Economía
Historia Económica
INTRODUCCIÓN A LA HISTORIA ECONÓMICA
CRECIMIENTO, DESARROLLO Y PROGRESO
Para el estudio de la historia económica cabe distinguir entre lo que Cameron denomina crecimiento económico, desarrollo económico y progreso.
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Crecimiento económico: expresa la magnitud del progreso de un determinado producto. La importancia se encuentra en el origen del crecimiento. Es un término limitado.
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Desarrollo económico: implica un crecimiento acompañado de un cambio en la estructura económica. Por tanto, podemos decir que el crecimiento puede o no significar desarrollo. Hablamos entonces de un término explicativo del crecimiento.
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Progreso económico: se trata de un término valorativo que implica una subjetividad colectiva. Esta subjetividad colectiva tiene una dimensión histórica, ya que depende del momento hay hechos que se consideran o no progreso.
CAUSAS Y FACTORES DE DESARROLLO ECONÓMICO
Los factores del desarrollo económico fueron ya enunciados por los economistas clásicos como la tierra, el capital y el trabajo. También algunos autores señalaron la importancia del espíritu empresarial. Estos factores son operativos al contemplar la evolución económica a corto plazo. Sin embargo, en el estudio de la historia a largo plazo, lo que los economistas franceses denominan “la long durée”, se debe hablar de unos macro-factores económicos, dentro de los cuales los anteriores son variables y operativos.
Los recursos:
Al hablar de la tierra nos referimos a los recursos y de las condiciones del espacio en que se dan, como la orografía, el régimen hidrográfico… El marco geográfico evoluciona lentamente en parte por la actuación del factor humano y afectará al aprovechamiento de los recursos. Este aprovechamiento vendrá también determinado por el desarrollo de la tecnología y la evolución histórica.
La población:
La mano de obra, el trabajo, nos lleva a hablar de la población. Sin embargo, esta población no puede ser enfocada únicamente como mano de obra, sino que también es el mercado de consumidores.
La demografía se encarga del estudio de la población. Es importante la distribución de la población por edad, por sexos, la densidad y la distribución territorial. Ya no se estudia únicamente la mano de obra, sino el conjunto de la población y su comportamiento.
La tecnología:
La tecnología se considera a veces el motor de avance en la economía. Un invento se considera importante únicamente en la medida que se difunde y se aplica en los procesos productivos. El invento debe estar destinado a la innovación para ser considerado invento.
Existe por tanto una relación directa entre el grado de evolución tecnológica y el grado de evolución económica y empresarial. A pesar de que los inventos cambian el curso de la economía, estos son también un reflejo y consecuencia de la evolución económica.
Factor socio-cultural:
Dentro de este factor, encontramos la cultura, la política, la religión… Se trata de unos factores muy variables y difíciles de valorar, pero que permiten comprender que la historia económica está en estrecha relación con el resto de las evoluciones históricas y por ello no es una disciplina aislable.
Max Weber, por ejemplo, destacaba la importancia del trabajo para la religión protestante, como uno de los factores que determinan un mayor dinamismo y desarrollo capitalista en algunas sociedades.
El poder político siempre ha tendido a actuar sobre los recursos, y por tanto este control aumenta según aumente el poder político.
Texto: Las Claves no económicas de la Historia Económica (p. 4-19)
TEMA 1: LA EDAD ANTIGUA
LA REVOLUCIÓN DEL NEOLÍTICO
El paleolítico:
En el período anterior a la transformación del neolítico, la economía estaba dirigida a protegerse del medio y a conseguir alimento y por tanto, una economía basada en la caza y la recolección de frutos. El hombre del paleolítico era fundamentalmente nómada ya que perseguía a los recursos para llevar a cabo su actividad de supervivencia.
El hombre de este momento conoce la técnica de fabricar armas (arcos y flechas, anzuelos) y matar. Conoce también el fuego pero no ha llegado a inventar la rueda.
El neolítico (aprox. 10.000 a.C.):
A partir de este momento sucede lo que se ha venido llamando una revolución en todos los ámbitos. Tras el deshielo de Europa alrededor del Mediterráneo se hace una gran distinción entre zonas áridas y zonas fértiles. El hombre por tanto, busca asentarse en las zonas más prósperas para no trasladarse, y así se hace sedentario. En esas zonas más fértiles, el hombre aprende a cultivar la tierra y a domesticar animales, convirtiéndose en agricultor y ganadero.
Con el asentamiento los hombres comienzan a organizarse en grupos mayores con lo que se permite el desarrollo de la especialización económica y el intercambio de productos de forma muy elemental. Surge entonces el comercio.
Al vivir en grupos mayores se produce también la necesidad de establecer autoridades estables que garanticen el orden. Surge por tanto el poder organizado así como unas normas de convivencia para organizar el poder y las relaciones dentro del grupo.
A partir de este punto avanzan las formas de organización y civilización, alcanzando su cúlmen en la Edad Antigua en el Imperio Romano. La sociedad basada en la revolución del neolítico va dando paso a civilizaciones cada vez más desarrolladas y avanzadas a lo largo de la llamada Edad de los Metales.
LA EDAD DE LOS METALES
La Edad de Cobre (5.000-3.000 a.C.):
Existe en este momento una franja del Caúcaso al Himalaya donde surgen las grandes civilizaciones en zonas ricas y fértiles en torno a los ríos (Tigris, Eúfrates y Nilo). Es ahí donde se fija y desarrolla el cambio del Neolítico y se avanza en la fabricación de los metales.
La técnica del metal da una ventaja manifiesta a aquellos grupos que la conocen. Los grupos se van imponiendo unos a otros gracias a estos factores y se van desarrollando así cada vez grupos más grandes e importantes.
Edad de Bronce (3.000-1.500 a.C.):
En esta etapa, el bronce no tiene mayor importancia que el cobre por el pobre desarrollo de la técnica. Sin embargo, los cambios de la Edad de Cobre han dado lugar a dos grandes e importantes civilizaciones: la egipcia alrededor del Nilo y las mesopotámicas entre los ríos Tigris y Eúfrates.
