Filosofía y Ciencia
Historia de la Filosofía
LA HISTORIA DE LA FILOSOFÍA
Modelos de filosofar. Filosofía presocrática y Sócrates.
INDICE
1.- Filósofos presocráticos
La apariencia y el ser de las cosas
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1.1- Introducción a la filosofía
La filosofía apareció por necesidad humana, para averiguar las procedencias de los fenómenos de la naturaleza y poder descifrar cómo es el mundo en sí. La filosofía se hace las preguntas fundamentales, aquellas que necesitamos responder para estar en claro, para saber a qué atenernos, para orientarnos sobre el sentido del mundo y de nuestra vida, para saber quiénes somos y qué tenemos que hacer y qué podemos esperar, qué será de nosotros.
Durante algunos siglos, se pensó en que los dioses, los seres mitológicos, explicaban todos los fenómenos; y por tanto, fueron los mitos los que daban a los griegos una explicación de las cosas y satisfacían así esa necesidad humana de conocer.
Sin embargo, al cabo de los años el griego, decidió no contentarse tan solo con justificar las cosas, sino que quiso también conocer una explicación a por qué sucedían y poder presagiar los fenómenos, descubrir sus causas.
Manó además así, la duda por el origen irrevocable de la realidad, aquello de lo que todo procede y de lo que todo está creado. La cuestión por el arjé de los entes se convirtió por tanto, en la elemental pregunta filosófica y la primera interrogación metafísica, que concernía a toda la realidad.
El filósofo, se veía forzado a mostrar la realidad, a despreciar de las apariencias de las cosas y en buscar su ser, su verdad.
La apariencia y el ser de las cosas, son dos existencias que no tienen por qué coincidir; y suscitaron grandes dificultades a los griegos.
Las probables contestaciones a la pregunta sobre el ser de los sujetos, el desvelamiento de la verdad; las vamos a concentrar en seis secciones, los cuales ampliaremos en los siguientes puntos:
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Físicos jonios (Naturalistas)
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Pitagóricos
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Heráclito y Parménides
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Pluralistas: Anaxágoras, Empédocles, Demócrito y Leucipo
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Platón
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Aristóteles
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1.2- Los físicos jonios (Naturalistas)
La primera interrogación que se formulan los pensadores antiguos versa sobre el mundo que les rodea, sobre la naturaleza. Y como están convencidos de que hay una <<materia prima>> de la que todo lo existente es transformación más o menos compleja, dando así por supuesto el principio de unidad de la materia, las especulaciones se dirigen a determinar cuál sea ese principio (arjé).
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1.2.1- La Escuela de Mileto
Destacaremos a la Escuela de Mileto, como una escuela de metafísica en la que aparecieron filósofos metafísicos como Tales de Mileto, Anaximandro, Anaxímenes, que analizaremos más adelante. Las características comunes más destacables entre todos estos autores quizá sean su racionalismo y su monismo. La Escuela desapareció cuando la ciudad de Mileto fue destruida por los persas el 495 a.C.
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1.2.2- Características comunes
Aunque cada uno de estos filósofos desarrolló un pensamiento propio, sin embargo compartían algunas características comunes que nos permiten agruparlos:
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Monismo axiomático La forma de pensamiento instruida por Tales de Mileto y que se ampliará a todo el pensamiento presocrático es la metafísica axiomática, fundada en el supuesto de que concebir racionalmente la realidad equivale, en todo caso, a imaginar la realidad a partir de un principio único (el arjé, como se llamará más tarde).
Los filósofos de Mileto dedicaron todo su tiempo a estudiar la Physis (naturaleza) y a encontrar un único principio del cual emanaban todas las demás cosas (arjé). Cada uno tenía un concepto diferente del arjé, pero solo uno, un principio material que provenía de la naturaleza (monismo naturalista). Para Tales el arjé era agua, para Anaxímenes el aire y para Anaximandro era el apeiron.
Para estos filósofos, el estudio de la physis suponía conocer el nacimiento y el crecimiento; la physis debía constar de una fuerza interior de la que nacían y crecían ciertas cosas.
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Racionalismo estricto Significa conocer esa unidad de la que parten todas las cosas según una racionalidad estricta, dirigida por tanto, por la razón. Se usaba este término para poder diferenciar esta racionalidad al la del mito, donde todo era azaroso y todo cambiaba según el capricho del dios. Era por tanto la lucha del logos frente al mito. Se pretende asegurar que la naturaleza presenta una regularidad (orden) y que puede ser conocida gracias a la razón. Por tanto este pensamiento presocrático abre las puertas a un cambio. Las acciones en el mito, iban unidas a sujetos que no se podían sustituir: los dioses. Sin embargo en el logos, la dialéctica iba a sustituir a los sujetos por la regularidad universal de la naturaleza.
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Racionalismo del grupo de transformaciones Este tipo de racionalismo va a ser el distintivo a la hora de estudiar a la Escuela de los milesios, contrastándola con otras escuelas filosóficas. Como he dicho antes, los milesios se iba a encargar de observar a la physis como asunto del cual nacen y crecen las cosas; y a la averiguación de un principio del que procedían las cosas. Todos coincidirán en las transformaciones de ese principio (arjé). Ahora bien, estas transformaciones o cambios se van a realizar de distinta forma en cada uno de los miembros de la Escuela; aunque por ejemplo, Tales y Anaxímenes compartan la idea de que en el mundo existan dos operaciones contrarias (condensación y rarefacción). Mientras que Anaximandro, va a pensar que la transformación de las cosas en otras, está medida por el apeiron, fuente infinita de energía.
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1.2.3- Milesios destacables
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1.2.3.1- Tales de Mileto
Tales de Mileto (h. 624-546 a. de J.C.) como muchos de los primeros filósofos, es lo que hoy denominaríamos un científico y, al mismo tiempo, un hombre público. Para Tales el principio es el agua, que en diversos grados de condensación da lugar a todos los elementos y estados y es una fuerza eterna, activa, susceptible de dar existencia.
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1.2.3.2- Anaximandro
Anaximandro (h. 610-547), también de Mileto, ciudad situada en Asia Menor, y discípulo de Tales, critica la atribución del arjé a una sustancia particular, arguyendo que la materia limitada y finita no puede dar lugar a lo infinito y eterno. Afirma que el primer principio, o apeiron, posee un carácter indeterminado, inasible para la experiencia; es lo uno, necesario, equilibrado, atemporal; las cosas concretas que de él derivan son otras tantas rupturas de esas propiedades, fruto, por tanto, de un trastorno, de una caída o perversión de lo perfecto. Las cosas se ordenan así en contrarios que, una vez concluida la lucha por superar su antagonismo, se reintegrarán a la unidad primigenia, trascendidas las oposiciones. Se introduce de esta forma un primer elemento de abstracción en el desarrollo de la filosofía.
