Salud


Diabetes


Introducción

Mediante éste trabajo, vamos a intentar plasmar y explicar de la forma más

sencilla posible ¿qué es la diabetes?, a que personas ataca, cómo evoluciona y sobre

todo cómo afecta a la persona que lo padece, haciendo principal hincapié en los

aspectos de la vida diaria, relaciones sociales y familiares y cómo puede afectar en el

campo psicológico del individuo.

Historia de la Diabetes

Época

Lo que pasó

1500 BC

Papiro de Ebers describe diabetes por primera vez

400 BC

Susruta anota los síntomas de la diabetes. Hace una clasificación de la diabetes. Charaka refina este trabajo en 6 AD.

10 AD

Celsus describe la diabetes como una enfermedad

20 AD

Aretaeus crea la palabra diabetes

1869

Langerhans describe "isletas" de células en el páncreas

1889

Von Mering y Minkowski observan que la diabetes ocurre cuando se saca el páncreas de un animal

1921

Banting y Best obtienen y purifican isletas de Langerhans del páncreas de un animal, inyectan la materia purificada (insulina) en un animal diabético, y observan que el nivel de azúcar baja.

El nombre de la enfermedad deriva del griego => Diabetes => salir con fuerza, y del latín => Mellitus => dulce como miel.

El tratamiento de la Diabetes se basa fundamentalmente en la administración de insulina, por lo que el descubrimiento de ésta hormona fue primordial para aumentar la calidad de vida de estos pacientes y la esperanza de vida, ya que sin insulina no podían vivir mucho tiempo. El proceso de depuración fue largo por lo que en un principio la insulina se obtenía de animales como vacas y cerdos, lo que causaba numerosas alergias. Posteriormente, a finales de la década de los 80, se consiguió depurar tanto que la que se obtiene en la actualidad es totalmente humana, mediante unas bacterias llamadas E. Coli, que sintetizan esta hormona, introducida por los humanos en medios de cultivo con esta bacteria y más tarde los laboratorios la depuran y la comercializan.

¿Qué es la diabetes?

Es una enfermedad crónica, con una prevalencia mundial de un 1 % y de un 4-4´5 en España, donde más de la mitad de los casos son desconocidos. Esta es una enfermedad en la que se produce una mala utilización de los azúcares, como consecuencia de la falta de la hormona Insulina, producida por el páncreas, necesaria para normalizar el nivel de azúcar (glucosa) en la sangre.

Hasta el momento, no se puede responder a la pregunta ¿por qué falla el páncreas?, sin embargo, se supone que existen una serie de factores combinados entre sí:

- genético: una predisposición de la persona que hereda la posibilidad de ser diabética.

- ambiental: especialmente las infecciones producidas por virus que van a lesionar el páncreas.

- autoinmune: una agresividad del propio organismo que lesiona el páncreas.

Si hasta el momento no está muy claro el origen de la enfermedad, lo que sí lo está, es que es incurable, o lo que es lo mismo, crónica, pero que puede llegar a controlarse permitiendo una vida totalmente normal, poniéndose la insulina que falta y regulando la dieta y el ejercicio.

¿Cómo controlar la enfermedad?

El buen control de la diabetes requiere un balance adecuado entre diversos factores, como la alimentación, actividad física y los medicamentos (insulina o pastillas), todos ellos integrados en un autocontrol, que debe ser realizado por el propio paciente.

El páncreas libera insulina de forma variable, adaptándose a la glucemia del organismo. En la persona diabética, este mecanismo no puede producirse, por lo tanto, para poder adaptar las necesidades de insulina es necesario conocer con frecuencia las glucemias, y utilizar ésta información para realizar los cambios apropiados en los distintos componentes del tratamiento diabético. Esto se conoce como autocontrol, que debe ser realizado por el paciente o por sus familiares para normalizar las glucemias y evitar las complicaciones secundarias al descontrol de la enfermedad.

Manifestaciones de la enfermedad

1.- Se acumulan cantidades importantes de glucosa en sangre por no tener insulina. Las células piden energía y el organismo la envía desde los depósitos de glucosa produciendo una elevación de la glucemia (hiperglucemia).

