Historia
Etnias chilenas
Puntos a Tratar
I Mapa de las culturas prehispánicas en Chile
II 5 Características relevantes de cada Pueblo
III Diferencias entre Picunches, Mapuches (Araucanos) y Huilliches
IV Papel de la Mujer en la cultura Araucana
V Poligamia en la sociedad Mapuche
VI Diferencia entre Guillatún y Machitún
VII Instrumentos de música y guerra, además de la vestimenta
VIII Culto a los Muertos
II
Atacameños
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Sus principales actividades son la ganadería y la agricultura, y en menor grado la artesanía de lana de llama y oveja
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Utilizaron el regadío artificial y las terrazas de cultivo
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Sus cultivos eran el maíz, la quinoa, el zapallo, las calabazas, el poroto y el ají
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Criaban alpacas y llamas
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Su idioma era el “Kunza”
Changos
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Su principal actividad era la pesca
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Eran Nómades
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Habitaron la costa del norte, desde Arica al río Choapa
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Algunas veces intercambiaban sus peces por maíz
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Su centro de concentración fue Iquique
Diaguitas
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Ocupaban los valles comprendidos entre los ríos Copiapó y Choapa
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Se dedicaban a la ganadería y la agricultura
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Su idioma fue el “Kakán”
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Fueron los de Mayor perfección en el trabajo de la cerámica
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Su metalurgia se manifestó en armas, herramientas y adornos corporales de oro, plata y cobre
Mapuches
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Se ubicaron entre el Itata y el Toltén (Después de la llegada de los españoles al norte del Bío - Bío)
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Primero Fueron cazadores nómades y después trabajaron la tierra
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La familia Mapuche se constituía por un hombre, una o más esposas, sus hijos y los familiares más directos
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Existía la poligamia, pero solo la practicaban los individuos más ricos
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Tenían ceremonias como el Guillatún y el Machitún
Huilliches
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Poblaron la depresión intermedian desde el río toltén hasta el seno de Reloncavi
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Tenían un idioma llamado “Ste Sun - Gun”, que era similar al de los mapuches
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Se organizaban en levo o tribus, sin tener un jefe central
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Su alimento principal era el maíz y el poroto, animales y pescados
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Su religión presenta muchas manifestaciones, cuentos y leyendas
Pehuenches
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Eran especialmente recolectores de piñones
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Eran cazadores de gran destreza con las boleadoras
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Llegaron a domesticar al caballo
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Su vestimenta podía ser hecha del cuero de los animales y adornada con pluma de ñandú u otras aves
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Sus creencias religiosas se basan en la herencia de la tierra, por lo tanto la cuidan y protegen
Picunches
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Se ubicaron entre el río Choapa, por el norte y el Itata por el sur
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Fueron un pueblo agricultor, actividad que les daba papas, calabaza, maíz, porotos y ají
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Creían en la vida después de la muerte
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El jefe que lideraba a los demás en solo en casos de emergencia se llamaba “Cacique”
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Se instalaban en pequeñas aldeas de aproximadamente 300 personas
Alacalufes
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Habitaban las islas del sur de Chile
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Fueron nómades, vivieron de la pesca y además eran hábiles cazadores
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Navegaban en las aguas de sur en canoas
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Se vestían con mantas hechas de pieles y se adornaban con huesos de animales
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El hombre construía la embarcación de troncos y la mujer le correspondía manejarla
Chonos
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Habitaban desde el sur de la isla de Chiloé hasta la península de Taitao
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Los hombres eran pescadores y cazadores de lobos marinos
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Las mujeres recolectaban mariscos y algas
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Dependiendo del estado del tiempo instalaban carpas de cuero de lobo marino
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Tenían grandes conocimientos marítimos
Yaganes
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Navegaban entre el estrecho de Magallanes y el cabo de Hornos
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Construían sus embarcaciones con la corteza del árbol, principalmente del roble
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Hacían una fogata en medio de sus viviendas
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El jefe siempre era el padre de familia
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Creían en la existencia de un ser supremo invisible y en una vida extraterrenal
Tehuelches
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Habitaban en la Patagonia, al norte del estrecho de Magallanes
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Es un pueblo nómade terrestre, que no desarrolló la navegación
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Envolvían sus pies con pieles de Guanaco
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En su mundo actuaban espíritus buenos y espíritus malos
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Sepultaban a los difuntos con sus pertenencias, en tumbas excavadas en el suelo o cuevas que cubrían con piedras
Onas
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Habitaban en tierra del fuego
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No navegaban en canoas ni ninguna embarcación
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Los niños eran cargados a las espaldas de sus padres en cunas de palos con piel de Guanaco
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Pescaban con redes y usaban el arco, la flecha con punta de piedra y la Onda
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Su vestuario consistía en una capa de piel de Guanaco con el pelo hacia afuera
III
Picunches | Mapuches | Huilliches | |
Ubicación | Entre el río Choapa (Norte) y el Itata (Sur) | Entre el río Itata y el Toltén | Depresión intermedia desde el río Toltén hasta el seno de Reloncaví |
Creencias | Vida después de la muerte | Culto a los antepasados - Vida después de la muerte | Su religión presenta muchas manifestaciones, cuentos y leyendas |
Actividades | 1) Agricultores 2) Criar animales (llama y guanaco) | 1) Cazadores nómades 2) Agricultores | Agricultura |
Vestimenta | Lanas de guanaco y llamas | Lana de guanaco un color y sin adornos de figuras | |
Organización (Familiar o Grupal) | Los hombres mandaban, pero el cacique era el jefe de guerra | Un hombre y una o más esposas - Organización en Lov | Se organizaban en levo o tribus, sin tener un jefe central |
Alimentación | Papa, calabaza, porotos y ají | Maíz, frutos silvestres, carne de guanaco | poroto, animales y pescados |
IV
La mujer, lejos de ser una carga para el hogar, constituía la principal fuente de producción. Todas trabajaban: unas cultivaban el campo el campo, otras tejían mantas, frazadas y paños; algunas eran alfareras o diestras en la preparación de los cueros y de las pieles.
