Literatura
El caballero de Olmedo; Lope de Vega
Noviembre de 2001 DBH 4-C
Índice
Introducción
Movimiento literario
Autor
Género literario
Referencias históricas del caballero de Olmedo
Análisis del contenido
Resumen
Amor
Presagios y muerte
Análisis personajes
Análisis de la forma
Métrica
Figuras literarias
Léxico
Características conceptistas
Características culteranas
Conclusión
Opinión personal
Bibliografía
Introducción
Movimiento literario
El barroco está marcado por la decadencia y la crisis económica. En este siglo reinaron Felipe III, que reinó desde 1598 hasta 1621; Felipe IV, que rigió desde 1621 hasta 1665; y Carlos II, que gobernó desde 1655 hasta 1700. Los reyes tutelaban mediante validos o primeros ministros, como pueden serlo: los duques de Lerma y de Uceda, el conde-duque de Olivares...
Asimismo, en este siglo España pierde su hegemonía en Europa y se eternizan las dispendiosas guerras en los Países Bajos, en las que Holanda se independizó. En el año 1659, en la guerra contra Francia se perdieron los dominios del Rosellón, la Cerdaña y el Artois.
En el interior, igualmente, Portugal se independizó en el año 1640, y Cataluña se sublevó en el 1640. En el reinado de Carlos II, un endeble mental, no se pudo poner remedio a tales desventuras; al contrario murió sin descendencia, lo que fue el causante de la guerra de Sucesión, con lo que principiaría el siglo XVIII.
Las guerras, la peste y las crisis económicas aniquilaron a la población española, que baja hasta los ocho millones de habitantes, según algunas fuentes seis. La agricultura se empobrece y tanto la industria como el comercio menguan.
En cambio, la nobleza y el clero acrecientan su poder, en complicidad con reyes y validos. El número de eclesiásticos se incrementa con gentes movidas por la ambición o que huyen de la pobreza. Las crisis afectan primordialmente a los artesanos y campesinos. Además crece la miseria y aumenta la delincuencia.
Estas circunstancias crean un clima de malestar, unos sentimientos de inestabilidad, de descontento y hasta de angustia.
Se prolonga también aquel repliegue espiritual que sucedió con Felipe II. La creciente influencia de la iglesia y el papel que España había adquirido en la contrarreforma marcaron la cultura del siglo XVII. En muchos aspectos, se produce un retorno a las actitudes medievales. Se vuelve a una concepción teocéntrica, frente al humanismo del renacimiento. La inquisición sigue vigilando toda explicación de la naturaleza o del hombre que no se base en la acción directa y divina de dios. Por ello, cesan prácticamente en España la investigación científica y filosófica racional que apuntaban con el Renacimiento, y se impide el “nocivo” contacto con Europa. De esta manera España se retrasó respecto a la filosofía o la ciencia europea con la que estaba empezando la modernidad.
Paradójicamente, esta época de crisis y decadencia es también de esplendor artístico. El genio español, incapacitado de crear en otros terrenos, se manifiesta en el quehacer estético. Y así, estamos en nuestro segundo siglo de oro, que acontece entre la muerte de Cervantes en 1616 y la de Calderón en 1681.
La palabra barroco se formó del cruce de dos palabras: la portuguesa barroco (que significa perla irregular) y la italiana barocco (que significa razonamiento retorcido). Tuvo pues origen peyorativo; hoy simplemente designa la cultura característica del siglo XVII. Ésta es consecuencia es consecuencia del malestar, crisis, decadencia y tensiones religiosas.
Una palabra clave de aquella cultura es el desengaño. Ésta expresa el derrumbamiento del idealismo renacentista, con su amor por la vida y su visión holista del mundo. Ahora domina una visión negativa del mundo y de la vida. En los testos esto se manifiesta con algunos aspectos.
El mundo carece de valor, es caótico, y está lleno de dolor y de peligros.
La vida es inconsistente, es una sombra, una ficción, la vida es un sueño. Además viven adulterados porque hay un divorcio entre la apariencia y la realidad de las cosas.
La vida es breve, fugaz, todo cambia y se nos escapa, el tiempo pasa destruyéndolo todo, vivir es ir muriendo.
Los escritores ante la gravedad de los tiempos pueden adquirir diferentes posturas, veamos algunas:
La queja o la protesta, eso sí, dentro de lo que admita la censura; se puede apreciar en cierta literatura satírica y en algunas páginas de la picaresca.
La angustia vital, cuyas manifestaciones más agudas se irradiarán en la lírica de Quevedo.
La búsqueda de consuelo, en varios terrenos. En la religión, la citada actitud ascética instruía apartarse del mundo y poner los ojos en la otra vida. En la filosofía, tuvo gran presencia el estoicismo, que invitaba también a desasirse de lo mundano y a aceptar serenamente los sufrimientos y la muerte. Son actitudes que abundan en la poesía, en la prosa doctrinal...
La evasión, ora refugiándose en la estética pura, ora ofreciendo formas de diversión, a lo que respondió en buena medida en el teatro de la época.
En el barroco los autores españoles prolongan y acrecientan la tendencia a la ostentación formal que había empezado a manifestarse con el Manierismo.
Frente a la naturalidad y la armonía del renacimiento, el estilo barroco se caracteriza por el artificio, la intensidad, y la extremosidad. Esto tendrá diversas manifestaciones, pero entre todas destacan dos, el culteranismo y el conceptismo. Pero no todos los escritores siguen estas tendencias, los hay que mantienen un gran equilibrio entre el pensamiento y su expresión.