Los cambios del neolítico tienen ahora un importantísimo desarrollo con una economía extremadamente evolucionada con una marcada especialización del trabajo y avanzadas técnicas de agricultura. Las actividades comerciales e industriales tuvieron su máximo exponente en Mesopotamia, dando lugar al nacimiento de las primeras anotaciones numéricas y contables. Ambas civilizaciones conocieron y desarrollaron la escritura, aunque fue en Mesopotamia donde se desarrolló ésta especializada en numérica y contable. Son civilizaciones que desarrollan enormemente las formas de poder y la estructura del mismo, tanto en lo religioso como en lo político (ejército, escribas, reyes…). Esto supone la existencia de una expresión del poder tanto a través de la fuerza como a través de los funcionarios. Es también el momento en el que se desarrollan las leyes escritas como el Código de Hammurabi (2.000 a.C.) en Mesopotamia. Se experimenta también un gran desarrollo en el ámbito artístico.
Edad de Hierro (1.000 a.C):
Esta etapa se asocia cronológicamente al esplendor de algunas culturas, concretamente a los fenicios y los griegos. Es el hierro lo que da importancia a esta época, ya que se convierte en un metal de enorme difusión y calidad. Por su difusión se convirtió en un metal muy barato y sus calidades pudieron ser explotadas. Gracias a su evolución se dio paso a importantes transformaciones.
Fenicios (1.000 a.C.)
Es una civilización puramente comercial con su actividad basada en el Mar Mediterráneo. Ambos aspectos suponen una novedad para la época, ya que las grandes civilizaciones del momento se basaban en el dominio militar y la formación de un gran imperio territorial.
Sin embargo, Fenicia, basada en el actual Líbano, construye una civilización puramente económica que concreta su actividad económica por su pequeñísima expansión territorial. Su actividad comercial la lleva a cabo en el Mar Mediterráneo conectando a través de él diversos puntos comerciales. Abre así el espacio a través de éste, convirtiendo el Mediterráneo en una unidad económica.
El poder fenicio es un poder basado en el comercio y en el control de las rutas marítimas que permiten este comercio entre puntos distantes. Es lo que se denomina una talasocracia, un poder basado en el mar. Este peculiar modelo de poder establecido por los fenicios, será copiado en numerosas ocasiones a lo largo de la historia (Portugal, Holanda, Gran Bretaña…).
Cartago, en el norte de África, se convertirá a partir de la caída de los fenicios, en sus sucesores directos.
Griegos (800-900 a.C.)
En este momento se avanza en el proceso de unificación del Mediterráneo y en el desarrollo de una cultura económica. Ésta estaba relativamente desarrollada gracias al gran desarrollo agrícola basado en la trilogía mediterránea y un relativo desarrollo urbano. Los griegos tenían también una importante visión comercial, pero a diferencia de los fenicios, no fueron únicamente comerciantes, sino también colonizadores.
Se trata de un pueblo emigrante por razones tanto políticas como económicas. La tierra pobre de Grecia supone la causa fundamental en la creación de las colonias. El comercio entre las polis y sus colonias a través del Mediterráneo era muy activo y de gran importancia. Las colonias además favorecían la expansión de su forma cultural.
A partir de los siglos V y IV a.C. comienza la decadencia por causas desconocidas. La hipótesis fundamental es la reducción del marcado, posiblemente por la expansión de la esclavitud. Una sociedad esclavista genera a largo plazo estrangulamientos económicos por la desincentivación de la mano de obra. La productividad de una sociedad esclavista es bajísima y sin embargo acarrea enormes gastos. Otra de las causas de la decadencia podría ser la independencia económica de las colonias, que comienzan a desarrollar actividades económicas que les permiten dejar de importar de la metrópoli, reduciendo el mercado para las polis griegas.
Macedonios (s. V-IV a.C.)
A partir de la invasión de los macedonios en estas fechas, se controla el conjunto de Grecia consagrando así la decadencia del mundo de las polis de la Grecia clásica. El rey Filipo de Macedonia obtuvo una situación hegemónica pero sin eliminar los poderes autóctonos. Su hijo, Alejandro Magno tiene una enorme vocación imperial que le lleva al límite de la India. Consigue expandir la cultura griega e inversamente recibir las aportaciones del mundo oriental en poco tiempo.
La idea imperial de Alegrando Magno se basa en la idea universalista del hombre, basada en la igual dignidad universal a todos los hombres. Esta visión, por encima de la idea del poder, es la que le lleva a crear su gran imperio. Este imperio dejó el camino preparado para la expansión del imperio romano.
Se ha llegado a decir que el imperio universalista y cosmopolita de Alejandro Magno influye en la Revolución Cristiana de siglos más tarde.
EL MUNDO ROMANO (s. IV a.C.-V d.C.)
La última fase de la Edad Antigua corresponde al mundo romano, cuya historia puede dividirse en varias etapas. En un principio, se consolida el pueblo Latino como el dominante en la península Itálica por encima de los demás pueblos de la zona. Éste comienza su extensión imperial derrotando primero a los cartagineses en las Guerras Púnicas y ocupando el Mediterráneo.
El apogeo del Imperio (s. I-II d.C.):
Al llegar al siglo I d.C. Roma a forjado un extraordinario imperio que entra en una fase de apogeo y esplendor. La base explicativa de esta prosperidad del imperio está en que Roma consigue imponer su idea de la Pax Romana: un orden y estabilidad en un enorme espacio articulado por el Mar Mediterráneo. El Mar es el punto de unión de un imperio que se extiende por las riveras Norte, Sur, Este y Oeste del mismo. La Pax Romana suponía una seguridad y garantía ofrecida por el Estado a los habitantes de tan grande espacio. Se trata de una seguridad basada en normas, eficacia del control físico, etc., y por tanto era la garantía para la prosperidad económica.
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Seguridad física: ofrece la garantía de la vida y de la propiedad en el Imperio, alejando las invasiones y las guerras a través de un ejército bien formado y una red de comunicaciones.
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Seguridad política y administrativa: existe una estructura de poder estable, fuerte y legitimado universal a todo el imperio, presente en los territorios a través de los funcionarios.
