Literatura
La flaqueza del bolchevique; Lorenzo Silva
INTRODUCCIÓN:
No fue fácil elegir un libro de la lista, conocía muchos de los autores, pero los títulos todavía no se encontraban en mi repertorio literario, así que decidí buscar cada una de las obras en Internet, para saber cual sería la mejor elección. Algunos no los encontré, por lo que ya quedaron descartados, y poco a poco fui eliminando otros por los temas que trataban. Entré en la página web de Lorenzo Silva y leí algunos datos sobre el libro. Pronto me sedujo, pues nunca había leído ningún libro sobre el tema tratado, y también me pareció interesante “explorar” las letras de un nuevo autor hasta entonces desconocido para mí.
Tras haber leído la obra, me doy cuenta de mi buena elección. Me parece un libro fácil de leer, ameno, interesante y muy intrigante, ya que desde que lo empecé no pude parar de leerlo hasta que lo terminé. Realicé dos lecturas: la primera rápida, aunque muy atenta y exhaustiva, y la segunda más concisa tras conocer los aspectos que debía tratar en el trabajo.
En cuanto a la sensación que me causó el libro, me ha parecido una obra llena de sorpresas cuyo final creo que pocos esperan. Además, nunca había leído nada sobre la pederastia y el acoso, por lo que ha sido muy interesante y ha supuesto una novedad en el tipo de literatura que hasta ahora conocía.
En lo referente al título, no suelo elegir los libros por este motivo. Sin embargo, este me atrajo especialmente.
ARGUMENTO Y CONTENIDO:
El protagonista de la obra es un hombre de unos treinta y tres años. Su verdadero nombre no aparece en ningún momento. Al principio del libroa explica su evolución personal, pasa de ser un hombre culto y elegante, como se puede ver en: “Durante bastantes años ni siquiera decía palabrotas, y hasta utilicé durante otros muchos un vocabulario amplio y selecto” (Pág. 11), a convertirse en un hombre malhablado y harto de todo: “Es lunes (un puto lunes), temprano (la puta de temprano), estoy en el coche (el puto coche)…” (Pág. 13), “He comprobado que a menudo dejar todo para el final es la mejor técnica de trabajo.” (Pág. 31). Una mañana, yendo al trabajo empotra su coche contra el de una ejecutiva llamada Sonsoles. Se trata de una mujer: “[…] de unos treinta y cinco años, rubia de bote, esmirriada, con la piel tostada por la lámpara. Llevaba unas gafas de sol tres o cuatro veces más grandes que su cara y la blusa desabrochada hasta muy abajo […] y sus uñas nunca habían arrancado una costra de grasa de esas que resisten el limpiador especial de la vitrocerámica.” (Pág. 19). Sonsoles se muestra histérica ante la actitud del protagonista durante el accidente y éste decide hacerle la vida imposible: “De esta forma incomprensible entró Sonsoles en mi vida de gusano, y así, jugando como un bobo, me las apañé para convertir un simple accidente de tráfico en una ruina de tres pares de pelotas.” (Pág. 23). El acoso comienza con llamadas telefónicas, con la primera descubre que Sonsoles vive con su padre, que no está casada y que tiene una sirvienta llamada Lucía. En la segunda se hace pasar por un agente de la Agencia Tributaria. Esta vez aumenta su información al saber que Sonsoles trabaja en el Ministerio de Industria como Técnico Comercial del Estado. Completada la información, decide ir más allá: “O empezaba cuanto antes con la parte seria del asunto o me dejaba de pamplinas” (Pág. 40). Una noche que no puede dormir, decide salir con el coche a conducir, llega a una cabina y realiza una nueva llamada. Esta vez amenaza a Sonsoles: “Quiero arrancarte el hígado y comértelo frito. Tu corazón se lo daré a mi perro […] ve atenta a tu espalda.” (Pág. 43). El protagonista continúa con el acoso, y persigue a Sonsoles en coche sin que ella lo sepa. Ésta aparca y baja a recoger a su hermana del colegio. En cuanto el protagonista la ve, comienza a sentir debilidad por ella: “La criatura es la cosa más formidable que mis ojos pecadores han reflejado en toda su puerca existencia.” (Pág. 61). Pronto se olvida de Sonsoles y comienza a obsesionarse con su hermana, solo piensa en ella: “Aprieto los párpados y la veo, moverse, sonreír, pasear de aquí allá sus maravillosos ojos azules. Y pienso: ¿Es remotamente posible que la consiga?” (Pág. 66), “Aquella niña era una tentación demasiado fuerte” (Pág. 67).
