Derecho
Discriminación
Índice
Introducción 2
Derechos de la mujer 3
Historia 3
Derecho civil 4
Derecho al voto 4
Superar el lastre individualista y excluyente 6
La emancipación un proceso inacabado 7
La raíz de la desigualdad 8
La división sexual del trabajo 9
La discriminación laboral de las mujeres 9
Introducción 9
La vida profesional a la medida de la mujer 10
Todavía lejos de la igualdad 11
Compaginar maternidad y trabajo 12
Las mujeres y el trabajo: algunas estadísticas de interés 12
Las condiciones económicas de la mujer actual 13
Causas de bajas laborales 15
Cuando la mujer gana mas que el varón 17
Orientaciones del sueldo femenino 18
Corrientes de pensamiento 19
Sexismo 19
Feminismo 20
Comunismo 20
Avances del siglo XX 21
Vocabulario sobre el mundo laboral femenino 22
Bibliografía 26
Encuestas 27
Conclusiones 32
Propuesta 33Introducción
En el s. XXI, hablar de discriminación sexual en las sociedades occidentales parece innecesario y mucho más si el tema que se debate es la educación. Se suele creer que la igualdad de las mujeres está asegurada por las leyes y por los cambios sociales que se han producido. No se puede negar que la situación de las mujeres actualmente es mejor que hace 100 años, y que muchas mujeres y varones gozan hoy de los mismos derechos y tiene idénticos deberes sociales, las leyes no son sólo igualitarias sino incluso protectoras de las mujeres para así equilibrar la balanza que tantos siglos de historia humana se han encargado de inclinar hacia los varones. Algunas veces nos sorprendemos a nosotros mismos con comentarios y actitudes nada igualitarias.
Vivimos en un ambiente sexista sólo hay que recordar los innumerables casos de violación, único delito en el que se juzga al delincuente y a la víctima (quienes habitualmente sufren este tipo de delito son las mujeres). La violación y la actitud de algunos jueces ante ella demuestran que el sexo femenino sigue siendo visto como un objeto sexual por la fuerza. Justificando estos actos de violación como provocaciones de la propia víctima (llevar minifalda o algún tipo de indumentaria provocativa), así pues, el que un hombre asesine a una mujer, o que un hombre pretenda obtener beneficio sexual de una mujer que se encuentra en una posición inferior al suyo, es culpa de la mujer.
Poniendo el deseo del hombre encima de todo; basta con recordar las palabras del general Schmitt Patton, quien a su modo se distinguió durante la Segunda guerra mundial entre otras cosas: “Si un soldado no folla no puede combatir”. Refiriéndose a las violaciones de sus tropas a jóvenes francesas y alemanas, a veces delante de familiares.
En las escuelas, en los institutos y en la universidad, se niega lo femenino y se premia la forma que los varones han tenido de entender la vida.
Las profesiones femeninas más frecuentes son vendedora, enfermera (el médico es, claro está, varón) y maestra. Pueden añadirse modista, estilista y secretaria.
Éstos son los prototipos que se ofrecen como modelos a las niñas. “El mundo intelectual, en los textos escolares, es un mundo completamente masculino”. En los libros de enseñanza persiste la ausencia del sexo femenino tanto en la iconografía como en el texto
Derechos de la mujer
La legislación de los distintos países ha establecido, desde siempre, una marcada diferencia de la capacidad jurídica del hombre y de la mujer.
Historia
En Atenas la mujer no sólo esteba excluida de las decisiones comunitarias, sino que estaba claramente relegada al cuidado del hogar con capacidad jurídica igual a la del varón de edad inferior a los 18 años. El derecho romano consolidó la figura patriarcal, sometiendo a la mujer a la patria potestad del paterfamilias. Estando in manu permanente.
Por el contrario, en los pueblos germanos la mujer participaba en la vida política y gozaba de igualdad ante el varón. Las invasiones germanas condujeron en la Edad Media a una fusión de dos planteamientos distintos, de manera que la mujer vio aliviada su situación, si bien continuaba viéndose como un ser inferior. No obstante, y en especial en las clases populares, la mujer tenía (más de hecho que de derecho) una capacidad superior a la reconocida en los regímenes patriarcales y podía realizar actos jurídicos y participar en la vida artesanal. En el siglo XII se asiste a un retorno a los principios del derecho romano por la influencia de la Iglesia y de los nobles.
La Revolución francesa representó un nuevo retroceso en la consideración legal de la mujer al adoptar rígidamente el derecho romano. En cambio, fue la revolución industrial, con la incorporación masiva de la mujer al trabajo, la que impulsó una profunda modificación de estos planteamientos. Por una parte, la mujer trabajadora creó organizaciones sindicales en defensa de sus derechos. Por otra parte, teóricos como Saint-Simon, Fourier, Engles y Marx, entre otros, plantearon de forma contundente la igualdad de los derechos de ambos sexos y alentaron los nacientes movimientos feministas.
En Estados Unidos se aprobó, en 1920, la XIX enmienda a la constitución, que establecía el derecho al voto indiscriminado. Las sufragistas británicas conseguían, en 1928, el derecho al voto y, posteriormente, la igualdad de derechos civiles y laborales. Actualmente, casi todas las legislaciones reconocen la misma capacidad jurídica al hombre como a la mujer soltera, si bien existen distintos matices con respecto a la casada, siempre en detrimento de los derechos de la mujer.
Derecho civil
La rama del derecho que mayor incidencia tiene sobre la vida de las mujeres es el derecho civil, y en concreto, la parte relativa al matrimonio y a la familia. El derecho civil, es el que fija condiciones tales como el momento y el modo en que una mujer puede contraer matrimonio, si puede disolverlo y como, hasta donde alcanza su autoridad sobre sus hijos, que bienes puede poseer y qué grados de dominio puede ejercer sobre ellos, bajo qué condiciones puede desarrollar una actividad comercial, qué puede heredar si enviuda, qué manutención tiene derecho a recibir si se divorcia, etc.
Derecho al voto de la mujer
Derecho de las mujeres a compartir, en igualdad de condiciones por las razones, los privilegios políticos concedidos por el gobierno representativo y, de un modo concreto, a votar en elecciones y a desempeñar cargos públicos. Ya desde la antigüedad se había abogado por la igualdad de derechos políticos de las mujeres. Bajo las formas autocráticas de gobierno que prevalecieron en la época antigua y en los regímenes feudales de la Edad Media, sin embargo, el sufragio estaba tan restringido, incluso entre los varones, que el derecho político de las mujeres nunca llegó a ser un asunto político. Los factores que garantizaran la existencia de movimientos organizados en defensa del sufragio femenino sólo se dieron una vez que amplios sectores de la población masculina, que hasta entonces no había tenido acceso al voto, obtuvieron el derecho a votar como consecuencia de las revoluciones liberales y democráticas de los siglos XVIII y XIX.
En México el 17 de octubre de 1953, 25 años después que las britanicas, las mexicanas ganaron el derecho a votar y ser electas. México era de los últimos seis países de América Latina en reconocer este derecho. Todo esto se logró gracias a una comisión de mujeres que reclamaron el derecho del voto a la mujer al presidente Ruiz Cortinez; una de ellas es la maestra Guadalupe González, quien hoy tiene 92 años. Sin embargo, 31 años antes el Congreso de Yucatán con una reforma local, abrió el paso a la mujer en puestos de elección. Tres mujeres fueron electas diputadas.