El culteranismo y el conceptismo se exteriorizan tanto en prosa como en verso. Ambos movimientos rompen el equilibrio clásico entre forma y contenido, pero lo hacen de modo diferente:
El conceptismo se preocupa esencialmente por el contenido, por el fondo, tiene una gran densidad de ideas. Busca la sutileza, la profundidad o la densidad. Sus recursos más característicos son los juegos de palabras y los dobles sentidos. El resultado suele admirar por su impresionante ingenio
El culteranismo se preocupa fundamentalmente por desarrollar la forma, tiene una gran densidad de figuras literarias. Busca la belleza, la riqueza sensorial, la ornamentación exuberante, la brillante dificultad. Lo caracterizan substancialmente el léxico culto, el retorcimiento sintáctico y las metáforas audaces. El resultado puede ser de una gran belleza formal.
Son dos estilos difíciles. El conceptista, por los conceptos o asociaciones sintéticas que hace entre ideas, a veces muy alejadas. El culterano, por las complicaciones de la forma y por sus alardes cultos.
Autor
Lope de Vega nació en Madrid el 25 de Noviembre de 1562 en el seno de una familia artesana. Desde muy pequeñito demostró una gran facilidad para las letras y estudió en un colegio de la Compañía de Jesús. Más tarde se salió a estudiar a las universidades de Alcalá y Salamanca. En 1683 marchó con la expedición de Álvaro de Bazán hacia las islas Azores y sirvió para conquistar la Terceira, la última isla que faltaba por incorporar a la corona de Portugal.
Cuando contaba con diecisiete años se enamoró de una actriz llamada Elena de Osorio, la cual estaba separada de su marido. Vivió un tormentoso romance con ella, que muchos años después, en la vejez de Lope, recrearía en su novela dialogada La Dorotea. Elena de Osorio fue la sutileza de sus poemas de esa época, pero al abandonarle su amada, hizo correr por Madrid unos versos provocativos contra ella y su familia, que le costaría un destierro de Madrid por ocho años. En 1588 salió de Madrid hacia Valencia.
Tres meses después, sobre mayo, se casó con Isabel de Urbina. Mujer de familia noble y un importante poder adquisitivo. Lope contó hazañas sobre su participación en la armada invencible en el 1588, pero los escalpelos no están seguros de que eso fuera verdad. Con su esposa Isabel, la Belisa de sus poemas, vivió en Valencia hasta 1590, y bajo el respaldo de varios duques vivió en Alba de Tormes, donde murió su esposa en 1594. El año siguiente, fue perdonado y volvió a Madrid, donde ya era admirado y famoso como autor teatral.
Ya en Madrid se enamoró de Micaela Luján. Ésta era una mujer bella e inculta a la que le dedicó versos como Camila Lucinda desde el año 1593. A pesar de que Micaela estuviera casada, mantuvo relaciones con Lope durante quince años, en los cuales tuvieron cinco hijos. Dos de ellos fueron los preferidos de Lope: Marcela y Lope Félix. A pesar de tener una relación con Micaela, el 25 de abril de 1598 contrajo matrimonio con Juana de Guardo. La cual era extremadamente vulgar y tenía un padre rico que era abastecedor de carnes. Con Juana tuvo varios hijos, pero de los cuales solo sobrevivieron dos: Juana y Carlos Félix.
En los primeros años del siglo XVII, Lope se convierte en un inmoderado. Amores desgraciados y difíciles se mezclan con una inagotable producción literaria y teatral. En 1604 publicó El peregrino y su patria. Ésta era una enmarañada novela en la que implantó la lista de las obras que había escrito hasta entonces. A sus 41 años ya había escrito 219 títulos. En el año 1608 terminó su relación con Micaela y hubo un cambio en el que se manifestó en los poemas religiosos que escribió. También aumentó su dedicación hacia su hogar y hacia sus hijos, sobre todo hacia Carlos Félix.
En 1609, publicó el poema Arte nuevo de hacer comedias en el cual expresaba su noción del teatro y que poco después se convertiría en el canon del teatro español de esa época:
Ruptura con los preceptos del teatro clasicista
Mezcla de lo trágico y lo cómico
Versos
Estrofas variadas
Intercalación de elementos líricos
En 1612 murió su hijo preferido, Carlos Félix, y un año después su mujer, Juana de Guardo. Entonces Lope sufrió un gran trance emocional y en 1614 se ordenó sacerdote. Pero los actores y el público seguían presionándole para que escribiera comedias, y entonces siguió escribiéndolas al mismo tiempo que volvió a galantear. En 1616 conoció a Maria de Nevares, que contaba con 26 años y a los 13 ya se había casado, pero contra su voluntad. Era guapísima y estaba concedida para la música y la literatura. Ésta, por esa época fue Amarilis y la Marcia Leonarda de sus poemas y novelas.
En 1621 su hija Marcela se alistó en el convento de clausura de las Trinitarias, quizá para huir de la vida irregular de su padre; y ese mismo año su hijo Lope Félix se marchó de casa para iniciar la carrera de armas, que le llevó a la muerte en un naufragio frente a las costas de Venezuela en 1634. Pero antes de esta muerte, hacia el 1623, Marta de Nevares se quedó ciega y luego perdió la razón hasta su muerte en 1632. Lope estuvo cuidándola abnegadamente hasta su muerte. En 1634 su hija Antonia Clara, de sólo 17 años, se fugó con un galán llevándose joyas y dinero consigo. A causa de esta fuga y de la muerte de su hijo Lope Félix, Lope se llenó de tristeza y el 27 de agosto de 1635 murió en Madrid. La muerte del grandioso poeta conmovió a los habitantes de Madrid que acudieron en masa a su desfile y posterior entierro, más interesados que con la muerte de la mayoría de sus reyes.
