Historia


España a comienzos del siglo XX: Regeneración y Reforma


REGENERACIÓN Y REFORMA: España a comienzos del siglo XX

En contraposición con épocas anteriores el espacio de tiempo comprendido entre 1898 y 1924 es un periodo en el que, a pesar de estar caracterizado por el pesimismo de una nación enferma ocurrieron cosas muy importantes que “acercaron España a Europa" y que propiciaron la inicio de la modernidad.

España es un país en busca de estabilidad tras la inseguridad política de décadas precedentes, especialmente el breve reinado de Amadeo de Saboya y la República, lo que propició con la ayuda de Canovas del Castillo, el restablecimiento de la monarquía borbónica con el reinado de Alfonso XII. En su reinado se favoreció cierta estabilidad en el Gobierno, lo que desembocó en la alternancia política entre liberales y conservadores, el caciquismo y en procedimientos oscuros en las elecciones.

En 1898, España contaba con 18 millones de ciudadanos, de los cuales aproximadamente el 60% eran analfabetos, que se convertirían en 1914 en 20 millones, y el 70% vivía en ciudades de menos de 5000 habitantes.. Un tercio del P.I.B. provenía de la agricultura y dos tercios de la población obtenían sus rentas del campo.

Alfonso reorganizó el ejército e intentó reprimir los alzamientos populares en las colonias, y lo consigue momentáneamente. Pero el hundimiento del acorazado “Maine” en La Habana provocó un conflicto militar que terminó con la cesión de Cuba, Filipinas y Puerto Rico en el Tratado de París.

Esto fue “la estocada final” para un país agrario, sin iniciativa empresarial, arruinado e industrialmente rezagado respecto al resto de las potencias pese al desarrollo de las zonas con más recursos naturales (Cataluña, Asturias y País Vasco) en el último cuarto de siglo y lo hundió en una grave Crisis.

El nacimiento de los intelectuales

La pérdida del imperio colonial español acabó con la idea de la España como una gran potencia mundial e hizo evidente que era una nación poco modernizada. EL Desastre provocó en España una ola de indignación y protesta que se manifestó en literatura a través de gran cantidad de escritores e intelectuales progresistas en general, que dieron lugar a la “Literatura del Desastre”. Sus características son la búsqueda del diagnóstico sobre los males que habían conducido al Desastre y sus correspondientes remedios, expresadas desde una fuerte conciencia española, de manera crítica y algo nostálgica. Estos intelectuales está divididos en cuatro importantes grupos:

Los hombres de la Institución Libre de Enseñanza, creada en 1876 como respuesta de un grupo de profesores expulsados de la docencia universitaria, reúne a las principales personalidades del mundo intelectual de la época (Giner de los Ríos, Azcárate, Cossío, Salmerón y Labra entre otros). Los profesores se centran entonces en la educación primaria y secundaria, sobreponiendo la libertad a la autoridad , optando por la enseñanza activa, aspirando a la modernización de las estructuras educativas del país como medio de transformación social. Fomentan la relación con la naturaleza, a través de excursiones y colonias veraniegas, introducen materias como la educación física, los trabajos manuales y la estética en un intento de formar íntegramente a los alumnos.

La Generación del 98: Tras la pérdida de las colonias de América en 1898, año del que recibe el nombre la Generación, sus miembros reaccionan de manera similar: Se rebelan y protestan ante el atraso de nuestro país, proponiendo soluciones para la reconstrucción de la agricultura, la educación, la cultura y la economía del país; plantean la integración de España en Europa y exaltan valores nacionales. Buscan en la Historia la esencia de España, los valores de la patria y la raíz de los problemas presentes, y ven en el paisaje castellano el reflejo del alma y la esencia que buscan, describiendo minuciosamente la pobreza de sus pueblos, la sencillez de sus gentes y lo extremado de su clima, es decir esperan captar, a través de este paisaje, el alma de España. Pertenecen a esta “Azorín”, Pío Baroja, Valle-Inclán, Antonio Machado, Miguel de Unamuno y Maeztu.

La Generación de 1914 o Novecentismo engloba a los autores que, aunque se alejan de los enfoques dramáticos del 98 hacia enfoques más exactos y serenos del “problema de España”. Son también europeístas y hacen una crítica mas rigurosa al caciquismo, al militarismo y a la oligarquía española. El autor principal es Ortega y Gasset, aunque también destacan Eugenio d'Ors, Gregorio Marañón, Azaña, Pérez de Ayala, Salvador de Madariaga y Américo Castro, algunos de los cuales fueron notables políticos.

Los regeneracionistas, liderados por Joaquín Costa, que planteaban como solución a la situación reformar España bajo el poder de “Un cirujano de hierro que acabe con los males de España”: reformando la educación, potenciando la investigación científica, realizando obras públicas, mejorando la legislación social, y expulsando a los gobernantes anteriores; en definitiva abogan por la europeización del país.