El protagonista tiene en su escritorio una foto de las cuatro grandes duquesas rusas, hijas del zar Nicolás II. Siente especial predilección por la Gran Duquesa Olga. A menudo se pregunta qué sentiría el bolchevique encargado de acabar con su vida: "De toda la Revolución Rusa, nada me afecta como la flaqueza de ese bolchevique entregado a su inmaculada pasión por la hija del tirano. Quién me iba a decir a mí [...] que yo también habría de experimentar la flaqueza del bolchevique." (Pág. 74).
Se obsesiona con Rosana y una mañana decide faltar al trabajo para ir a verla, se dirige al colegio y espera a la hora del recreo para poder observarla a través de la verja. Un grupo de cinco niñas se aleja del resto para fumar droga. Pronto se les unen otras tres más, entre las que se encuentra Rosana, pero ésta solo fuma tabaco. El protagonista sigue al autobús en el que se sube la hermana de Sonsoles al salir del colegio y escucha que quedará con sus amigas en el parque. También la vigila allí, y cuando ésta se va a casa decide hablar con ella: "Aquél era un momento tan a propósito como el que más. Salí tras ella y tres o cuatro metros antes de alcanzarla la llamé: - Rosana." (Pág. 83). Se hace pasar por un policía llamado Javier y le dice que quiere saber quién les pasa la droga a sus amigas. Tras esta conversación “Javier” le hace saber que le gustaría conocer cosas sobre ella dejando aparte la investigación policial: "¿Te gusta venir al parque? [...] - ¿Y eso qué tiene que ver con la investigación? - Nada, la investigación ha terminado. Es para que me cuentes cosas de ti, me caes bien. [...] - Tú tampoco me caes mal, creo." (Pág. 86). Rosana se va. Esa misma tarde el protagonista vuelve a casa de Rosana. Tras dos horas y media ella sale y decide volver a seguirla. Vuelve al Retiro, y allí la observa mientras ella se sienta a pensar. Cuando se va a ir, él se sienta en un banco situado justo por donde ella deberá pasar. Rosana pasa por delante y no se da cuenta, así que “Javier” la llama. Comienza a hablar con ella y le pide que se siente un rato con él, pero ella se tiene que ir a cenar. Decide proponerle una cita al día siguiente: “Voy a hacer una cosa. Mañana a las once vengo y me siento en este banco. Si estás aquí antes de las once y cuarto hablamos sin que tengas que correr a ninguna parte. Si no estás, cojo y me voy y ya no hablamos nunca. ¿Te parece?.” (Pág. 98). Esa noche, el protagonista tiene un extraño sueño, antes de explicarlo hace un pequeño resumen de su trayectoria onírica: “Cuando todavía no había cumplido los tres años […] mis piernas y mis brazos eran devorados por una manada de tortugas. […] Entre los cuatro y los ocho años soñaba casi todas las noches que mis padres habían muerto. […] En la pubertad, coincidiendo con el inicio del asunto hormonal, mis sueños tomaron un efímero pero alentador sesgo. Empecé a soñar con castillos abandonados, bosques impenetrables, extrañas casas de muchas habitaciones […] casi siempre mi exploración de estos lugares misteriosos me deparaba el hallazgo de deleitosas jovencitas (o no tan jovencitas) con las que por lo común protagonizaba líricas escenas” (Págs. 108-110). Esa noche, sueña con un centro comercial. Entre los diferentes negocios se pueden encontrar puertas cerradas con apariencia de viviendas. Está con su hermana y cuatro amigas suyas, lo extraño es que él no tiene ninguna hermana. Una de las amigas es Rosana, pero tiene tres o cuatro años más. Entran en una de las viviendas y se sientan todos, una de las chicas decide irse, alegando que no va a esperar a que la busquen, que si alguien quiere algo con ella ya la encontrarán. Las demás deciden quedarse, pero Rosana dice que se irá, por lo que el protagonista hace lo mismo. Él es el primero en hacerlo, por el camino encuentra a la primera chica convertida en un gato negro, la coge y continúa su camino. Aparece Rosana, que coge al gato y lo tira por la ventana. Ambos se quedan en la habitación. Al final del sueño, la supuesta hermana del protagonista aparece en el umbral de la puerta desaprobando lo que ve.
