Literatura
El caballero de Olmedo; Lope de Vega
El caballero de Olmedo
2-. Introducción
2.1 España en el siglo XVII
Políticamente, el siglo XVII marca la decadencia de la monarquía española y la desaparición de su hegemonía en Europa. A los poderosos reinados de Carlos I y Felipe II, que cubren prácticamente todo el siglo XVI, suceden los de los llamados “Austrias menores”: Felipe III (1598-1621), Felipe IV (1624-1665) y Carlos III (1665-1700). La monarquía española, bajo estos tres reyes, continúa teniendo un gran peso político entre las naciones europeas, pero su fuerza real (en lo económico y militar) es muy pequeña. Los conflictos más graves que padece España son sobretodo de orden interno: las guerras de Cataluña y Portugal darán como resultado la independencia de este último y la creación de un sentimiento anticentralista en la primera, que se manifestará plenamente en su apoyo al archiduque Carlos durante la guerra de Sucesión (1700-1713) con que se cerrará el siglo. Pero toda la decadencia de España procede de Castilla, ya que siempre fue sobre esta donde recaía el peso económico y militar. La monarquía intentó hacer que el resto de los reinos y señoríos participaran más activamente en los gastos y defensa común, pero su intento fracasó. Fuera de las fronteras españolas los conflictos no habían desaparecido, pero el poder español ya no consigue salir triunfador: continúan las luchas en los Países Bajos y los conflictos con Francia, los monarcas españoles pierden zonas del antiguo reino de Aragón en el sur del país vecino. La política española pasa de las manos directas del monarca a las de los validos, ministros omnipotentes que se sucedieron en el favor real durante todo el siglo XVII: conde-duque de Olivares, duque de Lerma, etc.
Económicamente España sufría una grave crisis ya que el país estaba sumergido en un empobrecimiento general, iniciado ya a finales del siglo XVI, es evidente en el XVII. El hambre, la falta de trabajo, las epidemias y el estancamiento de la natalidad recorren el siglo como signo de la miseria general. Sus causas son diversas: la plata y el oro americanos, cuando llegan hasta la península, has de emplearse para pagar los préstamos a la corona y para mantener su suntuosidad; la expulsión de los moriscos a comienzos del siglo, unida a los privilegios de que disfruta la ganadería y la concentración de la propiedad de las tierras en manos de la aristocracia y el clero, empobrecen la agricultura; la burguesía no consigue abrirse camino como clase industrial, con lo que España quedará descolgada del progreso europeo...
En el único terreno en el que continúa teniendo realmente importancia España es en el artístico. La gran literatura y el arte renacentistas del siglo XVI prosiguen con los escritores, pintores y escultores barrocos.
2.2 El Barroco en España
El término “barroco” comenzó aplicándose a las artes plásticas con un valor claramente peyorativo. Con él quería indicarse algo recargado, retorcido y complicado, en oposición a la sencillez y claridad del arte renacentista. Con este valor pasó también a la literatura: barroco se opondría en el fondo y en la forma a renacentista. Durante mucho tiempo la valoración de la literatura barroca, incluso de la obra de escritores que hoy se consideran entre los más importantes de la literatura española, fue infravalorada, cuando no despreciada, negándosele todo valor estético o buena parte de él. Pero a partir del Romanticismo y de los poetas del primer tercio del siglo XX, la valoración de la literatura barroca ha cambiado radicalmente. Hoy se considera una etapa fundamental de la historia de nuestra Literatura, segunda parte del Siglo de Oro de la cultura española.
Generalmente se considera que el Renacimiento ocupa el siglo XVI y el Barroco el siglo XVII. Pero los límites no son tan precisos: ni el Renacimiento comenzó en 1500 ni el Barroco en 1600 exactamente. En el siglo XV ya existe un prerrenacimiento, y entre 1580 y 1590 puede hablarse de literatura barroca, puesto que algunos de sus mayores representantes están activos literariamente. En cuanto al final del periodo barroco, suele señalarse la muerte de Calderón en el año 1681, como el límite de la gran literatura del siglo XVII, pero sus formas continuaron más allá incluso del final del siglo, adentrándose bastante en el siglo XVIII aunque sin producir ninguna obra comparable a la de los grandes escritores de comienzos del siglo XVII
2.3 Características barrocas
Muchas veces se suele describir el siglo XVII por oposición a lo que fue el siglo anterior. Frente al universalismo del Renacimiento se coloca el individualismo del Barroco; frente al optimismo renacentista está el característico pesimismo del Barroco, etc.