Cambios económicos y fuerzas sociales:

Durante principios del siglo XX España se fue modernizando económicamente, gracias a unos ambiciosos empresarios conocidos como “capitanes de empresa”, la política proteccionista y a los capitales repatriados, lo que, junto a la situación internacional, desembocó en un auge de las fuerzas sociales.

El desarrollo industrial se extendió principalmente por el norte de España, progresando en principio la minería, la siderurgia, la construcción naval y las compañías eléctricas. El crecimiento se incrementó con la I Guerra Mundial. Los empresarios más importantes en los dos primeros sectores fueron Chavarri e Ybarra dueños de “La Vizcaya”, se convirtió en el más importante trust a nivel nacional al unirse con “Altos hornos de Vizcaya” y “Fábricas de Hierro y Acero”. Se creó la Central Siderúrgica de Ventas convirtiendo el sector siderúrgico en un cártel. De la Sota funda la importante naviera Euskalduna y “La Canadiense”, gran empresa eléctrica de capital canadiense se implanta en España, compitiendo con Unión Eléctrica e Hidroeléctrica española (perteneciente a Ybarra).

Paralelamente a la aparición de grandes empresas, los capitales debían ser invertidos en otros sectores, por lo que surgen “El Banco Hispano Americano” (1901), “El Urquijo” facilitando el comercio entre Hispanoamérica y la Península, “El Banco Vizcaya”, “El Banco Español de Crédito” (1902), “El Banco Herrero” y “El Banco del Comercio”. También se desarrolló, por la filoxera en Francia, el sector vitivinícola (Codorniú, Mahou, el Águila, Cruz del Campo, etc…) y el alimentario (cereales y conservas).

Los propietarios, empresarios y patronos se organizaron para defender sus intereses y los trabajadores hicieron lo propio. Las sociedades de oficios perdieron importancia en beneficio de las nuevas organizaciones sindicales (la Unión General de Trabajadores, socialista y la Confederación Nacional del Trabajo, anarquista), que reclamaron derechos laborales de sus afiliados. Estas organizaciones realizaron importantes movilizaciones que fueron brutalmente reprimidas, a lo que se incrementaron los atentados terroristas (bomba en el Liceo, en la boda de Alfonso XIII o el Caso) de carácter generalmente anarquistas.

Las condiciones de vida de los obreros, hacinados en las ciudades, sometidos a una legislación laboral que los priva de todo derecho, sólo les quedaba el camino ilegal de la huelga para evitar su situación. Pero en éste periodo las movilizaciones no son sólo brotes de violencia, sino movimientos organizados y respaldados por los sindicatos y los partidos de izquierda. Estas huelgas, entre las que destacó la “Semana Trágica” de Barcelona (por motivos político militares derivados de la Guerra de Marruecos) obtuvieron sus resultados: la celebración del Primero de Mayo, la educación elemental obligatoria, la “ley de protección del trabajo para mujeres y niños”y la “ley del descanso dominical”.

Los conservadores, Maura y “la Revolución desde arriba”:

El periodo que comprende el final del siglo XIX se caracteriza políticamente por el turnismo entre los dos partidos mayoritarios: el Conservador y el Liberal, favorecido por el rey y por el sistema electoral, y que consistía en acuerdos para repartiese el poder. Pero en 1885 ambos partidos, a iniciativa de Martínez Campos, deciden unirse para defender a la monarquía, tras la muerte de Alfonso XII, durante la regencia de Maria Cristina, de una posible rebelión republicana o carlista. Sagasta y Cánovas lo acordaron en el Pacto de “El Pardo”, que provocó una escisión en el Partido Conservador, encabezada por Romero Robledo. Los temores de los firmantes del pacto se cumplieron y los republicanos intentaron alzarse liderados por el General Villacampa, pero fracasaron.

A principios del s. XX los paridos alternantes están ya muy “desgastados” debido al desprestigio del sistema electoral, del turnismo, de las disputas internas en el Partido Liberal tras el asesinato por parte de un anarquista de Canovas y de la incapacidad de ambos partidos para resolver la situación española y surgió un movimiento regeneracionista. Este movimiento en ambos partidos evitó el enfrentamiento entre ellos.

Maura y su Política:

En 1903 se celebraron elecciones generales, en las que sale elegido el partido Conservador. El Ministro de Gobernación, Antonio Maura, expresó su objetivo de “desmantelar el caciquismo electoral”. Su intención se hizo latente al evitar cualquier tipo de intervención estatal en las elecciones. Debido a discrepancias con Villaverde, Silbela dimite y es sustituido por éste, pero es Maura quien se convirtió en el nuevo jefe de los conservadores. En 1903, Alfonso XIII le encargó formar gobierno. y se convirtió en un hombre de su confianza. Para mejorar la imagen del rey organizó un viaje a Barcelona, zona donde había un fuerte arraigo anarquista y republicano, donde sufrió un atentado. La relación entre ambos acabó con la intrusión del Rey en los asuntos de gobierno y con su dimisión.

