Biografía


Mohandas Karamchand Gandhi


MOHANDAS KARAMCHAND GANDHI

Gandhi llegó al mundo el 2 de octubre de 1869, en la pequeña ciudad de Porbandar, un puerto a orillas del mar de Omán.

Cuando Gandhi nació, su país era un auténtico crisol de razas y religiones, desde hacía más de trescientos años estaba sometido al Imperio británico, había un control sobre la población por parte de los británicos, se rozaban los límites de la supervivencia.

El sistema social hindú estaba compuesto por cuatro castas principales: los brahmanes, casta superior a la que pertenecían los eruditos, los letrados y los maestros religiosos; los chatrias, guerreros por tradición y de dónde procedían los príncipes y reyes; los vacías, la casta de los comerciantes y funcionarios a la que pertenecía Gandhi; y los sudras, artesanos, campesinos, y empleados al servicio de los demás. Por otra parte se encontraban los intocables, degradados por la sociedad, excluidos de ella, los sin casta, a los que Gandhi llamó hijos de Dios y por los que luchó duramente.

Estancia en Sudáfrica:

Tras estudiar derecho en Inglaterra, vuelve a la India y allí recibe una oferta para trabajar en Sudáfrica.

La gran colonia hindú que vivía en Africa del Sur cuando Gandhi llegó estaba formada por comerciantes musulmanes, trabajadores hindúes (contratados en régimen de semiesclavitud, puesto que durante la duración del contrato de trabajo pertenecían al amo) y parsis. Los componentes de esta inmensa colonia, al igual que los nativos de Africa del Sur, eran ciudadanos de segunda y tercera clase dentro del Imperio británico. Los prejuicios raciales -reflejados en leyes discriminatorias y tremendamente injustas- mantenían a todas las comunidades separadas, sin mezclarse unas con otras. Los hindúes carecían del derecho al voto y no podían salir de sus domicilios después de las nueve de la noche si no poseían un pase especial.

El 22 de mayo de 1894 quedó fundado el Congreso Hindú Natal, y Gandhi fue nombrado secretario. Para esa entidad eligió el mismo nombre del partido que en su país natal, y se dedicó a luchar para conquistar una serie de derechos administrativos frente a los colonizadores ingleses. Desde ese puesto realizó logros tan importantes como conseguir el voto de la castigada comunidad hindú.

Pero significaba sólo un eslabón de la larga cadena de derechos que los hindúes de Africa del Sur todavía tenían por conquistar. Muchos fueron sus logros, pero para acabar su etapa en Sudáfrica, destacamos que consiguió que el gobierno rectificara una ley sobre la ilegalidad de los matrimonios no cristianos que pasaran a ser legales y además la libertad de no tener que llevar ningún pase especial para cruzar la frontera.

  • Gandhi en la India:

A su llegada además de pedir una redistribución más equitativa de la riqueza y el reparto de bienes de los presentes, Gandhi dejó clara por primera vez su opinión: el auténtico futuro de la India dependía de los campesinos y no de los intelectuales ni los poderosos.

Además, y también por primera vez, reivindicó el uso de la lengua local en lugar del inglés colonial: “Es una profunda fuente de humillación y de vergüenza para nosotros que yo me vea obligado a dirigirme a mis compatriotas en una lengua que me es extraña. Nuestra lengua es el reflejo de nosotros mismos...” Fue ese mismo año, en diciembre, cuando publicó sus ideas sobre economía: “No se puede servir a Dios y al dinero. Los pueblos europeos gimen aplastados por un dios monstruoso: el materialismo. Su crecimiento moral se ha estancado y miden su progreso en libras, chelines y peniques. La meta de todos es alcanzar el nivel de vida americano... El progreso técnico trae la decadencia moral”.

