Literatura


El gigante egoísta; Oscar Wilde


ANÁLISIS ESTRUCTURAL DEL CUENTO “EL GIGANTE EGOÍSTA” DE OSCAR WILDE

(WILDE, Oscar. Cuentos Completos. Espasa Calpe. Colección Austral. Madrid 1990)

Siguiendo a Roland Barthes, vamos a intentar analizar el relato de Oscar Wilde de forma estructural, es decir, deductivamente (de arriba abajo), ya que en palabras de Barthes “ir bajando poco a poco (...), hacia las variedades que a la vez participan y se separan...” (Barthes, “Análisis estructural del relato”)

Empecemos con las FUNCIONES (“Evidentemente, la función es, desde el punto de vista lingüístico, una unidad de contenido, lo que constituye un enunciado en unidad funcional es `lo que quiere decir', no la manera como se dice”. (Barthes, “Análisis estructural del relato”)

FUNCIONES CARDINALES. El cuento de Oscar Wilde tiene como todo cuento un principio, un desarrollo y un desenlace. Ese desenlace final viene provocado por una serie de acciones encadenadas. Aunque podrían destacarse otras o eliminarse algunas, he visto en el cuento las siguientes 29 Funciones Cardinales:

  • Los niños acostumbran a jugar en el jardín del Gigante.

  • Los niños son felices.

  • El gigante regresa.

  • El gigante ve a los niños jugando en su jardín.

  • Los niños se escapan.

  • El Gigante cerca el jardín.

  • Los niños no tiene dónde jugar.

  • Los niños echan de menos el jardín.

  • Siempre es invierno en el jardín del Gigante.

  • La nieve y la escarcha se alegran.

  • Lega el granizo.

  • No llega la primavera.

  • El Gigante oye música.

  • Llega la primavera al jardín del Gigante.

  • Los niños regresan.

  • En un rincón sigue siendo invierno.

  • El Gigante se enternece.

  • El Gigante se arrepiente de su egoísmo.

  • El Gigante se lamenta.

  • Vuelve el invierno al huir de nuevo los niños.

  • El Gigante coge a un niño con suavidad.

  • Los niños vuelven.

  • El Gigante derriba la cerca.

  • El Gigante echa de menos al niño que le besó.

  • El Gigante se pone muy triste.

  • Vuelve el niño amado del Gigante.

  • El Gigante se aflige por las heridas del niño.

  • El niño le dice que se irá con él.

  • 29) El Gigante aparece muerto.

    Vemos que el devenir de los hechos transforma la forma de ser y de actuar del Gigante protagonista del cuento. Recordemos que el propio Barthes señaló la importancia que tenían en los cuentos populares las Funciones. Podemos apreciar esto en el relato de Wilde, ya que sin la conexión causal de estas funciones no sería posible el final del cuento.

    Igualmente, podemos agrupar las 29 Funciones del cuento en dos grandes Secuencias. La primera de ellas comprendería las Funciones 1 a 17, es decir, sería la que nos introduce al Gigante como alguien egoísta y amargado que no consiente que los niños vayan a jugar a su jardín. El segundo gran bloque correspondería a las Funciones 18 a 29, cuando el Gigante, al ver que no llega la primavera a su jardín sin niños, recapacita, se arrepiente y cambia de actitud ganándose la confianza del niño que al final sabremos (sin que esto se diga) que se trata del Niño Jesús, el cual se lo lleva consigo al paraíso.

    De forma análoga, funcionales en el cuento van a ser las CATÁLISIS, pero ya de una manera más atenuada. Siguiendo a Carlos Reis, estas Catálisis “preparan y justifican ese devenir por los datos que patentizan personajes y situaciones relevantes para la comprensión de la historia”.

    He dividido el cuento de Wilde en 10 Catálisis que amplían esas Funciones vistas anteriormente. Así, en C1 se nos presenta a los niños que juegan felices en el jardín del Gigante. En C2 la felicidad de los niños se esfuma con la vuelta y el enfado del protagonista, que los echa, presentándonos a éste como egoísta; en C3 vemos que al no haber niños en el jardín no llega nunca la primavera , cosa que sólo alegra a los elementos climáticos, algo que el Gigante, en C4 no entiende por qué. El primer cambio en la historia se va a producir en C5 cuando al oír la música en el jardín, el protagonista del cuento se pregunta si por fin habrá llegado la primavera al jardín. El C6 se va a convertir en la clave de la historia: los niños vuelven trayendo el buen tiempo con ellos y el Gigante conoce al niño que llora. C7 nos presenta un Gigante arrepentido y compadecido del niño que no puede alcanzar el árbol, ayudándole él mismo a subir. En C8, ya vuelta la primavera y convertido el Gigante en bueno, éste no deja de pensar en el niño que le había mostrado su agradecimiento y cariño con un beso. Hay un paso considerable de tiempo. Vemos acercarse el desenlace en C9 cuando el Gigante se preocupa por las heridas del niño que lloraba, que ha vuelto al jardín. En C10 descubrimos la identidad del niño sin que éste diga quién es y se produce el final feliz y triste a la vez con la muerte del Gigante bueno (ya no egoísta).

