Economía y Empresa


Los servicios en la economía actual


Introducción

El principal objeto de este estudio es la realización de una breve exposición sobre la situación actual de los servicios en los procesos económicos internacionales. La razón para dicha realización es la situación de inferioridad que este sector de la economía ha presentado históricamente si se compara con las manufacturas, sobre todo en lo que respecta al comercio internacional.

Para ello, en la primera parte del trabajo se expondrá la importancia actual del sector terciario en las economías actuales, tanto en lo que respecta a producción de valor añadido como en el empleo. A continuación se recogerá la influencia que el proceso de cambio tecnológico está teniendo en los servicios y las consecuencias que de su aplicación a éstos se puedan desprender.

Más tarde nos centraremos en el sector de servicios a empresas, por ser el más dinámico y el que mayores cifras de productividad está presentando en las últimas décadas. Para terminar, haremos un breve repaso a la regulación internacional del comercio de servicios, con especial atención a las conclusiones de la Ronda de Uruguay del GATT, donde por primera vez se trató el tema, y que puede suponer el principio de una nueva era para la comercialización de la producción del sector terciario.

Antes de empezar con el trabajo en sí, sería deseable hacer una definición formal de lo que se entiende por servicio. Servicio es la aplicación de esfuerzos humanos o mecánicos a personas, animales u objetos. Según esta definición, el servicio puede estar totalmente mecanizado, como puede ser un cajero automático, parcialmente mecanizado, como el servicio de un taxi, o bien llevarse a cabo con la aplicación del conocimiento humano y habilidad personal, como en el caso de un asesoramiento legal. También hay que decir al respecto, que los servicios son intangibles, no se pueden percibir por los sentidos, son perecederos y no se pueden almacenar, siendo éstas las principales características que les diferencian de las manufacturas.

Capítulo I: Situación actual de los servicios en la economía

En esta primera parte del estudio pasaremos a ver la evolución de los servicios en la economía. Uno de los hechos más evidentes en las sociedades desarrolladas es la consolidación de la economía de servicios. Las naciones más avanzadas, también llamadas industrializadas, hoy son, paradójicamente, naciones basadas en los servicios. La agricultura y la industria manufacturera han ido perdiendo progresivamente importancia en la composición del empleo y del valor añadido. El desarrollo y crecimiento económico ha coincidido con el proceso llamado de terciarización de las economías.

Como podemos observar en el cuadro 1, los servicios no han hecho más que aumentar su importancia en el empleo desde 1870, cuando tan solo ocupaban el 27 %. Su ascenso ha sido lineal hasta llegar al 68 % en 1994, aunque en los diez últimos años el crecimiento de los servicios ha sido menor respecto al de anteriores décadas.

Cuadro 1: Estructura del empleo desde 1870 (%).

Agricultura

Industria

Servicios

País

1870

1960

1984

1870

1960

1984

1870

1960

1984

Francia

49

21

8

28

36

32

23

43

60

Alemania

50

14

5

29

48

42

22

38

53

Japón

73

33

9

NA

30

34

NA

37

57

Holanda

37

11

5

29

41

28

34

48

67

Suecia

54

15

5

NA

42

29

NA

43

66

R. Unido

23

5

3

42

46

32

35

49

65

EEUU

50

8

3

24

31

25

26

61

72

Media

42

15

5

30

39

32

27

46

63

Fuente: Rubalcaba (1997).

Los servicios han ganado puestos a costa de la agricultura, mientras que las manufacturas vuelven a la senda del 30 %, lejos de los niveles del 40 % alcanzados en los 60.

No obstante, y de la observación del cuadro 2, cabe señalar que la situación difiere según los países individualmente considerados:

Cuadro 2: Porcentajes de empleo y valor añadido de servicios

en los países desarrollados, 1994

Empleo

%

Valor añadido (*)

%

Canadá

73,3

R. Unido

72

EEUU

73,1

Dinamarca

71,4

Holanda

73

EEUU

71,1

Suecia

71,6

Suiza

71

Noruega

71,3

Canadá

68,5

R. Unido

70,2

Luxemburgo

67,1

Bélgica

69,7

Francia

66,9

Francia

69,2

Bélgica

65,9

Dinamarca

68,1

España

64,2

Suiza

37,3

Finlandia

63,9

Luxemburgo

66,2

Japón

63,8

Islandia

65

Holanda

63,3

Finlandia

64,9

Islandia

63,1

Irlanda

60,5

Alemania

62,1

Italia

60,2

Suecia

62,1

Japón

60,2

Grecia

60,5

España

60,2

Austria

60

Austria

59,6

Noruega

58

Alemania

59,1

Italia

57,9

Portugal

55,7

Irlanda

57,9

Grecia

55,5

Portugal

56,4

(*) 1991 Valor añadido bruto a precios de mercado.

Fuente: Eurostat (1996).

Hay países claramente adelantados en cuanto a servicios se refiere: EEUU, Reino Unido y Canadá. Los países más atrasados en servicios incluyen zonas de relativo bajo desarrollo económico como Irlanda, Portugal o Grecia. Sin embargo, de los extremos no puede deducirse que exista una relación clara entre servicios y desarrollo económico. Dentro de la Europa continental se aprecian diferencias importantes. Alemania, al igual que Japón, muestran porcentajes relativamente bajos de empleo en servicios. Lo mismo puede decirse de España o Italia. Por el contrario, Francia o los países del Benelux tienen porcentajes muy altos.

Las diferencias porcentuales respecto a Alemania y Japón suponen una objeción a las interpretaciones simplistas que ligan crecimiento de renta y economía de servicios. Aunque en términos generales la afirmación es correcta, cuando se desciende al nivel particular de cada país y al detalle de las cifras, hay que pararse a considerar por qué Alemania y Japón, países de los más avanzados del mundo, están entre los que tienen menor participación de servicios de entre todos los países más desarrollados y, por qué, por el contrarío, EEUU ha liderado el proceso de terciarización.

El trabajo realizado por Cuadrado y del Río (1989) confirma la tesis general de que la industria evoluciona según dos períodos distintos. En el segundo, a partir del 1973, puede hablarse de una desindustrialización que coexiste con un proceso de reindustrialización en los países con mayores rentas per capita. Hay excepciones al proceso de terciarización general, debido a diferencias en los procesos de incorporación y a los distintos niveles existentes. Así que hay factores que explican las disparidades localizadas, como son: la diferente importancia concedida a la socialización en algunos países (por ejemplo Suecia, Reino Unido), los distintos comportamientos de las familias y las empresas (Japón) o las características organizativas de la industria (Alemania). También se ha observado cómo, en algunos períodos, el crecimiento de los servicios en los países en desarrollo ha sido muy superior al de los países desarrollados, lo que añade otro elemento de discusión a la relación entre renta y servicios. Las tendencias más recientes también suman elementos que exigen matizar el papel de los servicios. A diferencia de lo sucedido en la crisis industrial de los 70 y principios de los 80, en la crisis de los 90, los servicios, en general, no han creado empleo. Las últimas evoluciones indican que los servicios han comenzado a entrar en la onda cíclica de las economías, reduciendo el papel que los ha caracterizado como grandes compensadores de la inestabilidad económica.