La fecundidad literaria de Lope es impresionante, cultivó todos los géneros reinantes en su tiempo. Escribió unas 1500 obras teatrales, de las que muchas de ellas se encuentran perdidas, entre las que se encuentran auténticas joyas de la literatura: El comendador de Ocaña, El caballero de Olmedo, El villano en su rincón, El castigo sin venganza, La dama boba, El perro del hortelano... Dar fecha a todas estas obras no es tarea fácil, pero se puede decir que sus mejores obras teatrales son las que están escritas a partir de la primera década del siglo XVII.
Las novelas: Escribió novelas pastoriles como La Arcadia en 1598; novelas bizantinas, un género de novela de aventura con una enredadísima trama de origen griego, como El peregrino en su patria, escrita en 1604; novelas cortas como Novelas de Marcia Leonarda, que escribió entre 1621 y 1624. Todas ellas tenían un estilo y argumento muy cervantino, pero su gran obra narrativa es La Dorotea, escrita en 1632, en la que Lope septuagenario rememora sus amores adolescentes con Elena de Osorio. Su estructura es como la de La Celestina en un clarísimo homenaje a Fernando de Rojas.
La Dorotea: Dorotea es una joven, hermosa y sensual viuda, que está enamorada del estudiante y poeta don Fernando. Pero cae ante los rendibúes de la celestina Gerarda y se entrega también a los amores del acomodado indiano don Bela. Don Fernando, que no se puede hacer a la idea de tener que verse a escondidas con su amante, consigue dinero de Marfisa, otra mujer enamorada de él, y huye de Madrid. Dorotea, enlutada, intenta suicidarse Menos mal que pasado un tiempo, Fernando regresa a Madrid y se reconcilia con él. Ahora es don Fernando quien divide su amor entre Dorotea y Marfisa, por lo que Dorotea decide recluirse en un convento, cosa que no hará porque tercia Gerarda en favor de su protector don Bela. Pero al final Fernando se enrola en la Armada Invencible y muere. La obra acaba en una escena de claro homenaje a La Celestina, donde don Bela es asesinado en un mitote callejero y cuando Dorotea se entera de lo sucedido se desmaya y al ir a auxiliarla Gerarda cae desde lo alto de una escalera y muere.
La lírica: En su obra lírica fue más innovador en formas y contenidos y manifiesta con gran libertad su temperamento, ya que funde vida y literatura, al igual que siglos después haría el romanticismo. Escribió todo tipo de composiciones, desde elegías a odas, aunque donde más se fulgura es en las composiciones de corte popular y en los sonetos. En cuanto a sus poemas épico-narrativos, Ludovico Ariosto y Torquato Tasso tuvieron una gran influencia, entre estos destacan los poemas: La hermosura de Angélica, escrita en 1602; La Jerusalén conquistada, escrita en 1609 o La Dragontea, escrita en 1602. Entre los poemas burlescos en cambio destaca La Gatomaquia, escrita en 1634. Ésta era una farsa en la que los protagonistas eran unos gatos callejeros que comentan su vida en Madrid. Muchos de los poemas estaban intercalados en sus obras en prosa, pero también las reunió en un libro llamado Las Rimas, escrita en 1602, que contenía doscientos sonetos.
Pero donde verdaderamente se exhibió la naturaleza creativa de Lope fue en el teatro. No le gustaba el teatro renacentista, de corte clásico, pesado, lento y sometido a la tiranía de las unidades de tiempo, lugar y acción; y lo rechazó. Tampoco le gustaba la rígida separación entre la tragedia y la comedia. Introdujo un nuevo personaje al teatro, que era el gracioso, un antihéroe que da a la obra profundidad dramática y conmueve por su humanismo.
En cuanto a la versificación se vale de la polimetría, o lo que es lo mismo, usa versos de arte mayor y menor y multitud de estrofas, en función del estado anímico del personaje y de la necesidad escénica y argumental. A pesar de que todas sus comedias giran en torno a la monarquía y a la religión, el pueblo es el que aparece como protagonista. Con estos ingredientes nació la comedia española o teatro nacional, y a su creador, Lope de Vega, le correspondieron críticas y recelos de muchos de los escritores de su tiempo, pero, en cambio, el reconocimiento más incondicional del público.
Las comedias de Lope no tienen demasiada profundidad psicológica, pero su magia se aloja en la acción y en los argumentos que toma de leyendas antiguas y de la historia, que presenta como reales aunque estén idealizados. De las 1.500 obras dramáticas que Lope dijo haber escrito, se conservan 426, de las que sólo 314 comedias son seguras, y 42 autos sacramentales; todas las demás se encuentran desaparecidas y son muy difíciles de fechar.
Entre las piezas teatrales de asuntos religiosos destacan: Lo fingido verdadero, que trata sobre la vida de san Ginés; El robo de Diana; Los trabajos de Jacob; El rústico del cielo; La hermosa Esther o El nacimiento de cristo.
