicidios ha aumentado enormemente desde la llegada al poder del régimen talibán, aseguró hoy en Pamplona Behiat Hamra. Esta representante de RAWA explicó que la situación de falta de libertad no empezó con la llegada de los talibán al poder en 1996, sino años antes, "cuando los rusos invadieron el país en 1979".
Con el fin de esa invasión en 1992, otros fundamentalistas más antiguos llegaron en el poder apoyados por países como Estados Unidos o Francia "con la excusa de que iban contra los rusos", explicó. "Esos años fueron para los afganos el periodo más oscuro de su historia, totalmente silenciado por los medios de comunicación", afirmó.
Según Hamra, "se generalizaron los raptos, las violaciones, los matrimonios forzados y las mujeres empezaron a sentir que no tenían libertad para ir a la escuela o la universidad". En 1996 subieron los talibán en el poder. "Desde entonces la mitad de la población afgana no tiene derecho a estudiar, ni a trabajar; deben llevar el velo integrista que les cubre de los pies a la cabeza, no pueden llevar colores vivos ni tacones y no pueden salir a la calle si no van con un pariente cercano", aseguró.
APOYO INTERNACIONAL
"Desgraciadamente la respuesta de algunos países islámicos es el silencio, no condenan de forma activa", declaró Hamra. Para RAWA, la ONU podría desempeñar un papel importante desplegando sus fuerzas de pacificación en el país "para conseguir el desarme de los fundamentalistas, que no cuentan con ningún apoyo social e imponen sus restricciones por la fuerza", aseguró.
Según Hamra, "antes de instaurar un sistema democrático total sería necesaria una fase de transición, con la ayuda del rey existente antes de la invasión rusa". Aunque reconoció que "no es lo ideal", la gente prefiere a ese antiguo rey que a los fundamentalistas como paso intermedio. La oposición del país está encabezada por Alianza Norte, "pero son fundamentalistas y con experiencia en el poder, así que la situación podría ser peor que la actual".
El resto de la oposición está formado por organizaciones como RAWA y otras similares, "aunque no sé si se nos puede calificar de auténtica oposición", dijo. RAWA es la organización más antigua de mujeres en Afganistán. Fundada en 1977 por Mena, asesinada 10 años después, se trata de una organización política hecha con la idea de "un gobierno que represente la libertad, la igualdad y los Derechos Humanos, y en contra de los fundamentalistas", explicó Hamra.
RAWA tiene su sede en Pakistán y trabaja, de manera ilegal, en los dos países, tanto en el campo político, organizando manifestaciones o conferencias, como en el social, ayudando por ejemplo a las miles de viudas "abocadas a la mendicidad o la prostitución para sobrevivir". Behiat Hamra, nacida en 1977 lleva varios meses viajando por Europa difundiendo y denunciando la realidad de las mujeres afganas.
Afganistán.- Una organización afgana critica a la comunidad internacional por silenciar una matanza en Afganistán
PAMPLONA, 26 (EUROPA PRESS)
La representante de la Asociación Revolucionaria de Mujeres de Afganistán (RAWA), Behiat Hamra, criticó hoy en Pamplona la actitud de la comunidad internacional al denunciar la destrucción de las estatuas de los budas en el país y silenciar "una masacre con 300 muertos en la misma región", aseguró.
Hamra se encuentra en Pamplona invitada por el Consejo Municipal de la Mujer para la conmemoración del Día Internacional de la Mujer Trabajadora celebrado el pasado 8 de marzo y dentro de una gira mundial para explicar la situación de Afganistán.
Según Maite Mur, concejal especial de mujer en el Ayuntamiento de Pamplona, "Behiat se encuentra aquí incumpliendo las normas del departamento de Promoción de la Virtud y Prevención del Vicio, sin nadie de su familia y con la cara descubierta".
Alrededor del 90 por ciento de las mujeres en Afganistán tiene problemas psicológicos y la tasa de suicidios ha aumentado enormemente desde la llegada al poder del régimen talibán, aseguró hoy en Pamplona Behiat Hamra.
APOYO INTERNACIONAL
"Desgraciadamente la respuesta de algunos países islámicos es el silencio, no condenan de forma activa", declaró Hamra. Para RAWA, la ONU podría desempeñar un papel importante desplegando sus fuerzas de pacificación en el país "para conseguir el desarme de los fundamentalistas, que no cuentan con ningún apoyo social e imponen sus restricciones por la fuerza", aseguró.