A las once en punto de la mañana siguiente, “Javier” espera a Rosana en el banco del Retiro. A las once y cuarto se levanta y comienza su retirada, tras caminar quince metros Rosana surge de detrás de un árbol. El protagonista decide irse, pues ella no había llegado a tiempo, pero Rosana lo convence para que se quede: “Me senté junto a ella y mientras lo hacía tuve una idea muy necia y muy sentimental.” (Pág. 127). Comienzan a hablar sobre la familia de Rosana, ésta le pregunta si es socialista, y él le responde que es bolchevique. Trata de saber si se lleva bien con Sonsoles: “Sonsoles sabe que yo no soy idiota” (Pág. 132). Rosana le explica que uno de los pretendientes de su hermana la espió una vez mientras se cambiaba y ella decidió contarlo mientras los novios cenaban con sus padres: “A la mañana siguiente el abogado se había ido y mi hermana me odiaba, pero ya nunca pensó que yo era idiota.” (Pág. 133). Rosana coquetea con “Javier”, le dice que entonces era una niña: “Ahora me sienta mucho mejor el biquini. - No me importaría verlo.” (Pág. 135). Ésta le propone ir a la piscina esa misma tarde y quedan a las cuatro y media. El protagonista le confiesa que no es policía y que no se llama Javier. Inventa un nuevo nombre, Jaime. A Rosana parece no importarle. A las cuatro y media ella lo está esperando en el banco, y cuando llega, deciden ir a una piscina a la que no vayan sus amigas. “Jaime” le explica que es banquero. Hablan durante el camino y llegan a la piscina en el coche de la prima del protagonista. Se ponen el bañador y se sientan bajo la sombra de un árbol, el protagonista le dice que no le gusta bañarse y ella le pregunta si le gusta algo: “Me gusta el patinaje artístico y la gimnasia rítmica. Verlos, no hacerlos. También me gusta dormir profundamente, cuando me sale. Y me gustas tú. - Gracias. Tú también me gustas a mí.” (Pág. 152). “Jaime” intenta persuadir a Rosana para que se haga modelo y no empresaria. Ella se va a bañar y él la observa, antes de irse él se tira desde el trampolín más alto para impresionarla. Se vuelven a meter en el coche y el protagonista se da cuenta de lo que está haciendo: “Razoné que no tenía otra alternativa que devolver a Rosana a sus padres y olvidarme de aquel juego.” (Pág. 161). “Estaba a punto de formular en voz alta, y en términos un poco más heroicos, mi decisión de renunciar a vernos más, cuando Rosana tuvo aquella idea que nunca habría debido tener: - Vamos a un sitio donde no haya nadie” (Pág. 163). Cuando intenta explicarle que no se pueden ver más, ella le pregunta si no va a besarla: “Ya veo que es inútil que trate de explicártelo - me revolví -. No voy a ser nada, contigo. Nos vamos.” (Pág. 164), pero cuando va a arrancar el coche, las puertas se abren y es arrastrado hacia fuera. Son tres chicos, uno tira al suelo a “Jaime” y otro agarra a Rosana mientras ésta grita. El protagonista les dice dónde están el dinero y las tarjetas y les da la clave, les pide que dejen a Rosana y como respuesta los chicos le dan una paliza. Quieren violar a Rosana, pero ésta le da un rodillazo al que lo intenta. El chico la embiste y Rosana cae al suelo con un golpe mortal en la cabeza: “Yo me fijé en lo que hizo su cabeza: cuando Fredi la empujó se le vino hacia delante, cuando perdió el equilibrio se le fue hacia atrás, antes de que la espalda diera en el suelo volvió a adelantarse y al final se le venció del todo y sonó como si alguien hubiera cascado una nuez y Rosana ya no se movió” (Pág. 170). Uno dice que es necesario matar a “Jaime” para que no cuente nada, pero no se atreven. En vez de llamar a la policía, el protagonista coge el coche y se va. Conduce hasta Coruña y medita allí durante horas: “En adelante, y a partir de aquella mañana, tenía la misión de traer algo de ella a todas las mañanas que ya no podría ver […] recorté todas las fotografías de Rosana que publicaron los periódicos, y he hecho una especie de altarcito ante el que medito diez minutos todas las mañanas mientras escucho el primer movimiento de Der Tod und das Mädchen.” (Pág. 175). Al final de la obra hace ver que lo han acusado, pues habla del comisario. Explica por qué no llamó a la policía: “Creo que huí precisamente para que me acusaran, porque me consideraba o me considero culpable, tanto o más que el canalla que la desnucó. […] Un día me condenarán, supongo, y es posible que cuando me resigne a merecerlo encuentre la paz.” (Pág. 173). La novela termina con las conclusiones del protagonista. Habla de Dios y hace una última petición: “A quien esté en situación de ejercer alguna influencia, ruego que interceda a favor de esta humilde gratificación: que la próxima vez que yo conozca a Rosana tengamos los dos quince años, yo no sea un bolchevique (si ella es Gran Duquesa no importa mucho) y alguien mantenga al cabrón de Fredi y el resto de la basura fuera del cuento.”(Pág.185).
