Literatura
Miau; Benito Pérez Galdós
Contexto histórico, social y político
Tanto el realismo como el naturalismo son movimientos ocurridos a mediados del siglo XIX.
El período en el que destacaron fue una época inestable:
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En Europa distintos movimientos revolucionarios lograron la erradicación del absolutismo, y en algunos países el triunfo de la burguesía como clase dominante.
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Dos grupos sociales eran los más influyentes:
1- La Burguesía capitalista, que estaba formada por grandes empresarios y terratenientes. En ese momento se consolida políticamente y se vuelve conservadora.
2- El proletariado, clase a la que pertenecen los obreros y los campesinos, que intenta defender sus intereses.
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En España, la situación política fue muy inestable también. En 1868 tuvo lugar la revolución liberal, llamada “La Gloriosa”, que supuso el destronamiento de la reina Isabel II. Más tarde se proclamó la Primera República y en el espacio de un año hubo cuatro presidentes.
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Se desarrollan en esta época varias filosofías:
1- El Positivismo nace como ideología opuesta al Romanticismo. Sólo se admite como verdadero lo descubierto mediante la observación rigurosa y la experimentación.
2- El Determinismo, según el cual el destino del ser humano está marcado por su herencia genética y por la influencia del medio social en el que se desarrolla su vida.
3- El Krausismo, que estudia lo específico de cada nacionalidad; rechaza el autoritarismo. Da importancia a la unión del espíritu con la naturaleza. Adquirirá más importancia a inicios del siglo XX.
4- El Marxismo, primer movimiento obrero que busca la lucha de clases y la revolución obrera para acabar con el injusto mundo burgués. Marx publica su manifiesto comunista en 1848, aunque a España llega en 1872.
Es fundado el P.S.O.E. en 1879, por Pablo Iglesias.
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El número de lectores aumenta, aunque seguirán siendo los hijos de los burgueses los que tienen acceso a la cultura, la cantidad de españoles que sabe leer y escribir pasa de un 6% a un 40%.
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En el ámbito técnico, en esos momentos se producía la revolución industrial, se comienza a aplicar la ciencia a la técnica, aparecen nuevos inventos; el ferrocarril, los motores de explosión, las lámparas eléctricas y la fotografía entre otros.
2- La literatura realista: Realismo y Naturalismo en Europa
El realismo comenzó en Francia, en 1860, con las novelas de Gustave Flaubert, así como con los relatos cortos de Guy de Maupassant, en los que reaccionan contra el lirismo y la idealización románticas
En Rusia, estuvo representado en las obras de teatro y en los relatos cortos de Antón Chéjov.
La novelista George Eliot introdujo en la ficción inglesa el realismo, como declaró en su libro Adam Bede (1859), su propósito era “dar fiel representación de las cosas vulgares”.
Surge a raíz de que los burgueses deciden que la mentalidad realista es más apropiada porque no se buscan cambios radicales. La sociedad empieza a ser descrita tal y como es. Los lectores buscaban reconocerse en los personajes de las novelas.
Los escritores realistas se documentan tomando notas, de la realidad o a través de los libros. Buscar datos en las bibliotecas se convierte en una actividad muy importante. Desean ser historiadores del presente.
Por eso los personajes, problemas y los ambientes siempre intentaban ser lo más cotidianos posible.
Publicar novelas en esta época no era fácil, puesto que las novelas, o se publicaban por entregas, (en publicaciones periódicas, revistas o periódicos), o corrían a costa del autor. Un ejemplo de uno de estos casos es Benito Pérez Galdós, el cual costeó su primera obra con el dinero de una tía suya.
El Realismo está algo relacionado con el Romanticismo, puesto que algunos autores realistas, (Balzac, por ejemplo), pertenecen a la generación romántica.
El Naturalismo surge a partir del francés Emile Zola. Zola dice que el escritor naturalista no sólo debe observar la realidad, sino experimentar y que se trata de una novela impersonal. Para desarrollar estas ideas Zola escribe un ciclo de 20 novelas, entre 1871 y 1893, bajo el título de Les Rougon-Macquart (1871-1893) Historia natural y social de una familia, bajo el Segundo Imperio; aquí Zola intenta plasmar todos los aspectos de la vida y del comportamiento humano.
En este ciclo se representan con detalle e incluso con crudeza, diversos ambientes sociales del París popular (La taberna, El vientre de París), de la vida provinciana (La conquista de Plassans), de la mina (Germinal), del campesinado (El desastre), etc.
Las ideas de Zola son difundidas en España por Pardo Bazán en La cuestión palpitante, que hace defensa del escritor francés, aunque se muestra en contra de alguna de sus afirmaciones: no cree en el determinismo y piensa que la pasión o el sentimiento no se rigen por las mismas leyes.
El naturalismo consiste en una teoría según la cual la literatura debe basarse en una representación objetiva y familiar del ser humano. Surge como una derivación del Realismo, (se puede considerar como una forma extrema de éste), que cree que las acciones del ser humano están controladas por el destino.
En cierto modo, el Naturalismo, no es sólo una tendencia literaria, sino que es una forma de comprender al ser humano y entender sus costumbres.
Los escritores naturalistas representan a sus personajes en situaciones extremas de pobreza y marginación, suelen describir los ambientes más bajos y sórdidos con el fin de poner al descubierto los defectos de la sociedad. La descripción de estos ambientes la utilizan para ver como reacciona el ser humano en determinados medios, normalmente hostiles. Surgió por primera vez en las obras de los escritores franceses Edmond Huot de Goncourt, su hermano Jules Huot de Goncourt y Emile Zola.
La narrativa realista y naturalista en España
EL REALISMO EN ESPAÑA
El paso del romanticismo al realismo en España se realiza a través del costumbrismo. Hacia 1850, el realismo empieza a infiltrarse en el costumbrismo: lo adapta poco a poco y lo lleva con sus características a convertirlo en realista. Lentamente el romanticismo se va desmoronando y aparecerán varias tendencias. La subjetividad deja paso a una mayor objetividad, por eso una de las cuestiones que empiezan a interesar es la realidad externa del autor. Lo cotidiano vence a lo exótico.
