EXAMEN FINAL DE LINGÜÍSTICA APLICADA A LA TRADUCCIÓN
(Grupo de inglés y de alemán)
Nombre y apellidos
PRIMERA PARTE: Responda a las siguientes cuestiones:
¿Cuáles eran los principales problemas de las primeras teorías lingüísticas con relación a la traducción y de qué manera otras teorías subsanaron estos problemas? Razone su respuesta.
Explique qué es el análisis componencial y analice mediante este sistema un pequeño conjunto de términos semánticamente relacionados.
Explique en qué consiste la teoría de las valencias.
Ponga un ejemplo que muestre la utilidad de la teoría de Frame Semantics para el traductor. Razone su respuesta.
Explique los puntos más importantes de la Gramática de construcciones.
Exponga qué problemas pueden plantear al traductor las variaciones dialectales y proponga soluciones.
Defina y compare los actos de habla locutivo, ilocutivo y perlocutivo a partir del siguiente ejemplo:
Hijo:-¿No está sosa la comida?
Madre:-Toma el salero.
Considere si los actos de habla son o no universales y ponga ejemplos.
Explique cómo las máximas conversacionales pueden plantear problemas al traductor y ponga ejemplos.
Explique este ejemplo según el principio de cooperación de Grice:
¿Sólo te pagan tres mil pesetas?
Tres mil pesetas son tres mil pesetas.
Explique este diálogo según la teoría de los actos de habla:
A: -¿Puedes pasarme la sal?
B: -Puedo.
Defina los conceptos de locutor y enunciador según la teoría dela polifonía y proponga un breve ejemplo que ilustre la diferencia.
SEGUNDA PARTE: Analice lingüísticamente el texto siguiente. Preste especial atención a las dimensiones semiótica, comunicativa y pragmática del análisis y señale los aspectos lingüísticos relevantes para su traducción.
16-5-2002
Flotar
MARUJA TORRES
Ayer, mientras hacía el muerto en la piscina municipal terapéutica del barrio, fui poseía del todo, aunque no por un espécimen a lo George Clooney en tanga (más quisiera), sino por una revelación de índole pavorosa. Me explico: si en la vida te haces el muerto lo suficiente (un par de décadas o tres), llegarás al mismo sitio que si avanzaras haciendo crowl (encima sin esfuerzo): al punto de partida.
Después de haberme pasado lustros prefiriendo a los Dors, los Who, Janis Joplin y Tom Waits, el próximo día 25 voy a tener que zamparme el festival de Eurovisión, renacido y revitalizado, como si aquí no hubiera ocurrido nada en 30 años. Otra vez Luxemburgo: three points. ¡Cielos!, entre eso y la Maldición de Mette-Merit que asuela Europa en los últimos tiempos, hay para mosquearse.
Y es que nada realmente profundo ha cambiado. Por eso quienes gozan de mejor aspecto no son los tontos que creíamos que el mundo gira para adelante en la medida que movemos los pies en la misma dirección, sino los listos que se plantaron en la eternidad y esperaron a vernos caer fritos y con la lengua fuera.
Aunque útil a modo de símbolo, lo de Eurovisión es lo de menos. Mientras los idiotas braceábamos echando el bofe, los que hacían el muerto han conseguido: a) disminuir el número de parados por el sistema de no llamar así a los que no se mueven mucho buscando cualquier porquería de empleo; b) convertir la Constitución en un instrumento de parálisis similar al inexactamente llamado Movimiento Nacional de otras épocas, con la culminación de una Ley de Partidos que a la larga va a poder ser interpretada en clave de homologación por las bravas, por mucho que ahora sirva como coartada para empeorar lo que no se ha podido, sabido o querido resolver políticamente, y c) regresar al colonialismo por el procedimiento no ya de ocupar y explotar y reprimir países (esto se lo dejamos a Israel, que tiene bula bíblica), sino de colonizar a los inmigrantes, lo cual nos ahorra un huevo en expediciones y en cremas de protección solar, dicho sea de paso.
Dejen de dar brazadas, compañeros. Dedíquense a flotar como la mierda misma. Y no olviden tararear entretanto que estamos viviendo a celebration.