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Seguridad jurídica: existen unas normas y un derecho claro y preciso que establece el marco determinado de las relaciones con los otros individuos y la comunidad.
Estas tres garantías son fundamentales en la estructura del Estado. Al haber un Estado con garantías y seguridad se pueden desarrollar las actividades económicas.
Durante los siglos I y II d.C. se dio una gran actividad agrícola basada en la tendencia a la concentración de la propiedad. Se desarrollaron también zonas especializadas (olivo en la Península Ibérica, trigo en el Norte de África…) y la agricultura tradicional del Mediterráneo logra llegar a estar completamente consolidada.
La industria también alcanzo una gran importancia a lo largo de todo el imperio, sobre todo la minera y la de consumo. El mundo urbano del imperio, con grandes ciudades llenas de habitantes, explica la existencia de una rica y desarrollada industria de consumo.
El comercio también fue importante. La mayor parte de las comunicaciones pasaban por Roma, por la gran importancia de esta ciudad de casi 1 millón de habitantes. Roma además era un centro de re-exportación. Era por tanto un gran punto comercial de los productos alimenticios e industriales del Mediterráneo. El Imperio sin embargo, también se comunicaba con el exterior: del extremo Oriente procedían muchos productos de lujo que dieron lugar a un comercio muy activo. Sin embargo, se trataba de un comercio deficitario, que trató de compensarse con la creación y salida de moneda de oro y plata. Por tanto, se devaluó enormemente la moneda.
La crisis del Imperio (s. III d.C.):
El siglo III es un siglo de crisis que dará lugar al Bajo Imperio en los siglos IV y V. La crisis de este momento es una crisis profunda, larga y muy plural, afectando a todos los órdenes. Se debe en origen a una crisis política y militar por las constantes luchas por la sucesión del imperio con la participación del ejército. Es por tanto, primero, una crisis de Estado.
A esta crisis se le suman las invasiones por los pueblos germánicos que aprovechan el momento de debilidad del imperio y descuido de las fronteras. Los bárbaros accedían al Imperio atraídos por la prosperidad del mismo.
Como consecuencia de estas invasiones se produjo un caos económico, hambre, grandes epidemias y por tanto, un retroceso demográfico. Al quebrarse la frágil economía del momento, se desencadena una gravísima crisis de hambre, de peste y de muerte masiva.
El Bajo Imperio (s. IV-V d.C.):
La crisis del siglo III abrió las puertas al Bajo Imperio. En esta época se vislumbran ya los rasgos de la Edad Media y se da una decadencia paulatina de la economía romana. Son tres los rasgos característicos:
Intervención del Estado
El Estado comienza a intervenir en la economía para tratar de restaurar la situación económica tras la crisis. Este intervencionismo muestra la debilidad social.
El Estado provee las materias primas, fija precios máximos, restaura las calzadas, controla el comercio marítimo de productos básicos… Controla además el comercio exterior con Oriente por su carácter lucrativo y por tratar de controlar la salida de oro y plata. Interviene además en las actividades industriales, vinculando a las familias a los oficios mediante los colegiae. Se percibe por tanto como es un intervencionismo generalizado.
Esta política desincentivó las actividades de los agentes económicos y generó un crecimiento muy grande de la administración, creando muchos funcionarios corruptos y muy costosos. El ejército además debía estar bien pagado para prevenir levantamientos.
Los gastos del Estado, sumados a la desaparición de la moneda por el déficit comercial, crean una enorme inflación con una devaluación de la moneda. Por tanto, crecen los precios y se deprecia la moneda, empobreciendo toda la economía y llevando a la tendencia a la desaparición de las actividades comerciales.
Ruralización de la economía y la sociedad
La economía y la sociedad tienden a ruralizarse, perdiendo fuerza el hábitat y la economía urbana. De este modo, cobra mucha fuerza el mundo agrario. Esto se verá refortalecido por el proceso inflacionario, que hará surgir con más fuerza la economía autosuficiente fuera del mercado.
Se puede hablar también de una ruralización del marco político, ya que los dirigentes que vivían en las ciudades tienden a desplazarse a sus villas rurales en sus dominios territoriales. Este desplazamiento hace que se forje una nueva relación entre campesinos y señores: una relación de protección y autoridad. El señor ahora protege a los campesinos ante el debilitamiento del Estado y su ejército. Es además un señor con autoridad jurisdiccional por la vía de hecho. Inversamente los campesinos entran en la protección con sus tierras, perdiendo autonomía y libertad a favor del señor, recibiendo a cambio esta protección del señor, ahora una autoridad de hecho, no de derecho.
En resumen, se fortalecen las relaciones personales con el debilitamiento del Estado.
Descentralización
Empiezan en este momento a dominar las fuerzas centrífugas y autonomizadoras. Existe por tanto una tendencia a la descentralización, como consecuencia del enorme tamaño del Imperio, por una parte. También es consecuencia de la pérdida de capacidad cohesiva del Estado. Se trata además de un Estado que adopta una estrategia deliberadamente descentralizadora para tratar de articularlo (Diocleciano).
La fragmentación más clara es la división del Imperio entre el Imperio de Oriente y el de Occidente. Primero se divide con Diocleciano y Constantino y se consolida con Teodosio. Por tanto, el Bajo Imperio se caracteriza por la división del Imperio y de la unidad de Mediterráneo, fundamental para mantener el Imperio.
TEMA 2: LA EDAD MEDIA (476-1453)
La Edad Media se inicia con la caída del imperio Romano de Occidente y termina con la caída del Imperio Romano de Oriente. Se trata de mil años (s. V-s. XV) divididos en Alta Edad Media, Plena Edad Media y Baja Edad Media.
TRANSICIÓN A LA EDAD MEDIA
La transición del Imperio Romano y la Edad Antigua a la Edad Media tiene dos fases importantes. En la primera fase el Imperio Romano se germaniza, y en la segunda fase, el Mediterráneo cae en manos de los musulmanes.