Partidario de poner en práctica las teorías que daba a conocer, Gandhi empezó a pensar en la rueca de hilar, como en un medio para conseguir que todos los campesinos dispusieran de las prendas necesarias. La rueca de hilar podía transformarse también en el símbolo de la independencia económica de los más humildes. Pocos años después, ese sencillo instrumento fue una de las armas empleadas contra los ingleses en su lucha por la independencia.

En 1917 los obreros de las fábricas textiles, le pidieron ayuda para conseguir salarios más dignos, tras negociaciones, Gandhi decidió optar por la huelga de hambre, tres días después sus exigencias fueron escuchadas. Su particular método de lucha era una paradoja en un país donde morir de inanición era la más común de las maldiciones. Manejada por el Mahatma, la huelga de hambre se convertiría en el arma política más poderosa jamás utilizada por un pueblo desarmado. Su finalidad era la de “imponer al adversario un sentido de urgencia que le impida abstenerse de actuar”, como él mismo explicaría.

A lo largo de treinta y un años, desde su primera huelga de hambre en 1917 y hasta la última, en 1948, sólo unos días antes de ser asesinado, el Alma Grande renunció voluntariamente a ingerir alimentos en dieciséis ocasiones. En dos de ellas, sus ayunos duraron más de dos semanas, llevándole a las puertas de su muerte.

1920 Comienza la lucha no violenta contra la dominación británica.

Es elegido presidente del partido del congreso. Como primera medida, Gandhi propuso un boicot a las telas inglesas para luego, con el tiempo, ampliarlo a todos los productos de procedencia británica.

Mientras estudiaba la viabilidad del boicot textil, indagó el modo de aumentar la producción de “Khadi”, la tela india confeccionada con algodón hilado a mano, para cubrir las necesidades de los habitantes. Así, además de potenciar la materia prima, favorecía la creación de humildes trabajos como una manera de paliar la miseria de millones de hindúes, además, la rueca era un medio para liberar a la India de la industria textil británica.

Tan sólo un año después de convertir la idea en realidad, el Khaddaz, las casacas y pantalones de los hombres hechas con Khadi, se transformaron en el uniforme de los combatientes de la independencia.

Cuando el boicot alcanzó su punto más álgido, cada día en diversas ciudades y aldeas, se encendían fogatas con prendas y artículos británicos.

Durante sus primeros años en la India, tras su larga ausencia, Gandhi se ganó el afecto de los más humildes, independientemente de su religión.

Ya ampliado el boicot englobaba diferentes aspectos de la vida cotidiana y pública, desde la evolución de los títulos, honores y medallas hasta la no-asistencia de los niños a los “colleges”, el abandono por parte de los funcionarios hindúes de sus empleos en la administración, la no-asistencia de los abogados a los tribunales británicos, así como la deserción de los soldados. Ningún aspecto relacionado con la nacionalidad británica quedaba fuera del boicot, desde las prendas de vestir hasta las fábricas y las autoridades. Una revolución pacífica hacía temblar los cimientos más sólidos del Imperio

Pocos meses después, y ante el caos y las pérdidas económicas ocasionadas por el boicot, la administración británica aceptó ceder algunos derechos para apaciguar los ánimos, entregando el poder provincial a los ministerios hindúes. Comprometido con sus creencias y en solidaridad con los desheredados de la tierra, Gandhi anunció en 1921, y en plena campaña pro boicot, su intención de cambiar su tradicional vestimenta hindú por el “doti “ ( un paño de algodón blanco anudado a la cadera), el símbolo de los más pobres.

Dentro de todo el boicot que Gandhi estaba realizando haremos un pequeño paréntesis para referirnos a la actitud que decidió tomar hacia ellos. Los intocables eran humillados con los peores trabajos -como recoger las basuras y ocuparse de las letrinas-, los intocables eran fácilmente reconocibles por el color más oscuro de su piel, la sumisión de su comportamiento y la extrema pobreza en la que vivían.Tenían prohibida la entrada en los templos, no podían llevar a sus hijos a escuelas donde hubiera niños de otras castas, ni quemar a sus muertos, ni siquiera beber agua de las fuentes públicas... A los intocables, Gandhi les llamó “haridjans” o “hijos de Dios”.