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1.2.3.3- Anaxímenes
Anaxímenes (h. 588-524), milesio también, llega a la conclusión de que el arjé no es un elemento tan inconcreto como el apeiron, y señala el aire como materia prima de la que derivan todas las demás por transformación (condensación, rarefacción, etc.). El aire no hay que entenderlo aquí como un principio concreto a la manera de Tales, ni indeterminado, a la de Anaximandro, sino como principio vital, esto es, capaz de dar vida y de transformar las manifestaciones de ésta.
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1.3- Los pitagóricos
La caída de las ciudades jonias bajo el poder persa, determina el desplazamiento del centro de gravedad filosófico hacia la Magna Grecia. Florece aquí un movimiento sobre el que sabemos muy poco, de fondo místico y religioso y con una proyección social que lleva a sus adeptos, los cuales viven en comunidad y sujetos a una regla, a desempeñar un controvertido papel político: nos referimos a los pitagóricos, cuya sociedad muy bien podría calificarse de secta. Pitágoras (h. 572-500) funda en Crotona esa escuela, llamada a perdurar, bajo diversas formas, hasta la época helenística.
Por lo que sabemos, la base de la enseñanza es la ciencia de los números. Éstos tienen un valor simbólico y constituyen el soporte de un gran sistema analógico que, tomándolos por base, relaciona los principios abstractos con la concreción de las figuras geométricas, las notas musicales, los colores, etc., y así hasta dar cuenta del mundo y sus fenómenos.
Los números se van a convertir en el arjé. La proporción de las cosas, darán una visión armónica y equilibrada del universo, pero no obstante, los pitagóricos percibirán que la realidad será imposible de alcanzar tan solo mediante los números, e incluso la empobrecerá.
Otro aspecto fundamental de la enseñanza pitagórica, y no bien conocido tampoco, es el sistema moral que postula, cuyo eje es la trasmigración de las almas o metempsicosis. Por eso la visión de la realidad para los pitagóricos será más importante llevada al terreno místico y religioso.
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1.3.1- Pitágoras
(c. 582-c. 500 a.C.), filósofo y matemático griego, cuyas doctrinas influyeron mucho en Platón. Nacido en la isla de Samos, Pitágoras fue instruido en las enseñanzas de los primeros filósofos jonios Tales de Mileto, Anaximandro y Anaxímenes. Se dice que Pitágoras había sido condenado a exiliarse de Samos por su aversión a la tiranía de Polícrates. Hacia el 530 a.C. se instaló en Crotona, una colonia griega al sur de Italia, donde fundó un movimiento con propósitos religiosos, políticos y filosóficos, conocido como pitagorismo. La filosofía de Pitágoras se conoce sólo a través de la obra de sus discípulos.
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1.4.- Heráclito y Parménides
Heráclito y Parménides, son dos filósofos completamente antagónicos. Como vamos a ver ahora, la pregunta sobre el arjé será reemplazada por ellos por la pregunta por el ser. Sus contestaciones, como ya he comentado, van a ser totalmente diferentes; sin embargo merece la pena que veamos sus ideas a esta nueva cuestión.
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1.4.1- Heráclito
Heráclito vivió hacia comienzos del siglo V a.C (544 adC - 484 adC), era natural de Efeso, ciudad de la Jonia, en la costa occidental del Asia Menor.
Pertenecía a una familia aristocrática y, al parecer, no se llevó muy bien con sus conciudadanos, si nos atenemos a alguno de los fragmentos que se conservan de su libro, y a los testimonios de sus contemporáneos. Es un extraño personaje que interviene en las luchas políticas de su ciudad y, desengañado, huye a vivir en soledad. Llevo una vida altiva, y acabó convirtiéndose en un misántropo.
Por lo abstruso de su doctrina recibe el sobrenombre de “el oscuro”, o “el gran solitario”
Heráclito era un filósofo polemista, el cual afirmaba que el movimiento es lucha, confrontación; implica que unas cosas prevalecen sobre otras, que unas nacen y otras quedan destruidas: es una guerra, y de la guerra, del conflicto, hace Heráclito <<el padre de todas las cosas>>. Llegó a pensar que la guerra era el origen de todo: el continuo cambio, el devenir, el conflicto…Eso es lo que pretende explicar cuando testifica que el fuego es el arjé de todas las cosas. Deudor en buena medida de los físicos jonios, sigue preocupado por hallar la materia prima de la que derive la multiplicidad de las cosas, postula como tal el fuego, paradigma del movimiento y la transformación constante.
Heráclito se plantea el problema de la realidad de las cosas y del movimiento. Para Heráclito, todo es y no es; pues todo se halla en perpetua transformación, y la realidad presenta como característica sobresaliente su impermanencia: todo fluye. Este autor proclama una realidad en constante devenir: nadie se puede bañar dos veces en el mismo río.
Al no haber nada permanente, no existe un ser inmutable por encima de las contingencias; lo único es el noûs (la razón), pero su objeto, el conocimiento, resulta imposible por la impermanencia de lo real.
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1.4.2- Parménides
Parménides (h. 450-540), de Elea, uno de los grandes filósofos de todos los tiempos, escribe un poema o tratado en hexámetros titulado Sobre la naturaleza, dividido en dos partes dedicadas a la vía de la verdad y a la vía de la opinión. Parménides considera que la auténtica verdad (vía de la verdad o de la razón) está más allá de las apariencias sensibles: se trata del ente, único, inmóvil, eterno, que se limita a ser. Al dar existencia a las cosas concretas, lo que no afecta a la unidad del ente, es cuando se produce el cambio, la multiplicidad, la diferenciación susceptible de ser captada por los sentidos (vía de la opinión).
En este tratado, sobre la naturaleza, considerado el primero sobre el ser, abogaba por la existencia del “Ser absoluto”, cuya no existencia declaraba inconcebible, pero cuya naturaleza admitía ser también inconcebible, ya que el “Ser absoluto” está disociado de toda limitación bajo la cual piensa el ser humano. Mantenía que los fenómenos de la naturaleza son sólo aparentes y debidos, en esencia, al error humano; parecen existir, pero no tienen entidad real. Sostenía también que la realidad, “Ser verdadero”, no es conocida por los sentidos, sino que sólo se puede encontrar en la razón
Analizando el poema de Parménides, nos damos cuenta de que existen dos partes o fragmentos.