Cuadro 3: Participación del empleo del sector servicios

en la Economía y evolución en tasas de crecimiento

Porcentaje relativo

Crecimiento anual

País

1970

1980

1994

1970-80

1980-1994

Alemania

42,6

47,7

60,9

2,25

1,85

Francia

48,8

56,8

69,1

2,22

1,6

Dinamarca

53,3

63,6

68,5

2,75

0,64

Holanda

55

63,5

70,5

2,04

1,44

Italia

42,9

50,5

62,9

3,02

1,85

Austria

45,4

53,1

63,1

2,54

1,64

Grecia

43,7(1)

54,5

3,63(*)

Bélgica

54,5

63,9

70,4

1,89

0,98

Finlandia

46,3

52,5

64,2

1,62

0,28

R. Unido

73,1

1,30(*)

Suecia

63,8

69,8

0,27

España

48,1

59,7(2)

3,17

Irlanda

43,1

49,8

59,8

2,62

1,74

Luxemburgo

46,1

56,6

67,6(2)

3,84

4,43

Europa (7)

52,7

64,6

1,66

EEUU

63

66,8

73,7(2)

2,98

2,61

Japón

44,5

52,2

58,2

2,61

1,9

Canadá

61

66,7

73,2

4,65

2,4

(*) Grecia y el Reino Unido: tasas de crecimiento, 1985-1994

(1) Grecia: datas correspondiente al año 1985

(2) España: dato de 1992; Luxemburgo, 1991 y EEUU, 1993

Fuente: datos de los Services Statistics de la OCDE 1996

En los 12 años que median entre 1985-1997, el peso del comercio de servicios ha ascendido desde apenas el 20 % hasta el 24 % del valor del comercio de mercancías. Las tasas medias anuales acumulativas de crecimiento son sensiblemente superiores a las del comercio de bienes. De todos modos, de la observación del cuadro 4 se puede concluir que los rasgos del comercio de servicios no se alejan mucho de los encontrados en el comercio de bienes.

Cuadro 4: principales rasgos del comercio de servicios

Exportaciones de servicios

TMA de crecimiento del

Importaciones de servicios

comercializables

comercio de servicios (85-97)

comercializables

Países

1985

1997

1985

1997

1985

1997

EEUU

16,61

17,53

11,3

8,4

14,4

11,6

A. Latina

4,6

3,91

9,3

9,6

5,5

5,1

UE-15

44,71

40,5

9,9

11

37,1

39,8

Europa del Este y ex URSS

1,76

3

15,8

17,8

1,3

3

Japón

5,66

5,19

10

12

7,9

9,4

NPI de Asia(a)

5,6

10,27

16,6

17,3

4,7

9,7

España

3,31

3,32

10,9

15,8

1,1

1,9

Resto

17,75

16,28

10

7,1

28,1

19,6

Mundo

100

100

10,8

10,4

100

100

(a) China, Corea del Sur, Hong Kong, Taiwan, Singapur

Fuente: datos de World Trade Organisation (1998).

De las áreas y países exportadores se reflejan tendencias ya conocidas por los flujos de bienes. El primer lugar lo ocupa la Unión Europea, de forma muy destacada, aunque ese porcentaje se rebajaría mucho si se excluyera el comercio intraunión. España se estabiliza con un 3,3 %, peso que supera ampliamente el 1,9 % que ostenta en venta de mercancías. En las importaciones de servicios, aunque con evidentes coincidencias con las exportaciones, se manifiestan singularidades: los países líderes vuelven a ser la Unión Europea y los Estados Unidos, si bien se hace sentir más la presencia de Japón.

La impresión que se deduce de los datos del cuadro 4, es que estamos en presencia de una globalización más sesgada que la existente en el comercio de mercancías, sobre todo en los servios de alto valor añadido. La posición de los Estados Unidos puede afianzarse mucho en el futuro, sobre todo si prosperan los intentos de liberalización plena de determinados sectores, como por ejemplo los de servicios de ocio, donde ostentan un fuerte predominio. Da la impresión de que en los servicios de punta, ni si quiera la Unión Europea está en disposición de seguir la carrera del líder.

Capítulo II: Influencia del cambio tecnológico sobre los servicios

Como ya hemos visto, los servicios han incrementado notablemente su importancia durante los últimos años en las economías avanzadas, pero su crecimiento no es independiente de otros sectores económicos, sino que los cambios tecnológicos están creando un proceso de crecimiento en la demanda y oferta de servicios.

Tradicionalmente los servicios han sido considerados como actividades intensivas en factor trabajo pero con poca productividad. Esto se debe a que dentro de los servicios se incluyen muchas actividades y de muy distinta índole. En efecto, los considerados servicios tradicionales (peluquerías, restauración....) son muy personalizados y van dirigidos fundamentalmente a consumidores individuales, tienen una gran importancia desde la perspectiva del empleo pero no desde la del comercio internacional. Otro problema añadido de estas actividades es su limitada visibilidad: Lavin se refiere al “iceberg llamado servicios” para describir esta situación donde sólo una pequeña proporción de las actividades es visible a los ojos de la mayoría de la sociedad.

Hasta hace poco se afirmaba que estas actividades presentaban un ratio de crecimiento de la productividad laboral mucho menor que el del sector manufacturero por su imposibilidad para aprovechar el progreso tecnológico, la acumulación de capital y las economías de escala, lo que conduce a un mayor incremento de productividad en las manufacturas y a un incremento en el precio relativo de los servicios respecto a éstas, suponiendo que los salarios son iguales en los dos sectores por la movilidad del mercado de trabajo.

Pero últimamente se está reexaminando esta explicación debido al impacto de la nueva tecnología de la información: el diferencial de productividad entre manufacturas y servicios está estrechándose a medida que el sector servicios incrementa la suya desde los años 60 mediante la inversión en equipos de capital dentro de las nuevas tecnologías. Algunos autores argumentan que la introducción y aplicación de estas tecnologías en los servicios deberá incrementar su productividad al tiempo que el crecimiento del empleo en el sector. Los nuevos requerimientos de empleo para el suministro de nuevos servicios y el incremento de la calidad de los viejos habrán más que compensado las pérdidas de puestos de trabajo debidas a la mecanización de actividades manuales.