El surgimiento de nuevos enfrentamientos entre hindúes y musulmanes

Fundamental en su vida fue la doctrina de la no-violencia que defendió hasta el último de sus días. Dicha doctrina, además de su influencia jainita, bebía directamente del Sermón de la Montaña, el texto evangélico en el que Cristo aconseja a sus discípulos que presenten la otra mejilla a sus agresores.Tenía la firme convicción de que la violencia sólo genera violencia, y se mantuvo fiel a sus principios, aunque en ocasiones esa actitud pudiera suponer, a efectos prácticos, un error político. El querido e incomprendido Bapu estaba seguro de que la famosa ley de Talión, “ojo por ojo y diente por diente” sólo podía conducir a un mundo de ciegos.

Gandhi dedicó todas sus energías a solucionar el problema de los conflictos entre hindúes y musulmanes.Desde su estancia en Sudáfrica, donde el antagonismo no era tan radical, sabía que el futuro de la India tenía que basarse en la unión de esas dos comunidades tan diferentes y conflictivas pero obligadas a entenderse.

Mientras, los estallidos de violencia eran pequeños pero continuos. La magnitud de la acción que emprendiera tenía que corresponderse con el objetivo propuesto: la reconciliación de las dos comunidades. En septiembre de 1924 y ante los constantes disturbios, acudió a su arma más poderosa, la huelga de hambre. Gandhi inició entonces un ayuno hasta la muerte. Bajo la vigilancia de dos médicos musulmanes, la salud de este frágil hindú de 55 años se debilitó rápidamente hasta el punto de llevarle a las puertas de un desenlace fatal. A los veintiún días de ayuno, y ante la gravedad de su estado, los principales dirigentes musulmanes e hindúes se reunieron con el moribundo Mahatma Gandhi y acordaron el fin de las hostilidades.

En sus charlas pedagógicas incorporó progresivamente nuevos temas que le preocupaban, como la poca conveniencia de los matrimonios infantiles, el daño irremediable que producía el alcohol-una de las lacras de los países pobres- en el cuerpo y la mente, y la promoción del hindi como lengua nacional en lugar del inglés de los colonizadores.Las grandes masas de analfabetos hindúes sentían auténtica adoración por ese famélico abogado, que vestía como un intocable y gastaba su tiempo en intentar mejorar sus vidas. Gandhi parecía haber abandonado la lucha política para establecerse entre ellos, compartiendo sus miserias y alegrías. Le consideraban un auténtico padre.

1930 Segunda campaña de resistencia pasiva y de desobediencia civil.

Monopolio de los colonizadores, la sal sólo se podía comprar en las tiendas del gobierno y a un precio fijado previamente al que se le sumaban distintos impuestos que afectaban de modo especial a los más pobres

Así el 12 de marzo inició una marcha-protesta, acompañado por 78 personas, una marcha en busca del mar a 400 Km de distancia. La marcha duró 24 días. Pronto, a los peregrinos iniciales se les unieron otras muchas personas, llegando a formar un séquito de varios miles de hombres y mujeres. El 5 de abril la comitiva llegó a la ciudad de Dandi, sobre la costa del Índico. Gandhi sólo había comunicado a sus más íntimos seguidores el objetivo de la marcha.

Tras rezar durante toda la noche y ante los ojos atónitos de sus acompañantes, el Mahatma se sumergió en el mar y cogió de las salinas un puñado de sal. Su acción constituía un delito y lo sabía. Miles de campesinos siguieron a su líder e hicieron lo mismo: proveerse de la sal de las salinas.

