Literatura


El aleph; Jorge Luis Borges


EL INMORTAL:

El autor sitúa la historia en Londres en Junio de 1929 cuando un anticuario (Joseph Cartaphilus), ofrece a una princesa los 6 volúmenes de la Iliada de Pope.

En el último tomo de la Iliada, se encuentra un manuscrito, que es realmente la historia que Borges nos cuenta.

En la época en que Diocleciano era emperador, un tribuno de una legión oyó de un jinete moribundo que existía un río que daba la inmortalidad y que en su margen ulterior se elevaba la ciudad de los Inmortales. El tribuno decide ir en busca de este río y esta ciudad, y sale con 200 soldados. Después de muchas peripecias el tribuno se queda solo y llega a la ciudad de los inmortales bebiendo de un arroyo casi seco y lleno de barro.

Logra penetrar en la ciudad a través de un laberinto de cavernas y puertas y al llegar se da cuenta que nada en su construcción tiene sentido.

Decide salir de allí y al llegar de nuevo a la cueva por la que entró se encuentra a un “troglodita” que anteriormente le había acompañado y decide llamarlo Argos (el perro de Ulises) y enseñarle a hablar, no lo consigue, pero un día comienza a llover y de pronto Argos pronuncia unas palabras pertenecientes a la Odisea. Le pregunta que sabe de la Odisea y este le contesta que hará más de 100 años que la escribió.

En ese momento, se da cuenta de que los trogloditas son los inmortales, y que el arroyo de donde bebió era el arroyo que buscaba, por lo tanto, también él era inmortal. Realiza una serie de reflexiones sobre la inmortalidad:

- Hay religiones, como la cristiana y la musulmana que profesan la inmortalidad, pero en realidad sólo creen en la vida material, ya que el resto de los siglos venideros están siempre referidos a como se hayan desarrollado los años en los que vives materialmente.

- Un hombre inmortal puede ser a la vez todos los hombres, ya que durante la eternidad, puede suceder todo lo bueno, pero también todo lo malo, se pueden tener todas la virtudes y todos los defectos y hasta se puede escribir por lo menos una vez la Odisea.

- Lo que hace mortal es la consciencia de lo que significa la muerte, los seres que no la tienen, son inmortales.

- Lo que hace importante a un acto, es que no se volverá a repetir, cuando el futuro es infinito, nada es original; por esto los inmortales son seres apáticos que limitan su actividad al pensamiento.

Viendo que la inmortalidad no es lo ideal, el tribuno decide buscar el río que le devuelva la mortalidad.

EL MUERTO:

Habla de la historia de un hombre (Benjamín Otálora), de ojos claros, valiente, osado y ambicioso que tiene que huir de su país a causa de una pelea y se dirige a Uruguay con una carta de presentación para Azevedo Bandeira.

La primera vez que se encuentra con Acevedo es una pelea que presencia y en la que participa atraido por el peligro que representa. Azevedo Bandeira era un hombre fuerte con una cara mestiza y una cicatriz que le cruzaba la cara. Después de la pelea, el patrón lo manda llamar y le propone viajar al norte. Otálora acepta y en un año se hace gaucho y pasa a ser un hombre de Bandeira que tiene entre sus muchos negocios el contrabando.

Otálora decide ascender a contrabandista y demostrar que vale más que el resto de los hombres de Azevedo

Después de dos años, va a Montevideo a casa del patrón y allí se entera de que está enfermo, cuando lo ve acompañado de una hermosa mujer, observa sus canas y se indigna de que lo esté mandando un viejo.

Poco a poco empieza a abrigar las esperanzas de sustituir a Bandeira e incluso de entrar en el corazón de su mujer.

Otálora comienza a desobedecer a Azevedo, a ignorar sus órdenes y durante algunas luchas se hace amigo de Suárez al que le cuenta su plan de sustituir al patrón. Incluso llega a dormir con su mujer.

Una noche, donde todos los hombres comen y beben, Azevedo obliga a la mujer a darle un beso a Otálora en público; Suárez le apunta con un revolver y él comprende, antes de morir, que le han permitido gozar hasta ese momento porque para ellos “ya estaba muerto”.