Primer momento: invasiones germanas
Los romanos y los germanos tenían relaciones antes de la ola de invasiones que se dio a finales del siglo IV. Hasta finales del siglo V, cuando cae definitivamente el Imperio Romano en el año 476, los romanos ya habían recibido muchas influencias de los germanos y viceversa.
En el año 476 se constituyeron unos reinos sucesores del Imperio Romano. En muchos casos estos reinos ya están bastante romanizados y pretenden tener una legitimidad con respecto al Imperio, a pesar la población germana es muy pequeña en comparación con la población romana. Estos pueblos germanos entre otras cosas, abrazan la religión del Imperio, el cristianismo. Sin embargo, aunque no se ha roto la continuidad del Imperio, su grandeza se ha perdido.
Las relaciones con el mundo oriental y el Imperio de Oriente por medio del mar Mediterráneo permiten la continuidad de la cultura romana. El mar Mediterráneo y su comercio, se convierten así en un vínculo de unidad del Imperio Romano fragmentado.
Segundo momento: invasiones musulmanas
La entrada definitiva en la Edad Media se da con las invasiones musulmanas.
Al morir Mahoma en el año 632, el Islam comienza una rápida expansión que en el año 711 les lleva a la Península Ibérica y en el 719 a sitiar Constantinopla. Por tanto, a principios del siglo VIII los musulmanes están asaltando los dos extremos del Mediterráneo, y al cabo de unos años consiguen ocuparlo entero. Al intentar continuar hacia el Norte de Europa son parados por los Francos en Poitiers.
A partir de ese momento la Europa Occidental queda aislada por el control musulmán del Mar Mediterráneo, y por tanto pierde la comunicación y el comercio con Oriente. Es entonces cuando realmente entra en la denominada Edad Media (Teoría de H. Pirenne).
En ese momento se da un choque de religiones incompatibles e inconciliables. En la Alta Edad Media Europa es hostigada y separada del Mediterráneo. Por ello tiende a una expansión hacia el norte y una germanización, que se traduce en un retroceso cultural en comparación con los territorios islámicos, ricos en cultura.
ALTA EDAD MEDIA (s. XVIII-X)
La última oportunidad de mantener viva la idea de unidad del imperio romano se da con en emperador Franco Carlomagno que muere en el año 814. A partir de entonces, los siglos IX y X son siglos de retroceso y arcaísmo caracterizados por la ruralización y el feudalismo.
La ruralización:
En este momento desaparecen prácticamente las ciudades, y por tanto no se dan actividades económicas urbanas. Se practica entonces una agricultura de subsistencia. Como decía el historiador Georges Duby, la Edad Media es la edad de la madera, es la civilización de la madera.
El Feudalismo:
El feudalismo viene de la mano de la ruralización. Es un término ambiguo con dos ramas interpretativas: una político-institucional y otra de carácter socio-económico. La primera tiene una visión más restrictiva del feudalismo, mientras que la segunda afirma que el feudalismo no se reduce a los territorios franco-germanos y llega hasta el fin del Antiguo Régimen.
Desde el punto de vista político-institucional el feudalismo es una forma de organizar el poder que se ajusta a una época en la que no existe el Estado. Se imponen en este momento como formas de poder y organización las personas más fuertes en determinados territorios mediante el uso de la fuerza militar de sus ejércitos personales. Por tanto, se puede decir que se forman territorios pequeños basados en el ejercicio físico del poder por los señores feudales. Los señores con el poder patrimonializado y fragmentado territorialmente ejercen dos funciones: proteger y gobernar a los individuos dentro de su propio territorio.
Entre estos señores feudales existe una relación de feudalismo y vasallaje. En esta relación, un hombre libre decide libremente respetar a otro, obedecerle y a cambio recibir la protección y paternidad del otro. Se trata pues, de un contrato entre dos hombres libres basado en la fidelidad y ayuda entre seño y vasallo. Mediante estos contratos, se establece un red de vinculación entre estos nuevos poder fácticos.
Desde el punto de vista socio-económico el feudalismo es el dominio y explotación que un determinado individuo ejerce por el hecho de ser una autoridad jurisdiccional. Es por tanto una situación de coacción de los agentes económicos derivada del poder y la autoridad jurisdiccional. Los excedentes de la economía con base agraria, van a parar a manos del señor, interfiriendo así en el poder económico.
El señor ejerce sobre la tierra un poder considerado jurisdiccional y patrimonial. Es un poder con origen en muchos casos económico o jurisdiccional. Además, el señor domina la explotación de la tierra considerada de su propio patrimonio.
El sistema del feudalismo se mantiene hasta el siglo XIX con dos grandes momentos de retroceso: la crisis de la Baja Edad Media y la del siglo XVII. Se dará también a la salida de estas dos grandes crisis dos momentos de empuje e impulso del capitalismo que acabarán en el siglo XIX con este feudalismo económico.
Se ha dado también una controversia sobre el motor de la transformación del sistema feudal en un sistema capitalista. Algunos historiadores han puesto la importancia del origen del comercio y el surgimiento de las ciudades. Otros historiadores, a pesar de ver la importancia de las ciudades, no lo interpretan como factor fundamental, viendo a los mercaderes como meros intermediarios en el proceso. El motor de este cambio lo ponen en los propios productores (agricultores), interesados en mantener los excedentes y pertenecientes al sector más perjudicado por el sistema feudal.
A pesar de existir las dos posiciones acerca de la dimensión del feudalismo, es imposible estudiarlas por separado. Se deben comprender juntas, ya que no existe la una sin la otra. Es además conveniente estudiar el feudalismo como un proceso evolutivo que ve su momento más próspero en la Alta Edad Media y su mayor crisis y hundimiento definitivo en la crisis de la Baja Edad Media (s. XIV). A partir de ese momento el feudalismo ya no es el motor de la economía, sino un mero obstáculo para el desarrollo capitalismo. Se puede finalmente hablar del fin del feudalismo en el paso de la Edad Media a la Edad Moderna.
LA ECONOMÍA DE LA ALTA EDAD MEDIA:
La Europa cristiana de este momento se limita por el Rhin al Este, al Norte por el Mar del Norte, al Oeste por el Atlántico y al Sur por el mar Mediterráneo, en este momento en manos de los musulmanes.
