Economía y Empresa


Inflación


INFLACIÓN

CONCEPTO

Es el aumento generalizado de los precios, pero esto es relativo ya que constantemente hay aumento de los precios.

Para los economistas la inflación, es el aumento progresivo, constante generalizado de los precios teniendo como base el aumento anterior. Un aumento genera otro aumento esto es lo que se denomina "la espiral inflacionaria".

El concepto de inflación es de difícil interpretación como un síntoma del estado de deterioro de la economía del país, de una mala política económica, del desbarajuste económico del país.

CAUSAS DE LA INFLACIÓN.

Tienen que tomarse en cuenta del país de que se trate, ya que no son las mismas causas de un país a otro:

 

  • Inflación en el Marco Coyuntural:

  • Inflación de guerra: podemos hablar de la inflación de guerra, un país puede estar bien económicamente y de repente se presentan conflictos bélicos o guerras, cuando se ve envuelto en un conflictos tiene que desviar su producción hacia los armamentos, proyectiles etc. para defender el país. Tomando los recursos que se tienen destinados al salario, a la educación a la producción por ello el gobierno no puede crear impuestos para ello ya que todo esta destinado para eso.

  • En el curso de la coyuntura:

    • Por exceso de demanda: se puede producir por el uso interno de la reserva monetaria del país (es la cantidad de dinero que se tiene guardado en los bancos ya sea el estado o particulares) ese uso interno puede ser: por gastos de consumo, aumento de gasto de inversión

    • Por elevación en los costos de producción: ocurre por un aumento de salario, por decreto oficial tratando de calmar el desespero de la gente, aumenta la producción.

  • Inflación tipo espiral:

  • Es un efecto de la inflación, es la típica inflación, va ascendiendo, es un "circulo vicioso" que no tiene fin.

    Causas de la inflación tipo espiral.

  • Aumento general de los precios.

  • Reducción del ingreso real de la población (ingreso verdadero que tiene la población para gastar) lo que origina.

  • Presione para un aumento salarial.

  • Aumento en el costo de producción (al aumentar los salarios aumentan los costos de producción ya que se refleja en el costo de precios).

  • Aumento de precios para compensar los costos.

  • Reducción del ingreso real.

  •  

  • Aumento de la velocidad de circulación del dinero.

  • Es la rapidez con que el dinero circulante para atender las transacciones corrientes.

  • Inflación administrativa.

  • Se produce por el desgobierno, por la mala administración, por la demagogia.

    Cuando el gobierno de turno cae en esta situación, incurren en gastos excesivos que no son necesarios. Esto trae como consecuencia la necesidad de pedir al extranjero y se endeuda más aún, la emisión de monedas comienza a imprimir (dinero inorgánico) para aumentar el dinero circulante. Hay aumento en el incremento de precios.

    LOS EFECTOS DE LA INFLACIÓN.

    La inflación tiene costos reales que dependen de dos factores: de que la inflación sea esperada o no y de que la economía haya ajustado sus instituciones (incorporando la inflación a los contratos de trabajos y prestamos o arriendos de capital y revisando los efectos del sistema fiscal ante una situación inflacionaria) para hacerle frente.

    La Inflación Esperada

    Cuando la inflación es esperada y las instituciones se han adaptado para compensar sus efectos, los costos de la inflación sólo son de dos tipos. Unos son los llamados costos de transacción, esto es, los derivados de la incomodidad de tener que ir con mucha frecuencia a las instituciones financieras a sacar dinero para poder ajustar los saldos reales deseado a la pérdida del poder adquisitivo del dinero motivada por el alza de los precios.

    La Inflación Imprevista

    Los efectos de la inflación imprevista sobre el sistema económico los podemos clasificar en dos grandes grupos: Efectos sobre la distribución del ingreso y la riqueza y efectos sobre la asignación de los recursos productivos.

    Efectos Sobre La Distribución del Ingreso

    Son los más visibles y más frecuentes destacados.

    La Inflación perjudica a aquellos individuos que reciben ingresos fijos en términos nominales y, en general, a los que reciben ingresos crecen menos que la inflación.

    Efectos sobre la actividad económica: La inflación tendrá también efectos distorsionantes sobre la actividad económica, ya que todo proceso inflacionario implica una alteración de la estructura de precios absolutos aumentan por igual. Dado que los precios relativos son las señales que guían el funcionamiento del mercado, una alteración de su estructura implica una distorsión en la asignación de los recursos al verse dificultada la información.

    La Incertidumbre

    La incertidumbre que generan los procesos inflacionarios también ha sido destacada como un elemento negativo para la producción. La incertidumbre derivada de la inflación dificulta los controles y los cálculos de rendimiento de las inversiones.

    REMEDIOS PROPUESTOS PARA COMBATIR LA INFLACIÓN

    En primer lugar no se puede solucionar la inflación sin saber las causas que la originan.

    1.- Buscar fórmulas y la manera de detener las causas. Identificar las causas: Se pueden diseñar medidas para combatir, muestras más efectivas son las medidas más difícil hoy en día se aplican las medidas monetarias.

