Filosofía y Ciencia
Edipo Rey. Antígona; Sófocles
CONCEPTO DE LIBERTAD EN
“EDIPO REY” Y ANTÍGONA”
28 AGOSTO 2000
EDIPO REY
Esta tragedia que forma parte de los Temas Tebanos de Sófocles me pareció muy familiar en su modo de abordar el problema de un futuro ya conocido (12 Monkeys, The Matrix). Tiresias juega un papel parecido al de Cassandra y junto con Edipo me parece la figura central de la obra.
En “Edipo Rey” existe una libertad aparente para escapar de las tragedias anunciadas por los oráculos. Como el Rey Layo cuando tiene la opción de matar a su hijo para evitar que éste se vuelva parricida e incestuoso cumpliéndose así la predicción.
Layo parece estar ejerciendo su libertad al dar a su hijo a un siervo; ordenándole que lo abandonara en un acantilado con garfios enterrados en los pies. De un modo un tanto cobarde se está librando de las garras del destino.
Igual lo hace Edipo aunque de un modo más noble. Cuando va al oráculo a preguntar si en realidad es hijo de sus padres (tras haber escuchado rumores) obtiene información que no esperaba. Él ha de matar a su padre (aparentemente Polibio de Corintio); y después yacerá con su madre.
Edipo llega a Tebas. Vence a la Esfinge; y después de salvar la ciudad se vuelve rey y consorte de Yocasta (esposa del difunto Layo). Tiempo después se entera de que Polibio ha muerto; obviamente no por su mano. ¡Edipo escapó al destino huyendo a Tebas!
¿Se entiende hasta ahora mi punto sobre la libertad aparente? ¿Qué iba a saber Layo de la compasión que un siervo y un campesino le tuvieron a su hijo? ¿Cuándo hubiérase imaginado Edipo que en aquel altercado que tuvo mató a Layo; y peor aún, que aquél era su padre?
No cabe duda que ambos tomaron sus propias decisiones. Pero no había otro desenlace posible. Hicieren lo que hicieren la predicción había de cumplirse.
Otro aspecto que cabe resaltar es la ironía. De no haber sido hechas las predicciones los desenlaces habrían cambiado. Edipo, siendo un buen hombre, tal vez no habría matado a Layo sabiendo que era su padre. Tampoco se habría cruzado con él si no hubiera decidido escapar de Corintia. Estas dos predicciones son tan ingeniosas, a tal grado que incluyen el conocimiento de la propia predicción en el desenlace de los hechos. En cierto modo la predicción suscita la tragedia. Es una especie de castigo a los hombres que quieren saber el futuro; en el cual ya no son dueños de si mismos sino de el destino.
Muy diferente en cambio es la predicción que le hace Tiresias a Edipo . En la cual le dice que como es regicida terminará sus días ciego y mendigo. Aunque Tiresias no hubiera dicho esto el futuro no habría cambiado. Es decir, aquí no está presente la ironía.
Más bien se trata de resaltar la soberbia de los hombres que escuchan su destino y parecen ignorarlo. He aquí una cita perfecta, que en palabras de Yocasta refleja esta incredulidad.
“¿Adivinos? ¡Engaño! ¡No hay hombre que vacticinar pueda!”
¿Cuál es el elemento constante en Edipo Rey? Es esta libertad aparente que mencioné anteriormente. Los hombres que creyéndose dioses intentan escapar a lo que deberían tomar como predestinado. ¿Cómo puede un hombre considerarse libre después de escuchar esto y verlo cumplirse?
“¡Pobre de ti… sobre ti estás amontonando todos los dicterios que van a llover sobre ti! Todos habrán de vilipendiarte de cuantos están presentes.”
ANTÍGONA
También forma parte de los temas Tebanos de Sófocles. No trata el tema de las predicciones tan a fondo como la tragedia analizada anteriormente. Más bien su temática principal es del honor sobre lo que ordene un tirano. Antígona quiere sepultar a su hermano a pesar de que Creón lo prohibe.
La libertad en Antígona es muy diferente a la libertad que se maneja en Edipo Rey. Mientras que en Edipo Rey todo está predestinado en Antígona podemos ver el resultado de las acciones como causa-consecuencia. Ismene no quiso ayudar a su hermana a sepultar a Polinice; y por lo tanto vivirá con vergüenza en vez de morir con honor como Antígona.
