Psicología


Dislexia


La lectura y escritura resultan ser estrategias complejas, aun para la mayoría de los niños que aprenden a leer y escribir sin dificultades. Tanto la lectura como la escritura pueden llegar a convertirse en un laberinto para niños totalmente normales en otros aspectos de su desarrollo, pero que presentan problemas específicos de lectura y escritura. En este caso, nos encontramos ante la denominada dislexia.

Lo cierto es que se carece todavía de una descripción universal de dislexia, a pesar de que el número de sujetos con esta dificultad en lectura y escritura es importante.

1.Definición de dislexia

Etimológicamente, dislexia significa una dificultad del habla o la dicción. Muchos estudiosos coinciden en destacar que el término dislexia comprende una dificultad en el aprendizaje de la lectura, a pesar de que en los últimos años este concepto se emplea con una mayor precisión para designar un síndrome que se manifiesta como una dificultad para la distinción y memorización de letras o grupos de letras, falta de orden y ritmo en la colocación y mala estructuración de las frases, afectando tanto a la lectura como a la escritura.

Es un trastorno que se transmite genéticamente (requiere de antecedentes familiares) y suele darse más en los niños que en las niñas. Para diferenciarla de otros trastornos, esta dificultad debe existir desde el inicio del aprendizaje de la lectura y escritura, y debe mantenerse de no mediar un tratamiento adecuado.

Este trastorno se manifiesta en sujetos con una inteligencia normal e incluso superior, sin daños neurológicos o físicos evidentes, que no tienen problemas emocionales ni sociales, no viven en un medio social-económico-cultural desfavorable ni tampoco están sometidos a procesos de aprendizaje inapropiados. Este tipo de definición, aunque excluyente, contribuye a separar una dislexia adquirida (por un traumatismo o lesión cerebral) de una dislexia evolutiva o de desarrollo (por déficits madurativos). En el primer caso, el sujeto no puede leer y escribir sin fallos, mientras que en el segundo caso el sujeto tiene dificultad para empezar a aprender a leer y escribir por primera vez.

Critchley y Critchley (1978), analizando la diferencia entre la dislexia adquirida y la evolutiva, afirman que la evolutiva o de desarrollo se manifiesta a consecuencia de un defecto de maduración específico y, de ahí, que al programar una ayuda adecuada desde los primeros momentos, se pueda mejorar y corregir. Con esta aportación, Critchley y Critchley (1978) ponen de manifiesto que, aunque en la dislexia subyace un problema general que es un retraso madurativo, dado que éste produce dificultades concretas en el aprendizaje lectoescritor, los problemas en la lectoescritura pueden ser de múltiples tipos, es decir, no son un cuadro uniforme, habiendo distintos tipos de dislexia.

Los retrasos madurativos se localizan a nivel neurológico o en las funciones psicológicas. Los retrasos madurativos neurológicos, que pueden ocasionar dificultades concretas en el aprendizaje de la lectoescritura, son:

  • Los retrasos evolutivo-funcionales del hemisferio izquierdo, que producen alteraciones perceptivas y en los procesos simbólicos.

  • Los retrasos en el desarrollo del hemisferio izquierdo, originados por anomalías neuroanatómicas, como las malformaciones del tejido neuronal.

  • Los distintos tipos de retrasos en la maduración de las funciones psicológicas que también producen dificultades específicas en el aprendizaje de la lectoescritura, son:

  • Los retrasos del desarrollo perceptivo-visual.

  • Los retrasos en la adquisición del esquema corporal.

  • Los retrasos en el desarrollo de la coordinación dinámica.

  • Los retrasos en el desarrollo de los procesos psicolingüísticos básicos.

  • La consideración de la dislexia como un retraso de maduración específico, posibilita el entendimiento de la misma como un trastorno evolutivo y no patológico, ya que lo que provocaría el retraso en la maduración del cerebro sería una demora en la adquisición de ciertas habilidades y no una pérdida, incapacidad o déficit.

    Habitualmente, esta dificultad para aprender a leer y a escribir se asocia con un tardío inicio del desarrollo del lenguaje a niveles fonológicos, articulatorios y de fluidez, con un progreso lento en tareas de lectura y deletreo, en torno a los siete años, y con manifiestos problemas de lenguaje, tanto en lectura como en escritura, entre los nueve y los diez años.

    2.Etiología. ¿A qué se debe la dislexia?

    2.1. Factores neurológicos

    Desde el punto de vista neurológico se ha tratado de estudiar la relación entre la dominancia cerebral y la lateralidad y los errores de los sujetos disléxicos.

    Concretamente, en un primer momento, se sostuvo que los disléxicos carecen de dominio hemisférico para el lenguaje. Las razones principales que se señalaban para tal afirmación eran:

  • Que estos sujetos producen inversiones e imágenes en espejo - por ejemplo, palto por plato.

