Historia


Golpe de Estado de 1973 en Uruguay


INTRODUCCIÓN

Situación Latinoamericana a principio de los '60.

Alrededor de 1950 y 1960, Latinoamérica se encontraba en una situación bastante particular.

A comienzos de los 50, la Guerra Fría estaba en su peor parte, la tensión era máxima y las exigencias aumentaban cada vez más. En ese tiempo, estaba prácticamente prohibido no tener ningún tipo de participación en dicha guerra, ya que el mundo había quedado dividido en dos, la parte estadounidense o también llamada el “mundo libre”, y la parte soviética, también llamada “comunista”. Todos tenían que inclinarse hacia algún bando, y el que no lo hiciera seria forzado a hacerlo.

Por esa razón, ambos países comenzaron a crea alianzas para poder tener la mayor cantidad de bases posibles, esparcidas por el mundo. Prácticamente, todos los países que integran América Latina poseían una alianza con Estados Unidos (OEA). Estas alianzas tenían como fin la garantía de dichos países como aliados, y para ello, EEUU les proporcionaba apoyo militar, proyectos anticomunistas ideados por ellos, la habilitación a ser exportadores de materias primas a EEUU mientras que este se encontraba en plena guerra, inversiones en empresas multinacionales, etc. Esto traía como consecuencia el aumento de empleo, los salarios y por consecuente de la calidad de vida. Pero a pesar de todo esto, existían graves problemas los cuales habían sido dejados de lado, como por ejemplo: la infraestructura, la tecnología y la calidad de las industrias era insuficiente y por esa razón los capitales que se producían en las industrias no era suficientes para el proceso de modernización. Entonces, poco a poco la situación económica comenzó a empeorar hasta desembocar en una profunda crisis, no solo económica, si no política y social.

Luego, todos estos problemas terminaron desembocando en golpes de estados, y poco a poco cada país fue cayendo en la dictadura.

Características de la crisis del Uruguay

Alrededor de la década de los '60, la crisis que comenzaba, muy rápidamente, a surgir en el Uruguay, se hacia cada vez mas notoria. Tras el triunfo del partido nacional en 1958, luego de 93 años interrumpidos del gobierno colorado, los ciudadanos tenían la esperanza de que los problemas suscitados en el gobierno anterior colorado se aplacaran tras el cambio de gestión del gobierno.

A pesar de la ilusión, a comienzos del 1960, el Uruguay poseía una economía paralizada y con un sistema político que no permitía canalizar la opinión por los caminos del cambio. El país estaba ligado a una estructura conservadora.

Por otra parte, el sistema político vigente dificultaba el cambio. Los grandes lemas tradicionales ya no eran partidos políticos en el sentido estricto de la palabra sino que más bien eran coaliciones, en las que coexistían tendencias distintas que esperaban beneficiarse de los votos de otros. Eso sucedía a nivel de las listas, a nivel de los sublemas y al nivel de lemas. Los órganos comunes entre los distintos sectores y tendencias de un partido fueron perdiendo gradualmente fuerza en favor a los agrupamientos básicos primarios, particularmente las listas. En las primeras décadas del siglo, este hecho tuvo una importancia relativa, ya que los agrupamientos internos eran antagónicos y todos eran plenamente concientes de que votar por un sector era, antes que nada votar por un lema. Luego las divisiones internas alcanzaron tal entidad que el resultado de una elección se tornaba incierto ya que el votante podía terminar, paradójicamente, votando en contra de sus ideas si el sublema o lista triunfante eran en realidad muy distintos a los suyos.

En la medida que el aumento de la inflación implicó el agravamiento de las luchas sociales, los conflictos no solo se agravaron en intensidad sino que empezaron a amenazar el equilibrio social. Aparecieron también otras nuevas crisis que desencadenaron luego la inquietud en los ciudadanos, como por ejemplo: la menor productividad de los bienes exportables y por consecuente la disminución de las exportaciones, el deterioro de los términos de intercambio, acentuación de la deuda externa, estancamiento de la producción de materias primas, disminución de los salarios, represiones, debilitamiento del parlamente, represión política y social, etc.