Las autoridades decidieron no intervenir y esperar los próximos acontecimientos. Pero cuando en pocos días descubrieron que las juventudes del Partido del Congreso vendían libre de impuestos en las ciudades, el virrey ordenó detener a los insurrectos, y en menos de una semana más de 70000 personas, entre ellas Nehru y los dirigentes políticos, abarrotaron las cárceles del país.Consciente de que el movimiento no podía acabar en la detención, Gandhi puso en marcha la segunda parte de la desobediencia civil una peculiar manifestación.

Los participantes en la manifestación, sabían lo que les esperaba. Una línea de soldados esperó a que la primera fila llegase, golpeando entonces a los sumisos partidarios de la no-violencia con sus “lathis” de acero. Las mujeres, entre las que se encontraba Kasturbai, esposa del Mahatma, recogían a los heridos y se volvía a empezar. Otra fila avanzaba, los guardias descargaban sus golpes y las mujeres recogían a los heridos de nuevo. Esta situación duró un día entero. Incluso hubo que reemplazar en varias ocasiones a los soldados encargados de golpear a los pacíficos manifestantes: “No había lucha alguna ni refriega cuerpo a cuerpo: los manifestantes caminaban simplemente hacia delante, sin intentar defenderse de los golpes, hasta que eran derribados”. Con estas palabras, el periodista estadounidense Webb Miller relató al mundo lo que había presenciado.

El gobierno de Gran Bretaña, para salvar su maltrecha imagen ante la opinión pública, se vio forzado a convocar una reunión urgente con los dirigentes hindúes.

Conferencias de la mesa redonda.

Durante 1931 y 1932, Gandhi participó en dos conferencias, la primera, fue suspendida por la situación en la que se encontraban muchos líderes del partido del congreso, es decir, todavía encarcelados por la revolución de la sal. En la segunda Conferencia de la Mesa Redonda, donde esperaba obtener un compromiso serio sobre el futuro del país. Gandhi rechazó hoteles y honores y se instaló en el barrio marginal de East End. La prensa británica reflejó, paso a paso, la estancia del Mahatma.

Londres pretendía dar derechos especiales y un régimen electoral separado a cada una de las minorías, musulmanes, sijs y parsis que habitaban en la India. Gandhi defendió una sola India para todos, por esa época la idea de Pakistán todavía no había visto la luz. Finalizó esta conferencia sin ningún acuerdo.

El 4 de enero de 1932, ocho días después de su clamorosa llegada, el mismo gobierno que le había recibido en Londres con el afán de negociar la encarceló de nuevo en la prisión de Yeravda, junto a Nehru y otros dirigentes del Partido del Congreso.

La situación no podía ser peor, el nuevo virrey de la India, Lord Willingdon, en un vano intento de sofocar las esperanzas independentistas había prohibido las asociaciones políticas y recortado las libertades. Treinta días después, más de 60000 presos políticos llenaban las celdas de las cárceles británicas. Para consolar a sus compañeros de prisión, Gandhi las recordó que “bajo un gobierno injusto, cualquier buen ciudadano debería estar en le cárcel”.

Una vez cumplió dieciséis meses, la libertad sería muy corta, pues tres meses después fue nuevamente detenido y condenado a un año de cárcel. Fue en la prisión de Yeravda donde se enteró de que la nueva Constitución del país quería instituir regímenes electorales separados para cada comunidad religiosa y otro distinto para los intocables.

Como primera medida, envió una carta al virrey informándole que no permitiría la segregación de los intocables del resto del pueblo hindú. Ante lo inevitable, el Mahatma recurrió otra vez a su más poderosa arma, el ayuno hasta la muerte. El castigado cuerpo de este hombre de 64 años acusó con rapidez la carencia de alimento. A los siete días de ayuno, su gravedad era tal que el virrey devolvió la libertad al Mahatma. Ese mismo día, y por primera vez en la historia, los templos hindúes abrieron sus puertas a los intocables que deseasen rezar en ellos y las mujeres de todas las castas ofrecieron personalmente dulces y alimentos a los “haridjans”, los otros hijos de Dios.