Pero realmente a pocas mujeres, dice la maestra Lupita, les interesaba el derecho del voto, porque ser mujer a principios del siglo XX era igual a nada. “Mi madre, que en paz descanse, la partera y mis abuelos rezaban al a virgen de Guadalupe para que me muriera porque iba a ser mujer y decían que para qué servíamos las mujeres”, comenta la maestra.
La lucha de mujeres como Guadalupe Gonzalez, tuvo sus frutos y 26 años después México tuvo la primera gobernadora.
Ahora, 50 años después del voto, poco a poco la mujer conquista algunos espacios de poder; es un buen momento para reflexionar sobre los logros del feminismo, sus limitaciones y, fundamentalmente, sobre sus retos futuros. ¿Sobre qué presupuestos ideológicos se apoyó el primer feminismo? ¿En qué medida resultan adecuados en la actualidad? ¿Qué proyecto social propone el feminismo para el siglo que ha comenzado? En cualquier caso, es importante reflexionar sobre las razones que explican que, a pesar de los logros conseguidos, los movimientos feministas no cuenten, en la actualidad, con el respaldo deseado entre las mujeres jóvenes.
Quizás la causa de ello se encuentra en ciertos presupuestos, adoptados por el feminismo desde sus orígenes, y hoy día en fase de superación. Es cierto que el primer feminismo -o feminismo liberal- llevó a cabo una aportación innegable en la defensa de la igualdad de derechos entre hombre y mujer. Sin embargo, este feminismo implicó una defensa de la mujer sobre unos presupuestos claros, heredados de la mentalidad moderna: la devaluación de lo específicamente femenino, como, por ejemplo, la maternidad. Se presuponía que, para realizarse personalmente, la mujer tenía que convertirse en "otro hombre", asumiendo los valores modernos de la productividad y el éxito.
Tal depreciación de la maternidad aparece especialmente clara en la obra de Simone de Beauvoir. Para esta autora, la mujer es realmente un "hombre" con el inconveniente de que su cuerpo está expuesto a la posible reproducción. Se parte, por ello, de una hostilidad a lo naturalmente propio de la mujer. Su realización como persona estaría, por ello, estrechamente relacionada con la posibilidad de erradicación de la maternidad. Prueba de ello es que uno de los objetivos de los movimientos feministas haya sido, y continúe siendo, la consecución del aborto libre.
La pregunta que nos podemos hacer es la siguiente: ¿Hasta qué punto es comercial y susceptible de generar adhesión e ilusión un proyecto dirigido básicamente a las mujeres, pero asentado en la negación de la realidad de lo específicamente femenino? ¿Hasta dónde puede llegar el movimiento feminista si se propone como una de sus metas fundamentales la consecución de una pretendida autodeterminación de la mujer, que niega la alteridad, la existencia del otro, máxime cuando el otro es el propio hijo? ¿No es esto proponerse como meta la exclusión y eliminación del más débil?
Superar el lastre individualista y excluyente
Ciertamente, el feminismo debe luchar por conservar y ahondar en la igualdad de derechos entre el hombre y la mujer. Pero debe superar su lastre individualista, excluyente. No debe partir del rechazo de la especificidad de la mujer, porque ello implica negar la realidad, la riqueza propia de lo femenino. No puede continuar moviéndose en un contexto de antagonismo con el hombre. El individualismo aísla de los demás y pone barreras a la comprensión de las realidades sociales más básicas. Estos presupuestos perjudican a la misma mujer y, en última instancia, a la familia. Frente a ello, considero que todo proyecto de cambio de las estructuras sociales debe partir de la base de que el entorno más propio y característico del ser humano es la familia. Somos humanos porque somos familiares; y en la medida en que seamos más familiares, más humanos seremos. Por ello, el mejoramiento de la situación y condiciones de vida de las familias debe ser objetivo prioritario de toda acción de gobierno.
El cambio que debe propugnar el nuevo feminismo debe pasar por proponer una sociedad en la que todos tengan cabida, especialmente los más indefensos. Una cultura en la que no se niegue la existencia del otro, de cualquier otro. Una sociedad en la que cualquier individuo humano (también el no nacido) sea considerado un bien. Una sociedad que proponga un nuevo horizonte de realización personal, en el que las claves de la dignidad humana no se encuentren, exclusivamente, en valores como el mercado o la productividad. Una nueva cultura no excluyente, en la que tanto hombres como mujeres concedan un lugar prioritario a la defensa de la familia, la maternidad y la paternidad, la vida en todas sus manifestaciones, la acogida y el cuidado de los débiles o enfermos. Un sociedad, en definitiva, en la que se defienda el carácter sagrado e insustituible de cada individuo humano, con independencia de su grado de desarrollo, origen, salud, o características personales.
La emancipación, proceso inacabado
Tradicionalmente, la emancipación de la mujer tenía un carácter limitado: se trataba de pasar de la dependencia paterna a la matrimonial. Para ser adulta, como norma, había que casarse.
Hoy, afortunadamente, los padres son más tolerantes, se ha flexibilizado el control sobre los hijos. Las cosas han cambiado, pero sólo relativamente, ya que aún siguen existiendo familias que crean una gran dependencia que provoca limitaciones en la autonomía personal y fomentan las relaciones que impiden el desarrollo de las capacidades de las hijas.
En primer lugar, crece considerablemente el número de mujeres jóvenes entre 15 y 29 años de edad que viven con sus padres y, a la vez, trabajan y tienen ingresos propios. Este es un dato muy positivo, ya que nos muestra la mejora de la condición de la mujer.
En segundo lugar, parece que el avance económico de estos últimos años ha beneficiado en mayor medida a los jóvenes varones que a las mujeres, debido especialmente a la diversificación laboral masculina.
Todavía un buen número de mujeres entre 18 y 29 años de edad carezca de recursos propios y siga viviendo en casa de sus padres. Por mucha tolerancia que exista en la casa paterna, su libertad siempre estará condicionada. La falta de libertad es mucho más acusada para las chicas que para los chicos, sobre todo cuando son mayores.
El sistema educativo sigue separando, de hecho, la formación de mujeres y varones. El trato no igualitario a las mujeres en el trabajo sigue siendo una realidad cotidiana. Tampoco parece que los hombres se estén incorporando al trabajo doméstico de modo sustancial para que se produzca una modificación significativa de la división sexual del trabajo en la familia.
La raíz de la desigualdad
Las jóvenes del cambio del milenio, las que serán adultas en el siglo XXI, continua sufriendo discriminaciones. Las mentalidades, aunque algo se han adaptado, siguen siendo prisioneras del pasado. Se siguen sufriendo los estereotipos tradicionales, aunque no sean tan burdos y explícitos como antes porque ahora la discriminación está más interiorizada, más estridente. El listón se ha movido, pero sigue estando ahí: una violación casi justificada por un juez, unas trabajadoras en huelga porque se les paga menos que a los hombres por hacer el mismo trabajo....
