Educación y Pedagogía
Alemania y Corea del Sur: Aciertos y desaciertos en la educación escolar
ALEMANIA Y COREA DEL SUR: ACIERTOS Y DESACIERTOS EN LA EDUCACIÓN ESCOLAR
Vilma Peralta Ortiz
Lima (Perú)
El más importante y principal negocio público es la buena educación de la juventud.
Platón
INTRODUCCIÓN
Cuando se hace referencia a los países europeos –casi sin pensarlo y de manera automática–, solemos relacionarlos irremediablemente con el desarrollo tecnológico y económico mundial. Sin duda, variables que para quienes residimos en países subdesarrollados, nos resultan remotamente accesibles a la escala que los primeros las obtienen. Si hurgamos en el ámbito educativo europeo, descubrimos que el progreso económico no necesariamente guarda relación directa con el avance educativo. Este es el caso de Alemania, primera potencia europea y una de las naciones más desarrolladas en el mundo. ¿Y qué podemos decir del continente asiático? Un escenario con muchas sorpresas e innovaciones, que cada vez más adquiere un espacio privilegiado y cercano al poder que ostenta Europa.
Precisamente en este contexto, si existe algo que resaltar en el mundo asiático sin duda es el sistema educativo de Corea del Sur, que ocupó los primeros lugares en la prueba PISA 2009. Los estudiantes coreanos obtuvieron el segundo puesto en comprensión lectora; el cuarto, en matemáticas; y el sexto, en ciencias. Resultados nada despreciables, que podrían permitir, en el futuro, reemplazar a Finlandia como el mejor en educación a nivel mundial.
Aquí quiero detenerme para plantear algunas preguntas ¿por qué Alemania a pesar de la riqueza económica y el avance tecnológico que posee, aún no ha logrado lo mismo con su sistema educativo? ¿Por qué Corea del Sur a pesar de ser hasta hace unas décadas una sociedad agraria y empobrecida ahora es una sociedad posindustrial? ¿A qué se debe su vertiginoso crecimiento? Son interrogantes que quizá no pretendo responder en el presente ensayo en su totalidad, pero considero muy relevantes para comprender el escenario en el que se desarrolla el sistema educativo escolar en ambos países, con aciertos, desaciertos, frustraciones y problemáticas.
REALIDAD EDUCATIVA DE LOS LLAMADOS PAÍSES PODEROSOS
Alemania, no hace más de diez años que recién ha despertado de su letargo educativo en el que creía tener uno de los mejores sistemas educativos. Sin embargo, la publicación de los resultados PISA 2000 resultó un duro golpe para los alemanes. Los estudiantes se ubicaban por debajo de la media. En el puesto 21 en comprensión lectora; y en la ubicación 20, en matemáticas y en ciencias.
Según las recomendaciones del Foro Educativo, un foro alemán de debate e intercambio sobre temas educativos, y los resultados de PISA I y PISA II han demostrado que Alemania necesita urgentemente una nueva y profunda reforma de la educación1, el mismo que no se ha dado en los últimos 20 ó 30 años. Al parecer, todo parecería indicar que, son los mismos políticos y los medios de comunicación que no han facilitado este proceso por no dedicarle una especial atención. Es cierto que se ha avanzado ligeramente en relación con los resultados obtenidos en la prueba PISA 2000, pero todavía sigue persistiendo una distancia considerable que Alemania deberá tomar en cuenta, si no quiere arriesgar perder su posición de líder económico y social.
Antes de las pruebas PISA, el profesorado alemán veía los estudios sobre las competencias del alumnado como una intromisión. La política educativa no intervenía. Nadie sabía lo que realmente había aprendido el alumnado ni qué métodos o condicionantes eran los más efectivos2.
Una de las características más importantes que distingue a Alemania, y a la vez constituye su talón de Aquiles, es, sin duda, su extremada descentralización. Muy peculiar y sui generis. Cada estado federado (länder), que en total son 16, tiene su respectivo sistema educativo con Ministerio de Educación propio, tremendamente diferente. Es decir, Alemania no cuenta con un solo sistema educativo, sino con 16. No existe un currículo nacional.
En el caso de Corea del Sur, evidentemente la realidad es otra. No hace más de 22 años que este país comprendió que la educación es el verdadero motor de desarrollo, y hoy lo deja en claro, siendo considerado como uno de los sistemas educativos más eficientes en el mundo.
A diferencia de Alemania, el sistema educativo de Corea del Sur es centralizado. Las Autoridades de Educación Local (LEAs) a nivel de provincias y municipalidades solo cuentan con una relativa autonomía; principalmente orientada para asegurar los recursos financieros y de personal para las escuelas. Aquí el gobierno central, es decir, el Ministerio de Educación y Desarrollo de Recursos Humanos coreano (MOEHRD siglas en inglés),es quien decide las políticas y la administración de la educación general.