Aun así, el ratio agregado de progreso técnico en las actividades manufactureras permanece más alto que la de los servicios privados, aunque el diferencial se está reduciendo en la medida que las inversiones totales en equipamientos en servicios han continuado incrementándose.

El mayor problema respecto a las innovaciones tecnológicas es que su transmisión desde los sectores de bienes de capital, donde son producidas, hasta el sector servicios, donde son aplicadas, ocurre con extrema lentitud y a lo largo de un amplio periodo de tiempo, existen retrasos en la adopción en la industria de los servicios.

Podríamos identificar varias fases en el desarrollo de la adopción de las innovaciones en el sector servicios:

  • Primero se produce un proceso incremental de mejora en el diseño dirigido a la reducción de costes y al incremento de la eficiencia en el suministro de los servicios existentes.

  • En una segunda etapa se produce una innovación más radical que mejora la efectividad y la calidad de los servicios.

  • Y por último, se produce la generación de nuevos tipos de servicios para abrir y capturar nuevos mercados.

La acción de la tecnología de la información en los servicios es particularmente aprovechable. Por tecnología de la información nos referimos a la interconexión de innovaciones técnicas y organizativas en ordenadores, ingeniería de software, sistemas de control, telecomunicaciones y servicios integrados que hacen posible recoger, generar, analizar y difundir amplias cantidades de información al mínimo coste. Esta definición se ve constantemente ampliada con la incorporación de aplicaciones potenciales en prácticamente todos los sectores y funciones.

Respecto a los servicios, las tecnologías de la información tienen un impacto específico en la ampliación del comercio, impacto que es diferente al de las manufacturas. Las nuevas tecnologías generan en los servicios:

  • Economías de escala: muchas actividades se centralizan en grandes unidades, para luego descentralizarse en otras más pequeñas, permitiéndoles alcanzar localizaciones más lejanas o servir mercados especializados, u organizar redes de transmisión para compartir información y fuentes con otras empresas más grandes.

  • Economías de alcance: una vez establecida la tecnología permite a las empresas de servicios manejar muchos más datos o clientes sin incrementos de coste significativos.

  • Erosionan las barreras entre industrias.

  • Eliminan el tradicional límite entre servicios públicos y privados.

Una de las características fundamentales de los servicios es que éstos son actividades donde el output es esencialmente consumido cuando se produce, no pueden ser almacenados. La tecnología de la información permitirá incrementar la comerciabilidad de las actividades de servicios, particularmente aquellas que han estado más constringidas por la proximidad geográfica y temporal entre la producción y el consumo, haciendo posible su separación en un elevado número de actividades. La nueva dimensión espacio/temporal de la tecnología abrirá muchas actividades de servicios, incrementando su comerciabilidad doméstica e internacional. Este será el efecto indirecto del uso de las tecnologías de la información en muchas actividades de servicios que permitirán su crecimiento en producción y empleo.

El hecho de separar los puntos de producción y consumo en los servicios hace que el valor de los mismos pueda ser creado en una localización central, por lo que el comercio de servicios puede ser tratado desde la perspectiva de que la clave es el acceso a las redes de distribución. Frente a esta idea, la nueva tecnología de la información produce tendencias también de descentralización, ya que la automatización de las rutinas de producción permite la habilidad de segmentar mercados y ayuda a generar nuevas oportunidades para crear valor añadido en el proceso de distribución, más cerca del mercado, en la relación entre cliente y distribuidor.

Entre las actividades de servicios más afectadas por los cambios se incluyen aquellas que son tecnológicamente más dinámicas y muy activas en el desarrollo y aplicación de información avanzada y tecnologías de la comunicación: telecomunicaciones, servicios financieros, bancos y aseguradoras, automatización de oficinas, transporte urgente de paquetes, reservas de avión y otras formas de servicios de intercambio electrónico de datos.

Por otra parte, la creciente complejidad de la moderna producción de manufacturas, resultante de la aplicación y uso de las nuevas tecnologías, también ha incrementado el contenido de servicios de muchos bienes manufacturados. Un incremento en el número de servicios es requerido en la producción, mantenimiento y distribución de bienes. El personal interno de la empresa que ofrece actualmente dichos servicios pronto parecerá ser insuficiente, sin experiencia en los nuevos avances y con dificultad para conseguir formación. Por ello, hay una tendencia a contratar servicios de productores independientes de fuera o crear empresas subsidiarias de servicios.

Estos últimos argumentos pueden ayudar a explicar algunas de las nuevas tendencias en la economía mundial: el desarrollo en el mundo avanzado de una economía basada en los servicios y en las nuevas formas de organización corporativa. Las empresas de servicios necesitan entonces incrementar el número y la variedad de actividades que son capaces de ofrecer para ser competitivas.

Todos estos acontecimientos han hecho posible la creación de grandes multinacionales de servicios de naturaleza híbrida que adquieren la capacidad de penetrar en mercados extranjeros con una combinación de servicios o bienes y servicios. El desarrollo de las tecnologías de la comunicación y de la información hace posible a dichas empresas multinacionales ofrecer un más amplio espectro de servicios a áreas geográficas mayores. La comerciabilidad se ve incrementada más allá de las tradicionales transacciones a países vecinos y las ventas por parte de subsidiarias locales: las telecomunicaciones permiten el reparto de servicios que previamente requerían una relación cara a cara con el cliente a cualquier parte del mundo, especialmente en el caso en que la sustancia de la transacción era información. El descenso en el coste de las comunicaciones es un importante factor, ya que esta reducción implica otra en los costes de distancia geográfica.

En este sentido, habría que destacar la evolución que está presentado en los últimos años el comercio electrónico, que afecta ya a sectores estratégicos de la actividad económica tales como las comunicaciones o el sector financiero.

En la actualidad, el comercio electrónico a través de Internet es aún relativamente reducido (26.000 millones de dólares), pero crece muy rápidamente. Se estima que a corto plazo (años 2001/02) alcanzará los 330.000 millones de dólares y que en un futuro mediato (2003/05) se aproximará probablemente al billón de dólares, desarrollándose sobre todo en el segmento de comercio destinado a empresas, que ya supone algo más del 80% del total de la actividad comercial electrónica. La razón fundamental de esta supremacía es el impacto sobre los costes y la productividad empresariales, sobre todo en lo que se refiere a la reducción de los costes de almacenaje de productos.

Es muy probable que el mayor impacto del comercio electrónico entre empresas se produzca en las pequeñas y medianas (PYME), debido al menor desarrollo del que parten frente a muchas grandes empresas, que ya utilizan desde hace tiempo los sistemas de intercambio electrónico de datos. Aún así, cabe puntualizar que el desarrollo difiere bastante de un país a otro: sirva de ejemplo señalar que los Estados Unidos son los productores del 80% del total del comercio electrónico global.