La inseguridad en lo que el al futuro del país se refería era inmenso. Luego, en las elecciones de 1962, el partido nacional volvió a ganar pero esta vez con una escasa diferencia con el partido colorado, los votos habían disminuido drásticamente.

En lo que se refiere a la parte ideológica, el herrero-ruralismo (lema del partido nacional que había ganado las elecciones) aparecía más liberal y más atiestatista, mientras la U.B.D. (Unión Blanca Democrática), que enfilaba su propaganda hacia las clases medias, tenía ribetes proteccionistas que no se diferenciaban demasiado del batllismo tradicional.

La guerrilla: causa de su formación

A pesa de todos los problemas que se fueron suscitando, el partido nacional tubo al mando hasta 1966, donde en las elecciones de ese año el partido colorado volvió a tomar en mando a manos de Oscar Daniel Gestido, antiguo general de las Fuerzas Aéreas. Gestido, por años, se había destacado por su honradez y eficiencia, por lo cual parecía el candidato perfecto. Pero ante el vencimiento de los plazos para la selección de un vicepresidente de la fórmula, Gestido decidió convocar al cargo al señor Jorge Pacheco Areco, que había sido disputado en el período anterior y que a la sazón era el director del diario “El Día”. Gestido era un hombre de carácter fuerte y con ideas claras. Por esas mismas razones, los ciudadanos creían que talvez la solución a los problemas que suscitaban al país podían ser resueltos por alguien que tuviera una mano fuerte y una seguridad importante. Pero nueves meses después, todas estas expectativas se fueron luego de su totalmente inesperada muerte. Esta, produjo una conmoción en toda la población. Todas las esperanzas que a su alrededor habían se desvanecieron y el miedo y la inseguridad volvió a regir el pueblo. Por consecuencia Pacheco Areco tomo el cargo de la presidencia.

Antes de que todo esto sucediera, había un movimiento el cual estaba totalmente en contra del gobierno y de cómo este se desenvolvía, causando incidentes y perturbando la sociedad, pero luego de que Pacheco asumiera como presidente, todos estos incidentes tomaron otra intensidad mucho mayor. Así fue como se crearon las guerrillas, grupo de personas que tenían como fin combatir las fuerzas políticas, por causa de la disconformidad que tenían hacia el gobierno. Ellos recibían el nombre de MLN Tupamara (Movimiento de Liberación Nacional).

En un principio, cuando empezaron a conocerse los primeros hechos subversivos, como por ejemplo el robo de armas en el club de Tiro de Colonia Suiza, la población ignoraba la naturaleza de esas acciones pensando que eran realizadas por delincuentes comunes. Cuando luego los tupamaros empezaron a dirigir sus blancos contra ciertos integrantes de los que ellos llamaban “la rosca” despertaron algunas simpatías en sectores que los veían como modernos Robien Hoods. Más adelante, cuando se produce el copamiento de la ciudad de Pando o, mas aun, cuando se producen hechos como el incendio del Club de Golf o del Bowling de Carrasco, la gente empieza a asociar esas acciones con la propaganda a nivel continental a favor de la lucha armada y de los focos subversivos vinculando esos hechos con el comunismo internacional.

En un principio, el Movimiento Tupamaro tuvo importante respaldo en muchos sectores de la población, pero luego algunos hechos de sangre, como el asesinato de un peón rural y la muerte de los soldados de guardia en la casa del jefe militar, fueron enajenando opinión simpatizante.

Ante todos estos incidentes, el gobierno de Pacheco Areco decidió, tomar unas “medidas prontas de seguridad”, las cuales consistían en que la policía estaba habilitada a indagar a un ciudadano sin necesidad de pasarlo a un juez y sin ningún tipo de orden; en otras palabras, parte de los derechos que se tienen como ciudadano son restringidos momentáneamente. Esto agravió aún más las cosas y el enfrentamiento entre el gobierno y los tupamaros se intensificó.

