Astronomía y Astrología


Historia de las Constelaciones


Historia de las constelaciones

 

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odo astrónomo u observador casual del cielo sabe que cada constelación lleva asociada una leyenda correspondiente a la mitología grecolatina. El origen de las constelaciones, así como los mitos asociados a ellas, es un tema mucho más complejo del que pudiera parecer a primera vista. Basta con mirar unos cuantos libros de astronomía para comprobar la multiplicidad de mitos asociados a cada constelación, muchos de ellos incongruentes entre sí. Esto es debido a que, en la mayor parte de obras la mitología e historia de las constelaciones no pasa de ser una mera anécdota introductoria. Como consecuencia, muchos autores se limitan a copiarse unos a otros sin consultar las fuentes clásicas, con lo que se explica en parte el gran número de historias relacionadas con cada constelación. Y digo sólo en parte porque tales divergencias se deben también a las diferentes explicaciones sobre el tema que nos dan las obras de la época que han sobrevivido, así como al complicado origen de muchas constelaciones (y mitos), cuyo origen es en realidad ajeno a la cultura griega.

 

 

 

 

Origen de mitos y constelaciones

 

 

Las fuentes greco-latinas en astronomía

 

Resulta pues imprescindible recurrir a las fuentes clásicas si queremos realizar un análisis mínimamente serio de la historia de las constelaciones.

 

Las constelaciones clásicas aparecen descritas detalladamente por primera vez en la cultura occidental en la obra Fenómenos () de Arato de Soloi (también Solos: ciudad de Cilicia, en la costa sur de Anatolia). Arato (Aratos en griego) vivió desde el 310 a.C. hasta el 240 a.C., aproximadamente. Fue un profundo conocedor de la obra de Hesiodo y Homero, y escribió una versión de la Ilíada y otra de la Odisea. Al parecer fue en la corte del rey macedonio Antígono II Gonatas (276-239 a.C.) donde compuso esta obra por encargo del monarca entre los años 274-276 a.C.. Aunque descrito como poema astronómico en1154 hexámetros, Fenómenos es una obra muy descriptiva, donde aparte de citar las constelaciones, Arato describe diversos fenómenos metereológicos y las divisiones de la esfera celeste. Se supone que Arato se basó (algunos dicen que simplemente copió) en obras anteriores similares, en concreto en el Espejo (Cátoptron) de Eudoxo de Cnidos (ciudad de Caria, también en la costa meridional de Anatolia), escrita alrededor del 370 a.C.. Lamentablemente, la obra de Eudoxo no ha llegado directamente hasta nosotros, con lo cual es imposible saber qué partes de Fenómenos son debidas a Arato, y cuáles a Eudoxo (u a otros autores anteriores). Por las críticas que Arato recibió de otros autores clásicos (Hiparco) que conocían la obra de Eudoxo se infiere que la mayor parte de su obra era original. De todas formas, desde un punto de vista práctico, y aunque sea un poco injusto para la figura de Eudoxo, es preferible considerar los Fenómenos como la primera obra clásica que describe las constelaciones.

 

Los Fenómenos fue una de las obras más populares de la antigüedad, traducidos al latín por diversos autores, entre los que destaca Germánico (sobrino del emperador Tiberio), Varrón (autor también de Disciplinarum libri, donde aborda temas astronómicos), Avieno, Cicerón o el poeta Ovidio, el cual dirá del sabio Cilicio “Arato siempre vivirá con el Sol y con la Luna” (Amores I: 15,16). Otro autor influido por Arato fue Gémino (siglo I a.C.), autor del que se desconoce si era griego o romano, que escribió Introducción a los Fenómenos. Esta tremenda popularidad en la época clásica y medieval contrasta con lo poco conocida que es su figura en la actualidad, quizás porque tanto astrónomos como astrólogos prefieren remitirse a las obras de Eratóstenes, Hiparco o Ptolomeo, carentes de esas divergencias con las constelaciones actuales que contiene la obra de Arato.

 

La siguiente figura histórica a tener en cuenta es Eratóstenes de Cirene (276-195 a.C., aprox.), quien fue el segundo director de la famosa Biblioteca de Alejandría, y de él se puede decir que fue un verdadero genio. Su obra más famosa es Geografía (), en la cual describe el primer método conocido para calcular la circunferencia de la Tierra midiendo las sombras proyectadas por palos situados en Alejandría y Siene (Asuán), obteniendo un valor sólo equivocado en un quince por ciento con respecto al actual. En esta obra se introducirá por primera vez la técnica de usar determinados paralelos y meridianos para situarse en el mapa. Además, según Suetonio, fue el primer . Otra obra famosa es su Cronología () en la que relata la historia desde la caída de Troya hasta Alejandro Magno, intentando no tener en cuenta los mitos históricos tradicionales. Sin embargo, la obra que a nosotros más nos interesa es Catasterismos (), es decir “transformación en estrellas”. Esta obra se convertirá en referencia obligada para todos los astrónomos posteriores, hasta la actualidad. En Catasterismos, Eratóstenes explica los orígenes de las distintas constelaciones y asterismos según la mitología griega, indicando el porqué de esta transformación en estrellas de los diversos héroes y dioses representados en el cielo. Además fija la nomenclatura de las constelaciones, variable hasta ese momento, lo que explica ciertas divergencias con respecto a Arato. Las fuentes en las que se basó Eratóstenes para sus Catasterismos nos son desconocidas (a parte de Arato), aunque sabemos que muchos de los mitos recogidos ya formaban parte del acerbo cultural heleno desde hacía siglos, hay ciertas evidencias de que Eratóstenes creó muchos de estos mitos, en un intento de sistematizar las historias de las constelaciones.

 




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Enviado por:Juan Carlos Montoya
Idioma: castellano
País: México

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