Hasta aquí, entonces, podemos deducir que la descentralización educativa no siempre permitirá obtener resultados óptimos –y esto lo demuestra Alemania–. Por ello es que se entiende que recientemente exista una fuerte discusión para adoptar un sistema educativo más centralizado, que permita finalmente a Alemania poder uniformizar la educación. Pero, ¿podrán los estados federados ceder su soberanía en temas educativos tan fácilmente? La respuesta solo lo saben los alemanes.
Otra cuestión relevante que considero también importante mencionar aquí es el tratamiento que se le ofrece a la educación infantil o preescolar en ambos países.
La educación infantil o Kindergarten, como se la denomina en Alemania, sufre una especie de abandono por parte de los estados federados. La gran mayoría de los jardines de infancia suelen estar financiadas por las Iglesias y organizaciones benéficas, incluso, empresas. Lamentablemente se observa un escaso financiamiento estatal, en este caso de los municipios. Aquí son las Iglesias cristianas las que administran el 72% de las guarderías y centros preescolares.
Hasta la actualidad, la educación preescolar alemán, está poco regulada y hasta la fecha no existen planes lectivos ni directrices para el preescolar (antes de asistir al primer año de primaria). No obstante, a partir de los resultados PISA se pretende ahora que las guarderías y centros preescolares se integren más en el sistema educativo para facilitar un buen comienzo a los grupos desfavorecidos3. Pero, así, todavía hay mucho por hacer.
Un tratamiento totalmente diferente en esta etapa es el que se observa en Corea del Sur. Aunque la educación preescolar no sea todavía obligatoria, la mayoría de los coreanos considera que sí debería serlo. Tan solo en 20 años, el número de jardines de la infancia se multiplicó en ocho veces más. En 1980 existían 901, y en el 2000 estos ya se habían incrementado a 8,494. Sin duda, un gran logro, que obedece a la importancia y reconocimiento que ofrece este país asiático a la educación preescolar que comprende una política nacional. En ambos países, el periodo que abarca la educación preescolar es de tres años, que se inicia a partir de los 3 años de edad y concluye a los 6.
En cuanto a la jornada escolar, existe una realidad bastante opuesta. En Alemania, el número de horas lectivas a la semana es de 20 a 30 horas. Es decir, que un alumno de primaria solo estudia 4 horas al día; y uno de secundaria, cinco horas y media. Esta realidad ha generado más de una crítica entre las autoridades y especialistas en Alemania. Sin embargo, existe un excesivo respeto y cuidado a no recargar al alumno con muchos deberes que no le permitan un espacio para jugar y entretenerse. Esto no solo a través de una Ley fundamental que consagra dicho derecho, sino también es sumamente compartido por los padres de familia. Con el fin de superar esta debilidad, desde el 2000, existe una iniciativa para introducir el aumento de horas lectivas, pero esto solo a nivel de tres estados federados. En Sajonia y Berlín, un 22% de alumnos tiene escuela todo el día, y en Baviera, solo un 2%.4
Un sondeo de la opinión pública alemana puso de manifiesto que un 79% de los encuestados se mostraba partidario de la escuela durante todo el día5. Se espera que en el futuro las clases se dicten hasta las cuatro de la tarde.
En el caso de Corea del Sur, pareciera que las escuelas y los padres de familia tienden a “exprimir” a los alumnos. Tanto es así que los niños van a clase hasta 11 horas cada día, y, luego, presionados por los padres, tienen que dedicar más horas en casa a los libros. Incluso, asistir a academias privadas tras el colegio –las llamadas hagwon–para mejorar sus resultados académicos. En la sociedad coreana, los niños estudian 49.4 horas a la semana. Prácticamente, tienen muy poco tiempo para jugar y dormir.
En la nación coreana existe una marcada cultura competitiva que incentiva a los niños coreanos desde muy temprana edad a ser buenos estudiantes. Tanto es así que las familias y los jóvenes invierten una substancial cantidad de dinero y tiempo en la educación, el más alto entre los países de la OCDE. Desde los primeros niveles educativos, los alumnos dan el todo por el todo para lograr entrar en las mejores escuelas primarias y secundarias o a las mejores universidades del país, preferentemente privadas. Se estima que el 80% de los niños refuerzan sus estudios con clases y tutorías particulares que se suman al horario lectivo ordinario6.
Esta divergencia en la jornada escolar o polos opuestos que se evidencian en Alemania y Corea del Sur, en definitiva generan resultados diferentes en el desarrollo educativo. Hasta ahora, al país asiático le ha resultado muy favorable este tipo de sistema sumamente estricto y disciplinado. Sin embargo, corre el riesgo de cargarse encima un problema social: un gran número de suicidios y de depresión entre los estudiantes de primaria, secundaria y bachillerato.