La novela, que prácticamente había desaparecido del panorama literario español en el siglo XVII, vuelve a tener auge. Las características esenciales de la novela de este siglo son la minuciosa observación de la realidad y el interés por la actualidad viva. Por primera vez aparecen verdaderos diálogos. Las primeras novelas realistas llevan consigo una serie de prejuicios morales de los que no consiguen despegarse. De ellas derivan las novelas de tesis. Las primeras novelas realistas las escribe Cecilia Böhl de Faber (1796-1879), que firma con el seudónimo de Fernán Caballero. Sus obras son la plasmación de la vida íntima del pueblo español. Nunca tuvo intención de escribir realmente novelas. Para ella, el objetivo de sus escritos era ilustrar una opinión por medio da la verdad. Algunos títulos son: La gaviota (1849), Clemencia (1852) y La familia de Alvareda (1856).
El realismo consiguió superar el dualismo de las novelas anteriores. Los rasgos que harán que una novela sea realista son: una mayor riqueza en las descripciones, que serán más profundas y amplias; selección del universo en virtud del objetivo que se quiere recrear; los protagonistas actúan con plena libertad, aunque su conducta sea explicada. El realismo lleva consigo la desaparición del personaje paradigmático, las lecciones de moral y el ejemplarizar a través de una tesis. El estilo realista propiamente dicho no existe; lo que hay es un método realista que permite el intercambio de estilos. Lo más característico del realista es su distanciamiento crítico. Dentro del realismo, el autor desaparece de la obra como creador de juicios morales.
LA GENERACIÓN DEL 68
La plenitud del realismo en España corresponde a la generación del 68, formada por una serie de escritores de la considerada nueva clase nacional. Su período de máxima conciencia como generación se da en la década de los ochenta. La integran: Pedro Antonio de Alarcón (1833-1891); José María de Pereda, que escribió Don Gonzalo González de la Gonzalera (1879), Peñas arriba (1894), etc; Benito Pérez Galdós, autor de La fontana de oro (1870), Doña perfecta (1876), La desheredada (1881), Fortunata y Jacinta (1887), Miau (1888), Misericordia (1897) y Los episodios nacionales (1873- 1912); Juan Valera (Pepita Jiménez, Juanita la Larga...); Leopoldo Alas “Clarín”(La Regenta en 1884 y 1885); Emilia Pardo Bazán (Los pazos de Ulloa) y Armando Palacio Valdés (1853-1938), cuya obra más representativa es La aldea perdida. Las características que definen a este grupo son: una clara conciencia de clase y optimismo -que posteriormente irá derivando en pesimismo, por la revolución-. A nivel individual, cada uno tiene un estilo distinto. De todos los autores de esta generación, Alarcón es el único que presenta algunos rasgos heredados del romanticismo, sobre todo del costumbrismo más romántico. Estos rasgos aparecen claramente en Cuentos amatorios, Historias nacionales y Narraciones inverosímiles.
EL NATURALISMO EN ESPAÑA
La primera obra que se considera influenciada por las teorías de Zola es La desheredada, de Galdós, publicada en 1881. El naturalismo en España, al igual que en Francia, también tuvo sus detractores y se levantaron grandes polémicas. Entre los opositores del naturalismo se hallan Alarcón y Pereda, los cuales llegaron a tildarlo de inmoral. Sus defensores más encarnizados fueron Galdós y Pardo Bazán.
Galdós: vida y obra. Contexto histórico, social y cultural
VIDA:
Benito Pérez Galdós nació en las Palmas de Gran Canaria, aunque casi toda su vida transcurrió en Madrid. Su única actividad profesional fue la literatura, a la que se entregó de modo tenaz e incansable. Intervino en la vida política - llegó a ser diputado - y perteneció a la Academia de la Lengua. Sus últimos años fueron muy tristes: pérdida de la vista, dificultades económicas, trato injusto de su obra y su persona...
Galdós fue un hombre tímido y retraído que llevó una vida humilde, sin grandes pretensiones. En cuanto a su ideología, fue un liberal progresista, de mentalidad abierta y tolerante. Se empareja con Dickens, Stendhal, Balzac... en la gran novelística europea del siglo XIX. Después de Cervantes es el más importante novelista español.
OBRA NARRATIVA
1. Los episodios nacionales: Es un conjunto de cuarenta y seis novelas poco extensas, divididas en cinco series. Con ellas pretendió hacer la historia novelada de gran parte del siglo XIX: desde 1805 - derrota de Trafalgar- hasta 1875- Restauración de la monarquía borbónica. Galdós mezcla personajes de ficción con personajes históricos, importantes acontecimientos políticos y militares con sucesos cotidianos y privados
2. Las primeras novelas: Las primeras novelas son de tesis. En ellas el autor, con el propósito de defender una ideología concreta, crea unos personajes y modela una realidad en función de lo que quiere manifestar. Los personajes son tipos que encarnan una idea y se dividen con un maniqueísmo primario, en buenos y malos. Las dos novelas más representativas son Doña Perfecta (1876) y Gloria (1877), en las que se ataca la intransigencia y el fanatismo.
3. Las "Novelas españolas contemporáneas": Abandonadas las novelas de tesis, Galdós se convierte en un observador crítico, pero imparcial, de la sociedad española. Las principales características de estas novelas son la creación de ambientes reflejados con admirable exactitud, y la caracterización de personajes, que ya no serán tipos esquemáticos, sino figuras llenas de verdad y vida. El autor analiza la historia de su vida - la segunda mitad del siglo XIX -, el ambiente popular, los diversos estamentos sociales; pero será Madrid el centro de su visión: Madrid con sus calles, comercios, casas de huéspedes, tertulias de café, barrios pobres; y sus personajes: mendigos, burgueses ricos y burgueses venidos a menos, nobles arruinados, clérigos, cesantes, jornaleros, liberales y reaccionarios, fanáticos, estrafalarios, mezquinos, bondadosos e hipócritas... Los principales títulos son: La desheredada (1881), El amigo Manso (1882), Tormento (1884), Miau (1888) y Fortunata y Jacinta (1886-1887).
