Educación y Pedagogía
Dopaje en el deporte
INTRODUCCIÓN
En este trabajo que presentamos a continuación vamos a tratar el tema del dopaje en el deporte.
Sabemos de la complejidad de este tema, y más con toda la repercusión social que está teniendo y toda la publicidad que se le está dando en los medios de comunicación, pero intentaremos abordar el tema de la mejor forma posible dentro de nuestras posibilidades.
Primeramente, creemos que sería importante el tener claro el significado de la palabra “dopaje“ o “doping”. ”Es el empleo de sustancias estimulantes o excitantes administradas por cualquier vía, con el fin de conseguir un mayor rendimiento deportivo de un atleta en la competición; y que pudiera suponer un perjuicio a la ética deportiva y a la integridad física o psíquica del atleta”.
A lo largo del trabajo comentaremos cómo se está tratando en la actualidad el tema del dopaje en el deporte, sustancias y fármacos dopantes que existen, métodos que se utilizan para su control,... así como una serie de conocidos casos de dopaje en deportes concretos (ciclismo, fútbol, natación.......). Finalmente expondremos las conclusiones que desde nuestro grupo hemos sacado sobre el tema.
Hemos escogido este tema para hacer el trabajo de la asignatura “Sociología del deporte “ por toda la repercusión y publicidad que está teniendo en nuestra sociedad. De siempre se han conocido casos de dopaje en el deporte pero desde que estalló el escándalo en el Tour de Francia del 98, la lucha contra el dopaje se acentuó aún más. Continuamente vemos en los medios de comunicación nuevos casos.
Y... ¿quién tiene la culpa?. Los deportistas tienen un gran afán de superación y competitividad; el público quiere espectáculo; los altos cargos, entrenadoras y entrenadores piden resultados y medallas; los médicos controlan lo que toma el deportista pero éste, muchas veces, no tiene conocimiento de lo que toma...
A través de la información recogida intentaremos clarificar estos temas a lo largo del trabajo.
CONTEXTO
¿Qué es el doping? El doping es un tema, o mejor un problema, que ha traspasado las fronteras del ámbito estrictamente deportivo y ha llegado a otros núcleos sociales, al hombre de la calle. ¿Razones? Dos son las más convincentes. En primer lugar, el deporte va siendo una actividad más y más popular, tanto en el ámbito de participación como de seguimiento; es lógico que cualquier tema relacionado con él suscite interés y pase de inmediato a ser del dominio público. Y por otra parte, el problema del doping no es sino un reflejo de nuestra forma de vida, basa da a diario en el medicamento que se utiliza para eliminar el dolor, para evitar la depresión, para aumentar la actividad; e incluso, con una aseveración más drástica, se puede considerar que el doping es un síntoma del actual problema de la droga en la sociedad.
Tratar de definir el doping es algo muy complejo. La primera definición con validez y efectividad durante casi veinte años es la aprobada en 1963 por el Comité de Educación Extraescolar del consejo de Europa:
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“El doping es la administración a una persona sana, o la utilización por ella misma, de sustancias extrañas al organismo o de sustancias fisiológicas, en cantidades o por vías anormales, con el único fin de conseguir un aumento artificial del rendimiento de esta persona al participar en una competición”.
En 1984, en la Carta Europea contra el doping en el deporte, se modificó esta definición en el sentido de hacerla más clara y amplia. Con este objetivo, se definió el doping en esta ocasión como:
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“El doping en el deporte consiste en emplear, infringiendo los reglamentos de las organizaciones deportivas competentes, sustancias que están prohibidas”.
Siguiendo esta línea, el Comité Olímpico Internacional basa su definición del doping, adoptada por la mayoría de las federaciones deportivas nacionales e internacionales, en la prohibición de métodos y sustancias incluidas en diversas categorías farmacológicas, convirtiendo con ello a las sustancias descritas, similares y alternativas, en el eje alrededor del cual gira el doping.
¿Existe el doping? Es evidente que el doping existe; así lo demuestran los resultados de los controles analíticos, ya que mediante su realización se ha detectado un número creciente de infracciones en una cada vez más extensa gama de deportes.
Esta severación se puede constatar con los resultados estadísticos obtenidos de los análisis realizados en el Laboratorio de control del Consejo Superior de Deportes entre 1969 y 1988. Durante estos veinte años se han realizado más de 20.000 muestras, con un progresivo aumento anual muy significativo en los dos o tres últimos años. Comparando estos veinte años, el número de deportes controlados ha sido más alto en estos años que anteriormente. Y sobre todo destaca significativamente a este respecto el año 1988. Pues bien, y sin entrar en detalles, la baja en el porcentaje de resultados positivos que se consiguió con la instauración de controles, se traduce, al realizar más controles y en nuevos deportes, en un aumento de dicho porcentaje.
Y esto en referencia a los deportes que se controlan, por que lo que es verdad es que nadie puede asegurar que no hay doping en un deporte mientras que en él no se realicen controles. Y también se puede asegurar que cuando en un deporte se comienzan a efectuar controles, la practica de del doping en él tiende a disminuir.
Además, existen testimonios personales de deportistas, en activo o retirados, que confirman la existencia de esta práctica.
Y todo ello sin olvidar, los tristes casos de muertes ocasionadas por el doping.
¿Desde cuando existe el doping? Ha sido en la actualidad cuando el doping ha adquirido protagonismo, pero su existencia data de siglos.
Su práctica se ha asociado, en diferentes épocas y civilizaciones, a la intención de llegar más lejos y más alto, ser más fuerte.
Por ejemplo, existen referencias que testifican su práctica entre los participantes de los antiguos Juegos Olímpicos en la Grecia Clásica para mejorar su rendimiento y aumentar su fuerza, testimonios precolombinos de los sorprendentes rendimientos que obtenían los incas al masticar hojas de “Erythoxylo Coca”; diferentes alegorías de la civilización china anterior a Jesucristo que establecen el consumo de sustancias obtenidas en plantas (“Ephedra”, por ejemplo) como un símbolo de mentalidad despierta, viva; anécdotas documentales sobre el uso de la hidromiel en los caballos de las cuádrigas del emperador Calígula, siendo este caso de doping el precursor en la relación binómica doping- violencia, a la vez que puede ser el primer paso de sanción por doping; e incluso narraciones mitológicas según las cuales los legendarios berberks nórdicos aumentaban su fuerza combativa mediante la bufoteína extraída del hongo “Amanita muskaria”.