LOS TEÓLOGOS:

Trata de la historia de dos teólogos, Aureliano y Juan de Panomia. Su misión era rebatir las herejías que iban surgiendo a lo largo de los años.

A las orillas del Danubio surge la secta de los monótonos que defendían que la historia es un círculo en el que todo se repite.

Aureliano elaboró un complejo tratado argumentando intrincados razonamientos y citando por ejemplo a San Agustín (“Jesús es la vía recta que nos salva del laberinto circular en que andan los impuros”). Leyó muchos libros de su biblioteca que hasta ese momento no había abierto, y todo para ganar a Juan de Panomia, el cual también iba a rebatir esta herejía.

Cuando le llegó a Aureliano la reputación de Juan, éste sintió una gran humillación y envidia, ya que sus razonamientos eran cortos y claros diciendo entre otras cosas “no hay dos caras iguales, no hay dos almas iguales, el tiempo no rehace lo que perdemos”.

Aureliano y Juan de Panomia siguieron siendo rivales, combatiendo las mismas herejías, pero a Aureliano sólo le importaba superar a Juan.

Surgió una nueva secta, los histriones, cuyos símbolos eran el espejo y el Obolo, defendían que lo que hay abajo es igual que lo de arriba. Nuestros actos proyectan un reflejo. Otros histriones decían que el mundo acabaría cuando se agotaran las posibilidades, ya que no puede haber repeticiones. Estos últimos herejes eran los de la diócesis de Aureliano.

Cuando Aureliano se puso a redactar la tesis de que no hay dos momentos iguales, como decían los histriones, le vino de repente una inspiración, y al escribirla se dio cuenta de que las palabras eran las que Juan de Panomia había escrito años atrás cuando rebatía la doctrina de la rueda y decidió dejarlas en su escrito añadiendo que lo que hoy decían los histriones ya lo había dicho un teólogo con más ligereza que culpa. Por esta afirmación, Juan de Panomia fue quemado en la hoguera y Aureliano se deshizo por fin de su adversario.

Años después, Aureliano murió quemado en un bosque que ardió por un rayo y al legar al cielo Dios lo confundió con Juan de Panomia. Ahí es cuando se dio cuenta de que ante Dios, Juan y él eran la misma persona.

EL GUERRERO Y LA CAUTIVA:

El autor nos cuenta dos historias que aunque en principio podrían parecer antagónicas, son en realidad dos historias paralelas.

La primera historia es de Droctulft, un bárbaro que comienza por asediar Rávena junto a los suyos, pero el conjunto de jardines, estatuas, capiteles, templos, etc. de esa ciudad, acabó por atraparlo, y llegó a morir por defenderla.

No traicionó a los suyos, sino que simplemente encontró algo que le dio nuevo sentido a su vida.

La segunda historia, es la que le contó la abuela inglesa del autor, de cómo una vez que comento su destino de desterrada en una tierra lejana le presentaron a otra inglesa con la cara pintada que llevaba muchos años sin hablar su lengua, y casada con un “capitanejo”, la mujer mayor, conmovida por la vida que llevaba esta le ofrece su protección, pero ella le responde que es feliz y vuelve al desierto.

Tanto el bárbaro como la mujer, abrazaron formas de vida distintas a las que conocían haciéndolo con total entrega.

BIOGRAFÍA DE TADEO ISIDORO CRUZ (1829-1847):

Este cuento nos relata cómo una sola noche sirvió a un hombre para conocerse a sí mismo.

Tadeo Isidoro fue un hombre en cuya formación fue fundamental la llanura.

En 1849 llego a Buenos Aires con una tropa y fue tal el recelo que le produjo, que se pasó todo el tiempo en una fonda lo que provocó las burlas de un peón al que acabó por matar, lo detuvieron después de una encarnizada lucha y lo mandaron a un fortín como soldado; al cabo del tiempo fue ascendido a sargento de la policía rural.