Las tareas domésticas todavía siguen marcando las diferencias entre hombres y mujeres. Entre los 15 y los 16 años, las adolescentes trabajan un promedio de 1,2 horas más que los chicos de estas edades. Es cierto que en la actualidad, los casados colaboran más en las tareas del marido y la esposa, pero las diferencias siguen siendo evidentes. Para una mujer, casarse significa trabajar muchísimo más.
Todavía se defiende que los hijos son otra cosa y que nadie mejor que la madre para dedicarse a ellos. Es verdad que sólo las mujeres pueden quedar embarazadas, parir y amamantar, pero todo lo demás pueden hacerlo igual las mujeres que los hombres, aunque hoy los padres jóvenes se ocupan más de sus hijos, son las madres las que siguen cargando con la mayor parte de tareas.
El reparto desigual de las tareas domésticas es la causa y el efecto de la discriminación que hoy todavía sufren las jóvenes. Por mucho que se diga lo contrario, sigue muy enraizada la creencia de que esas tareas son más propias de las mujeres que de los hombres.
Otro factor de discriminación reside en una socialización distinta. Por ejemplo, lo que un chico debe hacer es prepararse para encontrar el mejor trabajo posible que le permita, más adelante, mantener a una familia. Por su parte, también es bueno que las chicas estudien y trabajen, pero no debe ser su único objetivo. Si quieren trabajar, que lo hagan, pero siempre serán, además, esposa, madre, y en definitiva la encargada del hogar.
La división sexual del trabajo
La división del trabajo según el sexo es una costumbre. Se ha discutido mucho acerca de sus causas: para unos, la mayor fuerza del hombre le lleva a realizar ciertas tareas, para otros, el parto y la menstruación, obligan a imponer tabúes a la mujer, por causa del embarazo y por la necesidad de atender a sus hijos, está incapacitada para alejarse de la casa.
En una primera impresión puede parecer que la igualdad de hombres y mujeres en el mercado de trabajo es ya un hecho. Pero en la realidad es que persisten las diferencias entre los dos sexos, con una clara desventaja para las mujeres. De hecho, muchas mujeres creen no estar capacitadas para ciertos oficios que, supuestamente, requieren fuerza física. Si se empeñan en aprender oficios como albañilería, cerrajería, carpintería...los propios empresarios y a veces los encargados ponen todo tipo de inconvenientes para su contratación.
La discriminación laboral de las mujeres.
Introducción
Este tema es curioso ya que de la teoría a la práctica hay un buen trecho. ¿Por qué digo esto?, porque según uno de los artículos de la constitución todos los españoles tenemos los mismos derechos sin distinción de raza, sexo o edad (esto solo en teoría). Pero a la hora de la práctica es muy diferente, ya que muchas mujeres se ven discriminadas tanto a la hora de buscar trabajo como para ascender en este.
Otro problema al que muchas mujeres trabajadoras se enfrentan cada día es al acoso al que le someten algunos compañeros de trabajo, este acoso puede ser sexual o psicológico, el primero en los últimos años se está frenando ya que al ser más fácil de demostrar en un juicio, los que por cierto cada día hay más y su sentencia suelen ser favorables. Pero el segundo tipo de acoso es mucho más difícil de probar y, por tanto, las sentencias suelen ser desfavorables.
Las diferencias laborales son fáciles de ver en ciertos sectores o puestos que los que los ocupan son, en la inmensa mayoría de los casos, hombres. Esto es el caso de la política española o, más bien, en la mundial. Otro claro ejemplo se ve en los grandes hipermercados, los puestos de cajeras son ocupados por mujeres(a poder ser de estética agradable), mientras que los puestos de responsables o de encargados son ocupados por hombres(en su mayoría).
La vida profesional a la medida de la mujer.
El tema de las mujeres trabajadoras debería ser de interés para todas las mujeres. Sin embargo, muchos de esos trabajos no gozan de reconocimiento. El trabajo de las mujeres en los países subdesarrollados abarca las "labores domésticas" en su sentido más amplio: el trabajo en el campo con la siembra del terreno, la recogida de leña y al mismo tiempo la dedicación a una familia numerosa. En definitiva, las mujeres están bastante familiarizadas con el mundo del trabajo.
En los países occidentales, las mujeres realizan estudios de nivel igual o superior a los de los hombres y cada vez es mayor el porcentaje de las que trabajan fuera de casa. La vida laboral está en su mayoría organizada como si los trabajadores no tuvieran obligaciones familiares. Esto afecta sobre todo a las mujeres, pues por mucho que se afirme en teoría la igualdad de papeles de ambos padres, el de la madre es de esencial importancia por el tiempo y esfuerzo empleados en la crianza y educación de los hijos.
El feminismo "igualitario" de los años setenta pretendía demostrar que las mujeres podían trabajar de igual modo que los hombres. Quizás fuera algo inevitable para que las mujeres tuvieran acceso a profesiones tradicionalmente "masculinas".
El principal objetivo de las mujeres es conseguir el reconocimiento de sus diferencias respecto a los hombres y esas diferencias deben quedar reflejadas en la organización de la vida profesional.
Hasta hoy han considerado la doble presión del trabajo familiar y profesional como un carácter meramente privado.
Todavía lejos de la igualdad
Todavía hoy las mujeres, al solicitar o concursar para un puesto de trabajo se ven obligadas a dejar su papel de madres en un lugar marginal de su existencia. Así pues, la normativa, las mentalidades y las condiciones laborales en los países occidentales están todavía lejos de una situación de auténtica igualdad.
El principal defecto del feminismo "igualitario" era su carencia de una visión antropológica, pues se partía de la base de que los hombres detentaban el poder y que las mujeres sólo tenían que compartirlo. Al pretender que el trabajo de madre carece de relevancia o ignorarlo como si no existiera, las mujeres han aceptado la imitación de los roles masculinos en la vida profesional.
La influencia de aquellas feministas ha venido a menos y hay más mujeres jóvenes que optan por tener hijos, al tiempo que realizan una carrera profesional en condiciones de igualdad con el hombre.
Si se reconocen las diferencias entre hombres y mujeres, las madres tendrán derecho a unas condiciones en su vida profesional diferentes a las de los hombres.
El trabajo de la maternidad no es tan sólo una ocupación a "tiempo pleno", sino que, dada su repercusión en la sociedad, es el más importante de todos. En la mayoría de los países occidentales esta opción es inexistente y las mujeres que "no trabajan", las que "solamente" se dedican a su hogar, son ridiculizadas, vistas con indulgencia o tachadas de desfasadas. Así los países occidentales "avanzados" y además las mujeres que se empeñan en ser amas de casa son juzgadas con toda dureza, sobre todo por las otras mujeres.
La madre debe de ser ella misma si de verdad quiere ser también ella misma en la vida profesional.
Compaginar la maternidad y el trabajo
Lo difícil que lo tienen las mujeres para ser madres y trabajar al mismo tiempo. El problema radica también en el sentimiento de alienación de las mujeres por tener que aparentar que el ser madre es algo secundario para ellas, propio más bien del tiempo libre aunque sin relación ni efectos en la vida profesional.
Sólo cuando tengamos el valor de reconocer la primacía de la maternidad en la existencia femenina, podremos entender la razón de que muchas mujeres opten por trabajar en casa.