1939 Campaña de desobediencia civil contra la Segunda Guerra Mundial.

Wiston Churchill, quien con arrogancia, no dudaba en repetir: “No he llegado a primer ministro de Rey para presidir la liquidación del Imperio Británico”, respondió con una negativa a la propuesta de Nehru de colaboración militar a cambio de libertad. Cumpliendo órdenes de Londres, el virrey incluyó a la India en los preparativos bélicos sin consultar a los parlamentos, por lo que los nueve ministros congresistas presentaron su dimisión, ante este nuevo obstáculo, Nehru rogó a su querido Bapu que le orientase sobre el camino que cabía seguir.

En octubre de 1939, Gandhi inició su primera campaña de desobediencia civil contra la guerra. Los partidarios de la no-violencia y él mismo recorrieron miles de pueblos para explicar a sus ciudadanos la razón de la no-cooperación. Miles de pacifistas y seguidores del Mahatma fueron encarcelados.

El desconsuelo: La guerra apenó profundamente a aquel anciano de 72 años. Aferrado a su pacifismo radical pero sin dejar de ver la trágica realidad, exclamo: Si pudiera asistir jamás una guerra justificable para la humanidad, sería una guerra contra Alemania para impedir el insensato aniquilamiento de toda una raza. Quiero la libertad inmediatamente, esta misma noche, antes del amanecer si es posible. Vamos a liberar la India o a morir, pero no viviremos para ver perpetuarse nuestra esclavitud”.

Los dirigentes del Partido del Congreso fueron detenidos junto a Gandhi por el virrey a causa de este mensaje. En Mahatma fue encarcelado en el palacio que el Aga Khan poseía en las cercanías de Yeravda. En este encierro Gandhi ayunó durante 21 días, y durante este encierro también, murió su mujer, Ba, después, Gandhi cayó gravemente enfermo. Churchill, temeroso de que la muerte del Mahatma en una cárcel británica acrecentara aún más la gloria del viejo “faquir”, ordenó su excarcelación. Éste sería el último encierro de su vida.

A sus 74 años, Gandhi había pasado en prisión más de 6 años, en total, 2338 días: 249 en África del sur y 2089 en la India.

1945 Enfrentamientos por la división

Al finalizar la guerra, el Partido Laborista- partidario del desmembramiento del Imperio y de la independencia de todas las colonias- se hizo cargo del gobierno británico. Algunas semanas más tarde del triunfo electoral, una comisión viajó hasta la India para iniciar las negociaciones sobre la independencia y el traspaso de poderes.

A partir de ése momento empezarían los peores años para Gandhi, porque su enemigo ya no eran los británicos, sino un obstinado e intolerante compatriota, llamado Mohammed Alí Jinnah, y líder de la Liga Musulmana. Durante años Jinnah formó parte del Partido del Congreso defendiendo la unión de hindúes y musulmanes pero con el tiempo su objetivo político de volcó en la realización de un sueño personal: la construcción del primer estado islámico del mundo, al que bautizaría con el nombre de Pakistan. El sueño de Jinnah destruyó todas las esperanzas del Mahatma. La India sería un país libre, pero profundamente roto en sus mismas entrañas.

Dos líneas políticas y antagónicas se perfilaban: el Partido del Congreso, una fuerza nacional que reunía en su seno a miembros de todas las religiones y la Liga Musulmana, un partido exclusivamente religioso.

La fecha elegida fue el 16 de agosto. Ese día, el mundo entero pudo comprobar el odio que enfrentaba a las dos comunidades religiosas más importantes de la India. En Calcuta grupos de fanáticos musulmanes salieron armados respondiendo al llamamiento de la Liga Musulmana, la declarada “jornada de acción directa”. Su finalidad era demostrar a los dirigentes británicos e hindúes que estaban dispuestos a conquistar su propio estado, asesinaron a todos los hindúes que encontraron. Pocas horas después fueron éstos los que exterminaron a los musulmanes que encontraban. En total en ese día se contabilizaron más de 6000 muertos. Esa jornada provocó una espiral imparable de violencia en los dos bandos.