El mayor desarrollo del comercio electrónico se producirá en aquellos sectores que fundamentalmente transmiten información, caso de las comunicaciones; y en aquellos otros que se dedican a generarla, como el financiero. El comercio electrónico de productos como servicios financieros, tanto en el mercado de empresas como en el de particulares, requiere entonces de una especial redefinición de las normas y prácticas existentes en el comercio debido a la naturaleza intangible de este tipo de productos, aspecto éste que se analizará en el último apartado de nuestro estudio.

En otras actividades del sector terciario, la interacción cara a cara con los clientes sigue siendo necesaria, por lo que entonces se procede a la estandarización de los servicios ofrecidos. Cuando esto ocurre, se requiere personal local experimentado, por lo que las alianzas con empresas locales, absorciones y compras, toma de participaciones etc., se convierten en la forma dominante de la internacionalización de servicios. La franquicia se ha convertido de este modo en una innovación organizativa en las industrias de servicios, y es la dominante en actividades tales como servicios de hotel, distribución de comida rápida y tiendas de moda.

Con los avances que acabamos de analizar, factores como la rapidez en la entrega, la mejor comunicación, y una mayor eficiencia en el uso de las redes de información se están convirtiendo en las claves de la ventaja competitiva internacional. La apertura de la dimensión producción/consumo y de la comerciabilidad de los servicios será más importante en el crecimiento futuro y desarrollo de la sociedad occidental que en los países en vías de industrialización, que deben su crecimiento sobre todo a las manufacturas. Para estos últimos países, es entonces esencial el ofrecer los incentivos para el desarrollo de la actividad de tales redes de información y tecnología especializada por parte de empresas oferentes de servicios. Para ello son necesarias infraestructuras de tres tipos:

  • Físicas: una moderna, bien equipada e internacionalmente enlazada red de comunicaciones.

  • Humanas: conocimientos y habilidades de las personas que usan las infraestructuras.

  • De información: que permita el acceso a la misma.

Capítulo III: Servicios a empresas

Sin negar la creciente importancia del sector terciario, conviene, sin embargo hacer ciertas precisiones tanto en relación a su participación en la economía interna como a su importancia en el comercio mundial. Es cierto que en los países más desarrollados, donde los servicios cobran mayor importancia, también el sector terciario ha ido aumentando su participación en el PIB a lo largo de los últimos años, por lo que la correlación entre crecimiento económico y acrecentado papel de los servicios parece pues justificarse tanto por la evolución temporal como por la comparación entre países. No obstante, debe tenerse en cuenta que parte del crecimiento obedece a la desintegración del sector manufacturero, y no al desarrollo de actividades verdaderamente nuevas.

La tendencia actual es a deshacer los grandes conglomerados industriales o, por lo menos, a que éstos se desprendan de un buen número de actividades que, por ser para ellos de poco importancia, no gestionan suficientemente bien. El resultado es que actividades de ingeniería, diseño, gestión financiera, prospección de mercados, vigilancia y limpieza de las instalaciones, alimentación de los empleados, etc. que antaño formaban parte de un grupo industrial, las realizan ahora empresas independientes, con lo que, a efectos de las estadísticas de contabilidad nacional, han pasado del sector industrial al de servicios.

La consolidación de la economía de servicios no se produce creando una ruptura frente a la economía industrial, ya que investigaciones recientes demuestran que el tipo de economía que se está desarrollando integra los servicios y la industria. Los servicios se imponen generalmente allá donde existe una fuerte economía industrial y se desarrollan como una consecuencia de ésta. No son, pues, alternativas excluyentes. Al tipo de economía hacia la que se camina se la ha llamado economía metaindustrial o servindustrial.

El tipo de sociedad integradora de bienes y servicios tiene una serie de rasgos que la definen:

  • Difuminación de las fronteras sectoriales: Las actividades que conducen a la producción de un bien o de un servicio son progresivamente variadas. La producción de un bien industrial implica cada vez más la utilización de servicios que constituyen actividades secundarias.

  • Cambios de los procesos productivos: El modo de producción dentro de las empresas está modificándose al ritmo que crecen los servicios a las empresas y los servicios al consumidor.

  • La generalización de nuevas tecnologías aplicadas: Los cambios en los sistemas productivos están fuertemente relacionados con la generación de aplicaciones de nuevas tecnologías y, más concretamente, con la incorporación de la tecnología de la información.

  • Internacionalización y complejidad de los mercados: Los cambios productivos y las nuevas tecnologías han acercado enormemente los espacios geográficos en los que comerciar. La necesidad de penetrar los nuevos mercados, ahora accesibles, conlleva unas necesidades de información y servicios que faciliten la conexión entre los diferentes lugares.

  • La contribución decisiva del trabajo humano en la producción: Si bien en la economía industrial manufacturera el trabajador ocupaba generalmente un puesto junto a la máquina y era un factor fácilmente reemplazable, el trabajo humano es en la actualidad mucho más relevante y está mucho menos subordinado al capital físico.

Cuadro 5: Diferencias entre una sociedad industrial

y una sociedad servindustrial

Elemento

Sociedad Industrial

Soc. Servindustrial

Papel de la información

Organización de la producción

-Producción rígida

-Largas cadenas de montaje

-Org. jerárquica

-Pocos servicios intermedios

-Integración vertical

-Producción flexible

-Cadenas cortas de montaje

-Org. flexible

-Muchos servicios intermedios

-Subcontratación, externalización

Apertura de nuevas posibilidades por incorporación de tecnologías y especialización.

Factores de producción

-Primacía del capital sobre el trabajo.

-Trabajo estándar monótono

-Procesos de información sobre papel.

-Pocas cualificaciones

-Primacía del trabajo y de la creatividad y conocimientos

-Trabajo estándar automatizado

-Proceso de información sobre nuevas tecnologías

-Altas cualificaciones en cuellos “azules” y “blancos”

Papel estratégico de la información y la formación del capital humano.