    Vamos ahora con las FUNCIONES INTEGRACIONALES. En éstas tenemos las funciones que nos remiten a un carácter, a un sentimiento,que crean atmósfera, anticipando así de algún modo a las Catálisis. Son los llamados INDICIOS.

    En el mismo título del cuento”El Gigante egoísta” ya se nos advierte del carácter del protagonista. En el primer párrafo se nos muestra un jardín “grande y bello”, con “suaves hierbas verdes, hermosas flores, delicadas rosas y sabrosos frutos”,es decir, un entorno ideal para que los niños jueguen felices.

    Más adelante, al llegar el Gigante, se habla de él como una persona “de conversación limitada”, “voz ronca” y “muy egoísta”, lo que provoca que eche de ahí a los niños. Estos, al ser expulsados del jardín van a tener que jugar ahora en “carreteras polvorientas y llenas de guijarros”.

    Es significativa la descripción del cambiado jardín que ahora está habitado por el invierno (“La nieve cubrió la hierba con su gran manto blanco, y la escarcha pintó todos los árboles de plata. Luego invitaron al viento del norte a vivir con ellas.”)

    E insiste más adelante al calificarlo más adelante como “frío jardín blanco”.

    Al volver la primavera y los niños al jardín cambia totalmente el decorado. Ahora es una “bella escena “ que contrasta con el lado donde todavía hay invierno, ya que hay un niño “llorando amargamente”. No sólo está llorando sino que en un párrafo próximo lo llama “ese pobre niño”, adelantándonos de cierta forma que no es un niño como los demás. Esto lo corrobora el hecho de que los otros niños “no sabían dónde vivía y que era la primera vez que le veían”.

    El final del cuento viene pues, en cierta forma anticipado por la aparición de ese nuevo e inesperado personaje, cuya identidad encontramos en la descripción de sus manos: “en las palmas de las manos del niño había señales de dos clavos , y las señales de dos clavos estaban asimismo en sus piececitos”. Tras una pausa en la que el Gigante remite a su pasado malvado (“cogeré mi gran espada para matarle”) el niño revela su identidad sin decir su nombre, dejando entrever que ha venido al jardín del Gigante para algo: “éstas son las heridas del amor”.

    El segundo tipo de Funciones Integracionales son los INFORMANTES. Siguiendo una vez más, diremos que su funcionalidad es débil,pero no nula ya que son los que dotan de cierto realismo a la historia.

    Son los que nos informan, por ejemplo, de la periodicidad de las visitas de los niños al jardín (“Todas las tardes al salir de la escuela...”), de la larga ausencia del Gigante (“durante siete años”), qué clase de amigo había ido a visitar y dónde (“un ogro de Cornualles”)

    Alusiones al tiempo y a las estaciones,importantísimas (“Luego, llegó la primavera, el granizo repiqueteaba todos los días, durante tres horas”), alusiones al largo tiempo que

    Pasó el invierno en el jardín (“Hacía tanto tiempo”), alusiones temporales (“una mañana”,”para siempre jamás”, “todo el día y al atardecer”, “todas las tardes”)

    El paso del tiempo está claramente reflejado cuando dice “Pasaron los años (...), se volvió muy viejo y muy débil”.

    El final del cuento alude a un día en concreto. El niño habla de “hoy” y los niños encuentran al Gigante muerto “aquella tarde

    En cuanto a alusiones de lugar, vemos que se trata el jardín de uno sito en una ciudad, ya que el Gigante cree que eran los “músicos del rey que pasaban”o cuando alude a sus vecinos: “...cuando la gente iba al mercado de las doce”.

    Como muy bien apunta Carlos Reis la función de estos indicantes es la de “conferir lógica a las acciones que se desarrollan en su órbita, y sustentar el carácter premonitorio de los indicios”.