Todas las referencias legendarias, mitológicas, anecdóticas, o incluso históricas, se transforman en actos concretos deportivos en el siglo XIX y comienzos del XX, cuando se empezaron a detectar casos de doping, incluso con consecuencias mortales, en diversos deportes (fútbol, ciclismo, natación, atletismo, boxeo).
A pesar de estas secuelas, y por diversos motivos, la práctica del doping se ha convertido, a partir de la década de los sesenta, en un fenómeno en proceso de rápida expansión. ¿Cuál es la razón para ello? ¿Por qué existe el doping? ¿Qué motivos influyen para que, a pesar de las razones o fuerzas en contra, exista, sino como una práctica habitual, sí como una interferencia en el deporte?.
Quizá una de las causas puede ser que en muchos deportes el grado de especialización requerido es tan alto que numerosas “jóvenes esperanzas” comienzan ahora a crecer que si quieren tener una oportunidad de representar a su país, “están obligadas” a doparse. O es posible que la intensidad en los entrenamientos, o la multiplicación de competiciones, sin fechas intermedias de descanso, “recomiende” recurrir al doping para mantener el ritmo necesario. Pero quizá el motivo fundamental sea el que todos y cada uno de nosotros queremos destacar entre los demás en la actividad que realizamos. Y precisamente es el deporte de competición el prototipo de actividad en que, inevitable y continuamente, se compara a cada deportista con sus compañeros, exigiendo a cada uno de ellos que llegue a ser el mejor, que supere a aquél que hasta ese momento lo ha sido. Estas aspiraciones, ambiciones o imposiciones, que en numerosas ocasiones son válidas y legítimas, dejan de serlo cuando se quieren obtener por métodos no éticos.
Es posible que sean estas presiones, entre otras a las que el deportista de competición se encuentra sometido, las que le han obligado a buscar el factor que le permita adquirir ventaja sobre los restantes competidores. Pero ocurre que los deportistas de élite de cualquier especialidad suelen estar tan igualados que la diferencia entre ser o llegar el primero o el segundo se traduce en la actualidad en diferencias entre ganar mucho dinero o ganar poco, entre alcanzar el triunfo o quedar derrotado, entre ser popular o permanecer en el anonimato. En definitiva, ha dejado de ser importante competir porque lo que ha llegado a ser importante es ganar. Y desgraciadamente, para algunos deportistas lo importante es ganar, sí, pero incluso mediante cualquier medio a cualquier precio. Este “cualquier medio” es, a veces, el doping. El “cualquier precio” es generalmente la salud de quien lo practica. Y todo ello, olvidando el derecho de los demás deportistas a competir con igualdad de oportunidades.
Si el doping existe, desde casi siempre, si puede haber para su práctica,
¿por qué está prohibido?
Lo está porque esos motivos no son válidos. Y no lo son porque el doping atenta contra los ideales del deporte, ya que su práctica es perjudicial para la salud del deportista y es contraria a la ética del deporte.
Efectivamente, el doping es potencialmente peligroso para la salud del deportista. Sus verdaderos peligros radican en que su práctica:
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conduce al organismo a llegar a sobrepasar fatalmente sus límites fisiológicos,
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expone inevitablemente a tener que prolongar el uso de algunos medicamentos, incluso en dosis superiores a las normales, para “beneficiarse en su eficacia”;
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ocasiona una progresiva dependencia y un uso al hábito de los productos dopantes, obligando a aumentar sus dosis para mantener unos efectos a menudo ilusorios;
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incita a utilizar, intentando eludir la detección de los controles de doping, nuevas sustancias que pueden resultar tóxicas a largo plazo.
Además y con frecuencia hay efectos secundarios indeseables ocasionados por el abuso de algunos medicamentos. En definitiva, recurrir a la química tiene riesgos importantes y eso debe saberse.
Por otra parte, ¿cuál es el problema ético del doping? ¿cuál es la razón para que su práctica no sea ética? Se puede asegurar que el doping destruye los beneficios que se buscan cuando se practica deporte, ya que si uno de los objetivos de la actividad deportiva es el desarrollo integral de los deportistas en la libertad y en la dignidad, cuando aparece el doping ese objetivo desaparece, porque con su práctica se envilece al deportista, se le convierte en un objeto, utilizándole, manipulándole y transformándole en un instrumento con el fin de conseguir otros fines menos altruistas.
También es fácil comprender que la práctica del doping es asimilable al empleo de un material trucado o no homologado por las reglas que rigen cada deporte.
Por tanto, si se considera que:
al tratar con su práctica de mejorar artificialmente sus posibilidades deportivas en competición, el doping va en contra del principio esencial que exige ser a una competición justa y equitativa, y que
el uso de los productos dopantes es contrario a la premisa fundamental que establece el deporte como una actividad sana.
Se puede deducir que el doping va en contra del ideal del deporte y de la dignidad del deportista, valores ambos que se encuadran en el deporte limpio y sano.
En sintonía con estas aseveraciones, existen testimonios de que muchos deportistas de alto nivel consideran las competiciones como pruebas en las que todos los participantes deberían beneficiarse de iguales oportunidades. Por ejemplo, expresándose en nombres de los atletas durante el siglo XIX Congreso Olímpico de Banden- Banden, 1981, Sebastián Coe, medalla de oro de los 1500m, de los Juegos Olímpicos de 1980, declaró: “Para nosotros, el doping es la más vergonzosa ofensa al ideal olímpico”.
Si el doping existe y su práctica es peligrosa para la salud y contrario a la ética, lógicamente su erradicación constituye una meta ante la necesidad de preservar, defender y proteger la ética del deporte y la salud del deportista. La síntesis de esta idea la recoge la regla 29 de la Carta Olímpica:
El doping está prohibido. En consecuencia habrá que luchar contra su práctica.
La lucha oficial efectiva contra el doping comenzó en la década de los sesenta, cuando aparecieron las primeras señales de alerta contra el doping, procedente de diversas fuentes ( Comité Olímpico Internacional, federaciones olímpicas internacionales, Consejo de Europa, e incluso algunos gobiernos estables). Estos organismos responsables plantearon la necesidad de aplicar acciones concretas que no se basaran en la búsqueda de nuevas definiciones del doping, ni en discusiones sobre la filosofía que condena esta práctica, sino en la realidad de una situación contra la cual habrá que luchar con armas que fueran efectivas.
En consecuencia, y buscando la disuasión en la práctica del doping, se acordó emprender conjuntamente acciones que, todas ellas, se siguen ejerciendo con mayor o menor eficacia e intensidad en la actualidad.