El Barroco no es una simple negación del renacimiento; más bien se trata de una derivación o evolución de él, consecuencia de las nuevas condiciones sociales, políticas, económicas y religiosas. De hecho, muchas formas y temas literarios se continúan: las estrofas italianas características del Renacimiento son las misas que utilizarán diestramente los escritores del Barroco y los temas y motivos son también comunes; igualmente continúan algunas formas novelescas. Lo que cambia del Renacimiento es la actitud, el tratamiento que los autores dan a temas y géneros El pesimismo, la burla cruel, la caricatura o la evasión por uno u otro camino de una realidad que no gusta, junto a un esteticismo a ultranza, son las notas más destacadas de la literatura barroca, que presenta dos líneas u orientaciones artísticas principales: el culteranismo y el conceptismo.
Una característica importante del barroco literario español es su interés por lo popular, que convive en los propios autores que preconizan una literatura culta y minoritaria. En este sentido, el mundo medieval proporciona formas y temas que cobran nueva vida y adquieren un importante desarrollo.
2.4 El teatro clásico español
La comedia española del siglo XVII es uno de los fenómenos culturales y literarios más importantes de la historia española. Le teatro clásico barroco ocupa un lugar principalísimo en el llamado Siglo de Oro de la cultura española. La cantidad y calidad de las obras escritas y representadas sobrepasa con mucho a las de cualquier otra época del teatro español. Hasta finales del siglo XVI, el teatro español está intentado afianzar unas formas y unos géneros dramáticos. El teatro, como espectáculo y como género literario, ha progresado menos que otros géneros. Tres corrientes dramáticas se perfilan a finales del siglo XVI: una culta, palaciega y renacentista, influida por el resurgir de los autos sacramentales y otras representaciones de hechos litúrgicos; y una tercera corriente, popular, representada por los pasos de Lope de Rueda, principalmente.
El intento de crear una tragedia, en sentido estricto, fracasó, a pesar de que en el empeño estaban escritores de la talla de Cervantes. Por otro lado, se trataba más de crear una literatura dramática que un teatro como un arte diferenciando da la literatura. Por eso brillantes y tempranas muestras de este tipo de teatro renacentista, como La Celestina, o supusieron ningún tipo de base sobre la que se sustentara un futuro teatro sólido. Iba a ser otra de las corrientes, la popular de Juan de la Cueva o de Lope de Rueda, la que influiría más e la comedia del siglo XVII; si no en los elementos formales, sí al menos en algunos planteamientos temáticos e ideológicos o en la figura del “bobo” o gracioso, de tanta importancia en el teatro barroco.
Pero es sobre todo la personalidad de Lope de Vega la que va a generar la comedia clásica. Uniendo a su poderosa fuerza creadora y a una visión popular del teatro elementos de diversa procedencia, Lope formula unos principios dramáticos y los lleva a la práctica en sus obras; a la manera de fórmula perfecta, que puede repetirse tantas veces como se quiera, produce cientos de dramas, que se utiliza por otros escritores, en número muy elevado, formando una especie de escuela que durará un siglo. Guillén de castro, Ruiz de Alarcón, Tirso de Molina... son seguidores de Lope en cuanto a la estructura de la obra dramática. Aunque tradicionalmente se haya venido hablando de dos escuelas teatrales, Lope de Vega es el creador de la fórmula de la comedia clásica y los demás la aplicas, independientemente de la calidad, el mérito o los valores que se asigne a su obra en comparación con la de otros autores
3-. Análisis de la obra y el autor
3.1 Vida y obra de Lope de Vega
Vida
Lope de Vega nació en Madrid, el 25 de noviembre de 1562, en el seno de una familia artesana. Desde muy pequeño mostró gran disposición y facilidad para las letras. Estudió en n colegio de la Compañía de Jesús y después de las universidades de Alcalá y Salamanca. En 1583 participó como soldado en la expedición a las Azores que, al mando de don Álvaro de Bazán, sirvió para conquistar la Terceira, la última isla que faltaba por incorporar a la corona de Portugal, entonces en manos de Felipe II. A los diecisiete años se enamoró de la actriz Elena Osorio, que estaba separada de su marido y con la que vivió un tormentoso y apasionado idilio, que muchísimos años después, ya en su vejez, recreó en su novela dialogada La Dorotea. Elena Osorio será la Fillis de sus poemas de esa época. La abandonarle su amada, hizo correr por Madrid unos versos ofensivos para ella y su familia, que le valieron un proceso y una pena de destierro en 1588. Decidió cumplir su destierro en Valencia y salió de Madrid en febrero de 1632. Allí contrajo matrimonio con Isabel de Urbina, mujer de familia noble y acomodada. Lope ha hablado numerosas veces de su participación en la Armada Invencible en 1588, pero los críticos no están muy seguros de que eso fuera verdad. Con su esposa Isabel, la Belisa de sus poemas, vivió en Valencia hasta 1590, y después protegido por los duques en Alba de Tormes, donde murió su esposa Isabel en 1594. Al año siguiente fue perdonado y volvió a Madrid, donde ya era famoso y admirado como autor teatral.