Fue una Europa además de poca población, rodeada y acosada por los enemigos. Se ve repleta de inmensos vacíos y tierras desocupadas. La cultura de este momento se reduce a la cultura clásica conservada en los monasterios.
La agricultura: base de la economía
La actividad económica está limitada a la agricultura de subsistencia y bajísimos rendimientos mientras que el mercado de comercio se limitaba a las ferias regionales. La economía agrícola está atrasadísima y limitada a los señoríos feudales, un marco autárquico de variadas dimensiones dependiendo del lugar.
Cada señorío está poseído y dirigido por un señor que vive en la Corte. Cabía la posibilidad de que existieses dentro de su dominio diversas aldeas además del núcleo alrededor de su Corte, en torno a la cual se expandían la aldea protegida por el poder.
Desde el punto de vista económico la organización era sencilla. Se distingue entre tierras de cultivo y tierras incultas. Predominan sin embargo, las tierras incultas por falta de hombres y dificultad de explotación de las mismas. Las tierras de cultivo pueden dividirse en las tierras explotadas por el señor (por sus propios siervos y como obligación de los campesinos) que suelen ser las mejores del territorio, y las tierras propias del agricultor, con bajos rendimientos y pocos excedentes que acaban entregando al señor.
Las obligaciones de los campesinos hacia el señor por su poder jurisdiccional y económico eran pagadas en especie e incluían:
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Champart: pago de la obligación jurisdiccional consistente en dar al señor una parte de la cosecha
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Impuesto de la talla: redención de aportación militar que tenía el campesino hacia el señor.
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Las obligaciones económicas o banalidades: por el uso de determinados servicios de producción (horno, molino, etc.)
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Multas
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Derechos de matrimonio y herencia (herrió)
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Corbea: la más importante. Obligación del trabajo físico en la tierra del señor un determinado tiempo a la semana
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Diezmo: contribución obligatoria dirigida al mantenimiento de la Iglesia a cambio del servicio religioso garantizado por el señor. Se mantiene hasta bien entrada la Edad Moderna.
El comercio a larga distancia
Este comercio tuvo gran importancia, sobre todo en los márgenes de Europa.
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En el Norte era importante el comercio de los marinos de los países del Norte. Adquirieron gran importancia mercantil y pesquera las costas del Mar del Norte.
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Al sur, en el Mar Mediterráneo estaba Constantinopla, capital del imperio Bizantino y gran centro económico en un punto estratégico del mundo conocido. En ese momento aparece además Venecia, una ciudad fundada por las gentes que huían de las invasiones. Esta ciudad desarrolla un importante comercio en el Adriático hasta enlazar con Constantinopla.
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Al oeste, en las orillas del Atlántico destacó la actividad de los vikingos. Éstos eran en principio piratas que destruían y pillaban, por tanto muy peligrosos durante un tiempo hasta convertirse en comerciantes.
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En el Este fueron los suevos a través de Rusia, los que se unieron y enlazaron con el comercio de Constantinopla e Irak. La vía del Voga al Caspio les unía a Irak, mientras que la vía del Nieper al Mar Negro les unía a Constantinopla. A través de la ruta de los varegos podían llegar los productos de Constantinopla hasta las islas británicas, pasando por la de Götland.
PLENA EDAD MEDIA (s. XI-XIII)
Durante estos siglos existe una expansión en todos los órdenes. Hay un renacimiento en las ciudades acompañado de un renacimiento cultural, artístico y arquitectónico. Es el mundo de las catedrales y las universidades, de gran crecimiento intelectual.
Expansión demográfica y agrícola
El motor de toda la expansión general es la demográfica y la agrícola. El crecimiento de los recursos agrícolas permite vivir a más gente, que a su vez, con el crecimiento demográfico permite la expansión agrícola.
Desde el Imperio Romano, tras un enorme descenso desde los siglos I y II, se alcanza el mínimo hacia el s. IX-X. A partir de ese momento se da un crecimiento y renacimiento en ambos órdenes, relacionados entre si.
Por la presión demográfica se da una expansión del territorio. Hacia el Este, Europa se expande más allá del Rhin y del Elba por la emigración de flamencos y suevos. También hacia el sur se ha ido expulsando a los musulmanes del Mediterráneo (Toledo, 1085). En la segunda mitad del s. XIII ha caído todo Al-Andalus, quedando únicamente el reino residual de Granada, que será conquistado al final de la Edad Media. Esta Reconquista de la Península Ibérica, acompañada por las Cruzadas, expulsa a los musulmanes del Mar Mediterráneo.
Así, ante la presión demográfica y expansión territorial, la vieja estructura feudal comienza a desaparecer.
La primera razón son los cambios que se dan dentro del propio espacio señorial. El crecimiento de la población hace insostenible la economía, por lo que muchos agricultores se deben ir. Esto, unido a la aparición de nuevos mercados, hace que se generen excedentes agrícolas vistos como beneficio. Esto cambia la relación entre señores y campesinos, pasando a establecerse una relación más contractual y basada en la actividad económica. Aparece así la aparcería (el señor pone la tierra, el campesino el trabajo, y se reparten los beneficios) y en algunos casos el arrendamiento.
Al mismo tiempo comienzan a pagar en metal y moneda, con lo que se va introduciendo el sistema monetario que permite la expansión del comercio junto con la cultura de lucro y beneficio que surge de las nuevas relaciones entre el señor y el agricultor.
Comienza a aparecer un nuevo marco productivo agrícola en las tierras vírgenes de expansión. Esta expansión se ve favorecida por las autoridades feudales mediante la concesión de privilegios. La jurisdicción se hace así menos opresiva con la aparición de villas nuevas a las que las autoridades feudales permiten el autogobierno.
También en este momento se llevan a cabo muchas invenciones y avances agrícolas que aumentan la productividad de la tierra. La ganadería se asocia con la agricultura cada vez más. En esta expansión tuvo un importante papel la orden monástica cisterciense creando granjas modélicas con las nuevas técnicas.