2.- Cuando la glucosa se eleva en la sangre por encima de un determinado nivel, aparece en la orina (glucosuria).

3.- Para que la glucosa pueda eliminarse por la orina es necesario que se disuelva en cantidades importantes de agua, por lo que el diabético orina muchas veces y en grandes cantidades (poliuria).

4.- Para compensar la pérdida de agua por la orina, tienen mucha sed (polidipsia).

5.- Al no poder ser utilizada la glucosa, las células reclaman energía y el diabético trata de compensarlo aumentando la cantidad de alimento ingerido (polifagia).

6.- Al no tener las células la energía suficiente que les proporciona la glucosa, por no transportarla la insulina a su interior, tienen que echar mano de las grasas produciendo un residuo (cuerpos cetónicos) que se elimina por orina (cetonuria).

7.- Aunque el diabético coma más, las células no tienen energía suficiente, originándose la movilización de sus energías de reserva y por ello el diabético adelgaza y se cansa.

Una vez observados todos estos síntomas que hacen sospechar la existencia de la enfermedad, es preciso realizar una analítica y comenzar inmediatamente el tratamiento.

Necesidad de controlar bien la diabetes

Con el paso de los años, la presencia continua de glucosa alta en sangre, puede dañar distintas partes del organismo:

- riñones

- ojos: retinopatías

- corazón

- vasos sanguíneos: micro y macroangiopatías

- piel y mucosas: heridas cutáneas que no cicatrizan

Todo esto se puede evitar realizando el tratamiento correctamente. A parte, las mujeres diabéticas (especialmente) y las no diabéticas, deben tener un control muy estricto del embarazo, evitando así complicaciones y posibles alteraciones tanto para la madre como para el niño.

Tipos de diabetes

- Tipo I: Diabetes Mellitus Insulino Dependientes (DMID).

- Tipo II: Diabetes Mellitus No Insulino Dependiente (DMNID).

La primera por tener un déficit de insulina, precisa su aporte y aparece con más frecuencia en niños y adolescentes, mientras que la segunda no necesita insulina, se suele controlar con dieta o con pastillas ya que el páncreas sí que produce insulina pero las células ofrecen resistencia a la hormona por lo que aparece en personas mayores o personas obesas, aunque si no se controla bien suele ser necesario el aporte de insulina.

¿A qué se enfrenta un diabético?

En este punto hay que considerar los dos tipos de diabetes, las edades a las que comprende y por lo tanto a las diferentes personas a las que afecta.

En los enfermos tipo I y por lo tanto, en su mayoría niños y adolescentes, supone un gran cambio en su estilo de vida y la necesidad de conocer nuevos conceptos relacionados con la enfermedad. El enfermo y sus familiares (no nos podemos olvidar de ellos, ya que ocupan un papel importante en la enfermedad), deben aprender a controlar:

- alimentación, donde se incluyen las calorías y distintos tipos de alimentos (hidratos de carbono, lípidos y proteínas)

- distintos síntomas derivados de la enfermedad :

· hipoglucemias: los síntomas pueden ser muy variados, normalmente dependen de la persona que los experimenta pero generalmente suele aparecer visión borrosa, disartria, confusión mental, mareo, debilidad, temblores, dipoplia, pérdida de conocimiento y en situaciones graves coma.

· hiperglucemia: los síntomas de estas no son tan peligrosos a corto plazo pero lo son a largo plazo. Aparece polidipsia, poliuria, polifagia, cansancio, sensación de malestar general, somnolencia y en hiperglucemias muy mantenidas puede llegar a un estado comatoso.

· cetoacidosis: puede aparecer tanto por estados de hipoglucemia como por hiperglucemia. Consiste en la liberación de cuerpos cetónicos del metabolismo de las grasas que el organismo utiliza para obtener energía, ya que no la puede obtener por falta de glucosa (hipoglucemia) o porque no hay insulina suficiente para que las células reciban la glucosa (hiperglucemia). Los síntomas que aparecen son los derivados del estado que la haya causado (hipo o hiper), habiendo normalmente polidipsia, poliuria, cansancio, olor peculiar a manzana verde, somnolencia. Una cetoacidosis también puede acabar en un estado comatoso.