Los móviles de la poligamia araucana eran, pues, vitales y económicos, y diferían fundamentalmente de la mahometana de la decadencia
Entre los araucanos, el parentesco se establecía por la filiación materna; cada madre y su descendencia formaban un grupo totémico independiente de los constituidos por las descendencias de las otras mujeres del mismo marido, a menos que ellas pertenecieran al mismo totém.
La primera mujer, la unendomo, era la verdadera dueña del hogar y su hijo mayor era el primogénito. Las mujeres que el marido capturaba al enemigo, se añadían a la familia como simples concubinas. El adulterio de la mujer no era frecuente.
La mujer araucana era considerada impura dentro del parto a pesar de ser muy fecunda, se calculaba como termino medio cuatro hijos por mujer casada. Cada mujer vivía con sus hijos, cocinaba aparte para ellos y también para el marido.
La enseñanza de las niñas corría a cargo de las mujeres de edad madura. Comprendía los quehaceres de la casa, el arte de tejer ponchos y paños, la alfarería, la fabricación de chichas, etc. Ellas mismas les enseñaban la parte del misterio totémico y de las tradiciones familiares que era lícito comunicar a las mujeres. La mujer araucana era excepcionalmente vigorosa.
V
El hombre podía casarse con el numero de mujeres que sus recursos le permitían. Los ulmenes o ricos reunían cinco, seis y más, los indios pobres se contentaban con dos o tres mujeres y es probable que muchos tuvieran una.
El fondo sicólogo de la poligamia araucana era la necesidad vital de engendrar muchos hijos, propia de los pueblos durante el periodo ascendente de la evolución social.
VI
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El “Guillatún” se celebra para invocar las divinidades que regulan los ciclos de las lluvias y de las cosechas, con una gran concurrencia de indígenas, incluyendo bailes rituales.
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El “Machitún” posee una función mágico terapéutico y a través de él se pretende alejar a los espíritus malignos que provocan las enfermedades. Gracias a la acción de Chamanes, la mayoría de las veces mujeres que recieben el nombre de “machis”.
VII
a)
Las armas principales a la llegada de los españoles eran la flecha del colihue, la honda, la lanza o pica de quila de cuatro o cinco metros de largo y la macana. La macana, arma tan terrible que según un cronista podía derribar a un caballo, era un palo duro de temo o de luna, de tres metros de largo y del grueso de la muñeca, con una punta arqueada a manera de cachiporra. En la persecución de los fugitivos usaban las boleadoras para agarrarlos de las piernas y derribarlos.
Las armas ofensivas, que tanto perfeccionaron los mapuches en el curso de la guerra de Arauco, se reducían en un comienzo a las pecheras y a los cascos. Las pecheras eran una especie de coseletes de cuero de lobos marinos endurecidos, en los cuales pintaban sus cugas a manera de insignias. Los cascos eran de cueros duros, forrados o acolchados por dentro.
VIII
El mapuche creía que la vida se prolongaba más allá de la muerte; que se prolongaba en un doble exacto del cuerpo, en algo equivalente a la sombra que veía dibujarse en el agua o en el suelo y que era imposible de aprehender. Para atender a necesidades, se enterraban con los muertos los objetos que les servían en su vida: alimentos, utensilios, caballos, etc.
Los dobles o espíritus conservaban la forma del cuerpo y los caracteres que tuvieron en vida. La vida familiar y social se reanudaba en el más allá: el cacique seguía rigiendo los dobles o almas de los que gobernó en vida; y los mismos sentimientos, pasiones y diferencias de edad, sexo y condición social, continuaban en el mundo de las sombras exactamente como existieron en el mundo de los vivos. Con la muerte se desprendía el cadáver, y pasaba por dos fases distintas: las del am y pulli. El am es el espíritu de los recién muertos, que aún no se ha alejado de los lugares y personas que frecuentaba en vida.
El am y el pulli eran, pues, dos fases sucesivas por las cuales pasaba después de la muerte el espíritu o doble que había nacido con el individuo. El ahué era, por el contrario, un espíritu distinto, algo así como un segundo doble transitorio, que nacía del cadáver con la muerte y que permanecía junto a él con su misma forma corporal, pero más tenue. La primitiva creencia del ahué, se refundió posteriormente en el pueblo chileno, en la superstición popular de las ánimas. Puede servir de intermediario con el am, pero no se confunde con él.
El espíritu de los antepasados, después de convertirlo en pulli, continúa velando por los suyos. El araucano lo encarnaba en el Pillán, entidad que no corresponde a la de un Dios o de un demonio, sino a la del progenitor. No tenían un Pillán para todos; cada clan y cada tribu tenía el suyo, su propio progenitor, masculino o femenino, según el espíritu patriarcal o matriarcal que predominaba en ellos. De aquí las expresiones: “Tú nos has engendrado” y “Tú nos has parido”, que figuran en sus súplicas.
El culto de los antepasados es el núcleo central de la religión araucana. De ellos proviene todo el bien que se puede recibir: las buenas cosechas, la abundante reproducción del ganado, la salud, la vida de los hijos, la paz, etc. De ellos proviene, también, todo mal: las plagas de gusanos o de langostas, las sequías y las inundaciones que arruinan las cosechas, las epidemias que diezman el ganado o que matan a los nombres.
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Enviado por: | Snowdarth |
Idioma: | castellano |
País: | Chile |