La noche que cambió su vida fue cuando al ir a detener a un hombre que en una borrachera había matado a otro, lo acorralaron y este se defendió, con gran fiereza, al igual que lo había hecho èl en otros tiempos y de pronto Cruz comprendió que “no es mejor un destino que otro” pero que es fundamental que cada uno acepte el suyo. Y en ese momento supo cual era su sitio y luchó al lado de aquel hombre, Martín Fierro, en contra de los soldados.

ENMA ZUNZ:

Comienza esta historia cuando Enma Zunz recibe una carta anunciándole el suicidio de su padre. Rompe a llorar y recuerda el tiempo que, junto con su madre, eran felices y cómo después vino la deshonra cuando lo acusaron de robar en la fábrica donde trabajaba. Él le aseguró que no era culpable y que el verdadero ladrón era Aarón Loewenthal que ahora era uno de los dueños de la fábrica. Este secreto entre su padre y ella hacía que lo sintiera más cerca. Quería que pasara el día pero se dio cuenta que la muerte de su padre era lo único que había sucedido en el mundo para ella y seguiría sucediendo sin fin.

Decidió hacer justicia y se entregó a un hombre cualquiera después de haber quedado con Aarón Loewenthal con la excusa de informarle sobre una huelga que estaba prevista en la fábrica.

Fue a encontrarse con Aarón, hombre avaro que vivía solo en la planta de arriba de la fábrica y cuando él salió de la habitación ella cogió un revolver y le disparó 3 veces hasta matarlo. Después llamó a la policía y lo acusó de haber abusado de ella.

Por fin se había hecho justicia, la acusación era cierta por lo que le había hecho padecer y sólo eran falsas las circunstancias y uno o dos nombres propios.

LA CASA DE ASTERIÓN:

Este cuento nos relata la historia de Asterión (hijo de la reina) que vive recluido en una casa muy singular con infinitas puertas que no tienen cerraduras, no hay muebles y existen numerosos pasadizos, habitaciones, corredores y patios.

Se siente algo solo y prisionero aunque puede salir cuando quiere y de hecho, alguna tarde pisó la calle, pero le dan miedo las caras de las gentes y enseguida vuelve a su hogar donde juega al escondite, a correr por las galerías, a estar dormido. Pero su juego preferido es cuando lo visita el otro Asterión, al que le enseña la casa.

Su hogar es el mundo, en el todo está repetido infinitas veces (14 veces), sólo hay dos cosas que no se repiten, el Sol y Asterión.

Cada nueve años entran nueve hombres en la casa y Asterión los libera de todo mal con la muerte, uno de ellos le profetiza que algún día a él también lo liberarán y desde entonces lo espera preguntándose cómo será,

Una mañana llega su salvador y Asterión, el Minotauro, muere sin defenderse porque sabe que irá a un sitio mejor donde no estará tan sólo.

LA OTRA MUERTE:

Un hombre recibe una carta en la cual entre otras cosas le anuncian la muerte de D. Pedro Damián reviviendo la jornada de Masoller, una gran batalla.

Este hecho inspiró a este hombre para escribir un relato sobre la derrota de Masoller y unos meses después fue a cenar con el coronel Dionisio Tabares, el cual al preguntarle por el tal Damián dijo que este había servido con él y que en el momento de la batalla no se portó como un valiente. Esto dejo algo avergonzado al narrador de esta historia y comprendió que Pedro Damián había estado aislado hasta el momento de su muerte, no buscando la soledad sino por puro bochorno.

Pasado el tiempo y buscando cómo acabar su relato, volvió a casa del coronel y como siempre salió en la conversación la batalla de Masoller, un tal Amaro, sorprendentemente, dio una nueva versión de lo sucedido, hablando de Pedro Damián como de un valiente que murió en la batalla sin haber cumplido ni siquiera los veinte años y porque iba en la punta de ataque cuando una bala le atravesó el pecho.

El coronel no logró en esta ocasión recordar nada, aunque más tarde si lo hizo en una carta.