Los aspectos antropológicos son de gran trascendencia para la identidad femenina. La idea de que las mujeres tienen que elegir entre los hijos y su profesión es absurda en una época en la que muchas de ellas han alcanzado un nivel de instrucción superior al de bastantes hombres. A nadie se le ocurriría plantear que los hombres tuvieran que elegir entre ser padres y su trabajo profesional.
Cada vez hay más mujeres que reconocen la gran trascendencia que su labor de madres tiene para la sociedad.
Las mujeres y el trabajo: algunas estadísticas de interés
Tras analizar la población femenina a nivel global , una publicación resume así la situación de la mujer: las mujeres trabajan más que los hombres pero ese trabajo, en su mayoría, no está remunerado. Las mujeres de los países subdesarrollados trabajan en el sector informal y se ocupan de la familia, pero carecen de acceso a los créditos, a la propiedad de la tierra y tampoco suelen recibir un salario. Las mujeres desempeñan labores diferentes a las de los hombres.
Las mujeres dedican un promedio de 30 horas semanales a las tareas del hogar, los hombres dedican de 10 a 15 horas. Las mujeres se ocupan de las labores tradicionales en el hogar y, los hombres sólo desarrollan en él las habituales tareas masculinas.
El desempleo afecta tanto a los hombres como a las mujeres. Si consideramos los distintos tipos de empleo, encontraremos, tal y como cabía esperar, que las mujeres son predominantes en el sector de "oficinas y servicios".
En todos los países europeos existe el permiso retribuido por maternidad.
Las condiciones económicas de la mujer actual
Las condiciones económicas de la mujer actual son del todo desfavorables para la mujer. Y estudios en otros países llegan básicamente a las mismas conclusiones.
Una de las críticas más aireadas es que el progreso tecnológico no está necesariamente del lado de la mujer. De hecho se puede decir que de una manera indirecta fue la llegada del maquinismo hacia 1850 quien trajo una agria competencia entre hombres y mujeres, prefiriendo así los empresarios la mano de obra femenina o infantil que resultaba más barata. De ahí que surgiera una actitud aparentemente irracional, puesto que los socialistas y los sindicatos adoptaron inicialmente la actitud más negativa frente al trabajo de la mujer por ser, como lo son los emigrantes hoy, una fuerza de trabajo incontrolable.
En realidad defendían entonces como siguen defendiendo hoy los derechos de la clase obrera sin tener en cuenta la especificidad de los problemas de la mujer trabajadora.
Pero para llegar a la plena integración de la mujer es necesario velar por el adecuado desarrollo de su entrada en el mercado -es decir, que no haya competencia desleal en términos económicos con los hombres-, es preciso elevar el debate en orden a la correcta interpretación de los hechos y confiar en que eso será posible con el esfuerzo de todos y en particular de los Sindicatos y de los Partidos Políticos. Se tiene que reconocer la realidad histórica, social, económica y cultural de las mujeres que constituyen la fuerza laboral femenina para afrontar con firmeza y eficacia sus problemas específicos del momento, que son:
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Al margen de la coyuntura económica, las mujeres tienen más posibilidades de encontrarse en una situación de paro que sus homólogos masculinos. La inferioridad femenina alcanza a todas las edades, pero no obstante afecta particularmente a las mujeres de 25 años, es decir, aquellas con posibilidad de casarse.
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Se puede decir también a nivel global que la duración del tiempo de paro es mayor para las mujeres que para los hombres.
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Se empieza a ver que la recesión económica no sólo se ha traducido en un aumento de mujeres en paro, sino en perturbaciones cualitativas a nivel de empleo, es decir, que la mujer está más dispuesta a aceptar un trabajo menos cualificado con tal de tenerlo. Como era de esperar, una amenaza de frenazo del crecimiento revela rápidamente los problemas estructurales de la mano de obra femenina.
Cuando se habla de la fuerza laboral femenina, conviene, pues, distinguir claramente entre paro estructural y coyuntural, siendo el primero el realmente grave, sobre todo en casos de crisis sectoriales. Por una parte, la duración del mismo es mayor, y, por otra, la reconversión a otras actividades es más difícil. Por fin se puede decir que esta falta de movilidad se agrava en las regiones donde no existen industrias consideradas típicamente femeninas.
Las soluciones globales para estos problemas pueden, por lo tanto, resumirse de la siguiente forma:
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Primero debe fomentarse inmediatamente una diversificación de los empleos abiertos a las mujeres. Hasta ahora los patronos han pensado en la mujer para ciertos tipos de trabajo y los anuncios han sido redactados en un sentido femenino o masculino; de ahí la importancia de una legislación adecuada del orden de la asociación de la Sex Discrimination Act en Gran Bretaña, lo que, por otra parte, favorecería una mayor transparencia del mercado.
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Una orientación de dispositivos de ayudas del Estado a la creación de empleos dando, cada vez que sea posible una desgravación fiscal o una ayuda del Estado a las empresas que abren por lo menos el 4% de sus puestos a mujeres y estimulando la creación de empleos dando entrada a trabajadores de los dos sexos.
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Garantizar que la política laboral del sector público no efectúe ninguna discriminación por razones de sexo. Exigir que el Estado no contrate nunca a suministradores que no tengan una política de equiparación entre hombres y mujeres.
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Puede también pensarse en una reestructuración de los sectores en dificultad que emplean una mano de obra mayormente femenina (textil, por ejemplo)
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En cualquier caso los hechos demuestran que las mujeres trabajan en general a un nivel relativo de cualificación profesional bajo. De ahí la importancia estratégica de una política de formación profesional adecuada.
Causas de bajas laborales
La causa de mayor peso que hace que la mujer se retire del mundo laboral es simple: el embarazo. A ninguna empresa le es rentable proporcionar cuatro meses de baja por maternidad, así como otros permisos durante el embarazo.
Esto hace que cada vez haya menos mujeres que trabajen y que al mismo tiempo se encarguen de “crear una familia”, lo que hace disminuir notablemente las tasa de natalidad, dato tan preocupante hoy día. Causado, aparte de por esta razón, por la dificultad de la madre para llevar a cabo una correcta educación para sus hijos, debido a la mala repartición del tiempo de trabajo, cuya importancia es lo suficientemente clara como para motivar ensayos en el mundo entero.
Actualmente se puede distinguir entre:
Horario parcial o media jornada
Horario normal o prolongado
Horario flexible o a la carta
Entre las causas que han influido desfavorablemente en la utilización de la capacidad productiva de la mujer puede citarse ente otras el horario parcial. Afortunadamente está poco extendido en España. Expone a la interesada a ser la primera víctima en caso de despido. Si las mujeres quieren obtener una igualdad de oportunidades en materia de formación profesional, es decir, acceder a lo que se ha llamado a veces “la ciudadanía económica de la mujer” tiene que renunciar de una vez por todas a una forma de trabajo que favorece el mantenimiento de la discriminación entre trabajadores masculinos y femeninos.
Este tipo de horario elimina parte de los defectos estructurales que conllevan los horarios parciales, pero suponen, en cambio, una dificultad a veces insalvable para la mujer que intenta superar sus dos papeles de madre y trabajadora debido a la dicotomía grave existente entre horarios escolares, el de las tiendas y el del sector productivo.