Productos

-Consumo de masas

-Estandarización y venta masiva

-Diferenciación de productos

-Personalización y cercanía al cliente

Alternativas creadas y nuevos requerimientos

Objetivos

-Maximización de beneficios a través de minimizar costes

-Maximización de beneficios a través de maximizar calidad

Necesidad de imagen -reputación

Competencia

-Precios como elemento básico

-Competencia pura

-A los precios se asocian valoraciones sobre la calidad, servicios, adaptación a necesidades

-Lógica de colaboración junto a la lógica competitiva

La información sobre a quién comprar es más exigente

Mercados

-Mercados estables

-Mercados homogéneos

-Mercados nacionales

-Dominio de grandes empresas

-Mercados turbulentos e inestables

-Mercados segmentados

-Mercados internacionales

-Dominio de grandes grupos pero con amplios nichos para las PYMES

Se genera más información y más necesidad de información en mercados complejos

Localización

-Concentración en grandes áreas industriales

-Proximidad a los factores de producción

-Concentración en las grandes ciudades

-Proximidad al cliente y al trabajo cualificado

-Multilocalización

La proximidad física permanece decisiva para informarse

En la transición de la sociedad industrial a la sociedad de servicios, la información tiene un papel estratégico. La sociedad de servicios privilegia el trabajo sobre el capital, puesto que el éxito de cualquier empresa reside cada vez más en la información y la formación que posee el factor humano. En el contexto de la sociedad servindustrial, los servicios a empresas son la máxima expresión o, al menos, la más emblemática de la transición. Un resumen sobre todos estos aspectos se encuentra recogido en el cuadro 5 de la página anterior.

Tradicionalmente, el sector servicios ha sido definido dentro de categorías residuales. Servicios son lo que no puede considerarse ni agricultura ni industria manufacturera. Un esfuerzo importante para encuadrar los servicios desde un punto de vista positivo ha consistido en la enumeración de características propias: inmateriales, perecederos, impredecibles, etc. No obstante, la gran mayoría de estas cualidades conserva la negatividad que define a los servicios no por lo que son, sino por lo que no son (no son materiales, no almacenables, no transportables, no acumulables, etc.). En los últimos años se ha intentado dar una interpretación en positivo de lo que los servicios son, vinculadas a aspectos interactivos y de demanda antes que de oferta. Se puede decir que los enfoques aceptados son aquellos que sitúan en el centro de su interés elementos como la simultaneidad de producción y consumo, los cambios o utilidades productivas y los aspectos interactivos del servicio.

Dentro de las definiciones de servicio, los servicios a empresas tradicionalmente se definen a partir de un subgrupo. El criterio de definición es el de la clientela al que los servicios van dirigidos. Los servicios a empresas se definen entonces como aquellas actividades reales (no financieras) que influyen en la competitividad de empresas a través de su utilización como inputs intermedios en la cadena de valor, y mediante ganancias en calidad e innovación resultantes de la prestación interactiva entre proveedor, cliente y servicio.

Según los datos disponibles, recogidos en el cuadro 6, los servicios a empresas empleaban en 1994 a más de 12,8 millones de personas en la Unión Europea (EUR-15), trabajando en número superior a los dos millones de empresas y generando en torno a los 835.000 millones de ecus anualmente. En dicho año ocupaban cerca del 10% del empleo total de Europa (EUR-9), peso similar al correspondiente en conjunto a la banca y a los seguros, el transporte y las comunicaciones.

Cuadro 6: Peso de los servicios a empresas en la economía europea, 1994

% sobre valor añadido bruto (pesetas corrientes) EUR-5*

% sobre empleo en EUR-9**

Servicios a empresas

14

Servicios a empresas

10

Banca y seguros

5

Banca y seguros

3

Comercio y hostelería

15

Comercio y hostelería

19

Agricultura e industria

38

Agricultura e industria

35

Servicios gubernamentales

13

Servicios gubernamentales

19

Servicios personales y sociales

8

Servicios personales y sociales

5

Transporte y comunicaciones

6

Transporte y comunicaciones

6

Otros servicios

1

Otros servicios

3

* EUR-5: Alemania, Francia, Italia, España y Austria

** EUR-9: Alemania, Francia, Reino Unido, Italia, Holanda, Austria, Finlandia, Suecia y Dinamarca

Fuente: OCDE 1996

En cuanto a los datos sobre el valor añadido, la alta productividad del sector sitúa su porcentaje de participación en casi el 14% del valor añadido generado (EUR-5), cerca de los porcentajes del comercio y hostelería y por encima de los servicios gubernamentales.

Pasando a una desagregación por países, los datos del cuadro 7 muestran como a las cifras de empleo y valor añadido se llega tras unos crecimientos muy considerables en los años 70, que se consolidan en los 80. El valor añadido del sector pasa de representar en promedio el 10% en 1980 (EUR-6) al 14,8% del EUR-10 en 1994, y del 15,5% al 19,2 de EE.UU. en 1994. Tanto Europa como Estados Unidos conocen crecimientos relativos en el empleo de servicios a empresas cercanos a 4 puntos.

Cuadro 7: Porcentajes relativos del sector servicios a empresas

en el total del valor añadido y empleo

VAB

Empleo

1970

1980

1990

1994

1970

1980

1990

1994

Alemania Occidental

5.0

6.1

7.1

7.8

4.4

6.0

8.2

9.8

Francia

12.5

16.9

18.0

3.7

5.2

8.0

8.2

Dinamarca

9.4

13.4

16.7

16.6

3.1

4.4

5.9

6.3

Italia

13.7

14.3

19.4

21.2

5.8

7.9

12.8

13.5

Austria

4.3

6.3

10.2

11.8

4.0

4.5

Grecia

8.3

6.2

6.4

8.2

Finlandia

10.1

10.1

13.0

15.6

1.7

3.3

4.3

6.5

Reino Unido

14.5

13.7

17.8

19.5

8.5

9.3

Suecia

11.0

13.3

17.5

3.9

6.2

6.6

España

7.3

10.3

10.7

3.3

3.7

Estados Unidos

14.0

15.5

19.1

19.2

4.6

6.1

9.8

10.4

Europa*

9.0

10.

13.3

14.8

3.7

5.1

6.8

7.6

* Europa: media de los países con datos disponibles

Fuente: Services Statistics on Value Added and Employment, OCDE 1996

Estas ganancias de peso han sido superiores a todos los demás sectores. Los mayores cambios están liderados por la pérdida de peso de la agricultura y la industria manufacturera, y por las ganancias de peso de todos los servicios, especialmente servicios a empresas, seguidos por los servicios gubernamentales.

El peso de los servicios a empresas no es el mismo según el país que se considere. Estados Unidos y Reino Unido han sido los que tradicionalmente han liderado el sector, con porcentajes sobre el valor añadido del 14-14,5 en los 70, mientras que el resto se movía en torno al 5-10%. Sin embargo, recientemente algunos países han experimentado un rápido crecimiento que les ha llevado a porcentajes que alcanzan los de los dos líderes.

