Sociología y Trabajo Social


Interdependencia del Estado, sector privado y sociedad civil


Estado, Sociedad civil y sector privado:

¿Autónomos o interdependientes?

INTRODUCCIÓN

A continuación se presenta un ensayo realizado en el marco de la asignatura de Trabajo Social y Gestión Social, donde se busca responder a la pregunta de si acaso los tres sectores que se señalan, son autónomos en su gestión, o si necesitan interrelacionarse y depender mutuamente, para lograr una gestión con mayor efectividad y eficiencia.

Para ello, se presentará la postura de la autora del ensayo y a continuación otros autores que hablan en relación al tema señalado. En una primera instancia, se presentan los roles y materialización de la gestión de cada uno de los componentes de la discusión, para lograr, finalmente, establecer la relación entre cada uno de ellos y descubrir, a través de lo que otros autores nos presentan, si la gestión social que desempeñan, debe ser interrelacionada o de manera autónoma.

En la actualidad es indiscutible la importancia del rol del Estado en la política social, que es asegurar la satisfacción de niveles mínimos de necesidades básicas, promover la superación de los distintos problemas sociales que aquejan a la sociedad y la generación de igualdad de oportunidades. Sin embargo, a través del tiempo se ha ido planteando una suerte de conflicto que dice relación con el protagonismo del Estado y de la sociedad civil en el ámbito de las políticas sociales. Según lo que he logrado observar en los últimos años, considero que se ha demostrado que cada uno de ellos tiene un rol insustituible y que ambos pueden interactuar. La sociedad civil debe entenderse no sólo en el ámbito de empresas o personas con fines de lucro, sino que por el contrario, puede adquirir una inmensa variedad de formas, pasando por corporaciones privadas sin fines de lucro, organizaciones no gubernamentales de la comunidad, gremiales o personas naturales.

En un articulo de Internet leído hace algunas semanas, mencionaban que el principio de subsidiariedad era aquel que debiera sustentar la esencia de la relación entre el Estado y la sociedad civil, entendiendo a este principio como la comparación y reconocimiento de la necesidad de coordinación entre el Estado, el mercado y las organizaciones sin finalidad lucrativa, cada uno con sus propias capacidades y competencias. 

Así, el Estado no debiera suplantar la iniciativa y compromiso que los individuos y grupos sociales pueden asumir en sus respectivos campos. Cada uno tiene su irreemplazable papel. Al Estado le corresponde un rol esencial y que dice relación con el establecimiento de un marco de estímulos, los objetivos de las políticas sociales que emprenda y de las regulaciones que sólo los gobiernos pueden proveer. El papel de la sociedad civil y su aporte a la superación de las problemáticas sociales, por su parte, no se agota en las actividades productivas. Por el contrario, en los años recientes, muchos países y entre ellos el nuestro, han sido testigos de un enorme despliegue del sector privado y el social que ha pasado a tener un rol protagónico en la tarea de prestación de servicios sociales a la población con más necesidades insatisfechas. De este modo, son cada vez más comunes las formas que incorporan agentes privados con y sin fines de lucro, en la prestación de dichos servicios, según lo que menciona el centro de investigación Libertad y Desarrollo. Pero este no es el tema central de esta discusión, puesto que nos centraremos en la relación que existe entre el Estado, la Sociedad civil y el Sector Privado, en cuanto a la gestión social que ejercen, ¿acaso son autónomos o en realidad estos tres sectores son interdependientes?

Para este efecto, resulta claro utilizar la figura de las “tres esferas”. Esto es, la sociedad en la que vivimos actualmente puede ser graficada mediante tres esferas, subsistemas o sectores: la correspondiente al sistema económico (cuya lógica es el lucro o la ganancia y que denominaremos sector privado); la correspondiente al sistema político (cuya lógica es el poder y que será llamado Estado en esta discusión) y la correspondiente a la sociedad civil (cuya lógica es la de la solidaridad). Por supuesto no se trata de esferas estáticas sino todo lo contrario, ya que cada uno de nosotros como individuo, según el momento del día, pasa de un sistema a otro permanentemente.