Se están introduciendo con gran éxito en Alemania y América del Norte y con gran aceptación tanto desde el punto de vista empresarial como de las mujeres, en cuanto a éstas les permite:
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No ir con la obsesión de llegar tarde
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Evitar las horas punta
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Adaptar sus tareas domésticas (dejar al niño en la escuela, ver al profesor, al médico, hacer las compras, etc...)
En conclusión y aunque es difícil establecer una regla general se puede decir que el horario flexible ha redundado en ventajas para ambas partes y que complementándolo con una adecuada legislación en cuanto a las vacaciones y días libres ofrecerían una solución positiva para las mujeres.
Cuando la mujer gana más que el varón
La psicóloga Clara Coria ha escrito en su libro sobre las relaciones de la pareja y el dinero, sobre el tema del “dinero chico”, el cotidiano, y el “dinero grande”, el de las inversiones, siendo el primero ámbito de la mujer y el segundo del varón, dentro del esquema en el que el varón es quien “gana el pan con el sudor de su frente.”
Pero los tiempos han cambiado. ¿Cómo es la relación de las parejas con el dinero cuando la mujer es la que aporta al hogar el sueldo mayor?. No proponemos que la mujer tome el rol del varón, como una venganza histórica de reivindicación femenina, algo así como si yo gano más entonces haré lo que el varón hizo toda la vida y manejaré el “dinero grande”. Eso sería adoptar un viejo rol masculino para resolver un tema nuevo.
Pero no deberá mantener el esquema tradicional: el dinero manejado por el varón, si es ella la que hace el mayor aporte. Deberá manejarse en conjunto, cuidando la conveniencia de toda la familia.
Una periodista comenta los mitos en torno de las mujeres. Uno de los mitos planteados es el trabajo de la mujer representa el segundo sueldo de la casa. Según esta publicación, en 1994 el 55.9% de las mujeres entre 35 y 44 años trabaja y, si bien no hay estadísticas, pareciera que de este grupo no necesariamente no todas ganan menos que otro integrante de la familia.
Muchos varones asumen con todas las letras sus roles de esposos de mujeres que ganan dinero, muchas veces más que ellos. Pero el varón no sólo puede vivir la situación de la mujer que gana más que él, también pueden ser pares; incluimos aquí un testimonio de un varón casado con una ejecutiva.
Juan José tiene 50 años, está casado con una mujer que en este caso no gana más que él sino que es un par, los dos son ejecutivos y tienen ingresos similares.
“Mi primera reacción es que estoy encantado, no tengo ningún prejuicio con el tema, siento que los roles están compartidos, hacemos esfuerzos similares y por lo tanto tenemos ingresos similares. Me parece muy importante que un par mío esté enamorado de mí”.
“Me siento superior a mis pares varones que tienen un matrimonio tradicional. Quizás a otros los pueda atemorizar, a mí no. Me siento orgulloso de que una mujer importante esté conmigo".
“Entre los dos decidimos todo lo relevante, y en cuanto al día a día, también lo tenemos dividido, ella paga el salario de la ayuda hogareña y yo pago las expensas.”
Centrándonos en casos más frecuentes y más “terrenales”, como somos las mujeres que trabajamos a la par del varón, la tendencia de las parejas integradas por esta nueva clase de mujeres, las que se sienten pares de sus esposos, es que ellas participan activamente en las decisiones de la “planta grande” y saben dónde y cómo se invierten los ahorros.
Si ellas participan en ganarlos, deben participar en la decisión de cómo invertirlos y desde ya, de cómo gastarlos.
Orientaciones de sueldos femeninos
Al nivel de la tabla de salarios de la pareja, existe una clara diferencia entre los hombres y las mujeres. En cuanto al uso que se hace de ellos, una parte del salario de la mujer se la traga la fuerza del trabajo de la criada, mientras que la otra parte se diluye en la compra de objetos de consumo (alimentación, ropa...).
En cambio, el salario del marido se dirige hacia la propiedad privada y la tecnología que, aun siendo utilizados por los dos, son atribuidos a los hombres.
Tanto el trabajo doméstico como el trabajo asalariado dan entidad a la familia, permitiéndole subsistir. Las mujeres lo asumen, pero el producto de este trabajo, la consideración social, la dirección de la familia, le pertenecen al jefe, al marido, lo que indica hasta que punto el sistema de valores y el proyecto de familia son masculinos.
Seguir negando la racionalidad de las mujeres, que puede deducirse con respecto o por oposición a la racionalidad dominante, por ser la oficial de los hombres, es en realidad institucionalizar para siempre la redistribución sexual de las funciones domésticas, que, como ya hemos visto, dan lo que sigue:
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A las mujeres les corresponden, a pesar del esfuerzo de integración en la racionalidad económica de los hombres, las funciones de conservación, cuidados y servicios a los demás.
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Las funciones de ordenación y conservación del espacio doméstico.
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Las funciones de educación de los hijos.
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La responsabilidad moral permanente de todo lo doméstico, a pesar de contar con ayuda (criada, pariente...), que no es más que una solución de descarga.
Dicho de otra manera, el acceso de las mujeres a la esfera económica no resuelve ni el problema del reconocimiento del trabajo invisible, ni el problema del reparto igualatorio de las tareas, responsabilidades y poderes.
Corrientes de pensamiento
Sexismo
Prejuicio basado en el sexo, es decir, conjunto de actitudes y comportamientos que niegan los derechos a la libertad y a la igualdad de las personas de un determinado sexo.
el sexismo se aplica al comportamiento de los hombres hacia las mujeres.
El sexismo es un conjunto de ideas, símbolos y hábitos arraigados en el intercambio social.
Los cambios en el modo de vida tienden a asimilar a la mujer con el papel que antes era propio del hombre en el ámbito de su trabajo, política y aficiones. La maternidad es cada vez menos frecuente y se limita a una etapa más corta y tardía de la vida de la mujer.
El sexismo se esconde, de forma directa o indirecta, detrás de la desigualdad en las expectativas o condiciones de salario. La distribución laboral en la mayor parte de los países, la composición por sexos de los Parlamentos y organismos electivos, la expansión de la calificación educacional y el mayor salario medio de los hombres en relación con el de las mujeres, son testigos de una historia de patriarcado que es la historia particular del sexismo en la especie humana.
Feminismo
Es el movimiento a favor de la igualdad de derechos y oportunidades entre hombres y mujeres.
En los siglos XIX y XX, el movimiento se centró en conseguir el derecho al voto de la mujer. El movimiento feminista moderno, tiene como textos clave numerosas obras.
El feminismo niega la 'inevitabilidad' de la superioridad masculina tanto en el ámbito profesional como en el personal, afirmando que esta dominación masculina sobre la mujer surge no de una superioridad física o intelectual, sino de una amplia gama de estereotipos relativos al sexo.
Hasta finales del siglo XIX y bien entrado el XX no se incluyó el derecho al voto en las Constituciones de los países. Hoy existen países como Kuwait, Jordania y Arabia Saudita donde la mujer no tiene derecho a votar, la mayoría son países árabes.