- insulina (sus distintos tipos, formas de acción y ajuste de la dosis)

- control de las glucemias

- control del ejercicio

Resumiendo todo, debe aprender a autocontrolarse y a vivir y dominar la enfermedad, y que no sea la enfermedad la que domine al enfermo.

En los enfermos tipo II, en su mayoría adultos o personas de avanzada edad, el control es algo diferente. Al igual que en la tipo I, deben controlar la alimentación principalmente, el ejercicio, en algunos casos el tratamiento (tanto pastillas como insulina en los casos extremos) y sobre todo, las posibles complicaciones secundarias a la enfermedad, que se suelen manifestar principalmente en estas edades.

En ambos tipos se debe aprender a prevenir el desarrollo de las complicaciones, como alteraciones de la piel, evitables con una buena alimentación y cuidado de la misma (principalmente de los pies).

Normas de conducta en la vida diaria

Es muy importante que el diabético tenga una vida regular, administrándose el tratamiento y haciendo las comidas a la misma hora del día, adaptando los fines de semana, las vacaciones, los viajes, las posibles operaciones quirúrgicas y otras situaciones de estrés.

Como norma, el niño, principalmente, debe llevar siempre una identificación donde advierta de la enfermedad, para que en caso de cualquier incidencia, se pueda facilitar el tratamiento.

En los niños es muy importante que informen en el colegio a sus profesores, y que les aporten los conocimientos mínimos sobre la enfermedad, enseñándoles sobre todo, a reconocer hipoglucemias y actuar ante ellas. Por esto mismo es muy importante que el diabético reconozca y acepte su enfermedad, para que pueda enseñar a los que le rodean y pueda además ayudar a otros diabéticos a aceptar la enfermedad.

Es importante señalar unos objetivos generales que el diabético debe tener en cuenta:

- Aumentar la calidad de vida, ya que permite una adaptación del sujeto a sus limitaciones y un mayor control sobre su estado de salud-enfermo.

- Normalización del control metabólico.

- Prevención y actuación en complicaciones agudas.

- Prevención de complicaciones crónicas.

- Mantener una esperanza de vida similar a la del no diabético.

Y unos objetivos específicos:

- Aumentar el conocimiento de los pacientes sobre la diabetes, higiene y dieta.

- Adquisición de las destrezas necesarias para controlar mejor su enfermedad.

- Disminuir su ansiedad y aumentar el grado de aceptación de la enfermedad.

- Motivar al paciente.

- Producir cambios en la actividad diaria:

- para conseguirlo, la persona debe estar convencida de que el esfuerzo que supone el cambio, es algo útil.

- Enseñar al paciente a manejarse en los problemas de cada día, alcanzando el mayor nivel de autocuidado posible.

Estos objetivos se intentarán llevar a cabo mediante la educación sanitaria, algo realmente importante en el intento de que el paciente se integre en su rol de enfermo.

Tratamiento

El tratamiento de la diabetes se realiza como ya hemos comentado en puntos anteriores mediante:

- dieta

- fármacos:

· antidiabéticos orales

· insulina

En las tipo II, el tratamiento comienza con la dieta. Si las glucemias continúan elevadas se comienza con los ADO, combinando las Sulfanilureas, Biguanidas y Acarbosas. Si no es suficiente y las glucemias continúan elevadas se comienza con la administración de insulina.

En las tipo I, el tratamiento farmacológico es únicamente insulínico, ya que no hay producción de insulina.

Aspectos psicosociales de la enfermedad

Hay que destacar varios factores y aplicarlos, tanto al tipo de enfermedad como a la edad del enfermo.

Como factores influyentes en la evolución psicológica y social de la enfermedad podemos diferenciar:

- Estilo de vida: implica que el diabético debe saber los alimentos que puede o no tomar, modo de administrar la insulina, ejercicio, glucemias, etc., y como aplicarlo todo a las situaciones de estrés y a las no habituales, como vacaciones, viajes, etc.