Entre las de tema mitológico podemos encontrar: Las mujeres sin hombres, que trata de las amazonas; El marido más firme; El laberinto de Creta o El amor enamorado.
Entre las de tema histórico y legendario español pertenecen: El último godo; El bastardo Mudarra; El mejor alcalde; El rey; La Estrella de Sevilla; Fuenteovejuna; Peribáñez y El comendador de Ocaña, que se encuentra entre sus mejores obras.
Entre las de ambiente popular y costumbrista se encuentran: El perro del hortelano; El villano en su rincón; La dama boba; Los melindres de Belisa; La moza del cántaro y El acero de Madrid.
Lope de Vega abruma en su grandeza; Miguel de Cervantes le llamó “monstruo de la Naturaleza” con cierta envidia y desprecio, aunque también reconoció que había logrado “el cetro de la monarquía teatral”. Hoy se le sigue considerando como el primer dramaturgo español moderno que supo establecer un raciocinio con el público por medio de la tensión dramática y del talento y belleza de sus versos.
Género literario
Las obras teatrales del Siglo de Oro reciben la denominación genérica de comedia, aunque en muchos casos son auténticos dramas. En nuestro caso, esta obra es de esas obras las cuales son dramas.
En el género dramático, el autor no relata una acción, sino que la representa. Los personajes se expresan por medio del diálogo, sin intervención directa del escritor. Son los actores quienes interpretan ante el público a esos seres ficticios, y quienes, desde el escenario, convierten la obra teatral en espectáculo. En ello intervienen, además del texto, la declamación, la mímica, la caracterización física, el vestuario, el decorado y, en ocasiones la música.
Los actos dividen con interrupciones la acción dramática para facilitar el descanso de actores y público. Su número varía entre tres y cinco. Las escenas fragmentan el texto en las entradas y salidas de los personajes.
Tragedia, comedia y drama pertenecen a los géneros mayores del teatro.
La tragedia es la representación de los conflictos de un hombre y su destino. Los problemas que plantea la obra no tienen solución, por lo que su final es desgraciado. El héroe ejerce su libertad y lucha contra las normas establecidas. Esa transgresión de lo divino le lleva a la fatalidad. El horror que inspiran estas acciones al espectador produce un efecto de catarsis, o purificación de sus propias pasiones.
La comedia busca la diversión mediante las acciones cotidianas de personajes ridículos. Los conflictos que puedan plantearse se resuelven en un final feliz.
En el drama, los conflictos representados, aunque graves y transcendentes, tienen solución al alcance del hombre. Los personajes ya no son héroes idealizados que conviven con los dioses, sino figuras más cercanas a la realidad.
A lo largo de la historia, otros géneros dramáticos han tenido significación. Me refiero, por ejemplo, al auto sacramental, que aparece en la Edad Media. Son piezas religiosas, de un solo acto, en que unos personajes alegóricos transmiten las verdades de la Eucaristía. Al principio, se representaban en carros ambulantes durante la fiesta del Hábeas. Calderón de la Barca es el autor por excelencia del género.
El entremés, también español y de naturaleza breve, tiene un carácter cómico. Como el paso o la mojiganga, constaba de un único acto y se representaba en los entreactos de una obra mayor.
El sainete, aunque heredero directo del entremés, fue creado en el siglo XVIII. Se desarrolla también en un acto y refleja las costumbres y el habla populares. Pretende divertir. Ramón de la Cruz cultivó el género.
La renovación del teatro desde el romanticismo ha llevado a la experimentación de nuevas formas que han roto con los moldes tradicionales. El teatro del absurdo, en el que el espectador asiste a la desorganización de los antiguos esquemas, pretende mostrar lo absurdo de la condición humana. Lo mismo ocurre con el teatro de participación, los denominados happenings, que implican de forma activa al público.
Referencias históricas del caballero de Olmedo
El libro del caballero de Olmedo tiene referencias históricas y aunque existan dos teorías para desentrañar el origen de la narración, la de J. Sage y la de F. Rico, yo voy a comentar la de F. Rico que es la que se utilizó el escritor para escribir el libro.
Un miércoles, 6 de noviembre de 1521, don Juan de Vivero regresaba por el camino real de la villa de Medina del Campo hacia la villa de Olmedo (no en el camino de Olmedo hacia Medina ni en ninguna de las dos ciudades) a caballo junto con su mayordomo o escudero llamado Luis Juan de Herrera que montaba sobre una mula, cuando se encontró con un cierto Miguel Ruiz, que también era olmedano, le estaba esperando. Éste marchaba a caballo e iba armado con diversas armas y una lanza; junto a él también llevaba un puñado de hombres de a pie que estaban armados con coseletes y lanzas. Miguel nada más ver a Juan, dijo a sus hombres que se fueran a la retaguardia y blandiendo la lanza se la arrojó a Juan matándolo violentamente. No contento con matar a Juan, mandó a sus acompañantes que terminaran con la vida del escudero o mayordomo, pero éste consiguió escapar y denunciar los sucesos ocurridos.