    NIVEL DE LAS ACCIONES.

    El segundo nivel importante del análisis estructural es el llamado Nivel de las Acciones. Dejemos aquí de un lado la importancia que pueda tener en el cuento la figura de los personajes y nos centremos no en quiénes son los personajes del relato sino en lo que éstos hacen. Siguiendo a Aristóteles los estructuralistas dan importancia a la acción, no a los personajes.

    En el cuento de Wilde podríamos destacar las siguientes acciones:

    • Los niños, al salir de clase, van a jugar al jardín del Gigante que, al comienzo del relato está sin dueño. Los niños aprovechan esta ausencia (¿o no saben que el jardín tiene dueño?) para disfrutar haciendo lo propio de su edad: ser felices jugando.

    • El Gigante, al regresar y ver su jardín repleto de niños reacciona como lo haría todo gigante que se precie: enfadándose y echando a los niños. La construcción de la tapia y el letrero amenazador nos muestra al Gigante tal cual es: egoísta y malo.

    • La huída de los niños provoca que no llegue nunca la primavera al jardín, lo que provoca que el Gigante se quede solo y abandonado. Aunque no se va el invierno y el Gigante empieza a preocuparse, éste no hace nada para evitarlo. Tan sólo se dedica a estar tumbado en su lecho.

    • La primera acción que va a cambiar la vida del protagonista del cuento de Wilde es cuando, ya arrepentido por lo que ha hecho decide ayudar al niño que no puede subir al árbol. La figura del Gigante da un giro de 360 grados.

    • Este cambio en la nueva forma de actuar del Gigante provoca una nueva acción: la vuelta de los niños y la felicidad al jardín.

    • Una última acción a destacar: el interés del Gigante al ver las heridas del niño amigo. Su conversión en bueno le llevará al Paraíso, ya que el niño se trata en realidad del Niño Jesús, el cual lleva al gigante con él al cielo por sus buenas acciones (acción divina)

    NIVEL DEL DISCURSO O DE LA NARRACIÓN .

    Citando de nuevo a Barthes, “quien habla en el relato no es quien escribe,(en la vida) y quien escribe no es quien existe”.

    El cuento de Wilde está escrito en tercera persona. Vamos a ver si ese narrador se adapta a una de las tres categorías dadas al autor de relato(con más, con menos y con igual información que los personajes) Dicho de otro modo, se trata de ver si el narrador participa activamente de las acciones de los personajes, se adelanta a ellas o si por el contrario es mero espectador de las mismas .

    En el mismo título del cuento EL GIGANTE EGOÍSTA el narrador nos anuncia la personalidad del protagonista cuando éste todavía no ha aparecido en el relato. Un poco más adelante, cuando el Gigante ya ha expulsado a los niños de su jardín, el narrador nos recuerda que era “Un gigante muy egoísta”.

    Otro modo de adelantarse lo vemos cuando antes de que la nieve y la escarcha (personaje también del relato) muestre su opinión por lo que pasa, el narrador ya nos informa que éstos fueron “... los únicos que se alegraron”.

    Volviendo al personaje principal, el Gigante, el narrador nos indica incluso lo que está pensando cuando oye música en el jardín (“ pensó que eran los músicos del rey que pasaban”)

    Sea adelanta también el narrador al personaje cuando antes de que éste exclame: “¡Qué egoísta he sido! nos hace saber que “...y el corazón del gigante se enterneció mientras miraba”, insistiendo en ello : “Realmente sentía mucho lo que había hecho”.

    Otras veces, en cambio son las propias acciones de los personajes las que hablan por sí mismas. Cuando el Gigante se arrepiente de lo que ha hecho el narrador dice tan sólo: “ Y tomó un hacha grande y derribó la tapia “. Aquí el autor no tiene necesidad (o cree que no es necesario) añade comentario alguno. Esta acción habla por sí sola.

    A pesar de ello, el narrador en este cuento es el narrador que Barthes denomina “el que emite la historia desde un punto de vista superior, el de Dios, el narrador es a la vez interior a sus personajes (puesto que sabe todo lo que les sucede) y exterior (puesto que jamás se identifica con uno más que con otro) .Un último ejemplo en el cuento de Wilde sería cuando el narrador dice que el protagonista” Ya no odiaba el universo, pues sabía que era tan solo la primavera dormida, y que las flores estaban descansando”.

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    Enviado por:Juan Carlos Triay
    Idioma: castellano
    País: España

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