Tubo un nuevo amor llamado Micaela Luján, era una mujer bella aunque inculta; Lope la había estado dedicando versos desde 1593 con el nombre de Camila Lucinda. Micaela estaba casada y mantuvo relaciones con Lope quince años, dándole cinco hijos, dos de los cuales fueron sus preferidos: Marcela y Lope Félix. A pesar de esta relación con Micaela, el 25 de abril de 1598 contrajo matrimonio con Juana de Guardo, mujer extraordinariamente vulgar, hija de un rico abastecedor de carnes que nunca hizo efectiva la dote que había prometido a su hija. Juana le da varios hijos de los que sobreviven Juana y Carlos Félix. Los primeros años del siglo XVII presentan a un Lope que asombra por su desmesura: amores, a veces desgraciados y siempre difíciles, se entremezcla con una incesante producción literaria y teatral; en 160 publicó una complicada novela, El peregrino en su patria, en la que insertó la lista de las obras que llevaba escritas hasta entonces: son 219 títulos y Lope sólo tenia 41 años. En 1608 rompió con Micaela Luján y se produjo en él un arrepentimiento que puso de manifiesto en sus poemas religiosos; también aumentó su dedicación al hogar y a su hijo, nacido en 1606, Carlos Félix; este muere en 1612, y un año después su mujer, Juana de Guardo; Lope sufrió una gran crisis emocional y en 1614 se ordenó sacerdote. Los actores y el público seguían asediándole para que continuara escribiendo comedias, cosa que hizo al mismo tiempo que volvió a caer en amoríos. En 1616 conoció a Marta de Nevares, muchachas de 26 años que a los trece se había casado contra su voluntad con un mercader. Marta era guapa y estaba dotada para la música y la literatura: fue la Amarilis y la Marcia Leonarda de sus poemas y novelas. Lope vivió momentos de prosperidad económica. En 1621 su hija Marcela ingresó en el convento de las Trinitarias, quizá para huir de la vida irregular de su pare; y ese mismo año su hijo salió de casa para iniciar la carrera de las armas, que la llevó ala muerte en un naufragio frente a las costas de Venezuela en 1634. Hacia 1623 Marta de Nevares se quedó ciega y luego perdió la razón; hasta su muerte, en 1632, Lope estuvo a su lado cuidándola abnegadamente. En 1634 su hija Antonia Clara, tenida con Marta, de sólo diecisiete años, se fugó con un galán, llevándose joyas y dinero. Esta fuga y la muerte de su hijo Lope Félix le llenaron de tristeza, y el 27 de agosto de 1635 murió en Madrid. Su muerte conmovió al público madrileño que acudió en masa a su entierro.
b) Obra
Lope es el autor más fecundo de la literatura española y tal vez e la literatura mundial. Producen estupefacción las noticias que en este sentido nos dan sus contemporáneos, se llegó a afirmar que escribió unas 1 800 comedias y unos 400 autos; puede que sea un poco exagerado, pero han llegado hasta nuestros días 426 comedias y 42 autos.
La comedia de Lope representa la adopción definitiva del sistema de los tres actos en lugar de los cinco de la tragedia clásica. La impaciencia de un público ávido de emociones se mantiene reservado para el final del tercero un desenlace sorprendente y por lo general feliz. La lucha entre el verso y la prosa, como medios de expresión teatral se resuelve con el triunfo de verso. Se utiliza generalmente el octosílabo, pero hay una viva polimetría que contrasta con los invariables y solemnes alejandrinos del teatro clásico francés. Los metros y estrofas se ajustan a las situaciones dramáticas: las redondillas se usan para las escenas amorosas, las décimas para las “quejas”, los romances para las “relaciones”, los sonetos para los monólogos...
En general se da más importancia al dinamismo externo de la acción e a la intriga que al estudio del alma de los personajes. En este sentido, el teatro español suele presentar una sucesión rápida de escenas en las que actúan individuos someramente caracterizados, en oposición al teatro clásico francés, menos movido pero más psicológico. Lope cultivo sobre todo tres temas a los que dio vida literaria, fijándolos definitivamente en nuestra escena: el épico, el religioso y el de honor.