Pero don Juan, no era una persona cualquiera, era de linaje y próceres poetas, estaba casado con doña Beatriz de Guzmán, era caballero de Santiago, se había distinguido en la toma de Tordesillas y en Villamar y acababa de ser nombrado regidor de Olmedo. Entonces su esposa Beatriz, que estaba convencida de que el asesinato ocurrió por consejo y mandato de la madre de Miguel, denunció el asesinato repetidas veces, pero lo único que consiguió fue que detuvieran a dos cómplices directos. Unos años mas tarde, en 1522, consiguió que se declarara a Miguel enemigo legar. Esto quería decir que todos los familiares del asesinado podían luchar contra Miguel sin ningún posterior cargo legal. Pero Miguel desapareció de la península escondiéndose en un convento de Valladolid. Cuando los caballeros amigos de Juan se enteraron, fueron a buscarle. Pero Miguel ayudado por los monjes y la oscuridad de la noche consiguió escapar a trabes de unos pinares. Después de caminar nueve leguas consiguió llegar a Segovia, ciudad en la que vivía un tío suyo. Éste decía que su pariente no había cometido el asesinato premeditadamente; pero al final, después de indagar mucho, se supo que había cometido el acto contra don Juan porque uno de los suegros de éste, don Pedro de Silva, agravió a Miguel Ruiz al negarle unos galgos en préstamo. Entonces Miguel, de unos dieciocho años, azuzado por su madre, pensaba en la venganza. Don Juan intentó mediar con él, pero lo único que consiguió fueron promesas de venganza. Al de unos días, como los Reyes Católicos estaban de visita en Medina, se ordenaron unas fiestas de toros y cañas a las que don Juan acudió. Pero a la vuelta de Olmedo, Miguel le estaba esperando en el camino y nada más verlo le desembuchó una estocada que lo mató rápidamente.
Análisis del contenido
Resumen
Don Alonso, un noble caballero de Olmedo, al ir a la feria de Medina junto con su sirviente, llamado Tello; ve a una hermosa dama vestida de labradora, de la que se enamora. Entonces contrata a una alcahueta, de nombre Fabia, a la que le da una carta amorosa que ésta tendrá que dar a doña Inés, la dama vestida de labradora, a cambio de un collar. Fabia va a casa de Inés con la excusa de que vende cosméticos y le incita a leer unos papeles entre los cuales se encuentra la carta amorosa, entonces le entrega la carta y la convence para que responda a la carta, pero en una de éstas, entra su prometido, don Rodrigo, junto con su sirviente, don Fernando, por la puerta y al encontrarse con Fabia se disgustan pero las mujeres les convencen de que es la honorable anciana que limpia la ropa. Más tarde, Inés responde a la carta de Alonso y Fabia se la lleva a éste. Al llegar a donde él, Alonso no quiere leerla por miedo a que tenga malas noticias y le dice a Tello que la lea y que si no trae buenas noticias que no se la entregue. Después de leerla se la entrega, por lo que tiene buenas noticias. En ésta se dice que Alonso debe de ir a casa de Inés a recoger un listón verde de chinelas, que ésta dejara en la reja del jardín por la noche para el próximo día Alonso se lo ponga en el sombrero y puedan reconocerse. Pero cuando llega la noche y Alonso va junto con Tello a por el listón se encuentran con que Rodrigo y Fernando pasaron a dar una vuelta por casa de Inés y que habían encontrado en listón, entonces deciden irse. En un momento, Inés ve a Rodrigo con el listón y piensa que Fabia le ha tendido una trampa para que se enamorara de su prometido, porque en el fondo no estaba enamorado de él. Al de un rato aparece Fabia y le explica lo ocurrido, y también le dice quien es en realidad su amante, el caballero de Olmedo: la gala de Medina, la flor de Olmedo.
Dos días más tarde Tello y Alonso van hacia Medina hablando, cuando Tello le insinúa a Alfonso sobre la peligrosidad de este romance, puesto que está Fabia la alcahueta con su magia por medio, pero Alonso le contesta que el amor tiene que soportar cualquier tipo de peligro. Al de un rato llegan a casa de Inés y entonces Alonso e Inés empiezan a condescenderse. Pronto llega don Pedro, padre de Inés, por lo que Alonso y Tello se ven en la obligación de esconderse. Don Pedro sorprendido de ver a su hija despierta a altas horas de la mañana le pregunta que qué hace despierta a esas horas, Inés le responde que estaba rezando. Pero también le cuenta que quiere ser monja por lo que necesita que le haga cortar un hábito cuanto antes y que le busque un profesor de canto que asimismo le enseñe latín. Don Pedro no le niega la palabra de dios y promete esforzarse en encontrar una mujer que le enseñe tanto latín como canto. Al irse don Pedro Alonso y Tello vuelven a aparecer, como Inés ya no esta comprometida, Alonso lo tendría más fácil, pero ahora tiene que contar con que Inés es monja. Entonces deciden que Tello sería su profesor de latín, que sería el que llevaría las cartas de amor a Inés, y que Fabia seria su profesora de virtudes y costumbres. Así lo planearon y así lo desempeñaron. Fabia y Tello consiguieron ser los maestros de Inés. Todo les salió muy bien, lo que pasa es que al ser Inés una monja no pudo acudir a la feria de Media a la que el rey asistiría. Pero Alonso si que acudió a pesar de tener una revelación de su alma en un sueño en el que éste moría.
