Filosofía y Ciencia
Lenguaje, verdad y lógica; Alfred J Ayer
Capítulo I
Las disputas entre los filósofos se acabarían estableciendo incuestionablemente cuales podrían ser el objetivo y el método de una investigación filosófica.
La tesis metafísica nos da el conocimientote una realidad que va más allá del mundo de la ciencia y el sentido común. La manera de atacar a un metafísico que dijera tener el conocimiento de una realidad que trascendiese el mundo fenoménico sería investigar a partir de que premisas se dedujeron sus proposiciones. Para un metafísico, las afirmaciones están basadas, fundamentalmente, sobre la evidencia de los sentidos. Él está dotado de una facultad de intuición intelectual intelectual que le permite conocer hechos que no podrían ser conocidos por medio de la experiencia sensorial.
La metafísica trascendente es una crítica de la naturaleza de las declaraciones reales que lo abarcan. Ayer mantiene que ninguna declaración referida a una realidad que trascienda los límites de toda posible experiencia sensorial puede tener ninguna significación literal.
Kant también condenó la metafísica trascendente, dijo que el conocimiento humano se perdía en contradicciones y que para trazar un límite al pensamiento tendríamos que pensar en los dos lados de ese limite.
La acusación contra el metafísico no estriba en que este pretenda utilizar el conocimiento en un campo en el que no pueda aventurarse provechosamente, sino en que produce frases que no logran ajustarse a las condiciones que una frase ha de satisfacer, necesariamente, para ser literariamente significante.
El criterio que utilizamos para probar la autenticidad de aparentes declaraciones de hecho es el criterio de verificabilidad. Una frase es factualmente significante para toda persona dada, siempre y cuando esta persona conozca como verificar la proposición que la frase pretende expresar, es decir, si conoce que observaciones le inducirán, bajo ciertas condiciones, a aceptar la proposición como verdadera o a rechazarla como falsa.
Hay una distinción entre verificabilidad práctica y verificabilidad en principio. Ayer conoce proposiciones que han tomado el trabajo de verificar y también otro gran número que no podemos verificar porque carecemos de los medios prácticos para ponernos en situación y por tanto la proposición es verificable en principio pero no en la práctica, y es por lo tanto, significante.
Se dice que una proposición es verificable en el sentido fuerte del término siempre y cuando, su verdad pueda ser concluyente establecido mediante la experiencia y verificable en el sentido débil, si es posible para la experiencia hacerla probable.
Se reconoce que las proposiciones de leyes generales están destinadas a abarcar un número infinito de casos, entonces debe admitirse que no pueden, ni siquiera en principio, ser verificados concluyentemente. Estamos obligados a tratar estas proposiciones de leyes generales del mismo modo en que tratamos las declaraciones del metafísico.
Una hipótesis no puede ser concluyentemente refutada más que si puede ser concluyentemente verificada. Porque, cuando consideramos la presencia de ciertas observaciones como prueba de que una determinada hipótesis es falsa, presuponemos la existencia de ciertas condiciones.
¿Serían determinadas observaciones adecuadas para decidir de su verdad o de su falsedad? Si se da una respuesta negativa se dice que la declaración es absurda.
Una proposición que registra una observación real o posible esa una proposición experiencial.
Ayer condena la afirmación de que el mundo de la experiencia sensorial es totalmente irreal porque piensa que es absurdo; esto no quita que los sentidos muchas veces engañen y se quiera sentir algo que una vez experimentado no es así. Además ninguna observación demuestra que sea irreal.
La cuestión metafísica relativa a la sustancia es rechazada por nuestro criterio ya que no se puede demostrar ni que unas teorías sean verdaderas ni que lo sean otras.
Los realistas e idealistas presentan un aspecto metafísico. Su controversia no puede ser rechazada sin mas porque los realistas demuestren que es real aplicado en el sentido de que no es imaginario. La disputa es relativa al análisis de las posiciones existenciales. Esta disputa resulta falsa si se le da una interpretación metafísica.
La filosofía como autentica rama del conocimiento debe ser distinguida de la metafísica. La mayoría de los grandes filósofos no eran metafísicos.
El principio de verificabilidad dice que toda hipótesis factual esta remitida a una experiencia de la realidad.
Las expresiones de la metafísica no son proposiciones. Además todas las proposiciones significantes son o tautologías o empíricas, con lo que no son metafísica, y si no son significantes son absurdas.
El ejemplo de “los mártires existen”,”los mártires sufren” gramaticalmente iguales pero a la vez muy distintas. Además el “ser” no puede ser atributo de nada porque el ser mismo no se le puede atribuir a una cosa que no existe, por tanto, si existe “es” y como conclusión no es un atributo, sino estaríamos ante una tautología.
Una cosa parecida pasa con las frases “los perros son leales” y “los unicornios son fabulosos” gramaticalmente siguen siendo iguales, pero para que un perro pueda ser leal tiene que existir, sin embargo a los unicornios les decimos que son algo pero no existen con lo que empíricamente no es correcta aunque a estas frases ya las admitimos como semicorrectas.
