Literatura


Luces de Bohemia; Ramón María del Valle Inclán


RECORRIDO DE MAX ESTRELLA


LUCES DE BOHEMIA, DE RAMÓN DEL VALLE-INCLÁN

ESCENA I

La casa del protagonista es el escenario de la primera escena donde se presenta a Max y a su familia.

Max es un viejo poeta que quedó accidentalmente ciego un año atrás.

Su esposa llamada Madama Collet debido a su nacionalidad francesa es una mujer leal, que siempre se encuentra al servicio de su marido.

La limitación de Max provoca en él cierta angustia y desesperación ya que depende de su mujer para poder escribir sus obras y leer.

La hija de ambos, Claudinita, es una chica servicial e inteligente que percibe las intenciones de los amigos de su padre.

Max no tiene trabajo y la situación económica de la familia se encuentra muy deteriorada. Max propone a su esposa como solución el suicidio de todos ellos.

Max: -¡Collet, mal vamos a vernos sin esas cuatro crónicas! ¿Dónde gano yo veinte duros, Collet?

Madama Collet: - Otra puerta se abrirá.

Max: - La de la muerte. Podemos suicidarnos colectivamente.

Las ideas modernistas del autor se reflejan en la proposición del protagonista, que no está de acuerdo con su situación ni con la situación de la sociedad en la que vive. Es un personaje decadente que al no encontrar ninguna solución posible no lucha por cambiar aquello con lo que no está de acuerdo. Su actitud es derrotista y por ello ve como única salida la muerte de él y su familia.

El compañero de Max en su recorrido, Don Latino, visita a Max en esta escena. La mujer de Max, y especialmente Claudinita, no sienten aprecio hacia este personaje. Claudinita le acusa por ser egoísta.

Max confía unos libros a Latino para que los venda en una librería y este consigue pocas ganancias. Claudinita piensa que Latino guarda parte del dinero.

Claudinita: - Don Latino, si usted no apoquina, le araño.

Su actitud muestra a una persona lista que sabe como obtener lo que desea. Posee aptitudes para convencer a otros para conseguir lo que desea.

Convence a Max para visitar la librería de Zaratustra donde vendió los libros para deshacer el trato que ha sido mal pagado según él.

Claudinita también hace referencia a la salud de su padre y las malas influencias que provocan en ella las invitaciones de Don Latino para ir a las tabernas.

Claudinita: -¿Sabes dónde acaba todo esto? ¡En la taberna de Pica Lagartos!

ESCENA II

La cueva de Zaratustra es el escenario del segundo acto.

La descripción del librero muestra símbolos cubistas y expresionistas. Descomponen su imagen y la desfiguran, al igual que el esperpento nos describe la realidad con una imagen deformada que nos muestra mas allá de las apariencias. El autor utiliza referencias de animales para su deformación.

Zaratustra, abichado y giboso -la cara de tocino rancio y la bufanda de verde serpiente- promueve, con su caracterización de fantoche, una aguda y dolorosa disonancia muy emotiva y muy moderna.

Max y Don Latino discuten con Zaratustra la suspensión del trato. Zaratustra declara que es imposible deshacerlo ya que acaba de vender los libros.

Mientras hablan los tres sobre el trato, Zaratustra manda una señal a Latino ya que se alían para engañar a Max. La personalidad de Don Latino comienza a definirse en la escena, mostrándose su degradación y egoísmo. La ceguera de Max supone una ventaja que facilita la estafa.

Ante la aparición de un nuevo personaje llamado Don Gay que llega de un viaje por Inglaterra, se produce una discusión. Don Gay habla d la religiosidad de Inglaterra. Max expresa su rechazo a la religión de España. La señala como culpable de su retraso. Considera que son un conjunto de invenciones con las que la gente puede dar explicaciones. La considera innecesaria. Todos menos Max creen que la política debe estar unida a la religión.

La opinión en cambio de Zaratustra es opuesta, ya que representa a un grupo social superior, de los comerciantes. Su actitud es más conservadora ya que su puesto en la sociedad es bueno, y no tiene interés en que nada cambie. Considera la religión necesaria ya que es necesaria la fe en el comercio.

Max: - España, en su concepción religiosa, es una tribu del Centro de África.

Zaratustra: - Sin religión no puede haber buena fe en el comercio.

La situación de represión y violencia de la sociedad comienza a observarse en este acto. Mientras sucede la conversación entre los cuatro personajes, un grupo de policías pasa junto a la tienda llevando a un hombre atado y al grito de ¡Viva España!.

ESCENA III

Max y Don Latino se dirigen a la taberna de Pica Lagartos. La taberna es el lugar donde las clases sociales más bajas acuden a beber. Sus situaciones sociales y económicas provocan en ellos un deseo de evasión que muchos consiguen a través del alcohol. El habla de la clase más popular queda reflejada en esta escena con numerosos vulgarismos.

El chico de la taberna: - Desque heredó del finado difunto de su papá, que entodavía vive.

Una chica de la taberna convence a Max para comprarle un billete de lotería que garantiza con premio por ser capicúa. Max no posee ningún dinero, y empeña su capa para comprar el décimo. La compra de este décimo expresa la esperanza que aún conserva Max ante la vida y el azar.

