Economía y Empresa


Estado de bienestar


EL ESTADO DE BIENESTAR

El necesario cambio de política económica, fue sustentado teóricamente por el economista británico Keynes.

En su análisis se planteo de partida dilucidad el problema de la determinación de los niveles de renta nacional y de empleo en la economía y las causas de las fluctuaciones económicas.

Al reconocer que el mercado no garantizaba por si solo el equilibrio, keynes confirió un novedoso y activo papel a la política económica, lo q permitiría al Estado corregir los desequilibrios y compensar las insuficiencias del gasto privado.

Al finalizar la 2º Guerra Mundial, se inició un proceso de enorme acumulación de capitales que proporciono crecimiento económico y prosperidad durante un largo periodo.

En esta posguerra mundial se conformó una situación internacional caracterizada por la división del mundo en bloques económicos, políticos y militares que se repartieron su influencia sobre las naciones menos desarrolladas.

Tras la guerra EE.UU fue la mejor amparada, ya que disfrutaba de un enorme dominio comercial y de la capacidad para financiar la reconstrucción de las economías aliadas lo que la convirtió en la gran potencia de la economía mundial, que arrastraba tras de si al conjunto de economías occidentales.

A lo largo de los años 50 y 60, se consolida este Estado de cosa y se permite alcanzar una situación social y económica que se ha conocido como “El Estado de Bienestar”.

La expansión del Estado del Bienestar ha sido uno de los rasgos mas destacados en la evolución del mundo capitalista durante el siglo XX, pero desde la llegada de la crisis de los años 70, esta expansión se empezó a cuestionar, por el resurgimiento del monetarismo y el comienzo de la política neo-liberal.

A principios de los años 80 los sectores neo-liberales y conservadores lograron apropiarse del discurso de la libertad y la elección, intentando caracterizar el Estado del Bienestar, como sinónimo de estatismo, burocratización, conformismo e inestabilidad frente a los deseos y necesidades de los ciudadanos.

En la segunda mitad de la década, se tendió a presentar la caída del muro de Berlín, el fracaso del socialismo real y de los sistemas de planificación centralizada, como el fracaso de cualquier intervención estatal en la economía; como la política que no considera al mercado como el mecanismo mas adecuado de regulación económico y social.

En los primeros años de los 90, el espectro de la crisis del bienestar y la “euro-esclerosis” han vuelto a plantear discusiones, a los que se han unido organismos económicos internacionales, como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM).

La discusión que han mantenido los economistas en los últimos 20 años sobre el papel del sector publico en las economías, no ha llegado a la conclusión de que el estado deba disminuir su papel, y los numerosos fallos del mercado siguen; como son: externalidades, los bienes públicos, la ausencia de información perfecta... pero lo que se ha logrado es que no solo fallan los mercados, sino que también falla el mercado.

El Estado del Bienestar debe reformarse en profundidad pero no suprimirse. El papel optimo del sector publico en una economía no es estático sino cambiante, y es obvio que el entorno social y la tecnología de la época en que comenzó el desarrollo del estado del Bienestar han cambiado de forma sustancial.

El Estado de Bienestar de Beveridge, se insertaba en economías mucho menos abiertas que las de hoy, se basaba en familias estables. La sociedades occidentales son hoy día muy diferentes en muchos sentidos, como, en la estructuras familiares, en el mercado de trabajo...

Relacionando el mercado de trabajo con el Estado de Bienestar, diremos que la situación del mercado de trabajo, se aleja cada vez mas de la prevaleciente, en los años 50 y 60, en plena expansión del Estado de Bienestar, el impacto de las nuevas tecnologías por un lado y la nueva división por otro.

Como consecuencia de la irrupción en el escenario internacional de los países del sudeste asiático y mas recientemente, de los países en desarrollo, ha hecho auténticos estragos en los mercados de trabajo de los países industrializados, aunque con manifestaciones distintas. En EE.UU y el Reino Unido, que cuentan los mercados de trabajo mas flexibles, se ha producido un estancamiento de los salarios reales de los trabajadores menos cualificados. Por el contrario en Europa continental los salarios de los trabajadores en activo han continuado aumentando en los últimos quince y veinte años, pero se ha producido un fuerte aumento del paro, esto quiere decir que la evolución del mercado de trabajo de los países desarrollados desde los 70, ha provocado un aumento masivo de la pobreza en unos países y un aumento alarmante en otros.

Los efectos de esta evolución, sobre la distribución de la renta han sido igualmente radicales, lo cual no es extraño porque el mantenimiento de los niveles de empleo en las posteriores décadas a la 2º Guerra Mundial, fue junto con le crecimiento a la productividad, un factor básico de redistribución e igualdad en la sociedades occidentales.

Se intenta justificar el aumento de la desigualdad, que conduce el sistema de libre mercado, argumentando que es el precio que hay que pagar por el aumento general del nivel de vida.

Las implicaciones del Estado de Bienestar, por un lado son las nuevas formas de contratación, mas flexibles y por otro lado, además de proteger a las personas (enfermedad, maternidad, vejez...) habría que asegurar una renta determinada para quitar las deficiencias de los actuales sistemas de protección social.

El Estado de Bienestar está atravesando una crisis porque durante la pasada recesión, el crecimiento de los gastos sociales han presionado sobre el gasto publico en las mayorías de los países occidentales.

Este dinamismo volvió a avivar los temores de que las economías no serían capaces de sostener la carga financiera, aunque la evolución media esconde comportamientos muy diversos, mientras que en países como España y Francia aumentaron, en Alemania o Reino Unido disminuyeron.

Cada país puede decidir pondría para financiar los gastos asociados al Estado de Bienestar y fijarse como objetivo la reducción de la presión fiscal.

¿Cuál será el futuro del Estado del bienestar?

En los años 30, el presidente F.D.Roosevelt encargó la realización de un amplio estudio sobre las tecnologías futuras, cuando fue publicado causó gran impresión, pero tenía un problema no había sido capaz de predecir la invención de la televisión, el plástico... Por eso sería inútil diseñar, ni siquiera en grandes líneas, lo que constituirá el Estado de Bienestar a largo plazo.

El nuevo marco internacional en que deben operar los Estados de Bienestar de los años 90, impone restricciones muy diferentes a las de los años 50 y 60.

Habría que plantearse hacia que tipo de Estado de Bienestar nos gustaría encaminarnos, hacia un modelo de Estado de Bienestar destinado a proporcionar una red de desigualdad a las personas, inspirados en Hayeck y Friedman, donde los beneficios se conciben como un modo de beneficencia de la sociedad para los mas desfavorecidos, o aspiramos hacia un modelo de bienestar social inspirado en las ideas de pensadores como Rawls y Keynes, que la conciben como una institución primordial en la articulación de una sociedad; para garantizar la igualdad de oportunidades y que proporciones beneficios a modo de derecho con carácter universal.

En el principio de la universalidad, los sistemas protectores solo pueden funcionar desde el punto de vista de la cohesión social y de su equilibrio financiero, si se mantiene un principio de solidaridad y participación de todos los ciudadanos.

BIBLIOGRAFÍA

“Economía política” Juan Torres López.

“Desigualdad y crisis económica. El reparto de la tarta” Juan Torres López.

“Comentario del Estado de Bienestar” J.Borrel.




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Idioma: castellano
País: España

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