4. Las últimas novelas: Las obras escritas en la década de 1890 manifiestan un cambio, aunque el procedimiento literario empleado - la exacta observación de la realidad - siga siendo el mismo. Ahora aparece una corriente espiritualista en los duros ambientes que el autor sigue mostrando. Galdós crea unos personajes que, movido por un profundo sentido cristiano, renuncian a todo para entregarse a sus prójimos. Las dos novelas más representativas son Nazarín (1895) y Misericordia (1897), una de sus mejores obras.
CONTEXTO HISTÓRICO, SOCIAL Y CULTURAL
Galdós vivió entre 1843 y 1920. En España, en el año 1943 comienza a reinar Isabel II, y empieza así la república. En su reinado se diferencian dos períodos: la década moderada (1844-1854), en la que entró en vigor la Constitución de 1845; el bienio progresista y el fin de la monarquía (1854-1868). En este último período se promulga la ley de Desamortización general. En 1868 se produce una revolución, ”la Gloriosa”.
La sociedad española del siglo XVIII se caracteriza por la aparición de una esfera pública, que antes era menos patente. Hay dos clases sociales: los burgueses y los proletarios. Se pagan muchos impuestos, debido a que la ciudad ofrece mayores comodidades.
Miau: temas principales y secundarios
El tema principal de la novela es una crítica al Estado, a la Administración, y a la vida que está determinada por la cantidad de dinero que se tiene y la posición social en la que se está. Al final del libro Galdós expresa la idea de que la felicidad se encuentra en vivir acomodándose a la realidad, si no se tiene dinero, pues no se tiene, y no hace falta intentar aparentarlo. La felicidad no se encuentra en los bienes materiales, sino en ser libre, en la naturaleza...
Se expresa en la novela lo que le sucede a un personaje, sus deseos, cuando la lucha por imponer su conciencia frente a los deseos sociales se hace imposible; entonces se ve solo, y termina acabando con su vida.
Se va distinguiendo el proceso psicológico que experimenta Ramón Villaamil, causado por su cesantía, por las críticas de la gente y por la presión que ejerce su propia familia, sobre todo de Pura, su mujer, que malgastaba el poco dinero que entraba en la casa.
Otro tema importante en la obra es la religión, el tener fe, el creer en Dios. La religión aparece en casi todos los aspectos, ya que en el siglo XIX se le daba mucha más importancia de la que tiene hoy. Luisito quiere ser cura, se le “aparece” Dios, Abelarda recurre a la iglesia para apartar “malos pensamientos”... En los últimos capítulos se muestra que Ramón Villaamil se suicida pensando en esa otra vida más feliz que tendrá después de sufrir en la Tierra.
Como temas secundarios se pueden destacar:
La descripción de la sociedad del siglo XIX: la familia, las creencias y pensamientos de la gente, las fiestas y reuniones a las que acudían...
Las características de los niños (el egoísmo, la inocencia...) descritos en Luisito, sus pensamientos sobre Dios, las relaciones con sus compañeros...
La crueldad de la sociedad, mostrada ante Ramón Villaamil, que es objeto de burla por parte de muchos de los que él creía que eran amigos. Le tratan como a un enfermo o un loco, piensan que está desesperado... y Ramón hasta el final no parece darse cuenta de todo esto. Por otro lado, les ponen el mote de los Miaus, y critican mucho a la familia sin decir nada a la cara. Esto es la muestra de lo cínicos que son muchos de los personajes secundarios de Miau.
Los sentimientos y pensamientos de los personajes: el amor de Abelarda por Víctor, el comportamiento de éste, los pensamientos pesimistas de Ramón para que sucediera lo contrario a lo que él esperaba, el anhelo de las Miaus de aparentar lo que no son...
El lenguaje grandilocuente que emplea Víctor, sobre todo cuando se dirige a Abelarda, tan sólo para engañarla. Éste lenguaje está muy contrastado con el que utilizan el resto de los personajes, que es muy coloquial, muy familiar, y hasta a veces un poco vulgar. Esto contrasta más aún con el lenguaje utilizado por Luisito y sus amigos, caracterizado por ser muy espontáneo, intentando imitar el lenguaje de los adultos, y los muchos errores que así cometen (dicen, por ejemplo, "arpidas" en vez de "arpías", "maera" en vez de "manera", "Caarso" por Cadalso, "Sacabaron las quistiones"...)
Estructura de la novela
La novela se divide en tres partes, atendiendo al proceso psicológico que experimenta el personaje principal, Ramón Villaamil. Estas tres partes comprenden:
(Capítulos 1-9): Ramón es optimista en la idea de que le colocarán pronto. Esta parte es una introducción al relato, describiendo los personajes, las causas de esa situación, el lugar donde se desarrolla la acción...
(Capítulos 10-33): Ramón dice no esperar nada, aunque lo único que desea es que le pongan a trabajar. A partir del capítulo 10 aparece Víctor, uno de los personajes principales, y el modo de pensar de Ramón cambia mucho. Todo en la casa se vuelve distinto. Hay más problemas y discusiones en la casa, aunque la situación económica de la familia mejora bastante desde la llegada del padre de Luisito.
(Capítulos 34- 44): El protagonista está prácticamente desesperado, no para de ir al Ministerio para recibir noticias y charlar con sus ex compañeros. Tiene envidia de Víctor, que ha conseguido un buen trabajo antes que él, que tiene más experiencia, aunque lo que no sabe es que ese trabajo lo consiguió mediante maneras poco honradas, todo lo contrario a las ideas de Ramón Villaamil. Su mujer cada vez le agobia más, unas veces diciéndole que es demasiado bueno, y otras creándole falsas esperanzas de que conseguirá trabajo.