Para lo mencionado anteriormente, debe ser posible que exista una suerte de confianza de la autoridad en la capacidad de gestión de las instituciones privadas. Libertad y Desarrollo menciona que no todas estas organizaciones se mueven por afán de lucro, y tienen en común, cuando se dan los incentivos adecuados, “la búsqueda de la eficiencia que se manifiesta en una respuesta oportuna y una mejor calidad de las prestaciones. El Estado en su rol complementario tiene una importante función que cumplir, como es establecer reglas del juego objetivas e invariables para todos los prestadores de servicios sociales, elemento que no excluye la aplicación por parte de la autoridad de su rol normativo, supervisor, contralor y evaluador”.

Es importante coordinar desde la concertación y la participación las políticas sociales con la intervención de estos tres sectores de los cuales estamos hablando. Alicia Kirchner, propone un concepto interesante de ser utilizado en la respuesta que buscamos en relación a la autonomía o interdependencia de los tres sectores que se involucran en la “solución” a los problemas sociales. Ella nos plantea la Coparticipación, que significa corresponsabilizarse, es decir, hacer colaborador y garante a los sectores público, privado y social de “la búsqueda de dinamizar la sociedad”. La autora nos menciona que solo se logrará eso cuando el estado adquiera el rol de Promotor, haciendo referencia a un “Estado Activo contemporáneo dinámico, saneado”, dirigido por personas que visualicen a la comunidad con sujetos creadores de propuestas, sin contradecir lo cultural pero dispuestos a reconsiderar o redefinir situaciones nuevas, rápidas e inéditas que se nos plantea en el actual escenario global.

El estado materializa su gestión a través de las políticas sociales que emprenda. Para ello, Kirchner, nos menciona que las políticas sociales buscan la dinamización de la sociedad, para lo cual utiliza cursos de acción, que solo se ponen en movimiento luego de “establecer si lo social es los condicionante o condicionado”. Los criterios imperantes en la formulación de una política sociales, según la autora, deben ser: factibilidad, coherencia, desarrollo armónico e integral, descentralización y participación. La política social sería, entonces la representación de objetivos a lograr, mediante cursos de acción con fines de obtener efectos racionalizados en un radio social determinado. De aquí la importancia que el Estado adquiera un rol de promoción, puesto que ésta es un objetivo central en las políticas sociales actuales.

La política social debe ser sustentable, por que comprende una adecuada asignación de recursos físicos tecnológicos acordada entre entes gubernamentales y privados, con una administración estratégica de gestión. Además de ser sustentable, debe privilegiar la equidad, asegurándole a la sociedad el acceso universal a la cobertura de servicios y prestaciones sociales. Y finalmente también es importante y quizá el hilo conductor entre lo sustentable y lo equitativo, que “se institucionalice la solidaridad en la organización social de la comunidad a través de la integración familiar individual y comunitaria potenciando el papel creativo y solidario de la sociedad civil” (Kirchner, 1997:63)

La sociedad civil, por su lado, también debe cumplir con rol importante en la interdependencia de los tres sectores que hemos mencionado. Según, Evaydée Pérez Sarraff, Directora Ejecutiva de Alianza ONG, la sociedad civil debe asumir la Promoción de la participación de las Organizaciones Sin Fines de Lucro (OSFL) en la responsabilidad social empresarial y poner en práctica su capacidad para articularse con los demás sectores sociales, reafirmando, por lo tanto, aquello que planteamos, que los sectores, a nivel macro, no pueden definir autónomamente su concepto de gestión social, sino que deban involucrar y depender de los otros actores sociales envueltos para poder gestionar y gerenciar con mayo eficiencia y eficacia.

Además, desde la perspectiva política según Alianza ONG, la sociedad civil debe fortalecer el sistema democrático y para ello, no podrá olvidar la contribución que puede ejercer en el fomento de: el ambiente democrático, la justicia y la paz, el combate de la corrupción, la transparencia en la rendición de cuentas, la lucha contra la violencia y la delincuencia, la equidad y mejor distribución de riquezas, acceso a tecnologías de la información y al conocimiento, la producción, la gobernabilidad, el apoyo a gobiernos locales y la participación social.

Desde una perspectiva social, Alianza ONG menciona que la sociedad civil debe prestar servicios tales como: Educación, Salud, Género, Drogas, Ambiente y Viviendas. ¿De qué nos sirve esto para el análisis? La sociedad civil, es capaz de organizarse para participar en los procesos que el estado y el esfuerzo privado quieran (o deban) incluirla, puesto que si está capacitada para prestar ciertos tipos de servicios, es por que reconoce las situaciones que necesitan ser intervenidas para modificar su escenario. Si la sociedad civil, puede ofrecer prestaciones sociales, es por que reconocer que las políticas que está implementando el estado, sea cual sea la evaluación realizada de éstas. Es decir, si la sociedad civil interviene un problema es por que considera que las políticas que el Estado ha implementado, no son pertinente o no alcanza a cubrir las necesidades reales.