La flaqueza del bolchevique es una obra de carácter narrativo escrita en prosa por Lorenzo Silva. La novela está narrada en primera persona con un narrador protagonista. Se trata de un libro realista narrado de manera lineal.
Las ideas o temas principales del libro son la pederastia y el acoso. A lo largo de la obra se pueden encontrar numerosas frases que hacen referencia al gusto del protagonista por las jovencitas, especialmente por las gimnastas y patinadoras: “Las patinadoras y las gimnastas son una parte fundamental de lo poco que justifica levantarse todos los días de la cama” (Pág. 40), “Un mundo lleno de parques, pajaritos, niños con sus mamás y un montón de tías con el ombligo al aire o camisetas apretadas” (Pág. 56), “Empiezan a salir niñas vestiditas de azul y blanco […] es un espectáculo que a ratos me revuelve las tripas y a ratos me despierta morbosos apetitos” (Pág. 61)…
En lo referente a las relaciones establecidas entre los personajes, el protagonista conoce a Sonsoles al chocar contra su coche. Gracias a la persecución y acoso que va a emprender sobre ella, conocerá a su hermana pequeña Rosana, por la que se obsesionará. Una vez que Rosana empieza a hablar con el protagonista, comienza a sentir admiración por él, mientras él poco a poco se va acercando a ella. Llegado el final de la obra, el protagonista se dará cuenta de lo que esta ocurriendo y el sentimiento de culpabilidad se cernirá sobre él tras la muerte de su obsesión.
LENGUA Y ESTILO:
Lorenzo Silva va a mostrar en su obra un gran decoro lingüístico. Cada personaje habla tal y como le corresponde.
El protagonista es un hombre culto, pues lo fue en otra época y se pueden encontrar en él los resquicios en su manera de hablar. Sin embargo, el lenguaje que utiliza para contar su historia, corresponde al lenguaje que le caracteriza en ese momento de su vida. Se trata de un hombre que trabaja en un banco, que se siente frustrado y descontento tanto con su vida como con el mundo. Aparecen numerosas referencias de esta cultura que le caracteriza, habla de Lewis Carroll, Boticelli, Bach, Tomás de Aquino, utiliza expresiones latinas (Carpe Diem)… Por lo tanto, a lo largo de la obra se pueden encontrar tanto pasajes escritos con un lenguaje cuidado: “Ahora estoy aquí, intentando que esta máquina cretina me alivie, pero la máquina solo hace lo que le mandan y se limita a devolverme en forma de renglones luminosos mi estupor” (Pág. 66), algunas metáforas como “Y a veces también lo sabe la olla que bulle en lo alto” (Pág. 75) o “De noche es tranquila y de día apenas estorban un poco los rebaños de amarillos que llevan en autobús a ver las pinturas” (Pág. 22), como pasajes plagados de características del lenguaje vulgar: “Lo que no entiendo es por qué se empeñan en putear a la gente inofensiva. Si estuviéramos en un descampado y usted estuviera solo y yo con cuatro colegas con bates de béisbol no me pediría nada” (Pág. 19).