Comunismo
El comunismo desde sus inicios, propugnó por una igualdad entre todos los seres humanos. Dando especial importancia a las mujeres obreras: “No habrá mejor combatiente en una Revolución que la mujer obrera despertada.” Palabras de León Trotsky. Creando entre otras cosas el día internacional de la mujer, 8 de marzo. Ese día se realizó una huelga de mujeres obreras exigiendo derechos que les correspondían. Con ideas precursoras de Guarderías y comedores para sus hijos.
La publicación de Robotnitsa (Obrera) que trataba asuntos del trabajo de las mujeres y defensa activa de la emancipación de la mujer. Los bolcheviques rechazaban la idea de que la liberación de la mujer sea trabajo de mujeres. Y la veían como una tarea del partido conjunto.
La liga comunista internacional con sus múltiples brigada y grupos, la cuartainternacionalista y la brigada comunista Espartaco, con sus publicaciones periódicas: Mujer y Revolución, y Combativa; continúan con la tarea de liberar a la mujer por medio del socialismo.
Avances del siglo XX
El descenso de los índices de mortalidad infantil, la mayor esperanza de vida y los anticonceptivos liberaron en gran parte a la mujer de las responsabilidades relativas al cuidado de los hijos.
El movimiento feminista cuestionaba las instituciones sociales y los valores morales apoyándose en determinados estudios científicos que sugerían que la mayor parte de las diferencias entre el hombre y la mujer no eran biológicas sino culturales.
Los objetivos del movimiento feminista, incluían igualdad de salario a trabajo igual, ayuda estatal para el cuidado de los niños, reconocimiento de los derechos de las lesbianas, legalización del aborto y un análisis profundo de los problemas de la violación, los malos tratos y la discriminación de las mujeres mayores y de minorías.
El movimiento feminista ha conseguido grandes logros. En la mayoría de los países la mujer puede votar y ocupar cargos públicos. La llegada de la industrialización en los países no occidentales ha destruido algunas medidas económicas tradicionales favorables a la mujer, ofreciendo como único empleo el trabajo mal pagado en fábricas. Los movimientos feministas en los países en vías de desarrollo han intentado mejorar el estatus social de la mujer a través de campañas contra los códigos legales y sociales discriminatorios como el purdah (aislamiento de mujeres).
La guerra contra las mujeres
La cultura americana, películas, libros, canciones, televisión enseña a los hombres a verse a sí mismo como asesinos, a identificar el asesinato con el sexo, acto que muchos hombres consideran(esto es demostrado por las películas pornográficas) como violencia sádica masculina hacia los hombres. De hecho, entre los ejemplos de las misoginias se encuentran las canciones y las consignas militares.
De estos cantos, Chistopher Hichens encontró una de estas obras por casualidad: el libro de canciones de recreo de la 77 Escuadrón Táctica de las Fuerzas Aéreas de los Estados Unidos con base en las afueras de Oxford, Inglaterra. Se sintió horrorizado por lo que leía, y se negó a publicar algunas estrofas que decía que eran demasiados duras para él.
La violencia radica no es inherente a la naturaleza del hombre, se inculca en los hombres a través de una multitud de instituciones. Los cuerpos masculinos gubernamentales no sólo toleran el sadismo sexual masculino contra las mujeres, sino que lo fomentan y lo aprueban en todas las culturas dominadas por los hombres del mundo.
Vocabulario sobre el mundo laboral femenino
Lo primero que se destaca, a simple vista, es la ausencia de femeninos en la mayoría de los nombres de oficios, lo que demuestra que estos últimos han estado -y algunos todavía están- reservado a los varones. Ha separado la esfera pública de la privada en el mundo del trabajo, la actividad que se realiza fuera de casa de la que se lleva a cabo dentro de ella, y ha asignado cada una de esas esferas a un sexo concreto -en eso consiste la división sexual de trabajo -. He aquí la razón por la que apenas encontramos formas femeninas.
Cosa distinta es que el común de la gente haya generado un femenino analógico tal como albañila, alfarera, bombera, fresadora, al enfrentarse a la necesidad de nombrar a mujeres que hoy por hoy también realizan esas actividades.
Los escasos nombres de oficios que sólo tienen uso en femenino son, sintomáticamente aquellos que se refieren a ocupaciones relacionadas con las labores domésticas.- Obsérvense las siguientes entradas a modo de ejemplo: agujadera, azafata, chacha, costurera, fregona, niñera, nodriza, zurcidora.- El rol social que se ha asignado tradicionalmente a la mujer es el de esposa y madre, lo que supone el cuidado del hogar y de la familia.
Esas enseñanzas reducían el abanico de posibilidades laborales a lo propio de la actividad doméstica: bordar, coser, servir, lavar, ocuparse de los niños y de los enfermos, cocinar, planchar.
Un caso excepcional es la terminología referida a la prostitución, actividad que desde antiguo han realizado las mujeres.
La complicada estructura jerárquica del mundo del hampa y, en el caso concreto de la prostitución, ha podido establecer toda la tipología de rameras habida en la España de los Siglos de Oro.
Dentro de este mismo campo semántico tenemos la profesión de alcahueta, que sólo en tiempos algo remotos podemos encontrarla nombrada en masculino.
Algunos de estos términos que carecen de forma masculina aluden a oficios que están estrechamente ligados a maneras de ser atribuidas al sexo femenino: así plañidera nos recuerda la idea comúnmente sentida de que las mujeres son lloronas por naturaleza y de que saben fingir muy bien.
Por qué se produjo una división sexual del trabajo de características tales que recluyó a la mujer en el hogar y dio libertad de acción al varón.- La explicación no sólo se encuentra en el androcentrismo que caracteriza las sociedades patriarcales como la nuestra, sino también, y en última instancia, en el concepto del honor propio de los pueblos mediterráneos, algo de lo que ya hemos hablado más arriba.- Una buena forma de asegurar la castidad de la mujer (sea la virginidad en las solteras, sea la fidelidad en la casada) era encerrarla entre las cuatro paredes de la casa.- Una comunidad que consideraba al sexo femenino como débil y voluble, fácilmente arrastrable al pecado, tenía que arbitrar algunas medidas para hacer factible que la mujer no mancillara el honor familiar por mantener relaciones sexuales ilícitas; por otra parte, era necesario tener la seguridad de que la esposa no traía hijos adulterinos secretos que, a la larga, podían provocar conflictos en el seno de la familia y, como mínimo, herían en lo más hondo el orgullo del marido si alguna vez éste o la comunidad descubrían el engaño.
En lo que respecta a sustantivos referidos a oficios y profesiones que presentan ambos géneros, masculino y femenino, hay que decir que se suelen desviar de la tónica general de la formación de palabras en el español.
Siguiendo esta regla, al toparnos con las palabras secretaria/secretario, verdulera/verdulero, modista/modisto, peluquera/peluquero o cantinera/cantinero, debiéramos tener ante nosotros el mismo oficio en cada pareja de términos actuando el morfema género para indicarnos cuándo quien lo realiza es una mujer y cuándo quien lo ejerce es un varón; secretaria/secretario, indicarían la misma actividad pero en manos de una mujer en el primer caso y de un varón en el segundo.
En primer lugar, tenemos aquellas palabras en las que, aún refiriéndose a la misma realidad para los dos sexos -en este caso profesión u oficio- únicamente la forma masculina tiene connotaciones de prestigio, bien en la vida misma, bien en la definición dada por los lexicógrafos: cajera/cajero, capitana/capitán, comadrona/comadrón, maestra/maestro o secretaria/secretario.