Elecciones del año 1971

La campaña electoral se desarrollo en medio de una creciente tensión política y de muy agitados hachos de creciente violencia. Previamente al acto electora, los Tupamaros decretaron una tregua que facilitaba la realización de las elecciones, pero algunos hechos, como la fuga de ciento seis militares de la cárcel de Punta Carretas, dieron clara idea de que luego de terminada esa tregua, las acciones de violencia iban a proseguir.

Hay tres factores de importancia a destacar en estos comicios: el surgimiento de Pacheco Areco como nuevo líder del Partido Colorado como un lector propio; la emergencia de Wilson Ferreira Aldunate como nuevo caudillo del Partido Nacional apoyado por dos tercios de sus votantes y la aparición de una nueva coalición política amparada en el lema permanente del Partido Demócrata Cristiano que se llamo Frente Amplio. Las propias listas que se presentaron por la coalición ilustran la ambigüedad de este fenómeno electoral, ya que en ellas se establecía, con letra chica “voto por el Partido Demócrata Cristiano” y debajo con caracteres mucho más grandes la expresión “Frente Amplio”.

El programa electoral de Wilson, publicado bajo el título de “Nuestro Compromiso con Usted” constituía una propuesta de izquierda moderada que hacía aparecer un matiz renovador en el tronco de un viejo partido tradicionalista. Por otra parte, la oratoria y la presentación pública de Wilson lo habían ido convirtiendo en una figura carismática que despertaba amplias simpatías, no solo entre los blancos, sino también entre el electorado independiente y aun entre algunos adversarios.

Al final, los resultados dieron a Bordaberry, representante del Partido Colorado, como el ganador con una diferencia ínfima con el candidato del Partido Nacional, Wilson.

El gobierno de Bordaberry

Este gobierno se manifestó seriamente preocupado en levantar el régimen de “medidas prontas de seguridad” que provenían del período de Pacheco Areco. Pero esa preocupación aparece ligada a la aprobación de una Ley de Seguridad del Estado que convertiría ese régimen, por definición transitoria, en uno legal permanente, para poder enfrentar la agitación social y política en que se vivía. En marzo de 1972 se levanta parcialmente las medidas prontas de seguridad y poco después la C.O.P.R.I.N aumenta en un 37% el precio de más de 200 artículos de consumo. El aumento de salarios se establece en un 20% provocando con ello una nueva la de medidas gremiales.

El 14 de abril de 1972 los Tupamaros ejecutan a cinco personas, entre ellas el ex subsecretario del interior, Armando Acosta y Lara. Ese mismo día se producen tiroteos con las Fuerzas Conjuntas en los que son muertos diez Tupamaros. Como consecuencia de estos sucesos la Asamblea General suspende las garantías individuales y declara el estado de guerra interno por importante mayoría de votos.

Años más tarde, Bordaberry habla de este suceso:

“… hasta los hechos del 14 de abril del 72, hasta ese momento, las Fuerzas Armadas no habían hecho nada. Había pasado esa etapa de conocimiento del enemigo, pero no pasaba nada, había un silencio, una especie de tregua porque ni los Tupamaros hacían nada, ni las Fuerzas Armadas hacían nada. El 14 de abril fue aquel día fatídico, en el que amanecimos con un asesinato tras otro. Fue espantoso, uno de los actos criminales de los Tupamaros que más conmovió. Era una mañana que yo tenía una agenda protocolar (…) y a medida que iba cumpliendo con los actos, me iba informando de un nuevo atentado y de una nueva muerte, una cosa tristísimo. “

- Juan María Bordaberry -

Camino al Golpe de Estado

Poco a poco el conflicto que empieza a suscitarse entre las Fuerzas Armadas y el Parlamento, cuya Cámara de Disputados aprobaba el desafuero por el senador Enrique Erro, cuya convivencia con los tupamaros era notoria. En este enfrentamiento ya se prenunciaba lo que desataría luego cuando se produzca la disolución de las cámaras. Desde el punto de vista político se trataba de una prueba de fuerza en la que los parlamentarios trataban de hacer un frente común ante la intimidación de las Fuerzas Armadas. Muchas personas hablaban que existían supuestos contactos entre los tupamaros y algunos oficiales de las Fuerzas Armadas. Es indudable que esas conversaciones existieron, pero nada hace suponer que las propuestas militares hayan sido otras que la rendición de los insurrectos.