Ante las versiones contradictorias que había recogido, pensó que lo más lógico es que hubiera dos Pedros distintos.

Fue hasta la ciudad donde había muerto Pedro Damián y no logró que nadie se acordara de él por lo que pensó que podía haber sucedido que Damián hubiera muerto en Masoller y que le hubiera pedido a Dios volver a entre Ríos y este le concedió su deseo pero al ser un hombre que había muerto no era mas que una sombra, viviendo en soledad, sin mujer y sin hijos y por eso se acordaba de él.

Otra posibilidad quizá la verdadera es que Damián se portó como un cobarde en el campo de batalla y pasó toda su vida esperando otra oportunidad que le llegó a la hora de la muerte, muriendo en el campo de batalla como un valiente. Dios cambió las consecuencias de su acto en el pasado y por esto el coronel al principio se acordó de su cobardía, lo olvidó más tarde y volvió a acordarse de Pedro Damián como un valiente al final.

DEUTSCHES REQUIEM:

Esta es la historia de Otto Dietrich que comienza a relatarla cuando va a ser fusilado por torturador y asesino.

Otto Dietrich nace en Mariemborg en 1908 y durante los primeros años de su vida sus aficiones son la música y la metafísica.

En 1929 entró en el partido nazi. Sus años de aprendizaje fueron duros porque no estaba acostumbrado a la violencia. Durante unos disturbios en Tresit, lo hirieron dos balas en una pierna y tuvieron que amputársela, durante su convalecencia se dio cuenta que su destino le había deparado lo más difícil, vivir con plenitud sus ideas en lugar de luchar en la guerra. En 1941 fue nombrado subdirector del campo de Tanowitz.

Entre los prisioneros del campo se encontraba David Jerusalem, escritor y poeta. Fue muy duro con él hasta que este acabó suicidándose. Dretúch lo destruyó para destruir al mismo tiempo una parte de su alma donde todavía residía una parte de piedad o de compasión. Él como todo hombre aspiraba a la plenitud, es decir, a la suma de experiencias que puede tener un hombre y lo consiguió porque conoció la gloria y la derrota.

Cuando llegó la derrota sintió algo que lo sorprendió, un sentimiento parecido a la felicidad, buscó una explicación. Quizá se sentía culpable y necesitaba el castigo para su redención, quizá estaba cansado y esto significaba el fin; pero al final dio con la respuesta: la historia de los pueblos tiene una continuidad oculta; por ejemplo Hitler creyó luchar por Alemania, pero lo hizo en realidad por todos, incluso por aquellos a los que odiaba. Para crear un nuevo orden hay que destruir muchas cosas, entre ellas Alemania. Lo importante es que rija la violencia, no importa que la victoria y la justicia no sean para Alemania, lo fundamental es que exista (“que el cielo exista aunque nuestro lugar sea el infierno”).

Ante la muerte, Otto Dietrich siente que su cuerpo tiene miedo, pero no él.

LA BUSCA DE AVERROES:

Un hombre trata de escribir la historia de Averroes, lo imagina escribiendo en su casa de Córdoba con la huerta, los jardines y el Guadalquivir.

Averroes trataba de interpretar a Aristóteles al que considera un manantial de filosofía. Él trabajaba sobre una traducción ya que desconocía el griego. Había dos palabras de las que no alcanzaba a comprender su significado, esas palabras eran tragedia y comedia.

Averroes se reunía en los jardines con otros hombres con los que hablaba de muchos temas, experiencias vividas, sus viajes, sobre filosofía, etc. Averroes defendía por ejemplo lo antiguo porque decía que en los antiguos y en el Ourán estaba toda la poesía. las palabras que años atrás pronunció un rey que anhelaba Oriente le habían servido a él cuando estaba desterrado en Africa para acordarse de España.

Después de estas conversaciones volvió a la biblioteca y escribió que Aristóteles denominaba tragedias a los panegíricos y comedias a las sátiras. El hombre se dio cuenta que según iba escribiendo lo que estaba relatando era el proceso de una derrota, sintió que la obra se burlaba de él, Averroes no podía saber lo que era un drama o una comedia sin saber lo que era el teatro, al igual que él no podía imaginar a Averroes sin más material que unas páginas.