Expansión urbana
En el Mediterráneo el mundo urbano había caído en decadencia, perdiendo vitalidad y funciones económicas. Muchas de las ciudades quedaron únicamente como sedes de las autoridades tanto eclesiásticas como laicas.
El mecanismo concreto de esta revolución urbana no se conoce exactamente. Es probable que los excedentes de población agrícola decidieran dedicarse al comercio. Eran en principio hombres marginados, que viajaban a sitios donde la actividad comercial era más fácil (cruces de ríos, carreteras…). La vida urbana comenzó en los antiguos Burgos, donde comenzó a crecer la población dedicada específicamente al comercio. El recinto amurallado se extendió para integrar a los burgos, donde se desarrollaba la actividad comercial.
Así, la ciudad resucita y se convierte en un centro de actividades nuevas: industriales, intelectuales, culturales, religiosas, comerciales… Era un mundo a parte del agrario, con funciones y actividades distintas.
Estas ciudades precisaban una capacidad de autogobierno ya que por sus grandes diferencias con el campo no eran gobernadas por los señores feudales. Éstos concedían a las ciudades unas cartas de libertad que les permitían crear gobiernos propios, aparte de las autoridades feudales. Surgen así las autonomías y gobiernos urbanos. Estos gobiernos son ejercidos por una oligarquía de comerciantes e industriales pertenecientes a la élite económica. A pesar de que existe un sistema electoral para elegir a los regidores, éste era muy limitado y favorecía a esta élite.
Expansión económica
EL COMERCIO
Se trata de una de las actividades económicas no ligadas a la tierra de más importancia. Se revitalizó en este momento, transformando los medios de comunicación y desarrollando mecanismos jurídicos y financieros. Existieron también en este momento los mercados
a) Infraestructuras de comunicación:
Los medios e infraestructuras de la comunicación sufren un cambio, aunque mínimo. Tratan de volver a la grandeza romana restaurando sus caminos, reconstruyendo los puentes, mejorando el trasporte por caballo mediante la generalización de la herradura… Sin embargo el mal tiempo meteorológico influía también en la posibilidad de transporte. Existían además obstáculos institucionales por la fragmentación jurisdiccional que encarecía las mercancías por los peajes y aduanas.
El transporte marítimo mejoró, a pesar de tener grandes riesgos por los piratas, por ejemplo. Se generalizó la brújula y mejoraron las cartas marinas y la navegación astrológica. Todo esto dará lugar más tarde a los grandes descubrimientos geográficos y a las rutas marítimas. El arte de la navegación del Mediterráneo progresó y pasó al Atlántico. Entre las mejas más importantes de este momento se encuentra el timón fijo.
El volumen de las embarcaciones hizo necesarios los puertos adaptados a las grandes naves. Por tanto, hubo una tendencia de concentración de entrada y salida en los puertos que tenían las instalaciones adecuadas.
b) Mecanismos financieros:
Se desarrollaron también muchos mecanismos financieros que facilitaron las transacciones. Se establecieron las sociedades de mercaderes, aunque no todavía con carácter permanente, sino con carácter temporal para poner en conjunto el capital para el transporte de mercancías en un momento dado. Surgieron también las sociedades aseguradoras de mercancías.
Se generalizó bastante el uso de la moneda y la letra de cambio. Las monedas más apreciadas eran las de oro y plata. El oro se obtenía fundamentalmente de los puertos del Mediterráneo y de las ferias y mercados del norte de África. El oro del norte de África, de las minas del desierto de ese continente traído por las caravanas, llegaba a Europa a través de los mercaderes Italianos, especialmente florentinos y venecianos. Por tanto, la fuente de oro estaba en manos de los musulmanes. También en las cruzadas se obtuvo todo el oro necesario para salvar la economía europea cristiana. Las monedas de plata procedían de las minas de Europa y por ello se extendió mucho más su uso.
Parecieron también fórmulas para sustituir el traslado de las monedas. Mediante las letras de cambio se prometía el pago. El dinero se podía obtener también de un prestamista, por lo que se podía negociar con las letras de cambio y por ello acabaron funcionando como un mecanismo que podía sustituir a la moneda.
Los banqueros surgieron en este momento. Los prestamistas, entre otros, obtuvieron un enorme beneficio desarrollando actividades bancarias simples. El origen de la banca se cree que está en los orfebres que custodiaban los depósitos de la gente.
c) Organización de mercados:
La organización de mercados fue muy importante y produjo enormes beneficios. Las ferias eran encuentros periódicos organizados que permitían la relación mercantil entre comerciantes de lugares muy lejanos. Estaban generalmente protegidas por las autoridades. Éstas facilitaban el trabajo de los tribunales mercantiles que juzgaban por las propias normas mercantiles. También facilitaban la entrada y salida de comerciantes. Así, las autoridades utilizaban todas las medidas para proteger y facilitar estos mercados. En un principio, estas ferias eran de mercancías, pero fueron evolucionando a ferias de muestras.
Las grandes ciudades comerciales (Venecia y Brujas) no conocieron estas ferias por su constante actividad comercial. Las más importantes ferias eran las de la región francesa de la Champagne, donde se encontraban los comerciantes del Norte y Sur de Europa, entre los dos ejes, del Mediterráneo y del Mar del Norte. Las ferias rotaban a lo largo del año por todas las ciudades, deteniéndose unos 15 o 20 días en cada una.
Como hemos mencionado, existieron dos grandes ejes comerciales:
1. El eje del Mediterráneo
2. El eje del Mar Báltico y del Mar del Norte
A partir del siglo XI, Bizancio decae, pero Constantinopla se mantiene como ciudad por donde pasan las relaciones comerciales, ahora no con comerciantes bizantinos, sino con comerciantes latinos. También está decayendo el mundo musulmán y todavía no se ha manifestado el imperio Turco-Otomano. Las más importantes ciudades del Mediterráneo son Génova y Venecia, aunque también destacan Valencia y Barcelona.
En esta época cabe resaltar el comercio entre las ciudades cristianas del Mediterráneo y las comunidades musulmanas del norte de África en las ferias de esta zona, como la del Cairo, Alejandría o el Líbano. De esas ferias se conseguía el oro que se acuñaba en monedas.
