Literatura
Literatura renacentista
POESÍA DEL RENACIMIENTO
El Renacimiento es un período de la cultura que sigue cronológicamente a la Edad Media. No hay una fecha concreta que delimite ambos períodos.
A lo largo del siglo XV pueden observarse síntomas de la nueva edad que en España muestra su plenitud durante el siglo XVI.
El renacimiento es una concepción de la vida y de la realidad que se manifiesta en las artes, las letra, las ciencias, la política y las costumbres: alcanza a todas las actividades humanas.
El concepto renacimiento fue establecido por los tratadista italianos de los siglo XV y XVI . Querían decir con ello que la cultura de los hombres, cuyas máximas manifestaciones se habían producido en la Antigüedad (Gracia y Roma), renacía tras la larga, oscura y bárbara Edad Media.
Los grandes burgueses, con el propósito de emular los lujos y refinamientos de la nobleza, encargan y promueven obras de arte, o se rodean de sabios y escritores, sobre los que ejercen un fecundo mecenazgo. De ahí que los aspectos más característicos de la cultura renacentista aparezcan fuertemente marcados por la mentalidad burguesa.
Humanismo
El movimiento cultural más característico dentro del Renacimiento es el Humanismo. Con él se afirma la posición central que el hombre ocupa en el cosmos, hasta el punto de ser él mismo un microcrosmos, un ser es que todo el universo está reproducido en miniatura.
El humanismo, habiendo declarado inválido para las necesidades humanas el sistema de valores vigente durante la Edad Media, descubre en el mundo clásico un pensamiento, un arte y una literatura centrados en lo humano. .
Se trata de restaurar la cultura de la Antigüedad greco-latina, para lo cual era preciso poner en circulación los textos escritos que habían sido ignorados o mal entendidos en el período medieval.
El italiano Francesco Petrarca consagró su vida a la búsqueda, corrección y difusión de manuscritos antiguos.
Paralelamente, en Italia primero y después en toda Europa, en el seno de las Universidades normalmente, se crearon estudios de Humanidades, donde los clásicos eran leídos e interpretados, y donde se enseñaba gramática, retórica, poética, historia y filosofía moral.
El movimiento humanístico se extendió por toda Europa, por acción de quien iban a estudiar a Italia y regresaban después a sus países; de los numerosos italianos que enseñaban en naciones extranjeras; y, en general, por el intercambio de personas que existía entre los distintos estados europeos y aquella península.
Importancia decisiva para la difusión del Humanismo tuvo la invención de la imprenta por el alemán Gutenberg.
Características y etapas de la poesía renacentista.
El ideal literario del XVI es opuesto frontalmente al del siglo XV. Se evitan los adornos exagerados y se tiene a la llaneza.
Hay escritores, con todo, que, aun empleando palabras normales, conservan el gusto de la época de los Reyes Católicos por lo paralelismos, los contrastes, las gradaciones, las similicadencias, anáforas, etc.
El extremo contrario, de máxima naturalidad, lo representa Santa Teresa de Jesús. Ella quería escribir “con simplicidad y religión”. Renuncia, pues, al modelo literario más difundido para quedarse en la sencillez absoluta.
En lo años finales del siglo XVI, el equilibrio renacentista entre el fondo y la forma se rompe a favor de esta última. Fernando de Herrera, por ejemplo, se aparta de aquella sencillez sometiendo el estilo a gran tensión, introduciendo cultismos, hipérbatos y artificios en general. Herrera participó así de un movimiento estético general en toda Europa por entonces, al que se denomina Manierismo .
Contrariando así, de modo palmario, la norma de naturalidad que fue vigente en el Renacimiento. El Manierismo anuncia ya el inmediato Barroco.
Garcilaso de la Vega
Nació en Toledo entre 1501 y 1505 de familia ilustre.
Sufrió destierro en una isla del Danubio, por haber desobedecido al emperador, y entre 1532 y 1534 vivió en Nápoles, donde se empapó de la cultura italiana. Murió en 1536.
La producción literaria de Garcilaso, toda en verso, es escasa. Escribió 3 églogas, 38 sonetos, dos elegías, cinco canciones y una epístola. Se conocen también ocho breves composiciones tempranas en octosílabos castellanos. (un total de 4.364 versos)
A pesar de ello, el gran lírico toledano ha sido considerado en todas las épocas como nuestro primer clásico y como uno de los más influyentes escritores de toda nuestra historia literaria.