La vía de la verdad el problema del conocimiento de la verdad. La única verdad es que el Ser es y el No Ser no es. El Ser es eterno, indivisible, inmóvil e infinito.
La vía de la opinión Las opiniones de los mortales que solo pueden hablar de puras apariencias.
La frase famosa de este gran filósofo griego es, "El ser es y el no-ser no es". Para Parménides existían dos seres: el ser absoluto y el ser relativo. La diferencia de estos dos seres es que el ser absoluto es algo que no es ni puede llegar a ser y el ser relativo es algo que no es pero puede llegar a serlo.
Parménides dice que el fundamento de todo es el ente inmutable, único y permanente, el ente “es”, simplemente, sin cambio ni transformación alguna.
Parménides, al que podemos definirle como pacifista, afirmaba la permanencia y la estabilidad del ser; todo coincide en el ser, todo es.
Las cosas son o no son. No es viable pensar en términos medios. Es absurdo que una cosa sea y no sea al mismo tiempo. El no ser puede pensarse, y por eso separa al ser es ya “ser” y no existe tal división, sino una excelente continuidad. El ser es por tanto, uno, compacto y perfecto.
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1.5- Los pluralistas
Los filósofos pluralistas, también llamados atomistas por proponer la existencia de una pluralidad de primeros principios, desarrollaron su pensamiento durante el siglo -V. Después de Parménides ya no era posible sostener la idea de los físicos jonios de que la diversidad de sustancias que componen el mundo, provienen de un único y primer principio que se iría transformando en todo lo demás. Ahora el reto de los pluralistas era encontrar la manera de mantener las propiedades del ser parmenídeo y no caer en la contradicción de los jonios (que una sustancia determinada pueda dar lugar a muchas otras diferentes); pero al mismo tiempo ser capaces dar cuenta de la pluralidad y el cambio, es decir del mundo de las sensaciones y el sentido común. En general, la manera de responder a este problema consistió en admitir la existencia de una pluralidad de primeros principios que presentasen los atributos del ser parmenídeo (salvo el de la unicidad), y luego explicar el cambio y la diversidad por las combinaciones cuantitativas, es decir por la proporción de los elementos que se combinan
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1.5.1- Empédocles
Se dice que fue discípulo de Parménides. Por vivir en el mundo griego occidental participaba del ambiente pitagórico, escuela dominante en la Magna Grecia (sur de Italia), caracterizada por su tendencia al misticismo y al pensamiento mágico, y a entender la realidad como resultado de combinaciones matemáticas. Como un verdadero pitagórico daba gran importancia a la proporción.
El cambio como tal no existe. Lo que percibimos como fenómenos cambiantes nos son más que combinaciones en diferentes proporciones de los cuatro elementos de lo que todo está compuesto o raíces: tierra, aire, fuego y agua. Estas combinaciones se producen por el efecto de dos fuerzas, el amor (filia) que une, y el odio (neikos) que separa. Resuelve la cuestión del movimiento afirmando que éste no necesita del espacio vacío, sino que los objetos se mueven en el ser como los peces en el agua: desplazan las sustancias que se vuelven a juntar a su paso sin dejar de estar en contacto con el móvil. Empédocles tiene una visión cíclica del tiempo, frecuente en el pensamiento de la época. La historia del mundo se sucede en cuatro períodos: 1º período, unidad de los cuatro elementos por el amor; 2º período, separación por el odio (actual); 3º, separación total; 4º, retorno a la unidad.
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1.5.2- Anaxágoras
Anaxágoras propone la existencia de Infinitos primeros principios llamados homeomerías o semillas. Cada una de ellas contiene una parte de todas las sustancias. Esta peculiaridad de las sustancias se resume en la frase: Todo está en todo. Cada homeomería es expresión del orden total del cosmos. Anaxágoras sería el primer filósofo en proponer una visión dualista de la realidad al sugerir la existencia de dos tipos de sustancias radicalmente diferentes: una de tipo espiritual y otra material (compuesta por la combinación de homeomerías, que actualmente incluso podríamos traducir como hidratos de carbono, vitaminas, etc)
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1.5.3- Leucipo y Demócrito
Leucipo es una figura vaga y oscura. Se sabe mucho más de Demócrito y de sus escritos. Átomos y vacío: ser y no ser. Modelo mecanicista de la Naturaleza: no hay plan ni finalidad, el Universo es el resultado del azar. Concepción materialista y mecanicista:
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Existencia de átomos: pequeñas partículas, que no pueden ser captadas por los sentidos. Son indivisibles. Chocan y se rechazan entre sí en un movimiento incesante.
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Existencia del vacío. Les permite prescindir de un principio que explique el movimiento (materialismo). Las partículas se mueven como las motas de polvo que vemos flotar a través de un rayo de luz, y se combinan por azar.
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Las cosas duras lo son porque sus átomos están apretadamente agrupados. las blandas están formadas de átomos más separados entre sí y, por lo tanto, ofrecen menos resistencia al tacto. En cuanto al gusto, las cosas dulces están formadas de átomos lisos, mientras que los sabores agrios y amargos son producidos por átomos ganchudos o aguzados que producen pequeñas excoriaciones en la lengua. Los colores se explicaban por las diversas posiciones de los átomos que forman la superficie de los objetos, devolviendo de distinta manera la luz que cae sobre ellos. La luz está formada a su vez por átomos pequeñísimos y sutiles que se mueven rápidamente. Los átomos más sutiles y más perfectamente esféricos y, por consiguiente, más movibles y volátiles, forman las almas de los animales y de los hombres.
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Demócrito propuso una concepción materialista y mecanicista de la Naturaleza. El mundo responde a un modelo mecánico, en el que no hay finalidad ni plan alguno, y todo es el resultado del azar. Con esta manera de pensar Demócrito se adelanta a las ideas de su época.
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1.6- Zenón de Elea
Zenón de Elea fue un filósofo eleata griego nacido en Elea. Reforzó y argumentó a favor de la filosofía parmenidea, es conocido por sus paradojas que niegan la existencia del movimiento o la pluralidad del ser. Zenón trató de probar que el ser tiene que ser homogéneo, único y, en consecuencia, que el espacio no está formado por elementos discontinuos sino que el universo entero es una única unidad.
Inventó la demostración llamada ad/absurdum (reducción por el absurdo), que toma por hipótesis las afirmaciones del adversario y muestra los absurdos a los que se llegaría si esa hipótesis fuera verdadera, obligando al interlocutor, en última instancia, a aceptar la tesis opuesta a la que sostuvo en un principio.
