Filosofía


Descubrimiento del Concepto


El Descubrimiento del Concepto - Sócrates

Sócrates nació en Atenas en 470/69 y murió en el 399 ac. Fue testigo del esplendor de Atenas y de su decadencia y del paso de la supremacía en manos espartanas.

Tenían una democracia directa, donde los propios ciudadanos intervenían en el manejo de la cosa pública.

Esa democracia deriva en demagogia o hacia la tiranía en algunos casos. Tales circunstancias corren paralelas con el cambio que registra en los intereses filosóficos.

Los Sofistas

Son los primeros filósofos griegos - Tales, Heráclito, Parménides, Zenón - se ocupaban de determinar cuál es la realidad de las cosas, de los problemas de la naturaleza, o del mundo y no del hombre como tal. Se denominaba cosmológico a éste período de la filosofía griega.

Con el avance del siglo V se toman en cuenta al hombre y sus conductas, período antropológico cuyas figuras principales son los sofistas y Sócrates.

Se llama sofista a un discutidor que trata de hacer valer malas razones y no buenas, y que intenta convencer mediante argumentaciones falaces, engañosas. Eran maestros ambulantes que iban enseñando de ciudad en ciudad y cobraban por sus lecciones.

Protágoras (480-410 ac): decía que el hombre es la medida de todas las cosas (todo depende de quién lo mire), quedaba eliminada toda validez objetiva tanto en el conocimiento como en la conducta, una cosa será verdadera o justa para quién le parezca serlo (subjetivismo o relativismo subjetivo). Enseñaba el arte de volver buenas las malas razones, el arte de discutir con habilidad a favor o en contra de cualquier tesis, porque siempre hay dos discursos y enseñaba cómo podía lograrse que el más débil resultase ser el más fuerte.

Gorgias (483-375 ac): Decía que nada existe, si algo existiese, el hombre no lo podría conocer, y si se lo pudiese conocer, ese conocimiento sería inexplicable e incomunicable a los demás. Era un filósofo nihilista, escéptico y relativista según sus tres argumentos respectivamente. El nihilismo de Gorgias revela la crisis del siglo V.

Transímaco: Decía que la justicia no es más que el interés del más fuerte, el provecho o conveniencia del que está en el poder, era una doctrina inmoralista.

La figura de Sócrates

Fue capáz de desenmascarar la debilidad esencial del punto de vista sofístico, destinado a fundar una moralidad rigurosamente objetiva, mostró que el relativismo sofista no era ni tal coherente ni sostenible como parecía.

Sócrates representa la reacción contra el relativismo y subjetivismo sofisticos. Sostuvo que la virtud es conocimiento y el vicio es ignorancia. Sócrates proclama su propia ignorancia.

Un amigo de Sócrates que fue al oráculo del dios Apolo en Delfos preguntó quién era el más sabio, el oráculo respondió, es Sócrates. Cuando éste se entera queda perplejo porque no reconoce en sí mismo ninguna sabiduría, se siente confundido porque tiene conciencia de estar lleno de dudas, no de conocimientos. Sospecha que las palabras del oráculo deben tener un sentido oculto y que su vida debe consagrarse a poner de manifiesto y mostrar en los hechos el sentido encubierto del pronunciamiento del dios.

Emprende una serie de pesquisa entre sus conciudadanos, se propone interrogar a todos aquellos que pasan por sabios y confirmar si los demás saben más que él o no y en qué sentido.

Empezó por los políticos y los interroga sobre la justicia ya que el propósito fundamental de todo gobierno debería ser lograr un Estado justo. Pero resulta que le responden mal o que no saben la respuesta.

Luego interroga a los poetas que dicen en sus poemas cosas maravillosas pero no pueden dar razón de lo que dicen ni de explicar porqué lo dicen. Tampoco los poetas merecen ser llamados sabios.

Por último interroga a los artesanos y descubre que éstos sí tienen un saber positivo, saben hacer cosas útiles y dan las razones de las operaciones que realizan. Lo malo es que de conocer sobre su oficio les hace creer que conocen cosas que no son de su especialidad.

Al final comprende Sócrates la verdad de la declaración del dios: los demás creen saber, cuando en realidad no saben ni tienen conciencia de esa ignorancia, mientras que él, Sócrates, posee esta conciencia de su ignorancia que a los demás les falta. Puede afirmar con plena conciencia: sólo sé que no sé nada, y en esto consiste su única sabiduría y superioridad sobre los demás.

De ésta forma Sócrates descubre los límites de todo conocimiento humano, piensa la situación de finitud que caracteriza al hombre, que llega sólo a la conciencia adecuada de su humanidad, de aquello que reside en su esencia, cuando toma conciencia de lo poco que sabe. Sócrates es sabio porque no pretende saber lo que no sabe.