- Información: se intenta desterrar ideas falsas en torno a la enfermedad y fomentar el papel activo del paciente, demostrando la importancia de su participación en el cuidado, desarrollo y evolución de la enfermedad.

- Formación: se trata de que el paciente aprenda a tratar su enfermedad diariamente.

- Complejidad del régimen terapéutico: dentro de este punto se encuentran el número de cambios que exige, duración, molestias que supone en la vida diaria y efectos secundarios.

- Evitar hipoglucemias: en este punto se pone de manifiesto que para evitar los síntomas aversivos derivados de las hipoglucemias, el paciente puede no cumplir las pautas del tratamiento.

- Relación paciente-personal sanitario: las actitudes de confrontación, acusación o exigencia no suelen ser eficaces. Es preferible establecer un clima de cooperación y comprensión y nunca aprobar, justificar o tolerar los errores cometidos por el paciente. En los pacientes que presentan reacciones de hostilidad, agresividad o ansiedad estos estados interfieren de modo desfavorable en el curso y evolución de la enfermedad.

También se puede demostrar un rechazo al médico y al diagnóstico, por lo que hay que intentar resolver el problema trasladando la función de informar a otra persona del equipo.

- Presión social: en niños, la presión por parte de los compañeros influye, sobre todo, en el incumplimiento de la dieta. En adultos, la dificultad principal para seguir la dieta proviene de las ofertas inapropiadas por parte de los que le rodean.

- Falta de planificación: pueden surgir situaciones de conflicto en los horarios, viajes y sobre todo, la sensación de estar fuera de contexto.

- Bajo nivel de comprensión de las instrucciones: la información ha de ser realista, sin obviar detalles importantes, las instrucciones deben ser claras, concisas y breves, hay que evitar las contradicciones y la ambigüedad. Hay que ofrecer la información de forma secuencial y no hablar de las posibles complicaciones en las primeras entrevistas, ya que esto puede provocar un mayor rechazo a la enfermedad.

- Relaciones familiares conflictivas: se plantea que el seguimiento del tratamiento por parte del diabético, sobre todo del niño, depende de las relaciones con sus padres o del médico con los padres, por lo que se observa que el apoyo familiar asegura la observancia del tratamiento.

- Existencia de complicaciones: las complicaciones incapacitantes dificultan el autocuidado y aumentan los niveles de ansiedad que repercuten en la adopción de una postura activa frente a la enfermedad y en la adhesión al tratamiento.

- Dependencia: el tratamiento es algo difícil de tolerar, sobre todo en la infancia y adolescencia, ya que es en esta etapa donde se intenta una mayor autonomía e independencia, por lo que algunos pacientes usan la enfermedad como medio para expresar su rebeldía y oposición a la familia, incumpliendo el tratamiento.

- Comportamiento autodestructivo: algunos expertos opinan que estas formas de autodestrucción deberían considerarse formas crónicas de comportamiento suicida, aunque bien pensado es una afirmación algo exagerada.

- En adolescentes pueden surgir diversos problemas:

- al intentar establecer relaciones con el sexo opuesto, ya que una mala aceptación de la enfermedad y un muy probable bajo concepto de uno mismo lleva a un retraimiento personal, creando conflictos con los jóvenes del mismo grupo de edad. Además las relaciones sexuales, que en esta etapa tienen una gran importancia, suponen un reto añadido a la adolescencia, ya que no sólo son algo diferente y difícil por la edad, también lo son porque hay que conocer los efectos del sexo en las posibles manifestaciones de la enfermedad y saber actuar ante ellos (por el aumento de hormonas sexuales y sobre todo de la adrenalina, se produce un aumento de la glucemia que posteriormente baja con el “ejercicio” realizado llegando a producir una hipoglucemia, que en esos momentos puede ser algo vergonzoso y sobre todo un fastidio, algo que puede producir una situación de conflicto del enfermo con la enfermedad, pudiendo llegar incluso a rechazarla).

- tabaco: fumar puede ser un factor de riesgo tanto para la aparición de la enfermedad cardiovascular, como para el buen control de la misma diabetes, ya que ofrece una mayor resistencia a la insulina.

