Filosofía y Ciencia


Manual de civismo; Salvador Giner


Introducción.

Este trabajo para comenzar me gustaría decir que me ha sido muy fácil de leer como instructivo haciéndome saber la importancia que tiene el civismo en nuestra sociedad para poder convivir en armonía. Este libro me ha dejado entrever o he visto con claridad el mensaje que ha querido el autor con este libro, cómo hemos de afrontar el futuro debido al cambio de mentalidad que existe actualmente en la sociedad, y cómo ciertos valores como la austeridad, templanza y los buenos modales por ejemplo, son buenos para el civismo entre las personas y en consecuencia para la convivencia. También destacar como nos explica que debemos alcanzar un término medio para casi todo.

Biografía de los autores:

* Victoria Camps es catedrática de filosofía moral y política en la universidad autónoma de Barcelona. Es autora de "Virtudes públicas", "El malestar en la vida pública" y " Los valores de la educación".

* Salvador Giner es catedrático de la universidad de Barcelona. Ha publicado "Historia del pensamiento social", " Ensayos civiles" y " Carta sobre la democracia"

Comentario Filosófico

Capítulo I: Convivir

Las personas estamos condicionados por naturaleza, al igual que los animales a actuar y responder de un modo u otro ante distintas circunstancias. Sin embargo, ambos no son los mismos casos, pues a diferencia de los animales, nosotros tenemos la capacidad de razonar, y por tanto, de decidir cuál es la mejor respuesta ante una situación esperada o inesperada; por lo que deduzco que aunque los seres humanos nos parezcamos no siempre actuaremos de la misma manera, pues cada persona tiene su propia personalidad. Así es como podemos explicar la gran complejidad del hombre, pues cada uno tiene una personalidad distinta ael resto de las personas

Pero como sabemos, lo anteriormente dicho son sólo palabras en papel escrito , pues tal y como parece ser  la sociedad actual parece casi imposible lograr tal convivencia debido a la corrupción de los magnates por tener el poder. Pero, la humanidad ha seguido estudiando cual puede ser la solución a este problema. Entre ellas, se encuentra la de aquellos que piensan en la utilidad de la fuerza arbitraria, es decir, que unos acepten las imposiciones de otros; o la de aquellos que apuestan por una convivencia armoniosa, para la que necesitaremos unos sacrificios no faltos de esfuerzo pero si de muy bajo rendimiento. Esta última, además, es la que engloba un conjunto de normas, modales y reglas de convivencia para conseguir una cultura pacífica y solidaria, a la cual denominaremos civismo. Este término, a su vez, tiene dos acepciones: por un lado, es la de buenos modales y respeto los unos con los otros, y por otro, es la de cultura pública de convivencia por la que debería regirse la sociedad para hacer posible las relaciones entre nosotros.

Los seres humanos estamos obligados a relacionamos, pues es de los semejantes de los que aprendemos a ser inteligentes y desarrollarnos como personas; ya bien sea de personas que nono nos agradan, o de personas que nos quieran, es decir familiares, amigos etc. Y como decía Aristóteles, los seres humanos somos animales políticos, independientemente de que nos guste o no la política, aunque no la ejerzamos profesionalmente si la ejercemos de forma pasiva; por lo que le debemos darle las gracias a la sociedad de lo que somos; pues ella es la que nos enseña el lenguaje en el que hablamos, los valores morales y casi todo lo que aprendemos en toda nuestra vida etc. Los seres humanos luchamos por un mismo objetivo, pero solamente algunos lo llegan a conseguir con un éxito mayor, ya que no todos tenemos ni los mismos recursos determinados en muchos casos a la capacidad intelectual. Nos gusta dominar a los demás( pero no que ellos nos dominen a nosotros), sobretodo si es para conseguir nuestros intereses; incluso, a veces disfrutamos con ello, aunque esto implique que le hagamos daño a una o varias personas. Somos egoístas porque buscarnos la comodidad y los mejores beneficios para nosotros mismos, aunque esto signifique perjudicar al prójimo. En realidad, el egoísmo es bueno si se utilizara de un modorazonable, pues es lógico que busquemos el bien tanto para nosotros como para los que queremos.

Para terminar, recordar el refrán (base ética de la convivencia) “no hagas a los demás lo que no quieres que te hagan a ti”. Es decir, trata a tus semejantes como se merecen: con respeto, delicadeza y buena educación, como a ti te gustaría que te tratasen.

Capítulo II: La buena educación

Para nosotros la buena educación, consta de la cortesía, modales y buenas maneras que se tiene con el vecino o resto de la sociedad; y se usan en la actualidad para ganar dinero y conseguir el éxito profesional.