En su tiempo, Lope gozó de una fama inmensa. Sus contemporáneos hacían de su nombre sinónimo de excelente y los autores extranjeros acudían a su teatro en busca de asuntos. En el siglo XVIII su estrella sufrió un breve eclipse, pero la generación romántica volvió a situarle en un primerísimo plano. Lope de Vega no llegó a crear una obra de teatro de absoluto valor universal, que pueda compararse con las dos o tres mejores de Calderón. No obstante, considerada en conjunto, su producción ofrece un interés enorme, ya que en ella convertida en materia poética la esencia dela tradición nacional. Pero Lope no sólo recoge y transmite, sino que modifica e inventa; su imaginación no tiene límites y ello le permite dar a la escena una inacabable serie de argumentos y de temas en los que sus dotes de dramaturgo y de poeta colaboran con una brillante fantasía. Por eso fue el ídolo de un público. Es cierto que sus personajes adolecen a menudo de falta de relieve humano y que su teatro suele ser poco profundo, pero su juvenil dinamismo, su graciosa vivacidad y su sana alegría hacen de él una de las más altas cumbres del arte nacional.
Para clasificar la obra de Lope debemos clasificarla por géneros. Dentro de las comedias de tema profano podríamos distinguir comedias de la historia y leyenda española dentro de este género están: Fuenteovejuna, Peribánez y el comendador de Ocaña, El mejor alcalde el rey y El caballero de Olmedo. De las históricas y novelescas de tema extranjero: El castigo sin venganza; después vendrían las costumbristas y dentro de ellas las de capa y espada: El acero de Madrid, y de ambiente rural: El villano en su rincón. Y por último pastoriles y mitológicas: Belardo el Furioso y El marido más firme. Dentro de las otras de tema religioso debemos distinguir entre comedias donde hay dos tipos: bíblicas que es la obra La creación del mundo; y de santos: La buena guarda. Dentro de los autos están el Del Nacimiento y el sacramental: La siega.
3.2 El caballero de Olmedo
Esta obra de Lope de Vega fue escrita sobre el año 1620 aunque no hay una certeza absoluta ya que también se baraja la posibilidad de que fuera escrita entre 1620 y 1625. La obra ser refiere al asesinato, por rivalidades amorosas, del caballero don Alonso, a quien unos misteriosos pronósticos anuncian su trágico fin. Lope se basó en un cantar tradicional para componer el cantar que escucha don Alonso en su vuelta a Olmedo. Esta obra está situada en el siglo XV; en ella se intenta recordar un ambiente parecido al de la obra de Fernando de Rojas La celestina. Los tres personajes principales de la obra de Lope son muy semejantes a los protagonistas de La celestina; también a lo largo de la obra se alude a La celestina como en el acto II, escena I cuando Tello va a casa de Inés y pregunta a Ana si “¿está en casa Melibea? que ya viene Calisto aquí” y esta le contesta “aguarda un poco, Sempronio”; he aquí un claro ejemplo de la constante referencia que se hace a lo largo de la obra a La celestina. En toda la obra hay varios presagios funestos; como al final del segundo acto don Alonso le cuenta a Tello un sueño que ha tenido en el que vio morir a un pajarillo por otro pájaro que tenia celos porque el pajarillo estaba posado sobre unas lindas flores. A partir del segundo acto, la proximidad de la muerte que se cierne sobre el caballero comunica a la obra una tensión trágica.
El caballero de Olmedo está entro de las comedias de historia y leyenda española las que constituyen el grupo más importante de toda la producción lopesca, quien se basó al componerlas en la tradición escrita y oral. En ellas queda incorporada al teatro toda la historia de España, desde las viejas tradiciones épicas hasta la época de Felipe II.
3.3 Los personajes de la obra
Don Alonso
Don Alonso es el galán de la obra, se enamora de la co-protagonista nada mas verla, esto aparece en el acto primero, al final de la escena I: “Ojos, si ha quedado en vos de la vista el mismo efeto, amor vivirá perfeto, pues fue engendrado de dos; pero si tú, ciego dios, diversas flechas tomaste, no te alabes que alcanzaste la vitoria, que perdiste, si e mí solo naciste, pues imperfeto quedaste. Estos versos son el número veinte hasta el treinta. Es muy conocido y admirado por todo el mundo gracias a su destreza en el toreo, el rey se queda encantado cuando le ve torear, acto segundo al final de la escena IX, dice el condestable “A don Alonso, que llaman “el caballero de Olmedo” hace Vuestra Alteza aquí merced de un hábito”, el rey le responde “ Es hombre de notable fama y nombre. En esta villa el vi cuando se casó mi hermana”, versos mil quinientos noventa y seis, hasta el mil seiscientos dos. También es muy noble ya que salva a su enemigo don Rodrigo de la muerte a manos de un toro, acto tercero al final de la escena IV cuando unos hombres comentan: “Cayó don Rodrigo”, don Alonso dice “afuera”, y los hombres comentan -“¡Qué gallardo, qué animoso don Alonso le socorre!” -“Ya se apea don Alonso” -“¡Qué valientes cuchilladas! - Hizo pedazos al toro. Con este diálogo sabemos que don Alonso salva a don Rodrigo de una muerte segura; lo podemos encontrar en los versos dos mil trece hasta el dos mil diecinueve. Es un hombre que se deja guiar por las premoniciones, ya que durante la obra aparecen varias como el famoso sueño del que he hablado anteriormente, o cuando se encuentra con el labrador quien canta un cantar popular que dice “Que de noche le ataron al caballero, la gala e Medina, la flor de Olmedo” en los versos dos mil trescientos setenta y cuatro hasta el dos mil trescientos setenta y siete, en el acto tercero escena XIV. Al final de la obra don Pedro accede a que su hija doña Inés se case con él tras ver como salvó a don Rodrigo, “Señor, no puedo dar a Inés a don Rodrigo, porque casada la tengo con don Alonso Manrique, el caballero e Olmedo, a quien hiciste merced de un hábito.” Estos versos son el número dos mil seiscientos doce y concluyen en el número dos mil seiscientos dieciocho incluidos en el acto tercero y en la escena XVIII.