Tanto las acciones disuasorias como las informativas, divulgativas y educativas, como las represivas, son necesarias y complementarias entre sí. La experiencia muestra a menudo que la supresión de un fenómeno social indeseable no se logra necesariamente mediante medidas sólo coercitivas o represivas: reconocer la existencia del problema, en este caso del doping, discutirlo y distribuir material informativo al respecto, constituye en sí una buena medida coercitiva y potencialmente curativa. Y por otra parte, aunque razonablemente se puede dudar que la eliminación del doping sea un éxito total, igual que la trampa nunca podrá ser desbancada de la sociedad, es cierto que las campañas contra el doping resultarán más eficaces si las necesarias y suficientes medidas de control se completan con un proceso de educación a largo plazo.
En acciones divulgativas no son sino una respuesta a la necesidad de información y orientación que, sobre el problema del doping, ha surgido en el deporte. Muchos deportistas se dopan por superstición o ignorancia, por recomendación de compañeros o por cualquier otra razón no científica; además, a veces son los entrenadores o los directores deportivos los que prescriben sustancias dopantes a los deportistas. En cualquier caso, tanto el deportista como las personas que le dirigen deportivamente y que controlan su salud, incluso otros estamentos de la sociedad (jóvenes, educadores), son receptores óptimos a los que dirigir campañas divulgativas que informen sobre:
Los potenciales peligrosos que posee la práctica del doping, fundamentos en los efectos secundarios que a corto, medio y largo plazo pueden causar algunas sustancias dopantes, por sí mismas, por las consecuencias de una utilización prolongada, o asociada a un esfuerzo, al calor, a la altura.
Lo relativamente eficaz que puede ser a veces el doping, como experimentalmente se ha probado en sustancias que, siendo tóxicas a altas dosis, sólo produce sobre el individuo una influencia psicológica.
Que no es doping lo que conduce a la cima del éxito deportivo, sino el desarrollo de las cualidades deportivas o psíquicas personales de cada deportista, explicando que aunque algunos atletas hayan conseguido marcas excepcionales, ello se debe fundamentalmente a una correcta utilización de la dietética, a la aplicación exacta de los métodos teóricos de entrenamiento y a la racionalización de su esfuerzo.
Que en definitiva, la trampa no puede elevarse al rango de proeza, y que en conjunto, “el fin no justifica los medios”.
Pero a pesar de todo, la información sobre el problema del doping, la divulgación de sus peligros, no son acciones suficientes para conseguir los fines buscados para erradicar el doping en el deporte, es primordial además ejercer acciones disuasorias y represivas cuyas bases ya fueron establecidas en 1979 mediante una resolución que era una llamada a las responsabilidades nacionales y que recomendaban una cooperación internacional en el tema mediante:
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La puesta en punto de test fiables;
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La creación de un número suficiente de laboratorios acreditados, que puedan efectuar análisis y a los que se les exija una garantía y calidades totales;
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La puesta en marcha de un programa específico de controles;
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La unificación internacional de reglamentos (sometiendo de todas las disciplinas deportivas al control doping, estableciendo de lista común de productos prohibidos);
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La institución de severas sanciones;
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La creación en cada estado de una comisión internacional anti- doping, bajo una perspectiva administrativa, legal y científica.
En consecuencia, y fundamentalmente por su acción disuasoria, los controles de
Doping constituyen la principal arma para tratar de eliminar el doping del deporte. Sin embargo, los resultados positivos obtenidos en los análisis de control de doping realizados en competiciones deportivas sólo representan la punta del iceberg del problema. Desde 1984, el perfeccionamiento de las técnicas de doping ha conducido a los especialistas del deporte a constatar que los controles efectuados en las competiciones no logran satisfactoriamente el fin para el cual se realizan. Igualmente se sabe que los deportistas que se dopan reciben instrucciones sobre la forma de ingerir sustancias dopantes (anabolizantes esteroides, principalmente) durante su período de entrenamiento, para interrumpir el tratamiento durante la época de competiciones. Con ello se trata de que en el organismo permanezcan los efectos de las drogas a la vez que se trata de evitar que éstas puedan identificarse en lo análisis de muestras recogidas para su control en las competiciones. Además, ha habido testimonios que permiten asegurar que un resultado positivo obtenido en un control de doping de una competición sólo aparece por descuido, negligencia, inadvertencia o ignorancia.
En consecuencia, los deportistas y las personas responsables que desempeñan un papel activo en la campaña contra el doping han comenzado a reclamar la puesta en marcha de programas eficaces que permitan comenzar a realizar controles fuera de competición. Estos programas consideran como objetivos primordiales:
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Establecer programas para la puesta en marcha de controles contra el doping periódicos, no sólo en ocasión de competiciones o al establecer records, sino sin previo aviso en cualquier momento fuera de las competiciones.
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Adaptar o adoptar reglamentos imparciales y equitativos sobre estos controles. En ellos se ha de recoger las sustancias prohibidas, las sanciones, etc.
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Velar que la reglamentación sea compatible con la legislación racional al respecto.
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Establecer acuerdos bi o multilaterales.
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Tomar las medidas oportunas para informar a los deportistas sobre las campañas anti-doping. A ellos y a las personas relacionadas se les a de advertir del peligro ocasionado por el uso y la incitación al uso de sustancias dopantes, explicando las implicaciones de orden ético por el abuso de drogas en el deporte.
Un deporte que se controle por primera vez, una competición deportiva en la que se comience a realizar un control, ña incorporación del control a entrenamientos, todo ello constituirá con toda seguridad una acción disuasoria de la práctica del doping. Y si con ello se consigue que se utilicen menos las sustancias dopantes, que haya menos resultados positivos, que se reduzca la práctica de doping, habrá un vencedor: el binomio deporte-deportista.
Libro VIII
DEL RÉGIMEN DISCIPLINARIO
TÍTULO III
DE LAS INFRACCIONES ESPECÍFICAS EN RELACIÓN CON EL DOPAJE
Artículo 448
Los jugadores están obligados a someterse al control antidopaje en la forma y con las garantías que establezca el Reglamento de Control Antidopaje vigente.
Si el resultado de este control fuese positivo, según informe motivado de la correspondiente comisión o el interesado se negara a someterse al mismo o renunciase a su derecho de realizar el contra- análisis, el jugador podrá estar incurso en responsabilidad y ser sancionado.
En idéntica responsabilidad incurrirán quienes sean inductores o convenientes en aquellas prácticas prohibidas, incluso los clubs, en los casos previstos en el presente
título; así como quienes, activa o pasivamente, impidan, obstaculicen o perturben con su conducta, por acción u omisión, la práctica del control del dopaje, debidamente y con las garantías establecidas, en cualquiera de sus fases.