La buena educación tiene reglas que no siempre las proporciona el instinto, pues podemos cambiarlas a nuestro parecer y actuar contrariamente al instinto. Sin ellas no podríamos vivir en sociedad, es una ayuda más para una sociedad de buenas maneras de los unos con los otros. Pero no sólo eso, siempre debemos contar con ellas para cualquier momento, con las nuevas modas, la educación se ha ido perdiendo porque cada uno actúa como mejor le conviene. Esta actitud también tiene sus inconvenientes, como pueden ser:

- La buena educación tiene reglas; y éstas a su vez, prohibiciones que deben de ser eliminadas puesto que están un poco equivocadas por los tiempos en que vivimos; ya que dichas prohibiciones provienen del pasado y nos dice que lo bueno es lo relacionado con ser uno mismo y lo mano ser falso pero creo que ser de vez en cuando un poco falso para salir de situaciones a veces un tanto comprometidas puede ser bueno.

2- Han de conservarse alguna de las maneras del pasado como pueden ser el trato niño adulto ya que esa situación merece por definición un respeto de uno sobre otro.

3- A veces ser educado con el prójimo implica tener un comportamiento falso, es decir, mentir debido a que en un determinado momento o situación se puede ofender a alguién contando la verdad por lo que la falsedad con moderación es buena.

Capítulo III: Derechos y deberes

Frecuentemente solemos oir que todos los hombres somos iguales, pero esto no es cierto, ya que siguen existiendo diferencias entre varios colectivos como el del rico y el pobre el musulmán y el católico, etc. Estas desigualdades son injustas, pues todavía en muchos países por el solo hecho de nacer con algún defecto o anomalía te discriminan y te excluyen de cualquier tipo de actividad social.

Muchos de los países avanzados han creado un estado de bienestar que garantiza educación, el empleo, etc. Para equilibrar las diferencias injustas mencionadas anteriormente. Sin embargo, muchas personas, piensan que esto viene dado sin más; cosa incierta, pues aunque es verdad que todos tenemos el derecho de vivir dignamente, también es cierto que debemos ganárnoslo, es decir, tenemos que poner de nosotros, ya que la autoridad no nos lo va a dar todo hecho para que nosotros vivamos cómodamente, habrá que esforzarse un poco y poner el codo para todos así ser iguales o dignos de una vida feliz. En muchas ocasiones, decimos que tenemos el derecho a ser libres y felices independientemente de lo que suceda a nuestro alrededor, e incluso si ello conlleva serlo a costa de los demás. Pero esto no es justo, pues vivimos en sociedad y debemos de preocupamos de nuestros semejantes; los cuales engloba tanto a los seres queridos como a los que no conocemos de nada; ya que en muchos casos las personas que más necesitan de nuestro cariño son las que más lejos nos quedan. Por eso, deben de existir leyes para que poco a poco nos hagamos la idea que en este mundo en el que vivimos hay miles de personas y no sólo nuestros amigos y familiares. Es decir, tenemos el derecho de ser libres y felices, siempre y cuando no sea a costa de los demás.

Spinoza dijo que cada uno debe potenciar al máximo sus posibilidades y capacidades que a su vez se fortalecen con la ayuda de los otros. El sentido está en la comunidad, en los otros, en los dioses o en un Dios supremo. Pero esto, en la práctica, tiene sus dificultades, tales como: la existencia de egoístas; el dominio del materialismo sobre nosotros; confusión de la libertad con el interés de los bienes privados, ya que a veces creemos que el crecer, madurar, e independizarse no implica comprometerse; y el deseo de conseguir lo mejor para nuestra vida privada, sin tener en cuenta las inquietudes y los intereses de los demás.

Capítulo IV: Templanza y austeridad

El tiempo transcurre y con él las modas cambian, por lo que hay ciertas virtudes, tales como la templanza y la austeridad, que necesitan una atención especial hoy en día, así que es necesario que dichos términos se modernicen a nuestros tiempos para que puedan ser aplicados por nosotros, los seres humanos. Antes de explicar cuál es el término apropiado para la actualidad de templanza y austeridad, observemos que ha ocurrido a lo largo de la historia.

- Se ha creado una sociedad opulenta como resultado de la masiva introducción de nuevas técnicas y por el aumento de la productividad. Su contradicción se encuentra que más abundancia, menor escasez; porque resulta que por un lado descubrimos y desarrollamos nuevas técnicas e inventos (como fue en su día el coche), y por otro, perjudicamos el planeta (por ejemplo, destrucción de la capa de ozono).