RAWA es la organización más antigua de mujeres en Afganistán. Fundada en 1977 por Mena, asesinada 10 años después, se trata de una organización política hecha con la idea de "un gobierno que represente la libertad, la igualdad y los Derechos Humanos, y en contra de los fundamentalistas", explicó Hamra. RAWA tiene su sede en Pakistán y trabaja, de manera ilegal, en los dos países, tanto en el campo político como en el social.
Campaña de solidaridad con las mujeres afganas
La Comisión de Mujeres de la Asamblea de Cooperación por la Paz fue creada en Febrero de 1994 ante la necesidad de profundizar sobre la situación que viven las mujeres en los países en vías de desarrollo, intentando introducir en todos los proyectos que desde la Asamblea se llevan a cabo, el enfoque de "Género y Desarrollo", incluyendo un nuevo concepto de desarrollo centrado en las personas, reconociendo el papel tan importante que juegan las mujeres en el proceso de desarrollo y la importancia de intervenir contra la desigualdad.
Esta incorporación de la perspectiva de género en proyectos o programas de cooperación al desarrollo, supone un análisis de las relaciones de poder y subordinación entre los hombres y las mujeres de la comunidad beneficiaria para conseguir unos cambios en dicha sociedad que la haga más igualitaria.
Este enfoque de género debe ser global y no puede ser considerado como un apéndice del desarrollo. Las mujeres deben estar incluidas en todos los procesos de identificación, planificación y gestión de proyectos, asegurándoles, además, un lugar en la toma de decisiones.
Esta decisión de trabajo y estudio de la Comisión de Mujeres dentro de la ONG, influye positivamente en la estructura de la propia organización, convirtiéndola no sólo en lugar de trabajo, sino en un lugar de reflexión y de encuentro, de estudio detallado de la realidad de los países en donde trabajamos; porque muchas veces se llevan a cabo proyectos de cooperación al desarrollo, que lejos de promover un desarrollo comunal o que beneficie a hombres y mujeres por igual, perjudica a estas últimas en areas de la comunidad, deteriorándose todavía más su posición.
Teniendo esto en cuenta, la Comisión de Mujeres está abierta a todas las socias y socios que deseen profundizar en el tema, así como en las actividades que llevamos a cabo de sensibilización dentro y fuera de la ACP: talleres, conferencias, artículos de prensa, actos en defensa de los derechos de las mujeres,….
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¿POR QUÉ LOS PROYECTOS CON MUJERES?
Con demasiada frecuencia, las mujeres y los hombres viven en mundos diferentes; mundos que difieren en el acceso a la educación, a los recursos productivos, a las oportunidades de empleo, a la salud, la seguridad personal y en el tiempo de descanso.
Sin embargo, no debemos olvidar que las mujeres son el 51% de la población mundial. A lo largo de la historia, su reconocimiento social ha venido condicionado en gran parte al hecho de ser madre. El cuidado de los hijos, la búsqueda del sustento, el apoyo al cabeza de familia, ha hecho que se convirtieran en transmisoras de unos valores que implícitamente las han ido transformando en unos seres sin identidad propia.
Al sustantivo madre se le han ido añadiendo algunos determinantes muy significativos: abnegada, callada, sumisa, sacrificada... .Todo ello ha generado una imagen de "madre-esposa" cuya única finalidad ha sido el "vivir para los otros", "pensar sólo en los demás", "servir a", que, en definitiva, ha ayudado a implantar una ciudadanía de segunda categoría para las mujeres, donde muy a menudo, su espacio se ha quedado reducido al ámbito familiar sin alcanzar tan siquiera la mayoría de edad.
Según las últimas estimaciones de Naciones Unidas, las mujeres representan ellas solas el 70% de los pobres del planeta, muchas de ellas son familias monoparentales, con las cargas adicionales que eso representa. Es lo que se ha venido llamando "feminización de la pobreza".
En ocasiones, esta defensa de los derechos e intereses de la familia ha hecho que las mujeres salieran de su espacio reducido, se reunieran con otras mujeres, formaran grupos de apoyo, y se organizaran para reivindicar una sociedad más justa para sus hijos/as o un puesto de trabajo para sus compañeros. Poco a poco, el hecho de comunicarse entre sí, de descubrir que sus problemas no eran sólo suyos, de poder compartirlos con las demás, ha contribuido a tomar conciencia de su propia identidad, a descubrir sus aspiraciones, a pensar que ellas -como mujeres- eran también importantes, a darle valor a la propia formación y, en definitiva, a querer formar parte de los acontecimientos de su entorno social.
Muchos de los grupos de mujeres de los países en desarrollo que solicitan ayuda a través de las ONGs se encuentran en estas circunstancias.