Se produce un tumulto en la calle mientras los protagonistas se encuentran en la taberna. Los grupos obreros luchan contra las autoridades que los reprimen. La mujer que vende el boleto a Max y su marido, pertenecientes a las clases obreras, se unen al tumulto, llevando con ellos el boleto de lotería. Max y Latino van tras ellos y el tumulto con el fin de recuperarlo. El dueño de la taberna en cambio presenta una ideología menos radical ya que es un comerciante. Intenta defender a los policías que agreden al chico que trabaja para él.

El rey de Portugal (marido de la vendedora del boleto): -¡Viva la huelga de proletariados!

La pisa bien (vendedora del boleto): - ¡Crispín, te alcanzó un cate!

El chico de la taberna: - ¡Un marica de la Acción ciudadana!

Pica Lagartos (dueño de la taberna): ¡ Niño, sé bien hablado! El propio republicanismo reconoce que la propiedad es sagrada. La acción Ciudadana está integrada por patronos de todas circunstancias y por los miembros varones de sus familias. ¡Hay que saber lo que se dice!

ESCENA IV

Max y Don Latino encuentran a Enriqueta, la mujer que le vende el boleto a Max, junto a un local al que llaman Buñolería Modernista. Les habla del tumulto, y mientras lo hace, del local salen los “Epígonos del Parnaso Modernista”. Se unen a la conversación sobre el tumulto, del que tienen diversas opiniones.

Max siente que forma parte del pueblo, y por ello se siente identificado con el tumulto. En cambio Dorio de Gadez, uno de los modernistas, no se siente parte del pueblo. Cree que ningún artista debe considerarse parte del pueblo, ya que forman parte de una minoría según ellos superior, forman parte de una aristocracia.

Max: -¡El épico rugido del mar! ¡Yo me siento pueblo!

Dorio de Gadex: -¡Maestro, pongámonos el traje de luces de cortesía! ¡Maestro, usted tampoco se siente pueblo! Usted es un poeta, y los poetas somos aristocracia. Como dice Ibsen, las multitudes y las montañas se unen siempre por la base.

El grupo de modernistas comienza a cantar cuando la policía aparece. Max es acusado de borracho por preguntarle a uno de los policías si sabe hablar el griego en sus cuatro dialectos. Es detenido para ser llevado a la comisaría. Max trata a los policías como seres ignorantes a los que trata con aire irónico. A pesar de ser la autoridad no les tiene ningún respeto.

La policía es comparada en su descripción con una patrulla de soldados romanos que llega con trote épico. Tono irónico del autor para referirse a la policía.

Los modernistas, Don Latino y Enriqueta acompañan a Max en su recorrido hasta la comisaria dirigidos por los guardias.

ESCENA V

Max es presentado ante el ministerio de gobernación, ante Don serafín, el inspector. La acotación ridiculiza de una forma critica tanto al ministerio de la Gobernación, como a Don Serafín, en la voz de la calle conocido como Serafín el Bonito.

Max entra y se dirige a Serafín el Bonito con desacato. El Guardia interviene en la conversación y este también es tratado por Max de forma arrogante y grotesca por lo que es definitivamente detenido, aunque no por ello cambiara de actitud. Finalmente Serafín el Bonito ordena que sea llevado al calabozo mientras Max y los guardias intercambian insultos.

Los Modernistas y Don Latino salen del ministerio de la Gobernación dejando tras de sí ruido de bofetadas.

La actitud de Don Serafín ante el desacato de Max deja ver la confianza en su autoridad y el abuso que realizan de ella aquellos que poseen poder.

Max: - Donde yo vivo, siempre es un palacio.

Guindilla (el guardia): - No lo sabía.

Max: - Porque tú, gusano burocrático, no sabes anda. ¡Ni soñar!

Serafín el bonito: - ¡Está usted desacatando mi autoridad! ¿Sabe usted quién soy yo?

Max: -¡Serafín el bonito!

Serafín el bonito: -¡Como usted repita esa gracia, de una bofetada, le doblo!

ESCENA VI

En el calabozo Max se encuentra y conversa con un preso catalán, revolucionario y anarquista, hablan del problema de los obreros catalanes y del poder que tiene el dinero en la sociedad, proponen como solución para España acabar con la riqueza y hacer la revolución.

Max desde el primer momento cambia totalmente de actitud, su lenguaje arrogante por un trato hacia el preso de igual a igual. El preso es acusado de rebelde por desobedecer los ordenes de su jefe y negarse a ir a la guerra. Él sabe que van a ejecutarle, y en su marcha, Max llora y le abraza, ya que sabe que la sospecha del preso se hará realidad.

Max comienza a darse cuenta de las injusticias de su sociedad y de la degradación de esta.

Se muestra una visión mucho más humanizada del preso, que de Max, que no se preocupa por el bienestar de los obreros en general, sino del suyo propio.

Max: - Yo le debo los únicos goces en la lobreguez de mi ceguera. Todos los días un patrono muerto, algunas veces, dos... Eso consuela.

Preso: - No cuenta usted los obreros que caen.

MAX: - Los obreros se reproducen populosamente, de un modo comparable a las moscas. En cambio los patronos, como los elefantes, como todas las bestias poderosas y prehistóricas, procrean lentamente. Saulo, hay que difundir por el mundo la religión nueva.