    2.- Remedios de índole monetaria: Son de diversas características, depende de la inflación.

    Si la inflación es monetaria, buscamos la revalorización de la moneda a través del aumento de la paridad cambiaria, se trata de buscar el mejoramiento de la moneda (bajando el valor de la moneda) debería traer como consecuencia la deflación es lo contrario a la inflación, disminución de los precios del producto del mercado y aumento del valor adquisitivo de la moneda.

    CONSECUENCIAS DE LA INFLACIÓN.

  • El proceso inflacionario, un empuje inflacionario origina otro y así sucesivamente: el proceso inflacionario, la inflación en sí es una consecuencia, un sistema del desajuste económico del país. Una vez que se inicia es difícil remediarla.

  • Las injusticias en el reparto desigual de la riqueza: cuando hay inflación los que no tienen, tienen menos y los que tienen, tienen más. Salen ganando unos y pierden otros.

  • Salen ganando:

    Los deudores: Por la devaluación del dinero se endeudaron cuando el bolívar tenia un valor adquisitivo que no es lo mismo después de cierto tiempo.

    Los vendedores: La inflación hace subir los precios. Se revalorizan los inventarios. Salen ganando ya que la inflación hace subir los precios y revaloriza las mercancías.

    Salen perdiendo:

    Los acreedores: Por que prestaron dineros que valía en un tiempo pero cuando regresan el dinero ya no es lo mismo. Reciben dinero con bajo poder adquisitivo

    Los compradores: Por el alza de los precios.

    Mecanismos productivos: Es el proceso a través del cual nacen los productos que se van a poner en el mercado

  • La acción sobre el comercio exterior frenan las exportaciones de Venezuela hacia el extranjero y estimulan las importaciones.

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    ANTECEDENTES DE LA INFLACIÓN EN MÉXICO