Los últimos dos capítulos (43 y 44) son la conclusión el final de la novela. Ramón, después de dejar a Luisito con su tía Quintina, sale a almorzar, va al campo, admira la naturaleza, los animales... Después vuelve a su barrio, y se esconde de todos los que le están buscando: su familia, "amigos", vecinos... Parece como si Ramón quisiera vengarse del tiempo que ha malgastado junto a su familia, sobre todo con Pura, parece odiar a todos, y hasta le hace gracia que le estén buscando... Es el símbolo más evidente de que ya no está bien, de que el problema de su cesantía ha ido creciendo hasta que se ha vuelto loco del todo. La novela acaba cuando el protagonista se suicida en el campo, rodeado de naturaleza, alejado del Ministerio y del "querer aparentar".
El comienzo de la obra es un principio abrupto, ya que al comenzar a leer la novela se desconocen los personajes, sus características, los hechos, los lugares donde se desarrolla la acción... El primer capítulo describe la salida del colegio de Luisito y sus amigos, y el espacio donde se encuentran: un barrio de Madrid. Al principio parece que el personaje principal va a ser Luisito, hasta que se continúa leyendo y se conoce a los demás personajes, la historia completa...
El final de la obra es cerrado, ya que Ramón se suicida y acaba así de rotundamente con su problema. Creo que es un final triste, pero fácil de esperar, porque se trata de una novela realista.
Los personajes; técnicas de caracterización, análisis de los protagonistas y personajes secundarios. Grupos sociales y grupos ideológicos.
Las técnicas de caracterización más utilizadas por Galdós son:
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Descripción física: Galdós describe muy a fondo las características físicas de los personajes de Miau. Describe cada rasgo de las caras con mucho detalle, sus gestos, sus características generales... Un rasgo importante de la descripción física de los personajes de Galdós es su comparación con animales: Don Ramón se parece a un tigre viejo; Pura, Milagros y Abelarda se parecen a tres gatos; Posturitas es un ratón; Mendizábal es un gorila; Pantoja un puercoespín; Paca es comparada con una vaca...
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Descripción psicológica: Galdós describe aún más el carácter de sus personajes mediante sus pensamientos, sus actos... Da mucha importancia al desarrollo psicológico de sus personajes, sobre todo al de Ramón Villaamil, que termina volviéndose loco, aunque esto va viéndose a lo largo de la novela, y al de Abelarda, que acaba tan loca como éste.
Estas dos formas de descripción son muy visibles en la obra, ya que la descripción minuciosa es un rasgo fundamental del realismo, pero no sólo la descripción de los personajes, sino también de los paisajes, lugares, pensamientos...
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Lenguaje de los personajes: Mediante el lenguaje de los personajes, Galdós los describe, ya que por ejemplo el carácter de Pura se deja ver por su forma impetuosa de hablar, o Víctor, mediante el lenguaje tan cuidado que emplea, engatusa a la mayoría de los miembros de la familia. Otro ejemplo es el de Luisito, que Galdós crea para asemejarse más a los niños, con frases mal dichas, expresiones muy coloquiales y una imitación al lenguaje de los adultos. Mediante la técnica del lenguaje de los personajes Galdós consigue describirlos más profundamente todavía.
ANÁLISIS DE LOS PERSONAJES PRINCIPALES:
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Don Ramón Villaamil: Es un hombre al que le faltaban dos meses para jubilarse, pero justo en ese momento quedó cesante, y este problema le cambiará por completo, ya que terminará suicidándose por diversas razones: su cesantía, su crisis familiar y social, el que nadie entendiera sus principios económicos... Ramón Villaamil es un hombre demasiado honrado para la época en la que se encuentran, por eso le han dejado sin trabajo. Desde que queda cesante empieza a obsesionarse por ello, y cada día parece estar más trastornado. Su esposa, Doña Pura, no contribuye a ayudarle, ya que ella, su hermana y su hija sólo se dedican a aparentar lo que no son y lo que no tienen. Físicamente es un hombre de aspecto fuerte pero ya anciano. Galdós le compara con un tigre viejo. Es el personaje más complejo de la obra.
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Doña Pura: Es una mujer manipuladora, sobre todo con su marido, derrochadora, a la que sólo le importa el dinero y lo material. Hace casi cualquier cosa para conseguir dinero, para luego gastárselo en un momento, ya que no piensa en el mañana, solamente en aparentar vivir bien yendo a la ópera y dando fiestas. Físicamente se asemeja a un felino, a un gato, pero por su carácter es más bien una pantera.
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Abelarda: Es la hija de Pura y Ramón, una mujer débil, que sólo sirve para coser ropa (que muchas veces apaña para que parezca ropa nueva) y para aparentar, como su madre y su tía. Se enamoró de Víctor, su cuñado, aunque la mujer de éste (la madre de Luisito) había muerto hace años. Cuando descubre el engaño de éste, en un ataque de furia intenta matar a Luisito, aunque le quiere mucho. Es muy religiosa. Físicamente no es guapa, su cara no expresa nada, y también se parece a un gato.
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Milagros: Es la hermana de Pura, sólo se ocupa de cocinar, aunque cuando era joven iba a dedicarse a la ópera. Se parece a su hermana y a su sobrina en que sólo quiere aparentar lo que no es, y en que también se parece a un gato. En la novela no tiene un papel muy importante, apenas se nota que está ahí.
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Luisito: Es un niño que en principio vive con sus abuelos y tías, hasta que aparece su padre. Es muy débil, como lo fue su madre, y enfermizo. Hace los recados que le manda su abuelo, y a veces se le aparece Dios, o lo que él cree que es Dios, y le habla de su abuelo, de sus amigos, y de lo que tiene que hacer para ser cura.
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Víctor: Es un hombre muy embaucador, utiliza un lenguaje y unas maneras muy elegantes para conseguir lo que quiere. Consigue dinero para la familia estando con mujeres viejas y ricas que se lo dan a él. Estas mujeres son las que consiguen sus ascensos. Enamora a Abelarda sin que ésta le interese en absoluto, sólo lo hace por diversión. Eso hace pensar que es muy cruel, pues lleva a la locura a su mujer (Luisa), que termina muriendo por su culpa, a Abelarda, a la que engaña sin motivos y en parte a Ramón, ya que una de las razones de su suicidio es que a Víctor le colocan y a él no.