Para toda frase o palabra que pueda ser el tema gramatical de una oración tiene que haber, en alguna parte, una entidad real correspondiente. Porque aunque empíricamente no existan como los unicornios, se les remite a un mundo especial, por tanto son semirreales.
Estos ejemplos nos dan a entender como se formulan la mayoría de las afirmaciones metafísicas. Esto demuestra que se escriben muchas oraciones gramaticalmente correctas pero que luego son un absurdo. Un buen número de los tradicionales problemas de la filosofía son metafísicos y por consiguiente artificiales.
Se puede decir que los metafísicos son poetas desplazados ya que no se puede decir ni que sus teorías sean falsas o verdaderas por tanto solo sirven para crear emociones en la persona que lo lee. Esto se basa en que ambos escriben absurdos. Pero no es tampoco así porque el fin de los metafísicos no era crear belleza, sino intentar explicar la realidad, solo que cae en errores de gramática o razonamiento.
Capítulo II
La misión del filosofo, piensan muchos que es la de construir un sistema deductivo. Pero aunque no sea así el filósofo no prescinde del método deductivo.
Los primeros principios que nos dan los filósofos no pueden ser las leyes de la naturaleza ya que intentan explicarnos un conocimiento.
Descartes pretendía derivar el conocimiento humano de premisas cuya verdad era intuitivamente cierta pero todos los hombres no son igual de crédulos y lo q él hacía era basar el conocimiento en proposiciones que sería auto-contradictorio negar.
Que un pensamiento se haya producido en un momento dado, no implica que haya habido otro conocimiento en otro momento y tampoco que se pueda construir un yo único porque haya habido suficientes pensamientos.
Los principios tienen que ser obtenidos inductivamente, no se puede hacer solo por deducción por tanto la idea de la metafísica no es acertada y además, basar un sistema deductivo en proposiciones que describen lo que es inmediatamente dado está condenado a fracasar.
No es posible deducir todo nuestro conocimiento de primeros principios. Los que dicen que la función de la filosofía es llevar a cabo la deducción están a la vez diciendo que no es una rama autentica del conocimiento. La filosofía es una verdad acerca de las ciencias y el filósofo se interesa por igual en cada una de las ciencias y al decir esto desechamos la posibilidad de que pueda ser alineada con las ciencias existentes. En un principio, todos los campos de la experiencia pueden ser explicados por las leyes científicas.
La función de la filosofía es enteramente crítica. La labor del filosofo es la de determinar la verdad o falsedad de toda proposición dada.
Las ciencias naturales pueden ser consideradas como respetables hasta que los filósofos solucionen el problema de la inducción que es encontrar un modo de probar que determinadas generalizaciones empíricas que se derivan de la experiencia del pasado van a servir para el futuro. La uniformidad de la naturaleza no hace más que establecer, de un modo engañoso, el supuesto de que la pasada experiencia es un guía digno de confianza para el futuro, mientras que el principio de la limitada variedad independiente lo presupone. Y el resto de los principios empíricos de la inducción escapan de esta cuestión. Además el hecho de que ese razonamiento haya tenido validez en el pasado no quiere decir que lo vaya a tener en el futuro aunque el ser racional implica ser guiado de un modo especial por la pasada experiencia.
Por sí mismo, el análisis de un principio sintético no nos dice nada acerca de su verdad y esto no lo suelen tener en cuenta los filósofos que se ocupan de la llamada teoría del conocimiento. Es un error pensar que estos no pueden creer en la existencia de cosas materiales a no ser que pueda darse un análisis satisfactorio. Lo que nos hace poder creer en la existencia de las cosas materiales es el hecho de que tenemos determinadas sensaciones. La misión del filósofo es la de dar una correcta definición de las cosas materiales en términos de sensaciones. No tiene derecho a despreciar las creencias del sentido común si lo haced es porque es un gran ignorante del verdadero propósito de sus investigaciones. El filósofo no debe intentar formular verdades especulativas, ni buscar primeros principios, ni hacer juicios a priori acerca de la validez de las creencias empíricas sino únicamente hacer trabajos de esclarecimiento y análisis.
No todos los filósofos se han dedicado únicamente a analizar.
La metafísica no esta de acuerdo con que la filosofía es una rama del conocimiento y es por lo que se diferencia de la filosofía aunque en numerosas ocasiones se confunda.
La historia de la filosofía no es casi por completo la historia de la metafísica aunque contenga parte se esta. Los grandes filósofos han sido analistas. Un ejemplo de esto es Locke que vio que su función como filósofo no era ni afirmar ni negar la validez de las proposiciones empíricas sino solamente analizarlas.
La concepción real de las relaciones entre cosas materiales y contenidos sensoriales de realistas e idealistas no era del todo cierta y condujo a conclusiones paradójicas. Ahora se sabe que se puede definir las cosas materiales en términos de contenidos sensoriales.