ESCENA VII

Los modernistas y Don Latino acuden a la redacción del periódico “EL Popular”. El Conserje hace pasar a los Modernistas y a Don Latino a ver a Don Filiberto, el eterno redactor de perfil triste, al que piden ayuda para que Max salga de la cárcel. Quieren que se realice una protesta en el periódico que presione a las autoridades para que Max no sea detenido.

Don Filiberto utiliza un lenguaje culto, que llega hasta la pedantería. Se encuentra sometido al poder político.

Don Filiberto: - Aquí, joven, no se pueden proferir esas blasfemias. Nuestro periódico sale inspirado por Don Manuel García Prieto. Reconozco que no es un hombre brillante, que no es un orador, pero es un político serio

En un principio se excusa de no poder recoger la protesta de los modernistas en el periódico porque según él desconoce la política del periódico ante esos temas.

Dentro de las conversaciones critica a los Modernistas refiriéndoles que a nada admiran, les llama cínicos e iconoclastas y que a quienes llaman maestros faltan al respeto. Acaba contraponiendo a estos los miembros de la Acción Ciudadana a los que define como una juventud estudiosa, preocupada y llena de civismo. Sus opiniones acerca de ambos sectores dejan ver sus ideologías y la clase social a la que pertenece.

Finalmente Don Filiberto accede a ayudarles haciendo una llamada al ministerio de gobernación.

ESCENA VIII

Max llega a la secretaria una vez es liberado, habla con Dieguito, secretario del Ministro, por quien se entera del porque de su liberación. Dieguito se dirige a Max con respeto y alabanza debido a que es un artista.

Max exige ver al Ministro al que ya conocía, para darle a este una queja de su injusto arresto. No quieres dejarle entrar, pero al oír las voces el propio ministro es quien sale. Este se alegra de ver a Max y pasan juntos al despacho. Una vez dentro del despacho, el Ministro y Max conversan sobre la situación actual de ambos y sobre sus recuerdos pasados. La actitud de Max en estas conversaciones es contradictoria y lúcida a la vez, ya que se queja su situación por haber escogido la vida que lleva, pero a la vez no hace nada por cambiarla. En cambio, el ministro envidia en parte a Max que ha seguido la vida bohemia de poeta que a él en parte le gustaría tener. Envidia también su buen humor.

El ministro: - Cómo si fuese un Capitán General. ¡No estás sin ninguna culpa! ¡Eres siempre el mismo calvatrueno! ¡Para ti no pasan los años! ¡Ay, cómo envidio tu eterno humor!

El Ministro al ver el estado lamentable de su compañero le propone un trabajo fijo, Max lo acepta debido a su lamentable situación económica, a pesar de que contradice a sus principios y su profesión de poeta.

Max: - Conste que he venido a pedir un desagravio para mi dignidad y un castigo para unos canallas. Conste que no alcanzo ninguna de las dos cosas y que me das dinero y lo acepto porque soy un canalla. No me estaba permitido irme del mundo sin haber tocado alguna vez el fondo de los Reptiles. ¡Me he ganado los brazos de Su Excelencia!

El ministro y el secretario deciden que el sueldo de Max deberá tomarse de los fondos de policía, lo que resulta una ironía después de las quejas de Max, y de irse este pensando que ninguna de sus peticiones han sido realizadas, cuando finalmente en parte si lo son.

Le comunican que alguien le espera en la antesala, es Don. Latino, a quien Max se refiere como a su perro lazarillo, su guía que le acompaña y sigue a todas partes. Se observa un trato despectivo por parte de Max hacia Don Latino.

Max: - Seguramente que me espera en la puerta mi perro.

El ujier: - Quien le espera a usted es un sujeto de edad, en la antesala.

Max: - Don Latino de Hispalis: mi perro.

Cuando Max se marcha, el Ministro le confiesa a su Secretario la envidia que tiene de Max ya que este siempre ha hecho todo lo que ha querido hacer, escribir, pese a pasar hambre y calamidades.

ESCENA IX

Max y Don Latino entran en el Café Colón, se encuentran con Rubén Darío, cenan juntos y charlan sobre la muerte, ante la cual la actitud de Rubén es temerosa y la de Max por el contrario es totalmente despreocupada. Max les invita a cenar sin preocuparse del dinero. Don Latino le aconseja que no lo haga, y al insistir Max, Latino pide que en vez de ser invitado a grandes lujos, sea invitado a una simple cerveza, y el resto de la invitación le sea pagado en metálico. Max no acepta. Se muestra a Don Latino como una persona tacaña y avariciosa que aprovecha cualquier circunstancia para conseguir dinero.

Don Latino: - Querido Max, hagamos un trato. Yo me bebo modestamente una chica de cerveza y tú me apoquinas en pasta lo que me había de costar la bebecua.

Max: - No te apartes de los buenos ejemplos, Don Latino.

Hablan también sobre Dios, la Iglesia y la Biblia, Rubén Darío cree en todo ello, Max lo considera una estupidez. Durante la cena Max le pide a Rubén que recite uno de sus versos, versos en los que aparece el Marques de Bradomín.

La escena termina con un brindis mientras evocan y suspiran por el lejano París

Max: -¿tú eres creyente, Rubén?

Rubén: -¡Yo creo!

Max: -¿En Dios?

Rubén: -¡Y en el Cristo!

Max:: -¿Y en las llamas del infierno?

Rubén: -¡Y más todavía en las músicas del Cielo!

Max:- ¡Eres un farsante, Rubén!

Rubén: -¡Seré ingenuo!