La misión de Sócrates

Su misión será la de recordarles a los hombres el carácter precario de todo saber humano y librarlos de la ilusión de ese falso saber, la de llevarlos a tomar conciencia de los límites de la naturaleza humana. Lo único que pretende es poner a prueba el saber que los demás dicen tener. Persigue a sus conciudadanos de una forma que debió ser molesta para saber si llevan una vida justa o noble y las razones que tenían y si son verdaderas razones o son aparentes. Tal actitud explica el odio que se atrajo y la acusación de corromper a los jóvenes e introducir nuevos dioses, que lo llevó a la muerte.

No comunicaba ninguna doctrina, su objeto fue diferente: consistió en el contínuo exámen de los demás y de sí mismo en la incitación de problematizarlo todo, considerando que lo más valioso del hombre, lo que lo define está en su capacidad de preguntar, de plantearse problemas, a diferencia de dios que es el único sabio y por ello libre de problemas y preguntas.

Por ello suele hablarse del carácter problematicista de su filosofar, su enseñanza no consistía en transmitir conocimientos sino de que los demás tomaran conciencia de los problemas, sobre todo éticos, o de conducta o existenciales de la existencia de cada uno.

Primer momento del método socrático: La Refutación

Sócrates filosofa con los demás mediante el diálogo con especial organización de preguntas y respuestas convenientemente orientadas.

Hay que llamar la atención sobre una característica del método o su tono, la ironía. En griego ironía significa disimulo o el acto de interrogar fingiendo ignorancia.

Disimulando hábilmente la propia superioridad, manifiesta Sócrates su falta de conocimiento sobre tal o cual tema, y finge estar convencido del saber del otro, con objeto de que le comunique ese supuesto saber, para terminar, obligándolo intelectualmente a que reconozca su propia ignorancia.

El método tiene dos momentos: el primero, es negativo, se llama refutación, y el segundo, positivo, que es la mayéutica.

Refutación: consiste en mostrar al interrogado que las opiniones que cree verdaderas son falsas, contradictorias, incapaces de resistir el exámen de la razón.

La refutación como catársis

Cuando el interrogatorio de Sócrates llega al punto en que se hace evidente la insostenibilidad de la definición, su interlocutor expresa de modo muy vivo el estado de ánimo , la perplejidad y la desazón en que se encuentra. No debe creerse que Sócrates quisiese poner en ridículo las opiniones ajenas o burlarse de aquellos con quienes discutía aunque las víctimas así lo creyeran.

La meta que la refutación persigue es la purificación o purga que libra al alma de las ideas o nociones erróneas. Para Sócrates la ignorancia y el error equivalen al vicio, a la maldad, sólo se puede ser malo por ignorancia, porque quien conoce el bien no puede sino obrar bien. Quitarle a alguien las ideas erróneas equivale a una especie de purificación moral.

Quien tiene el alma contaminada con nociones erróneas no está en condiciones de admitir el verdadero conocimiento, para poder asimilar la verdad, es preciso que previamente se le hayan quitado los errores, que se haya sometido a la catarsis. Tan sólo el reconocimiento de la propia ignorancia puede constituir el principio o punto de partida del saber realmente válido.

Sócrates busca la eliminación de todo saber que no esté fundamentado. Su método se orienta a la eliminación de los supuestos, a su juicio, nada puede tener valor si resulta incapáz de sostener la crítica, la razón. Un conocimiento merecerá el nombre de tal en la medida en que pueda superar cualquier crítica.

Segundo momento del método socrático: La Mayéutica.

Mayéutica significa el arte de partear, de ayudar a dar a luz. Su arte se aplica a los hombres y no a las mujeres y se relaciona con sus almas y no con sus cuerpos.

El arte socrático consiste, no en proporcionar él mismo conocimientos, sino en ayudar al alma de los interrogados a dar a luz los conocimientos por sí mismos.

Insiste en que toda su labor consiste en ayudar o guiar a su discípulo y no en transmitirle información. Por eso es que utiliza el diálogo. La verdad puede hallarse de manera auténtica mediante el diálogo, donde se supone que no hay verdades ya hechas, listas, sino que el espíritu del que aprende para que su aprendizaje sea genuino, tiene que comportarse activamente para llegar al saber. El conocimiento en el sentido superior de la palabra, es el que cada uno encuentra por sí mismo.

Así como la refutación, ha liberado el alma de los falsos conocimientos, la mayéutica, trata de que el propio interrogado, guiado por Sócrates, encuentre la respuesta.

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Patricia Gonzalez

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Enviado por:Buffy
Idioma: castellano
País: Argentina

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