    Hace pocos años, el entonces Presidente de la República, licenciado José López Portillo, con grave voz sentenció: «Debemos acostumbrarnos a vivir con la inflación». Palabras que en ese entonces, en estas mismas páginas, criticamos. Porque sabíamos que la inflación es un mal incontrolable ya que lleva en sí mismo el alimento que la hace crecer, y cuando se desboca, hoy igual que ayer, contagia a toda la población que la sufre con el «pánico inflacionario». ¿Qué, preguntará usted, es el pánico inflacionario? Es una enfermedad económica prácticamente incurable por medios pacíficos, que se presenta cuando la tasa de inflación se acerca al cien por ciento. Su presencia se palpa con horror por todas las personas que ven que los precios suben un día y otro también. Es en este momento que los ataques populares y políticos se dirigen preferentemente a los comerciantes a quienes se acusa de ventajosos, acaparadores y otros calificativos por el estilo. Si el pánico continúa, estos ataques llegan a ser materiales, ya no sólo de palabra, y es entonces que se está al borde de un colapso social. El pánico inflacionario es muy contagioso y la mejor forma de comprenderlo es por medio de un ejemplo real porque empezó a suceder hace un par de meses en nuestro país, cuando la gasolina subió de golpe de seis pesos a veinte. PEQUEÑA HISTORIA QUE ACLARA TODO Sigamos a un industrial que en su automóvil llega a llenar el tanque a una estación de servicio de Pemex. Antes lo llenaba con menos de trescientos pesos y ahora ve con horror que tiene que pagar mil pesos. Al arrancar para su oficina va haciendo algunas cuentas de lo que gastará en gasolina, tanto en el consumo de su coche como en los camiones repartidores de la mercancía que fabrica. Llega a su negocio y pide la presencia de su contador a quien expone en detalle las cuentas que hizo. La conclusión es que hay que aumentar el precio de su producto. Pasan los días y llega el camión del diesel a su fábrica. Subió de cuatro pesos a diez. Nuevas cuentas. Nuevo Aumento. Al llegar el nuevo año se entera que aumentan los impuestos, que aumentan los precios de todos los servicios que proporciona el gobierno. También aumentan los precios de todas las materias primas que utiliza en su fabricación. Nuevo aumento. Sólo que para estas fechas ya está muy asustado porque el aumento de hace unos días no fue suficiente y considera que es peligroso para su negocio hacer un aumento hoy y otro mañana. Así lo domina la duda unos días, durante los cuales va de compras a un supermercado, a una tienda de ropa, y adquiere un traje, unos zapatos, algunas camisas y comestibles. Se asusta más: todo está carísimo. PANICO, PANICO Y MAS PANICO Nuevamente llama a su contador y, después de una larga deliberación, decide subir el precio, pero en una proporción mayor, con la esperanza de evitar que tenga que volverlo a subir en fecha próxima. Vana esperanza. Va a comer a un restaurante y ve cómo aumentaron los precios. Presa ya del pánico inflacionario, aumenta y aumenta los precios de su producto. Naturalmente el comerciante que recibe estas mercancías también se contagia y se dedica a la misma tarea: aumentar y aumentar los precios. Ya estamos en plena epidemia. El comerciante de abarrotes, al comprar un traje o unos zapatos, tiene que pagar miles de pesos. Regresa a su negocio y sube sus precios. El industrial que le vendió más caro al comerciante ve que éste hizo aumento, y al regresar repite la operación. Y todo mundo, lo mismo industriales, que comerciantes, médicos, plomeros o carpinteros, suben y suben los precios, ya sin medida, presas de pánico, asustados de cómo van las cosas. El pánico también invade a las personas que reciben un salario o un sueldo y sus exigencias son cada vez mayores. En resumen, todos somos consumidores y en alguna de las variantes de nuestra economía también somos productores, de tal manera que al ver que el consumo sube de precio, subimos también de precio nuestra producción o nuestro servicio. ¿Cómo curar el pánico inflacionario? ¿cómo pararlo? La única forma pacífica sería la de lograr la serenidad del pueblo, porque el pánico inflacionario es como cualquier otro pánico. Al producirse un incendio en un edificio, sus habitantes, presas de pánico, tratan de salvar a como dé lugar lo que es suyo, sin importarles los demás. Hay muertos, asfixiados, aplastados, caos y desolación. ¿Quiénes son culpables? Los únicos culpables son los que provocaron el incendio, porque las víctimas que tratan de salvar lo suyo, son eso, víctimas, aun cuando en ocasiones aparezcan como victimarios. CIFRAS QUE MUESTRAN LA TRAGEDIA El incendio inflacionario lo provocaron los dos gobiernos pasados, encabezados por los licenciados Echeverría y López Portillo. Veamos cómo y por qué. De 1958 a 1970 los gobiernos en turno implantaron un sistema de gobierno equilibrado en sus finanzas. Sus déficits, que los tuvieron, fueron financiados en forma sana, de tal manera que no tuvieron que recurrir a la emisión excesiva de dinero. La consecuencia fue que la tasa de inflación de México fue a lo largo de esos doce años inferior a la que registraron los países industrializados. El resultado fue que nuestro peso conservó su poder adquisitivo, y en particular en lo que se refiere a las monedas de los grandes países, no hubo ninguna devaluación. El peso se cotizó siempre a razón de 12.50 por dólar. El Banco de México, como sociedad anónima nació en 1925 y fue entonces que empezó a emitir billetes. Para el 30 de noviembre de 1970, último día de gobierno del licenciado Díaz Ordaz, el monto de billetes y monedas en circulación alcanzó la cantidad de 18,555 millones. Doce años después, al 30 de noviembre de 1982, último día de gobierno del licenciado López Portillo, el monto de billetes y moneda en circulación sumó la cantidad de 483,726 millones de pesos. Estas cifras demuestran nuestra tragedia, así como la culpabilidad de los dos gobiernos pasados. En cuarenta y cinco años, de 1925 a 1970, los billetes y monedas alcanzaron la cantidad de 18,555 millones, en tanto que en sólo doce años, de 1970 a 1982, llegaron a 483,726 millones de pesos, lo que representa un incremento de veintiséis veces en sólo doce años. Este excesivo, pero brutalmente excesivo, incremento en la emisión de billetes y monedas es el origen de nuestra inflación que ya rebasa en un mes lo que hace doce años se alcanzaba en años. Es muy importante que todo el pueblo de México tenga conciencia del crimen que contra el desarrollo, la estabilidad social y la independencia económica de nuestro país cometieron los dos gobiernos pasados, porque la situación en que está México hoy es muy desventajosa en relación a la que te­nia cuando tomó el poder en 1970 el licenciado Echeverría, y, lo que es peor, nuestra situación actual es muchísimo más grave que la que tenía nuestro país en 1976 cuando recibió el poder el licenciado López Portillo. Ambos son los directamente culpables de la ruina de México, y por ello deben ser juzgados. Porque a lo largo de los doce años que tuvieron el poder hubo muchas, pero muchísimas voces de protesta por la forma en que gobernaron. Es más, en estas mismas páginas hicimos frecuentes y hasta tercas advertencias de lo que sucedería si continuaban con ese sistema populista de gobierno. Nunca hicieron caso. Al contrario, agravaron la situación, en particular en los últimos meses de 1976 y 1982, es decir, cuando cada uno de ellos dejó el poder a su sucesor, como si hubieran tenido el deliberado propósito de dejar la situación nacional en las peores condiciones posibles. Es muy importante dejar muy claramente asentado que la inflación sólo la pueden crear los gobiernos. Lo único que crea inflación es la emisión excesiva de dinero. Hay muchos estudios, muchas teorías, muchos libros escritos al respecto, y todos coinciden en que sólo los gobiernos pueden crear inflación por la sencilla razón de que son los únicos autorizados para emitir moneda. Pero tal vez la explicación más sencilla sea la siguiente: El dinero es en cada país la mercancía por excelencia, porque todo el mundo la acepta y la guarda. Es la mercancía que sirve para intercambiar bienes y servicios, porque es la que facilita el trueque de lo que uno produce por lo que uno consume. Por eso tiene asignado un valor que es aceptado universalmente. Si un gobierno empieza a emitir más y más dinero provoca su abundancia en el mercado y como cualquier otra mercancía, pierde valor; se deprecia. Si el aumento es constante, su deterioro se va acelerando con algunos agentes más que vienen a atizar la inflación. Tal es el caso de los aumentos de salarios y sueldos, los subsidios que los gobiernos empiezan a otorgar para que determinadas mercancías no sigan el alza de precios general, etc. Ya en plena inflación son muchos los factores que la aceleran, pero su origen, su nacimiento, radica única y exclusivamente en su abundancia. Los licenciados Echeverría y López Portillo emitieron dinero en tal abundancia que México al fin cayó en el pozo sin fondo del pánico inflacionario. Tomado de la Revista Negocios y Bancos No. 623, México 15 de Febrero de 1983