Con la feria ya empezada Alonso empezó a tomar parte es ésta, en la cual destaca como gran jinete picador de toros. Don Rodrigo incapaz de soportar todas las marrullerías que el público estaba echando a don Alonso, se ve en la obligación de meterse en la feria. Don Alonso antes de dejar de lucirse, le dice a Tello que vaya a donde Inés y le diga que se prepare para hablar con él antes de que éste parta hacia Olmedo para que sus padres no piensen que a sido asesinado por uno de los toros. Pero mientras Tello va a donde Inés, don Rodrigo entra en la faena, y necesita la ayuda de Alonso para salvarse la vida después de haberse caído del caballo delante de un toro. Por lo tanto don Rodrigo se encuentra furioso por deberle la vida al hombre del que tiene celoso. Antes de partir hacia Olmedo, don Alonso pasa por casa de Inés a hablar con ella. Después de hablar, al partir, Alonso ve una sombra de la cual se asusta, pero no le da más importancia y piensa que es su imaginación, por lo tanto prosigue su camino. Pero cuando ya estaba cerca de su casa se siente amenazado por un silbido de una de sus canciones, alertado por lo sucedido con la sombra, se prepara para el combate y decide averiguar quien el que silba la canción. Pero no es más que un campesino, por lo que se despreocupa. Al de pocos instantes ve acercarse a unos caballeros, los cuales distingue casi al momento, son don Fernando y don Rodrigo. Alonso al ver que es don Rodrigo se despreocupa sabiendo que le a salvado la vida y no cree que le haga nada. Pero contra todos los pronósticos le mata y huye hacia Medina. Al de un rato llega Tello que se encuentra a Alonso en el suelo y le ayuda a llegar ante sus padres. Mientras todo esto sucede, Inés le cuenta la verdad sobre Alonso a su padre y accede a que se casen. Tello después de dejar a Alonso en su casa, parte hacia Medina dejando a los padres y a la casa de éste de luto. Cuando llega a Medina se encuentra con don Fernando y don Rodrigo que tras la muerte de Alonso iban a pedir las manos de Leonor y Inés respectivamente. Pero Telo le cuenta lo sucedido al rey que también se encontraba en la casa y logra que el rey haga ahorcar a Fernando y Rodrigo dando fin a la obra del caballero de Olmedo.
Amor
El amor lo podemos encontrar extensamente a lo largo de toda la obra. Pero donde empieza y donde más importancia tiene es en el primer acto. En el primer acto podemos encontrar como en épocas anteriores a la nuestras cómo era el amor y que es lo que debía de hacer un hombre enamorado para llegar a conocer a su amada sin romper las normas del amor cortes, no es como los días de hoy en los que las personas pueden acercarse las unas a las otras sin conocerse y conocerse, si no que antes alguien las tenía que presentar; tarea que desempeñaban las alcahuetas en muchas ocasiones a cambio de dinero u objetos de valor. En los demás actos también aparece, pero tienen más importancia las acciones que deben realizar los personajes para conseguir el amor entre Inés y Alonso, que el amor mismo entre éstos dos.
Presagios y muerte
Entre los presagios de muerte de esta obra podríamos meter como antes de que Tello y Alonso partieran hacia la feria de Medina, a la que asistiría el rey; Alonso tuvo un sueño en el que la muerte llegaba a un jilguero a manos de un azor que salía de debajo de un almendro. La cual podríamos tomar como un presagio de su propia muerte. Pero Alonso no hizo caso del sueño y partió hacia Medina junto a Tello. Luego, al volver hacia Olmedo, don Rodrigo le estaba esperando con unos seis hombres sin contar a don Fernando que también estaba y lo matan sin dejarle la oportunidad de defenderse. Dentro de este punto también podríamos meter como el rey al enterarse de las acciones que don Fernando y don Rodrigo habían realizado decide apresarlos para ahorcarlos el siguiente día.
Análisis personajes
Los personajes de este libro son muy variados, pero yo solo voy a comentar a Fabia, Rodrigo, Inés y Alonso:
Fabia: Es una alcahueta bastante veterana y cicatera, que ayuda a don Alonso a comenzar su relación con doña Inés al llevarle una carta amorosa en la que Alonso demuestra su amor hacia Inés. También es la que con la ayuda de Tello va a donde el ahorcado para quitarle una muela y la que hace pasar por eclesiástica para poder hacer que enseña a Inés.
Rodrigo: Es el prometido de Inés, pero Inés no le ama. Es el que encuentra el listón en la reja del jardín antes de que Alonso lo encuentre. También es el que es salvado de los toros por Alonso y luego termina matándolo.
Inés: Es admirable y joven, goza de unos ojos admirables y unas manos afables y claras. Es la prometida de Rodrigo y la hija de don Pedro. Pero no está de acuerdo con lo de casarse con él, por eso cuando un admirador, Alonso, le escribe una carta de amor se alegra y empieza a enamorarse de él. Como ya estaba comprometida, para librarse de ese compromiso le dice a su padre que quiere hacerse monja, de esa manera se libra del compromiso con don Rodrigo y queda libre para don Alonso, con el que termina casándose aunque este muera.
Alonso: Es un apuesto caballero olmedano cuyo sirviente es Tello, tiene unos padres un tanto viejos que son muy ricos y tienen muchas tierras, por lo tanto su único hijo, Alonso es el heredero de más de diez mil ducados de renta, es el más noble y cuerdo caballero de Castilla, al que el rey grandes mercedes le ha hecho. Es gallardo, galán y brioso; es el que va a la feria de Medina y al ver a una dama se enamora de ella, contrata a una alcahueta y le manda una carta amorosa para conocerla. Alonso le manda cartas mediante Tello que se hace pasar por su profesor de latín. Igualmente es éste el que tiene un presagio de muerte en uno de sus sueños. También es el que hace una magnífica actuación en la feria de medina y termina siendo asesinado por don Rodrigo cuando iba de camino para Olmedo.