Según un informe hecho público en agosto pasado por el Ministerio de Educación surcoreano, solo uno de cada dos niños contesta que sí cuando se le pregunta si es feliz, y uno de cada seis dice que se siente solo7. Aquí la cuestión clave es que ambos países redefinan este aspecto, que quiera o no, está trayendo cola. A Alemania con indicadores aún deficientes en comparación internacional; y a Corea del Sur con eficaces resultados en la educación, pero teniendo a cuesta casos de suicidios y depresión entre los estudiantes de primaria, secundaria y bachillerato.
Por otro lado, un indicador que considero es sumamente importante en el desarrollo educativo, sin duda, son los docentes. Y esto lo tiene muy claro Corea del Sur, ya que parte de su éxito sedebe a la calidad de los profesores, que son contratados entre los mejores de cada promoción. Aquí los docentes son muy respetados y muy considerados por la sociedad. Existe un verdadero compromiso con su labor –diría hasta bastante excesivo–. El salario de un docente coreano es tres veces más queel de los docentes de Chile, que es el país que paga mejores salarios en América Latina.
Sin embargo, existe un cierto descontento, pues se critica que las actividades docentes están excesivamente focalizadas en los exámenes, principalmente el del acceso a la universidad. Se dice que los alumnos memorizan más que comprender las materias de estudio. El esfuerzo y exigencia del sistema a los adolescentes es enorme en los niveles primarios y secundarios, pero una vez conseguida la entrada en una universidad, aquel nivel de esfuerzo se relaja en demasía8.
Mientras que en Alemania, la realidad es otra. Los docentes en la mayoría de los casos, no son colaborativos ni se involucran en las actividades escolares. Escasamente participan en la formación permanente9. Aquí, los docentes alemanes requieren mayor remuneración y mejores condiciones de trabajo. Frente ello, la profesión docente ha dejado de ser atractiva para los que estudian una carrera.
Otro aspecto que también merece subrayar es la integración de las TICs al sistema educacional. Según un informe de la Comisión Europea sobre la brecha digital, realizada el 2005 entre 40 países: “Los estudiantes adolescentes que hacen un uso regular de ordenadores, en su casa o en el colegio, tienen mejores resultados escolares en matemáticas…”. Dicho estudio ubica a Corea del Sur con al menos tres ordenadores por cada 10 alumnos, y a Alemania con menos de un ordenador por cada 10 alumnos.
No hay duda que en este aspecto el país asiático ha innovado las TICs en las escuelas primarias y secundarias, y el lugardonde se hacen más evidentes las reformas del modelo coreano es, sin duda, la sala de clases. Esto ha permitido, que el 72% de los profesores coreanos utilice tecnologías para enseñar y gestionar las clases10. Tanto es el avance en este campo, que Corea tiene planeado distribuir, antes del 2013, los primeros libros de texto digitales en el mundoa todas las primarias y secundarias de su país.
CONCLUSIONES
-
El sistema educativo coreano está asentado sobre unas bases esencialmente meritocráticas que son percibidas como justas por los ciudadanos de este país. No obstante, es notorio que este sistema educativo tiene aún un camino para seguir mejorando, especialmente en el aspecto de la extrema disciplina que impone a sus estudiantes.
-
La sociedad de Corea del Sur revela una muy alta estima por la educación, que representa su única forma de lograr su éxito.
-
Alemania por su parte, está empezando a salir de la “ceguera educativa” que tenía antes de los resultados PISA 2000. Y esto se está reflejando en el establecimiento de prioridades (al menos en palabra) por parte de las autoridades alemanas.
REFERENCIAS
1. Véase http://debateeducativo.mec.es/documentos/alemania.pdf
2. Véase http://filosofiaweb20.blogspot.com/2012/02/kerstan-la-educacion-en-alemnia-hoy.html
3. Barbara Schulte (2005). El sistema educativo alemán. En Los sistemas educativos europeos ¿Crisis o transformación? Pág. 153.
4. Publicación en el diario El País. Edición17 de febrero 2012.
5. Ídem.
6. Véase http://www.igadi.org/artigos/2009/jgd_sociedad_y_valores_en_corea_del_sur.htm
7. Diario El País. Edición 6 de diciembre de 2010.
8. Ibídem
9. Bárbara Schulte (2005). El sistema educativo alemán. En Los sistemas educativos europeos ¿Crisis o transformación? Pág. 169.
10. Véase http://www.educarchile.cl/Portal.Base/Web/VerContenido.aspx?ID=206142
Descargar
Enviado por: | Vilma Peralta |
Idioma: | castellano |
País: | Perú |