  • Que las inversiones e imágenes en espejo se correlacionan con una dominancia cerebral incompleta.

  • Que esta falta de dominancia hemisférica se asocia a deficiencias en la organización cerebral y, como consecuencia, los disléxicos son diferentes a los no disléxicos.

  • Este planteamiento, tan sencillo de entender, en virtud de algunos de los errores característicos de los disléxicos, presenta ciertas debilidades, como son:

  • El hecho de que no todos los disléxicos producen errores de inversión o imágenes en espejo.

  • No contemplar la plasticidad del funcionamiento hemisférico en el curso del desarrollo.

  • La existencia de problemas metodológicos, relativos a una falta de control acerca de la posible importancia que las diferencias entre niños y niñas pueden tener (Lennenberg, 1975).

  • En un segundo momento se defendió la existencia de un retraso o demora madurativa en el desarrollo cerebral funcional de los lectores disléxicos. Esta afirmación se apoya en los estudios que identificaron una ventaja significativa del oído derecho - hemisferio derecho - en tareas de escucha dicótica (recuerdo de dos mensajes diferentes, que se presentan auditivamente de modo simultáneo, uno en cada oído), tanto en el grupo de disléxicos como en el de lectores normales, pero en este último grupo se obtenía mayores puntuaciones en ambos oídos.

    Además, a la hora de predecir cambios temporales en las aptitudes perceptivas y motoras de sujetos disléxicos, se llegó a la conclusión de que, en principio, las dificultades lectoras de éstos tienen su origen en problemas perceptivo-motrices y, posteriormente, se asocian con dificultades auditivo-lingüísticas.

    Finalmente, se llevaron a cabo una serie de estudios, fundamentados en el supuesto de la existencia de un déficit en el hemisferio izquierdo, como principio explicativo de los problemas de los disléxicos.

    Puede afirmarse, a modo de conclusión, que tanto los disléxicos como los que no lo son, presentan una especialización del hemisferio izquierdo para el procesamiento lingüístico, pero los disléxicos tiene una tasa de procesamiento inferior. También puede considerarse que el síndrome disléxico podía ser la manifestación de una representación bilateral del procesamiento espacial, que considerada habitualmente como una función hemisférica derecha, interfiere con el procesamiento de las funciones lingüísticas por el hemisferio izquierdo. En definitiva, los disléxicos presentarían un funcionamiento deficitario del hemisferio derecho.

    Las disfunciones neurológicas son más claras en las dislexias adquiridas. Pero en el caso de los niños con dislexia evolutiva, su inicio tardío al deletreo y a la lectoescritura, asociado con dificultades en áreas como la motriz, no implica necesariamente que deban tener alguna dificultad neurológica, pues, de modo frecuente, estos niños tienen un retraso neuroevolutivo.

    La identificación de múltiples etiologías de dislexia indica la existencia de varios subgrupos disléxicos, lo que a su vez lleva implícito que cada uno de ellos presenta su propio patrón de defectos específicos, pudiendo, al conocerlos, adaptar la reeducación al caso concreto.

    2.2. Factores cognitivos

    La incorporación de la psicología al estudio de la dislexia ha sido de gran ayuda para conocer, en el caso de las adquiridas, qué proceso concreto está deteriorado o implicado en una determinada conducta, y para identificar perturbaciones concretas en las funciones de lectura, deletreo y ortografía, en las evolutivas.

    Los principales déficits cognitivos, constatados en sujetos disléxicos por los diferentes estudios que se han realizado bajo esta perspectiva son:

  • Déficits perceptivos y de memoria

  • Se llegó a la conclusión de que los disléxicos tienen problemas perceptivos, cuando los estímulos que se les presentan son etiquetados verbalmente. Es decir, los sujetos que manifiestan problemas de lectura no muestran dificultades para la percepción visual, sino que éstas aparecen cuando se hace intervenir la atribución de un nombre - etiquetado verbal - a una configuración visual.

    Por medio de investigaciones se encontró que los sujetos con problemas lectores mostraban un rendimiento bajo cuando a los estímulos a recordar se les añadía el etiquetado verbal.

    Puede afirmarse que los sujetos disléxicos presentan dificultades con la codificación verbal y fonológica, más que dificultades de tipo perceptivo, ya que fracasan, únicamente, cuando los estímulos están sometidos a etiquetas verbales.

  • Déficits en el procesamiento verbal

  • El problema verbal que tienen los niños disléxicos no es conceptual, ya que su inteligencia es buena, sino que su dificultad surge cuando tienen que abstraer y generalizar la información verbal en tareas de transferencia de información o para establecer visoverbales.