El Presidente de la República era constitucionalmente el Comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, pero estas ya habían adquirido una conducta propia que de hecho las independizaba el poder político. La publicación de los comunicados militares del 9 de febrero de ese 1973, número 4 y 7, esbozaron en ese momento algunos objetivos puntuales que más parecían un intento programático pero que no configuraban un plan que incluyese a todos los aspectos de la vida normal.

Fin de la libertad: disolución de las cámaras

'Golpe de Estado de 1973 en Uruguay'
El 27 de junio de 1973, finalmente, el Presidente Bordaberry decreta la disolución de las cámaras y crea un Consejo de Estado para que sustituya y redacte un proyecto de reforma constitucional. En esa misma fecha el Palacio Legislativo es ocupado por las fuerzas militares. A partir de entonces se reafirma la censura de prensa y se detienen a varios dirigentes de la CNT. Poco después el General Seregni es detenido en medio de una manifestación de protesta por la Avenida 18 de Julio y otros dirigentes políticos como Wilson Ferreira Aldunate, Zelmar Michelini, Héctor Gutiérrez Ruiz y Enrique Erro marchan al exilio.

Con la instalación del Consejo de Estado el 19 de diciembre de 1973 termina la institucionalización del nuevo régimen. La presidencia de este órgano quedaba a cargo del doctor Martín R. Echegoyen. El vicepresidente, Jorge Spaelli, había rechazado el ofrecimiento de presidir el cuerpo y se mantuvo en una posición de defensa de la legalidad.

A través de todos estos hechos militares fueron ocupados los cargos dirigentes del estado y aunque el Presidente Bordaberry permaneció en la presidencia de la República, puede decirse que ya los militares estaban en el poder y que el golpe de estado era un hecho consumado. Se trato de un desenlace largamente esperado y para muchos fatal.

Rasgos Generales

El proceso cívico-militar uruguayo se inició formalmente el 27 de junio de 1973 y finalizó el 1º de marzo de 1985. Se trataba de un corte en la vida nacional comparable a la Guerra Grande (1839 - 1851), al período militarista de Latorre y Santos (1875 - 1886) y a la vigencia política del golpe de estado de Terra (1933 - 1943). Sus consecuencias en la vida del país han sido, profundas y marcaron una nueva etapa en la evolución del Uruguay.

A diferencia de lo sucedido esotros países de la región como Brasil, Argentina, Chile y Perú, no fue un proceso extraordinariamente costoso en términos de vida humana. Los muertos y desaparecidos, que en otros países se cuentan por miles, y aún por decenas de miles, en cambio aquí fueron de dos o tres centenas. Sin embargo debe decirse que en relación con nuestra población esa cifra resulta considerable.

Pero la característica particular del régimen uruguayo fue la intensidad y la duración de la represión preventiva. Más de seis mil personas pasaron por las cárceles uruguayas por delitos por causas políticas. Más de diez mil personas fueron destituidas de sus cargos administrativos por motivo político y las restricciones a las libertades de prensa, de reunión y de expresión, y a la actividad de los partidos, fueron más duraderas y más completas que en otros países de América. Sobre la severidad de la represión uruguaya, existía conciencia sobre ella.

La censura

Aun cuando las actividades políticas ya sindicales estaban formalmente prohibidas y a pesar de la violencia imperante, reuniones y actividades de este carácter se realizaban abundantemente en forma clandestina. La limitación del número de asistentes a una reunión cualquiera podía convertir un almuerzo familiar a un acto delictivo y la no vigencia de los derechos y libertades individuales hacían más de las veces estéril la acción de los abogados que pretendían interceder por la suerte de cualquier persona detenida.

Fueron también objeto de censura la mayoría de los artistas uruguayos, entre ellos “Los Olimareños” y el cantor Alfredo Zitarrosa, cuya difusión estaba mucho más allá de su vinculación a la izquierda, y hasta es posible que fuera del agrado musical de quienes lo censuraban por lo que consideraban su deber.

