Literatura
Las bacantes. Eurípides
Las Bacantes
“la vida es tragedia, y la tragedia es perpetua lucha, sin victoria ni esperanza de ella”.
Unamuno
Argumento
La obra comienza con Dionisos, en forma humana, llegando a la ciudad de Tebas para castigar la insolencia de su rey, Penteo, que niega el origen divino del dios y que prohíbe sus ritos. Pese a las advertencias de Cadmo y Tiresias el joven monarca apresa al extranjero. Dionisos se aparece ante Penteo y le convence para que, disfrazado de mujer, vaya a observar a las Bacantes (las mujeres tebanas que habían huído de la ciudad poseídas por el dios para realizar los rituales en su honor) El rey parte, vestido de mujer y su propia madre, Agave, lo mata creyéndole una fiera. Cuando la mujer se percata de lo que ha hecho sufre tremendamente ante el horror del acto cometido. La obra termina con la partida hacia el exilio de Cadmo y Agave.
Interpretación
Esta obra de Eurípides se caracteriza por la dualidad que presenta en varios aspectos, contraponiéndolos y sirviéndose del uso de antagonismos para hacer avanzar la obra y mostrarnos las distintas (y encontradas) maneras de ver el mundo de los personajes.
Algunas de estas dualidades son:
Apolo y Dionisos
Tradición y modernidad
Juventud y vejez
Rectitud y desenfreno
En la obra se nos presenta Tebas como una ciudad dedicada al culto de Apolo (opuesto a Dionisos) Dionisos representa el cambio, la creatividad, el instinto, los sentimientos, la pasión, el amor, la poesía, la bohemia, la ebriedad, el descontrol, el exceso, el sexo, la música, la libertad, los sueños, el subconsciente... Dionisos representa la vida en estado puro. Apolo, por el contrario representa la simetría, el orden, el racionalismo, la cabeza, la represión. Apolo es la naturaleza, lo que es perfecto y sosegado. Dionisos somos nosotros, Dionisos es el ser humano con todas sus pasiones, imperfecciones y defectos.
En el caso de “Las Bacantes” además Dionisos llega a Tebas con la intención de acabar con el culto a Apolo tradicional y de comenzar sus ritos. Dionisos trae lo nuevo, lo rompedor, rechaza lo anterior y de hecho pretende poner como modelo lo que es todo lo contrario a lo establecido. Dionisos no quiere evolución, trae la revolución brutal, rápida y sin cabida para anticuadas formas de ver la vida. No duda en utilizar todos los métodos a su alcance para procurarse el culto de los tebanos y el castigo más cuel posible a su máximo detractor, Penteo.
Penteo, por su parte representa la juventud que no acepta el consejo de sus mayores (Cadmo y Tiresias) y paga su arrogancia con la muerte. Aquí se nos revela el precio de jugar con fuerzas que escapan a nuestra comprensión y dominio y los peligros de enfrentarnos a ellas (una batalla que no podemos ganar) Cadmo y Tiresias, pese a su vejez, abrazan el rito dionisiaco e intentan hacer comprender al joven rey el error en el que está cayendo. La voz de la vejez es desoída y las consecuencias serán devastadoras para el monarca.
Penteo no acepta los ritos en honor a Dionisos porque estos representan lo irrefrenable de la condición humana, la pasión, el placer, el desenfreno. Una vez más se opone a esto la rectitud de Apolo. Dionisos, en su diálogo con Penteo le espeta irónicamente que, en sus ritos, nadie hace nada que no haría de no estar poseído por su espíritu. Esto nos lleva a la conclusión de que el ser humano desea el desenfreno dionisiaco ya que es inherente a la condición humana pero que estamos siempre constreñidos por circunstancias ajenas a nuestra verdadera naturaleza que nos nos permiten mostrarnos tal como somos. Esta frase tiene un significado a su vez macabro y terrorífico: al final de la obra Agave es capaz de matar a su propio hijo, ¿esto significa que toda nuestra moralidad, nuestros sentimientos, no son lo suficientemente fuertes como para vencer a nuestro instinto? ¿Significa que sólo somos bestias capaces de realizar cualquier actos si este nos produce beneficios o placer?
En mi opinión los extremismos sólo traen desgracias. El ser humano no puede basar su existencia en el método apolíneo, sería monótona, aburrida y predecible y también sería negar nuestra parte más libre y, por tanto más bella. Pero basar nuestra conducta sólo en el método dionisiaco tampoco es la solución, esto nos deja sin razocinio, sin responsabilidad hacia los demás y por tanto nos convierte en seres capaces de sentir multitud de sensaciones y, a la vez, incapaces de sentir ninguna emoción que nos haga salir de nuestro pequeño mundo de placeres para descubrir las ventajas que conlleva en ocasiones el negarnos alguna satisfacción para así ayudar a los que nos rodean. Los mismo puede aplicarse a los conceptos de tradición y modernidad. Los tiempos cambian y hemos de cambiar con ellos, pero hacer borrón y cuenta nueva rechazando lo que fuimos no nos hará mejores, quien no conoce su historia está destinada a repetirla. Los errores ya están cometidos, al menos saquémosles partido para crear un futuro mejor. Ignorar los problemas pasados sólo consigue que renazcan más fuertes. Las revoluciones son necesarias durante la vida privada del ser humano y también durante la vida colectiva (la Historia) de la Humanidad en su conjunto pero no podemos avanzar siempre a trompicones porque nos arriesgamos a caer y a no tener donde apoyarnos para levantarnos.
Importancia de la obra
La obra de Eurípides, por sus dialógos inteligentes, sus situaciones extremas e impactantes, su análisis del sentimiento irracional religioso y, sobre todo por su análisis de la dualidad humana por medio de las contraposiciones anteriormente nombradas es considerada una de las mejores tragedias jamás escritas.
Esta obra ha tenido influencia en varios autores, entre ellos los filósofos Hegel y Nietzsche. Nietzsche obtuvo en la tragedia de Eurípides inspiración para su obra ”El nacimiento de la Tragedia” donde analiza las Bacantes y el antagonismo Dionisos/Apolo, la naturaleza de las cosas y el coro (manifestación de las multitudes conquistadas por Dionisos)
La religión
Durante toda la obra se nos presenta a Dionisos como un dios vengativo y cruel, decidido a hacerse respetar no importa el precio en sufrimiento que ocasione a sus enemigos. Tras la catarsis de la tragedia (una madre matando a su hijo, demostración de que contra el deseo del dios nada se puede) uno no puede evitar hacer comparaciones entre Dionisos vengador y el dios cristiano del Antiguo Testamento, benévolo con sus fieles y malvado hasta el sadismo contra sus oponentes. No deja de sorprender también que el castigo de Penteo no sólo incluye al monarca sino también a sus seres queridos (Agave, Cadmo) que han de pagar por unos pecados que ellos no han cometido (al menos no conscientemente en el caso de Agave)
Está claro que Eurípides trató de mostrar en esta obra su fascinación por el rito Dionisiaco, de gran arraigo en la cultura griega tal vez precisamente porque era una celebración de la vida (al contrario que, por ejemplo, el catolicismo que percibe la vida más como castigo y sufrimiento que como regalo) Si bien creo que Eurípides también intenta advertirnos en esta obra de los riesgos de la religión mal entendida, de cuando la fe se convierte en fanatismo, lo cual sólo nos trae desgracias.
Las Bacantes
Eurípides
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Enviado por: | Kirina |
Idioma: | castellano |
País: | España |