ANÁLISIS DE LOS PERSONAJES SECUNDARIOS:
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Mendizábal y Paca: Son los vecinos de abajo de la familia Villaamil. Mendizábal, el memorialista, les lleva el alquiler. Critican mucho a la familia, pero nunca les dicen nada a la cara. Mendizábal habla más de lo que sabe, pues utiliza frases que lee en los periódicos. Tienen un perrito, Canelo, que acompaña a Luisito en sus tareas de mensajero. Galdós le atribuye a éste conductas humanas.
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Los trabajadores del Ministerio: Los únicos honrados son Pantoja y Argüelles. La mayoría de los otros se ríen y se burlan de Ramón. El peor de todos ellos es Guillén, que hace caricaturas de éste con historias para reírse de él y las reparte.
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Los amigos de Luisito: No se les describe casi nada, sólo se habla de Silvestre Murillo (hijo del Sacristán de la iglesia) y de Posturitas (Paquito Ramos), el más travieso de todos, que insulta a Luisito llamándole “miau”, pero que muere de tifus.
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Los visitantes de la casa en las tertulias: A estas tertulias que se celebran en casa de los Villaamil acuden Ponce (el novio de Abelarda, un hombre muy simple), Federico Ruiz (feliz con su cesantía y con vivir en la pobreza), Guillén, Cuevas, Pantoja...
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Quintina e Ildefonso: Hermana y cuñado de Víctor. Se llevan mal con la familia Villaamil, porque ella critica la forma de ser y de vivir de las miaus, y quiere llevarse a Luisito para que viva con ellos, ya que no tienen hijos. Se dedican al tráfico de objetos religiosos de poca calidad.
Los personajes principales están muy elaborados psicológicamente. Aparte de Ramón Villaamil y Luisito, los demás están caricaturizados, ya que sus caracteres son bastante extremos (ejemplo de Pura).
Los personajes secundarios son bocetos rápidos que sirven para juzgar la vida personal y profesional de Ramón, además de para describir la sociedad de la época.
GRUPOS SOCIALES Y GRUPOS IDEOLÓGICOS:
Como grupos sociales se distinguen tres:
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Las clases bajas: Federico Ruiz, y la familia Villaamil en el momento de cesantía de ramón pertenecen a esta clase, aunque estos últimos intentan disimular su pobreza.
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Las clases medias: Quintina e Ildefonso, los del Ministerio... La mayoría de los personajes de la obra pertenecen a este grupo, aunque unos viven llenos de lujos (yendo a la ópera, luciendo ropa...) y otro no, como Quintina.
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Las clases altas: Apenas se habla de ellas, sólo se las nombra, por ejemplo en los palcos de la ópera. Tienen mucho dinero e influencia.
Los grupos ideológicos que aparecen en Miau son:
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Los que creen en Dios: Casi todos los personajes menos Víctor creen en Dios. Mendizábal es neocatólico, como una mayoría de la gente en el siglo XIX. Cree que con tener fe, moralidad y siendo muy religiosos se acabarían los problemas.
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Los que no creen en Dios: Sólo se sabe de uno: Víctor, que lo dice abiertamente.
Además también se pueden nombrar las ideologías políticas enfrentadas de Ramón y Pantoja. Pantoja defiende la rigidez del Estado y de la Administración, y los líos burocráticos, mientras que Ramón Villaamil, por su parte, cree en la “buena fe” de la gente y en la simplificación, además del Income Tax.
Técnica y estilo: tipo de narrador, descripciones, diálogos, variedad de registros, ritmo de la narración, el monólogo interior.
TIPO DE NARRADOR:
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El tipo de narrador más empleado es el omnisciente, es decir, narra en tercera persona los hechos, que conoce a la perfección.
“Algunas veces dormía tal cual en medio de estos accidentes; pero aquella noche, la exaltación de su cerebro le agrandaba en la oscuridad las desigualdades del terreno”.
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Además, el narrador de Miau adopta distintos tonos y registros según la situación y el personaje del que se habla.
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Se utiliza también el estilo libre indirecto (relato del narrador y opiniones del personaje).
“Temía que si no lo confiaba, se la escaparía a lo mejor con espontaneidad indiscreta ante sus padres, y esto le aterraba, porque sus padres se habrían de enfadar cuando tal supieran. ¿A quién confesarlo? ¿A Luis? Era muy niño”.
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Se confunde la voz del narrador con la del autor varias veces.
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El narrador habla en primera persona en algunos momentos (“Quiero decir que”, “pues como iba diciendo”)
DESCRIPCIONES:
Describir todo minuciosamente es una característica muy significativa del realismo y del naturalismo.
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Se describe a los personajes físicamente:
“Desapareció por la escalera abajo aquel hombre feísimo, de semblante extraño, por tener los ojos tan poco separados que parecían juntarse y ser uno solo cuando fijamente miraban. La nariz le salía de la frente, y después bajaba chafada y recta, esparranclando sus dos ventanillas en el nacimiento del labio superior, dilatado, tirante, [...], el cogote recio, el cuerpo corto e inclinado hacia adelante”.
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Se describe a los personajes psicológicamente:
“No tenía hijos, y se encariñaba con todos los chicos de la vecindad, singularmente de Luisito, merecedor de lástima y mimos por su dulzura humilde, y más que esto por las hambres que en su casa pasaba, al decir de ella”.
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Se describen lugares, como iglesias, el Ministerio, las calles, la casa, las distintas habitaciones, el teatro, la taberna, el campo...
“En la alcoba de Milagros había un tocador del tiempo de vivan las caenas, una cómoda jubilada con los cuatro quintos de su cajonería, varios baúles y las dos camas. En toda la casa, a excepción de la sala, que estaba puesta con relativa elegancia, se revelaba la escasez, el abandono y esa ruina lenta que resulta de no reparar lo que el tiempo desluce y estraga”.
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También se describen con mucho detalle objetos, ropa, etc.