Ya en 1973 las organizaciones subversivas estaban liquidadas militarmente, pero la inercia del aparato represivo y la necesidad del régimen de mantenerse en el poder sin recurrir a la soberanía popular generaron una situación de incertidumbre y de temor en la que todo acto, reunión, publicación o actividad que no estuviese expresamente autorizada estaba prohibida. La clasificación de los ciudadanos en tres categorías “A, B y C” según su punto de vista ideológico con consecuencias graves para la posibilidad de desempaño en cargos públicos o en la obtención o no del pasaporte que significaba la posibilidad de poder irse o no del país, agregaban más incertidumbres al clima que se vivía. La vigilancia continua en las calles y los allanamientos permanentes de locales de todo tipo y de casas de familia constituían un elemento que caracterizó a aquellos años.

Y como era visto por todos, en 1976, cuando se suponía que ese año tendría que se un año de elecciones, estas no existieron y la dictadura continuo su trayectoria.

Primera consulta popular

Fue recién en 1980, a siete años del comienzo del proceso, que el régimen realizó una primara consulta popular. La misma fue motivada por el plebiscito convocado por el gobierno para considerar un proyecto oficial de reforma constitucional que consagraba un régimen de democracia tutelada. La ciudadanía, que concurrió en un 85% de los habilitados para votar, rechazó el proyecto por 885.824 votos (el 57.9%) contra 643.858 votos (el 42.1%). Con motivo de ese acto comicial empezaron a perfilarse en el seno de los partidos políticos tendencias favorables y contrarias a la situación vigente. Ellas sería la base de futuras alianzas.

El paso del tiempo

El régimen militar uruguayo o el proceso cívico-militar, duró 12 años: desde febrero de 1973 hasta marzo del 1985. Durante los primeros siete años, hasta el 1980, el nuevo orden no buscó legitimarse mediante el voto popular. Pero el tiempo transcurría, los resultados prometidos no aprecian y el descontento de amplios sectores iba en aumento. Los militares habían tenido un poder absoluto durante un tiempo largo, sin que hubiese oficialmente vida política. Era difícil encontrar excusas para el hecho de que la situación no evolucionaba sino, más bien, perecía estar empeorando o en franco deterioro.

Los militares y los pocos civiles que fueron admitidos para colaborar con ellos pensaron a elaborar una serie de “pautas” constitucionales y ver si podían obtener una cierta base de anuencia por parte de la población, por lo menos para continuar en el poder. Si la técnica de las encuestas de opinión hubiera estado en aquella época lo desarrollado que esta hoy en día, es posible que esa consulta popular no se hubiese realizado.

Talvez los militares tuvieron en esa oportunidad la primera dimensión del error que había cometido. Sin embargo, ya era tarde. Con este procedente, la dirigencia política y algunos militares partidarios de la apertura empezaron a negociar.

La hora de negociar

Mientras las dirigencias políticas negociaban en una clandestinidad casi tolerada, las jerarquías militares trataban de evitar que se filtrasen informaciones sobre sus debates internos, en los cuales se hablaba de “duros” y “blandos” refiriéndose a los menos propensos y a los más propicios al diálogo con los civiles.

Cuando en 1982 se hicieron las elecciones internas de los partidos, los sectores opositores obtuvieron amplias mayorías frente a los simpatizantes del “proceso”. El voto en blanco, auspiciado por los votantes del Frente Amplio que estaba proscrito, obtuvo más de 80.000 votos. Todo esto significaba la creciente desaprobación de la línea política del gobierno.

A fines de ese año, dos días antes de las elecciones internas, se produjo en medio de una gran conmoción, la ruptura de la “tablita” que fijaba el valor del dólar y se pasó al sistema de libre flotación. Todo ello tuvo como consecuencia que quienes se habían endeudado en dólares vieron aumentar inesperadamente el importe de sus deudas en pesos. Los que habían confiado en las afirmaciones de Gregorio Álvarez se vieron desahuciados y esto provocó el cierre de empresas y la quiebra de muchas de ellas. La credibilidad de la línea económica, que pretendía ser lo más consistente del régimen, se vio gravemente afectado por esta medida que contó con la oposición manifiesta del Presidente de la República y del Ministro de Economía, el contador Valentín Arismendi.

