Emiliano Zapata nació en 1877 en Anenecuilco, Morelos, hijo de campesinos “siempre se distinguió por la defensa que hizo de sus compañeros ante los amos de la hacienda” (Robles, 1997, p. 14). Encabezo el movimiento revolucionario en el estado de Morelos, y el 25 de noviembre de 1911 da a conocer el Plan de Ayala, que tiene entre sus principales puntos:
Considerar inepto para el cargo de Presidente de la Republica a Madero, por no haber cumplido con las promesas que le hizo a la Nación en el Plan de San Luis Potosí.
Pedir el restablecimiento de las tierras, aguas y montes que se habían usurpado durante el Porfiriato, las cuales pasarían al poder de la nación.
Para aplicar los procedimientos respecto a los bienes antes mencionados, se aplicarían las leyes de desamortización y nacionalización.
Durante el régimen huertista, Zapata modifico este plan, el 30 de mayo de 1913, con dos propósitos: “desconocer a Victoriano Huerta y a Pascual Orozco y asumir el mando militar; y restablecer las tierras.” (Ulloa, 1994, p. 1120).
El 20 de octubre de ese año, lanza un manifiesto en el que ratifica el Plan de Ayala y explica los propósitos que perseguía…”garantizar con nuestra propia cabeza el advenimiento de una era de paz que tenga por base la justicia y como consecuencia la libertad económica” (Robles, 1997. p. 29-30).
Desde que Huerta disolvió la Casa del Obrero Mundial en mayo de 1914, varios de sus integrantes se unieron a Zapata, los cuales apretaron su cohesión con una ideología rigurosa y militante y le proporcionaron el lema: “Tierra y libertad” (Ulloa, 1994. p. 1120).
La Ley agraria del 26 de octubre de 1915 define las reivindicaciones agrarias como la razón intima y la finalidad suprema de la revolución, y señala como su objetivo especifico: “la reglamentación de los principios del Plan de Ayala para su inmediata aplicación”. (Córdova, 1974, p. 166).
Zapata, que siempre había hablado del “amor a la tierra” y de la necesidad de no dejar las armas hasta que se repartieran los terrenos dijo: “Lo relativo a la reforma agraria está resuelto de manera definitiva, pues los diferentes pueblos… han entrado en posesión de terrenos” (Falcón, Meyer & Vázquez, 1998)
La reforma agraria disipo los sueños de las autonomías locales, dando la tierra a los campesinos; pero el programa llego tarde y es muy probable que en manos de los campesinos no habría tenido nunca posibilidades de hacerse una realidad, dice Córdova (1974 p. 173).
En el contexto internacional, el periodista norteamericano William Gates, declaro que “la revolución mexicana -iniciada realmente por Zapata en 1909, antes de Madero- no terminara nunca hasta que los campesinos de las montañas de Morelos obtengan lo que les corresponde” (Womack, 1985, p. 315).
El 10 de abril zapata fue asesinado. Le dieron muerte en una emboscada, la cual, “en buena medida, fue ideada por el coronel Jesús Guajardo y por Pablo González” comenta Womack. (1985 p. 315).
El pensamiento político de Emiliano Zapata en todo momento estuvo encaminado a la devolución e igualitaria repartición de tierras; estaba en contra del hacendado, el terrateniente y el minero por explotar la tierra, al obrero, al indio y al peón; no reconocía al gobierno ni a los tribunales, por violar las leyes naturales y las atribuciones humanas. Dicha postura revela el profundo espíritu agrarista del caudillo, quien exigió tierra y libertad para los mexicanos y lanzo la sentencia que continua vigente aun hoy: “la tierra es de quien la trabaja”. (Robles, 1997, p. 20)
Referencias
Córdova, A. (1974) La ideología de la Revolución Mexicana. México: Era-UAM.
Falcón R., Meyer, L. y Vázquez, J. Z. (1998) Historia de México. México: Santillana.
Robles de De La Cruz, B. (1997) Historia Contemporánea de México. Tomo II. México: Federación Mexicana de Escritores.
Ulloa, B. (1994) La lucha armada (1911-1920) en Historia General de México. Tomo II. Cosío Villegas, D. [Comp.] México: El Colegio de México.
Womack Jr., J. (1985) Zapata y la Revolución Mexicana. [Francisco González Aramboro, Trad.]. México: SEP-Siglo XXI