“Las suntuosas cortinas, de color de amaranto, de seda riquísima, de esa seda que no se ve en ninguna parte. Todas las señoras que iban de visita habían de coger y palpar la incomparable tela, y frotarla entre los dedos para apreciar la clase”.
“Vestía chaquetón degenerado, descendiente de un gabán de hombre, y un mandil largo de arpillera, prenda de cocina en todas partes”.
Todas estas descripciones son muy detalladas y minuciosas, utilizando la mayoría de las veces comparaciones. También se describen gestos y defectos de los personajes, todo ello para hacer de la novela algo todavía más realista.
DIÁLOGOS:
Los principales diálogos de la novela se dan entre: Abelarda y Víctor; Ramón y Pantoja; Ramón y Pura; Ramón y Víctor; Luisito y Dios.
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El diálogo entre Víctor y Abelarda se caracteriza por la manipulación verbal de Víctor, que además acapara todas las conversaciones con sus intervenciones interminables. Ella apenas entiende lo que Víctor dice, y éste lo sabe.
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El de Ramón y Pantoja se caracteriza por ser monotemático: sólo hablan de política, y aunque sus ideas son contrarias no discuten acaloradamente, sólo muestran sus puntos de vista.
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La característica principal de las conversaciones entre Ramón y Pura es la agresividad verbal de ésta hacia Villaamil: le dice todo a la cara, le humilla, y éste se resigna.
“- […] Con tantos remilgos, con tantos miramientos como tu tienes, con eso de llamarles a todos dignísimos […] lo único que consigues es que te tengan por un cualquiera. Pues sí […], tu deberías ser ya director, como esa luz, y no lo eres por mandria, por apocado, porque no sirves para nada. […] Eres inofensivo, no muerdes, ni siquiera ladras, y todos se ríen de ti […].
- Déjame en paz - murmuró Villaamil desalentado, sentándose en una silla y derrengándola.”
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Víctor y Ramón dialogan menos, pero sus conversaciones son importantes. Ramón sabe que Víctor le quiere engatusar y no se deja. Al final los dos acaban furiosos.
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Los diálogos de Luisito con “Dios”, se caracterizan sobre todo por el lenguaje coloquial de Dios, y por los temas que tratan, ya que realmente “Dios” es la imaginación del niño, y dice lo que él quiere oír.
VARIEDAD DE REGISTROS:
Una característica del estilo de Galdós es su facilidad para imitar todas las variedades del habla: la de los niños, la coloquial, la vulgar, la grandilocuente que utiliza Víctor...
Cada personaje habla de una manera: Víctor confía en sí mismo y en el poder de su palabra; toma la iniciativa en La comunicación y reclama la atención y respuesta de sus interlocutores, actuando sobre ellos. En esto coincide con Pura, los dos presentan el grado mayor de agresividad verbal, aunque su lenguaje es muy diferenciado:
“[...] Corro desolado hacia un fin, al cual no llegaría si no fuera solo. Acompañado me quedaré a la mitad del camino. Adelante, adelante siempre [...]. ¿Qué impulso me arrastra? La fatalidad, fuerza superior a mis deseos. Vale más estrellarse que retroceder. No puedo volver atrás ni llevarte conmigo. Temo envilecerte”. (Víctor)
“[...] Las credenciales, señor mío, son para los que se las ganan enseñando los colmillos. Eres inofensivo, no muerdes, ni siquiera ladras, y todos se ríen de ti”. (Pura)
Ramón (cuando aún está cuerdo), Abelarda y Luisito están en el extremo opuesto, no tienen fe en sí mismos, son los personajes más frágiles. No suelen hablar por propia iniciativa, sino por requerimientos de otros. A estos personajes son a los que Galdós proporciona grandes monólogos.
Para el resto de personajes (los secundarios) Galdós recurre a la caracterización convencional, como por ejemplo en Silvestre Murillo, al que le da un lenguaje imitando a los adultos:
“Como tú eres así tan poquita cosa, es a saber, que no achuchas cuando te dicen algo, vele ahí por qué no te guarda el rispeto”.
También lo hace con Mendizábal, quien sólo sabe reproducir lo que lee en los periódicos; con Paca, que en la mayoría de sus apariciones habla de lo que quiere a Luisito; con Pantoja, siempre correcto...
A través de la creación de los distintos registros, de las distintas formas de hablar de los personajes, Galdós consigue mostrárnoslos mejor, hacerlos más verosímiles.
RITMO DE LA NARRACIÓN:
El ritmo de la narración en Miau es, por lo general, lento, ya que por ejemplo, en los catorce primeros capítulos sólo transcurren cuatro días. Esto se debe a la minuciosidad de las descripciones y a que apenas sucede nada.
A partir del capítulo quince la narración se acelera un poco, ya que pasan bastantes días, y suceden los hechos más importantes (Abelarda se enamora de Víctor, Ramón visita frecuentemente el Ministerio, Abelarda ataca a Luisito...).
Los cuatro últimos capítulos vuelven tener un ritmo muy lento, porque corresponden a un solo día: el del suicidio de Villaamil. Se describen muchos pensamientos del protagonista, el paisaje...
Por lo tanto, el ritmo de la narración es algo desigual, hay un desequilibrio en su construcción, aunque presidido por un paralelismo (ritmo lento - ritmo fluido - ritmo lento).
EL MONÓLOGO INTERIOR:
Otro recurso muy utilizado en Miau por Galdós es el monólogo interior, que sirve para hacernos conocer mejor a los personajes, ya que son sus propios pensamientos, no los cuenta el narrador. Los principales monólogos en la novela son de Ramón, Abelarda y Víctor, los personajes más complejos:
“Sale ahora el chico de Cuevas, afanadillo y presuroso. ¿Adónde irá?... Busca, hijo, busca, que ya te lo pagará doña Pura con una copita de moscatel... Pues la bobalicona de Milagros estará con el alma en un hilo, porque la infeliz me quiere... [...]”. (Ramón).