    MEDICIÓN MEDIANTE ÍNDICES ECONÓMICOS (INPC)

    articulo 20 bis

    El índice nacional de precios al consumidor a que se refiere el segundo párrafo del articulo 20, que calcula el banco de México, se sujeta a lo siguiente:

    I. se cotizaran cuando menos los precios en 30 ciudades, las cuales estarán ubicadas en por lo menos 20 entidades federativas. las ciudades seleccionadas deberán en todo caso tener una población de 20,000 o mas habitantes, y siempre habrán de incluirse las 10 zonas conurbadas o ciudades mas pobladas de la republica.

    II. deberán cotizarse los precios correspondientes a cuando menos 1000 productos y servicios específicos agrupados en 250 conceptos de consumo, los cuales abarcaran al menos 35 ramas de los sectores agrícola, ganadero, industrial y de servicios, conforme al catalogo de actividades económicas elaborado por el instituto nacional de estadística, geografía e informática.

    III. tratándose de alimentos las cotizaciones de precios se harán como mínimo tres veces durante cada mes. el resto de las cotizaciones se obtendrán una o mas veces mensuales.

    IV. las cotizaciones de precios con las que se calcule el índice nacional de precios al consumidor de cada mes, deberán corresponder al periodo de que se trate.

    V. el índice nacional de precios al consumidor de cada mes se calculara utilizando la formula de Laspeyres. se aplicaran ponderadores para cada rubro del consumo familiar considerando los conceptos siguientes:

    Alimentos, bebidas y tabaco; ropa, calzado y accesorios; vivienda; muebles, aparatos y enseres domésticos; salud y cuidado personal; transporte; educación y esparcimiento; otros servicios.

    El banco de México publicara en el diario oficial de la federación los estados, zonas conurbadas, ciudades, artículos, servicios, conceptos de consumo y ramas a que se refieren las fracciones I y II así como las cotizaciones utilizadas para calcular el índice.

    ORIGEN DEL IMCP

    Han pasado cincuenta años desde que el Colegio de Contadores vio la luz, y podemos afirmar que en el libro de su historia aún quedan infinidad de capítulos por escribir. Los años por venir nos deparan cambios, retos y nuevas posibilidades de plasmarla día con día, momento a momento, describiendo el ser y el hacer de cada uno de los profesionales de la contabilidad, hombres y mujeres que constituyen y fortalecen la estructura de nuestra organización. Pero todo tuvo un principio y el camino que hubo que recorrerse no estuvo libre de escollos. Sin embargo, la firmeza, la entrega y el entusiasmo de aquellos primeros colegas que unieron fuerza y voluntad para alcanzar el objetivo de su fundación, rindió frutos. Conocer los antecedentes nos permite valorar aún más la magnitud de este logro histórico. En 1949 no existían más de seis escuelas que impartían el título profesional en el ámbito de la contaduría ni más de cinco mil estudiantes de la carrera. Además de la Escuela Superior de Comercio y Administración, al separarse de la Universidad Nacional, se creó en ésta la Facultad de Comercio y Administración en 1929. También se había creado la Escuela Bancaria y Comercial en ese mismo año y la Escuela de Contaduría del Instituto Tecnológico Autónomo de México en 1946. El 26 de mayo de 1945 se publicó en el Diario Oficial de la Federación la Ley Reglamentaria de los artículos 42 y 5" Constitucionales en materia de profesiones para el Distrito y Territorio Federales, en la cual se regula la constitución y funcionamiento de los colegios de profesionistas. Este hecho fue la chispa que disparó la constitución del Colegio de Contadores Públicos de México, A.C., como entidad local. En 1974 se reformó la Constitución eliminando del Artículo 49 las referencias a profesiones incluyéndolas en el Artículo 5' y por ello, desde entonces, la Ley Reglamentaria se refiere sólo al Artículo 52 Constitucional. El 14 de octubre de 1947 se formó una asociación que aun cuando de otro tipo, estuvo relacionada con nuestro Colegio por los profesionistas que en la misma fungían. Bajo el lema "Unidos en el estudio, amigos en la profesión", 37 contadores conformaron la Asociación de Ex alumnos de la Escuela Superior de Comercio y Administración cuyo primer presidente fue Wladimiro Galeazzi Mora. En el mes de julio de 1948 comenzó a circular la revista "El Sentido Contable Actual", nombre que le dio Ernesto Abad y Soria, de tal suerte que sus siglas coincidieron con las de la E.S.C.A. Al establecer la Ley Reglamentaria del artículo 52 constitucional relativo al ejercicio de las profesiones en el Distrito Federal la reglamentación de los colegios de profesionistas, y no sólo ello, sino al haber incluido a la carrera de contador como profesión que requiere título para ejercerse, se consolidó la inquietud de crecimiento de la contaduría pública que desde la creación de la Escuela Superior de Comercio en 1845 había iniciado el desarrollo de una profesión que a lo largo de los años se convirtió en la primera en autorregularse y en autocalificarse para que el profesionista la ejerza de la mejor manera posible. En 1949 el Instituto Mexicano de Contadores Públicos tenía el nombre de Instituto de Contadores Públicos Titulados de México y operaba básicamente, en la ciudad de México por lo que resulta lógico que algunos grupos locales, en todo caso bajo la tutela del Instituto, pensaran en organizarse para impulsar el desarrollo de la práctica profesional, y éste es otro factor que influyó en la formación del Colegio. Así nace en Monterrey, N.L. el 14 de diciembre de 1948 el Instituto de Monterrey cuyos formadores sugerían al Instituto de Contadores Públicos Titulados de México "la conveniencia" quizás por primera vez en el medio profesional de que éste fuera reorganizado o transformado en un organismo de carácter verdaderamente nacional, que a su vez 'Pudiera reconocer, en un momento dado, la formación (y aplicación) de (otros) Institutos (u organismos) locales "autónomos, incluyendo el de la C. de México distintos del Instituto Nacional"... (Breve Historia del Instituto de Contadores Públicos de Nuevo León, A. C.)