Artículo 449
Recibida la notificación del resultado positivo del control o, en su caso, de la negativa del interesado a someterse al mismo o la renuncia a su derecho de realizar el contra- análisis, el Juez de Competición y Disciplina incoará expediente observándose, en la tramitación del procedimiento, las disposiciones contenidas en el capítulo 3º, Título IV, del presente Libro.
Al ordenar la apertura del expediente, el órgano disciplinario acordará las suspensiones u otras medidas cautelares que considere oportunas, que notificará, mediante providencia, a los interesados.
Una vez practicadas las pruebas por el mismo órgano acuerde o, a propuesta de los presuntos inculpados, acepte, el Comité dictará resolución fundada, con expresión circunstanciada de hechos y fundamentos de derecho.
Artículo 450
Si el órgano disciplinario considerase la existencia de indicios racionales de culpabilidad de otras personas, físicas o jurídicas, adscritas a la organización, ampliará el expediente a todas y a cada una de ellas.
Artículo 451
El jugador o persona adscrita a la organización federativa que sean declarados responsables de prácticas de dopaje serán sancionados con inhabilitaciones por tiempo de dos meses.
En los supuestos de una primera reincidencia, aquélla lo será por un año y, en el caso de una segunda, a perpetuidad.
La imposición, cuando proceda, de tales sanciones, será sin perjuicio de la acción que competa al club, como consecuencia de la relación contractual que tiene con el jugador.
Artículo 452
En idénticas sanciones incurrirán los jugadores que se negaren a la práctica del control y también quienes les hubieren inducido al consumo o utilización de las sustancias que hubiesen determinado el resultado positivo de la prueba, así como quienes la hubiesen obstaculizado en la forma que prevé el artículo 448.3.
Artículo 453
Si se acreditase la connivencia del club en las prácticas del dopaje por las que hubiere sido sancionado un jugador, tratándose de una competición por puntos, dos de éstos en su clasificación y, salvo que hubiese resultado vencedor el club inocente, se declarará la nulidad del partido, que deberá repetirse en el campo de aquél o en otro neutral, según el culpable hubiese sido visitante o visitado.
Si la competición fuera por eliminatorias, se resolverá en función del oponente la fase de que se trate, siendo, además, de aplicación lo que prevé el párrafo segundo del artículo 417.5.
No estando acreditada aquella mala fe, pero sí una actuación negligente por no adoptar las medidas necesarias, conducentes a evitar eventuales casos de dopaje, el club será sancionado con multa en cuantía de pesetas tres o dos millones, según se trate, respectivamente, de la Primera o Segunda Divisiones.
Artículo 454
El órgano disciplinario deberá trasladar copia de sus resoluciones a la Comisión Antidopaje de la RFEF, a los solos efectos de su conocimiento.
CONCEPTO DE DOPAJE
Dopaje es una sustancia que deriva del término holandés doop, utilizada en el argot de los jockeys americanos para designar una sustancia obtenida a partir de las hojas del tabaco. A partir del Convenio de Estrasburgo (1965), se definió como sustancia dopante, y por lo tanto, proscrita o limitada en su administración, “toda sustancia exógena administrada por cualquier vía (o también de origen fisiológico suministrada en condiciones o cantidades anormales), con el objetivo de aumentar de forma artificial el rendimiento deportivo de un atleta en la competición, y que pudiera suponer un perjuicio a la ética deportiva y a la integridad física o psíquica del atleta”.
SUSTANCIAS DOPANTES
SECCIÓN I
(I)Sustancias y grupos farmacológicos
I.1. Estimulantes (Tipo A)
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Cafeína (Cuando su concentración urinaria es superior a 12 microgramos/ml).
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Crocopamida
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Estricnina
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Etilefrina
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Niquetamida, etc.
I.2. Analgésicos narcóticos
Tienen acción inhibidora de la sensación de fatiga o del dolor. Sus principales efectos nocivos son la creación de hábito, depresión del centro respiratorio, trastornos psiquiátricos agudos o efectos sobre distintas hormonas:
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Codeína
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Metadona
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Morfina
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Diamorfina (heroína), etc.
I.3. Anestésicos locales
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Bupicaína
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Lidocaína
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Prilocaína
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Procaína
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Tetracaína
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Mepivacaína.
I.4. Cannabis y sus derivados
El cannabis y sus derivados se consideran prohibidos, a juicio de las correspondientes Federaciones Deportivas Españolas cuando su consumo pueda modificar artificialmente el rendimiento deportivo de los deportistas o los resultados de las competiciones.
I.5. Alcohol
El alcohol se considerará prohibido cuando su consumo pueda modificar artificialmente el rendimiento deportivo de los deportistas o los resultados de las competiciones. En este caso, un resultado se considerará positivo cuando la concentración en la correspondiente muestra de sangre sea superior a 0,5 gramos/litro, como mínimo.
I.6. Bloqueantes -adrenérgicos
Se emplean para aumentar la capacidad de concentración, y disminuir el nivel de ansiedad, en aquellos deportes en que esta cualidad es básica, primando sobre las cualidades físicas, como el tiro con pistola o con arco. Sus efectos nocivos son bradicardia, insomnio, reducción de la aptitud física, sensación de fatiga y manifestaciones depresivas:
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Acebutolol
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Atenolol
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Bunolol
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Metoprolol
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Nadolol
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Pindolol, etc.
SECCIÓN II
II.1. Sustancias y grupos farmacológicos
II.1.1. Estimulantes (Tipo B)
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Anfetamina
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Cocaína
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Etilanfetamina
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Metanfetamina, etc.
II.1.2. Anabolizantes
II.1.2.1. Esteroides Anabolizantes Androgénicos
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Testosterona (Un resultado se considerará positivo, cuando el cociente entre las concentraciones urinarias de testosterona “T” y epitestosterona “E” en la correspondiente muestra sea superior a 6, siempre que no se pueda demostrar que la elevación de dicho cociente se debe a causas fisiológicas o patológicas).
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Oxabolona
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Metandienona
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Oximetolona, etc.
II.1.2.2. Otras sustancias con actividad anabolizante.
Se integran dentro del grupo aquellas sustancias cuya administración sistemática pueda originar efectos anabolizantes, como son los beta2-agonistas.
II.1.3. Hormonas péptídicas y glicoproteínicas análogas.
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Gonadotrofina coriónica (hCG) ! Cuando la concentración de hCG en la orina exceda los valores normalmente encontrados en el organismo humano.