doña Inés
Es la enamorada, también se enamora de don Alonso a primera vista, acto primero escena X cuando dona Inés le dice a su hermana Leonor “Apenas la blanca Aurora, Leonor, el pie de marfil uso en as flores de abril, que pinta, esmalta y colora, cuando mirar el listón salí de Amor desvelada, y con la mano turbada di sosiego al corazón. En fin, él no estaba allí”, son los versos setecientos siete hasta el setecientos quince. Pero tiene otro enamorado al que no corresponde, este es don Rodrigo quien está muerto de celos por ver como don Alonso corteja a su enamorada. Inés se deja engañar por una vieja que es Fabia, esta le lleva una carta de don Alonso que dice: “< Yo vi la más hermosa labradora, en la famosa feria de Medina, que ha visto el sol adonde más se inclina desde la risa de la banca aurora...>” esta carta se encuentra en los versos quinientos tres hasta el quinientos dieciséis del acto primero y la escena VII; cuando Fabia le da la carta le dice que le ha escrito un caballero para su enamorada pero que no se la puede entregar a la chica, que si ella le hiciese el favor de escribirle unas palabras. Doña Inés cita a don Alonso en su casa para que recoja unos zapatos en señal de su amor, pero en ese momento aparece don Rodrigo quien pide explicaciones; doña Inés para pasar el mal trago le dice a su padre que se va a ordenar monja en un convento de Olmedo, aunque sus verdaderos planes son escaparse con don Alonso. Para este plan le dice a su padre que Fabia será quien le enseñe a comportarse como una monja y Tello, el criado de don Alonso, será u maestro para aprender latín. Durante toda la obra doña Inés dice lo que quiere a don Alonso y que estaría dispuesta a hacer cualquier cosa. Cuando su hermana comunica a su padre que Inés lo que quiere en realidad es casarse, pero no con don Rodrigo sino con don Alonso su padre se alegra mucho; pero toda esta alegría se ve truncada cuando Tello entra sofocado anunciando que han asesinado don Alonso; cuando doña Inés escucha esto no se lo cree y dice “Lo que de burlas te dije, señor, de veras te ruego. Y a vos, generoso rey, destos viles caballeros os pido justicia” en la última escena del tercer acto en los versos dos mil setecientos trece hasta el dos mil setecientos diecisiete.
c)don Rodrigo
Don Rodrigo está enamorado de doña Inés, pero su amor no es correspondido, aunque tiene el consentimiento del padre de doña Inés para casarse con ella. Tiene un gran amigo que se llama Fernando le ayuda y aconseja en todo, e incluso le ayuda a la hora de asesinar a don Alonso. Está muy celoso del caballero, esto está latente en la escena V del segundo acto cuando dice “Muchas veces había reparado, don Fernando, en aqueste caballero, del corazón solícito avisado. El talle, el grave rostro, lo severo, celoso me obligaban a miralle” en los versos mil trescientos treinta y tres hasta el mil trescientos treinta y siete; también se denota estos celos n el cato tercero en la escena VI y en los versos dos mil treinta y dos hasta el dos mil treinta y seis “Mala caída, mal suceso, malo todo; pero más deber la vida a quien e tiene celos y a quien la muerte deseo”. Don Rodrigo tiene planeada la muerte de don Alonso ya que nada más comenzar la escena XIII del tercer acto dice: “Hoy tendrán fin mis celos y su vida”; con estas palabras sabemos que don Rodrigo tenía claro que iba a matar don Alonso esa misma noche. Cuando asesina a don Alonso los ve Tello quien va corriendo a pedir justicia al rey; este ordena que los cuelguen en la plaza por haber matado a don Alonso; final de la obra, versos dos mil setecientos veintinueve hasta el dos mil setecientos treinta y dos, “Prendedlos, y en un teatro mañana cortad sus infames cuellos: fin de la trágica historia del Caballero de Olmedo”.