Análisis de la forma
Métrica
El caballero de Olmedo es una obra polimétrica, porque no usa solamente un tipo de versos sino que usa diez tipos de estrofas distintas y a diferentes cantidades: la redondilla, que es usada en el 47% de la obra; el Romance, que es usado en el 36% de la obra; las décimas, que son usadas en el 5% de la obra; las quintillas, que son usadas en el 3% de la obra; los tercetos, que son usados en el 2% de la obra; el romancillo, que es usado en el 1% de la obra; las octavas, que son usadas en el 1% de la obra; el soneto, que es usado en el 0.5% de la obra; las seguidillas, que son usadas en el 0.4% de la obra y la quintilla hexasílaba, con la que solo podemos contar 5 veces en la obra,
La métrica entre los versos 2304 y 2343 y entre los versos 2393 y 2416 es la siguiente:
Entre 2304 y 2343: Entre estos versos podemos encontrar octavas reales, que son de arte mayor, de origen italiano. Estos constan de ocho endecasílabos que riman en ABABABCC de forma consonante..
Entre 2393 y 2416: Entre estos versos podemos encontrar una forma métrica bastante sencilla, la redondilla, éstas son estrofas de arte menor de cuatro versos que constan de octosílabos que riman en abba de forma consonante.
Figuras literarias
Las figuras literarias de este libro entre los versos 322 y 337 y entre los versos 1791 y 1813 son las siguientes:
Entre los versos 322 y 337 encontramos unas estrofas en las que Fabia se encuentra hablando con Leonor, contándole como cuando era joven y bella, enamoraba a galanes, pero como ya era vieja y había perdido su belleza, hacía mucho tiempo que no entraba un hombre por su casa. En este segmento del libro podemos encontrar cuatro interrogaciones retóricas, dos metáforas y un símil.
La interrogación retórica se sitúa en el verso 323, cuando Fabia le pregunta a Leonor -¿Veisme aquí?- Esto es una interrogación retórica porque es una pregunta que no requiere respuesta, porque está evidente cual es la respuesta y solo se usa para llamar la atención de Leonor.
La segunda interrogación retórica se sitúa en el verso 327, cuando Fabia le pregunta a Leonor -¿Quién no alababa mi brío?- Esto es una interrogación retórica porque es una pregunta que no requiere respuesta, porque está evidente cual es la respuesta y solo se usa para llamar la atención de Leonor.
La tercera interrogación se encuentra en el verso 329, cuando Fabia le pregunta a Leonor -Pues ¿Qué seda no arrastraba?- Esto es una interrogación retórica porque es una pregunta que no requiere respuesta, porque está evidente cual es la respuesta y solo se usa para llamar la atención de Leonor.
La cuarta interrogación retórica se encuentra en los versos 333 y 334, cuando Fabia le pregunta a Leonor -¿Qué regalos no tenía desta gente en hopalandas?- Esto es una interrogación retórica porque es una pregunta que no requiere respuesta, porque está evidente cual es la respuesta y solo se usa para llamar la atención de Leonor.
La primera metáfora se encuentra en el verso 335, cuando Fabia dice -Pasó aquella primavera- pero lo que de verdad nos quiere decir es que, esa época en la ella era bella ya ha pasado. Nos sustituye el término primavera por el vocablo época.
La segunda metáfora se encuentra en el verso 336, cuando Fabia dice -no entra un hombre por mi casa- pero lo que de verdad nos intenta decir es que hace mucho tiempo que no está con un hombre, que hace mucho tiempo que no entra nadie en su corazón. Nos sustituye la locución casa por la dicción casa.
El símil se encuentra entre los versos 337 y 338, cuando Fabia dice -que, como el tiempo se pasa, pasa la hermosura- aquí nos compara como cuanto más pasa el tiempo, menos hermosura tienes.
Entre los versos 1791 y 1813 encontramos unas estrofas en las que Tello se encuentra hablando con Alonso, está convenciendo a Alonso de que vaya a la feria de Medina, porque su amada doña Inés le espera. En estas estrofas del libro podemos encontrar dos hipérbatos, una metáfora, una serie de sustantivos, tres hipérboles, un paralelismo y una antítesis.
El primer hipérbaton se encuentra en el verso 1791, cuando Tello empieza a hablar con Alonso y dice -Mal a doña Inés le pagas- aquí nos cambia el orden lógico de la frase, que en realidad sería -A doña Inés le pagas mal-
El segundo hipérbaton se encuentra en el verso 1811, cuando Tello contesta a Alonso -Tú me verás en la plaza hincar de rodillas toros delante de sus ventanas- Aquí también nos cambia el orden lógico de la frase, que en realidad sería -Tú, en la plaza, hincar de rodillas toros delante de sus ventanas me veras-
La metáfora se encuentra entre los versos 1791 y 1794, cuando Tello empieza a hablar a Alonso -Mal a doña Inés pagas aquella heroica firmeza con que atrevida contrasta los golpes de la fortuna- pero lo que de verdad nos intenta decir es que qué mal se lo agradece. Nos sustituye la locución agradeces por la palabra pagas.
La serie de sustantivos se encuentra en el verso 1799, cuando Tello dice -Lleva el ánimo que sueles, caballos, lanzas y galas- aquí tenemos una serie de tres sustantivos.