En lo referente a Rosana, va a utilizar un lenguaje propio de su edad: “Qué bien, todo el día rodeado de pasta” (Pág. 145), aunque a veces algo elevado justificado por sus lecturas: “Leí la Gran Enciclopedia de la Vida Conyugal con diez años. Me llamó la atención que estuviera en lo más alto de la estantería” (Pág. 149).
También cabe hacer referencia al lenguaje de los tres chicos que aparecen en el descampado. Es un lenguaje coloquial y vulgar con constantes repeticiones: “Jefe, dile a la puti que se calle o Yoni le parte la cabeza” (Pág. 166), “De todas formas nos lo llevamos luego y si es mentira lo matamos a hostias. Así tampoco nos las anulas, ¿eh, jefe? Vamos a ver ahora la puti ¿Me la das también, jefe?” (Pág. 167).
Además de estar narrada en primera persona, la obra contiene numerosos diálogos en los que se pueden encontrar diferentes características del lenguaje oral. Aparecen frases entrecortadas: “Va por ti, jef…” (Pág. 169). , coletillas: “Vale, Urko. Le creo.” (Pág. 167), frases cortas: “Ya. Supongo que habrá bastantes tíos de esos.” (Pág. 87)…
En cuanto a los pasajes narrativos, las oraciones son en su mayoría subordinadas, pues reproducen los pensamientos y lo que siente el protagonista: “A partir de ese momento, Sonsoles, a quien he perseguido hasta aquí, se convierte en una borrosa mancha de humedad que escolta a la turbia deidad adolescente.” (Pág. 62).
El protagonista narra unos hechos acontecidos en el pasado, por lo que el tiempo verbal que predomina es el pretérito perfecto simple “La mujer sacó un bolígrafo Dupont de plata y algo molesta por no poder encargárselo a nadie escribió sus datos y terminó bastante mal mi dibujo.” (Pág. 20). Sin embargo, también podemos encontrar pasajes escritos en presente “Suben al coche y salgo tras ellas, sin resistirme, sin planes, sin remedio” (Pág. 62). Estos pasajes en presente corresponden a la narración que aparece entre los diálogos y a un documento que adjunta el protagonista.
En cuanto a las palabras de difícil comprensión, se pueden encontrar vocablos como:
PAMEMA - Hecho o dicho fútil y de poca entidad, a que se ha querido dar importancia.
“Que era lo que siempre me decían a falta de imaginación para inventarse otra pamema más convincente”
SUBSIDIARIAMENTE - De un modo subsidiario. (Subsidiario - Dicho de una acción o de una responsabilidad que suple a otra principal).
“Allí decía que el que sube la firma tiene entusiasmo o subsidiariamente bastante mala leche.”
ANDRÓGINO - Dicho de una persona cuyos rasgos externos no se corresponden definidamente con los propios de su sexo.
“Y tenía como sirvienta a una tal Lucía que no se arrugaba cuando le hablaban de andróginos y de enfermedades venéreas.”
RAIGAMBRE - Conjunto de antecedentes, intereses, hábitos o afectos que hacen firme y estable algo o que ligan a alguien a un sitio.
“Primero hay una porción de gente, como el 30 por ciento o más, que tiene antigüedad y puesto en alguna empresa de raigambre.”
TÁCITAMENTE - Sin expresión o declaración formal.
“En tal circunstancia, el despido de un empleado fijo no es más que una no renovación tácitamente prevista.”
TORREFACTÁNDOLOS - Tostándolos al fuego.
“Lo mismo que podía haber cogido un puñado de gusanos de seda para echar el rato torrefactándolos en una cucharilla sobre un mechero Bunsen.”
ALEVOSÍA - Traición, perfidia.
“Así, con esta confesión de culpabilidad y hasta de alevosía, me aparté del cómodo y mezquino acecho de Sonsoles”.
DESCALABRAR - Herir en la cabeza.
“Rompiendo narices, descalabrando cabezas y saltando dientes.”
INTRINCAR - Enredar o enmarañar algo.
“Eso desarrollaba mi imaginación e intrincaba mi alma.”
ACUCIANTE - Apremiante, urgente.
“Fue la acuciante salutación de Rosana.”
ESTUPRO - Coito con persona mayor de 12 años y menor de 18, prevaliéndose de superioridad, originada por cualquier relación o situación.