Sus principales argumentaciones son:
1. Contra el espacio: El lugar o sitio debe estar también en uno, por tanto no hay lugar.
2. Contra la pluralidad de los Seres: Si la pluralidad existe debe ser infinita y finita en número.
3. Contra el movimiento: Serie de argumentaciones con las que Zenón niega la posibilidad del movimiento:
a) El Estadio: la imposibilidad del movimiento se deduce de que el móvil que se desplaza debe llegar primero a la mitad del trayecto antes de llegar a su término; ya nos hemos referido anteriormente a él.
b) Aquiles y la tortuga: el más lento nunca será alcanzado por el más rápido; ya que el que persigue al otro siempre debe comenzar por alcanzar el punto del que ha partido el primero, de modo que el más lento siempre tendrá alguna ventaja.
c) La Flecha Disparada: la flecha lanzada permanece en reposo. Es la consecuencia de la suposición de que el tiempo está compuesto de instantes; si se rechaza tal hipótesis ya no hay silogismo.
d) Las filas móviles: Si dos filas iguales se mueven a la misma velocidad, las unas en una dirección y las otras en la dirección contraria, a lo largo de una tercera fila que permanece inmóvil, el tiempo que invierte la primera fila es igual al doble del mismo período de tiempo.
2.- Los sofistas
De sabios a tramposos
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2.1- Los sofistas
El materialismo aplicado a la vida diaria inspiró la filosofía de un grupo conocido como los sofistas, que surgió en el siglo V a.C.
Haciendo hincapié en la importancia de la percepción humana, sofistas como Protágoras dudaban que la humanidad pudiera ser capaz de alcanzar nunca la verdad objetiva a través de la razón, y defendían que el éxito material, en lugar de la verdad, debía ser el propósito de la vida:
Sofistas (del griego sophi, 'experto', 'maestro artífice', 'hombre de sabiduría'), en su origen, nombre aplicado por los antiguos griegos a los hombres eruditos, tales como los Siete Sabios de Grecia; en el siglo V a.C., nombre que se daba a los maestros itinerantes que proporcionaban instrucción en diversas ramas del conocimiento a cambio de unos honorarios convenidos con antelación.
Personas que compartían puntos de vista filosóficos mucho más amplios que los de una escuela, los sofistas popularizaron las ideas de varios filósofos anteriores; pero, basándose en su interpretación de ese pensamiento filosófico anterior, casi todos ellos concluyeron afirmando que la verdad y la moral eran en esencia materias opinables. Así, en sus propias enseñanzas tendían a enfatizar formas de expresión persuasivas, como el arte de la retórica, que facilitaba a los discípulos técnicas útiles para alcanzar el éxito en la vida, en especial en la vida pública.
Los sofistas gozaron de popularidad durante un tiempo, sobre todo en Atenas; sin embargo, su escepticismo de la verdad absoluta y la moral suscitó a la postre fuertes críticas. Sócrates, Platón y Aristóteles pusieron en tela de juicio los fundamentos filosóficos de las enseñanzas de los sofistas. Platón y Aristóteles les censuraron por aceptar dinero. Más tarde, fueron acusados por el Estado de carecer de moral.
Como consecuencia, la palabra sofista adquirió un significado despectivo, al igual que el moderno término sofisma, que puede ser definido como astuto y engañoso o como argumentación o razonamiento falsos.
Los sofistas, no formaron escuela, ni tampoco defendieron una doctrina de rasgos comunes. No obstante, es posible puntualizar algunas coincidencias entre ellos:
a. Representan un notable giro filosófico como consecuencia de las nuevas necesidades intelectuales planteadas por la democracia. Se centraron así en problemas de índole práctica como la política, la moral, la religión, la educación, el lenguaje, etc.
b. Adoptan una actitud relativista y escéptica. Esto se refleja en el abandono de la physis... ¿para que seguir discutiendo sobre aquello que nunca se llegará a conocer en términos de verdad? Pero además, se muestran relativistas en relación a los problemas humanos ya que observan que distintos pueblos poseen leyes y costumbres diferentes.
c. No representan un conjunto sistemático de pensadores ni tampoco buscan principios universales para operar de modo deductivo al estilo de Parménides.
d. Han tenido enorme influencia en la vida ateniense. Pusieron en tela de juicio la pólis en su sentido tradicional, realizando una labor crítica de las instituciones e impulsando nuevas ideas. Estas ideas se prestaban a todo tipo de manipulaciones por los ambiciosos de la época. La figura del sofista, aparece en consecuencia, con notable ambigüedad.
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2.2- Gorgias
Gorgias de Leontino (485 a.C-380 a.C) Este filósofo llegó a Atenas procedente de Sicilia en el año 427 a.C. para pedir ayuda contra los siracusanos. Fue sobre todo un gran orador y maestro de la retórica. Negaba ser maestro de virtud pero prometía hacer hábiles en hablar a sus discípulos.
Gorgias pertenece a la primera generación de sofistas.
Entre sus obras escritas destacan: manuales de retórica: Elogio a Helena y Defensa de Palamedes. Numerosos discursos políticos, epidícticos, etc.: Oración fúnebre, Discurso Olímpico. Escribió también un tratado llamado Sobre la naturaleza o Sobre el no-ser.
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2.2.1- El Epitafio de Gorgias
El Epitafio es una obra de él considerada en la antigüedad como una de las obras maestras en el ámbito retórico.
En este documento comenzamos a ver como la Physis tiene mucha más importancia, sin embargo se va a entender como una naturaleza superior que tan solo poseían ciertos hombres (héroes) que habían sido instituidos por sofistas, y que sabían desenvolverse de forma apropiada en el momento adecuado (teoría del kairós).
Este epitafio se reveló justamente después de la paz de Nicias.
Existen algunas ideas destacables, como la frase en la que se dice que los “héroes” valoraron más la bondad de la equidad (Epikeia) antes que el engreimiento de la ley o la honestidad del razonamiento antes que la rigidez de la ley. Esta equidad o epikeia va a formar parte de la justicia, para adecuar la ley universal a casos determinados.
Lo equitativo es lo justo y parece ser mucho mejor que la justicia (debido a sus grandes errores); por este motivo todo no puede estar regulado por leyes.
La ley, nomos, debe tender a hacer más efectiva el sistema judicial; aplicar leyes universales a casos concretos y partir desde la equidad.
Jamás existirá una ley justa que no este basada en la razón.
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2.2.2- Doctrina del lenguaje
Se encuentra en una de sus obras Sobre la Naturaleza o el No Ser. Allí plasma sus tres célebres tesis, muy conocidas y difíciles de entender:
No existe realidad alguna
Si algo existiera, no lo conoceríamos
Aún en el caso de que pudiéramos conocer algo, no podríamos comunicarlo a los demás.