El hecho de que todas las teorías de la percepción causales y representativas traten de las cosas materiales como si fuesen cosas inobservables nos permite desecharlas a priori.
Hume rechazó la metafísica también y todas sus obras eran de análisis. Aunque fue acusado de negar la casualidad lo único que hizo fue intentar definirla. Demostró que la relación causa efecto no era de carácter lógico y que las leyese causales no se derivan analíticamente de la experiencia, por tanto era un error analizar proposiciones que afirmasen conexiones causales.
Las definiciones de Hume sobre la casualidad siguen vigentes en nuestros días porque aunque se demostró que no era cierto del todo lo que quería decir nuestra teoría es muy similar a la suya.
Al sostener que la actividad filosófica es esencialmente analítica, estamos coincidiendo con un punto de vista que siempre estuvo presente en el empirismo inglés. Además mucha de la filosofía tradicional es auténticamente filosófica.
La filosofía es totalmente independiente de la metafísica aunque muchos piensen que la el método analítico tiene una base metafísica. Estos piensan que el análisis filosófico es una actividad de disección pero su presuposición es absurda.
La validez del método analítico no depende de ninguna presuposición empírica y mucho menos metafísica acerca de la naturaleza de las cosas porque el filósofo, como analista, no está directamente interesado en las propiedades físicas de las cosas. Sólo esta interesado en la forma en que hablamos de ellas
Las proposiciones de la filosofía no son factuales sino de carácter lingüístico.
Lo que más ha contribuido a la predominante mala interpretación de la naturaleza del análisis filosófico es el hecho de que proposiciones y cuestiones que realmente son lingüísticas hayan sido expresadas frecuentemente de un modo que parecen factuales.
La filosofía está cargada de preguntas como “¿Qué es un universal?” que parecen ser factuales pero no lo son. Es erróneo escribir acerca de cuestiones lingüísticas en lenguaje “factual”, suele ser conveniente por razones de brevedad.
Capítulo III
La filosofía provee de definiciones pero esto es muy distinto a lo que hacen los diccionarios porque las definiciones de la filosofía son de una clase distinta. En un diccionario buscamos principalmente las que podrían llamarse definiciones explicitas mientras que la filosofía se encarga de las definiciones en uso. La mayoría de las definiciones que se dan en las conversaciones ordinarias son explícitas.
Definimos un símbolo en uso demostrando cómo las frases en las que aparece significativamente pueden ser traducidas a frases equivalentes, que no contengan ni el definiendum mismo, ni ninguno de sus sinónimos. “el cuadrado redondo no puede existir” y “ninguna cosa puede ser redonda y cuadrada” es una manera de definir frases. El efecto de esta definición es la de acrecentar nuestra compresión de determinadas frases. Que las frases descriptivas son símbolos demostrativos supone la caída en la metafísica.
En general podemos decir que el propósito de una definición filosófica es el de disipar aquellas confusiones que surgen de nuestra imperfecta compresión de determinados tipos de frases en nuestro lenguaje, cuando la necesidad no puede resolverse mediante la provisión de un sinónimo para determinado símbolo, o porque no hay sinónimo o en otro caso, porque los sinónimos válidos son tan confusos como el símbolo que origina la confusión.
Dos frases son del mismo tipo cuando pueden ser interrelacionadas de tal modo que a cada símbolo de una frase corresponde un símbolo del mismo tipo en la otra y se dice que dos símbolos son del mismo tipo, cuando es posible sustituir a uno por el otro, sin convertir una frase significante en un fragmento absurdo.
Teoría filosófica parte de la estructura del lenguaje dado. No importa que consideremos el símbolo definido como constituido por signos visibles o por sonidos.
Un factor que complica la estructura de un lenguaje es el predominio de símbolos ambiguos.
Se puede explicar la naturaleza de las construcciones lógicas diciendo que la introducción de símbolos que denotan construcciones lógicas es un recurso que nos permite establecer complicadas proposiciones acerca de los elementos de esas construcciones en una forma relativamente simple. Las construcciones lógicas no son objetos imaginarios.
La función de una definición en uso no es la de facilitarnos un sinónimo para cada símbolo, sino la de capacitarnos para traducir oraciones de un cierto tipo.
Quienes escriben acerca de la percepción y se dedican a describir la naturaleza de una cosa material creen que están discutiendo una cuestión factual pero no es así. La pregunta ¿cual es la naturaleza de una cosa material? Es como cualquier otra pregunta de esa forma, una cuestión lingüística, porque es la búsqueda de una definición. Y las proposiciones que se formulan como respuesta a ella son proposiciones lingüísticas, aun cuando puedan ser expresadas de tal modo que parezcan factuales. Son proposiciones acerca de las propiedades de las cosas que los símbolos los representan.
Cuando se dice que una cosa material está constituida por contenidos sensoriales reales y posibles, todo lo que se está afirmando es que las oraciones que se refieren a contenidos sensoriales, que son las traducciones de las oraciones que se refieren a toda cosa material, son categóricas e hipotéticas.