Tello
Sirve a don Alonso, también es su amigo y consejero. Cuando doña Inés dice a su padre que quiere ser monja él se ofrece para enseñarla latín y así poder mediar entre los dos enamorados, en el acto segundo, escena IV, versos mil doscientos ochenta y tres hasta el verso número mil doscientos ochenta y siete: “Pues ha de leer latín, ¿no será fácil que pueda ser yo quien venga a enseñarla? ¡Y verás con qué destreza la enseño a leer tus cartas!”. En el segundo acto en la escena XI Tello le entrega a don Alonso una carta de Inés: “Aquí te traigo cartas e Inés”. Cuando don Alonso es apuñalado por don Rodrigo y don Fernando es él el primero que le ve, y es él quien le lleva a Olmedo esperando que sus heridas no sean mortales, aunque lo son. En la escena número XVIII del último acto encontramos estas palabras de Tello “¿Cómo, seño, si he tardado? ¿Cómo, si a mirarte llego hecho una fiera de sangre? ¡Traidores, villanos, perros, volved, volved a matarme, pues habéis, infames, muerto el más noble, el más valiente, el más galán caballero que ciñó espada en Castilla¡. Cuando su amo muere va a Medina para pedir justicia al rey y contar a doña Inés lo ocurrido.
Fabia
Es un personaje muy parecido al de la celestina, se encarga de hacer de intermediaria entre don Alonso y doña Inés. Es una hechicera que con sus artes ha conseguido que muchas parejas se juntasen, aunque utiliza como tapadera la venta de cosméticos y demás pócimas para la higiene personal. Entra en cada de Inés sin desvelarla su verdadera intención ya que al principio sólo les habla de su madre ya fallecida y de su padre, después les comenta los productos que tiene y por último le dice a Inés “Hay en la villa cierto galán bachiller que quiere bien una dama; prométeme una cadena porque le dé yo, con pena de su honor, recato y fama. Aunque es para casamiento, no me atrevo. Haz una cosa para mí, doña Inés hermosa, que es discreto pensamiento. Respóndeme a este papel, y diré que me le ha dado su dama”, estas palabras se encuentran en la escena V del primer acto. Fabia no es del agrado de don Rodrigo por ello doña Inés y doña Leonor le mienten cuando esta va a su casa en el acto primero, escena VII Fabia dice “... Seis camisas, diez toallas, cuatro tablas de manteles, dos cosidos de almohadas, seis camisas de señor, ocho sábanas...”, con esto le intentan engañar. Pero no es mal vista sólo por don Rodrigo sino que también lo es por don Pedro por lo que entra en casa de doña Inés como ama para que enseñe a la enamorada como debe comportarse una monja, en la escena VII del segundo acto Fabia expone al padre de doña Inés porque ha de ser ella quien enseñe a su hija el comportamiento de la vida diocesana. Es Fabia quien hace que canten el romance para que don Alonso no se vaya a Olmedo, ya que cree tener una premonición, pero este no hace caso del romance y perece asesinado; cumpliéndose la premonición de la anciana. Todo lo hace por una cadena que le prometió don Alonso si conseguía que él llegara a amoríos con doña Inés
doña Leonor
Es la hermana y consejera de doña Inés. Cuando su hermana le anuncia a su padre que quiere ser monja este le dice a Leonor que espera de su parte a sus nietos. Doña Leonor tiene un enamorado que es don Fernando. Ayuda a su hermana frente a su padre aunque no aprueba como doña Inés está tratando su amorío con don Alonso. Un claro ejemplo de la cooperación con su hermana es en el acto tercero a final de la escena IX cuando le dice a don Alonso “Pienso que ha de ser muy presto, porque mi padre de suerte te encarece, que a quererte tiene el corazón dispuesto. Y porque se case Inés, en sabiendo vuestro amor, sabrá escoger lo mejor como estimarlo después.”, o en la siguiente escena cuando deja a Inés y a Alonso a solas diciendo “Ahora bien, quiéroos deja, que es necedad estorba, sin celos, quien tiene amor.”. También le da a su padre la noticia de que su hermana no se quiere casar con don Rodrigo sino con don Alonso cuando en la penúltima escena de la obra le dice a su padre, don Pedro que: “Tienen inclinación Inés a un caballero, después que el rey de una cruz l ha honrado; que esto es deseo de honor, y no poca honestidad.”