    En la ciudad de México un grupo de contadores públicos discutía como ajustar al Instituto a los lineamientos de la Ley Reglamentaria del artículo 5' constitucional cuya aplicación era obligatoria, discusión que en esencia giraba en torno a la formación de un Colegio profesional o si el Instituto podía tener esas funciones. Desde otra perspectiva, ésta era una controversia entre el grupo de contadores insignes del Instituto y otro grupo de profesionales que propugnaba por la representatividad. Así, el 13 de junio de 1949, este último grupo creo el Colegio de Contadores Públicos y Auditores, A.C., y el 20 de junio de ese mismo año se formó el Colegio de Contadores Públicos de México, A.C., como respuesta del Instituto ante colegas que buscaban no desligar a un grupo local de la cobertura nacional que debería dar el Instituto. Las controversias e incertidumbre que rodearon la etapa de la creación de nuestro organismo dieron como resultado que a este período se le conociera como la guerra de los colegios. Pero la inteligencia, la cordura y el amor a la profesión prevalecieron por encima de cualquier circunstancia adversa, y las aguas tomaron nuevamente su nivel, gracias a la participación de profesionales de la talla de Roberto Casas Alatriste, Rafael Mancera, Alejandro Hernández de la Portilla, Luis Pastor y Manuel Zumaya, proponiendo una fusión que se llevó a cabo el 23 de mayo de 1951. Como resultado de esta decisión, el grupo de contadores que formaba el Colegio de Contadores Públicos y Auditores A. C. se incorporaba automáticamente al Colegio de Contadores Públicos de México, A.C que fue la entidad fusionante. Una vez cubiertos los trámites legales y protocolarios, el 20 de junio de 1949 se firmó la escritura constitutiva del Colegio de Contadores Públicos de México, A.C., la cual señalaba como objeto del mismo lo siguiente: I. Reunir a los profesionistas de la profesión "Contador Público", en los términos del artículo 44 de la Ley reglamentaria de profesiones; II. Mantener y fomentar el crédito de la profesión de Contador Público; III. Tender a unificar el criterio profesional de los asociados; IV. Defender los intereses individuales y colectivos de los asociados en los términos que establecen estos Estatutos. V. Prestar a los asociados ayuda profesional, moral y material; VI. Adquirir los bienes muebles e inmuebles necesarios a la existencia y fines del Colegio; y VII. En general, ejecutar todos los actos y celebrar los contratos encaminados a la realización de los objetos anteriores. El Colegio fue constituido por 133 profesionales, que sumados a los 114 del Colegio fusionado, conformaron un importante grupo de 247 contadores, de los cuales siete eran mujeres: Ma. Del Carmen Gómez Villacorta Evangelina Rico Ramírez Dolora Roldán Refugio Román Beatriz Sanabria de Torres Lydia Tableros Becerril Josefina Treviño Ordorica La lista total se conformó incluyendo a los fundadores del Colegio fusionado, quienes habían quedado en cierta situación de indefinición. No se habían incorporado al Colegio por solicitud sino como consecuencia de la fusión, pero ello no impidió que en Consejos Directivos participaran miembros del Colegio fusionado, no obstante que para tal propósito se requería contar con dos años de asociado. Los miembros del Colegio se desarrollaron profesionalmente en los diversos ámbitos de la vida nacional, lo mismo en el sector público que en el sector privado, destacándose la labor que cada uno de ellos desempeña, como fue el caso de Don Rafael Mancera Ortiz, quien fungió como Subsecretario de Hacienda al presidir el Colegio y fue también Vicepresidente de la Comisión Organizadora de la Segunda Conferencia Interamericana de Contabilidad que se celebró en la ciudad de México en 1951, habiendo tenido lugar la primera de ellas en Puerto Rico en 1949.