Una cosa material que posee contenido sensorial visual y otro táctil, posee como característica entre sus dos contenidos el hecho de que son simétricos y transitivos. Pertenecen a la misma cosa material cuando cada elemento del grupo visual forma parte de la misma experiencia sensorial que un elemento de grupo táctil. Los contenidos sensoriales del gusto, del sonido y del olfato que se asignan a determinadas cosas materiales, pueden clasificarse con referencia a su asociación con contenidos sensoriales tácticos.
Decir que una cierta cualidad que es la cualidad real de una cosa material dada equivale a decir que ella caracteriza los elementos de la cosa, que son los más convenientemente proporcionados de todos los elementos que poseen cualidades de la clase en cuestión.
Por todo lo dicho anteriormente, Ayer define las relaciones de cualidad o de posición entre las cosas materiales en términos de las relaciones de cualidad o de posición que alcanzan entre elementos tan privilegiados.
Los símbolos que representan cosas materiales sirven para aumentar el conocimiento de las oraciones en que se refieren a cosas materiales.
Se dice a veces que el propósito de las definiciones filosóficas es el de revelar la significación de ciertos símbolos o combinaciones de símbolos pero no todas las oraciones que son equivalentes puede decirse que tienen la misma significación. En muchas ocasiones se confunde la significación con la equivalencia pero dos oraciones tienen la misma significación solo si tienen el mismo efecto sobre las ideas y acciones mientras que pueden ser equivalentes sin tener el mismo efecto.
La filosofía juzga el efecto psicológico que la presencia de ciertos símbolos tiene sobre un determinado grupo de gente. A si mismo, es equivocado afirmar que la filosofía dice como se deben usar esos símbolos. El análisis filosófico no estudia ningún hábito lingüístico de un grupo de personas.
Las definiciones se obtienen a partir de convenciones que son observadas, en la práctica, por algún grupo de gentes.
El proceso de análisis de un lenguaje se facilita utilizando para la clasificación de sus formas un sistema artificial de símbolos cuya estructura es conocida.
Capítulo IV
La noción de filosofía que Ayer adopta puede ser descrita correctamente como una forma de empirismo porque es característico de un empirista evitar la metafísica, sobre la base de que toda proposición factual debe referirse a la experiencia sensorial. El empirismo de Ayer se basa en consideraciones puramente lógicas.
Este tiene la opinión de que ninguna proposición general cuya validez esté sujeta a la prueba de la experiencia real puede ser nunca lógicamente cierta además toda proposición tiene la posibilidad de ser refutada en alguna ocasión futura.
Esto se cumple en todas las proposiciones empíricas, pero en la lógica y las matemáticas no es así, porque estas proposiciones son necesarias y ciertas. Por todo lo dicho anteriormente el empirista puede tratarlas de dos maneras distintas: cabe la posibilidad de decir que no son verdades necesarias pero en este caso tiene que refutar la universal condición de que lo son; también puede decir que no poseen contenido factual pero entonces tiene que explicar como una proposición carente de todo contenido factual puede ser verdadera y útil. Ayer se ve obligado entonces a admitir que hay algunas verdades que no se pueden conocer por la experiencia, es decir, que los objetos poseen algunas propiedades que no se puede observar que se posean. Al admitir esto esta afirmando también el hecho de que es algo inexplicable y misterioso que nuestra inteligencia tenga esta facultad de revelarnos autorizadamente la naturaleza de objetos no observados nunca. Pero asumir esto es contrario a las ideas empiristas de Ayer ya que él explica que una oración que no puede ser comprobada por la experiencia es un absurdo. Para defenderse de este hecho, dice que los principios de la lógica y las matemáticas son universalmente verdaderos, porque nunca les permitimos ser otra cosa. Además, no podemos abandonarlos sin contradecirnos a nosotros mismos por eso decimos que son proposiciones analíticas o tautologías.
Kant afirma que los juicios analíticos no amplían el conocimiento mientras que los juicios sintéticos si pero no da un criterio para distinguir entre proposiciones analíticas y sintéticas sino que da dos criterios distintos que son equivalentes. Una afirmación analítica no necesita recurrir a la experiencia para ser real ya que toda proposición de la forma “O p es verdadera o p no es verdadera” es valida independientemente de la experiencia por eso todas las afirmaciones de este tipo son analíticas y carecen totalmente de contenido factual y es por esta razón por la que nadie puede refutarlas pero con esto no quiere decir que sean absurdas como las metafísicas, ya que nos iluminan al ilustrar acerca de cómo usamos ciertos símbolos.
Además, hay un sentido en el que las proposiciones analíticas nos dan un nuevo conocimiento aunque también hay otro en el que es posible decir que no añaden nada a nuestro conocimiento.
El empleo de una tautología permite hacer explícita una información pero no facilita ningún nuevo conocimiento en el sentido en el que lo pueden hacer las empíricas por eso si alguien tuviese que exponer toda la información que posee de cuestiones reales, no escribiría una proposición analítica. Solo las emplearía porque le permitirían asegurarse de que las proposiciones sintéticas de que esta compuesta la relación constituía un sistema auto coherente.