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Corticotrofina
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Hormona del crecimiento (HGH)
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Eritropoyetina
II.1.4. Corticoesteroides
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Betametasona
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Cortisona
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Hidrocortisona
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Prednisona, etc.
SECCIÓN III
III. Manipulaciones farmacológicas físicas y/o químicas.
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Utilización de diuréticos:
Se emplean en la actividad deportiva para enmascarar la presencia de dopantes o como estrategias de disminución súbita de peso, en especial para no sobrepasar el máximo tolerado correspondiente a la categoría en la que participa el deportista. Pueden provocar diversos tipos de alteraciones entre las que destacan desequilibrios hidroelectrolíticos graves, estados de hipotensión, alteraciones renales, etc. Todo redunda además en una reducción del rendimiento deportivo.
LOS ESPAÑOLES, LOS MÁS PERSEGUIDOS
A lo largo de la historia, la presencia de equipos españoles en deportes competitivos a sido cada vez más notable. Debido a la presencia tan abundante de deportistas de élite en equipos españoles los éxitos no debían tardar demasiado en llegar, pero casi siempre, y en especial en estos últimos años, salpicados por la finísima línea que separa, la gloria del fracaso: El dopaje.
Desde nuestro fantástico y explosivo ciclista en la montaña Federico Martín Bahamontes, hasta nuestro pentacampeón del Tour de Francia Miguel Indurain, ha pasado toda una “saga” de deportistas con nombres importantísimos. Ya en estos últimos tiempos nuestro nadador espaldista Martín López Zubero, el fantástico corredor Abel Antón y nuestro último campeón de natación David Meca, también han sido puestos en entredicho sobre sus éxitos cosechados en los últimos años.
Algunos de los peores rumores que se han podido oir en los últimos tiempos, colocan a Bahamontes en una situación poco creíble sobre la clarísima superioridad de este portento de ciclista en situaciones tan duras como son las montañas. En fin, sobre este ilustre de la bicicleta española ya nadie podrá probar nada ya que es un caso que se olvidó en la historia. Otro mito del ciclismo español y mundial es nuestro campeonísimo Miguel Indurain, mejor corredor de toda la historia del ciclismo mundial. Lo ha ganado todo, con una claridad y hegemonía sobre el resto de corredores tan aplastante, con un rostro siempre sereno; nunca se levantaba de la bicicleta para pedalear, ni siquiera en las más temidas rampas de los puertos más duros de todo el mundo. A este “marciano” de la bicicleta también nos lo han querido condenar; que si análisis positivos y contranálisis negativos, que si el EPO, que si el nivel de hematocritos en la sangre..., algunos todavía le querrán hundir en la basura, pero a “Miguelón” nadie le “tosió” cuando estaba en activo, y por algo será.
Algo parecido pasa con el todavía ciclista en activo Fernando Escartín. No tiene un palmarés demasiado “boyante” pero su saber estar en la montaña también hace que corran rumores sobre su posible dopaje. (Y digo yo: con esa gran nariz, que sólo tú sabes llevar con tanto estilo, ¿cómo van a querer hundirte entre la escoria del ciclismo si esas fosas nasales tienen que poder dar aire a un caballo?). Bueno, vamos a dejar el mundo del ciclismo a un lado ya que se explica en otro punto del trabajo y es un mundillo a parte del que sólo pueden hablar seriamente los metidos en materia o entendidos del tema.
Entremos un poco en la natación, mundo éste muy criticado y manchado siempre por casos de doping. Claros ejemplos los tenemos en nadadoras japonesas ya que en mundiales de natación, un tanto por ciento muy elevado de nadadoras de esta nacionalidad eran descalificadas tras dar positivo. Yo me pregunto, ¿por qué tantas japonesas dan positivo en campeonatos mundiales? Porque las medidas antidopaje adoptadas en su país son muy poco fiables y menos severas, por eso al llegar a mundiales celebrados en otros países siempre dan positivo, ya que las medidas adoptadas son más duras. Pero el caso de Japón es aparte, a nosotros nos interesan los españoles; y hablar de nadadores españoles es hablar de López Zubero. Este espaldista, debido a su gran talento, se vio obligado a trasladarse a los EEUU para entrenar en centros de alto rendimiento. Tras uno años allí llegarán los éxitos. Y tras los éxitos en natación, siempre vienen los rumores de dopaje. A este talento del mundo de la natación, si le quieren tachar de algo que lo hagan de sacrificado, ya que el “pobre” se pasaba ocho horas en la piscina entrenando y se tuvo que rapar la cabeza porque el pelo se le estaba poniendo de color verde (esto son rumores). Nuestro último campeón de la natación mundial y por lo tanto cuestionado y apartado de su medalla de oro, David Meca: nacido en Canarias, entrenó hasta el punto que se le ha quedado la marca de las gafas de agua en la cara. Le acusan de dopaje en el último certamen celebrado de natación. Ha sido apartado de su medalla de oro por culpa de unos análisis que pueden ser manipulados de mil maneras, motivado por los intereses económicos, causa y motivo del deporte de competición en la actualidad. David sostiene que él nunca ha tomado sustancias prohibidas y que los análisis realizados y que dieron positivo no son los suyos. Para probar su inocencia ante el COI, su última hazaña: cruzar el estrecho de Gibraltar a nado con una temperatura media de unos cincos grados y unas olas en el mar que llegaban a más de dos metros. Si este hombre miente al afirmar que es inocente, que también le llamen loco por arriesgar su vida por una medalla.
Los deportistas españoles, debido a su cada vez más grande competitividad, están siendo perseguidos y ultrajados de forma escalofriante; ¡qué alguien frene esto por favor!.
EL DOPAJE EN EL CICLISMO
No hace falta decir que el deporte más criticado, puesto en tela de juicio y perseguido a causa del dopaje es ciclismo.
Por tradición ya era el deporte más controlado, estos controles se realizaban a traves de orina, tenía como objetivo descubrir en la sangre de los corredores restos de sustancias prohibidas que en la mayoría de casos eran estimulantes del tipo a la centramina, cafeína, anfetaminas, etc; y otras de tipo anabolizante.
En la actualidad son sometidos a otro tipo de análisis, se trata del sanguineo. Este fue un tipo de control que solicito la A.C.P. (Asociación de Ciclistas Profesionales). Lo solicitaron como un sistema que les permitiera conocer si trabajaban en un estado de salud optimo.
Este tipo de análisis puede descubrir que el ciclista a utilizado sustancias que le pueden ayudar en la recuperación de su organismo. Aunque en el caso de la eritopoyetina, la ya mítica E.P.O., no se encuentran restos de esa sustancia sino que muestra indicios de su utilización.