Con estas afirmaciones, Gorgias llegó a la conclusión de que no se puede saber la autenticidad o falsedad de alguna afirmación. La palabra queda para convencer a los demás de las propias propuestas, independientemente de su verdad o bondad.
La lengua es una realidad necesaria, puede ser un medio deficiente de transmisión pero es el menos deficiente de los que poseemos. Para Gorgias la única realidad es lo sensible y el conocimiento lo es. La lengua no es lo realmente existente. La lengua no capta lo visible.
El discurso no capta la mayor parte de las cosas reales (igual que unas cosas no revelan a otras). Por ejemplo, que yo conozca a mi vecina del sexto piso no implica que conozca a la del tercero.
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Incomunicabilidad del discurso Las palabras son como fármacos que tienen como fin provocar unos efectos, pero es muy relativo ya que lo que oyes no te permite una visión completa de las cosas.
Gorgias no conoce la idea de poder imaginar por medio de las palabras. El discurso es un ser, pero no es el ser del que hablamos. Expresamos el discurso con el “logos” (lengua).
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Teoría del encuentro Primero tenemos una realidad visible y luego buscamos un discurso (palabras) para traducir lo que vemos. El discurso nace de las cosas que nos afectan. Vemos las cosas diferentes sensibles (audibles y visibles) del mundo exterior, nos crean impresiones diferentes y esto fuerza a nuestro lenguaje. Si otro tiene la misma percepción que yo cuando yo pronuncio una palabra entonces se produce la comunicación.
Ejemplo: Si todos vemos el cielo gris y nos produce la misma sensación (melancolía) = comunicación.
Gorgias pensaba que no se producía una comprensión, sino que era tan solo un encuentro accidental en el que las palabras eran asumidas. Gorgias hablaba de su tratado del encuentro para que se entendiese que no existe la comunicación, que solo hay contacto.
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2.2.3- Elogio de Helena
Gorgias exaltó el valor de la persuasión a su máximo extremo, postulando diversas reglas que él probaba ante el absorto público. Por ejemplo sostenía que toda tesis tiene un opuesto y cualquier posición puede vencer según sea bien defendida. Para demostrar esta tesis escéptica, se enfrenta a las diversas escuelas de filósofos que investigaban sobre el ser.
Gorgias, no dudaba en presentarse ante asambleas públicas y solicitar que se proponga un tema cualquiera pues con la fuerza de la palabra podía vencer a cualquier opositor o convencer sobre cualquier asunto, desenvolviéndose con una gran habilidad.
Junto con los demás sofistas dio el impulso a la enseñanza abierta al público frente al carácter hermético de la primeras escuelas filosóficas, crearon la posibilidad de convertir el espacio judicial en un lugar de confrontación de posiciones que debían sacar ventaja de todas las opciones posibles, dejando de lado la perspectiva de una simple imposición de la autoridad sobre los individuos, ahora el resultado dependía también de habilidades de litigación oral, creando incertidumbre pero a su vez posibilitando que el espacio judicial sea imprevisible para todos por igual.
En el Elogio de Helena, el orador se propone un reto: busca ensalzar la imagen de la mujer más impopular de Grecia, Helena, que abandonara a su esposo y con ello, provocaría la guerra de Troya.
En el mundo griego la mayoría de procesos judiciales se realizaban ante grandes jurados. El proceso era sencillo: después de oír a las partes se proponían las alternativas: es inocente o es culpable y pasaban a votación. La defensa se ejercía por el propio acusado, no podía ser reemplazado por nadie y solo se le consentía leer un discurso, que era escrito por algún retórico a cambio de una paga.
La técnica que propone Gorgias no consiste en mentir sino en dirigirse a las emociones del auditorio para buscar piedad, odio a la parte contraria, duda, según convenga.
Gorgias comienza elogiando la nobleza de Helena, clara como su hermosura y analiza luego los motivos que la llevan a huir hacia Troya con su amante Paris.
El sofista señala como motivo de marcha a la fortuna, al mandato de los dioses, el miedo a un posible ataque violento e incluso persuadida por el amor. La pasión amorosa era en si una enfermedad del alma por la que no se le podía culpar; sino compadecer a Helena.
Otro caso similar es el de la Defensa de Palamenes, que refuta a la acusación haciendo ver lo improbable que son los cargos de los que se le acusa, lo inadecuado de las circunstancias y la carencia de pruebas. (Otro caso de persuasión, mediante la palabra, instrumento para dominar)
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2.3- Calicles
Calicles afirmaba que naturaleza y ley son totalmente opuestas.
La teoría de la fuerza alcanza su formulación más descarada, convertida en ley, el individuo no usa su fuerza en beneficio de la ciudad sino en su propio provecho.
Define la Ley como la máxima injusticia contra la naturaleza. La ley somete al más débil frente al más fuerte. La ley tiende a igualar al hombre. Es bueno lo que satisface al individuo. Encarna la posición más radical en la concepción de la nueva ley. En él la discusión entre nomos y naturaleza llega a una oposición irreconciliable.
Calicles afirmaba que la ley había sido dada para proteger a los débiles; pero la naturaleza (tanto en los animales como en los humanos) hace que los fuertes dominen a los débiles, lo cual es lo justo.
La justicia natural establece el dominio de los fuertes frente a los pusilánimes y que la justicia legal es una defensa establecida por la mayoría de los dominados, que así dominan a los fuertes, a quienes la naturaleza les ha concedido la auténtica facultad de mandar.
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2.4- Protágoras
Protágoras nació en Abdera, en la costa norte del Mar Egeo, y vivió en Atenas y Sicilia entre los años 480 y 400 a. de C. aproximadamente. En Atenas se dedicó a la enseñanza de la retórica y la oratoria y ejerció una gran influencia sobre Pericles, del que era amigo, y sobre otros políticos de la época.
Protágoras fue uno de los primeros en enseñar las técnicas para defender las propias ideas de forma convincente en los pleitos y en la política y está considerado el primer filósofo sofista.
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2.4.1- El relativismo de Protágoras
Protágoras defendió un relativismo del conocimiento y de los valores, esto es, negó que existieran valores y verdades universales para todos los hombres.
"El hombre es la medida de todas las cosas”
No hay verdades objetivas, absolutas y universales, sino que las cosas son tal y como son percibidas por cada uno de nosotros. Este relativismo se aplica a todos los ámbitos de nuestra existencia.
Por ejemplo, lo que para una persona sana es un sabor agradable, para un enfermo es amargo. ¿está confundida la persona enferma? Protágoras dirá que para él, en su situación, la verdad es que el sabor es amargo.