Max: -¿No estás posando?

Rubén: -¡No!

Max: - Para mí, no hay nada más tras la última mueca. Si hay algo, vendré a decírtelo.

ESCENA X

Max y Don Latino salen del Café y se encuentran con unas prostitutas que estaban en la calle, son la Vieja Pintada y la Lunares. Las prostitutas intentan entablar una conversación y ante la primera negativa utilizan como recurso pedirles un cigarrillo, finalmente obtienen un puro y conversación. Al ser este presente de mas valor que un cigarrillo, la Vieja Pintada, opta por guardarlo para una ocasión, para el inspector de Higiene. Valle- Inclán critica de este modo lo fácil que resulta un soborno a los que tiene poder.

Don Latino se marcha con la Vieja Pintada mientras Max habla con la Lunares, esta utiliza un lenguaje vulgar, al igual que su compañera, llena de gitanismos La Lunares intenta seducirle y Max en un principio le advierte que no tiene dinero pero a esta le gusta y logra seducirlo. En ese momento aparece de la oscuridad Don Latino.

La lunares: - no sabes con cuántos trabajos. Yo miro mucho lo que hago. La Cotillona me habló para llevarme a una casa. ¡Una casa de mucho postín! No quise ir... Acostarme no me acuesto... Yo guardo el pan de higos para el gachó que me sepa camelar. ¿Por qué no lo pretendes?

Max: - Me falta tiempo.

La lunares: - Inténtalo para ver lo que sacas. Te advierto que me estás gustando.

Max: - Te advierto que soy un poeta sin dinero.

ESCENA XI

Max y Don Latino andan por la calle, escuchan los llantos de alguien, es una madre que tiene en sus brazos a su niño muerto. Max califica la voz de la madre como una voz trágica y colérica que le traspasa.

Esta escena se divide en dos partes, marcadas por dos muertes, la del niño y la de un preso al intentar fugarse. En ambas intervienen diversos personajes que van dando su opinión de lo que ha sucedido, una trapera, un tabernero, una portera, un guardia. Ninguno de ellos le da la suficiente importancia a los sucedido y califican de exagerada la actitud de la madre. Algunos como los empresarios creen que incluso es necesario alguno fallo de los policías para que el orden sea restablecido. Se produce una pequeña discusión entre representantes del proletariado y comerciantes.

Tabernero: - Son desgracias necesarias para el restablecimiento del orden.

Aparece el Sereno, personaje que da la noticia de la muerte del preso, junto a la madre los dos únicos no esperpentizados.

Don Latino opina que la madre exagera, esto junto a la segunda muerte, exasperan a Max, quien ya no soporta la situación y decide irse mientras califica la vida como un circulo dantesco, y alude a los comentarios de la gente para recriminar a Don Latino que es igual que ellos. Termina queriendo ir al viaducto, no ve ninguna salida.

Don Latino no da importancia a sus palabras.

Max: - Latino, ya no puedo gritar... ¡Me muero de rabia!... Estoy mascando ortigas. Ese muerto sabía su fin... No le asustaba, pero temía el tormento... La leyenda Negra en estos días menguados es la Historia de España. Nuestra vida es un círculo dantesco. Rabia y vergüenza. Me muero de hambre, satisfecho de no haber llevado una triste velilla en la trágica mojiganga. ¿Has oído los comentarios de esa gente, viejo canalla? Tú eres como ellos. Pero que ellos, porque no tienes una peseta y propagas la mala literatura por entregas. Latino, vil corredor de aventuras insulsas, lévame al Viaducto. Te invito a regenerarte con un vuelo.

ESCENA XII

Max y Don Latino están sentados en una puerta filosofando. Hace frió y Don Latino decide ir a dar un paseo para entrar en calor. Max no puede levantarse, situación que Don Latino considera una farsa, es en ese momento cuando Valle- Inclán por boca de Max expone su teoría del Esperpento

Max: -“Los héroes clásicos reflejados en los espejos cóncavos dan el Esperpento. El sentido trágico de la vida española sólo puede darse con una estética sistemáticamente deformada. España es una deformación grotesca de la civilización europea. Las imágenes más bellas en un espejo cóncavo son absurdas. La deformación deja de serlo cuando está sujeta a una matemática perfecta. Mi estética actual es transformar con matemática de espejo cóncavo las normas clásicas.

Don Latino cree que las palabras de Max son fruto del alcohol que había ingerido al igual que su negativa a levantarse y la creencia de que esta muriéndose.

Finalmente Don Latino decide dejarle delante de su casa a petición de Max, creyendo que dormía la borrachera, pero no sin antes cogerle la cartera por si, supuestamente, alguien se la robase. Con esta acción el personaje de Don Latino llega a su degradación máxima.

Don Latino: - Max, estás completamente borracho y sería un crimen dejarte la cartera encima, para que te la roben. Max, me llevo tu cartera y te la devolveré mañana.

Una Vecina y la Portera salen a la calle y se encuentran a Max tirado en la puerta. Llaman a Madama Collet pero ya es tarde, Max esta muerto.

ESCENA XIII

Tiene lugar el velatorio en casa de Max. Están junto a Madama Collet y a Claudinita, despidiendo a Max, Dorio de Gadex, Pérez y Clarinito. Aparece Don Latino que comienza a elogiar al difunto, frases entre las cuales se apropia una de las que Max dirigió a Rubén Darío. Latino quiere con esto ocupar en parte el puesto de Max, que era elogiado por todos.