En segundo lugar, nos encontramos con una serie de sustantivos que aluden a actividades distintas para cada sexo aunque dentro de la misma esfera, con la particularidad de que la forma masculina indica una labor de mayor categoría y responsabilidad que la que se nombra en femenino: carbonera/carbonero, gacetera/gacetero, impresora/impresor, joyera/joyero.
En tercer lugar, hay términos que designan oficios totalmente diferentes según estén en uno u otro género, si bien los que hacen alusión a varón implican actividades de mayor envergadura y más difíciles llevar a cabo, en tanto que la forma en femenino alude a oficios relacionados con el hogar y la vivienda.- Así tenemos parejas como: ama/amo, dueña/dueño; gobernanta/gobernante.
En cuarto lugar, se hallan aquellas palabras que sólo indican oficio en masculino, porque el femenino se encuentra inhabilitado para designar la misma actividad cuando quien la realiza es una mujer.- Esta situación se produce por concurrir una de estas dos circunstancias: 1).- Que el femenino tenga connotaciones peyorativas o insultantes (así halconero/a o sargenta/sargento), o bien 2) Que haya sido creado para referirse a la esposa del que ejerce esa profesión (como ocurre en consulesa/cónsul, generala/general, letrada/letrado, tenienta/teniente, capitana/capitán, comandanta/comandante o coronela/coronel).
Por último, encontramos un conjunto de palabras que, a pesar de que indican el mismo oficio para ambos sexos en una de sus acepciones, no obstante en masculino funcionan también con otro sentido, el de la propiedad del negocio, de la hacienda o del local.- Así tenemos bañera/bañero, cantinera/cantinero.- Esta circunstancia es el reflejo de un hecho histórico: Que las mujeres, aparte de no tener la capacidad legal -y tal vez tampoco la económica- de ser propietarias y regentar un negocio, ni siquiera se les permitía administrar sus propios bienes -habidos por dote o por herencia-.
En los últimos veinte años, la incorporación progresiva de la mujer al mundo laboral y la extensión de los oficios y profesiones al sexo que tradicionalmente no los desempeñaba, ha llevado a la comunidad hablante a generar, aunque de manera desigual e inestable, muchas formas femeninas de nombres que sólo existían en masculino y unos pocos sustantivos masculinos a partir de términos femeninos.
Cuando una actividad laboral antiguamente realizada por las mujeres pasa a ser también ejercida por varones, no siempre motiva el uso del sustantivo masculino correspondiente, sino que en ocasiones se acuña una voz o expresión más técnica o prestigiosa que acaba incluso convirtiéndose en genérica: Así tenemos ATS para enfermero, auxiliar de vuelo para azafato o chef para cocinero mayor.- Otras veces, la nueva forma en masculino adquiere un matiz reputado que no tiene, en cambio, el femenino del que procede: Tal cosa sucede con peluquero o con modisto.
El trabajo femenino, cuando se concibe, está peor considerado que el masculino porque no se acepta como una función de la mujer, no entra dentro de las expectativas de su rol social, que consiste en dedicarse a la familia y a otros menesteres de inferior categoría entre las cuatro paredes de la casa.- La mujer trabajadora es recriminada, infravalorada o ignorada.- En resumidas cuentas, el varón es el centro de todo el mundo laboral
Bibliografía
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Encuestas
Las siguientes encuestas fueron tomadas de un universo de 200 personas de las cuales 100 de ellas son hombres y 100 mujeres. Los resultados fueron tomados según la escala que mostramos a continuación.
Se presenta a continuación un modelo de la misma encuesta aplicada
Universidad Autónoma de Nuevo León.
Facultad de Derecho y Criminología
Lic. en Derecho. Segundo semestre.
SEXO______ EDAD______ ESTADO CIVIL__________ OCUPACIÓN_______________
COLONIA____________________ MUNICIPIO_______________________
Somos alumnos de Derecho y estamos haciendo una encuesta para la materia de Metodología Científica
FAVOR DE SUBRAYAR SOLO UNA RESPUESTA. GRACIAS.
1.-La legislación mexicana ha establecido, desde siempre una marcada diferencia de la capacidad jurídica del hombre y de la mujer.
A)Totalmente B)De acuerdo C)Indiferente D)En desacuerdo E)Totalmente
de acuerdo en desacuerdo
2.-El ser humano debe luchar por obtener y conservar la igualdad de derechos entre el hombre y la mujer
A)Totalmente B)De acuerdo C)Indiferente D)En desacuerdo E)Totalmente
de acuerdo en desacuerdo
3.-El trato igualitario a las mujeres en el trabajo es una realidad cotidiana.
A)Totalmente B)De acuerdo C)Indiferente D)En desacuerdo E)Totalmente
de acuerdo en desacuerdo
4.-Para una mujer casarse, significa tener mas roles de trabajo y menos tiempo libre.
A)Totalmente B)De acuerdo C)Indiferente D)En desacuerdo E)Totalmente
de acuerdo en desacuerdo
5.-En dos años una mujer podrá ejercer un cargo importante en la política.
A)Totalmente B)De acuerdo C)Indiferente D)En desacuerdo E)Totalmente
de acuerdo en desacuerdo
6.-Es causal de despido el embarazo de una mujer en una compañía (X)
A)Totalmente B)De acuerdo C)Indiferente D)En desacuerdo E)Totalmente
de acuerdo en desacuerdo
7.-Es una desventaja el hecho de ser mujer para ejercer el cargo público.
A)Totalmente B)De acuerdo C)Indiferente D)En desacuerdo E)Totalmente
de acuerdo en desacuerdo
8.-La apariencia física influye al contratar a una mujer para un empleo.
A)Totalmente B)De acuerdo C)Indiferente D)En desacuerdo E)Totalmente
de acuerdo en desacuerdo
9.-La mujer se encuentra laboralmente discriminada
A)Totalmente B)De acuerdo C)Indiferente D)En desacuerdo E)Totalmente
de acuerdo en desacuerdo
10.-Subraye la cualidad mas importante que debe tener una mujer que se lance a la Presidencia de la Republica.
A)Pertenecer a un partido político. E)Carisma
B)Excelente profesionista. F)Ser independiente a un partido político.
C)Excelente reputación.
D)Personalidad sobresaliente G)Otro:__________________________
11.-¿Qué sugeriría para que el hombre y la mujer tuvieran las mismas oportunidades laborales?
R=_________________________________________________________________________
_________________________________________________________________________
Encuestador:
1.-La legislación mexicana ha establecido, desde siempre una marcada diferencia de la capacidad jurídica del hombre y de la mujer.
2.-El ser humano debe luchar por obtener y conservar la igualdad de derechos entre el hombre y la mujer
3.-El trato igualitario a las mujeres en el trabajo es una realidad cotidiana.
4.-Para una mujer casarse, significa tener mas roles de trabajo y menos tiempo libre
5.-En dos años una mujer podrá ejercer un cargo importante en la política.
6.-Es causal de despido el embarazo de una mujer en una compañía (X)
7.-Es una desventaja el hecho de ser mujer para ejercer el cargo público.