EL ZAHIR:

El 6 de Junio murió Teodelina Villar, la juzgaban como una mujer muy linda aunque no todo el mundo pensara eso, se preocupaba menos de la belleza que de la perfección. Su vida era ejemplar y, sin embargo, tenía una gran desesperación interior.

Su padre, el doctor Villar, se mudó a la calle Aráoz (lo que supuso una desgracia). Ella se puso a anunciar cremas aunque más tarde prefirió retirarse a claudicar. Teodelina murió en pleno barrio sur.

El autor confiesa estar enamorado de Teodelina y comenta que su muerte le produce una gran pena. Durante el velatorio, Teodelina Villar fue la de hace veinte años, su rostro recobró la soberbia y la juventud. La dejó rígida entre las flores y la noche había tomado cierto aire abstracto, caminó por las calles y fue a un almacén y tomó una caña, en el vuelto le dieron el Zahir. Al verlo se le pasaron por la cabeza distintas circunstancias históricas relacionadas con monedas. Dio un paseo y sin querer volvió de nuevo al almacén, que ya estaba cerrado. Pensó a la vuelta que una moneda simboliza nuestro libre albedrío.

La moneda le inquietaba, y pensó que enterrarla o esconderse sería lo mejor, pero lo que hizo fue pagar, en un boliche cualquiera, una caña con el Zahir.

Desde entonces, hasta Junio, le distrajo la tarea de componer un relato fantástico. La moneda le obsesionaba de tal forma que buscó información sobre ella, descubrió que la superstición en el Zahir es de origen islámico y data del siglo XVIII. Zahir en árabe quiere decir notorio, visible. La plebe en tierras musulmanas, lo dice de “los seres o cosas que tienen la terrible virtud de ser inolvidables y cuya imagen acaba por enloquecer a la gente”. Esta y otras historias sobre Zahires le desesperaron al saber que ya nada le salvaría.

Llegó a la conclusión de que incluso el Zahir implica la historia universal y su infinita concatenación de efectos y causas al igual que una flor o un animal.

Al llegar la muerte, los sueños y el universo se reducen a una idea muy simple, el Zahir. Quizá detrás de la moneda esté Dios.

LA ESCRITURA DE DIOS:

Tzinacán, mago de la pirámide de Qaholom, se encuentra preso en una cárcel de piedra dividida por un muro de piedra y al otro lado se encuentra un jaguar.

Para hacer algo que le haga más llevadero el tiempo se pone a recordar todo lo que sabía.

Una noche siente una excitación particular, recordó que Dios prviendo el fin de los tiempos, escribió una sentencia mágica el primer día de la creación. Piensa que ese mensaje divino debe estar escrito en algo inmutable para que perdure a través de los siglos, quizá en un río, una montaña o en él mismo, pero después se da cuenta que todo eso puede cambiar con el tiempo.

De pronto recordó al jaguar con su piel llena de manchas, podía ser esta la escritura de Dios; dedicó largos años a estudiar estas manchas, misión que a veces le parecía imposible.

Un día pensó: “¿qué tipo de sentencia podría escribir un Dios?” y se dio cuenta que Dios no necesitaba ninguna sentencia, con una sola palabra podía abarcar la plenitud.

Con el tiempo comprendía que un hombre es, a la larga, sus circunstancias y que él no era un descifrador, sino simplemente un encarcelado, esta idea hizo que regresara de sus sueños y bendijera su prisión.

Entonces ocurrió la unión con la divinidad, vio una rueda que estaba por todas partes, era infinita y en ella estaba todo comprendido, agua, fuego, él mismo y su atormentador. Allí estaban las causas y los efectos y bastaba la ruedapara entenderlo todo incluso la escritura del jaguar. Bastaría pronunciar las catorce palabras escritas para regir la tierra pero en ese momento eso carecía de importancia porque él ya no era nadie.

