Psicología
Liderar y coordinar equipos
Liderar y coordinar equipos |
"Liderar sobre todo es ilusionar". | ||
Liderar una organización consiste en motivar e integrar las necesidades de los trabajadores en las necesidades de la organización. Desde este punto de vista, liderar es una parte de la tarea directiva, complementaria a otras tareas que también debe realizar un directivo.
Cuando el directivo adapta medios humanos y materiales a una estrategia empresarial, se ve obligado a persuadir, motivar, controlar y potenciar a subordinados, iguales o superiores en jerarquía. Para esta tarea ya no es suficiente dirigir, en el sentido de guiar o llevar, sino que resulta necesario incriminar en la tarea, responsabilizar a las personas e ilusionarlas. Hoy en día se admite que no existe una manera única en liderar organizaciones. El mejor líder es la persona capacitada precisamente para adaptarse a una cultura organizacional concreta. ¿En qué consiste adaptar nuestra manera de liderar al entorno empresarial o institucional en el que actuamos? Una primera aproximación suele establecerse a partir de la cualificación de los trabajadores. Se afirma que los trabajadores poco cualificados tendrán necesidad de conductas coactivas, autoritarias y afiliativas. En cambio, las empresas que están basadas en profesionales, cuyo producto depende directamente de su creatividad, deberán basar los liderazgos en conductas democráticas, de fijación de ritmo y asesoramiento. Una vez enumerado el posible abanico de conductas de un líder, vamos a explicar cada una de ellas. Las conductas coactivas se basan en:
Las conductas autoritarias consisten en:
Las conductas afiliativas consisten básicamente en:
Las conductas democráticas se basan en:
Las conductas de fijación de ritmo de trabajo son:
Las conductas de asesoramiento por parte del líder implican:
Finalmente el líder se configura en un estadio superior como creador de un Ethos colectivo, es decir de un sistema de valores y creencias que dan significado a la empresa y al esfuerzo cotidiano. Entre dichos valores está por supuesto el hacer dinero pero también pueden estar otros más seguros y firmes como por ejemplo los que pudieran haber en el caso de empresas de Sanidad o Educación (valores más humanizados).
Visto esto hemos de acabar diciendo que un líder no sólo debe adaptarse a la cultura general de su empresa, sino a cada trabajador en concreto. Una segunda consideración a tener en cuenta es que los seres humanos tenemos tendencia a adaptarnos a las expectativas que vemos proyectadas sobre nosotros. Si nos tratan como niños solemos comportarnos como tales. Si en un partido de baloncesto todos nuestros compañeros creen que somos rematadamente malos, nuestro juego casi seguro responderá a esta expectativa. Afortunadamente también ocurre el proceso inverso. Así es que lo mejor será tratar a cada cual según su grado de madurez. Ejemplo: "Un taller mecánico registraba una baja productividad hasta que el responsable fue sustituido. El nuevo responsable se percató de la valía de dos de sus subalternos, los cuales requerían delegación de responsabilidades y un estilo democrático para que trabajaran a gusto. El nuevo responsable actuó con ellos fijando ritmos de trabajo y consultándoles decisiones, en tanto era más autoritario con el resto de la plantilla. El resultado de esta estrategia fue espectacular." Rasgos que favorecen las tareas de liderazgo: INDEPENDENCIA EMOCIONAL Y DE CRITERIO: Captar las emociones grupales con el fin de adecuarlas a la realidad, sin aceptarlas tal y como son vividas por el resto de personas. Preservar y defender la propia versión de la realidad. AUTOCONFIANZA: No depender de la aprobación o aplauso de los demás. ACEPTAR LAS PROPIAS LIMITACIONES: Conocer cuál es nuestra "velocidad máxima de conducción". CONTENER Y APLAZAR LA ACCIÓN: No actuar en caliente. Priorizar la reflexión sobre el corazón. RACIONALMENTE APASIONADO: Saber encauzar las emociones como pasiones. Ser capaz de apasionarse sin perder en reflexión. Tozudos pero no inflexibles. REFLEXIVO DESDE LA MODESTIA: Ser flexible, tolerante y abierto a opiniones y críticas contrarias, atenuando el propio ego. TODA LA ORGANIZACIÓN EN LA CABEZA: Tener un espacio mental para cada persona y proceso importante. GENEROSOS SOBRE TODO EN EL FRACASO: El éxito es de todos, pero en el fracaso asumimos nuestras responsabilidades y protegemos a nuestros colaboradores. Ejemplos de Independencia emocional:
Ejemplos de Independencia de criterio:
La autoconfianza está ligada a la autoestima. El punto clave es no depender de la aprobación de los demás para actuar ni para juzgar la bondad de nuestras acciones.
En símil automovilístico, aceptar nuestras limitaciones es conocer y respetar nuestra "velocidad máxima de conducción". De nada sirve ir más deprisa si sabemos que el motor va a detenerse por sobrecalentamiento. ¿Sirve de algo estar despierto toda la noche dándole vueltas a un problema sin solución? Las personas de temple obsesivo tienen especiales dificultades cuando tratan de desconectar. Una y otra vez les vienen a la cabeza aquellas ideas capaces de provocarles desasosiego. La consecuencia es deslizarse poco a poco hacia el insomnio, la tensión nerviosa o incluso la depresión. Otra de las características del líder es "saber no actuar". Priorizar la reflexión sobre los impulsos del corazón. Algunos directivos funcionan con el estereotipo mental de "directivo-turbo". El directivo-turbo va por la vida decidiendo, actuando, entrando y saliendo de los despachos, llamando por teléfono mientras escribe una carta, etc...