El Parque Hotel

Sin que estuviese pronto todavía el clima para una negociación franca, comienzan el 13 de mayo de 1983 las conversaciones en el Parque Hotel. Las Fuerzas Armadas presentan un documento de 24 puntos que resultaba difícil de admitir como base del acuerdo.

Participaban, solamente, los tres partidos que habían sido habilitados para las elecciones internas: el Partido Colorado, el Partido Nacional y la Unión Cívica. En las semanas que le siguieron, la clausura por 24 semanas del semanario nacionalista “La Democracia” hizo peligrar la continuación de las negociaciones, pero luego de cambiar de delegado, los nacionalistas permanecen. Sin embargo, vista la disparidad de posiciones entre las partes, los delegados políticos proponen interrumpirlas. Pocos días después el gobierno publica en los diarios las actas de lo que se habría conversado en las negociaciones del Parque Hotel.

Los militares insistieron en la necesidad de mantener la proscripción de la coalición de izquierda Frente Amplio, así como la de Wilson Ferreira Aldunate y la del Dr. Jorge Batlle. La proscripción del Frente Amplio era causa a que ellos habían aceptado al Partid Comunista dentro de su seno y tenían, además, cierta simpatía por los tupamaros. La de Wilson era por declaraciones hechas por el en el exterior y por ser uno de los “requeridos” por la justicia militar, y lo que respecta al Dr. Jorge Batlle, este había hecho muchas apariciones públicas criticando al “proceso”. A fines de este año estas proscripciones se fueron disolviendo de apoco.

El 27 de noviembre se realizó un multitudinario acto “Por un Uruguay democrático sin exclusiones” al que convocaron todos los partidos, gremios y demás sectores.

“… hemos venido a afirmar todos juntos y solemnemente nuestro compromiso irrenunciable, tras una década de reagresión y oscurantismo, de restituir a la nación si dignidad, al país su prestigio, a la Constitución si intangibilidad, a los partidos políticos su papel insustituible, a los gobernantes su derecho a elegirlos, a cada ciudadano su condición de elector y elegible, a cada hogar su tranquilidad económica y a cada uruguayo su derecho de ganar el pan con el sudor de su frente… “

(Fragmento de la proclama leía por Alberto Candeau en el acto del 27 de noviembre en el Obelisco)

La negociación definitiva

El 6 de julio de 1984, en el ocal del ES.MA.CO en la Avenida 8 de Octubre se inició la negociación formal. Por las Fuerzas Armadas participaron los comandantes del ejército Hugo Medina, de la Fuerza Aérea, Manuel Buadas y de la Armada, Rodolfo Invidio. Por los partidos políticos participaron los colorados Julio María Sanguinetti, Enrique Tarigo y José Luis Batlle, los frenteamplistas José Pedro Cardozo y Juan Young y los cívicos Juan Vicente Chiarino y Humberto Cigada (los blancos no participaron ya que, ante la vuelta de Wilson de la Argentina, este fue llevado preso y el partido blanco adquirió el lema “Sin Wilson Nada”). El acuerdo quedó consignado ene l Acta Institucional Nº19 en donde se preveían normas transitorias que serían plebiscitadas en 1985 y se en ella ya se confirmaba las elecciones para el 25 de noviembre de ese mismo año.

Las elecciones del 1985

Existieron varias controversias alrededor de quienes iban a ser los candidatos que se iban a postular para estas elecciones. En el partido Colorado, la figura de Sanguinetti había sido fundamental en las ultimas etapas de la dictadura y por ese motivo el era el candidato indicado para encabezar las listas de ese año. En el partido Nacional, a causa de la detención de Wilson, no pudo ser capaz de presentarse como uno de los candidatos, siendo el uno de los favoritos del pueblo especialmente por su actuación en el procesos dictatorial. En su lugar Alberto Sumaran encabezó la lista. En el Frente Amplio, como a la vez también el general Seregni se encontraba preso, no pudo ser parte de las elecciones y en su lugar fue el Dr. Potoggini. Para la Unión Cívica el candidato elegido fue el Dr. Ciarinio.