Don Latino: Max, hermano mío, si menor en años...

Dorio de Gadex: - Mayor en prez. Nos adivinamos.

Don Latino: -¡Justamente! Tú lo has dicho, bellaco.

Dorio de Gadex: - Antes lo había dicho el Maestro.

Claudinita pide a los Modernistas que se lo lleven, ya que lo culpa de la muerte de su padre.

Aparece Basilio de Soulinake, amigo de Max y afirma que no esta muerto, sino en estado de catalepsia. La Portera y Basilio de Soulinake se enfrentan en una discusión sobre el verdadero estado de Max, discusión en la cual vemos la gran diferencia que existe entre el lenguaje de ambos. Este detalle bufo y la descripción de Don Latino en las acotaciones y las que se hace él a sí mismo como perro, mezclan lo trágico con lo cómico.

Finalmente comprueban que Max está muerte. La escena termina con el cochero fúnebre a punto de llevarse a Max.

La portera: - Le cuesta a usted el doble, total por tener el fiambre unas horas más en la casa. ¡Deje usted que se lo lleven, Madama Collet!

Madama Collet: - ¡Y si no estuviese muerto!

La portera: -¿Qué no está muerto? Ustedes sin salir de este aire no perciben la corrupción que tiene.

Basilio Soulinake: -¿Podría decirme, señora portera, si tiene usted hecho estudios universitarios acerca de medicina? Si usted los tiene, yo me callo y no hablo más. Pero si usted no los tiene, me permitirá de no darle beligerancia, cuando yo soy a decir que no está muerto, sino cataléptico.

ESCENA XIV

Entierro de Max; dos sepultureros, mientras se fuman un cigarrillo, comentan la situación que vive España, donde según ellos, sólo se premia lo malo. La sociedad está corrompida.

Sepulturero: - En España el mérito no se apremia. Se apremia el robar y el ser sinvergüenza. En España se apremia todo lo malo.

Entran en escena Rubén Darío y el Marqués de Bradomín, andando, mientras alaban a los griegos, según ellos la única civilización que ha sabido divinizar la vida, pero afirmando a la vez que no cambiarían su bautismo de cristiano por nada. El marqués piensa que es mejor divinizar la muerte como hacen los cristianos, y no la vida como los griegos, ya que según él, la vida es solo un instante, es muy fugaz. Se aprecia que en parte se intenta autoconvencer de que la muerte es mejor que la vida debido a su avanzada edad.

El Marqués: - Nosotros divinizamos la muerte. No es más que un instante la vida, la única verdad es la muerte... Y de las muertes, yo prefiero la muerte cristiana.

Continúan la conversación hablando sobre Shakespeare, elogiando sus obras.

Los Sepultureros les avisan que van a cerrar el cementerio, comienzan así una charla sobre las familias de los difuntos y cómo estas se olvidan en muy poco tiempo de ellos. El Marques de Bradomín repite una y otra vez el poco tiempo de vida que le queda. Salen del cementerio.

Sepulto: - Hay familias que al perder un miembro, por cuidarle de la sepultura, pagan uno o dos o medio. Hay quien ofrece y no paga. Las más de las familias pagan los primeros meses. Y lo que es el año, de ciento, una. ¡Dura poco la pena!

ESCENA ÚLTIMA

Esta última escena sucede en la taberna de Pica Lagartos, una de los ambientes más degradados de la obra.

Don Latino esta totalmente ebrio y sigue bebiendo mientras se lamenta de la muerte de su amigo Max, del astro, porque se ha quedado solo. Don Latino proclama que él se va a encargar de publicar los escritos de Max aún cuando se arruine, situación totalmente contradictoria porque ha cobrado el décimo de Max que resulto ser premiado sin ni siquiera pasar por casa de Madama Collet a compartirlo. Esto demuestra como Don Latino es un egoísta y no cambia.

Cuando los demás que están con él en la taberna, Pica Lagartos, la Pisa Bien, el Chico de la Taberna... se enteran de que tiene el premio del décimo cada uno hace lo posible por conseguir algo del dinero. Pica lagartos comenta que Max tenía una deuda con él y debe pagarle Don Latino con ese dinero. La pisa Bien intenta convencerlo de que viva con ella y con su madre y les compre un piso. Todos los personajes se corrompen por el ansia de poseer el dinero. El boleto, que es el símbolo del dinero, es la causa de que Max comenzará el viaje por Madrid donde pierde la vida, así que indirectamente, es el causante de su muerte.

La pisa bien: -A usted le conviene mi mamá. Pero mi mamá es una viuda decente y para sacar algo hay que llevarla a la calle de la Pasa.

Pica lagartos:- Tenemos que hablar. Aquí el difunto ha dejado una pella que pasa de tres mil reales -ya se verán las cuentas- y considero que debe usted abonarla.

Don Latino: - ¿Por qué razón?

Pica lagartos: - Porque es usted un vivales, y no hablemos más.

Mientras, entra Pacona, una vieja que vende periódicos a dejar un ejemplar. A través de este periódico conocen la noticia de la muerte de Madama Collet y su hija Claudinita, que se sospecha suicidio. Se unen así la primera escena, solución que dio Max, el suicidio colectivo, y el final que todos tuvieron.