El relativismo impide establecer un criterio de verdad, teniendo todas las opiniones la misma validez. Esto nos lleva a poder permitirnos defender tesis contrarias al mismo tiempo, técnica en la que el filósofo destacó con maestría y que fue duramente criticada., por algunos filósofos como Platón.
El relativismo de los valores implica que una misma cosa o acción puede ser buena para un sujeto y mala para otro. Es más, una acción puede ser mala o buena para un mismo sujeto dependiendo de cada circunstancia, y en la medida en que él lo crea así.
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2.4.2- El problema de la ley
Nomos significa ley moral y política, ya sea en forma de usos y costumbres recibidas de la tradición, como en forma de leyes formales y normas obligatorias que codifican la vida en comunidad y que son respaldadas por la autoridad del estado.
Con el término physis los griegos denominaban a la naturaleza como principio que no depende de los acontecimientos humanos. La naturaleza se rige por leyes universales y permanentes.
En el siglo V los términos nomos y physis, lo artificial y lo natural, eran considerados opuestos y mutuamente excluyentes. Las leyes de los hombres son fruto de un pacto, de un consenso humano y no fruto de un principio divino.
Las leyes no son principios innatos, sino adquiridos con esfuerzo. Los nomos nos permiten vivir en comunidad y diferenciarnos de las bestias que viven en un continuo estado de conflicto y agresión. En este sentido, la concepción del nomos como opuesto a la naturaleza implica la aceptación de la idea de progreso de la humanidad.
Pues bien, aunque la ley sea meramente convencional y, por tanto, modificable, Protágoras defiende que hay que mantener las leyes que ya se poseen, si estas parecen buenas a la mayoría. La vida en comunidad es necesaria para la supervivencia de la especie humana y, sin leyes, nos veríamos abocados a vivir en un estado de naturaleza.
Podemos decir y afirmar que la idea que tenía Antifontes ayudó mucho Protágoras ya que él promulgaba que la ley era contraria a la naturaleza humana, que era por si sola egoísta e individualista. Por ese motivo, todos nosotros estamos obligados a cumplir las leyes cuando estamos ante más personas.
Trasímaco por su parte, defendía la idea de que era justo el mandato de los fuertes sobre los débiles. Protágoras también se vio influenciado por el pensamiento de Calicles, citado anteriormente.
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2.4.3- El escepticismo
Protágoras fue acusado de impiedad y obligado a dejar Atenas por ese motivo.
En un escrito suyo "Sobre los dioses", el sofista niega la posibilidad de un conocimiento de la realidad que vaya más allá de las apariencias sensibles.
Protágoras criticó las supersticiones y los ritos religiosos de su tiempo, pero mantuvo siempre una postura agnóstica y escéptica, no atea.
Por lo demás, las acusaciones de Platón de que cobraban por enseñar, o de que eran relativistas y que sus teorías conducían al escepticismo, y que tanto influyeron históricamente en la consideración negativa de los sofistas, no pueden dejar de resultar ridículas en nuestros días.
Asimismo la crítica que realiza Platón al relativismo y escepticismo de los sofistas, en diálogos como Protágoras o Gorgias, es una prueba de la importancia que estos filósofos tuvieron para él mismo.
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2.4.4- El Protágoras de Platón, el mito de Prometeo
El Protágoras es una de las obras maestras de Platón. Figura el escrito, puesto en boca del propio Protágoras, el mito de Prometeo -el Prometeo filántropo, que elevó a los hombres (a costa de enfrentarse con Zeus, el Dios padre) sobre su estado de «naturaleza» desvalida.
En este mito podemos ver como los personas se distinguen de los animales por ser los únicos en rendir culto y tener fe en los dioses. De ese modo la religiosidad compone una primera característica de la humanidad racional, junto con la capacidad del lenguaje.
En esta obra mitológica pueden diferenciarse varias partes:
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Los animales y los humanos fueron creados por los dioses.
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Los dioses encomiendan a Prometeo y a su hermano Epimeteo que vayan organizando a todos esos seres mortales antes de sacarles a la luz. Epimeteo era mucho más distraído y despreocupado y proporciona mejor a los animales que a las personas humanas.
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Prometeo al ver en las malas disposiciones en las que estaban los seres humanos en cuanto a capacidades físicas decide, robarle el fuego y las habilidades técnicas a Hefesto y a Atenea.
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Zeus, al creer que aún el humano no estaba preparado para vivir con las fieras, le encarga a Hermes, el dios mensajero que les reparta a todos “el sentido moral y la justicia” con el fin de que éstos puedan sobrevivir en comunidad, es decir en civilizaciones.
Platón nos ofrece en el Protágoras una versión sofística de los orígenes de la cultura, y en ella aparece Prometeo contemplado positivamente como quien ha aportado la sabiduría técnica a los hombres. Prometeo es castigado por su delito del robo del fuego, pero los hombres no sufren por ello. Zeus es aquí un Dios benevolente y justo y es él quien ofrece a los hombres las cualidades que permiten su vida en común, el sentido de la moral y la justicia.
3.- Sócrates y la sofística
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3.1- La sofística
SOFÍSTICA: Movimiento intelectual del siglo V a. C. desarrollado en Atenas y preocupado primordialmente por la educación de los ciudadanos. Sócrates y Platón combatieron este movimiento por sus conclusiones relativistas y escépticas.
En la época de Sócrates y Platón hubo tres acontecimientos importantes que determinaron la filosofía posterior:
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Los nuevos descubrimientos etnográficos pusieron ante los ojos de muchos griegos las muy distintas formas de vida moral, social y política existentes, lo que seguramente pudo influir en la aceptación del relativismo moral;
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Un cierto cansancio en la investigación de la Naturaleza: en esta época los griegos habían dado muchas interpretaciones filosóficas opuestas relativas a la composición última de la Naturaleza, lo cual favoreció un cierto escepticismo respecto de la posibilidad de llegar a conclusiones definitivas sobre este tema
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El desarrollo de la democracia: aunque limitada a los varones libres, muchas polis instauran el sistema democrático, sistema político que crea nuevas necesidades. En particular cabe resaltar la importancia que tiene en este nuevo sistema el uso de la palabra y del razonamiento para la defensa de las propias creencias e intereses a partir de su argumentación pública. No es extraño que aparezca un grupo de maestros que expresamente declare su capacidad para enseñar las habilidades necesarias para el triunfo social y político. Este grupo son los sofistas. Por ello, las materias que impartían no eran la física o las matemáticas sino disciplinas humanísticas (mitología, historia) y retórica, gramática, oratoria, es decir disciplinas que enseñaban el uso de la palabra.