Conscientes los británicos de que no deseaban la responsabilidad de una posible guerra civil, el gobierno de Londres aceleró el proceso negado y retrasado durante tanto tiempo.En septiembre de 1946 y a instancias del virrey de la India, Nehru fue nombrado primer ministro de una India todavía no libre, este fue el primer paso, para la independencia del país.

El 4 de junio de 1947, Gandhi fue avisado por el último virrey de la India, los dirigentes del Partido del Congreso, la Liga Musulmana, y la Comunidad sij, habían aceptado la partición del país en dos, la India hindú y el Pakistán musulmán.

Cuando el nieto de la reina Victoria anunció oficialmente el día de la independencia, fijado para la noche del 14 al 15 de agosto de 1947, miles de personas iniciaron los preparativos para abandonar sus tierras. Más de doce millones de personas, en uno de los mayores éxodos de la historia abandonaron sus casas, los hindúes huían del futuro Pakistán, y los musulmanes de la futura India.

Los estallidos violentos no cesaron, sobre todo en Calcuta, así que Gandhi tras días de dolorosa meditación, anunció el 2 de septiembre el inicio de un ayuno hasta la muerte. Por primera vez en su vida, ayunaba para frenar la locura de sus compatriotas y no contra los británicos. Los ciudadanos de Calcuta acogieron con sorpresa el sacrificio personal de aquel anciano. Una comitiva le rogó que pusiera fin a la guerra. En solidaridad con el Mahatma, los empleados de correos escribieron en todos los sobres: “salvemos la vida de Gandhi, seamos todos hermanos en la paz”.

El día 18 de enero, séptimo del ayuno, un comité por la paz, formado por representantes de todas las religiones, le entregó al Mahatma el acuerdo firmado por todos garantizando la paz para las dos comunidades.

Cachemira, el rico estado, estaba siendo disputado por las dos naciones, por su situación estratégica, se encontraba entre la India, China, Tíbet y Pakistán. Al final Cachemira firmó su adhesión a la India libre a pesar de que en él vivían más de un 70% de musulmanes. Jinnah declaró la guerra a la India y hasta que el asunto no se llevó a la ONU (1948) el país quedó dividido, desde entonces es un trozo de tierra en pugna entre los dos países.

20 de enero de 1948.El último día de su vida

La noche anterior, había estado trabajando en la redacción de la nueva constitución del Partido del Congreso, su testamento político. Para el Mahatma la política no estaba alejada de la vida, sino que debía ser su reflejo.

A las cinco y diez en punto, Gandhi se dirigió a la plaza de la plegaria, en la que se habían congregado unas 500 personas. Entre los asistentes se hallaba el extremista Nathuram Godsé de 37 años, el hombre que había jurado poner fin a la vida del anciano.

La noticia sumió a todo el país en la conmoción. Nehru con la voz rota por la pena y lágrimas en sus ojos, informó por radio a toda la nación: “la luz ha desaparecido de nuestras vidas y todo es ya tiniebla. No sé qué deciros ni cómo hacerlo. Nuestro amado jefe, al que llamábamos Bapu, el padre de la nación, ya no está entre nosotros. Ya no podremos acudir a él para que nos enseñe y nos consuele. Es un terrible golpe. He dicho que la luz se ha extinguido. La luz que ha brillado sobre este país no era una luz corriente. Dentro de mil años continuará resplandeciendo. El mundo la verá, pues traerá consuelo a todos los corazones. Esta luz representaba algo más que un presente inmediato. Representaba la vida y las verdades eternas, recordándonos el camino recto, protegiéndonos del error, conduciendo a nuestro viejo país hacia la libertad”. Ese mismo día, espontáneamente, todos los habitantes del país ayunaron como muestra de su dolor. Gandhi fue incinerado en un emotivo acto, sus cenizas fueron volcadas en un lugar muy especial para él, cerca de Allahabad y centro sagrado del hinduismo, donde confluyen las aguas sagradas del Ganges y del Jamna los dos grandes ríos de la India.