Este análisis que fue solicitado por los ciclistas se ha vuelto en contra de ellos, los ciclistas pasan estos controles antes de la competición, se realizan de madrugada y por lo tanto a los ciclistas se les priva del sueño. Además los encargados de realizar los controles, conocidos con el sobrenombre de vampiros son muy criticados por el tarto que dan a los ciclistas, por su posible manipulación de análisis y contraanálisis, por su poca discrección a la hora de hacer públicos los resultados. Del mismo modo también es criticada la fiabilidad de estos aparatos.
Ahora pasaremos a realizar una breve explicación de que es en sí la eritropoyetina, sustancia que ha revolucionado el tema del doping en el ciclismo. La E.P.O. no es ni más ni menos que un medicamento, tiene como servicio la creación de glóbulos rojos en la sangre de manera artificial. Esto, puesto al servicio del ciclista, permite una mejor oxigenación de la sangre, lo que permite un mayor rendimiento y sobre todo una mejor recuperación.
Ahora bien, ¿ Donde están los riesgos de esta práctica?. Como ya hemos dicho esta sustancia provoca la creación de glóbulos rojos en la sangre, además estos glóbulos rojos artificiales (si se les puede llamar de esa manera) tienen un tamaño mayor que los naturales y además viven más tiempo.
Esto provoca que se acumulen en exceso en la sangre y convierten la sangre en un fluido muy espeso, que puede llegar a provocar trómbos con su consiguiente peligro.
La forma de controlar éstos es mediante la tasa de hematíes (glóbulos rojos). El porcentaje de hematocrito considerado normal en los hombres se situa entre el 43 y 49 por ciento y en las mujeres entre el 37 y 43 por ciento, aunque hay deportistas que tienen permisos que demuestran que por naturaleza, sus niveles de hematocritos son superiores a lo común, por ejemplo en corredores colombianos que viven gran parte del año a elevada altura.
El uso de la sustancia hizo desaparecer otros tipos de dopaje con el mosmo objetivo pero aún más peligroso. Por ejemplo, lo que solían hacer los médicos de los equipos era concentrar a sus corredores en altura durante los meses de invierno y cuando su Nile de glóbulos rojos aumentaba, les extraían la sangre, se la congelaban y durante la temporada se la volvían a aplicar cuando la competición se exigía.
El uso de EPO no se puede demostrar es una sustancia sintética que no deja restos en la sangre, de ahí que no se sancione a los corredores con porcntajes por encima de lo permitido sólo se les aparta de la competición hasta que estos índices desciendan. Como dice el reglamento se les aparta de la competición como medida de cuidado hacia la salud del deportista.
A pesar de esto se debe decir que en la mayoría de las ocasiones en las que un corredor ha dado positivo en algún control de esto se ha debido a un despiste del médico por que ya se conocen sustancias que pueden bajar ester porcentaje desde el 59 al 50% en apenas diez minutos.
El "AFFAIRE" FESTINA : UN CASO QUE REVOLUCIONÓ EL MUNDO DEL DOPAJE.
Sin duda alguna el escándalo del Tour ´98 queda muy lejos, pero es sin duda un hito de vital importancia en lo que se refiere al ciclismo, a su historia y en la lucha contra el dopaje.
El proceso fue el siguiente:
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7-7-98: Es detenido Willy Woet , masajista del equipo Festina: La policía judicial gala intercepta cerca de la frontera franco-belga al masajista del Festina Willy Woet, y le intervienen 400 frascos de sustancias prohibidas y 250 ampollas de EPO. Woet implica a la cúpula directiva del equipo.
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17-7-98: El Tour expulsa a Festina de la carrera: la organización del Tour expulsa al equipo después de que su director deportivo Bruno Rusell reconociera ante el juez de su equipo que su equipo consumía sustancias dopantes.
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23-7-98: La policía interroga a los corredores: Todos los hombres del Festina menos Hervé y Virenque, admiten tras un duro interrogatorio haberse dopado.
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30-9-98: Sanción en el trío helvético: La Comisión Antidopaje de la Federación Suiza sanciona con ocho meses de suspensión a los tres ciclistas del Festina con esta nacionalidad: Alex Zülle, Laurent Dufaux y Armin Meier. El castigo sería rebajado a siete meses por la UCI días después. Dos semanas más tarde Virenque niega por enésima vez, en un careo con el masajista del equipo que se hubiera dopado para mejorar su rendimiento sobre la bicicleta.
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6-11-98: Festina prescinde de Virenque y del resto de sus figuras: la dirección del Festina prescinde de Richard Virenque ante las reiteradas negativas del corredor sobre su implicación en el caso del dopaje y por negarse a rebajar sus exigencias económicas para renovar. Zülle y Dufaux se habían desvinculado con anterioridad de la formación.
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1-12-98 Los análisis delatan a la estrella gala: Patrick Keil, juez del caso, comunica a Virenque y a Hervé que los análisis realizados a los corredores prueban el consumo de anfetaminas y corticoides y aportan indicios para afirmar la aplicación de EPO en estos corredores.
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7-7-98: Virenque anuncia su retirada del ciclismo profesional: Después de todo lo ocurrido, Virenque deja de ser héroe nacional para convertirse en hazmerreir del pueblo francés. En 1994 donó sus ganancias del Tour a los afectados por la guerra de Ruanda, después de esto su imagen apareció caricaturizada en todos los medios de comunicación del mundo.
Así es como se desarrolló el caso Festina, además hubo otros problemas con corredores de otros equipos, como por ejemplo TVM que fue sometido a interrogatorios semejantes a los del Festina.
Otros puntos de crispación de la carrera fueron las presiones por parte del entrenador del equipo GAN, para expulsar a los corredores del Festina y del TVM, a la postre dos corredores de ester equipo darían positivo. El diario francés "L´equipe", manipuló toda la información haciendo ver a los ciclistas como auténticos drogadictos.
La respuesta de los equipos españoles a todo ester escándalo fue la retirada de la carrera, privándole a Fernando Escartín de conseguir su primer podio en los Campos Elíseos.
Mientras sucedía esto, la imagen ofrecida por los ciclistas no era la más adecuada, con numerosos parones en carrera, con discusiones en público entre corredores, técnicos y organizadores de la pruebe. Todavía tenemos en nuestra memoria las calurosas discusiones entre Manolo Sainz y Jean Marie Leblanc, las cuales propinaron al técnico español graves problemas con el público francés por alguna expresión que no fue demasiado acertada.
Del mismo modo fue la actuación de Biarner Rjis que no sabía de que parte estaba a pesar de ser elegido como portavoz de los ciclistas.