Las mujeres que trabajan en ACP nos sentimos muy sensibilizadas ante estas demandas. Hacen suias sus preocupaciones y se solidarizan con sus inquietudes. Son conscientes de que las circunstancias políticas, económicas y sociales de su país, han contribuido a que las mujeres tomaran conciencia de su poder, participando de una manera activa en la sociedad.
Sabemos que el desarrollo de un país no es posible sin las mujeres, que es importante organizarse para ser protagonistas de su propia historia. Todavía en un país como el suyo, denominado "Primer mundo", es necesario seguir potenciando "acciones positivas" que nos permitan el acceso y participación a todos los niveles de la actividad laboral, social y política.
Como mujeres que forman parte de una ONG de Cooperación, son conscientes de la necesidad de incorporar la variable género en todos los proyectos como garantía de su efectividad. Cualquier proyecto de Cooperación al Desarrollo debe tener en cuenta la participación de las mujeres como agentes activas del desarrollo.
Es decir, que desde el comienzo de un proyecto (identificación de las necesidades, planificación, formulación) pasando por su ejecución y hasta su finalización (seguimiento y evaluación), hay que tener muy en cuenta los intereses y necesidades de mujeres y hombres, y el impacto en los dos sectores de la población de cada una de sus acciones.
Hay que impedir que los procesos que se posibilitan con los proyectos de desarrollo tengan efectos negativos sobre las mujeres de la comunidad con la que las ONGstrabajan. Los proyectos han de incluir, además, una mejora de la posición social de las mujeres y promover un cambio en la distribución de poderes, con el objetivo de alcanzar una posición de equidad entre ambos sexos.
El aumentar el poder de las mujeres no significa una dominación sobre los hombres, sino desarrollar su autonomía, su presencia pública, su derecho a decidir sobre su propia vida y a controlar recursos materiales y no materiales. Sólo de esta forma llegarán a convertirse en agentes de su propio desarrollo y del desarrollo global.
Analizar una realidad social desde la perspectiva de género, implica estudiar la forma en que se definen y articulan las relaciones de poder y subordinación entre hombres y mujeres, en el ámbito público y privado, para poder incidir en las causas que las estructuran (Ver ¿Cómo se planifica con perspectiva de género?).
El género como concepto, implica las relaciones culturales y sociales de un lugar concreto y, por tanto, las relaciones sociales entre los hombres y las mujeres, y entre las niñas, niños y jóvenes. Mientras el sexo se refiere sólo a lo biológico, el género se refiere a la construcción social, histórica y cultural de los seres humanos en función de sus atributos sexuales.
Pero debido a la situación cultural de las mujeres en las distintas sociedades patriarcales, la expresión "perspectiva de género" se suele aplicar a mejorar la situación de las mujeres, porque el desarrollo social y las opciones económicas y políticas han beneficiado, fundamentalmente, a los hombres. Ellos han tenido en cuenta sus propias necesidades y se han reservado para si mismos el derecho a tomar decisiones.
En el informe de desarrollo relativo al género (introducido en el Informe sobre Desarrollo Humano del PNUD 1995 y Situación de la mujer en el Mundo, 1995 de Naciones Unidas ), se pueden extraer varias conclusiones:
Ninguna sociedad trata a sus mujeres tan bien como a sus hombres.
La eliminación de la desigualdad de género no depende de un ingreso elevado.
La igualdad de género no necesariamente se logra cuando hay un gran crecimiento económico.
Según el mismo informe (I.D.H.), la economía mundial del siglo XXI se caracterizará por unos graves desequilibrios. Un reducido grupo de países industrializados y los nuevos países industrializados, tendrán ingresos medianos del orden de 30.000 a 50.000 dólares o más, en tanto que los países menos adelantados, entre ellos la mayoría de los países del África subsahariana, contarán con niveles de unos pocos centenares de dólares. Si se permite que continúen los desequilibrios del crecimiento económico, el resultado será un mundo con monstruosos excesos y desigualdades humanas y económicas.
Entre los grupos sociales más vulnerables y perjudicados de los países más desfavorecidos se encuentran las mujeres. Son ellas, junto con los ancianos y niñas/os, las que resultan más discriminadas por razón de diversas causas, bien por las leyes, las tradiciones y las costumbres de sus distintos países, bien por la desigual distribución de poder entre mujeres y hombres; pero en todas estas causas, encontramos un mismo origen: las atribuciones desiguales que se aplican a ambos sexos en las sociedades patriarcales, o lo que es lo mismo, la cuestión del género.