    El 4 de enero de 1967 fue aprobado nuestro emblema inspirado en el símbolo original chino de la doctrina Yin-Yang, que en términos sencillos se refiere a que todas las cosas y eventos son producidos por dos elementos, fuerzas o principios: Yin, que es negativo, pasivo, débil y destructivo, y Yang, que es positivo, fuerte y constructivo. Todo lo que en el Universo es, obedece a una ley natural. Está formado por dos fuerzas opuestas, pero no contradictorias: distintas, pero no enemigas; diferentes pero no complementarias. Estas fuerzas en constante movimiento constituían la esencia cósmica. La impresionante diferencia entre esta concepción, y los demás dualismos filosóficos estriba, principalmente en que, a diferencia del bien y del mal, la verdad y la mentira, la luz y las tinieblas y la vida y la muerte, Yin y Yang no luchan entre sí, más bien se complementan y en armoniosa cooperación establecen el equilibrio único del Cosmos. Durante la búsqueda de nuestro emblema, algunos factores que decidieron la elección fueron, entre otros, los elementos pasivos y activos del cosmos ligados por una fuerza superior a ellos mismos. Realizamos, entonces, las adaptaciones pertinentes para su representación gráfica para ser utilizada en impresos y el escudo en metal y dimos forma a los simbolismos que el mismo extrañaba: Deber y ser mejor Día con día comprobamos que el sentimiento del deber implica el reconocimiento de una deuda. Todo individuo recibe de la comunidad que lo rodea bienes espirituales y materiales que le facilitan y enriquecen su existencia, brindándole la posibilidad de cultivar en sí lo espiritual. De este modo se convierte en deudor de la comunidad y asume la responsabilidad de reintegrar lo recibido. El verdadero servir nace de un sentimiento de solidaridad y de un anhelo de contribuir en lo posible al bienestar y al desarrollo de la comunidad. Todo individuo, hombre o mujer, tiene la obligación de hacerse cargo, dentro de la amplia gama de labores que deben llevarse a cabo en común, de aquella parte para la cual se es apto. Esta parte es justamente la obligación con que debe cumplir si al final de su vida quiere decir que ha servido. Sintetizando los principios anteriores en un lema, el nuestro, estamos ciertos de que Servir por deber es enaltecer a la profesión. La verdad consiste en una conformidad de las cosas con el concepto de que ellas forman la mente. Es la conformidad de lo que se dice con lo que se siente o piensa. Nosotros, como profesionales íntegros, responsables de nuestros actos y juicios ante la sociedad, asumimos que uno de los más firmes compromisos y objetivos de la contaduría pública es el reconocimiento público de la verdad en sus juicios. El mundo enfrenta procesos dinámicos de cambio; sin embargo los valores firmes permanecen, porque hoy como siempre, propugnaremos porque la palabra del contador y su firma sean aceptadas como una expresión de verdad. Etíca El camino de la verdad se liga íntimamente con la ética profesional y es, en nuestro ámbito, la aplicación de normas generales de moral humana, a los problemas y situaciones particulares que se presentan al contador por su calidad como tal y por la labor que desempeña. Más allá de los principios básicos de sentido de responsabilidad, capacidad y secreto profesional, nuestra diaria labor nos exige adquirir un conjunto de virtudes que hagan posible dar a la vida profesional una tónica de calidad. Y esas virtudes se adquieren por propia voluntad para actuar conforme a ellas, por la realización de los actos que exigen y por un ambiente que haga posible el ejercicio que las facilite.