Finalmente superadas ya todas las polémicas en torno a las candidaturas, llegó el día de la elección.

El partido Colorado obtuvo 777.701 votos, el partido Nacional 660.767 votos, el Frente Amplio 401.104 y la Unión Cívica 46.241 sufragios. El partido Colorado le ganó al partido Nacional por un 8%. El Dr. Julio María Sanguinetti resultó, por tanto triunfador, a iba a asumir su mando presidencial el 1º de marzo de 1985. Estas elecciones estuvieron cargadas de ilusiones, alegría y mucha felicidad. El retorno de la tan esperada democracia por fin tomaba forma y el país volvía encaminarse luego de 11 años de turbulencia.

El golpe de estado y sus heridas

Algunos testimonios de personas que vivieron la dictadura uruguaya, como esta influyo en sus trabajos y en su vida cotidiana.

José Pedro Damiani | EMPRESARIO.

"Soy un poco verticalista y cuando hay una crisis de autoridad general, creo algo había que hacer. Esos años los viví tranquilamente. Pero me enteré que estaba en una lista de posibles secuestrados. Al final de la ficha que encontraron las Fuerzas Conjuntas decía: pájaro difícil. Yo no tenía rutina. Era director de un banco en Buenos Aires. Hice caso a las autoridades y me salvé".

Mario Delgado Aparaín | ESCRITOR

"Era profesor en Solís de Mataojo. Esa madrugada yo hacía dedo desde Minas y por el puente de San Francisco vi pasar bajo la cerrazón una fila de camiones militares. Poco después me invitaron a irme de Secundaria. Fui detenido dos días y me sacó un comandante que era profesor de matemáticas. Siempre se lo agradeceré. En el 75 me fui a Buenos Aires y regresé en el 82"

Fernando Cabrera | MUSICO.

"Estaba cursando primero de bachillerato. En plena ebullición de ese despertar sobrevino el Golpe de Estado. El día de la detención de Seregni me agarró corriendo por las calles debido a la represión. En 1977 comencé a tocar. No se podía hacer ningún recital sin presentar con 15 días de anticipación las letras en triplicado a la Jefatura. Cada encuentro era un acto emotivo, una liturgia, un rito".

Carlos Maggi | ENSAYISTA.

"Fue Ida Vitale que me dio la noticia. Estuve mucho rato callado y solo. Era de noche y sé que no me importó. Paco Espínola había muerto ese día. Se que él hubiera llorado por mi, pero yo no lloré por él ese día. Ni siquiera estoy seguro haber estado triste por lo que pasaba afuera o por mi amigo muerto. Pesadumbre ha de ser la palabra. Ese día se terminó mi juventud".

Orlando Petinatti | HUMORISTA.

"Con 5 años quizás estaba juntando las figuritas del álbum "Vida y color" o escuchando "El libro Gordo de Petete". Tal vez estaba comprando el regalo de mi madre que cumple el 30 de junio. Esa época significaba tener que andar con el pelo bien corto que no roce la camisa, los zapatos lustrados, tener la cédula y volver temprano. Para mí hoy eso es igual, pero también tengo la libertad de pensar y crear"

Ramiro Sendic | DISEÑADOR.

"Recuerdo que mi madre fue perseguida en el trabajo y nos allanaban nuestra casa en Paysandú. Fue muy traumático porque a pesar de mis 7 años sabía lo que le estaba ocurriendo a mi padre. Cuando tenía 14 años, en el 79, nos exiliamos. Mi padre no quería que mi hermano cumpliera la mayoría de edad en dictadura. Era complicado verlo una vez por semana a través de una reja a un metro de distancia".

Álvaro Ahunchain | DRAMATURGO.

"Tenía 11 años. En mi fantasía estuve como tres meses sin escuela. Mucho después fue un tema que me obsesionó como dramaturgo. Se habla de la generación del silencio forzoso y en mi caso es la del silencio ignorante, porque para mí significó un quiebre con la realidad por todo lo que no pudimos ver ni leer. A los que hoy tienen entre 40 y 55 años les quedó como una especie de tara asociada con eso".