- Se ha conseguido que existan en una misma sociedad distintos pensamientos ideológicos, religiosos y culturales, pues cada persona tiene derecho a pensar de una forma distinta a la de su semejante. Pero, como consecuencia, también se ha creado el relativismo, el cual da lugar a pensar que todo vale; y, por tanto, que lo mismo da pensar que algo está bien, como que está mal.

- Se ha desembocado en un instrumentalismo moral que nos invita a refugiamos en criterios expeditivos al comportamiento humano si huimos de principios morales; por lo que consideraremos que sólo vale aquello que proporciona consecuencias materiales.

- Aparición de la cultura mediática como resultado del descubrimiento de las nuevas técnicas (radio, televisión, ordenadores, etc.) Al mismo tiempo, esto provoca, que al existir tanta comunicación. el emisor desinforme al receptor.

Estos procesos dan lugar a otro más general, la mundialización de aspectos de la vida contemporánea, cuya contracorriente ha generado un mayor número de distribuciones de bienes y recursos entre las personas y una agravación de los conflictos ideológicos y económicos que contribuyen a la separación de unos países de otros. Esto es, que la mundialización, en vez de disminuir las diferencias entre pobres y ricos, lo que está  provocando es todo lo contrario, puesto que produce más desigualdades de las que existían.

En consecuencia, hay que comprender que no hay que eliminar las catástrofes ni las leyes para ser libres, pues a veces son necesarias para el cambio de algunas tendencias equívocas de la sociedad. Para evitar estas trágicas consecuencias, se debería desarrollar virtudes como la templanza, que es aquella que nos inclina a conducimos con respeto a nosotros mismos y a los demás, y gracias a la que cultivaríamos un genero de vida conveniente con el que necesita practicar la humanidad; y la austeridad que aparecería como la derivada de la templanza. Ambas, unidas, forman la combinación perfecta par desarrollar la humanidad que nos conducir  a superar las situaciones angustiosas, pues pretenden dar a entender que lo importante no es tener y consumir.

Otro factor fundamental que se acopla a los mencionados anteriormente, es el patriotismo, cuyo significado es mostrar cariño por nuestro entorno, es decir, actuar pensando en el bien de la comunidad.

Capítulo V El trabajo bien hecho

Este capítulo habla de que en la actualidad el trabajo es el centro de nuestras vidas de la cual se vivirá mejor con el resto o no, donde tener trabajo significa tener éxito. Ahora no solo sirve para sobrevivir sino su fin es el del ahorro para conseguir más, lo que se llama economía capitalista,, donde el fin es obtener ganancias y éxito, pero para ello hay que ser profesional, es decir bien formado para la competencia y la competitividad que te da la ambición de ir a por un puesto de trabajo, esto desemboca en dos vías: una es el de ganar dinero y de ahorrarlo adecuadamente y la otra es lo contrario, es decir, derrocharlo hasta acabar con él.

El dinero obtenido por el trabajo no da la felicidad, pero si no tienes todo se derrumba, parte de la felicidad reside en el bienestar, pero también en el amor, la salud, etc.

El trabajo no solo ha de considerarse como medida para ganar dinero sino también para que la sociedad tome ejemplo y seamos cada vez más cívicos, o al menos intentarlo, y ser profesionales donde reside la clave de la ciudadanía, la especialización del trabajo y el saber estar con los demás, es decir trabajar. Y en consecuencia el trabajo bien hecho son factores determinantes para la proliferación del civismo.

Capítulo VI Reparto del tiempo

Para la sociedad actual el reparto del tiempo se basa en lo que respecta al trabajo, hay de dos tipos de tiempos laborales. El productivo basado en la vida laboral exterior, relacionarse, etc. El otro es el tiempo reproductivo que consta de el tiempo que se emplean para las labores hogareñas, sin un límite de horario y con una dedicación absoluta. Esta división de trabajos también repercute en la división de tipos de tiempos para cada sexo, en general el productivo es usado por los hombres que están fuera de casa, y las mujeres dentro de la misma, lo que no hace ninguna ayuda al civismo, debería haber una igualdad que se sucede a pasos, aunque todavía queda mucho para ello, debido a que la mujer tiene que dividir su tiempo tanto productivo como reproductivo, lo que conlleva a que no pueda ocupar cargos de alta responsabilidad, lo que me lleva a concluir que debería de haber un reparto equitativo de la pareja de las labores domésticas, aunque conlleve una disminución del ocio y del tiempo laboral, lo que se conseguiría sería un mundo más cívico y menos discriminatorio y desigual donde a estas alturas de siglo se producen en la mayoría del planeta.