Causas del crecimiento de servicios a empresas

Generalmente se atribuye el crecimiento de los servicios a empresas al desarrollo de la, ya comentada en el anterior apartado del trabajo, economía de la información, al apoyar una sociedad en la que el control e intercambio de la información se ha convertido en la principal fuente de valor añadido. Parece reflejar los modernos avances tecnológicos en el almacenamiento, proceso, y transmisión de información. La innovación en las comunicaciones también ha hecho posible que su conocimiento especializado sea cada vez más intercambiable, atendiendo mercados geográficamente más amplios. La expansión de los servicios a empresas puede ser, por lo tanto, interpretada como el reflejo de la primacía ganada por la información y el conocimiento, junto con el desarrollo de la nueva tecnología de la información en la sociedad contemporánea.

Sin embargo, el intercambio de la información y la innovación de la tecnología de la información sólo ofrecen explicaciones parciales sobre el crecimiento de servicios a empresas. La creciente necesidad del proceso e intercambio de la información es de hecho una consecuencia de cambios económicos estructurales más profundos:

  • Transformaciones organizativas: el crecimiento de especialistas en servicios a empresas es principalmente un componente de la respuesta organizativa a los cambios comerciales y reguladores que se producen para todos los sectores durante los 80 y 90. Tales cambios han incrementado la demanda de conocimientos especializados de servicios a empresas.

  • Creciente necesidad de conocimiento especializado: la adquisición de información es vital para la dirección de organizaciones públicas y comerciales, pero su uso efectivo depende principalmente de la calidad del conocimiento especializado de que puedan disponer. Tradicionalmente, mediante sus propias políticas de reclutamiento y entrenamiento las empresas han desarrollado el rango de conocimientos especiales requeridos para apoyar las funciones de gerencia. Sin embargo, la aceleración de las tasas de cambio técnico han superado y transformado tales procedimientos para muchas organizaciones, por lo que el creciente intercambio de información es más el síntoma de la reestructuración económica que su propia causa.

  • Ampliación de las fuentes de conocimiento especializado: la reducida cantidad y alcance de conocimiento especializado técnico y de gestión directamente bajo el control de las grandes organizaciones reduce los costes generales fijos y además marca el reconocimiento de que las organizaciones individuales no pueden ya mantener económicamente todo el conocimiento especializado y la experiencia que puedan requerir. El crecimiento espectacular de la externalización de tareas refleja, por tanto, desplazamientos en la división social del trabajo cualificado hacia niveles diferentes en la jerarquía tradicional interna del mercado de trabajo.

  • Diversidad funcional y sectorial: el desplazamiento dirigido comercialmente hacia emplear firmas de servicios a empresas parece variar entre diferentes tipos de conocimiento especializado. Generalmente, más procedimientos de operaciones rutinarias tales como la seguridad, el aprovisionamiento, la limpieza y la distribución son ahora contratados externamente de forma rutinaria. Lo anterior se ha visto acompañado por un cambio significativo en la calidad y la adaptabilidad de tales funciones.

Patrones similares son comunes para funciones especializadas u ocasionalmente requeridas de servicios a empresas relacionadas con la dirección, tales como investigación de mercados, publicidad y cada vez más frecuentemente para funciones de soporte técnico, como el desarrollo de hardware y software para ordenadores, la promoción comercial y de mercado, el mantenimiento de edificios o la selección y la formación de personal. Funciones como la auditoría y la contabilidad son más ampliamente sujetas a externalización empresarial por razones legales.

  • Desarrollo del lado de la oferta: el crecimiento de los servicios a empresas refleja también cambios del lado de la oferta en la cantidad, el coste y la calidad del conocimiento especializado de servicios a empresas. Algunas áreas de conocimiento especializado son dominadas por las grandes consultoras, operando muchas veces a escala internacional, con lo que consiguen economías de escala y de alcance.

Gran parte de la provisión de servicios a empresas, sin embargo, sigue dominada por pequeñas y medianas empresas, ofreciendo conocimiento especializado y personalizado en estrecha colaboración con el personal de sus clientes. La calidad de los servicios a empresas descansa principalmente en la formación de expertos. Esta formación la proporcionan a veces las firmas de servicios a empresas, pero también a veces se gana a través de la contratación.

Para los grandes proveedores de servicios a empresas se requiere el control y la motivación de un rango de personal especializado, y muchas veces requieren también grandes inversiones en tecnología de información y marketing. Entre las empresas medianas y pequeñas la calidad de la oferta refleja la especialización competitiva muchas veces basada en altas tasas de nacimiento y muerte de empresas, apoyadas por emprendedores o escisiones desde las grandes.

La calidad percibida de servicios a empresas, por tanto, ha estimulado su uso por parte de un número creciente de clientes. El negocio repetitivo con su clientela ya establecida, basado en la familiaridad y la mutua confianza, es también ahora uno de sus activos. En consecuencia, el sector servicios a empresas ahora parece de hecho estar promoviendo niveles más elevados de práctica técnica y comercial entre los grupos de clientes y en forma continuada.

Parte IV: Regulación internacional del comercio de servicios

Como ya hemos visto, las economías más desarrolladas experimentan un proceso de terciarización, por lo que se piensa que un fenómeno similar debería producirse en los intercambios entre países, y de ahí la necesidad de ampliar los acuerdos internacionales que los regulan. Fruto de este interés fue la inclusión de los servicios dentro de la Ronda de Uruguay, cuya culminación satisfactoria ha dado lugar a la creación de la Organización Mundial del comercio. A partir de ahora, la citada institución tiene poderes para desarrollar iniciativas liberalizadoras y vigilar el cumplimiento de los acuerdos ya alcanzados.

Los debates sobre la liberalización del comercio de servicios están relacionadas con la internacionalización de las redes de servicios y la emergencia de compañías multinacionales. Para dichas empresas, el mundo es el mercado donde son capaces de servir gracias a los avances en comunicaciones y tecnologías de la información. Es importante para estas empresas la competencia libre de las distintas regulaciones nacionales, para las multinacionales es esencial no competir en inferioridad con los proveedores locales. Desde este punto de vista, deberían establecerse negociaciones para forjar un marco contractual que garantice estas condiciones dentro de un acuerdo multilateral e intergubernamental, más que como concesiones obtenidas en negociaciones individuales.

Hasta la ronda de Uruguay nunca se había discutido la inclusión del sector servicios en las normas del GATT pese a su importante peso tanto en la economía como en el comercio mundial. La consideración se debió a la petición de los países desarrollados y en el inicio de las conversaciones parecía que las negociaciones enfrentaban los intereses de éstos a los de los países en vías de desarrollo. Para éstos, la posición dominante de las corporaciones internacionales de servicios puede suponer obstáculos en el acceso a las fuentes de información internacionales que están en manos de compañías multinacionales privadas asentadas en el mundo desarrollado. Pero el problema de la liberalización del comercio de los servicios no se puede reducir a un conflicto de intereses entre países desarrollados y en vías de desarrollo, es más, los mayores enfrentamientos se han producido precisamente entre los distintos países desarrollados.