El carácter analítico de las verdades de la lógica formal estaba oscurecido en la lógica tradicional porque se encontraba insuficientemente formalizado. La lógica tradicional estaba interesada en las operaciones del pensamiento y no en las propiedades de las inteligencias humanas y mucho menos en las propiedades de los objetos materiales, sino, sencillamente, en la posibilidad de combinar proposiciones mediante partículas lógicas en proposiciones analíticas y en el estudio de la relación formal de estas proposiciones analíticas, en virtud de la cual la una es deducible de la otra. Se exponía a la lógica formal como un sistema deductivo. Pero se olvidaba que toda proposición lógica es válida por sí misma y que su validez no depende de que esté incorporada a un sistema y deducida de ciertas proposiciones que se consideran como auto evidentes.
De las proposiciones matemáticas hay unas, según Kant, que son sintéticas, la geometría porque es el estudio de las propiedades del estado físico y por consiguiente, sus proposiciones tienen un contenido factual, pero este razonamiento es erróneo. La geometría son definiciones y los teorema son solo las consecuencias lógicas de estas definiciones. La geometría no tarta del espacio como este filósofo afirmaba sino que no trata de “nada”. Si una geometría puede ser o no aplicada al mundo físico real o no, es una cuestión empírica que cae fuera del propósito de la geometría misma por tanto son proposiciones puramente analíticas.
Al ser la lógica y la matemática analíticas o tautologías, son ciertas siempre que los símbolos utilizados sean los adecuados, y esto pasa en cualquier verdad a priori.
Según Poincarési todas las afirmaciones que la matemática formula pueden derivarse una de otra mediante la lógica formal, la matemática no puede alcanzar más que una inmensa tautología.
Todas las proposiciones de las que sabemos que son válidas independientemente de toda experiencia, lo son solamente en virtud de esa carencia de contenido factual. Decir que una proposición es verdaderas a priori es decir que es una tautología, aunque pueden servir para guiarnos en nuestra empírica búsqueda de conocimiento, no contienen en sí mismas información alguna acerca de ninguna realidad.
Capítulo VIII
Nada hay en la naturaleza de la filosofía que justifique la existencia de partidos o escuelas filosóficas en conflicto porque solo cuando la evidencia utilizable es insuficiente para determinar la probabilidad de una proposición, es justificable una diferencia de opinión respecto a ella. Pero, en relación con las proposiciones de la filosofía, esto no ocurre nunca.
La función del filósofo es sacar las consecuencias de nuestros usos lingüísticos. En la filosofía se tratan cuestiones puramente lógicas. Al ser así, las dudas pueden ser resueltas porque sino pudiera hacerse se desecharían por metafísicas o serían sometidas a una investigación empírica.
Las disputas mas importantes que existen son las de racionalistas y empiristas, entre realistas e idealistas y entre monistas y pluralistas. Las tesis mantenidas por las escuelas son parcialmente lógica, parcialmente metafísica y parcialmente empírica.
Racionalismo y empirismo
La doctrina metafísica sostenida por los racionalistas y rechazada por los empiristas es la de que existe un mundo supra-sensible, pero esto es algo sin sentido porque ninguna observación empírica podría tener la más leve tendencia a establecer conclusión alguna relativa a las propiedades, o incluso a la existencia, de un mundo suprasensible.
Del aspecto lógico de la controversia racionalista empirista, Ayer esta a favor de los empiristas porque una proposición solo tiene contenido factual si es empíricamente verificable, y por consiguiente, los racionalistas se equivocan al suponer que hay proposiciones a priori que se refieran a realidades pero ha admitido que hay proposiciones que son necesariamente válidas al margen de toda experiencia, las tautologías y en ese aspecto está en contra de los empiristas.
También esta en contra de los positivistas en algunos puntos como por ejemplo el método que estos emplean para distinguir una expresión metafísica de una auténtica proposición sintética porque ellos exigen de una proposición sintética que sea concluyentemente verificable. El criterio positivista, lejos de señalar la distinción entre sentido literal y sin sentido hace que carezcan de sentido todas las expresiones. Una expresión es considerada metafísica, por Ayer, cuando ni es una tautología, ni tampoco es susceptible de ser verificada por ninguna posible observación. También esta en contra de la doctrina positivista en relación a la significación de los símbolos particulares porque los positivistas creen que todos los símbolos, más que constantes lógicas, deben representar contenidos sensoriales o bien ser explícitamente definibles en términos de símbolos que representan contenidos sensoriales.
Tampoco se adscribe a ninguna de las doctrinas que han sido dadas por los empiristas. Esta de acuerdo con Hume en sus teorías relativas a la validez de las proposiciones de ley generales pero no en que son formuladas, no acepta el que las hipótesis generales sean formuladas a partir de un número de ejemplos observados. En esto está de acuerdo con los racionalistas que dicen que el proceso por el que llegan a constituirse las teorías científicas suele ser deductivo. El científico no formula sus leyes como resultado de verlas ejemplificadas solamente. También comparte opinión con los racionalistas en que la inteligencia es algo activo en el conocimiento, que no espera a que ocurran las cosas sino que se modifica para someterla a los experimentos oportunos.
