Layo, hijo de Labdac, engendró Edipo junto a Yocasta, la cual se casó con su hijo Edipo y engendraron dos hembras; Antígona e Ismene y dos varones; Etéoles y Polínices.

La peste se ha adueñado de esta ciudad reinada por Edipo.

Edipo manda a Creonte a Apolo Pitio, para informarse de lo que tiene que hacer.

Éste dice que la manera de quitar el infortunio de la ciudad es desterrando al culpable de la muerte de Layo, que reinó Tebas antes que Edipo.

Proclama que él será el que empezará la investigación.

Un oráculo, que provenía de los ministros de Apolo, decía que Layo moriría en manos de un hijo suyo.

La reina desmiente al oráculo diciendo que Layo será asesinado por unos salteadores extranjeros en una encrucijada de tres caminos, en Fócide, donde se encuentran los caminos de Delfos y de Daulia. La reina también intenta desmentir al oráculo contando que el hijo, a los tres días de vida, le habían atado los pies y lo habían abandonado en un monte.

Estas palabras hacen que el rey tenga un enorme desorden, le hacen pensar que ese niño abandonado en un monte sea él. Recuerda que de pequeño, en un festival donde se encontraba con sus padres, se le acercó un hombre, que había bebido demasiado, y le dijo que era adoptado, el chico se quedó perplejo y lo preguntó a sus padres, Pólido de Corinto y Mérope de Doria. Éstos, ofendidos, lo tranquilizaron.

Cree que los oráculos de Apolo a Layo se ven menospreciados y el culto de los dioses se va desvaneciendo.

Anuncia que Pólibo, rey de Corinto, ha fallecido, y que el pueblo de Corinto quiere que él reine. Pero seguida de esta noticia está la verdad, el mensajero le comenta que no se preocupe por lo que decía el oráculo que se casaría con su madre, ya que Pólibo y Mérope no fueron los que lo engendraron. Un pastor sabe la verdad de toda la historia, y Edipo ordena su búsqueda.

Porque tiene miedo de salir perjudicada.

Le cuenta toda la verdad a Edipo. Le admite que es hijo de Layo y Yocasta, al tenerle un oráculo les dijo lo que Apolo les había dicho antes de engendrarlo, y lo entregan al mensajero para que lo maten, pero este no tiene valor y lo entrega al criado para que se lo entregue a Pólibo.

Dice que la única felicidad humana que existe es la felicidad que parte de la imaginación, la perfecta, la hecha a medida. Estoy de acuerdo con esta opinión ya que esto lo hacemos muchos: crearnos nuestra felicidad ya que la felicidad no existe, puesto que a todo el mundo le falta alguna cosa. Por otra parte nos esta diciendo que la persona más “feliz” de este mundo puede pasar a ser la más desgraciada de este mismo lugar, como le pasó a Edipo.

Llega un mensajero de Corinto para informar a Edipo de la muerte de su padre y de que el pueblo de Corinto quiere proclamarlo rey. Edipo está preocupado por lo que dice el oráculo, es decir, que se casaría con su madre, y entonces el mensajero le cuenta que Pólibo y Mérope eran sus padres adoptivos y que un pastor que servía a Layo se lo entregó para que Pólibo se hiciera cargo de él. Edipo manda a buscar al pastor para esclarecer los hechos.

Edipo le pide a su cuñado que le eche de la tierra rápidamente, lejos de Tebas, donde ningún mortal pueda nunca más hablarle.

Aunque a los hijos se nos pegan cosas de los padres no tenemos ninguna culpa de sus faltas.

Edipo sufre por culpa de sus padres, los cuales estaban avisados por Apolo que si concebían a un hijo pasaría lo que pasó con Edipo. Layo y su esposa eran estériles y no podían engendrar hijos, pero querían un hijo. Tras la advertencia de Apolo decidieron tenerlo. Edipo no tiene ninguna culpa de que sus padres fueran imprudentes y no merece ese castigo. Edipo se siente (subjetivamente) culpable, ya que él no había cometido ningún error.

Edipo es sensible, desgraciado, infeliz e intolerante por negarse a aceptar las predicciones del oráculo.

Yocasta es una esposa que hace a la vez el papel de madre, que también le pertenece, guiando a Edipo.

Creonte es el hombre noble y fiel al rey y a la familia.

En general, todos los personajes son muy humanos en los sentimientos y afectos; complejos en rasgos secundarios e idealizados y ennoblecidos frente a la realidad.

Se llama “complejo de Edipo” a la preferencia velada del niño por su madre junto a una aversión clara hacia el padre. Sí, porque este complejo se basa en el mito de Edipo.

Dos finalidades que he encontrado muy representativas son:

a. La escena en que Edipo duda de Creonte, su fiel y noble amigo. La finalidad didáctica que encuentro en esta conversación es que no se puede dudar de alguien que siempre está a tu lado.

b. El tema que engloba casi toda la historia, o sea, si Edipo es culpable de lo que hicieron sus padres, los errores los tiene que rectificar aquél que los hizo. Ni el hijo, ni el nieto, ni el amigo ni nadie pueden ser inculpados de una culpa que no han cometido.

La guerra fratricida en la que dos hermanos luchan por el poder de gobernar Tebas podría relacionarse con alguna guerra reciente de Chipre, donde turcos i griegos viven enfrentados y divididos en un mismo territorio.

Son los que ayudan a encontrar las respuestas a preguntas que nadie sabe responder, y a la vez abre los ojos a la gente, aunque aveces estas estén inseguras de la respuesta.

Con Sófocles llega la poesía trágica de los griegos y la poesía dramática universal, la más consumada perfección artística. Es muy difícil caracterizar su arte, ya que no hay ninguna cualidad que sobresalga, todo esta perfecto.

El diálogo rápido en las escenas de acción, el avance suavizado que mantiene el interés, los personajes con características humanas, complejas y bien caracterizadas, la consideración del coro como un personaje más y su estilo hacen que sea la perfección.

En las tragedias, come en esta, los personajes están predestinados. Hay gente, hoy en día que cree en la predestinación, pero encuentro absurdo que alguien pueda pensar que nos montan la vida.

La ceguera de Edipo es por una parte objetiva, ya que no quiere abrir los ojos, pero por otra parte también la considero subjetiva ja que moralmente tampoco los quiere abrir.

Ser honrado, aveces puede ser mal visto.

La muerte que comporta la acción de las tragedias esta por encima de la voluntad de los personajes.

La justicia divina no tiene compasión con los personajes.