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don Fernando
Es amigo de don Rodrigo y pretende casarse con doña Leonor, la hermana de doña Inés; a doña Leonor no le desagrada la idea aunque prefiere otra persona mejor, este amor se ve en la última escena de la obra cuando el rey pregunta a los dos amigos quienes son y don Rodrigo le responde “Yo, señor pretendo, con vuestra licencia, a Inés” y acto seguido don Fernando añade: “Y yo a su hermana le ofrezco la mano y la voluntad.” Es un gran consejero de su amigo como en la escena VII del primer acto cuando le dice a don Rodrigo “Antes dejarla a don Alonso siento que ha sido como echársela e los ojos. Ejecutad Rodrigo, el casamiento; llévese don Alonso los despojos, y la vitoria vos.” Son los versos mil trescientos ochenta y uno hasta el mil trescientos ochenta y cuatro. También ayuda a su amigo a asesinar a don Alonso como se puede observar en la escena XVI del último acto cuando dice don Fernando “El de Olmedo, el matador de los toros, que viene arrogante y necio afrentar a los de Medina; el que deshonra a don Pedro con alcagüetes infames.” O como unos pocos versos después l dice don Rodrigo “¡ Bien lo has hecho, Mendo!”. Por estos hechos es condenado por el rey a ser ahorcado en la plaza, a los ojos de todo el mundo.
don Pedro
Es el padre de doña Inés y doña Leonor, es un hombre viudo, aunque no se dice en la obra de que murió su esposa. Es el alcaide de Burgos, esto lo sabemos porque lo dice en la escena XVIII del tercer acto. Quiere que sus dos hijas se casen, por eso cuando doña Inés le comunica que quiere ser monja se siente un poco decepcionado, en el segundo acto y la escena número III don Pedro dice las siguientes palabras cuando su hija Inés le comunica que quiere ser monja, “”Por una parte, ni pecho se enternece de escucharte, Inés, y por otra parte, de duro mármol le has hecho...”. Intenta educar a sus hijas de la mejor manera posible, guiándolas por el buen camino. Cuando su hija le comunica que se quiere casar con don Alonso e llena de alegría por dos motivos, el primero porque ya no se ordenará monja, y el segundo porque don Alonso ha sido galardonado con una cruz por el rey, esto lo demuestra en la escena XVIII del último acto cuando su otra hija doña Leonor le confía la decisión de su hermana “Es hombre de gran valor, y desde agora me agrado de tan discreta elección; que si el hábito rehusaba, era porque imaginaba diferente vocación. Habla, Inés, no estés ansí”
rey don Juan
Es el rey de Castilla, está en Medina de paso para la feria de Mayo; allí espera ver a don Alonso torear porque ya le había visto antes y le había gustado mucho. Es el encargado de impartir justicia cuando se sabe que don Alonso ha sido asesinado por don Rodrigo y don Fernando: “Prendedlos, y en un teatro mañana cortad sus infames cuellos: fin de la trágica historia del Caballero de Olmedo”; estos son los últimos versos de la obra de Lope.
condestable
En la obra actúa como acompañante y consejero del rey, como cuando en la escena VII del acto tercero dice: “Dije a Medina que aprestas para mañana partir; mas tiene tanto deseo de que veas el torneo con que te quiere servir, que me ha pedido, señor, que dos días se detenga Vuestra Alteza.”; son los versos dos mil ochenta y uno hasta el dos mil ochenta y ocho.
Ana
Es la criada de don Pedro, es la encargada de abrir a los visitantes de su casa. Como en la escena IV del primer acto cuando dice: “Aquí, señora, ha venido la Fabia... o la Fabiana.”
Labrador
Está situado a medio camino entre Olmedo y Medina, canta un romance por petición de Fabia para que don Alonso no se vaya de Medina y así pueda salvar su vida. Este romance se encuentra en el tercer acto en la escena XVI y dice así: “Que de noche le mataron al caballero, la gala de Medina, la flor de Olmedo. Sombras le avisaron que no saliese, y le aconsejaron que no se fuese el caballero, la gala de Medina, la flor de Olmedo.”
Sombra
Es una sombra que aparece en la escena XII del último acto diciendo que es don Alonso. Es una premonición de la muerte del galán.
3.4. Los personajes dentro del siglo XVII
En esta obra aparecen los principales personajes que aparecían siempre en las obras del teatro clásico español. El protagonista masculino suele ser un galán mujeriego, este es el caso de don Alonso, mientras que la protagonista femenina suele ser una chica inocente que se enamora a primera vista del protagonista, sería doña Inés de la obra de Lope. Famosa es la figura del donaire, en este caso no aparece como gracioso pero si como sirviente del protagonista que es Tello. El amor entre los dos protagonistas siempre tiene que tener alguna dificultad y en esta tragedia es don Rodrigo quien está enamorado de doña Inés y evita a toda costa que se case con don Alonso; su amigo y consejero es un personaje secundario pero que posee una gran importancia, este es el caso de don Fernando. También es muy importante la figura que acompaña a la protagonista, en esta ocasión es su hermana, doña Leonor; el padre de la protagonista tiene una gran importancia, y en esta obra no iba a ser menos, es el caso de don Pedro. En toda obra clásica debe aparecer el rey, y en esta obra aparece como la persona que imparte justicia en el pueblo. El personaje de Fabia no está definido dentro de los personajes típicos del teatro barroco, pero podemos encontrar su parecido con Celestina, el personaje de Fernando de Rojas. Luego aparecen más personajes que no tienen apenas importancia en el desarrollo de la obra.