Neber Araújo | PERIODISTA.

"Había dejado la crónica parlamentaria, pero iba para recoger información. Recuerdo que el senador Heber nos dio la primera señal: "Me parece que ya no hay nada que hacer", dijo. Mi programa en Canal 12 se quedó sin contenidos y en 1974 renuncié. En radio Sarandí buscábamos rendijas por las cuales colarnos, ironizábamos, utilizábamos cosas del exterior con cierto paralelismo con situaciones internas".

Juan Castillo | SINDICALISTA.

"Tenía 15 años y estudiaba en la UTU de las Piedras. Mi padre, obrero albañil, ya no regresó a mi casa hasta dos semanas después porque se quedó ocupando la obra por la huelga. Tengo el recuerdo imborrable de una familia muy numerosa (soy el mayor de siete hermanos) y de las dificultades económicas que tenía mi madre, que era empleada doméstica para darnos de comer a todos".

Cacho de la Cruz | ANIMADOR.

"En una requisa en mi casa encontraron sólo sketchs del El Show del Mediodía. Me llamaron por un "gag" porque escribí "tapamuros" como si fuera tupamaros. Después por una canción para niños que aludía a los caceroleos. Y una vez con Rada nos llevaron por no tener cédula. Estuvimos hasta las 9. Le dije al coronel: "por favor compre un televisor así me reconoce".

Alfredo Etchegaray | RR.PP. "

Tenía 17 años, estaba en preparatorio de Derecho. Recuerdo esa época como muy gris. Era discjockey, ponía música en fiestas, me dedicaba a hacer tallas en madera y tocaba guitarra, folklore. No participaba en medios de comunicación ni en acontecimientos públicos. Pero, si hoy estuviera viviendo en la dictadura estaría en problemas porque trabajo por ideales y lucho por causas que me parecen justas".

Julia Moller | EX MISS URUGUAY.

"Estaba conduciendo Miss Uruguay por TV. En el 78 hice algo en Canal 5, pero me echaron porque no tenía certificado de fe democrática. Los militares tenían un expediente que decía que yo había estado en países socialistas, lo cual no era cierto. Mi abuela había sido senadora comunista y yo simpatizaba con el Frente, nada más. No soportaría otra dictadura, creo que me iría del país".

La CIA y las dictaduras Latinoamericanas

La CIA es una organización estadounidense que se encarga de dar apoyo logístico a aquellos países los cuales a ellos les conviene tener como aliados. Esta organización estudia a los países en sus aspectos políticos, económicos, sociales, etc. Se cree, y esta casi probado en su totalidad, que la CIA entro a escondidas a las fuerzas armadas de los países latinoamericanos y luego esas fuerzas fueron las causantes de los golpes de estado. El papel que jugo la CIA en las dictaduras fue fundamental. Además, el uno de los responsables de la dictadura pero también, cuando estas terminan de ser útiles para sus fines, se encargan de hacerlas desaparecer. Pero todas estas actuaciones de la CIA no figuraban en ningún lado ya que sus operaciones eran ultra secretas. Casos de estos fue la dictadura de Panamá, República Dominicana, Chile y el mismo Uruguay. Se dice que en el gobierno de facto, la CIA indujo a las Fuerzas Armadas para que siguieran con la dictadura y mismo ellos le proporcionaban información para que el operativo siguiera en pie.

Todos esto fue un círculo de intereses creados, para el beneficio de una persona propia, en ese caso un país; pero lo que no se tuvo en cuenta eran las consecuencias que esos actos podían causar en otros países. Talvez si se tuvieron en cuenta o por o menos noción pero no fueron de importancia. Se iba a hacer todo lo posible para que el objetivo fuera logrado a la perfección.

BIBLIOGRAFIA

  • Historia del Uruguay en Imágenes - El País

  • “ Estado de Guerra” - Alfonso Lessa

  • Historia del mundo actual - Santillana

  • Documento de la Historia - tomo 1 y 2 - El País

  • www.elpais.com.uy

  • Aportes de información del Sr. Ramón Lorenzo.





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Enviado por:Maria Ines
Idioma: castellano
País: Uruguay

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