Se encuadra en los territorios que actualmente ocupa el Paraguay, en la jungla tropical que está por encima de las cataratas de Iguazú, a mediados del siglo XVIII en tiempos de la colonización española y portuguesa de esa zona. Allí, un jesuita español, el Padre Gabriel (Jeremy Irons) sigue, sin más armas que su fe y un oboe, el camino de otro jesuita crucificado y lanzado por los indígenas guaraníes a las turbulentas aguas del río. Con el se lleva a Rodrigo Mendoza (Robert de Niro), un arrepentido traficante de esclavos que había asesinado a su hermano en un duelo en Asunción. Gabriel quiere convencer al cardenal venido de Europa de que los españoles no traspasen el territorio de las misiones a los portugueses, dado que estos esclavizaran y destruirán las misiones.
El guión está basado parcialmente en hechos verídicos sobre las guerras guaraníticas, que los Jesuitas y los indígenas guaraníes libraron contra los bandidos y saqueadores, llamados Bandeirantes, al servicio del imperio portugués. La orden de la Compañía de Jesús evangelizó y educó a los indios guaraníes, construyendo civilizadas comunidades, durante 100 años, que hoy ocupan territorios de Paraguay y parte de Argentina, pero luego fueron expulsados por presión del Imperio portugués, en 1767, quien codiciaba los ricos territorios ocupados por estos, y que el Imperio Español les había cedido por el Tratado de Madrid en 1750. Las comunidades de las Misiones Jesuíticas fueron literalmente borradas del mapa y sus habitantes asesinados y deportados como esclavos al Brasil. Los Jesuitas nunca pudieron volver a su territorio, sobre todo porque poco después (1767) se produjo la Expulsión de los Jesuitas del territorio hispanoamericano.
Intérpretes: Robert de Niro (Rodrigo Mendoza), Jeremy Irons (Padre Gabriel), Aidan Quinn (Felipe de Mendoza), Cherie Lunghi (Carlotta), Ray McAnally (Cardenal Altamirano), Ronald Pickup (Hontar), Asunción Ontiveros (Jefe indio), Liam Nelson (Fielding), Chuck Low (Don Cabeza), Bercelio Moya (Muchacho indio), Sigifredo Ismare (Hechicero), Daniel Berrigan (Sebastián), Joe Daly (Noble), Luis Carlos González (Niño cantor), Harlan Venner (Secretario), Monirak Sisowath (Ibaye), Álvaro Guerrero (Jesuita), Tony Lawn (Padre provincial), Rolf Gray (Joven jesuita), María Teresa ripoll (Sirvienta), Silvestre Chiripua (Indio), Carlos Duplat (Embajador portugués), Alberto Borja y Jackes Des Grottes (Sacerdotes), Enrique Lamas y Antonio Segovia (Nobles).
Argumento:
El Marqués de Pombal, a quien se le muestra acertadamente en el filme contrario a la Compañía de Jesús, convenció al Papa, con quien compartía cierta animadversión hacia la orden, para que enviase a la colonia al Cardenal Saldanha (que no, Altamirano), a fin de supervisar el cumplimiento del pacto hispano-portugués, que debía llevarse a cabo tan pronto como fuera posible, y excluyendo cualquier obstáculo que pudiera paralizarlo. Es por ello, por lo que la ulterior demarcación territorial entre las posesiones coloniales de España y Portugal, no se efectuaría definitivamente, hasta que la orden jesuita no fuera asimilada o expulsada de sus enclaves. Desgraciadamente, españoles y portugueses se decantaron por la segunda opción. Y aunque los guaraníes se defendieron encarnizadamente contra ofensiva tan atroz, no pudieron resistir por mucho tiempo.
Quizás, por otra parte, el martirio del padre Gabriel simboliza un holocausto de gran magnitud, que, como rezan los créditos finales, ha perdurado hasta hoy. Y si bien es verdad, que hubo quien abrazó la fe cristiana, conmovido por el pertinaz testimonio de los misioneros de la orden, como hiciera Rodrigo Mendoza, no hay que olvidar, que el ejemplo cristiano muchas veces no ha disuadido al poder civil de cometer atrocidades como las que denuncia el filme. A este respecto, Roland Joffé declaraba que la película “no está hecha pensando en que sea una alabanza de una u otra actitud. Se trata de contar los hechos tal como son, como ocurrieron, de forma poética, pero comprometida. Se habla de algo que pasó pero que tiene una relación simbólica con la actualidad. El filme habla del contraste entre la vida real de los misioneros y la concepción burocrática de la misma que tiene el poder eclesiástico y político. No dice si lo que pasó es bueno o malo, moral o inmoral. Plantea estos hechos, y espero que desprenda un mensaje de fraternidad, y además, invite o mueva a hacer algo”.
Opinión personal:
Tiene mucho valor educativo a la vez que nos enseña valores y diferentes puntos de vista de un mismo problema.