Esta etapa es la de las Cruzadas. La primera tuvo lugar en el siglo XI con el fin de recuperar los lugares sagrados y para colocar el comercio cristiano en punto estratégicos. Por esta razón se dice que las cruzadas suponen un sistema estratégico-comercial.
Los principales distribuidores de los artículos de lujo (seda, especias…) fueron los venecianos y genoveses, lo que influyó enormemente en su potencial mercantil. Florencia, además de centro comercial era un centro industrial.
La Ruta de la Seda conectaba el comercio con el mundo occidental apoyada por otras rutas marítimas que también lo hacían, como la del Mar Rojo.
En el eje comercial del Mar del Norte distinguimos el puerto de Brujas que cumple funciones similares a las del puerto de Venecia en el Mediterráneo. De ahí salían y llegaban maderas y pieles del Mar del Norte hacia Bretaña y la Península Ibérica.
Existía en esta ciudad un gremio que reunía a los comerciantes, la Liga Hanseática, que tuvo gran importancia desde principios del siglo XIII hasta el siglo XVI. Reunía a los comerciantes más importantes de las ciudades del norte de Alemania y Polonia, como Hamburgo. Estas ciudades se comunicaban entre ellas a través del Rhin.
LA INDUSTRIA
No tiene la importancia económica del comercio, pero a diferencia del comercio, la industria estaba reglamentada. Al estar dedicada a la producción estaba fija en un lugar, lo que posibilitó la regulación llevada a cabo por la estructura gremial.
El gremio controlaba la calidad del producto, las cantidades de materias primas, las formas de fabricación y también el precio. El gremio también controlaba la promoción social y profesional (aprendices-maestros) mediante una estructura jerarquizada y muy controlada. El gremio estaba dirigido y controlado por los maestros de oficio que decidían todo a favor de sus propios intereses. El gremio tenía a su cargo también el cuidado de las viudas y los huérfanos, y cuando se organizaba en cofradías, se encargaba de las fiestas religiosas.
En estas condiciones la industria no conseguía ningún beneficio. Era un sistema autorregulado, no impuesto por ninguna autoridad exterior. No existía la libertad económica, pues no había oportunidades de venta en mercados suficientemente lucrativos. Todos estos encuadramientos permiten la solidaridad.
A medida que el mundo económico evoluciona, tanto mercados como gremios evolucionarán de manera diferente y se buscarán otros caminos a partir de la crisis económica de la Baja Edad Media.
El mundo de la producción es variado, básicamente se puede hablar de dos sectores importantes: metal y textil. La evolución de los ejércitos y sus armas supuso el desarrollo de un mercado de metal importante. En el desarrollo del textil fueron de gran importancia la industria lanera y la de la seda. La industria de la lana tiene más importancia por su mayor tamaño. La fabricación de paños de lana cobra importancia y se desarrolla en dos grandes centros: Italia (Milán y Florencia) y los Países Bajos (Brujas y Gantes).
Por la importancia de la industria lanera, cobró importancia también la ganadería ovina y se creó el Gran Concejo de la Mesta. A partir del siglo XIII Castilla se convierte en un gran centro de producción por su lana de gran calidad.
Los artesanos de la Edad Media trabajaron fundamentalmente metal y textil porque eran los sectores con más mercado. Sin embargo, trabajaron también el vidrio, los relojes… Las grandes modificaciones llegaron en el siglo XVIII con la Revolución Industrial.
BAJA EDAD MEDIA (s. XIV y primera mitad XV)
Es un tiempo de crisis. No una crisis puntual, sino una crisis que comprende todos los aspectos. Es una época de transformación de la vida social, política, cultural y los valores morales.
Se caracteriza por tanto por la transición y comienzan a surgir nuevas formes donde, algunos autores han señalado, el sistema feudal está retrocediendo a favor de nuevos sistemas de organización social. Esta crisis será el fundamento de la Edad Moderna.
El origen de esta gran crisis se encuentra en la economía, aunque pronto se extiende a muchos sectores. Se caracteriza por ser una crisis cíclica dentro de la evolución normal de la economía y la sociedad antes de la revolución industrial.
En las sociedades agrícolas antes de la Revolución Industrial el límite de la producción estaba en la tierra. Al alcanzar esos límites, si la población seguía creciendo, llega un momento en el que no acompasan y se produce la crisis. Este proceso se repite a lo largo de la historia.
La crisis se manifiesta por el alza exagerada de los precios, lo que supone la incapacidad de mantener la población, dando lugar a las hambrunas que derivan en grandes epidemias.
La Peste Negra (1347-1348)
Se extendió a partir de 1347-1348, a pesar de que la crisis había comenzado antes. Se expandió muy rápidamente, llegando a Escandinava en 1350. Llegó a Europa desde el Extremo Oriente en uno de los barcos, probablemente genovés. La peste que llegó fue la bubónica, con consecuencias desastrosas por la rápida muerte que causa. Se extendió además, rápidamente por la falta de higiene y el hacinamiento. No existió ningún modo de frenar esta extensión y además, en los años siguientes al brote inicial se dan varios rebrotes y llegan también otras enfermedades asociadas. Todo ello llevó a un drástico descenso demográfico, ya que en un siglo murió la tercera parte de la población europea, pasando de 70 millones de habitantes a 50 millones de habitantes en 1450.
Sus efectos en la economía fueron diferentes en los distintos sectores.
Efectos en la agricultura
La población agrícola descendió tanto por las epidemias como por la emigración a las ciudades ya que éstas proporcionaban más protección contra el hambre, pero facilitaban la expansión de las epidemias por el hacinamiento que en ellas se daba. Esta emigración del campo a la ciudad lleva a un descuido de la tierra cuyo retroceso afecta sobre todo al cereal. Este empobrecimiento de la tierra explicaría la expansión de Portugal en busca de tierras más fértiles para cultivar trigo (Islas Madeira).
