Hécuba según los textos fue la reina de Troya, tocándole su caída en manos griegas a raíz del secuestro de Helena, él texto nos refiere, la obra se presenta en el foro la Gruta del Centro Cultural Helénico, siendo el ultimo estreno del año en dicho foro, bajo de dirección de Emma Dib a las 20:30 horas los jueves.
La historia cuenta que duro 10 años, donde inclusive se menciona al Caballo de está mítica ciudad que según Homero se ubicaba en la actual Turquía, está adaptación es la de la maestra, actriz, investigadora y directora Luisa Josefina Hernández basada en el en texto de Eurípides.
Que sabemos de Troya, según Homero del cuál se tiene pocas certeza inclusive si existió solo se sabe de el por la firma en La Ilíada y La Odisea, y una suposición generalizada que era ciego textos de la época preclásica griega también llamada época Homérica, don los dioses regían la vida de los griegos, mismos que en está obra son repudiados y solicitados por los personajes.
Las mujeres de Troya están la ciudad, llorando la desgracia y como en toda buena tragedia griega el héroe en este caso la Heroína sufre la desgracia de sus hijos y toda Troya sacando fuerzas de Flaqueza planifica la venganza, por lo anterior sería una tragedia, el montaje por su ritmo a las generaciones actuales sería un performance y parecería mas un video largo de moda sus vestuarios nos remiten a películas futuristas con ropas roídas hechas de retazos con mayas abajo que fungen como heridas.
Un personaje que no habla mucho se mueve con gestos, ademanes, acompaña la acción y solo habla para profetizar guía la obra el único que nunca se retira la capucha que hace lugar de mascara en los personajes. El resto hacen de coro bailando, bailando, repitiendo y sollozando de donde salen y entran el resto de los personajes.
El escenario vacio les da un grado completo de movimientos donde hablan, danzan y actúan en un lenguaje contemporáneo, nadie sabe como era teatro en aquella época se cree que combinaba las distintas disciplinas por lo cuál la obra seguiría este espíritu.
Las luces permiten transiciones, efectos y cambios bien coordinados con la música nos llevan a los estados de ánimo de los actores en los distintos personajes que interpretan, como Héctor, Agamenón, Hécuba entre otros. De igual manera se hace referencia a Aquiles o Hércules.
El lenguaje Hablado resulta muy clásico aunque el corporal así como el desplazamiento escénico hace accesible a las presentes generaciones la extirpe, las pasiones y los temores de la humanidad que en el fondo siguen siendo las mismas.
Una propuesta interesante, subversiva, con raíces antiguas y de gran actualidad que les invitamos a ver, sufrir, gozar o llorar.