Los tres acontecimientos citados provocaron lo que se ha denominado giro antropológico en la filosofía griega: así como las investigaciones anteriores a Sócrates tenían como objetivo eminente la investigación de la Physis, ahora, con los sofistas y Sócrates la filosofía dirige su atención a temas más típicamente humanos: la reflexión ética, la búsqueda de una fundamentación de la práctica moral y política, la indagación sobre las posibilidades del conocimiento humano.
En un primer momento el término sophós no tenía una connotación negativa (se puede traducir precisamente como “sabio”) y se utilizaba para designar aquella persona que tenia una cierta habilidad para la realización de una tarea, o que habla hábilmente, pero a partir de Sócrates y Platón va a adquirir la connotación negativa que llega a hasta nuestros días: sofista es quien está dotado de habilidad para los razonamientos falsos. Los cargos más importantes que presentó Platón en contra del movimiento sofista fueron:
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Ser comerciantes del saber (los sofistas cobraban grandes sumas por impartir sus enseñanzas) y no propiamente educadores.
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Hacer de la razón una mera técnica para la discusión y la victoria en ésta, pero independientemente del contenido de verdad y de la moralidad de la tesis que se quiere defender.
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Utilizar un método de enseñanza que permite más inculcar ideas en los oyentes que hacerles progresar en el conocimiento de las cosas: frente al uso del diálogo como método de enseñanza defendido por Sócrates y Platón. Los sofistas enseñaban dando grandes y espectaculares discursos ante un auditorio pasivo
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Defender el escepticismo y el relativismo.
Los sofistas más importantes de la primera generación fueron Protágoras, Gorgias, Pródico e Hipias, y destacan por la defensa del escepticismo y el relativismo. Los representantes más importantes de la segunda generación fueron Calicles, Antifonte, Trasímaco y Crítias; estos filósofos acentuaron aún más el papel crítico de la razón y la capacidad de ésta para la defensa de cualquier tesis. Por su parte, Trasímaco se singularizó por su defensa de la ley del más fuerte y del carácter convencional de las leyes vigentes en las ciudades.
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3.1.1- El concepto de virtud
Es uno de los conceptos cruciales de la ética y la política de la Grecia clásica; sin embargo, resulta difícil precisar con exactitud su sentido.
En su forma más elemental, la areté es la "excelencia" o "perfección". Es una palabra clave no solo en el diálogo, sino en la concepción misma de la vida cívica. También significa “superioridad”, a la par que virtud.
En la Grecia antigua podía hablarse indistintamente de la areté de un soldado, de un toro o de un navío —aunque su uso para los objetos inanimados es raro. Sin embargo, desde la época arcaica estuvo vinculado especialmente a la posesión de las virtudes viriles, en especial la valentía y la destreza en el combate.
Hacia la época clásica —sobre todos los siglos V y IV adC— el significado de areté se aproximó a lo que hoy se considera virtud en general, incluyendo rasgos como la "magnanimidad", la "templanza" o la "justicia".
La adquisición de la areté era el eje de la educación del joven griego para convertirse en un hombre. Huellas de la concepción más restringida de la era arcaica se pueden ver en el énfasis puesto en la disciplina y dominio del cuerpo mediante la gimnasia, una de las actividades principales, y la lucha, pero una formación acabada incluía también las artes de la oratoria, la música y —eventualmente— la filosofía.
Tanto Platón como Aristóteles harían de la areté uno de los conceptos centrales de su doctrina ética.
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3.1.2- El concepto de logos
El término logos es uno de las más importantes en la actitud racional ante el mundo. Puede traducirse como pensamiento, razón, habla, discurso, concepto, palabra, conocimiento; pero el término castellano más fiel es tal vez el término razón.
Hay una breve frase que muchas historias de la filosofía utilizan para resumir las implicaciones de la aparición de la filosofía: la filosofía es el paso del mito al logos. Con esta frase se quiere indicar que los primeros filósofos aceptaron estos dos principios:
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El mundo es racional, en el mundo hay un logos
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Nosotros disponemos de un logos o razón, que debemos emplear para el conocimiento de la realidad y la dirección de nuestra conducta.
En Heráclito el logos es la Razón que domina el Universo y que hace posible la existencia de orden y regularidad en la sucesión de las cosas; pero es también algo presente en nosotros y que debe servirnos como guía para nuestra conducta y como instrumento para el conocimiento.
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3.1.3- El concepto de nomos
Este término griego se puede traducir por ley, y más en particular la ley de la ciudad. La cuestión del fundamento de la ley de la ciudad, y en general de la ley moral y política, es una preocupación que ya se encuentra en los primero filósofos, pero con los sofistas se hace más consciente y explícita.
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3.2- Sócrates
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3.2.1- Biografía
Sócrates nació en 470/469 a.C. Su padre, era escultor; su madre, era comadrona. Sócrates nunca se fue de Atenas, excepto para ir a la guerra. En 421 estuvo en la guerra en Anfípoli. En 406, conforme con la ley de rotación de oficios, participó en el Concilio con el encargo de seleccionar problemas para después presentarlos en la asamblea. En 404, cuando tenía el poder la oligarquía, se negó a encarcelar a Leone de Salamina, una persona que estaba en contra de la oligarquía. En 403, restaurada la democracia garantizando pues la amnistía, Sócrates continuó siendo contrario al nuevo orden. En 399, Meleteo presentó la incriminación contra Sócrates y también le acusaron. La acusa era la siguiente: "Sócrates es culpable por no reconocer a los dioses de la ciudad y por introducir nuevos. Además es culpable por corromper a la juventud. Pedimos la pena de muerte." Los acusadores, probablemente, espectaron que Sócrates fuese enviado al exilio, como sucedió con Protágoras, pero Sócrates no abandonó la ciudad y fue ejecutado. La mayoría de los jueces votaron a favor de la pena de muerte: Sócrates fue matado con veneno.
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3.2.2- Platón, su discípulo
Podemos poner a Sócrates en el tiempo de los Sofistas (aunque él estaba en contra de los sofistas) porque, igual que a los sofistas, a Sócrates le importaban la moral y los problemas humanos, dejando aparte la búsqueda del origen. Hay diversos autores importantes que escribieron sobre él, aquí pasaré a explicar solo a Platón.
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Platón es seguramente el autor más fiable. Era un discípulo suyo y compartió su opinión sobre la filosofía.
Para Sócrates y Platón , la filosofía era una búsqueda continua. Sócrates es el personaje principal en "Los Diálogos" de Platón , y cuando mataron a Sócrates, Platón quedó tan perturbado que abandonará el mundo político.