Realismo e idealismo
El realismo e idealismo están en disputa por el análisis de proposiciones existenciales pero esto es una disputa metafísica porque se intenta saber si un objeto es real o ideal y esto es una cuestión empírica que no puede ser establecida mediante ninguna observación posible. Además cuando se define todavía está en disputa si tiene la propiedad de ser real o de ser ideal, y esto es una cuestión totalmente ficticia.
La disputa lógica es la que se refiere a la cuestión “¿qué es lo que expresa mediante oraciones de la forma “x es real”?” los idealistas mantienen q esto es equivalente a que x es percibida por lo que es auto contradictorio decir que algo existe sin ser percibido por tanto implica que x es mental y por esto dice que todo lo que existe es mental. Los realistas dicen que el concepto de realidad es inanalizable y por tanto sostienen que no hay oración alguna relativa a las percepciones que sea equivalente a la oración x es real. Según Ayer los realistas tienen razón en lo que niegan pero no en lo que afirman.
Las bases sobre las que los idealistas afirmaban que ninguna cosa material podía existir sin ser percibida era:
-
una cosa no es mas que la suma de sus cualidades sensibles
-
es auto contradictorio afirmar que una cualidad sensible existe sin ser sentida.
Pero para que algo existiera no tenía porque ser percibida por ningún humano, sino que podía ser percibida por Dios. Pero esto es algo erróneo ya que para que esa teoría fuera verdadera tendría que existir Dios y esa es una cuestión metafísica. Lo que si que es cierto, según el criterio de Ayer, es que “una cualidad sensible” no puede existir sin ser sentida. El error de los idealistas estaba en la concepción entre las cosas materiales y los contenidos sensoriales que las constituyen. Si una cosa material fuera la suma de sus cualidades sensibles ninguna cosa podría existir sin ser percibida pero los contenidos sensoriales no son partes de las cosas materiales.
No hay contradicción alguna en afirmar la existencia de una cosa material que nunca ha sido realmente percibida, por tato los idealistas se equivocan, porque al afirmar que la cosa existe, se esta afirmando solamente que se producirían determinados contenidos sensoriales si se cumpliese un determinado conjunto de condiciones relativas a las facultades y a la posición de un observador, y tal proposición hipotética puede muy bien ser verdadera, aún cuando nunca se cumplen las condiciones adecuadas.
Además también se debe afirmar la existencia de los hombres y esto es algo que no hacían.
Para que algo sea percibido no tiene porque ser obligatoriamente mental como también se afirmaba ya que el término mental se aplica solo a las construcciones lógicas, los contenidos sensoriales no se puede decir que sean en sí mismos mentales o no. Este fallo según Ayer procede de un error que cometió Descartes aunque filósofos de después que han analizado lo dicho por este lo han apoyado.
Es característico de algunos idealistas sostener que “x es real” donde x representa una cosa y no a una persona, es equivalente a “x es pensada”, de modo que es auto contradictorio sostener que algo existe sin ser pensado o que algo que es pensado es irreal ya que si yo hago un juicio cualquiera de algo, tengo que estar pensando en él pero la oración “yo juzgo que x existe” claramente no equivale a “x existe” porque yo puedo juzgar que existe una cosa que realmente no existe y una cosa puede muy bien existir sin que nadie juzgue si existe.
El que todo lo pensado existe no es algo exclusivo de los idealistas. Algo que es pensado no tiene porque ser atributo de nada porque nosotros podemos pensar en unicornios u otros seres imaginarios que por tanto serían pensados pero que no existen. La noción de que estos objetos imaginarios “tienen ser real” aun cuando no existan es metafísica.
Tampoco “x es mental” implicaría lo mismo que “x es pensada” por tanto no todas las cosas son mentales.
Hay otro punto de controversia entre realistas e idealistas ya que aunque se ha demostrado que los realistas tienen razón en lo dicho anteriormente, contra ellos se ha argüido que, aun cuando las cosas continúan existiendo realmente sin que nadie esté percibiéndolas, no podemos tener ninguna razón suficiente para suponer que lo hacen. Una cosa existe sin ser percibida. Hay además bases inductivas suficientes para creer en la existencia de cosas que no han sido percibidas nunca, ya que si sabemos de una cosa que tiene otra cosa y esto ha sido percibido, y otro objeto análogo con las mismas cualidades no ha sido nunca estudiado, podemos deducir que tendrá la misma cosa que el anterior y sin embargo nuca ha sido percibido.
Monismo y pluralismo
Los monistas afirman que la realidad es solo una y los pluralistas lo niegan pero esta disputa es absurda y carece de sentido porque ninguna situación empírica podría tener relación alguna con su verdad pero esta relación metafísica da lugar a errores lógicos.