Capítulo VII: La vida contemplativa

En este séptimo capítulo, los autores nos hablan de lo que solemos hacer en nuestro tiempo libre, de ocio, es decir la manera de la que nos divertimos, los juegos, etc. En la actualidad la forma más usada de entretenimiento sin lugar a dudas es la televisión, la conocida también como la caja tonta, este apodo tiene mocha razón ya que con ella solo vemos mentiras y falsedades de¡ mundo que nos rodea, e incluso no solo puede llegar a trastocar a la gente sino que ya lo ha hecho, mucha gente, sobre todo los niños tienden a imitar las acciones llevadas a cabo por su héroe de película favorita, y en la mayoría de los casos son actos violentos. Una vez llegados al punto de que la televisión dice mucha cosa que no es cierto, lo ideal sería que fuésemos capaces de diferenciar que parte es mentira, y cual es verdad, para así poder quedarnos con la verdad dejando de lado la mentira.

La contemplación es necesaria en la vida para estar en armonía, y saber quien es uno y de lo que es capaz, creo que es una de las bases esenciales de la convivencia, saber cual es tu límite y tus capacidades

Capítulo VIII: Decir No

En este capítulo los autores nos hablan sobre la convivencia que no ha de ser tolerarlo todo, decir si a todo en contra de lo que realmente queramos, sino que debemos saber elegir entre el sí y el no. Dentro del propio civismo existe una parte también muy importante que es el diferir, discrepar y oponernos a otras voluntades de un modo civilizado y eficaz.

Afirman los autores que no hay convivencia sin intereses ni tampoco sin lucha por la apropiación de recursos, sin desigualdades, opiniones distintas, dominaciones, ilusiones perdidas, desilusiones y amarguras. Esto no significa que todo en la vida sea negro triste y pesimista sino que habiendo tantas cosas como estas las discordias son imposibles de eliminar. Llegados a este punto los autores citan dos ejemplos de civismo, como son el Gandhi en la India y Martín Luther King en Norteamérica. Ambos triunfaron, el 10 contra el gobierno de su país contra la segregación racial llevada a cabo y el 20 contra el racismo, pero de una forma muy particular, pacíficamente, lo que ha hecho que hayan pasado a ser líderes para mucha gente y sobre todo para aquellos que en la actualidad luchan por las mismas causas.

En la actualidad hay constantes manifestaciones pacíficas contra muchas cosas. Todas ellas se inspiran en los ejemplos citados anteriormente y en otros más comunes. Esto demuestra que las causas nobles pueden triunfar sin necesidad de la violencia. Para llegar a este civismo, lo menos aconsejable y lo más inútil es la violencia. Es mucho más útil hacerlo con tacto, persistencia y algo de agallas. Si el desarrollo de un individuo se da en un ambiente de permisividad, aunque no lo parezca, cualquier detalle por pequeño que sea nos incita a hacer cosas que quizás no deseemos hacer debido a una presión exterior. Por ello hay que saber decir no cuando uno vea que se le viene encima una situación no deseada y tener los pies en la Tierra para no caer en la trampa. Esto nos puede evitar grandes problemas en determinadas ocasiones y nos sentiremos bien por haber sido capaz de decir no y enfrentamos a los demás. Igual de importante que saber decir no a tiempo es saber en que tipos de ambientes nos queremos mover y con qué gente nos queremos topar.

Capítulo IX: Pertenecer y Participar

En este capítulo está centrado en la democracia como elemento político y fundamental del civismo. Combina la vida privada con la social o exterior donde si no hay fraternidad el civismo no sería lo que realmente llamamos civismo.

Lo que manda en la solidaridad, no consiste en que tengamos que entregar nuestras vidas para el resto de las personas. Lo fundamentalmente necesario es relacionar el civismo con la actitud de solidaridad ciudadana, es decir, no ser indiferentes al prójimo, ni dejarse influir demasiado por los males que aquejan a otros miembros de nuestra comunidad. Basta con reflejar una solidaridad mínima.

Por lo que hay que mostrar interés por los demás y no encerrarse en sí mismos y por tanto participar en la democracia, y no aprovecharse de ella como mucha gente en la actualidad que pide mucho pero aporta poco por no decir nada, obstaculizando así que esta democracia sea equitativa. La idea de democracia es la de relacionarse con todos hasta con los que se desentienden de ella, como por ejemplo sucede con los terroristas. Con esto se puede lograr solucionar algunos de los tantos problemas existentes en esta sociedad. Lo ideal es una buena compaginación entre la vida pública y la vida privada y en ocasiones ser un poco tolerantes en ciertos aspectos como pueden ser las culturas, religiones, etc. Pero siempre manteniendo el espíritu de convivencia y armonía que entraña el civismo.