El objetivo fundamental de la inclusión del sector servicios en las negociaciones era el de establecer un marco multilateral de principios y normas que regularan su comercio, atendiendo también a las necesidades específicas de cada sector.

El Acuerdo General sobre el Comercio de Servicios (AGCS) es el primer acuerdo multilateral que establece derechos exigibles jurídicamente en lo que respecta al comercio de todos los servicios. Incorpora el compromiso de continuar la liberalización mediante negociaciones periódicas y es el primer acuerdo multilateral mundial sobre inversiones, ya que no sólo abarca el comercio transfronterizo sino también todos los medios posibles de proporcionar un servicio, incluido el derecho a establecer una presencia comercial en el mercado de exportación.

El AGCS tiene tres principios básicos: en primer lugar, abarca todos los servicios excepto los proporcionados en el ejercicio de la autoridad gubernamental; en segundo lugar, establece que no debe haber discriminación a favor de los proveedores nacionales (principio del trato nacional); y en tercer lugar, establece que no debe haber discriminación respecto de los demás Miembros del Acuerdo (principio de la nación más favorecida ). Se trata de principios muy poderosos. No se aplican a los servicios aranceles ni ningún otro mecanismo de protección generalizada pero sí se establecen excepciones importantes a los tres principios antes indicados. Primero, los gobiernos pueden escoger los servicios respecto de los que adopten compromisos de acceso al mercado y trato nacional; segundo, pueden limitar el grado de acceso al mercado y el trato nacional que proporcionen; y tercero, pueden establecer excepciones incluso respecto de la obligación de nación más favorecida, en principio durante sólo 10 años, con el fin de dar a algunos países un trato más favorable que el concedido en general.

El acuerdo cubre todos los servicios comercializados a nivel internacional. Esto incluye distintas formas de proveer un servicio, definiendo el AGCS cuatro:

  • servicios ofertados desde un país a otro, (oferta transfronteriza).

  • consumidores individuales o empresas en el uso de un servicio en otro país (consumo en el extranjero).

  • compañías extranjeras que establecen subsidiarias o sucursales para ofrecer servicios en otro país (presencia comercial).

  • individuos viajando desde su propio país para ofrecer servicios en otro (presencia de personas físicas).

  • Al igual que los acuerdos sobre bienes, el Acuerdo sobre servicios está integrado por tres elementos: el Acuerdo General sobre servicios (AGCS), los anexos sectoriales y las listas nacionales de compromisos específicos.

    El AGCS contiene dos tipos de disposiciones: obligaciones y disciplinas generales aplicables a todos los servicios y a todas las partes del acuerdo; y disposiciones sobre acceso a mercados (eliminación progresiva de las restricciones) y trato nacional (trato igual a los proveedores de servicios extranjeros que a los nacionales). El Acuerdo establece también las bases para la liberalización progresiva del sector servicios mediante sucesivas rondas de negociaciones y listas nacionales de compromisos adicionales.

    Se recogen en esta parte los tres principios básicos de trato de nación más favorecida, trato nacional y transparencia.

    • El principio de trato de nación más favorecida significa que si un país permite la competencia extranjera en un sector, las mismas oportunidades en ese sector deben ser dadas a los proveedores de servicios de todos los países miembros de la Organización Mundial de Comercio (OMC). Este principio se aplica a todos los servicios, aunque están permitidas algunas excepciones temporales.

    • El trato nacional implica tratar igual a todos los oferentes de servicios, tanto extranjeros como nacionales. En los acuerdos sobre bienes (GATT) y propiedad intelectual (TRIPS) es un principio general, pero en el AGCS sólo se aplica donde un país tiene acuerdos específicos, estando permitidas las excepciones.

    • La transparencia hace referencia al hecho de que los gobiernos de los países miembros de la OMC deben publicar todas las leyes y reglamentos relevantes. Además, deben notificar a la OMC cualquier cambio que se produzca y afecte a los servicios recogidos en los acuerdos específicos. Las compañías y los gobiernos extranjeros pueden entonces utilizar estas publicaciones para obtener información sobre las regulaciones en cualquier sector.

    Otros principios también recogidos en este apartado son:

    • Regulaciones objetivas y razonables: las regulaciones nacionales son la forma principal del ejercicio de la influencia o el control sobre el comercio de servicios, por lo que los gobiernos deben regular los servicios razonable, objetiva e imparcialmente. Cuando un gobierno toma una decisión administrativa que afecta a un servicio, deben también nombrar un medio imparcial para la revisión de dicha decisión (por ejemplo, un tribunal).

    • Reconocimiento: cuando dos o más países llegan a acuerdos que reconocen cualificaciones de los otros (por ejemplo, la licencia de proveedor de servicios), el AGCS les obliga a dar la oportunidad a otros miembros de llegar a pactos comparables. El reconocimiento de las cualificaciones de otros países no debe ser discriminatorio y no puede significar un proteccionismo encubierto. Estos acuerdos de reconocimientos deben ser notificados a la OMC.

    • Pagos internacionales y transferencias: una vez que un gobierno ha llegado a un acuerdo para abrir un sector de servicios a la competencia extranjera, no puede, normalmente, prohibir que cantidades de dinero sean transferidas fuera del país como pago a los servicios prestados en ese sector. La única excepción se da cuando existen dificultades en la balanza de pagos, e incluso entonces las restricciones deben ser temporales y estar sujetas a otros límites y condiciones.

    Los anexos sectoriales recogen las características peculiares de determinados sectores y el movimiento de personas físicas proveedoras de servicios. El comercio internacional de bienes es una idea relativamente simple: un producto es transportado desde un país a otro. Sin embargo, el comercio de servicios es mucho más complejo: empresas de servicios financieros compañías telefónicas, bancos y líneas aéreas ofrecen sus servicios de forma muy diversa. Los anexos del AGCS reflejan algunas de estas diversidades, siendo las más significativas las que se refieren a:

    • Movimientos de personas físicas: este anexo se refiere a los derechos de los individuos a estar temporalmente en un país extranjero con el propósito de ofrecer un servicio. Especifica que los acuerdos no se aplican a personas que buscan empleo permanente u otras condiciones para obtener la ciudadanía o residencia permanente.

    • Servicios financieros: la inestabilidad del sistema bancario afecta a toda la economía, por lo que el anexo afirma que los gobiernos tienen el derecho para tomar medidas preventivas, tales como la protección de inversores, depositarios, y poseedores de pólizas de seguros, y para asegurar la integridad y estabilidad del sistema financiero. El anexo excluye del acuerdo los servicios ofrecidos por un gobierno en el ejercicio de su autoridad sobre el sistema financiero, como por ejemplo los servicios de los bancos centrales.