- alcohol: los adolescentes empiezan a beber en esta etapa de la vida, por lo que es un factor importante a tratar ya que el enfermo se puede sentir aislado porque no puede hacer lo mismo que hacen sus compañeros. Además, al contrario de lo que se piensa, el alcohol, produce un estado de hiperglucemia inicial, sí, pero posteriormente lo que produce es una hipoglucemia, que en caso muy extremos puede llegar a un estado comatoso que puede ser confundido con un coma etílico y por lo tanto se aplicaría un tratamiento equivocado.

- Las personas mayores tienen un concepto totalmente diferente ya que les supone más pastillas, un control más estricto de la dieta por lo que su concepción de la enfermedad y del entorno cambia. Uno de los aspectos más observados en estos enfermos es la poca importancia que le dan a la enfermedad, no teniendo en cuenta la mayoría de las veces los posibles efectos que produce un mal control de la misma.

Hay que considerar que todos estos aspectos, deben verse apoyados por la educación sanitaria, que en la mayoría de los casos soluciona la mayor parte de los problemas, ya que ayuda al diabético a adquirir un grado de conocimientos y habilidades sobre su enfermedad, fundamentales para el transcurso de su vida. Se ha observado la necesidad de incluir estos programas como parte integrante del tratamiento desde el mismo momento en que se diagnostica la enfermedad.

Conclusión

Las enfermedades crónicas son interpretadas culturalmente de forma negativa,

habiendo elementos de estigmatización en la medida que son asociadas a la irrrecuperabilidad, por su carácter de enfermedad crónica. De aquí se concluye, como hemos apuntado antes, que el entorno social del diabético influye y condiciona el tratamiento de la enfermedad.

La relación entre profesionales y enfermos tiene como objetivos, la asunción por parte de estos del modelo biomédico de la enfermedad, la evolución y sus posibles complicaciones. Así se relega a un segundo plano la vivencia y experiencia del enfermo y la influencia de su red social.

Hay que tener en cuenta que en este tipo de relación existen unos espacios de autonomía y capacidad de negociación (entre sanitario y enfermo), ya que el objetivo no es la curación, sino la gestión de la enfermedad. El valor que atribuye el diabético a su enfermedad varía según sus circunstancias personales, conocimientos, historia individual, necesidades y la etapa de su ciclo biológico y cultural. La lógica social no se rige por el riesgo y la severidad, sino por el temor a discapacidades funcionales que interfieren en la visión del presente inmediato y del futuro.

Por otra parte, los cambios en la familia y en el tejido social actual influyen en la tendencia hacia la disminución de la capacidad de los cuidados domésticos, así como en la reducción de apoyo social a los enfermos.

Para finalizar hay que dejar muy claro que la motivación es la piedra angular de todo el proceso terapéutico y que no se conseguirá ningún logro que el propio paciente no desee. El paciente debe aceptar que él es el máximo responsable de su tratamiento.

Si conseguimos hacer entender a la comunidad, que la diabetes es una enfermedad crónica, sí, pero fácil de llevar, si logramos hacer ver al diabético que no está solo y que tiene en el personal sanitario una fuente de apoyo y todo esto unido a una mayor comprensión de los factores influyentes que rodean a cada diabético, hará que los problemas psicosociales que pueda provocar la enfermedad en un niño, adolescente o adulto sean, sin lugar a dudas, de lo que menos haya que preocuparse.

Si cada sanitario, trata de forma individual a cada enfermo, y lo relacionamos con los puntos anteriores, la fase de iniciación en la diabetes será un camino fácil de recorrer, para el enfermo y para la familia.

BIBLOGRAFÍA

- Lo que debes saber sobre la diabetes: Grupo de trabajo de educación diabetológica.

- Ciencias psicosociales aplicadas a la salud: Factores psicosociales en las enfermedades

crónicas.

- Programa del adulto: Diabetes.

- Salud pública y enfermería comunitaria: L. Mazarrasa. Ed. Interamericana.

- Folletos educativos sobre la Diabetes.

- Conozca su diabetes. Ed. EUNSA ( Ediciones Universidad de Navarra S.A.)




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Enviado por:Checky
Idioma: castellano
País: España

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