La democracia no ha dado soluciones perfectas a los intereses encontrados al igual que tampoco ninguna de las existentes es satisfactoria. Esto provoca dos tendencias: la del generoso y la de egoísta, la comunitaria y la competitiva, la de la identificación y la de la separación.

Capítulo X: Una vida de calidad

Esta vida comienza al producirse un crecimiento económico, unos se hacen más pobres y a la vez más ricos, pero la vida de calidad no significa dinero y codicia, consta en tener una vida coherente y con sentido donde la comunidad esté presente, formar parte de ella, en la actualidad la riqueza está muy mal distribuida y el consumismo ha sido determinante para los avances técnicos y no por necesidad sino por codicia, dando como resultado un empeoramiento de la calidad de vida, hay que preocuparse de lo que nos rodea, de ahí partirá nuestro futuro y presenta, por lo que la sociedad se ha y de hecho se ha ido concienciado preocupándose de los problemas de los problemas de la humanidad porque ven que es necesario para vivir bien, aunque tanta conciencia a veces toma sentidos mercantilistas y se va todo al desastre, por lo que no hay que caer en esa trampa. Lo que nos rodea y es público hay que tratarlo como nuestro, de ahí parte nuestro grado de civilidad, también hemos de concienciarnos de que el hombre es más importante que los animales. La vida de calidad no se centra en el bienestar sino en cuidar lo tuyo y lo que no es tan tuyo para convivir y hacer de esta vida algo agradable.

Capítulo XI: Individuos responsables

La sociedad necesita gente responsable para conservar la sociedad y la ciudad. La gente vive unida para el interés común para sus beneficios tanto públicos como privados e interpretar los principios básicos de la convivencia que nadie pone en duda y juzgarlos según se deba, si fallan los principios también fallan las leyes y normas. Lo que hay que hacer es adquirir buenas costumbres y evitar el fraude en muchas de las organizaciones estatales porque no ayuda al progreso social, dichos fraudes no son solo del que lo realiza sino también del que incita a hacerlo o a cometer el delito. La responsabilidad ante bienes básicos a usarlos con corrección y no aprovecharse de ellos.

Al igual debería hacerse con el uso de la justicia, sin influencias e imparcial. Otro aspecto son las leyes, si están es porque hay que cumplirlas, éstas necesitan de nuestra voluntad por nuestra parta para que valgan. Debemos actuar con responsabilidad sin influencias, actuar con naturalidad y convicción de lo que se hace, para ser libres, tratamos de justificarnos ante todo, dar razones y no solo de lo que se hace sino también de lo que no se hace.

Tendemos en caso de fracaso a responsabilizar a alguien pero nosotros también tenemos que poner de nuestra parte no es solo culpa del estado por ejemplo, cargando todo a los jueces, si la resolución es positiva todos contentos pero si es negativa todo son críticas. En la jurisdicción no solo el juez es el que dicta las normas sino todos somos responsables de la justicia. Pero poco a poco se irán limando todas estas asperezas y se conseguirá la vida cívica en condiciones no en unas cosas y en otras no, la responsabilidad, la convivencia, dedicación, etc, son primordiales para ser cívicos.

Conclusión: Por amor propio

En esta última aclaración nos vuelven a dejar entrever cómo en el civismo se ven implicados todos los temas abordados en los anteriores capítulos. Cómo privarte de algo de libertad puede implicar en la evolución de la sociedad cívica poniendo un poco por nuestra parte.

Por amor propio debemos adoptar un comportamiento cívico porque si no actuamos de esa forma seremos unos incivilizados, ser cívicos solo por dignidad aunque sea. Pero esta dignidad va ligada con la capacidad de elegir donde no solo elegimos nosotros sino también hacemos que elijan los demás, esta postura viene a determinar que es así la forma de la que queremos que siga la convivencia humana. El civismo no se nos viene aprendido ni puede ser considerada como una asignatura teórica sino todo lo contrario se aprende con la práctica y viendo como se practica, de esa forma se podrá alcanzar el civismo y la vida común.

Bibliografía

1* Camps Victoria, Salvador Giner, Manual de Civismo. Editorial Ariel. Barcelona. 1998.

Índice

Introducción Pag 1

Comentario Filosófico 2

Bibliografía 13

Hecho por:

3º A




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Idioma: castellano
País: España

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