    Concepto de vida Profesional. El concepto de vida se asemeja a un tejido en el que cada principio básico es uno de sus hilos. Aquel que acoge un principio básico lo entreteje en el concepto de su vida. Así pues, nuestro emblema simboliza ese concepto de la vida del profesional de la contabilidad, una malla tejida con hilos de los más altos valores morales, intelectuales y materiales. Han pasado cincuenta años desde que el Colegio de Contadores vio la luz, y podemos afirmar que en el libro de su historia aún quedan infinidad de capítulos por escribir. Los años por venir nos deparan cambios, retos y nuevas posibilidades de plasmarla día con día, momento a momento, describiendo el ser y el hacer de cada uno de los profesionales de la contabilidad, hombres y mujeres que constituyen y fortalecen la estructura de nuestra organización. Pero todo tuvo un principio y el camino que hubo que recorrerse no estuvo libre de escollos. Sin embargo, la firmeza, la entrega y el entusiasmo de aquellos primeros colegas que unieron fuerza y voluntad para alcanzar el objetivo de su fundación, rindió frutos. Conocer los antecedentes nos permite valorar aún más la magnitud de este logro histórico. En 1949 no existían más de seis escuelas que impartían el título profesional en el ámbito de la contaduría ni más de cinco mil estudiantes de la carrera. Además de la Escuela Superior de Comercio y Administración, al separarse de la Universidad Nacional, se creó en ésta la Facultad de Comercio y Administración en 1929. También se había creado la Escuela Bancaria y Comercial en ese mismo año y la Escuela de Contaduría del Instituto Tecnológico Autónomo de México en 1946. El 26 de mayo de 1945 se publicó en el Diario Oficial de la Federación la Ley Reglamentaria de los artículos 42 y 5" Constitucionales en materia de profesiones para el Distrito y Territorio Federales, en la cual se regula la constitución y funcionamiento de los colegios de profesionistas. Este hecho fue la chispa que disparó la constitución del Colegio de Contadores Públicos de México, A.C., como entidad local. En 1974 se reformó la Constitución eliminando del Artículo 49 las referencias a profesiones incluyéndolas en el Artículo 5' y por ello, desde entonces, la Ley Reglamentaria se refiere sólo al Artículo 52 Constitucional. El 14 de octubre de 1947 se formó una asociación que aun cuando de otro tipo, estuvo relacionada con nuestro Colegio por los profesionistas que en la misma fungían. Bajo el lema "Unidos en el estudio, amigos en la profesión 37 contadores conformaron la Asociación de Ex alumnos de la Escuela Superior de Comercio y Administración cuyo primer presidente fue Mladimiro Galeazzi Mora. En el mes de julio de 1948 comenzó a circular la revista "El Sentido Contable Actual", nombre que le dio Ernesto Abad y Soria, de tal suerte que sus siglas coincidieron con las de la E.S.C.A. Al establecer la Ley Reglamentaria del artículo 52 constitucional relativo al ejercicio de las profesiones en el Distrito Federal la reglamentación de los colegios de profesionistas, y no sólo ello, sino al haber incluido a la carrera de contador como profesión que requiere título para ejercerse, se consolidó la inquietud de crecimiento de la contaduría pública que desde la creación de la Escuela Superior de Comercio en 1845 había iniciado el desarrollo de una profesión que a lo largo de los años se convirtió en la primera en autorregularse y en autocalificarse para que el profesionista la ejerza de la mejor manera posible.

    En 1949 el Instituto Mexicano de Contadores Públicos tenía el nombre de Instituto de Contadores Públicos Titulados de México y operaba básicamente, en la ciudad de México por lo que resulta lógico que algunos grupos locales, en todo caso bajo la tutela del Instituto, pensaran en organizarse para impulsar el desarrollo de la práctica profesional, y éste es otro factor que influyó en la formación del Colegio. Así nace en Monterrey, N.L. el 14 de diciembre de 1948 el Instituto de Monterrey cuyos formadores sugerían al Instituto de Contadores Públicos Titulados de México "la conveniencia" quizás por primera vez en el medio profesional de que éste fuera reorganizado o transformado en un organismo de carácter verdaderamente nacional, que a su vez 'Pudiera reconocer, en un momento dado, la formación (y aplicación) de (otros) Institutos (u organismos) locales "autónomos, incluyendo el de la C. de México distintos del Instituto Nacional"... (Breve Historia del Instituto de Contadores Públicos de Nuevo León, A. C.) En la ciudad de México un grupo de contadores públicos discutía como ajustar al Instituto a los lineamientos de la Ley Reglamentaria del artículo 5' constitucional cuya aplicación era obligatoria, discusión que en esencia giraba en torno a la formación de un Colegio profesional o si el Instituto podía tener esas funciones. Desde otra perspectiva, ésta era una controversia entre el grupo de contadores insignes del Instituto y otro grupo de profesionales que propugnaba por la representatividad. Así, el 13 de junio de 1949, este último grupo creo el Colegio de Contadores Públicos y Auditores, A.C., y el 20 de junio de ese mismo año se formó el Colegio de Contadores Públicos de México, A.C., como respuesta del Instituto ante colegas que buscaban no desligar a un grupo local de la cobertura nacional que debería dar el Instituto. Las controversias e incertidumbre que rodearon la etapa de la creación de nuestro organismo dieron como resultado que a este período se le conociera como la guerra de los colegios. Pero la inteligencia, la cordura y el amor a la profesión prevalecieron por encima de cualquier circunstancia adversa, y las aguas tomaron nuevamente su nivel, gracias a la participación de profesionales de la talla de Roberto Casas Alatriste, Rafael Mancera, Alejandro Hernández de la Portilla, Luis Pastor y Manuel Zumaya, proponiendo una fusión que se llevó a cabo el 23 de mayo de 1951.