Los grandes perjudicados por el escándalo fueron los propios ciclistas y en especial los del conjunto Festina: Zülle, Dufaux, Brochard (campeón del mundo en ese momento), Rous, Moreau, Meier, Hervé y sobre todo, por su arrogancia y orgullo, Virenque.
Los ciclistas fueron tratados como auténticos criminales, fueron expulsados del Festina, los que tuvieron suerte encontraron un buen equipo y contrato (es el caso de Zülle con Banesto), otros encontraron equipo pero de menor entidad y cobrando menos de la mitad del sueldo que tenían en Festina, y como en el caso de Virenque incluso tuvieron que anunciar su retirada para que un mes después Team Polti se fijara en él.
Otro gran perjudicado por todo esto fue el jefe de los servicos médicos de ONCE, Nicolás Terrado, el cual estuvo retenido en un calabozo durante dos días y durante más tiempo sin poder abandonar suelo galo.
La imagen pública de los corredores, considerados héroes por el público, quedó muy dañada y desproporcionó otra muy distinta como corrupta y sucia.
Además quedó otro asunto pendiente, era el tráfico de estas sustancias entre los equipos por que se dijo que la cantidad encontrada en el coche de Festina, podía abastecer a diez o más equipos durante todo el Tour.
Todos los vehículos fueron registrados, se encontraron sustancias de las consideradas como prohibidas, pero en todos los casos se pudo justificar su uso terapéutico entre corredores con algún problema de salud.
Un año después parece que todo ha vuelto a la calma aunque todavía se palpa la tensión entre jueces-arbitros, organizadores, técnicos y corredores. El mayor sobresalto tuvo lugar a falta de dos etapas para la finalización del Giro ´99 al ser expulsado Marco Pantani por su tasa de hematíes cuando era líder de la carrera con varios minutos de ventajas.
¿DÓNDE ESTÁ REALMENTE EL PELIGRO DEL DOPAJE EN EL CICLISMO?
Sin duda alguna en el mundo del profesionalismo no. El problema está en el ciclismo de base. Los ciclistas profesionales están controlados a diario por sus médicos y les aplican las sustancias que necesitan para rendir al 100% y son sustancias que además necesitan, no se las aplican por que han oído que funcionan muy bien como se da en el ciclismo amateo.
Del mismo modo que tiene derecho un trabajador cualquiera a cuidar su salud para poder realizar su trabajo medicándose, ¿por qué no puede un ciclista tratarse un catarro?. Está bien que se les prohiba la utilización de sustancias estimulantes, pero no tiene sentido que se organicen carreras tan duras y además se les prohiban sustancias que les ayuden a recuperarse. Debe quedar claro que la necesidad de doparse la provoca la dureza de los recorridos.
En el terreno amateur el consumo de cócteles de estimulantes está a la orden del día, aquí está realmente el problema, es consumo de sustancias que ilusionan al corredor con unas sensaciones de fortaleza que realmente no tiene y provoca un sobreesfuerzo en el cuerpo del corredor.
Las sustancias utilizadas por los profesionales son sustancias que ayudan a resolver situaciones de déficit en su organismo para poder rendir de manera adecuada. En el campo amateur se utilizan otras más baratas y más fáciles de conseguir para hacer rendir al cuerpo más de lo que en realidad puede sin conocer cuales pueden ser sus efectos a corto y más aún a largo plazo. Estos efectos suelen ser de tipo coronario, hepático y en muchas ocasiones puede provocar cáncer de estómago.
EL DOPAJE EN EL DEPORTE
Varios son los deportes en los que se ha perseguido con mayor incidencia el uso y proliferación de sustancias prohibidas. Nosotros destacamos deportes como el atletismo, natación, halterofilia, fútbol, ciclismo... Si bien este último ha pasado a relacionarse con el dopaje tras la explosión del caso Festina en el Tour de Francia de 1998 . Nosotros a continuación vamos a realizar un pequeño comentario sobre algunos de los deportes anteriormente citados y en los que el caso del doping es más conocido:
CICLISMO:
El dopaje en el ciclismo ha explosionado definitivamente en este deporte después del escándalo provocado en el verano del ´98, cuando en la prueba más importante del mundo, Tour de Francia, el equipo francés Festina fue descalificado al completo por el uso de un sustancia dopante llamada entropoyetina o, comúnmente denominada EPO, el aumento del nivel de glóbulos rojos en la sangre no detectable por los análisis de orina produce una mayor resistencia en situaciones de extrema dureza para el ciclista son las principales características que definen esta sustancia perseguida por el COI (Comité Olímpico Internacional).
Los controles de sangre hasta entonces inéditos, revelaron el uso de la EPO por numerosos componente del Festina y de otros equipos participantes. Tanto esto como la intransigencia excesiva de las autoridades judiciales galas provocó que fueran muy pocos los ciclistas que finalizaron esta accidentada edición de la carrera ciclista más importante del mundo.
NATACIÓN:
El caso de la natación se remonta a los años 70 y 80 cuando la extinta República Democrática Alemana hacía uso por medio de sus responsables deportivos y médicos de unos métodos de entrenamiento en los que se incluía el suministro de sustancias dopantes como esteroides y hormonas masculinas. Nadadoras menores de edad eran obligadas a tomar estos “medicamentos” para fortalecer su cuerpo siendo objeto de distintas presiones como la pentacampeona olímpica Petra Schneider a quien forzaron a tomar esteroides para que su padre no viera amenazada su posición social y económica.
La RDA convirtió el dopaje en un sistema de estado para hacer frente a los éxitos obtenidos por la Alemania vecina sin preocuparse de sus propios deportistas a los que trataba como “conejos de indias” y con el paso de los años han sufrido serios problemas físicos productos de los graves efectos secundarios de dicha medicación como vuelve a ser el caso de Petra Schneider que sufre problemas cardíacos.
En los últimos años China ha cogido el testigo de los alemanes orientales en lo referente al uso de sustancias dopantes. Fruto de ello, cinco nadadores de este país asiático fueron retirados por su propia delegación durante los campeonatos Pampacíficos celebrados en la ciudad australiana de Sidney por supuesto dopaje. Éste no es más que otro lamentable capítulo en la trayectoria de buena parte de los nadadores chinos en estos últimos años en las grandes competiciones.
FÚTBOL:
El fútbol italiano viene siendo protagonista de numerosas noticias relacionadas con el dopaje y, ante eso, la Federación Olímpica y el CONI (Comité Olímpico Nacional Italiano) han querido abrir una investigación para esclarecer los métodos utilizados por los clubes transalpinos y erradicar cualquier brote de dopaje.