Las mujeres de un país desarrollado, saben que no pueden exportar a esos países sus propias vivencias, imponer sus principios generales y sus códigos, aunque estén cargados de buenas intenciones.
Los deseos de modernizar, democratizar y hacer avanzar a las sociedades del Sur, no deben interferir en su propia evolución. Es necesario escuchar a las mujeres y comprender los obstáculos de orden cultural, religioso, etc. que puedan surgir; de ahí que no deba hablarse de la mujer en términos genéricos, ya que no constituye un grupo homogéneo, a pesar de compartir problemas comunes, sino de las mujeres, pues sus problemas son diferentes en función de sus circunstancias individuales y colectivas.
Eso no quiere decir que haya que aceptar costumbres o tradiciones esencialmente injustas o discriminatorias, sino que debemos objetivar buscando lo esencial del problema, eliminando los propios prejuicios que puedan llegar a conducirnos hacia una visión superficial o llena de estereotipos.
Es preciso analizar e identificar la situación específica de las mujeres en la zona donde vamos a trabajar. Este análisis de la sociedad del Sur requiere un estudio de la situación socioeconómica, de la cultura, historia, realidad religiosa, etc., dando atención específica a las mujeres, tanto desde el punto de vista estadístico como del papel que tienen en la sociedad, de la división genérica del trabajo en la misma, de su papel en los procesos productivos y en otras actividades.
Se piensa que al brindar a las mujeres mejores oportunidades y mejor acceso a la salud, la enseñanza, a las guarderías infantiles, al crédito y al empleo, se contribuye a su desarrollo humano y a la vez al desarrollo humano de otros miembros de la familia y al crecimiento económico.
El desarrollo humano y el desarrollo económico deben avanzar a la par, con fuertes vínculos recíprocos, pues un desarrollo que perpetúe las desigualdades actuales no es sostenible ni vale la pena sostenerlo. La inversión en el aumento de la capacidad de las mujeres y en su potenciación para que ejerzan sus opciones, constituye la manera más segura para contribuir al crecimiento económico y al desarrollo en general.
Sin estas reflexiones y sin escuchar a las mujeres sobre el terreno, no es posible juzgar si los resultados de un proyecto en concreto van a ser positivos o contraproducentes para ellas mismas. Es necesario avanzar dentro de las propias ONG, hacia el convencimiento de que la eficacia y el éxito en los resultados de muchos proyectos pasa por la adecuada valoración del papel de las mujeres en el desarrollo, y aún más: asumir y aceptar que EL DESARROLLO DE UN PAÍS NO ES POSIBLE SIN LAS MUJERES.
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ALGUNOS PROYECTOS QUE TENEMOS EN MARCHA CON MUJERES
En vista de que en muchos países en los que las ONGs trabajan, las mujeres cuentan con pocos mecanismos u organismos especializados en la eliminación de todas las formas de discriminación contra las mujeres, es conveniente que promover medidas de acción positiva a la hora de llevar a cabo proyectos de cooperación al desarrollo, no es sino otra forma de intentar implantar la perspectiva de género dentro del enfoque de desarrollo.
Si bien en un próximo boletín, se analizaran proyectos mixtos (dirigidos a mujeres y hombres) en los que se ha introducido la perspectiva de género, cara a promover un desarrollo comunal que beneficie a ambos sectores de la población por igual, se ha optado en este primero el presentaros una serie de proyectos en los que -guiados por esa acción positiva- se dirigen exclusivamente a mujeres, por ser este tipo de acciones un instrumento valioso para su promoción en el entorno en el que viven.
Mujeres, cualquier proyecto de desarrollo debe tener entre sus objetivos el logro de la equidad social; por tanto, todo tipo de proyecto puede y debe ser planteado desde la perspectiva de género, ya que ésta no es de aplicación exclusiva a proyectos o programas dirigidos a mujeres, sino que es imprescindible que también lo proyectos mixtos contemplen este enfoque, para evitar que las oportunidades de desarrollo que conllevan los proyectos contemplen a mujeres y a hombres por igual.
Desde este punto de vista, se contempla un espacio de reflexión para sensibilizar a las personas vinculadas a las mismas sobre la importancia de introducir la perspectiva de género en todas las fases del proyecto, desde la identificación hasta la evaluación, pasando por la planificación, formulación y seguimiento.
CAMPAÑAS DE SENSIBILIZACIÓN
Ante la situación de Afganistán, con la toma del poder por parte de los talibanes y lo que ello ha supuesto para las mujeres lanzar una campaña de sensibilización ante el atropello del que las afganas están siendo víctimas en su país.