ABENJACÁN EL BOJARÍ, MUERTO EN SU LABERINTO:

Dos amigos Durraven y Unwin pasan una tarde de verano en Cornwall. Dunraven comienza a contarle a su amigo la historia de Avenjacán el Bojarí que murió en la cámara central de una casa a manos de su primo Zaid.

Las circunstancias de su muerte aún son desconocidas, primero porque esa casa es un laberinto, segundo porque el lugar lo vigilaba un esclavo y un león y tercero porque el asesino estaba muerto.

Cuando llegó Bojarí a Pentreath junto al esclavo y al león, comenzó a edificar su casa que era un gran laberinto de color carmesí, todos los corredores llegaban a una misma sala central con una ventana que dominaba los páramos y el mar, cuando el señor Allaby comenzó a criticar al recién llegado desde el púlpito, éste fue a visitarle y le relató cual había sido su vida hasta entonces, cómo había domado a las tribus del desierto expoliándolas de sus riquezas y huyendo, junto a su primo Zaid, con el botín siendo acompañados ambos por un esclavo y un león. También le dijo que había dado muerte a su primo destrozándole después la cara. Ahora había construido el laberinto para protegerse de su fantasma.

Un día llegó a puerto un barco y Bojarí volvió a hablar por segunda y última vez con Allaby para decirle que el esclavo yel león habñian muerto a manos de Zaid, acto seguido se marchó. Allaby, intrigado fue hasta el laberinto y allí los encontró a los tres con la cara destrozada.

Unwin le contesta a su amigo que esa historia es mentira y le da una nueva versión uqe consiste en que en realidad es Zaid el que construye el laberinto para tenderle una trampa al rey a quien había robado y del que huyó junto al esclavo y al león sin atreverse a matarlo.

Cuando el Bojarí llega a puerto y lo localiza en el laberinto, Zaid lo mata haciendo lo mismo con el esclavo y el león destrozándoles la cara para que nadie pudiera reconocerlos.

Lo importante para Zaid no era el tesoro, sino que Abejacán muries para poder ser él mismo Abejacán. Fue vagabundo y antes de ser nadie en la muerte recordaría que había sido o fingido ser Rey.

LOS DOS REYES Y LOS DOS LABERINTOS:

El Rey de Babilonia mandó construir un laberinto inmenso en el que los prudentes no entrarían y si entrarían los valientes deseando más tarde no haberlo hecho.

Un día, el Rey de los árabes, fue a visitar al Rey de Babilonia, éste, burlándose de la simplicidad de su huésped, lo hizo penetrar en el laberinto. El rey de los árabes estuvo metido allí todo el día y acabó desesperado pidiendo ayuda a Dios, entonces encontró la puerta.

Cuando salió de allí, no hizo ni una sola queja, y le comentó al rey de Babilonia que en su reino tenía un laberinto mejor, y que si Dios quería se lo enseñaría.

Años después el Rey de los árabes conquista Babilonia y se lleva prisionero al Rey de Babilonia a su país, dispuesto a enseñarle su laberinto. Le dijo que su laberinto no tenía ni puertas ni escaleras... lo abandonó en medio del desierto, donde murió de sed y de hambre. La gloria sea con aquél que no muere.

LA ESPERA:

Un hombre perseguido va a refugiarse en un hotel, observa los edificios que lo rodean y confía en que si Dios quiere todo aquello le resulte algún día familiar. Tiene que pasar inadvertido, no llamar la atención de nadie; le enseñan su habitación, pero antes de inscribirle, le preguntan el nombre y él dice llamarse Villari, su gran enemigo.

La habitación está tapizada por unos grandes pavos reales con sus colas desplegadas. Durante muchos días no sale del cuarto, aunque por las noches salía para ir al cine simpre sentado en la última fila. No recibe cartas, sólo lee el periódico con la esperanza de ver que Villari ha muerto.