“¡Qué fea soy, Dios mío; qué poco valgo! Más que fea, sosa, insignificante; no tengo ni un solo gramo de sal. ¡Si al menos tuviera talento! ; pero ni eso... [...]. ¡Vaya que soy desabrida y sin gracia! Mi hermana Luisa valía más; aunque la verdad, tampoco era cosa del otro jueves. Mis ojos no expresan nada; cuanto más, expresan que estoy triste, pero sin decir por qué [...]”. (Abelarda).
“Si me descuido, me espeta la declaración con toda desvergüenza. ¡Y cuidado que es antipática y levantadita de cascos la niña!... Y cursi hasta dejárselo de sobra, y sosita... Todo se lo podría perdonar si fuera guapa... ¡Ah, Ponce, qué ganga te ha caído!... Es una plepa que no hay por donde cogerla para echarla a la basura”. (Víctor).
Mediante estos monólogos conocemos más profundamente a Ramón, que durante toda la novela sólo había mostrado el exterior y algo de su carácter. En los últimos capítulos se sabe que vivía abrumado por su situación. En el monólogo de Abelarda descubrimos la imagen que tiene de ella misma: ella se desprecia. En el de Víctor conocemos sus verdaderos sentimientos hacia Abelarda y su personalidad.
9- Análisis del espacio. Ambientes sociales y personales. Localizaciones exteriores e interiores.
Miau transcurre en los siguientes lugares:
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La casa de los Villaamil: Toda la casa es muy pobre a excepción de la sala, que es la parte principal de esta: tiene muebles bonitos, aunque algo antiguos, sillería de Damasco, alfombra de moqueta, un gran piano, un reloj sin hora y unas cortinas de seda (lo más preciado por Pura de toda la casa). Toda la casa estaba muy limpia, y la sala era la única habitación que aún poseía objetos caros porque allí es donde se recibían las visitas.
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La ciudad: La obra transcurre en Madrid, en una zona modesta. Esta ciudad tiene muchos parques naturales, iglesias, edificios (el Ministerio, el Teatro Real, la cárcel de mujeres...).
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El Ministerio: Ramón Villaamil va todos los días para pedir trabajo, y para enterarse de las últimas combinaciones. A este lugar se le describe como un laberinto, con todos sus pasillos, escaleras, gente, ruidos... En el segundo piso se encuentra el despacho de Pantoja, donde se reúnen para cotorrear él, Ramón, Argüelles, Guillén, Espinosa y los demás. El ambiente en el Ministerio es malo, casi nadie se dedica a trabajar, nadie cumple con sus obligaciones.
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La iglesia: Las iglesias más concurridas por la familia Villaamil son la de las Comendadoras y la de Montserrat. La primera se describe como callada y oscura. Aquí, en la Capilla de los Dolores, es donde quedan Abelarda y Víctor para hablar a solas.
La segunda, la de Montserrat, también es oscura, sólo se distingue el altar mayor, alumbrado por una sola luz. Aquí es donde viene a rezar Ramón para pedirle a Dios un trabajo. En esta iglesia se encuentra un Cristo que asusta a Luisito: “el de las melenas”.
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La escuela: Aquí es donde lo pasa peor Luisito, por no saberse la lección y por las burlas de sus compañeros, sobre todo de Posturitas. No es un lugar muy descrito, pero es bastante modesta.
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La taberna: Las dos tabernas a las que acude Ramón Villamil están en una zona más pobre, aunque Ramón piensa que el tabernero es muy simpático y que la comida sabe mejor allí.
10- Tiempo interno de la narración. Organización temporal del relato.
La novela transcurre en apenas dos meses, desde primeros de Febrero a primeros de Abril. Se ven representados diferentes tiempos, y esto afecta a la estructura del relato. Primero se pueden diferenciar en la novela las distintas etapas por las que ha pasado la familia Villaamil: La primera, en la transcurre la novela, se describe cómo la situación de Ramón se va haciendo cada vez más insoportable hasta que decide suicidarse; La segunda sólo se conoce por referencias: entre 1877 y 1878 Ramón queda cesante por última vez; La tercera transcurre entre 1869 y 1877: Víctor llega a la familia, nace Luisito, muere Luisa y Ramón ya no volverá a ser el que era antes. La cuarta etapa abarca desde 1854 a 1868: Villaamil queda cesante once meses, pero después recupera un puesto en provincias y lo pierde en la Revolución de Septiembre de 1868; La última etapa, recordada por Ramón con complacencia iría de 1841 a 1853, la familia vivía muy bien: tenía dinero y prestigio.
También se puede ver la organización temporal por capítulos: del 1 al 6 transcurre la acción sin apenas interrupciones, pero en el capítulo 6 se hace un flashback para narrarnos el pasado de Milagros cuando aún podía haberse dedicado a la ópera. Desde el capítulo 7 hasta el 13 continúa la acción en el presente, hasta que en el capítulo 13 se hace otro flashback para recordar cómo era Luisa, cómo conoció a Víctor, cómo fue volviéndose loca hasta que muere. Después se cuenta con menos detalles el transcurso de la familia Villaamil hasta el momento actual, incluyendo los trabajos que desempeña Ramón. Este capítulo es el que narra toda la historia de la familia para que entendamos mejor lo que está ocurriendo. En el capítulo 14 la acción sigue parada, pues en él se nos describe a Quintina e Ildefonso, a qué se dedican, y las malas relaciones entre ambas familias, ya que las dos querían ocuparse de criar a Luisito. En el capítulo 15 se reanuda la acción, que se interrumpe de vez en cuando para regresar al pasado cada vez que Ramón le cuenta “sus historias” a todo el mundo. La acción prosigue normalmente, aunque entre el capítulo 37 y el 38 parece que pasan unos días. En el capítulo 42, cuando Ramón ya ha dejado a Luisito en casa de su tía Quintina, piensa en la vida que ha malgastado (otra regresión al pasado). La última vez que se recuerda un momento pasado es en el capítulo 43, en el que Ramón piensa en el día en que le pidió al padre de Pura la mano de ésta, y se arrepiente.