Una porción grande de la lírica de Garcilaso es de naturaleza amorosa. Sin embargo, a raíz de su descubrimiento de la poesía italiana cambia por completo su tratamiento del eterno tema del amor, y, en general, su concepto de lo lírico.
En efecto, la poesía de Cancionero, era fundamentalmente, un ejercicio de habilidad. Consistía en exponer una idea ingeniosa en versos octosílabos , de rimas perceptibles con un lenguaje sumamente artificioso. En general, en tales poemas, el ingenio prevalece sobre el sentimiento.
Pero la lírica italiana, cuyo maestro había sido Petrarca, consistía en todo lo contrario: en sencillez (relativa) de la forma, con rimas poco relevantes y, sobre todo, en una expresión sincerísima del sentimiento (amoroso o no).
El genial poeta toledano encarna los ideales de refinamiento y elegancia que caracterizan al Renacimiento utilizando un lenguaje normal que emplean los cortesanos educados, sin neologismos.
Fray Luis de León
Nació en Belmonte (Cuenca), hijo de padres con ascendientes judíos . Ingresa en el convento agustino de Salamanca, donde se licenció en Teología. Fue catedrático de la universidad de Salamanca.
Denunciado pos supuestas irregularidades fue encarcelado en Valladolid. Estuvo en prisión 4 años y casi 9 meses, completamente aislado.
Reintegrado a la cátedra, es fama que comenzó sus explicaciones así “Decíamos ayer...” como si nada hubiera pasado.
Fray Luis de León es uno de los pocos poetas cuya fama ha atravesado sin ninguna pérdida de prestigio toda nuestra historia. No publicó sus versos: corrían copiados de mano en mano, especialmente entre los estudiantes.
La obra poética original de Fray Luis es escasa: no llegan a 40 los poemas, no muy extensos, que compuso. Además tradujo en verso castellano textos latinos, italianos y bíblicos.
El joven fraile se encuentra en su juventud con lo que era la gran moda del momento: el petrarquismo, genialmente aclimatado en España gracias a Garcilaso.
Por ello escribe unos pocos sonetos influidos por el petrarquismo. (sólo se conservan cinco).
Desde el punto de vista cronológico , las 23 principales poesías pueden dividirse en 3 periodos:
Escritas antes de la cárcel: domina la temáticamente el ansia de soledad; el elogio de la virtud heroica que conduce al desprecio de pasiones vulgares y de los fugares placeres mundanos. La actitud de fray Luis es la de un moralista.
Escritas en la cárcel: en un tono mucho más íntimo y doliente. Fray Luis ya no canta lo que sabe, sino lo que siente. En sus composiciones de esta época aumentan los tonos religiosos (“A la Ascensión” “A la Virgen María” ). Se queja de la injusticia que lo mantiene encarcelado y frustra sus esperanzas.
Tras salir de la cárcel: son los poema de la última época, son menos agitados; la edad y los sufrimientos han aquietado el ánimo del escritor, y el deseo de huida de este mundo se ha hecho más agudo, aunque más sereno y melancólico.
San Juan de la Cruz
Abulense como Santa Teresa, se llamó Juan de Yepes y Alvarez . A los 22 años profesó como carmelita y estudió en la Universidad de Salamanca con maestros ilustres como Fray Luis de Leon. Santa Teresa lo sumó a su empresa reformadora. Le alcanzaron las conmociones a que dio lugar la reforma carmelita y sufrió cárcel en Toledo.
Toda su obra es ascético-mística. Y, en su grandes poemas y en parte de su prosa, declaradamente mística.
Sus poemas mayores, que se titulan Noche oscura del alma, Cántico espiritual y Llama de amor viva, van seguidos de comentarios en prosa, donde el autor explica el sentido de los versos, que por revelar experiencias místicas, y por ser éstas inefables, resultan de difícil comprensión.
Su producción lírica es muy escasa: no llega a los mil versos.
Los tres poemas mayores de San Juan de la Cruz son reconocidos por los críticos, creyentes o no creyentes, como la cumbre más alta alcanzada por nuestra lírica.
En ningún escritor es tan intensa la pasión de amor, divino en este caso, el incontenible deseo (y logro) de fusión con el Amado, es decir con Cristo. El lirismo como exhalación de un alma, se manifiesta en San Juan, repetimos, con una vehemencia sin par.
Y se expresa con un lenguaje fragante, limpio -siempre la elegante naturalidad renacentista- conforme a los ideales de un Garcilaso o de un Fray Luis. Aunque en él, la servicio de una mayor audacia en la expresión del amor.
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Enviado por: | Sussana Torrano |
Idioma: | castellano |
País: | México |