Tomando la postura de ésta ONG, como representativa de la sociedad civil, tenemos que se nos aclara el concepto de coparticipación. Ellos nos hablan de una responsabilidad compartida, pero diferenciada. Plantean que el Estado debe entregar un ambiente estable, en cuanto a seguridad jurídica y pública. Por su lado, el sector privado será el encargado de entregar conocimientos, recursos y capacidades, mientras que las organizaciones sin fines de lucro aportarán experiencia, conocimiento, experticio, vínculos con las comunidades y sus necesidades. Aquí nos integran un nuevo elemento “Los organismos internaciones”. No es fácil incluirlos en este análisis, sin pensar que pueden ser parte de la sociedad civil, pero que tienen una relación con el Estado, más estrecha que ella; o bien, podríamos pensar que este nuevo elemento, podría responder a un “Estado Mundial” teniendo presente el contexto globalizador que influencia la vida cotidiana actual. Su función en la coparticipación de la gestión social, se encontraría relaciona a impulsar el desarrollo, paz y solidaridad entre los pueblos (respaldo ético, moral y económico).

Si sumamos el esfuerzo de todos estos actores sociales, en Chile, lograríamos resultados de gestión envidiados por el resto del mundo. Alianza ONG, plantean cuales serían estos resultados, los cuales comparto ampliamente. Las potencialidades intersectoriales se verían generosamente beneficiadas por que se obtendría:

  • Maximización de los recursos

  • Mayor impacto

  • Complementariedad

  • Reducción de duplicidad de esfuerzos/solapamiento de funciones.

  • Pero ¿Qué hay de la esfera privada?, ¿Cómo entra en este juego? y ¿Cómo materializa su relación con los otros sectores?. Bien, es hora que lo mencionemos:

    Según el artículo “Inversión Social del sector Privado, Visión General” del Banco Mundial, Para comprender esto de la inversión social del sector privado, consideremos que las inversiones sociales abarcan el rango de actividades de desarrollo social emprendidas por privados, para maximizar los beneficios ambientales, sociales y económicos de sus operaciones. Como tal estas inversiones generalmente ayudan a compensar cualquier impacto negativo, pero a la vez pueden resaltar los aspectos positivos - sociales, económicos y ambientales - de su actividad. Es frecuente el medio por el cual las empresas, amplíen las contribuciones a las comunidades y sociedades donde ellos operan y contribuyen a satisfacer algunas expectativas locales. Nos aclaran que desde una perspectiva corporativa, las inversiones sociales son un importante componente de la "licencia para operar" y pueden también traer el beneficio de una buena popularidad. Las inversiones sociales frecuentemente buscan incrementar los niveles de capital productivo humano, social, y ambiental. Los ejemplos incluyen:

    • Capital Productivo: Programas que mejoran la infraestructura social de la región (por ejemplo, carreteras, disponibilidad de energía, escuelas, hospitales, vivienda)

    • Capital Ambiental:  Programas que alienten la protección ambiental y su mejoramiento (por ejemplo, protección de biodiversidad, protección de los usos tradicionales, el reciclado en la comunidad, la reforestación, protección contra la erosión, protección marina)

    • Capital Social: Programas que crean capacidades en la comunidad, las ONGs, y refuerzan la capacidad gubernamental (por ejemplo, entrenamiento en EIA/SIA, diagnósticos/trabajo de talleres, procesos de toma de decisiones, planificación regional)

    • Capital Humano: Programas que llevan a mejoras en los niveles de salud, educación, y subsistencia (por ejemplo micro-crédito y programas de desarrollo empresarial, programas de vacunación, programas de alfabetización).

    Las inversiones sociales frecuentemente son emprendidas en asociación con las organizaciones gubernamentales y no gubernamentales con base local. Estas asociaciones usualmente surgen después de una consulta extensiva y de crear una relación de confianza. Aunque las inversiones sociales frecuentemente involucran una contribución financiera de parte de una compañía, también pueden incluir el manejo administrado de algunas de las instalaciones de la compañía (por ejemplo, las instalaciones de salud) y productos (por ejemplo los paneles solares), así como los recursos y habilidades humanas.