Don Latino, ante la noticia, en lugar de apenarse, simplemente reconoce que podría haberlo evitado.

Termina la escena con la repetición de frases que ya habían aparecido” ¡Cráneo privilegiado!” y la frase de Don Latino en la que dice que el mundo es un esperpento.

Don Latino: -¡Absurdo! ¿Por qué habían de matarse?

Pica lagartos: -¡Pasaban muchas fatigas!

Don Latino: - Estaban acostumbradas. Solamente tendría explicación. ¡El dolor por la pérdida de aquel astro!

Pica lagartos: - Ahora usted hubiera podido socorrerlas.

Don Latino: ¡Naturalmente! ¡Y con el corazón que yo tengo, Venancio!

TEATRO DE PRINCIPIOS DEL SIGLO XX

En el primer tercio del siglo triunfan varios tipos de teatro:

  • La alta comedia. Llamada también comedia burguesa, triunfa con Jacinto Benavente. Este teatro muestra, desde una perspectiva suavemente crítica los pequeños vicios de la burguesía cosmopolita. Interesa mas el retrato social que el análisis psicológico de los personajes, que responden al esquema de los personajes-tipo. Lo más renovador de este teatro es la naturalidad de los diálogos. El público aceptó con agrado estas obras en las que la leve crítica se expresaba de forma elegante y distinguida.

  • El teatro poético. Teatro en verso que pretende reflejar la sensibilidad modernista y supone una reacción contra el teatro realista y costumbrista. Aspira a la representación de mundos de belleza mediante la palabra poética, la música, los decorados y la escenografía. Sin embargo, las obras que triunfaron en España fueron las que abandonaron el modernismo y confundieron el teatro poético con un teatro en verso que se inspira en el drama romántico histórico.

  • El teatro costumbrista. Responde a una visión idealizada, autocomplaciente y tópica de la vida popular. Es heredero del sainete y de la zarzuela. Suele presentar ambientes pintorescos en los que se mueven tipos populares que viven y solucionan sus conflictos cotidianos. El humor se basa en personajes graciosos y en el lenguaje casticista. Lo más renovador de este teatro es la incorporación de un lenguaje popular. Los mejores representantes fueron Carlos Arniches y los hermanos Serafín y Joaquín Alvarez Quintero.

  • El teatro innovador. Junto al teatro de gran éxito se escribieron obras renovadoras que no consiguieron el favor del publico y quedaron reducidas a círculos minoritarios. Entre los escritores que experimentan nuevas formas dramáticas se encuentran Unamuno, Azorín, sobre todo Valle- Inclán y más tarde García Lorca.

EL ESPERPENTO

Fue revolucionario, pero no triunfo en su tiempo porque se adelanto a éste.

En una entrevista del 7 de Diciembre de 1938 con Gregorio Martínez Sierra publicada en el periódico “ABC” Valle-Inclán dice que hay tres modos de ver el mundo:

  • De rodillas: Héroes con condiciones no humanas superiores.

  • De pie: El personaje es un personaje natural, igual que cualquiera de nosotros (como los de Shakespeare)

  • Desde el aire: Considera a los personajes como inferiores, con un toque de ironía.

  • La perspectiva numero tres, desde el aire, es la que motivó a Valle a hacer sus esperpentos. Mueve a sus personajes como marionetas porque él es superior.

    Valle-Inclán dice que el esperpento es un género literario pero para la crítica es una estética.

    Desde el punto de vista formal, esta obra de teatro tiene una estructura similar a los guiones de cine. Las acotaciones nos están al servicio de ser meras notas dirigidas a un director potencial; aquí tiene un valor descriptivo y narrativo crítico

    Este movimiento esta relacionado con el Dadaísmo y el Expresionismo.

    COMENTARIO

    En 1868, triunfa en España la llamada revolución del 68 o "la Gloriosa", una sublevación militar acaudillada por el general Prim, que aglutina a sectores descontentos del ejército (con la monarquía de Isabel II), burguesía democrática de las ciudades y pueblo llano. Isabel II de Borbón es depuesta del trono y sustituida por Amadeo de Saboya.

    La ideología burguesa se plasma en una nueva Constitución, que recoge la libertad de enseñanza (hasta ahora siempre en manos de la iglesia), derechos de reunión y asociación y el sufragio universal (que hasta entonces había sido restringido) para todos los hombres y mujeres mayores de 25 años.

    En filosofía destaca el Krausismo, de origen alemán, que es una doctrina que predica unos valores de apertura y respeto hacia todas las ideas y que apuesta por la razón y la libertad de pensamiento.

    Volviendo al contexto político, la nueva Constitución tropezará con muchas dificultades, debido a los diferentes grupos que colaborarán en ella y a sus diferentes ideologías.

    A partir del 68, la crisis hace que los campesinos, los proletarios y los sectores sociales más bajos se echen a la calle. Esto creará inestabilidad social.

    En 1875, se restaura la monarquía borbónica en Alfonso XII, hijo de Isabel II, se alternaría el ejercicio del poder dos partidos, el liberal y el conservador. A pesar de esto, el poder político estaba caracterizado por el engaño y el embuste, llegado algunos partidos incluso a falsificar los resultados o influir en la ideología del votante, incluso coaccionarlo.

    La industria se desarrolla cada vez más, aunque el capital principal de estas industrias será extranjero. Esto creará muchos puestos de trabajo de una clase que cada vez adquiere más poder, el proletariado.