La India después de Gandhi:

“Cuando la verdad se muestra al hombre, reviste la apariencia de la no-violencia. Porque la ley de la no-violencia es la ley de la especie humana, y la violencia es la ley de los animales”. Así que tras su muerte la frase: “Sólo la verdad triunfa”, fue elegida como lema de la India libre.

El Pakistán occidental se convirtió casi exclusivamente en un país habitado por musulmanes, en el oriental, la cifra subía a un 20% de hindúes, mientras que en la India permanecieron unos 50 millones de musulmanes.

El peso de todo el país cayó sobre los hombros de Jawaharlal Nehru, uno de los discípulos más queridos d Mahatma. Graduado en Cambridge, socialista universal, mensajero mundial de la paz y mediador entre Este y Oeste, Nehru concibió ambicioso planes para la modernización de su pobre y superpoblada India. Abolió los grandes latifundios, repartiendo las tierras entre los campesinos, nacionalizó la banca, las compañías de seguros y la aviación. Intentó traer el desarrollo mediante la industrialización y la técnica.

Un 1950, Nehru y el primer ministro pakistaní, Liagat Ali Khan, firmaron un acuerdo sobre la protección de las minorías en sus respectivos países, y se intentaron solucionar los desastres económicos que la partición del país había acarreado.

Nehru, defensor de la paz se fue ganando progresivamente la simpatía de los países subdesarrollados, y se convirtió en su líder defendiendo la neutralidad. Su ideología socialista le proporcionó apoyo de la URSS y de la China nacionalista, hasta que esta invadió fronteras indias.

La convivencia pacífica entre las diferentes comunidades religiosas, fue posible, aunque con puntuales roces, gracias a las ideas de Nehru de crear un estado laico, que estuviera por encima de los intereses individuales, religioso o de castas. Incluso con estas ideas Nehru no consiguió eliminar de la vida política, el poder del hinduismo. Tras su muerte la religión rebrotó con fuerza.

Pakistán el mayor estado musulmán del mundo, tras Indonesia, tuvo que empezar a crear su centro de poder (al contrario que la India, pues ésta mantuvo la estructura creada por los británicos), organizar los diferentes ministerios y administrar los escasos recursos del país. Uno de cada cinco habitantes era refugiado.

Tras diversos enfrentamiento entre los dos Pakistaníes (oriental y occidental) Oficialmente en 1972 el Pakistán oriental se convirtió en el estado de Bangla Desh (país de Bengala) un pequeño estado densamente poblado (75 millones de habitantes) y al que la India prestó apoyo económico durante varios años. Se instauró una democracia parlamentaria, mientras que en el otro Pakistán ése mismo año se pasó de dictadura a un gobierno democrático.

Los problemas de Bangla Desh y Cachemira llevaron a la India y a Pakistán a continuos enfrentamientos bélicos, el desarrollo económico fue parado por el desvío de fondos a gastos militares. En 1974, y bajo el gobierno de Indira Gandhi (hijo de) la India hizo estallar una bomba atómica nacida de sus propios laboratorios, así pasó a convertirse en la sexta potencia nuclear del mundo.

En la actualidad, existe un certero peligro que hace tambalear el futuro del país: la naciente fuerza de los radicales hindúes ortodoxos, es decir, aquellos que consideran que quienes no son hindúes de nacimiento son bárbaros impuros; partidarios a su vez de devolver a la India el estado social de siglos atrás, el mismo que Gandhi combatió con todas sus fuerzas.

DESOBEDIENCIA CIVIL.