“Se lo sabían todo de memoria y no habrían sabido responder en qué se diferencia un estupro de un arrendamiento”
ARRENDAMIENTO - Acción de arrendar. (Arrendar: Ceder o adquirir por precio el goce o aprovechamiento temporal de cosas, obras o servicios.
“En el arrendamiento pagas”
PORFIAR - Importunar y hacer instancia con repetición por el logro de algo.
“-Pues a mi me gustaría ser ejecutiva.- porfió.”
PALIATIVO - Que mitiga, suaviza o atenúa. Se dice especialmente de los remedios que se aplican a las enfermedades incurables para mitigar su violencia y refrenar su rapidez.
“Luego pasé a asustarme, sin paliativos.”
CREACIÓN:
Para este apartado, he decido crear el personaje de Ana, una de las amigas de Rosana. Al igual que ella habla con el registro propio de una niña de quince años. Ana es la mejor amiga de Rosana, siempre se cuentan todo, y por supuesto le cuenta su historia con “Jaime”. La narración será en primera persona, pero esta vez la narradora será Ana.
Estaba en casa toda tirada cuando de repente sonó el teléfono.
-
¿Diga?
-
¿Ana? - me dijo la voz nerviosa de Rosana - Soy yo. Ni te imaginas lo que te tengo que contar.
Me senté en la cama para escucharla con mayor atención.
-
¿Te acuerdas del tío que vimos en el recreo? Pues hoy estuve hablando con él. Es poli y se llama Jaime - dijo con entusiasmo - Me lo encontré cuando me iba del Retiro. Me ha dicho que va a coger a Borja por lo de las drogas, y luego me preguntó algunas cosas sobre mí, para conocerme.
-
¡Qué fuerte! Y además es guapo - dije llena de envidia - ¡Qué pena que sea tan viejo!
-
He quedado con él mañana por la mañana. A las once y cuarto, pero le haré esperar.
No sabía qué decirle a mi amiga. No me parecía una buena idea que se encontrara con él. Nunca se sabe lo que puede llegar a ocurrir. Se lo dije, pero no me hizo caso, estaba tan entusiasmada… Después de pensarlo mucho, decidí espiarla la mañana siguiente.
A las once y cinco llegué al retiro. El poli ya estaba allí, esperando a Rosana. Entonces la ví, escondida detrás de un árbol, como yo. Cuando el poli ya se iba Rosana salió de su escondite y se pusieron a hablar. Escuché lo que decían y me puse toda loca cuando supe que iban a ir a la piscina juntos esa tarde.
La culpa es de Rosana, - pensé - No sabe medirse y va por ahí ligándose a tíos mayores, pero tan mayores…
Estuve inquieta durante toda la comida. La preocupación y la curiosidad podían conmigo, así que los seguí esa tarde hasta la piscina. Fueron en coche, pero yo tuve que pillar un bus. Por cierto, tiene un coche enano. Rosana estuvo tonteando con él toda la tarde. Me estaba poniendo de los nervios. El viejo debía querer impresionarla, pero le salió mal, el muy tonto se tiró desde el trampolín más alto y se metió una tremenda leche contra el agua. Le estuvo bien.
Cuando se volvieron a meter en el coche pasé por su lado sin que me vieran. Oí a Rosana pedirle que la llevara a un sitio donde no hubiera nadie. Yo no sabía qué hacer. Seguro que el poli se aprovechaba de ella. Seguro que no era ni poli ni nada. Seguro que era uno de esos que van a los recreos a verles las bragas a las niñas (como siempre me decía Rosana). Sabía que no era nadie para meterme, pero no quería que le pasara nada a mi amiga. Cogí mi móvil y llamé a unos amigos para que me ayudaran.
Los seguí hasta un descampado y esperé a que llegaran mis colegas. Vi a Rosana acercarse al poli. Iba a besarle…y lo hizo. Es inimaginable la cantidad de insultos que se me pasaron por la cabeza en ese momento. Entonces llegaron Urko, Fredi y Yoni. No me vieron en mi escondite, pero ya les había contado por teléfono lo que pasaba. Eran los máximos pijos del colegio que está en frente al mío, pero siempre me habían caído bien, por eso los llamé. Además, Urko está por mí y Yoni por Rosana, así que sabía que me ayudarían.
Se acercaron al coche y abrieron la puerta del conductor. El poli se cayó al suelo y no pude reprimir una carcajada.