    Desde 1875 a 1923, la política se caracteriza por la corrupción y por la represión al movimiento obrero, que tenderá a asociarse y a organizarse, creándose en 1881 la Alianza Internacional del Trabajo, El Partido Socialista Obrero Español, y el 1888 la Unión General de Trabajadores.

    En 1898, España pierde las colonias de Cuba y Filipinas.

    En 1923, Primo de Rivera da un golpe de estado, y asume plenos poderes de gobierno dentro de una dictadura ultraconservadora.

    Los escritores de la generación del 98, se revelaran intelectualmente contra esta dictadura que responde con la presión. La precaria situación social queda plasmada en sus obras.

    En 1930, Primo de Rivera dimite y llega a España la Segunda República,

    En 1936, Estalla la Guerra Civil Española que enfrentará a conservadores y republicanos. De nuevo será la sociedad española la que tenga que sufrir las terribles consecuencias de una guerra y de la posguerra.

    La historia española de está época puede verse a través de la obra, donde queda reflejada el continuo ambiente de represión hacia las clases obreras y de inestabilidad social. Los tumultos y las alusiones históricas de los personajes dejan ver su rechazo a la política de la época y a las represiones. Los personajes evolucionan debido en parte a la situación social en la que viven.

    Dorio de Gadex: -¿Sabe usted quién es nuestro primer humorista, Don Filiberto?

    Don Filiberto: - Ustedes los iconoclastas dirán, quizá, que Don Miguel de Unamuno.

    Dorio de Gadex: -¡No, señor! El primer humorista es Don Alfonso XIII.

    Don Filiberto: - Tiene la viveza madrileña y borbónica.

    Dorio de Gadex: - El primer humorista, Don Filiberto. ¡El primero! Don Alfonso ha batido el récord haciendo presidente del Consejo a García Prieto.

    Don Filiberto: - Aquí, joven, no se pueden proferir esas blasfemias. Nuestro periódico sale inspirado por Don Manuel García Prieto. Reconozco que no es un hombre brillante, que no es un orador, pero es un político serio.

    El protagonista, Max Estrella, es uno de los personajes que más evoluciona a lo largo de la historia. Se nos presenta como un escritor cuya ceguera le ha asumido en tristeza al verse impedido para realizar por sí mismo su profesión. La situación económica de él y su familia es muy deficiente, y Max propone a su esposa el suicidio colectivo de la familia como la salida a su situación. A pesar de que ninguno de los dos teme a la muerte, la esposa se niega pensando en la hija de ambos.

    Como muchos de los pertenecientes a las clases sociales más bajas, Max intenta evadirse de la realidad a través del alcohol. Acompaña por ello a Don Latino a la taberna y en su viaje por la noche bohemia de Madrid, en vez de evadirse de la realidad que le rodea, Max se cuenta realmente de la degradación de la sociedad, de él mismo incluido.

    La compra del boleto de lotería al entrar en la taberna es un símbolo de la esperanza que aún conserva Max al comienzo de la obra.

    Max no siente respeto, e incluso rechaza la autoridad de la sociedad en la que vive y sus instituciones gubernamentales. A pesar de ello, cuando encuentra conversa con el Ministro, amigo suyo en la juventud, y este le ofrece un sueldo, Max lo acepta. Aunque ese dinero y lo que simboliza sea contradictorio ante los principios de Max, lo acepta debido a su desesperada situación. En este momento la degradación del personaje de Max llega a su punto máximo.

    Dos personajes abren los ojos a Max ante las injusticias de la sociedad en la que se encuentran.

    El preso que es acusado de rebelde por negarse a ir a la guerra. Representa al proletariado, explotado por los empresarios. Mientras Max y el preso hablan, un guardia llama al catalán. El mismo preso sabe que va a ser ejecutado. Max comienza a darse cuenta de la degradación de la sociedad.

    La mujer cuyo hijo es asesinado por los policías es el segundo personaje que “despierta” a Max. Mientras persiguen a un preso un disparo alcanza a un niño. La mujer llora desconsolada en la calle y acusa de asesinos a la policía, a todos los presentes, y a la sociedad en general que permite que eso ocurra. Algunos comerciantes reunidos en torno al suceso realizan comentarios en defensa de las autoridades. Algunos creen necesario ese tipo de hechos para que se restablezca de nuevo el orden. Max es conmovido por los llantos de la mujer y se da cuenta en esa escena de que la sociedad está destruida y degradada totalmente.

    Su desesperación ante la sociedad y su debilitada salud harán que finalmente el protagonista muera en la puerta de su casa, donde comenzó su viaje.

    El personaje de Max Estrella se basa en Alejandro Sawa, poeta que vivió la vida bohemia de la época, y que murió en Madrid en el año 1909, en al más extrema pobreza y ciego, todo al igual que el protagonista de la obra de Valle-Inclán. Otros personajes de la obra también pueden identificarse con personas de la vida real como Zaratustra con un librero de la época llamado Pueyo, Don Gay Peregrino que representa a Ciro Bayo, el ministro... Algunos incluso conservan su nombre real en la obra como Rubén Darío, Pedro Luis Gálvez o Dorio de Gadex.