    De hecho, los niños disléxicos tienen una comprensión lectura deficiente. Estos niños, cuando leen, recuerdan las cadenas de palabras al pie de la letra y, como consecuencia de ello, son ineficaces a la hora de recordar los términos exactos y cuando tienen que leer directamente gracias al significado (Smith, 1983).

    Los disléxicos son malos lectores porque traducen la entrada visual de las letras a un código de base sonora o hablada, lo cual es innecesario para leer.

    Las diferencias entre disléxicos y no disléxicos muestran que los primeros cuentan con un vocabulario reducido, menor fluidez para las descripciones verbales y un uso sintáctico - formación de frases - menos complejo, en comparación con el grupo de no disléxicos.

    Por último, también se han descubierto fallos en el análisis sonoro de las letras o grafemas que realizan los niños disléxicos. Estos errores explican alguno de los problemas de estos niños, tanto en la lectura como en la escritura.

    3.Tipos principales de dislexia.

    Bajo la denominación de dislexia existen diferentes subtipos. Las investigaciones más actuales admiten la existencia de distintos síndromes disléxicos, habiendo entre ellos una gran similitud. La mayoría coinciden en que hay algún tipo de perturbación auditivo-fonológica, presente en muchos niños disléxicos. También se detecta la manifestación de otro subtipo con problemas viso-espaciales. Y por último, se da otro subtipo que puede presentar ambas clases de dificultades.

    Los principales trastornos concretos de los diferentes subtipos de dislexia son:

  • Los síndromes audiofonológicos y visoespaciales.

  • Se ha delimitado la existencia de dos tipos de dislexia: la auditiva y la visual. Los niños con dislexia auditiva presentan dificultad para diferenciar sonidos del habla, para analizarlos y nombrarlos. También tienen problemas para recordar series y problemas con la rima. En los niños con dislexia visual aparecen dificultades en tares de percepción y discriminación visual. Muestran errores de orientación, problemas de discriminación entre tamaños y formas, confusiones entre grupos de letras y dificultades para transformar letras en sonidos.

    Se han encontrados tres patrones diferentes entre los niños disléxicos, que son los “disfonéticos”, “diseidéticos” y “aléxicos”.

    La dislexia “disfonética” o auditiva es la más fracuente. Su principal característica es la dificultad para integrar letra-sonido, es decir, el deletreo no guarda semejanza con las palabras leídas.

    La dislexia “diseidética” o visual implica una deficiencia primaria en la capacidad para percibir palabras completas.

    La dislexia “aléxica” o visoauditiva provoca una casi total incapacidad para la lectura.

    Finalmente se han distinguido dos subtipos de dislexia, la “audiolingüística”, que presenta retraso del lenguaje, trastornos articulatorios -dislalias-, dificultades para denominar objetos -anomia- y errores en la lectoescritura por problemas en la correspondencia grafema-fonema. El otro subtipo es la “visoespacial” que muestra dificultades de orientación derecha-izquierda, dificultad para reconocer objetos familiares por el tacto, calidad de la letra pobre y errores de lectoescitura que implican fallos en la codificación de la información visual.

    Características de los subtipos disléxicos audiolingüístico y visoespacial:

    Audiolingüístico

      • Retraso del lenguaje.

      • Anomia o dificultades de denominación.

      • Deficiencias en el habla.

      • Errores en la lectura por problemas en la correspondencia grafema-fonema.

      • Errores en la escritura por problema en la correspondencia fonema-grafema.

    Visoespacial

      • Problemas de orientación derecha-izquierda.

      • Disgrafía o mala calidad de la letra.

      • Errores de lectura que implican aspectos visuales (por ejemplo, por inversiones en la posición de las letras).

      • Errores ortográficos.

  • Los síndromes de trastornos lingüísticos, de descoordinación articulatoria y grafomotora, y de trastornos preceptuales visoespaciales, y secuenciación disfonética y memoria verbal.

  • Se delimitan tres subtipos disléxicos:

      • El primero, trastorno de lenguaje, muestra dificultades auditivas y se caracteriza por anomia, trastorno en la comprensión y dificultades en la discriminación de sonidos.

      • El segundo, trastornos visomotores, manifiesta problemas en la articulación del habla, perturbaciones en habilidades grafomotrices y déficits en la combinación de sonidos, aunque la discriminación sonora es normal.

      • El último, síndrome de alteraciones preceptuales, se caracteriza por trastornos visoespaciales, que generan problemas de memoria y de discriminación visual a la hora de reproducir formas de memoria.

  • Los síndromes caracterizados por problemas de procesamiento sintáctico, semántico y fonológico.

  • Se distinguen los siguientes subtipos:

      • La dislexia “fonológica”. Se aplica a aquellos sujetos que, como característica principal, tienen una dificultad en el componente fonológico.

      • La dislexia “morfémica”. Es consecuencia de una perturbación primaria en el procesador visual o grafémico, que origina distorsiones de la extensión y del formato de la palabra, al leer y escribir.