Los monistas dicen que cada cosa en el mundo está relacionada con cada una de las otras cosas, declaran que una cosa lo es porque tiene las propiedades que tiene. Si es privada de alguna de sus propiedades deja de ser la misma cosa. Establecer algún hecho acerca de una cosa implica establecer todos los hechos acerca de cada cosa. Esto equivale a decir que toda proposición verdadera puede deducirse de cualquier otra y esto lleva a los monistas a hacer la afirmación metafísica de que la realidad es una.
El paso decisivo en el argumento es la suposición de que todas las propiedades de una cosa, incluidas todas sus propiedades relacionales, son constituyentes de su naturaleza pero la falsedad de esto resulta evidente. Además la palabra naturaleza puede emplearse para designar diferentes cosas, por eso no es fácil saber si los monistas mantienen la posición de que todas las propiedades de una cosa son definidoras d ella o si son atinentes de su comportamiento. Decir que una propiedad p de una propiedad definidora de una cosa A es equivalente a decir que la oración que se forma sobre el símbolo A como sujeto y sobre el símbolo p como predicado expresa una proposición analítica.
Es característico de los monistas afirmar y de los pluralistas negar no solo que cada hecho está lógicamente contenido en cada uno de los otros, sino también que cada hecho está causalmente relacionado con cada uno de los otros. Hay suficientes bases empíricas para rechazar la doctrina monista, pues niega la posibilidad de las ciencias naturales porque es claro que, al hacer una determinada predicción, somos capaces de considerar solo un limitado conjunto de datos; lo que no tenemos en cuenta, suponemos que estamos autorizados a ignorarlo como no interesante. El hecho de que nuestras predicciones sean, con mucha frecuencia, acertadas, nos da motivos para creer que algunos, pos lo menos, de nuestros juicios acerca del nulo interés de determinados datos son correctos y en consecuencia, para rechazar la doctrina monista que niega su legitimidad.
Los metafísicos se aventuran en campos que se encuentran más allá de la investigación científica y el resultado son contrasentidos.
La psicología se ve unida a la metafísica actualmente por los símbolos que utiliza. La misión del filósofo es la de “limpiar” los símbolos para eliminar la metafísica de todos estos campos y esto sería bueno para el progreso de la ciencia como conjunto.
La ciencia está ciega sin la filosofía y la filosofía sin la ciencia porque mientras el análisis del lenguaje diario es útil para eliminar un determinado caudal de metafísica, los problemas que presenta no son de tanta dificultad como para permanecer mucho tiempo sin solución. Por tanto es equívoco trazar una distinción determinante entre filosofía y ciencia, la filosofía tiene que desarrollarse dentro de la ciencia.
Un filósofo necesita convertirse en un científico en algunos aspectos si quiere contribuir al desarrollo humano.
REFLEXIÓN PERSONAL:
Ayer durante todo su libro sostiene que la metafísica no es filosofía, que es solo un absurdo y debe tratarse como tal. Según él todo lo que no es sensorial o sensitivo no tiene cabida en la filosofía, lo trata como algo insignificante que no aporta nada a las ciencias. Le da el mismo valor que le concede a la poesía u otras ramas que solo intentan creer belleza pero no dicen nada que posea un sentido real.
De lo que Ayer no se da cuenta es que hay realidades en el mundo que no pueden ser percibidas por nuestros sentidos pero que están hay. Por ejemplo el hecho de la existencia del sí mismo. A esto Ayer según nos hace entender no le da ninguna cabida en sus estudios pero realmente todos notamos que hay algo dentro de nosotros que nos hace saber que estamos pensando cuando pensamos, amando cuando amamos, sufriendo cuando sufrimos… y es algo que no poseen las máquinas o aparatos, pero que tampoco puede ser observado ni sentido por los sentidos, por tanto para este filósofo no existiría pero a mi parecer es algo real y metafísico por tanto la metafísica no sería un absurdo.
También hay que tener en cuenta que la mayoría de los grandes filósofos han sido en cierta medida metafísicos, lo que nos hace suponer que encontrarían evidencias suficientes para estudiar todas esas cuestiones que escapan de nuestras percepciones sensoriales. Algo verían o notarían para razonar y estudiar todas esas cosas que no podrán ser afirmadas rotundamente nunca. Aunque Ayer haya encontrado motivos para suponer que lo que estos filósofos defendían era erróneo, hay que pensar que la gran mayoría de los mismos pensaban lo contrario a él y si hubiera que tener en cuenta las cabalas de todos los filósofos que estudiamos, la presencia de la metafísica sería más numerosa e importante.
La metafísica es una cuestión que nunca podrá ser resuelta porque aunque el principio de inteligibilidad universal defienda que todo puede ser conocido por nuestra inteligencia, yo opino que no es así porque algo que escapa de nuestras percepciones sensitivas nunca podrá ser estudiado ni siquiera con máquinas, porque si no poseemos eso que se quiere estudiar ni tienen muestras de como es no se puede analizar.