Platón realmente conoció muy bien a Sócrates y él mismo era un gran filósofo. El límite del testimonio de Platón es el siguiente: Platón era un gran filósofo y no podía limitarse a simplemente repetir las sentencias de Sócrates. En "Apología" describe el juicio en el que se pidió la pena de muerte para Sócrates. En esta obra realmente sale la diferencia entre Sócrates y los sofistas. Los sofistas hicieron discursos grandiosos, pero completamente carentes de verdad. Sólo les importó hablar bien y causar algún efecto a la gente que les escuchaba. Para Sócrates, la cosa más importante era la verdad.
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3.2.3- La búsqueda de la verdad
Convencido de que la verdad se encuentra en el interior de cada hombre, se había propuesto la tarea de ayudar a sus interlocutores a "darla a luz". Por eso decía que su oficio se parecía al de su madre: mientras ella ayudaba a las mujeres a parir niños, él ayudaba a los hombres a parir verdades. Para eso se valía de la ironía, método por el que hacía tomar conciencia a su interlocutor de que en verdad no sabía tanto como creía. Una vez que la persona reconocía su ignorancia, mediante preguntas la guiaba hacia la verdad. La ironía y el diálogo eran así las dos partes de su método, la "mayéutica". Consultado el oráculo de Delfos acerca de quién era el hombre más sabio de Grecia, éste respondió: «Sócrates». Y Sócrates sostenía que efectivamente él era el más sabio porque, mientras los considerados sabios creían que lo sabían todo, él sabía que no sabía nada («Sólo sé que no sé nada»).
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3.2.4- El alma
Sócrates evidentemente trabaja para el bien de su ciudad. Sócrates ha encontrado el concepto moderno de "alma". En un primer tiempo, "alma" significaba "soplo vital"; después significaba "imagen en los Hades", un tipo de menor existencia. De acuerdo con el orfismo, significaba "demonio".
A partir de Sócrates, el "alma" se ha convertido en nuestra propia personalidad: nos identificamos con nuestra alma. Según Sócrates, podemos subdividir el bien y el mal en tres categorías:
a) del alma
b) del cuerpo
c) del externo
El cuerpo es herramienta y cárcel para el alma.
Dinero, por ejemplo, es un bien externo.
A veces, Sócrates (y Platón ) parece rechazar el bien para el cuerpo, el bien material, prefiriendo el bien para el alma; pero, a veces, parece que acepte ambos. A Sócrates, por ejemplo, le gustaba el vino. Esta ambigüedad entre los bienes para el cuerpo y para el alma puede ser explicada diciendo que todo tipo de bienes es bueno hasta que éstos no se contrasten: la búsqueda del placer físico se convierte en mal cuando lo situamos antes del placer intelectual. Esto vale también para las relaciones entre el cuerpo y el alma. Sócrates y Platón no odian al cuerpo: lo aprecian, porque trabaja para el alma.
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3.2.5- La justicia
Es muy interesante la opinión de Sócrates sobre la injusticia: según él, ésta no daña a quien la sufre, sino a quien la hace. De hecho, la justicia da una sensación de placer y quien es injusto, pierde este placer; quien sufre injusticia sigue notando esta sensación de placer.
Lo mismo dice Platón . Sócrates dice que no sabe qué es lo que haya después de la muerte ( Platón dirá que él es capaz de probar la existencia de una vida después de la muerte). Sócrates no cree que, si tú llevaras una vida virtuosa, te darían un premio: ya has recibido un premio llevando una vida virtuosa: la felicidad que sientes porque eres justo ya es un tipo de premio.
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3.2.5.1- Las creencias de Sócrates
Sócrates dice que podría existir una vida después de la muerte, pero no es capaz de demostrarlo. Entre las acusaciones contra Sócrates hubo las siguientes: ateismo e impiedad.
De hecho, Sócrates creía en demonios y los denominó "hijos de Dioses". Demostró que la acusación era falsa: de hecho, si fuesen hijos de Dioses, sería natural que Sócrates hubiera creído en Dioses: si existe un hijo (demonio), también tiene que haber un padre y una madre (Dioses). ¿Pero qué era el demonio ? Existen dos evidencias diferentes: Platón dice que es una especie de ángel guardián, una conciencia personal, que se presenta cada vez que Sócrates iba a cometer un error: sería como un tipo de "ayuda privilegiada". Sólo gente honesta la tiene. Es un regalo divino.
Es como Dios tomara parte en la vida humana.
Para Sócrates, lo importante no era vivir, sino que vivir bien : cuando nuestra alma es justa, sana, pues nos sentimos bien. Mucha gente se dio cuenta de que en verdad los acusadores de Sócrates no quisieron que le condenaran a muerte, sino que sólo querían asustarlo. Pero Sócrates no aceptó ser asustado: era su destino ir por Atenas y hacer razonar a la gente.
Para Sócrates, vivir bien significaba hacer esto; y no negar de ser culpable significaba una cosa: no hacer perder valor a su vida. De todas formas, era viejo y sólo le quedaban pocos años para vivir. Para él era mejor ser matado que dejar sus ideales. Mientras la búsqueda de Platón será proyectada en una otra dimensión, la de Sócrates está atada al mundo terrestre. Su misión en la vida era hacer que toda la gente entendiese qué estaba haciendo y por qué.
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3.2.6- La política
Sócrates rechazó la política (igual que Platón ): de hecho, tuvo problemas con ella. En un primer tiempo, los oligarquiotas estuvieron contra él, después los demócratas. Sus acusadores, que le condenaron a muerte, eran demócratas: la acusación, en parte, fue una acusación política.
De hecho, Sócrates era aristócrata y los demócratas quisieron castigarle. Aunque tuvo muchos problemas con la política, no quiso abolirla. Antes de ser matado, Sócrates fue ayudado para evadirse de la cárcel, pero se negó hacerlo: de hecho, él realmente observaba las leyes, a las que nunca se debería desobedecer.
Una ley puede ser criticada, pero no violada: cuando una ley es injusta (según Sócrates), no debes desobedecerle, sino que tienes que emprender algo para que se cambie. Sócrates dijo que fue su deber hacer cambiar esta ley, y era correcto morir porque no había sido capaz de cambiarla.
La gente de Atenas pensó que se había deshecho de Sócrates matándole, pero en verdad, para realmente deshacerse de él, tendrían que haberle matado de forma "filosófica", vencerle con palabras.
La historia de la Filosofía Modelos de filosofar. Filosofía presocrática y Sócrates.
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