-
¿Se puede saber qué hace un viejo como tú con Rosana? - escupió Urko.
Rosana salió del coche y se puso entre el poli y Urko.
-
Está conmigo porque yo quiero, así que vete y no nos molestes más. No se cómo te has enterado de que estaba aquí, pero ya te estás largando.
-
Tú te vienes con nosotros ahora mismo - le dijo Fredi - este tío no te conviene.
El poli se empezó a reír.
-
¿Y tú de que coño te ríes?
-
De vosotros, niñatos. ¿Os creéis que se va a ir con vosotros? Está muy bien conmigo y no necesita a unos mojigatos que le digan lo que tiene que hacer.
Urko le escupió a la cara y comenzaron a pegarse. Rosana empezó a llorar. Salí de mi escondite para consolarla y ayudarla a separar a los chicos. No éramos capaces, y mis tres amigos le estaban dando una paliza al poli. De repente pararon. El poli se retorcía en el suelo y Fredi sangraba por el labio superior y la nariz. Yoni no podía mover el brazo, se lo había roto. Urko le dio otra patada al poli e hizo que se levantara. Se levantó, se tambaleó, miró a un lado y al otro y anduvo hacia atrás sin perdernos de vista. Entonces ocurrió. Ocurrió algo de lo que Rosana me culpará toda la vida. Había una piedra y el poli tropezó. Cayó hacia atrás y se dio en la cabeza contra la puerta del coche que aún estaba abierta. No se volvió a levantar. Rosana corrió hacia él llorando desconsolada.
-
La culpa es tuya - dijo entre sollozos - si no te metieras donde nadie te llama esto no habría pasado. - Se abrazó al cuerpo del poli y estuvo así hasta que llegó la policía (pero la de verdad).
He intentado que Rosana me perdone, lo intento todos los días, lo hice por su bien. Ya han transcurrido dos años desde que ocurrió todo, pero sigue sin hablarme, ni siquiera me mira. Iba a aprovecharse de ella, lo sé, y no me arrepiento de haber llamado a los chicos. Sin embargo… a veces creo que la culpa es mía. Entonces, lloro amargamente por haber arruinado la vida de Rosana, como ella me echó en cara mientras lo abrazaba. Sus padres me lo agradecieron, pero a mi eso no me llega. Me gustaría poder volver atrás y cambiarlo todo, que nada de esto hubiera ocurrido. Tal vez algún día recupere a mi amiga.
SUGERENCIAS Y CRÍTICA:
La flaqueza del bolchevique es una obra que trata temas considerados tabú por la sociedad. Recomiendo el libro a todos aquellos que, al igual que yo, nunca hayan leído nada sobre la pederastia o el acoso. El autor trata estos temas desde el punto de vista del acosador, por lo que podemos hacernos una idea de lo que pasa por la cabeza de este tipo de personas a diario.
Es un libro de fácil lectura. Una vez empezado es necesario seguir leyendo, pues la curiosidad por saber qué pasará invade al lector desde el primer momento. Tiene un final sorprendente y que no cambiaría, ya que supone la principal sorpresa del libro. Sin embargo, tras realizar una pequeña encuesta, gran cantidad de lectores respondieron que el final les desilusionó, pues esperaban que, ya que el protagonista entra en razón al final del libro, pudiera dejar claro a Rosana que no podía ocurrir nada entre ellos y la devolviera a casa sana y salva, omitiendo así la aparición de Urko y sus amigos.
Otro grupo de lectores (una minoría) expresaron su insatisfacción con el libro. A algunos no les gustaron los temas tratados y a otros la manera de tratarlos.
Por último, un tercer grupo, en el cual yo misma me incluyo, opina que se trata de una gran obra con numerosas sorpresas y con una gran capacidad para atraer al lector.
En lo referente a las sugerencias, mientras leía el libro no dejaba de imaginarme cómo sería una película basada en la obra. Tras buscar en internet descubrí que ya existía. Está dirigida por Martín Cuenca e interpretada por actores como Luis Tosar, María Valverde o Mar Regueras.
La única sugerencia que haría, es que lo lea el mayor número de gente posible, ya que es un libro muy interesante y centrado en temas de actualidad.
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Enviado por: | Ele |
Idioma: | castellano |
País: | España |