Para Gandhi "quien desobedece una ley injusta en realidad no hace sino prestar obediencia a un principio superior de la verdad".

Entendemos por desobediencia civil un tipo especial de negación de ciertos contenidos de la legalidad, por parte de ciudadanos o de grupos de ciudadanos, que la defienden y utilizan frente a la tiranía y la opresión o contra las leyes y normas que legitiman cualquier tipo de poder abusivo. Estas son sus características:

  • 1) En general, es ejercida por personas conscientes y comprometidas con la sociedad que, lo cual les lleva a ser tan activas como críticas respecto a ciertas decisiones políticas que se han transformado en ley.

  • 2) Se entiende que el comportamiento de estos ciudadanos no está movido por el egoísmo sino por el deseo de universalizar propuestas que objetivamente mejorarán la vida en sociedad.

    3) Para los practicantes, la desobediencia civil es un deber cívico más, es una exigencia que procede de ciertas convicciones a las que es posible atribuir un valor objetivo y constructivo.

    4) Por ello, es fácil adivinar que el ejercicio de la desobediencia civil ha de ser público.

    5) Su ejercicio no vulnerará aquellos derechos que pertenecen al mismo bloque legal o sobre los que se sostiene aquello que se demanda. Entre las muchas consecuencias que se deducen de esta propiedad se encuentra la de que la desobediencia civil se ejercerá siempre de manera pacífica.

    6) Con ella no se pretende transformar enteramente el orden político ni socavar sus cimientos, sino promover la modificación de aquellos aspectos de la legislación que entorpecen el desarrollo de grupos sociales marginados o lesionados o, en su caso, de toda la sociedad. Por esto mismo, no podemos hablar de revolución.

    Resulta relativamente fácil justificar la desobediencia civil en una situación de deterioro democrático. Es evidente que no le debemos obediencia a un orden político en el que el gobierno vulnera los principios sobre los que se sostiene el Estado de Derecho, en el que no funcionan los frenos y contrapesos que limitan la absolutización del poder, en el que la ley es elaborada fraudulentamente convirtiéndose en arma de guerra o en el que los adversarios políticos son despojados de sus derechos y son perseguidos por el poder. La existencia de la desobediencia civil así como su hipotética justificación ponen de manifiesto que incluso en democracia sigue abierto uno de los problemas políticos más viejos: el de la legitimación del poder.

    En los últimos meses, el mundo abertzale y nacionalista del País Vasco ha echado mano del término "desobediencia civil" para adaptarlo a sus propios intereses, contribuyendo a la confusión del concepto y tergiversándolo. Los nuevos abanderados de la desobediencia civil justifican la violencia contra la "opresión del estado centralista" y por la consecución del estado vasco. Hacen compatibles, por tanto, luchas pacifistas con luchas o resistencias que no descartan en su acción la violencia.

    También nos encontramos en la actualidad movimientos de desobediencia civil en México, el levantamiento de los indígenas liderados por el comandante Marcos.

    Sobre la película: el 12 de abril de 1983, la película Gandhi del director británico Richard Attenborough es la gran ganadora de la 55ª entrega de los premios de la Academia de la Artes Cinematográficas de Hollywood. Este filme requirió veinte años de preparación y una inversión de veintidós millones de dólares de producción. Sus ocho oscar lo abalan.

    Bibliografía:

    Monadas Karamchand Gandhi

    Rosa Herranz-------------------Grandes biografías Ediciones Rueda 1999

    La India

    Raymonde de Gans------------Círculo de amigos de la historia Ediciones Ferni 1974

    Páginas web:

    -http://www.eurosur.org/rebelión/opinión

    -http://www.ucm.es/info/eurothed/d-alvarado1

    MOhANDAS KARAMCHAND GANDHI

    10




    Descargar
    Enviado por:El remitente no desea revelar su nombre
    Idioma: castellano
    País: España

    Te va a interesar