    Entrando ya en el análisis de la autonomía o interdependencia de nuestras tres esferas, debemos considerar lo señalado por Manuel Feo de la Cruz, que plantea una postura que podría ser interesante de incluir en esta reflexión. Lechner en Feo de la Cruz, señala que la dicotomía entre lo público y lo privado, es equivalente a la de Estado y Sociedad, siendo lo público lo concerniente al Estado, y lo privado, el ámbito perteneciente a la sociedad. Pero actualmente la búsqueda de la superación de la dicotomía Estado/Sociedad, ha terminado por introducir lo Público como “una tercera dimensión” que intercedería entre los términos empleados.

    Según esta autora tendríamos que hablar ahora de “Estado/ Lo Público/ la sociedad”. En este sentido, "lo público" tendría especificidad y no podría confundirse ni con el Estado ni con la sociedad. En esta tríada, el Estado no absorbe lo público, no se confunden sus ámbitos. Lo que está en funcionamiento es un modelo teórico que cuestiona la noción común del Estado, y pretende devolver el poder social a su originario detentador. La sociedad civil asume una política ofensiva que intenta presionar sobre el Estado, con el objeto de participar con mayor fuerza en la toma de decisiones.

    Siguiendo a Lechner se puede observar la existencia de tensiones entre el Estado y la Sociedad, que obligan a esta última a ejercer una función contralora. Así pues la influencia de la sociedad civil se puede producir bien sea de forma indirecta a través de la persuasión, o de forma directa a través de medios reconocidos por el sistema político tales como referéndum, consulta popular, etc. Pero además se agregarían la influencia directa sobre la burocracia que toma las decisiones, generándose espacios en los cuales la separación Estado/ Sociedad se diluye, y se desarrollan deliberaciones en las cuales la sociedad negocia, delibera y participa decisivamente en la formación de las decisiones públicas. En este sentido, elabora un nuevo esquema de relaciones Estado/Sociedad que podría ser descrito de la siguiente manera: “Estado/ Área Pública Estatal/ Área Pública Social/ Sociedad”. El Área Pública Social sería aquella en la que se materializa la influencia de la Sociedad sobre las decisiones del Estado. La reflexión sobre el tema no se ha agotado allí. Si observamos este esquema y su conceptualización, nos percatamos que el papel de la sociedad en la esfera pública estaría cercado a su esfuerzo por influenciar en las decisiones del Estado. La noción de lo público permanecería muy ligada a la actividad estatal, con la única variante de “que la toma de decisiones se democratiza y no queda encerrada en la Burocracia”, según Manuel Feo de la Cruz.

    Sin embargo se puede encontrar la utilización de una noción aún más amplia de la esfera pública, en la cual la sociedad asume un conjunto de actividades que satisfacen los fines de servicio público, sin la presencia ni la mediación del Estado. En este contexto, tales acciones emprendidas por organizaciones de la sociedad también quedarían enmarcadas en la esfera pública, aun cuando el Estado no tenga injerencia en su accionar. Se nos presenta que, “estos son verdaderos espacios no estatales, donde los movimientos sociales asumen funciones que satisfacen necesidades colectivas. Es decir que al esquema anterior tendríamos que agregar un nuevo integrante: Estado/ Área Pública Estatal/ Área Pública Social con mediación Estatal/ Área Pública Social sin mediación Estatal/ Sociedad.

    Esa Área Pública Social sin mediación Estatal, como la denomina Lechner, estaría definiendo y perfilando otra dimensión de lo público en la cual la sociedad no tiene interés en participar políticamente en las decisiones estatales, sino que asume directamente la producción de bienes públicos, restringiendo, por lo tanto, la acción del Estado.

    La coparticipación, de la hablamos en un principio, incentiva a asumir los desafíos del trabajo en equipo desde el estado, la sociedad civil y el esfuerzo privado (Estado + Sociedad Civil + Sector Privado), para que cada cual se apodere y participe en el compartir las responsabilidades. El estado debe asumir la promoción de las capacidades de las personas, a través de políticas sociales que busquen permanentemente una sociedad de bienestar; el sector social debe adjudicarse la responsabilidad de la organización para hacer escuchar su voz y a la vez hacer validar los esfuerzos y resultados obtenidos de las intervenciones realizadas en pro del mejoramiento de la calidad de vida de sus miembros; y el esfuerzo privado debe asumir el compromiso de invertir en lo social, es decir, una inversión de capital en las capacidades humanas para conseguir la satisfacción de las necesidades que los aquejan.