Aprender a "no hacer", a posponer decisiones, a abrirse a la crítica de los demás, a escuchar y reflexionar, es activar un resorte mental opuesto a la acción por la acción. Es otra manera de enfocar nuestro trabajo porque no se puede tener visión estratégica sin ideas y reflexión. El hecho de que el directivo deba ser reflexivo no supone en absoluto que su forma de comportarse deba ser fría e imperturbable. Al contrario. Un directivo que no sea capaz de apasionarse difícilmente liderará un grupo humano. El líder capaz de enfadarse será también capaz de entusiasmar, y en todo caso el calor de sus emociones es necesario para hacer vibrar al grupo de colaboradores que le rodea. Es lo que entendemos por ser "racionalmente apasionado". ¿En qué se diferencia la pasión de la emoción? Cuando nos emocionamos nuestro cerebro se ve abrumado e incapaz de pensar. En cambio la pasión estimula los pensamientos.
Mientras la persona emotiva se ve inundada por unas emociones que colapsan su raciocinio, la persona con capacidad de apasionarse domina la emoción y la encauza con sus pensamientos. Esta capacidad de apasionarse puede ser fundamental para defender nuestro punto de vista. Las personas más reflexivas son también aquellas que permanentemente se plantean aprender de los demás.
Con la expresión "Toda la organización en la cabeza" queremos significar la necesidad de tener un espacio mental para cada Departamento y persona de nuestra Organización.
Cuesta poco repartir prebendas cuando las cosas van bien. Pero la generosidad se debe aplicar sobre todo cuando hay problemas, evitando culpabilizaciones y asumiendo responsabilidades.
¿QUÉ ES PODER? Tiene poder quien manda, quien puede cambiar y dirigir la actividad de las otras personas. Pero la realidad es engañosa. Las personas podemos tener diversos tipos de poder: por las fuentes de donde proviene el poder, por los actos que podemos poner en marcha para forzar conductas y por la vinculación que establecemos con otras personas. El Coordinador o responsable de un equipo puede ganar su posición progresando en la escala jerárquica marcada por la Institución. En tal caso todo el mundo entiende que su nombramiento es legítimo. Diferente es el caso del directivo que adquiere su status por tradición familiar o de otro tipo. Finalmente está el caso de quién adquiere su posición mediante algún tipo de fuerza: la del dinero, de las influencias o por usurpación. Referencia-Ejemplaridad: la propia persona, por sus cualidades técnicas y/o humanas, se coloca en el punto de mira de la organización indicando con sus actos cómo debe actuarse. Capacidad Coactiva: el responsable puede destituir, amonestar o multar a sus subordinados dependiendo del tipo de empresa y del poder que le es conferido. Tan importante como "poder hacerlo" es que los subordinados sepan que en efecto de vez en cuando "lo hace". Capacidad de premiar: también dependiendo de la empresa puede dar dinero, días de vacaciones extras, dietas, viajes, cursos de formación, etc... Capacidad de ilusionar: levantar expectativas en torno a cualquiera de las tres ambiciones básicas del ser humano (en torno a tener, a pertenecer y a ser). Finalmente el responsable de un equipo puede tener diversos grados de vinculación con sus subordinados. Resulta sustancialmente distinta la posición del responsable que ha nombrado a sus colaboradores más próximos, a la posición de un responsable que se encuentra con un equipo ya formado y sin posibilidades de modificación. En el primer caso el ascendiente sobre sus colaboradores es enorme y poco importa si su poder de legitimidad o tradición es escaso. En cambio el responsable obligado a aceptar a colaboradores inamovibles puede llegar a ser un rehén de dicho equipo. Deberá compensar su debilidad jugando con otros tipos de poder: ejemplaridad, identificación, funcionalidad,...
ESTILOS DE LIDERAZGO El estilo de Autoridad Personalizada es ideal para pequeñas empresas, empresas con trabajadores poco cualificados y, en general, empresas en sus inicios. Con este estilo el directivo lanza los siguientes mensajes:
El estilo de Autoridad Compartida es ideal para empresas altamente cualificadas de tipo burocrático: Hospitales, escuelas, centros de salud, etc. Los mensajes que lanza el directivo son:
Finalmente el Consenso grupal funciona en empresas marcadas por la creatividad de sus miembros o por ser los trabajadores tan altamente cualificados que en realidad la empresa es suya. Ejemplos podrían ser: Departamentos de Marketing y Publicidad, Gabinetes de Arquitectos, Abogados,... En este tipo de estilo directivo se lanzan los siguientes mensajes:
Este estilo directivo sólo puede funcionar en empresas donde cada trabajador es propietario de su rendimiento (de manera real o simbólica). El estilo de autoridad compartida enriquece a la empresa y logra que los profesionales altamente cualificados encuentren su papel en ella. Es ideal para entornos en los que el trabajo de los profesionales está basado en la creatividad y responsabilidad. Sin embargo, comporta riesgos. Bibliografía consultada: |
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Idioma: | castellano |
País: | España |