Jugadores como Zinedine Zidane (Juventus de Turín), Christian Vieri (Inter de Milán) o Alessandro del Piero (Juventus de Turín), entre otros muchos, debieron prestar declaración ante ambos organismos en la fiscalía de Turín para arrojar algo de luz para un asunto que preocupa mucho a las autoridades de este país.
La FIFA dio luz verde a los controles anti-dopaje por sorpresa fuera de la competición el pasado 4 de diciembre de 1998 para intentar frenar el uso de sustancias prohibidas entre los futbolistas.
Un hito en la historia del fútbol es Diego Armando Maradona “El Pelusa”, es el más reciente caso sobre el dopaje en la actualidad futbolística. Maradona ya no está en activo pero su sombra en el mundo futbolístico está latente. Todos nosotros conocemos la adicción de este fenómeno futbolístico a la cocaína y de la necesidad que tiene de recuperarse ya que de lo contrario puede llegar a morir. Desde hace tiempo “El Pelusa” toma sustancias prohibidas para aumentar de esta manera para aumentar la capacidad pulmonar y muscular, y aunque trate de negarlo está enfermo. Hace años, en controles de orina dio positivo e incluso en los mundiales de fútbol de 1994 celebrados en EEUU tuvo que ser retirado de la competición por este motivo, dejando al equipo argentino manco de un gran talento en el terreno de juego. Ahora, inactivo, su afición a la cocaína está gravemente arraigada a él y hace pocos días ha tenido que ser ingresado en un hospital de Uruguay por sobredosis a punto de morir.
ATLETISMO:
El que fuera campeón olímpico de los cinco mil metros lisos en Barcelona ´92, el alemán Dieter Baumann podría ver peligrar su carrera después de que el jueves 30 de diciembre se confirmara el positivo por nandrolona que se le detectó en 19 de octubre en un control anti-dopaje el segundo contra-análisis confirmó lo obtenido en anteriores ocasiones por lo que ahora podría ser sancionado hasta con dos años de suspensión.
Baumann acérrimo defensor de los castigos a aquéllos que se dopan, se ha declarado inocente y asegura que todo lo sucedido es un montaje contra él.
Éste es un caso particular en el mundo del atletismo, pero en este mundo tan exigente, el dopaje es una constante que se repite continuamente, por lo que durante los próximos años seguiremos oyendo casos de doping sin ningún tipo de duda.
CONCLUSIONES
Tras la realización de este trabajo, nos hemos dado cuenta de la importancia que tiene el respeto de un deportista hacia el resto de sus compañeros de profesión. De él depende que el deporte sea una actividad física saludable y una oportunidad para saber las limitaciones que tiene su propio cuerpo, sin llegar al consumo de sustancias dopantes para aumentar el rendimiento.
El dopaje supone un camino que toman los deportistas que se creen inferiores y que ven en las drogas la única solución para salir de su situación de inferioridad. Sin embargo, a estas alturas no creo que existan dudas, se puede afirmar con rotundidad que la actitud que toman estos deportistas es incorrecta, desleal y antideportiva.
A continuación señalaremos algunas de las que creemos son las principales causas por las que un deportista cae en el mundo del dopaje:
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Una de ellas es que el deportista pierde la confianza e sí mismo y en sus posibilidades. Empieza a creerse que ya no puede hacer más, que no se puede superar haga lo que haga, y por eso comienza a caer en el mundo del dopaje. El deportista siempre ha de tener un afán de superación, pero para ello debe entrenar con mucho esfuerzo y no por medio de sustancias prohibidas que lo que hacen, a la larga, es perjudicar al deportista y no ayudarle en nada.
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Otra posible causa es la presión que ejerce la sociedad a los deportistas. La sociedad cada vez exige más al deportista, y demás debe ser en un tiempo muy pequeño, ya que el público es bastante impaciente. Si el deportista no es capaz de aguantar esta presión, es muy fácil que se derrumbe o que empiece a doparse para satisfacer las necesidades de la sociedad.
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La sociedad debería ser más tolerante con los deportistas y tener en cuenta de que éstos son personas humanas y con unas limitaciones. Una presión excesiva sobre un deportista que no sea lo suficientemente fuerte para aguantar dicha presión podría acabar con la vida deportiva de éste o con su salud, ya que todos los fármacos antideportivos tienen muchos efectos secundarios perjudiciales para la salud.
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La variedad de fármacos antideportivos es cada vez mayor. Los deportistas podrían estar interesados en el mundo del dopaje ya que al ver tantas sustancias diferentas se podría pensar que un poco de una sustancia y otro poco de otra nadie lo notaría. Además ahora ya hay sustancias que sirven para enmascarar a otras y que no se noten en un control anti-doping.
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La mayor rivalidad existente entre los competidores podría ser otra causa para que un deportista se dope. Los deportistas cada vez están más preparados físicamente que hace unos años, ya que cada vez existen nuevas maneras de desarrollar al máximo su potencial. Debido a esta gran competencia, hay algunos atletas que no son capaces de aguantar tanta rivalidad o que simplemente porque no pueden ser mejores que otros deportistas llegan a doparse para que de forma antideportiva e ilegal puedan hacer frente a otros rivales que antes eran mucho mejor que él.
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Otra causa podría estar relacionada con los premios multimillonarios que existen en las diversas competiciones. Alguien que quiera ser el primero en la competición a costa de lo que sea, podría recurrir al dopaje como forma de tener más posibilidades de conseguir el primer puesto, y por lo tanto una buena cantidad de dinero.
También consideramos importante destacar la conclusión de que aunque el deportista suela ser el principal culpable en este tipo de ilegalidades, entorno al atleta hay un amplio número de personas. Es decir, el deportista suele estar acompañado e influenciado por entrenadores, médicos, preparadores físicos, empresarios-patrocinadores, directivos,... Todos juntos forman un equipo. En ocasiones éstos presionan o engañan al deportista para que se dope porque lo que les interesa es el triunfo a toda costa; y si es descubierto la mala imagen y deshonra se la lleva la figura del deportista.
Queremos concluir finalmente diciendo que en nuestra opinión todo aquel deportista que llega a doparse por cualquiera de estas causas u otras está atentando contra la naturaleza del deporte y debe ser castigado por ello. Hay que seguir luchando contra el dopaje, analizar todos los puntos que influyen en él y lograr que el deporte sea lo que su propio nombre significa (actividad física-juego saludable), evitando que se convierta en un negocio en el que se juega con la salud de los deportistas.
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