8.-La apariencia física influye al contratar a una mujer para un empleo.
9.-La mujer se encuentra laboralmente discriminada
10.-Subraye la cualidad mas importante que debe tener una mujer que se lance a la Presidencia de la Republica.
A)Pertenecer a un partido político. E)Carisma
B)Excelente profesionista. F)Ser independiente a un partido político.
C)Excelente reputación. G)Otro
D)Personalidad sobresaliente
Las cualidades mencionadas en la respuesta g) son las enlistadas a continuación
11.-¿Qué sugeriría para que el hombre y la mujer tuvieran las mismas oportunidades laborales?
Las siguientes respuestas han sido agrupadas en partes
Conclusiones
Como hemos visto a lo largo de esta investigación. Las mujeres han estado en un estira y afloja de sus derechos. Mientras que en unas partes del mundo las mujeres tenían los mismo derechos que el hombre; en otras se encuentra realmente marginada. Ocupando un nivel inferior al de los hombres. Sufriendo maltratos y discriminaciones que no deberían de existir.
Somos fervientes creyentes de la igualdad entre todos los humanos, por lo mismo intentamos hacer ver las desigualdades del mundo para que puedan ser cambiadas.
Nos dimos cuenta que muchos piensan que la mujer ya no está relegada social o laboralmente, pero siguen pensando que somos distintos, femenino y masculino y no quieren dejar atrás esas diferencias para evolucionar a una sociedad mas avanzada. Nuestra meta, es y siempre será que concibamos al humano como una unidad y no como hembra y macho.
La solución a este problema, que pareciera arcaico, es con una educación igualitaria; ni si quiera en la escuela se debería separar en exclusivo de varones o mujeres. Sin embargo, se piensa que de esta manera la educación es de mayor calidad, continuando un rancio abolengo que la religión y otras creencias culturales habían hecho creer.
Ciertamente las leyes son igualitarias, nuestra carta magna en su articulo cuarto, deja en claro que:
“...varón y mujer son iguales ante la ley.”
Las personas tienen un sentimiento de que la ley no es igual para todos. Sin embargo esto es sólo una idea pues desde los rangos superiores hasta las leyes de menor clase son igualitarias. Inclusive, existen mas leyes que protegen a la mujer que al varón.
La educación es la llave mágica que puede abrir la puerta de la igualdad. Educando a nuestros hijos que todos tenemos los mismos derecho será la única manera de hacer una sociedad donde todos seamos iguales. Las nuevas generaciones serán las responsables de continuar esta labor, así que nosotros debemos darles todas las ideas y concepciones de la igualdad.
Ni una ley protectora, ni una revolución armada, ni una corriente política impuesta a la fuerza podrá hacer cambiar las mentalidades de tantos y tantos; Es necesario una revolución sin manos, una revolución de pensamiento lo que arrancará de raíz la discriminación a la mujer.
Ahora que conocemos más profundamente las causas de la discriminaciones, debemos hacer que se transmita el mensaje a todo aquél dispuesto a escuchar. A los hombres y mujeres de mente abierta, también , ¿por qué no? A los que tienen la absurda creencia de que las mujeres son inferiores, para que hagamos conciencia de la igualdad entre todas las personas.
Propuesta
Debido a estas conclusiones antes expuestas proponemos:
Una educación de verdadera igualdad, incluso la mas mínima separación de los sexos puede causar que se hagan distinciones en un futuro, únicamente para lo más necesario se separaran en niños y niñas.
Incluso la idea de los colores masculino y femenino, rosa para niña y azul para varón aparte de ser una idea arcaica y de mal gusto; dejan huella en el subconsciente del infante. El cual comenzará a diferenciar en todo los dos sexos, sin una necesidad verdadera de que esto ocurra.
Debido a que las ideas, creencias y tradiciones culturales en los hogares se encuentran muy arraigadas en nuestro país, no esperamos que el cambio se de en el seno familiar; Por eso mediante la colaboración del estado en a manufactura de un plan de estudios y libros de texto que no discriminen. Así la acción nociva de los estatutos sociales serán reemplazadas por la educación que se imparta desde el preescolar.
El niño que reciba esta educación al llegar a la edad adulta tendrá una mentalidad de igualdad en todos los sentidos y ni si quiera pasara por su mente tratar de una manera discriminante a una mujer.
Podríamos avanzar y sería mas efectivo que por medio de campañas publicitarias, en las que ni si quiera se debe mencionar que existe algún tipo de discriminación hacia las mujeres; esto podría resultar contraproducente, solo es necesario exaltar el valor idéntico que tenemos varón y mujer.
Eliminar los clichés de los medios de comunicación acerca de los roles tradicionales de hombre y mujer. Jugar con ellos y mezclar las ideas hasta que se comprenda y se vea completamente normal un padre que se hace cargo de su hijo, hasta que una mujer dirija una gran compañía.
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El cambio será lento pero estamos seguros que en algún momento lograremos cambiar la mentalidad de todas las personas haciendo un mundo mas justo para todos.
Eugene Petit. Derecho Romano. Editorial Porrúa
Mabel Pérez-Serrano, Suzel Punset, Aniria Úbeda “Mujer... y trabajo”
Juan E. Pardinas, “Tu y tu voto construyen la democracia”, Editorial Porrúa
Victoria J. Ávila “Enciclopedia de la nueva mujer” 2000. Editorial “Robin Book”
Robin Morgan “Mujeres del mundo. Atlas de la situación femenina” 1993. Editorial “Hacer”
Kathleen Newland “La mujer en el mundo moderno” 1982. Editorial “Alianza”
Pilar Rahola “Mujer liberada, hombre cabreado” 2000. Editorial “Planeta”
Benjamín García Sanz “Mujeres y empleo” 1997. Edita “Ministerio de trabajo y asuntos sociales
Shirley Nuss “Mujeres en el mundo del trabajo” 1991. Editorial “Centro de publicaciones, Ministerio de Trabajo y Seguridad Social”
Martha Alicia Alles “Mujeres, trabajo y autoempleo. Otro camino frente al desempleo y al desarrollo de la carrera” 1998. Editorial “Granica”
Pilar Rahola “Mujer liberada, hombre cabreado” 2000. Editorial “Planeta”
Benjamín García Sanz “Mujeres y empleo” 1997. Edita “Ministerio de trabajo y asuntos sociales - Instituto de la mujer.” España
Enciclopedia Encarta 1999, Microsoft
Thema equipo Editorial, S.A. “Enciclopedia Temática s. XXI Docta. Ciencias Sociales” 2000. Editorial “Carroggio”
Alexandra Kollontai “Mujer, historia y sociedad, sobre la liberación de la mujer” 1982. Editorial “Fontamara”
Monique A. Piettre “La condición femenina a través de los tiempos” 1977. Editorial “Rialp”
Ilegal Fanzine Clandestino, Publicación independiente, Brigada Comunista Espartaco.
Marilyn French “La guerra contra las mujeres” 1992. Editorial “Plaza & Janés”
Mª Ángeles Calero Fernández “Análisis y propuestas ante la discriminación sexual en el lenguaje. Sexismo lingüístico” 1999. Editorial “Narcea”
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Enviado por: | Khrizia |
Idioma: | castellano |
País: | México |