11- Trasfondo histórico de la obra. Relaciones extratextuales.
La novela sucede en el año 1878, en unos dos meses, Febrero y Marzo. Se menciona que hace un mes se ha casado por primera vez el rey Alfonso XII con su prima María de las Mercedes, hija de los duques de Montpensier, y esto ocurrió en Enero de 1878. Es el comienzo de la Restauración: la nación comenzaba a recobrarse de las guerras Carlistas, el reinado de Amadeo de Saboya y la primera República.
Don Antonio Cánovas del Castillo (mencionado en la novela) había tomado las riendas del gobierno e impuesto la restauración de la monarquía, que había sido destituida por la revolución de Septiembre en la persona de Isabel II.
La monarquía restaurada y la anterior se diferencian en que el rey es ahora constitucional. La Restauración fue un período histórico de gran estabilidad, en que los conservadores, dirigidos por Cánovas, se alternaron en el gobierno de la nación con los liberales, cuyo líder fue Mateo Sagasta.
Las mudanzas de gobierno traían cambios en el funcionariado, los partidos beneficiaban a sus afiliados, y los ajustes de plantilla eran importantes. Ramón se ve afectado por uno de ellos, a dos meses de su jubilación, y según la legislación vigente sin esos dos meses no recibiría ninguna retribución.
Otro aspecto importante es que la acción transcurre en Madrid. La ciudad de Madrid representada en la novela tiene algunas semejanzas con la actual, salvadas las excepciones normales; por ejemplo, la plaza de San Marcial, que antes era pequeña, pasaría a convertirse en la plaza de España, la Gran Vía aún no había sido abierta...
Una de las características del Madrid decimonónico se deriva de la importancia que cobró como espacio público: a partir de 1868 España comienza a entender la vida pública con una visión democrática, se reconoce que la financiación del espacio público la efectuaba el ciudadano.
Un aspecto complementario al público, que adquirió en el siglo XIX una significativa posición, es el privado, el de la familia. Las relaciones entre padres e hijos y entre hermanos se desarrollan como nunca antes, el trato familiar comienza a hacerse común, se acortan las distancias emocionales. Esta humanidad del ámbito privado se extendía a la calle. Los Villaamil, a pesar de que tienen deudas en las tiendas, que su economía doméstica es muy precaria, parecen a gusto en el lugar donde se encuentran. Por eso cuando Ramón va al Ministerio y se encuentra con sus antiguos compañeros espera un trato amable, aunque percibe el rechazo y sus burlas.
12- Intencionalidad del autor. Punto de vista.
La intención principal de Galdós al escribir Miau fue hacer una fuerte crítica a la política y a la administración de la época.
A través de Ramón Villaamil, Galdós muestra una España atrasada, estancada, donde lo único que importa son los intereses individuales, la imagen exterior, los contactos...
Las ideas progresistas de Villaamil y la súplica de un puesto de trabajo le muestran entre los que le rodean como un loco, aunque en nuestro tiempo no nos lo parecería.
Galdós también hace una crítica de la sociedad del XIX, que carece de valores, y otra crítica sobre la religiosidad, ya que la familia Villaamil es muy poco religiosa, pero acuden con mucha devoción a la Iglesia cada vez que tienen problemas.
Todas estas críticas las hace utilizando la ironía, no sólo para los personajes, los ambientes, el argumento... sino también para el título de la novela: Miau podría dar nombre a las felinas mujeres de la casa Villaamil o a las ideas renovadoras de Ramón, pero también podría dar nombre a la situación política en España, como una risa sarcástica.
Víctor es el contrapunto de Ramón, que al final triunfa en todo lo que se propone, y que no es nada honesto. Con Víctor Galdós creó un personaje muy verosímil, que el público podía reconocer como real: su forma de ser, su carácter, sus ideas, existían entre la sociedad.
Esta visión pesimista de Galdós en relación con Miau y sus personajes es, en realidad, la visión propia del autor sobre el momento en el que vive.
13- Conclusiones y valoración de la obra.
CONCLUSIONES:
Miau no es una novela de tesis: hace unas críticas muy duras al Estado, a la Administración (a la política en general), a la religión, a la sociedad del XIX...
Se narra la situación de un ser humano, su problema de desempleo y la subsistencia en la sociedad burguesa. También se habla de la situación de España.
En Miau podemos ver el desgaste psicológico de Ramón, que cada día está más obsesionado y termina volviéndose loco y suicidándose, dejándonos un mensaje: “disfruta de la vida mientras puedas” (Carpe Diem), ya que él malgastó su vida con las exigencias de Pura y sirviendo al Estado.
Galdós nos cuesta el problema de Villaamil a través de grandes descripciones, con el empleo de monólogos interiores, y adaptando el lenguaje a los personajes que crea (hay una gran variedad de registros): el infantil, el coloquial a veces vulgar…
VALORACIÓN DE LA OBRA:
La novela no me ha gustado mucho, se me ha hecho bastante larga y pesada por todas las descripciones, el lenguaje a veces un poco anticuado y por las alusiones a la política. El argumento está bien, al final es un poco triste pero es de esperar. Creo que Galdós ha creado unos personajes muy complejos, les ha hecho hablar a cada uno de una manera acorde con su carácter, y sus pensamientos también son muy complejos y elaborados (nosotros los vemos mediante los monólogos interiores).
14- Notas y Bibliografía.
BIBLIOGRAFÍA:
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Benito Pérez Galdós: Miau. Edición e introducción de Germán Gullón, Madrid, Espasa, 1999.
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María Victoria Ayuso de Vicente, Consuelo García: Diccionario de términos literarios, Madrid, Akal, 1990.
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VV.AA. : Historia de la literatura española, Madrid, Taurus, 1980.
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Benito Pérez Galdós: Miau, Madrid, Alianza, 1997.
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VV.AA. : Lengua y literatura, guía de estudio, Barcelona, Artel, 1991.
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Enciclopedia Microsoft Encarta 98.
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www.cervatesvirtual.com/bib_autor/galdos.
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Enviado por: | Maríaaa |
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