    El personaje de mayor importancia tras Max es Don Latino, su acompañante durante el recorrido de la noche bohemia. Al contrario que Max, Latino no se da cuenta de la degradación de la sociedad porque el también está corrompido, y se encuentra integrado en esa sociedad. Es un hombre ruin y egoísta. Engaña a Max al comenzar la obra junto con Zaratustra. Su actitud ante Max es aparentemente servicial, pero intenta aprovecharse de él cuando puede. No tiene principios ni moral. Al final de la obra se muestra su degradación máxima, cuando Max se encuentra al borde de la muerte y Latino le quita su cartera declarando que solo lo hace para que nadie se la robe cuando le vean allí. Su egoísmo se deja ver en la última escena cuando se descubre que le boleto que Max persigue durante la obra está en manos de Latino que comienza ya a derrocharlo.

    En ocasiones es considerado por Max como su perro lazarillo, lo que muestra también su falta de principios antes los demás y ante él mismo.

    Los estamentos de la sociedad también pueden observarse a través de la obra. Sus ideologías y situaciones se reflejan claramente en las escenas de mayor tensión dramática.

    Las clases bajas que forman el proletariado se muestran a favor de los tumultos en contra de las autoridades. Creen que la sociedad debe cambiar. Se muestran en contra de las injusticias que cometen las autoridades, como la muerte del niño en la calle madrileña.

    El albañil: - La vida del proletariado no representa nada para el gobierno.

    En cambio, los empresarios, de un nivel económico y social mayor, intentan defender a los policías y excusarles. No entienden los tumultos del proletariado y no quieren que nada cambie, ya que su situación es buena.

    Tabernero: - Son desgracias necesarias para el restablecimiento del orden.

    Las autoridades, formadas por policías, guardias y cargos políticos realizan opresión hacia las clases más bajas, y abusan de su poder. El inspector ante el cual llevan a Max cuando es detenido es un ejemplo de abuso de autoridad. Piensa que tiene el poder y por ello nadie puede contradecirle.

    Serafín el bonito (inspector): -¡Está usted desacatando mi autoridad! ¿Sabe usted quién soy yo?

    Max: -¡Serafín el bonito!

    Serafín el bonito: -¡Como usted repita esa gracia, de una bofetada, le doblo!

    La primera edición de Luces de Bohemia, sin embargo no describía del mismo modo la sociedad de la época. Valle- Inclán publicó primeramente su obra en 1920 sin las escenas II, VI y XI, que incluyó en su siguiente edición en 1924. Estas escenas constituyen la parte más dramática de la obra y donde mejor se observa la degradación de los diferentes personajes. Las tres tratan el tema de la opresión de las autoridades.

    La escena II destaca por el engaño de Don Latino y Zaratustra a Max. Se deja ver la personalidad real de Don Latino. También destaca el grupo de polizontes que pasa junto a la librería con un hombre atado.

    La escena VI y II son en las que Max se da cuenta de la situación social en la que vive debido a su conversación con el preso y a la visión de los llantos de la mujer cuyo hijo matan las autoridades.

    Los diferentes lenguajes y registros utilizados en la obra también dejan ver la diferencia entre las distintas clases sociales y culturas.

    El habla de los ocupantes de la taberna, donde se encuentran gente de las clases sociales más bajas, o el de las prostitutas que encuentran en un parque Max y Don Latino, es un habla vulgar.

    El chico de la taberna: -Desque heredó del finado difunto de su papá, que entodavía vive.

    En cambio, el habla de los poetas que poseen una mayor cultura, aunque el mismo nivel económico, y el resto de clases sociales más altas, es un habla más culto y cuidado.

    Max: - Los héroes clásicos reflejados en los espejos cóncavos dan el Esperpento. El sentido trágico de la vida española sólo puede darse con una estética sistemáticamente deformada.

    OPINIÓN PERSONAL.

    Valle-Inclán consigue realizar una de sus mejores obras en Luces de Bohemia. Consigue que a través de una historia divertida, original e inteligente, podamos conocer la sociedad, la mentalidad y la cultura de la época.

    Los personajes están muy elaborados y nos invitan a hacer una reflexión sobre la corrupción de todos nosotros y de la sociedad en general ante determinadas situaciones. A través del esperpento, Valle- Inclán consigue deformarlos para hacernos ver la degradación de todos ellos.

    La estructura del libro en quince escenas permite que su lectura sea rápida, aunque quizás no tanto su comprensión, ya que tras diálogos aparentemente inocentes se esconde la denuncia de numerosas injusticias realizadas por la autoridad, e incluso por los de las clases más bajas, que no encuentran otra salida ante su desesperada situación.

    En conclusión, es un libro muy interesante que te acerca de una manera entretenida a la sociedad de la época y al movimiento bohemio.

    LUCES DE BOHEMIA

    ESPERPENTO

    DE

    RAMÓN DEL VALLE-INCLÁN

    CEMENTERIO

    MINISTERIO DE LA GOBERNACIÓN

    PASEO CON JARDINES

    CALABOZO

    CAFÉ DEL CENTRO

    REDACCIÓN DEL POPULAR

    SECRETARÍA PARTICULAR

    CALLE DEL MADRID DE LOS AUSTRIAS

    CALLE JUNTO A BUÑOLERÍA MODERNISTA

    CASA DE MAX

    TABERNA DE PICALAGARTOS

    CUEVA DE ZARATRUSTA




    Descargar
    Enviado por:Blanca
    Idioma: castellano
    País: España

    Te va a interesar