En una ocasión, al entrar en el cine, alguien lo empuja y él lo insulta; el otro, sorprendido, se disculpa. Más tarde en la habitación, cuando duerme sueña siempre lo mismo en el fondo aunque con circunstancias variables: unos hombres lo rodeaban y él sacaba el revolver de la mesilla y los mataba, esto lo despertaba; en el siguiente sueño tenía que volver a matarlos.

Un día, la entrada de unos hombres en su cuarto lo despertó, Alejandro Villari y un desconocido, lo habían localizado. Él les pidió que esperaran, se dio la vuelta contra la pared como si retomara el sueño.

Lo hizo porque es más duro afrontar un acontecimiento que imaginarlo o esperarlo eternamente, quizá era para que los asesinos no fueran más que un sueño, como ya lo había sido otras tantas veces.

Estos eran sus pensamientos cuando le dispararon.

EL HOMBRE EN EL UMBRAL:

Este relato se desarrolla en una ciudad de la India en la que hay conflictos entre sikhs y musulmanes. Allí fue mandado por las autoridades inglesas un juez, un hombre fuerte para imponer orden, de procedencia escocesa; el cual no solo consiguió apaciguar los conflictos (con el simple hecho de los rumores de su futura presencia) sino que cuando llegó también decretó medidas diversas y enérgica.

Años después, este juez desaparece y el hombre encargado de buscarlo, habla con un anciano que le cuenta que debido a las atrocidades que este había cometido, le habían secuestrado entre muchos ciudadanos para juzgarle ellos.

El juez esta vez iba a ser un loco, a lo que el acusado no se opuso, ya que no le consideraba peligroso, ni que fuera él a sentenciarle de muerte. Se equivocó y el cuchillo se cebó en la garganta.

EL ALEPH:

Borges es el protagonista de esta historia, que parte de la muerte de Beatriz Viterbo, ese mismo día cambian las carteleras de la Plaza de la Constitución y Borges piensa que ya el universo se va separando de ella pero que él siempre se consagrará a su memoria.

Durante muchos años visita al primo de Beatriz, Carlos Argentino, coincidiendo con el cumpleaños de esta. Poco a poco va haciendo que sus visitas sean más tarde de forme que cada vez que va se queda a comer. Durante esos día, Carlos Argentino le va haciendo confidencias y acaba por leerle unos espantosos poemas a los que después de escritos trata de dar un significado. Borges comprendió que el trabajo del poeta no estaba en la poesía, sino en la invención de razones para que esta poesía fuera admirable, esto podía modificar la obra para él, pero no para los demás.

Pasados unos días de la última cita y por primera vez, Carlos lo llama citándolo en un café contiguo a su casa que pertenece a sus propietarios, allí le lee cuatro o cinco páginas de un poema quejándose de los críticos de los que dice no pueden fabricar un tesoro pero si pueden indicar donde se encuentra. Le pide que hable de su obra con Álvaro Melián, un gran hombre de letras.

Pasan los días y Borges decide no hacerlo y comienza a temer al teléfono pensando en las quejas que Carlos Argentino podía hacerle a través de él. A finales de Octubre recibe su llamada para algo totalmente distinto a lo que esperaba, le comunica que van a demoler su casa y que no puede consentirlo, ya que para él, es imprescindible porque en su sótano está el Aleph, que es un de los puntos del espacio donde están todos los puntos.

Borges acude a la casa pensando que Argentino está loco pero aún así entra en el sótano y al quedarse sólo en la oscuridad también ve el Aleph, observa al mismo tiempo el mar, Londres, racimos, nieve, tabaco, vapor de agua, desiertos, etc. ve en resumen todo el universo. Al salir de la casa todo le parecía familiar y temió no sorprenderse ya con nada. Felizmente, al cabo de unas noches, volvió al olvido. Dudó de que este fuera el verdadero Aleph, dicen que en una mezquita hay un verdadero en una columna, no se ve pero al acercar el oído se pueden oir todos los rumores.

Borges finalmente se pregunta si vio el Aleph y lo ha olvidado. La mente es porosa y con el paso de los años se está difuminando hasta la imagen de Beatriz.

El Aleph.

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Enviado por:Marta Gil
Idioma: castellano
País: España

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