    Como resultado de esta decisión, el grupo de contadores que formaba el Colegio de Contadores Públicos y Auditores A. C. se incorporaba automáticamente al Colegio de Contadores Públicos de México, A.C que fue la entidad fusionante. Una vez cubiertos los trámites legales y protocolarios, el 20 de junio de 1949 se firmó la escritura constitutiva del Colegio de Contadores Públicos de México, A.C., la cual señalaba como objeto del mismo lo siguiente: I. Reunir a los profesionistas de la profesión "Contador Público", en los términos del artículo 44 de la Ley reglamentaria de profesiones; 11. Mantener y fomentar el crédito de la profesión de Contador Público; 111. Tender a unificar el criterio profesional de los asociados; IV. Defender los intereses individuales y colectivos de los asociados en los términos que establecen estos Estatutos. V. Prestar a los asociados ayuda profesional, moral y material; VI. Adquirir los bienes muebles e inmuebles necesarios a la existencia y fines del Colegio; y VII. En general, ejecutar todos los actos y celebrar los contratos encaminados a la realización de los objetos anteriores. El Colegio fue constituido por 133 profesionales, que sumados a los 114 del Colegio fusionado, conformaron un importante grupo de 247 contadores, de los cuales siete eran mujeres: Ma. Del Carmen Gómez Villacorta Evangelina Rico Ramírez Dolora Roldán Refugio Román Beatriz Sanabria de Torres Lydia Tableros Becerril josefina Treviño Ordorica La lista total se conformó incluyendo a los fundadores del Colegio fusionado, quienes habían quedado en cierta situación de indefinición. No se habían incorporado al Colegio por solicitud sino como consecuencia de la fusión, pero ello no impidió que en Consejos Directivos participaran miembros del Colegio fusionado, no obstante que para tal propósito se requería contar con dos años de asociado. Ver Anexo 1 Los miembros del Colegio se desarrollaron profesionalmente en los diversos ámbitos de la vida nacional, lo mismo en el sector público que en el sector privado, destacándose la labor que cada uno de ellos desempeño, como fue el caso de Don Rafael Mancera Ortiz, quien fungió como Subsecretario de Hacienda al presidir el Colegio y fue también Vicepresidente de la Comisión Organizadora de la Segunda Conferencia Interamericana de Contabilidad que se celebró en la ciudad de México en 1951, habiendo tenido lugar la primera de ellas en Puerto Rico en 1949.

    CONCLUSIONES

    Se puede resumir el concepto de inflación como un aumento general de los precios de los bienes de consumo y de los factores productivos.

    En la inflación los salarios aumentan por la pérdida del poder adquisitivo, los ahorros pierden su poder adquisitivo, los artículos aumentan de precios y los deudores ganan.

    Las pérdidas contables, aunque cuantitativamente se encuentren bien obtenidas, al reflejar y comparar estados financieros éstos podían estar distorsionados por el llamado "Proceso de cambios del poder adquisitivo de la moneda", que varía de país a país de acuerdo con los parámetros macroeconómicos que tenga cada uno de ellos.

    Este tema es muy importante, ya que nos afecta socioeconómicamente, porque el pueblo que compone a un país, no esta preparado para la devaluación del dinero, por ejemplo, los deudores adquieren un producto a un precio y después de cierto tiempo este no es el mismo, en el caso de los vendedores de es lo contrario ya que ellos revalorizan los inventarios porque la inflación hace subir los precios, esto nos lleva a que el gobierno debería tener un mejor control en el manejo de la economía de un país centrando las causas que justifiquen el alza de los precios para así diseñar medidas para embatirla, si la inflación es monetaria se buscará la revalorización de la moneda a través del aumento de la paridad cambiaría.

     

    Podemos concluir con lo siguiente. La inflación no únicamente tiene un impacto económico, sino también social debido a las variaciones de los precios, enfocándolo desde otra periferia, los contadores públicos también son afectados debido al constante cambio de la información.

    Como podemos darnos cuenta la inflación es un fenómeno social, económico y demás que tiene un efecto impactante en la vida de todos los mexicanos.

    Sin duda es un tema actual que nos afecta muchísimo a todos, pero que sin embargo es dificilísimo de resolver. Creo que es un tema para tomar conciencia y pensar en buscar no solo preguntas sobre que es este amplio tema, sino también soluciones útiles para no ser afectados.

    Se puede decir que a los Contadores Públicos, no solo les afecta este fenómeno por ser mexicanos, si no además como profesionistas que deben registrar las operaciones de una empresa y elaborar información útil, oportuna y confiable y para ello sin duda necesita conocer un método para poder reconocer y presentar en dicha información los efectos de la inflación, siendo esto nuestro principal objetivo.

    BIBLIOGRAFÍA

    www.cddhcu.gob.mx

    www.shcp.gob.mx

    www.google.com

    Aplicación Práctica del Boletín B-10

    Alfonso Pérez Reguera

    IMCP

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