No es propiamente un castigo de designio divino. Simplemente es el resultado de una mala decisión. Esto lo podremos ver perfectamente con Creón. Al negar a su hijo Hemón la amnistía de Antígona (su novia) desencadena los hechos que terminan con su muerte.
Creón no pierde a su hijo y a su esposa por haber desobedecido los designios de los dioses en cuanto a los ritos fúnebres. Más bien su error consiste en no escuchar a su hijo, haciendo un alarde de autoridad, convirtiéndose así en un tirano.
Así; en cierto modo esta tragedia nos habla de la responsabilidad personal de los actos. Así como somos libres de equivocarnos también corremos el riesgo de sufrir las consecuencias; sin tener a quién culpar.
También está el otro lado; el de Antígona. Si queremos luchar por una causa por más noble que sea muchas veces tendremos que sacrificar algo. En el caso de Antígona fue la vida.
En Edipo Rey los personajes al saber los designios del
destino se veían limitados en cierto modo (ya que se desencadenaba la cadena de sucesos que terminaban en el cumplimiento de la predicción).
Lo que sucede con Creón es todo lo contrario: Creón cuenta con más información, con más libertad para actuar. Tiresias le advierte que de no dar sepultura al muerto será castigado con fuertes desgracias
“!Ah, hijo… medítalo! Común es a todos los hombres cometer errores. Pero cuando ha errado, no es un hombre sin voluntad, ni sin bríos, el que hace por corregir su error y no se obstina en él. La obstinación es otro nombre de la estupidez. “
A partir de la necedad de Creón la libertad que vio aumentada a causa de una mayor información ahora se ve reducida. Ya no queda más que esperar todo el sufrimiento que de algún modo no nos sorprende (será porque es una tragedia). La trama se empieza a desarrollar en un ambiente tenso (casi kafkiano) en el que nos llega de algún modo la idea irracional la presencia de Polinice en medio de esta especie de venganza.
“Entonces ríndete ante un muerto y no hostigues más al que ha sucumbido”
Creón tiró una bola de nieve y ya no le queda más que esperar el alud. A pesar de su insistencia en el error, el rey todopoderoso se arrepiente.
Es una diferencia sutil el libre albedrío de Creón que el de Layo y Edipo; termina siendo más justo el proceso.
Lo que se conserva y nos deja una sensación de vacío al leer estas tragedias de Sófocles es el vox populli “Sobre advertencia, no hay engaño”. Más aún si se trata de un adivino o de un oráculo.
CONCLUSION
Es impresionante ver como la temática del libre albedrío en literatura tan antigua alcance estos niveles.
Y no solo eso, sino los matices entre las diferentes tragedias de Sófocles (confieso que sólo he leído las dos que comprende este trabajo). No queda mucho que decir respecto a estas diferencias entre las dos obras, ya que han sido tratadas a lo largo del ensayo. Pero ambos conceptos de libertad son muy avanzados.
Tomemos en cuenta que Paraíso Perdido, Macbeth, Fausto (de Marlowe) fueron escritas varios siglos después. Es un hecho que no hay nada nuevo bajo el sol de Grecia.
A pesar del peso que tiene el destino en las vidas de los personajes no llega hasta el punto de un determinismo. Siempre hubo la posibilidad de haber actuado diferente…. el punto es que no lo hicieron. Hay una especie de clínamen muy reducido, porque de un modo u otro todos terminan desgraciados.
Esta visión del destino parecerá muy pesimista. Pero es todo lo contrario. Schopenhauer dice que no nos damos cuenta de todo lo que está bien; que solo notamos la parte que no funciona. Pues qué mejor que ser testigo de una tragedia para apreciar el lado positivo de nuestras vidas; toda la libertad de acción que tenemos y no aprovechamos.
Bibliografía
-
Las Siete Tragedias; SÓFOCLES; Editorial Porrúa; México, 1996
-
El Amor y Otras Pasiones; SCHOPENHAUER, ARTHUR; Editorial Alianza; México, 1997
Las Siete Tragedias; SÓFOCLES; Editorial Porrúa; México 1996; p.144
íbid p.138
íbid p.141
íbid p.133
íbid p.137
íbid p.132
íbid p.189
íbid p. 196
íbid p.199
íbid p.203
ídem
íbid p. 207
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