      • La dislexia “visual analítica”. Obedece a un trastorno en la función analítica del procesador visual, que enlentece su función, provocando problemas en la identificación de las características posicionales de las letras.

    4. Evaluación.

    El proceso de evaluación tiene, como finalidad principal, la identificación del sujeto con dislexia. Se trata de un proceso sumamente complejo, debido a la cantidad de factores que es preciso controlar para que el mismo sea riguroso y preciso. Después de la identificación, la selección de estrategias educativas, en función de lo detectado, es el fin último de la evaluación.

    Al analizar la etiología de la dislexia, los subtipos y los modelos explicativos, cabe proponer un sistema de evaluación doble, que incorpore, por una parte, la evaluación de las principales áreas o problemas neuropsicológicos - lateralidad, percepción visoauditiva, psicomotricidad, etc - y, por otra, el análisis de las competencias psicolingüísticas del sujeto o, lo que es lo mismo, el examen de los procesos implicados en la lectoescritura - fonológico, sintáctico, semántico, etc.

    Resumen de los puntos principales de interés para la recogida de la información previa a la exploración. Entrevista para la dislexia.

    1.Historia evolutiva:

    1.1. Historia natal:

      • Embarazo.

      • Parto.

    1.2. Desarrollo lingüístico:

      • Primeras palabras.

      • Articulación.

      • Vocabulario.

      • Palabra-frase.

    1.3. Desarrollo emocional:

      • Manifestaciones conductales/emocionales a nivel familiar-escolar.

    2. Historial educativo:

      • Posibles cambios de colegio.

      • Ausencias continuadas.

      • Procedimientos de enseñanza.

      • Número de casos en el aula con problemas similares.

      • Dificultades lectoescritoras.

      • Dificultades en otros aprendizajes.

    3. Historial médico:

      • Defecto visual.

      • Defecto auditivo.

      • Epilepsia.

      • Lesiones cerebrales importantes.

      • Otras enfermedades o problemas de salud graves.

    4. Historial social:

      • Familiares - padres, hermanos - con dificultades de aprendizaje.

      • Profesión de los padres.

    5. Intervención. Reeducación de la dislexia.

    El diseño y planificación de estrategias y actividades para ayudar al sujeto a superar sus dificultades con la lectoescritura, constituye el fin último que debe perseguir el profesional encargado de su rehabilitación.

    El término intervención describe de modo muy claro el conjunto de procedimientos psicológicos destinados a alterar y mejorar aquellos procesos conductales que así lo requieren. El término reeducación supone la educación de las funciones alteradas sobre la base de las capacidades disponibles, para que el nivel lectoescritor sea satisfactorio.

    Para la reeducación de la dislexia no sólo hay que tener en cuenta los trastornos que presenta el niño, sino que es necesario conocer sus posibilidades, apoyándose en las mismas y fomentándolas al máximo.

    Tanto la exploración como la intervención debe iniciarse lo antes posible, entre los cuatro y los seis años, evitando así la posterior aparición de problemas más severos y garantizando el éxito de adquisiciones más complejas. Los distintos procedimientos para favorecer un desarrollo adecuado de las capacidades perceptivas, las cuales, además, conllevan un favorecimiento madurativo, tendrían un importante papel preventivo. Pero no serían únicamente estas capacidades las que requieren ser potenciadas, sino cualquiera de las que depende la habilidad del niño para aprender a leer y a escribir.

    Existen métodos como el de Ronald Davis que parece estar ayudando a personas con estilo de aprendizaje disléxico. También la denominada Programación Neurolingüística parece ofrecer buenos resultados. El apoyo familiar y la ayuda especializada son de gran importancia.       

    BIBLIOGRAFÍA

    Dislexia, disortografía y disgrafía. Rosa Mª Rivas Torres y Pilar Fernández Fernández. Ed. Pirámide. Madrid,1998.

    Centro Interdisciplinario del Lenguaje y Aprendizaje. Artículo sobre la Dislexia . Lic. Isabel Galli de Pampliega, Directora del CILA.

    La dislexia en cuestión. Ajuriaguerra, Bresson, Inizan, Stambak y otros. Ed. Cresas. Madrid, 1977.

    SUMARIO

  • DEFINICIÓN DE DISLEXIA.

  • ETIOLOGÍA.

  • 2.1. FACTORES NEUROLÓGICOS.

    2.2. FACTORES COGNITIVOS.

  • TIPOS PRINCIPALES DE DISLEXIA.

  • EVALUACIÓN.

  • INTERVENCIÓN. REEDUCACIÓN DE LA DISLEXIA.

  • BIBLIOGRAFÍA.




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    Enviado por:Terry
    Idioma: castellano
    País: España

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