Esta obra posee los rasgos típicos de la época en la que fue escrita, no sólo en sus personajes, sino también en la forma, tres actos como introdujo su autor. Su desarrollo y su desenlace son característicos del barroco. Por todo ello se podría decir que El caballero de Olmedo es una obra característica del barroco español.
4-. Conclusiones
4.1. Pequeño resumen de la obra
La obra comienza con la confesión de don Alonso a Tello de que se ha enamorado de una dama de Medina, lugar donde estaban de paso. Tello habla con una vieja alcahueta llamada Fabia para que medie entre su amo y la joven. Mientras tanto esta joven, doña Inés comenta a su hermana, doña Leonor, que se ha enamorado de un galán de otro pueblo. Cuando Fabia va a casa de doña Inés no le cuenta sus verdaderas intenciones hasta pasado un rato. Inés cita a don Alonso para que vaya por la noche a su casa a recoger unos zapatos en señal de su amor; cuando este va a recogerlos se encuentra con don Rodrigo quien está enamorado de doña Inés. Esta para que su padre no se opusiera a su amor por don Alonso le dice que se quiere ordenar monja, siendo Tello quien la enseñe a leer latín y Fabia a comportarse como una monja, aunque sus verdaderas intenciones son las de hablarle de don Alonso; quien mientras ha tenido un sueño en el que veía morir a un pajarillo por culpa de los celos. En esos días llegó el rey don Juan a Medina y se organizan unos festejos en su honor donde toreará don Alonso ya que es un afamado toreo, en estos festejos salva a don Rodrigo de la muerte quien lleno de odio y celos decide matarlo. Don Alonso tiene que volver a Olmedo par que sus padres no piensen que está muerto y se despide de doña Inés contándola el sueño que ha tenido. Cuando se dirige a su pueblo se encuentra con un labrador quien está cantando un romance, poco después se encuentra con don Rodrigo y don Fernando quienes le matan. Tello encuentra mal herido a don Alonso y lo lleva a su casa donde perece. Después se dirige a Medina para pedir justicia al rey, quien ordena ahorcar a los culpables.
4.2 Valoración critica y personal de la obra
En mi opinión esta obra es muy típica, en ella encontramos los típicos personajes del teatro, el típico tema del amor, el típico desarrollo, etc. sin embargo me ha gustado como hace que todos estos elementos típicos creen una atmósfera de intriga. La obra está muy bien escrita, es muy fácil de entender por lo que verla representada debe ser una gran experiencia. A mí personalmente no me gusta leer teatro ya que en mi opinión al leerlo le quitas todo el dinamismo y la espectacularidad con la que fue creado; el teatro no fue escrito para leerlo sino para verlo encima de un escenario. Yo prefiero ver una obra representada y después, si ha sido de mi agrado, decido buscar el libro para leérmelo, pero eso si, siempre después de haber visto la representación. Por ello esta obra no ha sido de mi agrado, no sólo por ser teatro y no verlo representado, sino también por lo típico de todo lo que se refiere a la obra.
5-. Bibliografía
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Enciclopedia Vox, edición 1996
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Historia de España. Tomo 5: “La frustración de un imperio”. Editorial Labor
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Enciclopedia Encarta, edición 2000
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Historia de la literatura española, editorial Vives
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Libro de texto 1º bachillerato, editorial Anaya
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Enciclopedia Plantea de Agostini
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El caballero de Olmedo, editorial Orbis
Índice
1-. Índice
2-. Introducción
2.1. España en el siglo XVII
2.2. El barroco en España
2.3 Características barrocas
2.4. El teatro clásico español
3-. Análisis de la obra y el autor
3.1. Vida y obra de Lope de Vega
Vida
Obra
3.2. Personajes de la obra
don Alonso
doña Inés
don Rodrigo
Tello
Fabia
doña Leonor
don Fernando
don Pedro
rey don Juan
condestable
Ana
labrador
sombra
3.3. Personajes dentro del siglo XVII
4-. Conclusiones
4.1. Pequeño resumen de la obra
4.2. Valoración critica y personal de la obra
5-. Bibliografía
El caballero de Olmedo
Por
Lope de Vega
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