Este retroceso vino a compensarse con el avance de la ganadería, ya que ésta no requiere mucha mano de otra. El crecimiento ganadero se ve claramente en la Europa Occidental y del Norte con una mayor explotación del ganado vacuno (quesos…) y en la Península Ibérica con un gran desarrollo de la ganadería ovina. En España, Alfonso X el Sabio creó el Gran Consejo de la Mesta que agrupaba a los ganaderos españoles de ganadería trashumante. Era una ganadería de enormes ingresos destinada a la exportación, sobre todo a Flandes, por su gran calidad. Este tirón ganadero en Castilla comenzará en el siglo XIV y llegará hasta principios del XVI.
El comercio fue de gran importancia entre el siglo XIV y el XV. El comercio con la lana está organizado en torno a Burgos. Se concedió a esta ciudad un consulado, que regulaba todos los aspectos relacionados con la compraventa de este producto. Desde Burgos se llevaba a los puertos de Castilla (Castro Urdiales, Laredo, Santander y San Vicente de la Barquera) para exportación a los telares de Flandes.
Los comerciantes castellanos estaban muy organizados en las ciudades de Europa. Se entendía entonces como “nación” la asociación de comerciantes españoles en cada una de las ciudades en las que gozaban privilegios por las autoridades, como en Londres, Brujas… Un cónsul dirigía la “nación española”. Los Catalanes y Aragoneses estaban en una nación a parte, a pesar de que en la nación española solían ser todos castellanos pero no únicamente. En algunos sitios sin embargo, existía la llamada “colonia catalana”. El cónsul de la nación era un cargo electivo. La nación, con los privilegios adquiridos facilitaba el comercio hacia los castellanos. Todo el conjunto de naciones estaba supeditado a la jurisdicción del Consulado de Burgos.
En Europa Oriental, al este del Elba, la situación fue de un avance de la agricultura y del trigo. Por tanto, mientras que en Europa Occidental la agricultura desciende, en la Oriental crece. Comienzan así a convertirse en el llamado granero de Europa. El trigo sale desde los puertos del Báltico hacia Italia.
Efectos en la sociedad
Al oeste del Elba va perdiendo importancia el feudalismo por el despoblamiento rural y el retroceso de la actividad agrícola, en la que se basa la economía feudal. La relación entre el trabajador y el señor cambia radicalmente por el gran descenso demográfico del mundo rural causado por la Peste Negra y por la emigración a las ciudades. Para tratar de subsanar la situación se aliviarán las cargas feudales, arrendarán las tierras, etc.…Aparecen así los jornaleros y asalariados, marcando un cambio radical en el sistema feudal. De este modo, a la entrada del siglo XVI ha desaparecido prácticamente el feudalismo.
En Europa Oriental ocurre todo lo contrario. Se inicia un proceso de feudalización muy acusado por la creciente importancia de la agricultura. Existen zonas dominadas por la aristocracia terrateniente que someten a la servidumbre a las poblaciones agrarias. Se convierte entonces en una Europa de grandes señores territoriales y una población agraria sometida a la servidumbre hasta el siglo XIX (1861: Rusia).
Efectos en las ciudades
En todo este proceso sufren mucho más las ciudades industriales que las mercantiles por la facilidad de adaptación de las segundas. El problema surge del empobrecimiento del mercado. La estructura productiva no es capaz de producir adaptándose a las nuevas demandas del mercado por la rigidez impuesta por los gremios.
Paralelamente a la producción de los gremios aparecen los fabricantes, la industria rural doméstica. Esta nueva industria supone que los nuevos mercaderes suministran a los campesinos la materia prima, les paga un pequeño salario y vende los productos en otro lugar. Es a través de este sistema incontrolado por las autoridades donde surge el capitalismo industrial más tarde. Supone un mercado libre y sin los límites gremiales impuestos en las ciudades. Esta fase ha sido denominada por muchos historiadores como protoindustrialización.
Por tanto, al igual que en el campo se agrieta el sistema feudal, en las ciudades comienza a agrietarse el sistema gremial, incapaz de hacer frente a la crisis económica. Los propios gremios prohibieron este tipo de industria, una economía sumergida, e intentaron destruirla.
Todo esto llevará a unas tensiones sociales de muy diversa naturaleza. Existió entre los maestros y los aprendices una gran polémica ante el abaratamiento de los salarios. Admás, los maestros gremiales comenzaron a limitar la entrada a los gremios, restringiendo mucho su acceso. Esto supone una ruptura del sentimiento fraternal existente en los gremios.
Surgieron también tensiones entre los gremios más ricos y los más pobres. Los ricos controlaban el gobierno de las ciudades.
De este modo se comprueba la ruptura de la armonía en las relaciones de las ciudades. Mientras tanto, en el campo existen desde el siglo XIV frecuentes levantamientos campesinos, especialmente en l'Ile-de-France. Todo ello es una muestra de la fractura del sistema feudal, y en las ciudades del sistema gremial.
Situación política
Existen grandes tensiones políticas en este momento, como la Guerra de los Cien Años entre Francia e Inglaterra (1337-1453), que muestran la grave crisis existente en la Baja Edad Media. De ellas se dará un relevo en las élites políticas y un refuerzo del poder real en toda Europa. El monarca, en medio de la lucha entre todas las partes de la sociedad, es el punto de armonía y refuerzo que permite cohesionar la sociedad.
Crisis religiosa
La sociedad Medieval es una sociedad sacralizada y geocéntrica. La religión supone el referente que explica todo. La crisis se explica como el castigo producido por la sociedad pecaminosa. Se extiende entonces una sensación de pecado, de culpa, de miedo a la muerte y de miedo a lo que traerán los castigos del infierno.
Surgirá el humanismo de esta sociedad atemorizada, que tratará de acentuar el papel de la vida ante las dificultades que plantea.
En el siglo XVI tendrá lugar la revolución religiosa de Lucero y los reformistas. Esta gran revolución sumirá a Europa en una guerra religiosa de más de cien años, con origen en la crisis religiosa y espiritual de la población medieval.
Durante esta crisis tendrán mucha importancia las peregrinaciones, las reliquias, las indulgencias y la exageración de las buenas obras en general en la Baja Edad Media como reacción al temor de los cristianos.
Texto: El comercio medieval en el norte de Europa (p. 21-60)
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