Si desechamos la metafísica y olvidamos todas las cuestiones que esta nos plantea estamos ignorando una parte muy importante de la realidad porque lo percibido por los sentidos es una pequeñísima parte en comparación con lo que ésta nos muestra y brinda la oportunidad de conocer. Ya que todos los aspectos mentales e intelectuales pertenecen a este campo.
Preguntas como: ¿qué es la libertad? o ¿en qué medida somos libres? Y todas aquellas que no he nombrado y que tienen relación con este término abstracto nunca podrían ser resueltos sin esta parte tan importante de la filosofía y ocupan una parte muy importante de los estudios de esta ciencia porque la base de todo ser humano es la libertad y nuestros razonamientos y estudios también tienen que ver mucho que ver con lo libres que somos para realizar las acciones que realizamos o hacer los estudios que hacemos.
A mi parecer Ayer razona y explica muy bien sus opiniones para hacernos creer lo mismo que sus investigaciones le han revelado a él pero lo que realmente carece de sentido y es un absurdo no es lo que él piensa sino lo que el dice y su manera de exponer el hecho de que la metafísica no existe porque para mí al igual que para muchos otros la evidencia no es lo que nos hace creer Ayer sino todo lo contrario, que la metafísica SI existe. Por tanto lo único que sirve solo para crear belleza, como él exponía, a parte de la filosofía es el libro lenguaje verdad y lógica.
Es más si las disputas filosóficas no existieran se perdería una fuente muy importante de sabiduría porque no abría todos esos diversos puntos de vista entre los que se encuentra la verdadera realidad y podríamos todos estar equivocados pensando que somos los mas sabios del mundo. Además sin esos “piques” entre doctrinas se avanzaría mucho menos porque los estudios se hacían más rápidamente y analizando todo perfectamente por el hecho de demostrar que tu doctrina era la que tenía razón.
DEFINICIONES:
Proposiciones auténticas son:
Las que conciernen a las “relaciones de las ideas”, son la lógica y la matemática pura (que son analíticas, es decir, no pueden ser refutadas por la experiencia). Y es la determinación de utilizar símbolos de un modo determinado.
Las relativas a realidades empíricas: hipótesis que pueden ser probables pero nunca ciertas. Al comprobarlo se descubre la naturaleza de la verdad.
Positivistas lógicos son un grupo de filósofos empiristas con los que Ayer está totalmente de acuerdo. Son el llamado “círculo vienés” y estaban bajo la dirección de Moritz Schlick.
Símbolo ambiguo es el constituido por signos que son idénticos en su forma sensible, no solo entre sí, sino también respecto a signos que son elementos de otro de otro símbolo determinado porque lo que hace a dos signos elementos del mismo símbolo no es simplemente una identidad de forma, sino también una identidad de empleo.
El principio fundamental del racionalismo es que el pensamiento es una fuente independiente de conocimiento, y que constituye, además, una fuente de conocimiento más fidedigna que la experiencia; en realidad , algunos racionalistas han llegado incluso a decir que el pensamiento es la única fuente de conocimiento y esta noción se basa, simplemente, en que las únicas verdades necesarias acerca del mundo conocidas para nosotros son conocidas a través del pensamiento y no a través de la experiencia.
Proposición analítica es aquella proposición en la que el predicado B pertenece al sujeto A como algo que esta secretamente contenido en el concepto de A. estos juicios no aportan nada por medio del predicado al concepto del sujeto, sino que sencillamente lo descomponen en aquellos en aquellos conceptos constituyentes que desde el principio han sido considerados en él, aunque confusamente.
Proposición sintética es aquella en la que el predicado B permanece fuera del sujeto A, aunque se mantenga una conexión con él. Añaden al concepto del sujeto, un predicado que no ha sido de ningún modo considerado en él y que tal vez ningún análisis puede extraer de él.
Cálculo es un proceso de transformación tautológica mediante el cual cambiamos la forma de las expresiones sin alterar su significación. Las tablas de multiplicación son reglas para llevar a cabo la transformación tautológica de oraciones expresadas en simbolismo lógico o en lenguaje ordinario.
Proposición es una clase de oraciones que tienen la misma significación intencional para cualquiera que las comprenda.
Ser racional es, sencillamente, emplear un procedimiento auto-coherente y autorizado para la formación de todas las creencias propias. El hecho de que el procedimiento, con referencia al cual ahora determinamos si una creencia es racional, puede luego perder nuestra confianza, no disminuye, en absoluto, la racionalidad de adoptarlo ahora.
Sujeto es, según Hume, nada más que un haz o conjunto de diferentes percepciones. Aunque después de afirmar esto, el filósofo se encontró incapaz de descubrir el principio sobre el que se unían, para formar un solo sujeto, innumerables y distintas percepciones entre las que era imposible percibir ninguna conexión real.
14
Descargar
Enviado por: | Chipy |
Idioma: | castellano |
País: | España |