    De cara a las reflexiones anteriores, podemos observar que, dada la realidad de crisis del Estado (cuando pasó de ser una Estado benefactor a un estado Promotor) y la necesidad de su transformación, del propio ámbito estatal han venido surgiendo iniciativas para promover la participación activa de la sociedad en la formulación de políticas y decisiones públicas, y en la gestión de servicios públicos. "El desafío, en todo caso, que concierne al Estado es el cambio de enfoque en sus relaciones con la sociedad civil. En vez de pretender que ésta se acerque a él creándole canales institucionales en función de sus objetivos y necesidades, lo que estaría planteado es intentar invertir el paradigma buscando apoyar a la sociedad civil, en el marco de la preservación de su autonomía institucional, de manera de no enajenar su capacidad para negociar libremente las mejores opciones que pueden contribuir a su desarrollo". Lo que quiere dejar claro el autor es, que se quiere impedir que en el proceso de transferencia de responsabilidades del Estado a la sociedad, la institución estatal se desembarace de sus obligaciones en relación con la satisfacción de las necesidades colectivas, de una parte; y, por otro lado, que el Estado al promover la participación social, no termine por pretender manipular y acallar los reclamos y exigencias sociales, sin que se puedan ver resultados palpables en relación con la mejora de las condiciones de vida y el disfrute del bienestar social.

    Queda absolutamente claro, tomando cualquiera de los fundamentos expuestas, que en el escenario en que nos encontremos, la coparticipación es esencial, puesto que la cuestión social se asume en la sociedad civil, por la cual ésta no puede ser “un invitado de piedra en la formulación” y aplicación de las políticas sociales. Además se demuestra que en cualquier acción que quiere emprende el estado no puede dejar fuera a la sociedad civil ni a los privados, ya que la interrelación existente los obliga a retroalimentarse, a obtener los recursos necesarios que pueden complementarse entre sí, a conocer sus percepciones de las diversas situaciones-problema para lograr así una gestión eficiente y efectiva que demuestre que los resultados obtenidos son beneficiosos para las tres esferas y que la consecuciones de los objetivos transversales que se quieran fijar en un futuro, serán posible, cuando se logre un trabajo intersectorial “como un equipo”.

    BIBLIOGRAFÍA

  • Kirchner, Alicia M. La Gestión de los saberes sociales: Algo más que Gerencia Social. Ed. Espacio, Buenos Aires, Argentina, 1997

  • Lechner, N. "La crisis del Estado en América Latina". El Cid editor, Caracas, 1977

  • www.worldbank.org

  • www.famiglia.regione.lombardia.it

  • www.gobernabilidad.cl

  • www.iadb.org

  • www.lyd.org

  • Definición de subsidiaridad encontrada en www.famiglia.regione.lombardia.it

    Libertad y Desarrollo: Centro de estudios e investigación privado, que se dedica al análisis de los asuntos públicos promoviendo los valores y principios de una sociedad libre.

    Idem.

    Kirchner, Alicia M. La Gestión de los saberes sociales: Algo más que Gerencia Social. Ed. Espacio, Buenos Aires, Argentina, 1997, pág. 73

    Idem.

    Pérez Sarraff, Evaydée. Rol de la Sociedad Civil en la Responsabilidad Social en Las Américas, Septiembre 2002, República Dominicana. www.iadb.org

    The World Bank Group, Inversión Social del Sector Privado, Visión General. 2001 www.worldbank.org

    Lechner, N. "La crisis del Estado en América Latina". El Cid editor, Caracas, 1977

    Feo de la Cruz, Manuel. La reformulación del rol del estado y la apertura de nuevos espacios para la participación ciudadana. www.gobernabilidad.cl

    Op. Cit. Pág 10

    Op. Cit pág 5

    op. cit. pág 3

    “Un sector público de gobiernos eficaces,

    Un sector privado de empresas eficaces

    Un sector social de organizaciones eficaces.

    Estos sectores son autónomos pero se complementan y son interdependientes”

    Frances Hesselbein




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    Enviado por:Goretti Navarro Sandoval
    Idioma: castellano
    País: Chile

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