    • Telecomunicaciones: el sector de telecomunicaciones tiene un papel dual. Por un lado, es un claro sector de la actividad económica, y por otro, es un medio para el servicio de otras actividades. Los gobiernos deben asegurar a los oferentes extranjeros de servicios el acceso a las redes de telecomunicaciones públicas sin discriminación.

    • Servicios de transporte aéreo: bajo este anexo, los derechos de tráfico aéreo y las actividades directamente relacionadas están excluidas de la cobertura del AGCS, siendo regulados por otros acuerdos bilaterales. Aún así, el anexo establece que el Acuerdo se aplicará a la reparación de aeronaves y servicios de mantenimiento, marketing de servicios de transporte aéreo y reservas a través de terminales de ordenador.

    Las listas de compromisos específicos contraídos por los países Miembros figuran como anexos al Acuerdo y forman parte del mismo. Las listas son documentos donde cada país identifica las actividades de servicios para las que aplicará el acceso a los mercados y las obligaciones de trato nacional del AGCS, así como las excepciones a esas obligaciones que desea mantener. Los compromisos y limitaciones deben referirse en términos de las cuatro formas de provisión de servicios que el AGCS recoge y que ya fueron enumeradas anteriormente.

    Los acuerdos específicos son la garantía para los importadores y exportadores de servicios e inversores en el sector de que las condiciones de entrada y negocio en los mercados no serán cambiadas en su perjuicio. Éstos sólo pueden ser modificados o derogados tras el acuerdo con los países afectados y la aplicación de medidas compensatorias, y nunca antes de tres años desde su entrada en vigor. Dichas modificaciones no deben afectar a la aplicación de la cláusula de nación más favorecida.

    A diferencia de los bienes, el AGCS tiene un cuarto elemento especial: las listas de excepciones de las actividades donde los distintos países no están aplicando temporalmente el principio de nación más favorecida.

    Este principio es una obligación general que se aplica a todas las materias que afectan al comercio de servicios. A pesar de esto, se ha llegado al acuerdo de que algunas excepciones al principio pueden ser mantenidas (en principio no más de diez años y sujeto a revisión después de no más de cinco años). Dichas medidas deben estar recogidas en listas, que para asegurar que son completas y precisas deben incluir cinco tipos de información proveniente de los países que establecen las excepciones:

  • Descripción del sector o sectores en que se aplica la excepción.

  • Descripción de la medida, indicando por qué es inconsistente con el principio de nación más favorecida.

  • El país o países a los que se aplica la medida.

  • La duración inicial de la excepción.

  • Las condiciones que crean la necesidad para establecer la excepción.

  • En cuanto al futuro, el objetivo que persigue el AGCS es la progresiva liberalización del comercio mundial de servicios, y así queda demostrado al reflejarlo en la Parte IV del documento (artículos 19-21). En ellos, se establece que los Países Miembros deberán celebrar nuevas rondas de negociaciones para alcanzar un progresivo mayor nivel de liberalización. Este proceso tendrá lugar con la vista puesta en promover el interés de todos los participantes en la base de las ventajas mutuas y en asegurar un balance general de derechos y obligaciones.

    Pero esta buena disposición teórica no se ha trasladado a la realidad. Así cabe recordar el reciente fracaso de la que se dio en llamar “Ronda del Milenio” de Seattle, que debía iniciar las nuevas negociaciones comerciales multilaterales y establecer el programa de trabajo de la OMC para los próximos años. El presidente de la OMC, Mike Moore, se refería así a la importancia de los servicios en una nota de prensa anterior a dicho encuentro: “¿Quién puede negar los beneficios que entrañan para todos unas normas más estrictas y la liberalización en el sector de los servicios? Más de la mitad de nuestras actividades económicas corresponde al sector de los servicios; una mayor liberalización hará que nuestras exportaciones sean más competitivas, creará mejores empleos y acrecentará el bienestar de nuestros consumidores”.

    Pero el fracaso se debió a las posiciones encontradas de la UE y los EE.UU., acusados estos últimos por parte de los primeros de querer vaciar de contenido las negociaciones y limitarlo a su punto más débil: el recorte de las subvenciones a la agricultura europea.

    Todo esto da idea de la dificultad que entrañan estas negociaciones y de que, a pesar del importante papel que juegan en la economía mundial actual, los servicios siguen siendo en muchas ocasiones moneda de cambio para la negociación de otras actividades económicas.

    Conclusiones

    A través de los distintos apartados de este trabajo hemos podido observar la cada vez mayor importancia de los servicios, tanto para las distintas economías nacionales (en términos de producción y empleo) como para el comercio internacional.

    Esta importancia creciente ha llevado a que las tradicionalmente llamadas economías industrializadas sean precisamente donde la actividad del sector terciario es de la mayor importancia.

    Aunque existen claras diferencias entre países, este proceso de terciarización de la economía se está produciendo a costa de la agricultura y de las manufacturas, y no sólo en términos reales, sino también en términos estadísticos y de contabilidad: las nuevas formas de organización empresarial suponen la escisión de ciertos procesos productivos de las industrias, pasando entonces su ejecución a depender de empresas auxiliares que se contabilizan dentro del sector servicios.

    Nacen así conglomerados empresariales especializados en este tipo de prestación de servicios a otras empresas, ya que en un mundo cada vez más competitivo se tiende a la centralización en las tareas que mejor se realizan, abandonando las consideradas residuales.

    Todo este proceso se ve reforzado por los nuevos avances tecnológicos y de la información que permiten acabar con una de las grandes barreras a la comercialización de servicios: a partir de ahora se permite la separación entre el punto de producción y el de consumo de los servicios, lo que supone una gran novedad en cuanto a la capacidad de comerciar las actividades terciarias.

    La evolución tecnológica tiene especial importancia en el sector de las comunicaciones y de la información, sector este importante por sí mismo y también por los efectos indirectos que tiene en los demás sectores de la actividad económica.

    Por lo tanto, este nuevo marco para las relaciones productivas de servicios necesita una revisión y actualización de las reglas que competen a su comercio internacional. Este hecho no ha pasado de largo para los países más desarrollados, que son precisamente los que más favorecidos se verían por una liberalización de este tipo de comercio, al ser los mayores productores.

    Por ello, desde la Ronda de Uruguay del GATT se ha procedido a un intento de eliminar las trabas al comercio, intento este nada fácil, pues a pesar de todo lo expuesto en este trabajo los servicios siguen recibiendo un trato de inferioridad respecto a las manufacturas, por lo que terminan convirtiéndose en moneda de cambio para conseguir otro tipo de acuerdos.

    Bibliografía

    Artículos y publicaciones

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    Páginas web

    • www.wto.com

    Relaciones Económicas Internacionales Los servicios en la economía actual

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