El paralelismo se encuentra en los versos 1800 y 1801 cuando Tello le dice a Alonso -mata de envidia los hombres, mata de amores las damas- aquí podemos ver como es las dos frases, que son dos versos distintos, se repite la misma estructura sintáctica.
La primera hipérbole se encuentra en el verso 1800 cuando Tello le dice a Alonso -mata de envidia los hombres- aquí observamos como tenemos una hipérbole porque al fin y al cabo es una importante exageración en la que a don Alonso se le adula.
La segunda hipérbole se encuentra en el verso 1801 cuando Tello le dice a Alonso -mata de amores las damas- aquí observamos como tenemos una hipérbole porque al fin y al cabo es una importante exageración en la que a don Alonso se le adula.
La tercera hipérbole se encuentra en los versos 1807 y 1808 cuando Alonso le responde a Tello -Las penas anticipadas dicen que matan dos veces- aquí observamos como tenemos una hipérbole porque al fin y al cabo es una importante exageración en la que se dice que las penas son exageradamente fuertes de asimilar para el hombre.
La antitesis se encuentra en el verso 1810 cuando Alonso le dice a Tello -no como pena, que es gloria- aquí podemos ver dos frases que tienen dos significados que son opuestos.
Léxico
El léxico utilizado por Lope de Vega es fundamentalmente cotidiano. Pero lo que sucede es que este lenguaje se encuentra enriquecido, por una parte por italianismos y por otra por americanismos. Lope exhibe sus conocimientos de distintos campos: filosófico, médico, técnico, matemático, histórico... Pero no solo esto, porque este vocabulario se enriquece con términos extraídos de las bellas artes, de la ciencia... Luego además, estos rasgos quedan reforzados por latinismos que usa. Pero todo esto no impide que Lope utilice recursos cómicos, por ejemplo, usa frases en latín macarrónico: codicialle, en el verso 1341; matalle, en el verso 1370; Domine ad iuvandum me festina, en el verso 1460 o Dominus meus en el verso 1518. El léxico de Lope es un léxico que en el fondo se deja gustar.
Características conceptistas
El culteranismo nos lo podemos encontrar tanto en prosa como en verso, este movimiento literario rompe el equilibrio clásico entre forma y contenido, pero lo hace de modo diferente al del culteranismo.
El conceptismo se preocupa esencialmente por el contenido, por el fondo, tiene una gran densidad de ideas. Busca la sutileza, la profundidad o la densidad. Sus recursos más característicos son los juegos de palabras y los dobles sentidos. El resultado suele admirar por su impresionante ingenio. Estos son algunos de los ejemplos conceptistas que podemos encontrar en esta obra:
Juegos de palabras: Por ejemplo los juegos de palabras los podemos encontrar en el verso 886 -la gala de Medina, la flor de Olmedo-
Dobles sentidos: No he podido encontrar ningún doble sentido en la obra.
Características culteranas
El culteranismo lo podemos encontrar tanto en prosa como en verso, este movimiento literario rompe el equilibrio clásico entre forma y contenido, pero lo hace de modo diferente al del conceptismo.
El culteranismo se preocupa fundamentalmente por desarrollar la forma, tiene una gran densidad de figuras literarias. Busca la belleza, la riqueza sensorial, la ornamentación exuberante, la brillante dificultad. Lo caracterizan substancialmente el léxico culto, el retorcimiento sintáctico, referencias mitológicas y las metáforas audaces. El resultado puede ser de una gran belleza formal. Estos son algunos de los ejemplos culteranos que podemos encontrar en esta obra:
Densidad de figuras literarias: Por ejemplo las densidades de figuras literarias las podemos encontrar entre los versos 1958 y 1968.
Retorcimiento sintáctico: Por ejemplo los retorcimientos sintácticos los podemos encontrar en los versos 1791 -Mal a doña Inés le pagas- o 1811 -Tú me verás en la plaza hincar de rodillas toros delante de sus ventanas-.
Metáforas audaces: Por ejemplo las metáforas audaces las podemos encontrar en el verso 335 -Pasó aquella primavera- o entre los versos 1791 y 1794 -Mal a doña Inés pagas aquella heroica firmeza con que atrevida contrasta los golpes de la fortuna-
Referencias Mitológicas: Por ejemplo las referencias mitológicas las podemos encontrar en el verso 46 -Hipócrates celestial- en el verso 859 - Armado parece Aquiles mirando de Troya al cerco- en el verso 861 -con galas parece Adonis- en el verso 920 -Leandro pasaba un mar- en el verso 1027 -y el sol los que aguarda el día- esta es especial porque directamente no es una referencia mitológica pero se refiere a los caballos del carro de Febo, en el que va el sol.
Conclusión
En conclusión esta obra es de un gran valor histórico, en la que se cuentan los amoríos del caballero de Olmedo, pero también nos enseña como por intentar conseguir a una mujer ya comprometida es asesinado por otra persona celosa
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Opinión personal
En mi opinión esta obra esta muy bien pero tiene un fallo para mi gusto, y es que esta escrita es verso y me cuesta mucho entenderla. De lo contrario sería una obra fabulosa y entretenida.
Bibliografía
El caballero de Olmedo, Lope de Vega, Cátedra, sexta edición de Francisco Rico
Nueva enciclopedia temática planeta
Nueva enciclopedia Larousse, planeta
Lengua castellana y literatura, ESO 3, Anaya
Lengua castellana y literatura 4, Anaya
Encarta 2000
II
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Enviado por: | Sunrider |
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