Para ello, y con el apoyo de numerosas asociaciones y grupos de mujeres de la Comunidad de Madrid y de otras ONG, se celebra el 25 de Noviembre de 1996 (Día Internacional de la No Violencia contra la Mujer) en la Plaza de Cibeles, un acto simbólico en protesta contra los atentados a los derechos de las mujeres afganas, en el que se leyó un comunicado que expresaba las denuncias ante estos hechos y se expresó la convicción de que la falta de libertad de otros colectivos de mujeres, repercute -en cierto modo- en la libertad.
Cubierta con un "burka" como gesto de solidaridad con todas aquellas mujeres silenciadas, oprimidas, maltratadas, privadas de libertad y de los derechos humanos más elementales, y bajo el lema "mientras ellas estén en casa, nosotras en la calle", han atraído la atención de la opinión pública, a la vez que hicieron una llamada al gobierno para que tome las medidas necesarias a nivel internacional, de acuerdo con el compromiso adoptado de cumplir las resoluciones de la IV Conferencia Internacional de la Mujer, celebrada en Pekín en 1995.
HERRAMIENTAS DE TRABAJO
¿Cómo se planifica con perspectiva de género?
Se ha elegido el manual Herramientas para construir equidad entre mujeres y hombres (Tobón Coral, Mónica y Guzmán Perdomo, Jorge Enrique. Santafé de Bogotá, Colombia, 1995), para indicaros los pasos fundamentales a tener en cuenta:
Generar información desagregada por sexo, sobre la situación actual, tanto de los hombres como de las mujeres que participan en el proyecto, con el fin de identificar sus necesidades y sus intereses.
Identificar los roles de género de la población participante.
Conocer cómo es la división del trabajo entre las mujeres y los hombres.
Analizar los factores que influyen en la estructura de las relaciones de género y que contribuyen a mantenerla.
Definir, de forma diferenciada, las necesidades prácticas relacionadas con las condiciones de vida de las mujeres y de los hombres.
Crear mecanismos para que las mujeres discutan y definan los intereses estratégicos relacionados con su posición en las relaciones de género y en la comunidad, y para que exploren alternativas de transformación de dichas relaciones.
Definir los obstáculos que existen y los potenciales con que se cuenta para lograr la participación equitativa de las mujeres y de los hombres.
Establecer alianzas al interior de la organización con el fin de apoyar el cambio.
Formular objetivos y buscar efectos a corto, mediano y largo plazo, que no solamente mejoren las condiciones de vida de la población, sino también la posición social de la mujer con relación al hombre, a su comunidad y a la sociedad en general.
Identificar indicadores que permitan hacer el seguimiento y la evaluación del impacto del desarrollo sobre las mujeres y sobre los hombres.
Crear y aplicar mecanismos de participación, con el objeto de involucrar, tanto a las mujeres como a los hombres, como directos protagonistas en la toma de decisiones del desarrollo.
Necesidades prácticas: relacionadas con situaciones de insatisfacción por carencias materiales, se refieren a las necesidades básicas, relativas a áreas específicas de la vida: subsistencia, salud, educación, vivienda, ... . Se pueden satisfacer con recursos concretos: equipos, créditos, capacitación técnica, etc.
Intereses estratégicos: relacionados con el logro de la equidad, son los relativos a condiciones estructurales, que definen el acceso y control de recursos y beneficios y de oportunidades de desarrollo personal. Serían aquellos intereses que propiciarían un cambio en las relaciones de subordinación y poder entre hombres y mujeres (empezando a trabajar por la propia autoestima de las mujeres). Su satisfacción es más compleja, pues exige toma de conciencia, cambios en la identidad y en la cotidianidad.
conclusión
28 de abril, "DIA NEGRO" PARA LAS MUJERES DE AFGHANISTAN
Es la fecha en la que los fundamentalistas islámicos tomaron el poder en Kabul. En 1992, las guerrillas islamistas derrocaron al régimen pro-soviético de Afghanistan. Primero fueron Hecmatiar y Massud, depués los "taliban".
Las mujeres resistentes en Afghanistan consideran esta fecha como el DIA NEGRO y en ese día organizan manifestaciones y actos de protesta en Pakistan: PIDEN A LAS MUJERES DEL MUNDO QUE EL 28 DE ABRIL SIRVA A NIVEL INTERNACIONAL PARA RECORDAR A LAS MUJERES AFGHANAS.
¿Podemos convocar actividades en nuestras ciudades en esa fecha para recordar a las mujeres afghanas?
MUJERES DE AFGANISTÁN |
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Enviado por: | Sandra Marcos |
Idioma: | castellano |
País: | España |