Volvió al gobierno en 1907 y, consciente del peligro de los movimientos de carácter izquierdista decidió realizar la “revolución desde arriba” y evitar alzamientos populares, dignificando la vida política y intentando acercarse a Europa. Tomó medidas como la modernización de la Marina, la reforma de la administración local (dio más poder a los municipios), la descentralización que formulaba un gobierno laico, la ley electoral y la ley de huelga. de saneamiento y moralización de la vida política, de descuaje del caciquismo para incitar la ciudadanía.

En 1909 las cavilas rebeldes del Rif atacan a las tropas españolas, y Maura manda movilizar a los reservistas. Los partidos de izquierda se opusieron y hubo prohibiciones de mítines, pero la huelga se extendió de todas maneras por la provincia. El alzamiento fue aplastado y se tomaron medidas represoras, que fueron duramente criticadas y acabó con su dimisión.

El partido liberal renovado: José Canalejas y su política:

Tras la dimisión del gabinete de gobierno de Moret, Alfonso XII encarga a J. Canalejas la formación de uno nuevo. A pesar de su llegada al poder mediante la ayuda del rey y de los acuerdos con la derecha, el rey el renueva en el cargo tres veces más después de tres crisis.

El programa de Canalejas se basa en una serie de reformas: La llamada “ley del candado” (ley de asociaciones), que provoca una fuerte oposición entre los católicos y el clero; la supresión del impuesto de consumos (1911), el servicio militar obligatorio y las mancomunidades (agrupaciones de provincias o municipios). También dicta algunas medidas de regulación del trabajo, como la reglamentación de las labores en las minas o la prohibición del trabajo nocturno para las mujeres (1912). Pero estas medidas fracasaron por diversas limitaciones, por lo que no consiguió convencer ni a socialistas ni republicanos.

Su gobierno debió enfrentarse a la huelga de los ferroviarios de 1912, la huelga de Bilbao la guerra de Marruecos. Es un político que intenta reformar el Partido Liberal, es un regeneracionista. Su carrera se vio truncada por su asesinato por parte del suicida Manuel Pardiñas.

La política de masas: el crecimiento de nuevas fuerzas políticas:

Además de los dos partidos hegemónicos en la política española surgieron en esa época otros partidos de izquierda: Nacionalistas, Anarquistas, Regionalistas, Socialistas, Republicanos, Carlistas, etc… ya que los gobiernos q ocuparon el poder no supieron resolver la problemática social que cobró cada vez más importancia según España se modernizó. El desarrollo de estos partidos fue paralelo y en algunos casos hubo diferencias bastante someras entre ellos.

En nuestro país el anarquismo tuvo gran agarre, especialmente en el campo, y muchos obreros y campesinos optaron por esta ideología, actuando violentamente contra el sistema y afiliándose a CNT.

Pero hubo un grupo de socialistas orientados hacia el socialismo europeo y que optaron por el planteamiento marxista. Éstos, Pablo Iglesias, Francisco Mora y José Mesa principalmente, fueron el origen de la UGT y del Partido Socialista Obrero Español (1979). El socialismo no tuvo tanta aceptación como el anarquismo puesto que el país no estaba tan industrializado.

En Cataluña surgieron, unidos a los nacionalistas ideologías republicanas (conservadores, progresistas, socialistas...). Pero el líder republicano indiscutible es Alejandro Lerroux, un populista escritor que arremetía contra curas, militares, jueces, reyes y políticos tachándolos de parásitos y embaucadores pero que no analizaba las causas de las desigualdades y las injusticias. Su partido alcanzó bastante notoriedad a en las primeras décadas del siglo XX y aprovecho sus acuerdos con la Lliga Catalanista para impulsar la huelga general de 1917. Su poder se vio debilitado por las diferencias internas (centralistas como Melquíades Álvarez, federalistas como Pi Maragal, pro anarquista. como Blasco Ibáñez ...).

También surgieron partidos nacionalistas católicos extremos como el PNV, bastante conservadores que otros partidos independentistas. Los principios principales, planteados por su líder Sabino Arana, son el rechazo liberalismo, estado, la idea de una raza vasca “superior” con una lengua propia, el integrismo católico y la aspiración de un estado independiente. En 1903, tras la muerte de Arana, el partido se moderó aceptando un autogobierno dependiente del estado español.

BIBLIOGRAFÍA:

- Crónica de España. Editorial Plaza & Janes.

- Apuntes de la visita.

- Internet.

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Enviado por:Ulises García
Idioma: castellano
País: España

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